Dominacion total [sessh-Kag] lemon

Dominacion total [sessh-Kag] lemon

Capitulo 1

Volvia a Tokyo despues de cinco años sin estar en el, en el aeropuerto me recibieron prácticamente toda la prensa pues soy el unico dueño de las empresas mas reconocidas a nivel mundial aparte de que tambien soy un escritor muy reconocido por lo cual mi llegada no pudo pasar por desapercibida. Myoga, mi antiguo chofer y mi más fiel ayudante, me estaba esperando a la salida. No lo veia desde que me fui de Tokyo, se nota que los años no le habian afectado en lo mas mínimo, ya que seguía igual.

- ¿como se encuentra mi amo sesshoumaru? -, con esa expresión de siempre y un fuerte abrazo me recibio cuando salia.

Por raro que parezca me encanto verlo después de tanto tiempo, no podia olvidar los años que habiamos pasado juntos y en el cual se gano mi confianza absoluta.

- ¿A la mansion?-, me pregunto como si no hubiera pasado mas de unos dias desde que no nos veiamos.

Le respondi con un simple “si”, mientras entraba a la limusina. Emprendimos camino hacia el hotel, Tokio habia cambiado tanto con el tiempo, pero aun asi seguia siendo la mejor ciudad del mundo, peligrosa y atrayente.

No podia dejar de mirar por la ventanilla, tratando de absorber todo lo que veia.

- -¿Cuánto tiempo se va a quedar? Amo sesshoumaru-, pregunto myoga, tratandome de dar conversación.

- Una semana-, le dije sin caer en cuenta en ese momento que esa frase vacia en este caso, estaba llena de significado.

- Y ¿Qué?, ¿ha llamado a alguna de sus conquistas?.

- No has cambiado cada-, le conteste con una mirada seria

- ¿No me dira que se ha vuelto mujeriego?-, me respondio en plan jocoso.

- No he llamado a nadie de antes, no me gusta recoger lo que deja tirado-, lo que no le explique fue que por primera vez en mi vida tenia cita casi a ciegas.

Esa misma noche, exactamente en tres horas habia quedado con kagome, una maravillosa escritora que no conocia en persona, pero con la que durante los ultimos meses, habia mantenido una mas que frecuente comunicación via Internet, y que en las ultimas semanas habia experimentado una subida de muchos grados respeto a la temperatura, pasando de un intercambio de texto, a una complicidad sexual donde fantaseábamos con nuestros tabúes.

Todo habia comenzado cuando publicaron mi ultimo libro, y no se como recibi en mi e-mail una durisima critica de una mujer, en la que me acusaba de haber hecho una apología del “macho”, y donde me exigia una rectificación. Me hizo gracia el tono airado con el que me hablaba, y algo me indujo a investigar de quien rayos era antes de contestarle. Fue muy facil, casualmente teniamos el mismo editor. Resultaba que la mujer tambien era escritora, y tras leer uno de sus libros, tuve que reconocer que era mejor que yo, si tenia algun defecto era que todavía tenia esperanza en el ser humano

Mi escrito de respuesta consistio en un relato erotico, donde ella era la pobre protagonista feminista japonesa, que era usada y abandonada por un “macho”. Le debio gustar, porque a los pocos dias recibi un correo, con una historia donde un hombre pierde su virilidad de un mordisco de su amada. Y de esa forma con mensajes de ida y vuelta, fuimos convirtiendonos en amantes. Nuestros cuerpos no se habian juntado nunca, pero en nuestras mentes habiamos ya participado en trios, orgias, e incluso nos habiamos enamorado. Últimamente, habiamos descubierto que nos interesaba mas nada la dominacion, de esa forma, alternativamente kagome se habia convertido en sumisa y ama, y yo habia experimentado o dado crueles castigos. Cuando supe que tenia que asitir a una reuniun con los empresarios de mi empresa para revisar el estado de cuenta, nuestros mail se centraron en que ibamos a hacer el dia que nos viéramos, en como podiamos reaccionar, si la quimica fisica podia igualar a la literaria, y quien iba a ser el dominante y el dominado. Decidio ella, durante toda su vida habia defendido lso derechos de la mujer y por una vez queria experimentar lo que era ser usada.

La limusina se habia detenido en su destino, la mansión taisho seguia como siempre, lujosa y con un gran servicio. Myoga subio mi equipaje.

- ¿a que hora piensa salir?-, me pregunto

- A las nueve menos cuarto-

- A esa hora le espero en la entrada de la casa-, me dijo cerrando la puerta.

Tenia tiempo suficiente para tomar una ducha. Queria dar una beuna impresión, si la mujer era solo la mitad de apasionada que sus cuentos, esa noche iba a ser memorable. Debajo del agua, al enjabonarme, no podia dejar de pensar en las fotos que me habia mandado. Eran unas instantaneas, nada pornograficas, pero el solo hecho de imaginarmela desnuda fueron suficientes para que mi corazon empezara a bombear, como loco, sangre a mi entrepierna. Tuve que abrir el agua fria para evitar desgastar mis energias antes de tiempo.

Me vesti de una menera informal con un traje de lino, decidi no ponerme corbata. Y mirandome al espejo, me gusto lo que veia, todo hombre es un edomista enamorado de si mismo y mentiroso, pero aun sabiendolo no tenemos ganas de cambiar. Al salir de la habitación, pense que ojala no volviera solo esa noche.

Al subierme en el coche le di instrucciones para que me llevara a un restaurante que estaba cerca.

Llegamos en cinco minutos, el trafico habia sido indulgente, por lo que después de ser llevado a mi mesa por la jefa de sala, tuve que esperar cerca de un cuarto de hora antes de que hiciera su aparicion.

Al verla entrar, la reconoci al instante, sus ojos marrones son inconfundibles con su expresión brillosa y llena de esperanza y amor. Cortado por la situación, me levante a separarle la silla, para que se sentara.
- Vaya hay caballeros todavía-, me dijo coquetamente.

- Ya sabes-, le respondi divertido.

Ese fue el comienzo de una magnifica velada, durante la cual conversamos, pero sobretodo nos conocimos. Nada de ella me disgustaba. Todo lo contrario, era una mujer perfecta, poseia el cabello negro y largo, piel blanca y con una hermosa voz.

Fue en el postre, cuando kagome me dijo:

- ¿no tienes nada que preguntarme?-

En su traviesa mirada descubri a lo que se referia:

- Si, ¿Cuánto tiempo vas a tardar en darme tu tanga?-

- Espera que voy al baño…-me dijo levantandose, pero no la deje.

- Quiero que te la quites aquí, enfrente de toda esta gente.

Me miro asustada, la estaba poniendo a prueba y ella lo sbia. Avergonzada, se volvio a sentar en la silla, disimulando poco a poco fue levantando su falda, y ya totalmente roja, con las dos manos se bajo la prenda. Nadie se habia percatado de sius maniobras, cuando con una sonrisa me la dio en la mano. Era de encaje negro, la poquisima tela no podia tapar nada, pero su razon de ser no era otra que ser vista.

Cogiendola entre mis dedos, la extendide forma que todos pudieran disfrutar de su vision aunque solo yo, pude hacerlo de su textura y de su olor.

- Huele a hembra-, le dije satisfecho.

- Si, me he masturbado con ella tal como me ordenaste, ¿amo sesshoumaru?-, fue su contestación.

- Bien hecho, pero ahora ya sabes, que toca-

**************************ir a mi blog***************************

De la misma forma, que me habia bajado el cierre del pantalón, me lo subio. Y avisandola con mi mano que no habia nadie alrededor, la vi salir de debajo de la mesa. Sus ojos estaban brillantes, sus mejillas coloradas, eran tdos los sintumas de una mujer estimulada, azuzada por la travesura que habia cometido y excitada por lo que iba a hacer.

- ¿ te ha gustado?-, me pregunto mi opnion.

Como mi unica respuesta, pedi la cuenta. Después de pagar, la cogi de la cintura, con la intencion de irnos.

Myoga tenia la limusina en la puerta, por lo que nos subimos de inmediato. Nada mas sentarnos le dije a myoga que queria dar una vuelta por la cuidad antes de regresar a casa.

Kagome me susurro al oido, que porque no ibamos directamente a la habitación ya que estaba muy caliente. Sonrei al escucharlo, pero tenía otros planes, y cogiendole la cabeza, la bese diciendo:
**************************ir a mi blog**********************

- Gracias-, me dijo expresando su gratitud antes de acomodarse la ropa porque ya estabamos llegando a nuestro destino.

Myoga se bajo del coche para abrirle la pueta. Kagome se entretuvo unos instantes antes de apearse y sususrrandome con su mejilla pegada a la mia, me dijo:

- Esta noche soy tuya, mi amo, usame pero por favor dejame darte placer-.
- Lo haras!!, preciosa, claro que lo haras-.


Continuara.