Doloroso Placer Antes que nada~ Hola. x'D Bien, es un escrito que no sé de dónde surgió. Personalmente, sentí que no desarrollé la idea cómo quería y que daba para más ;____; espero que les guste. Doloroso Placer Sus gritos cada vez le alteraban más, era desesperante escuchar aquellas discusiones que cada vez se hacían más frecuentes. ¿Era mucho pedir un poco de paz, o mínimo un poco de silencio? Cerró la puerta de su habitación detrás de sí. Se tiró en su cama cansada de la misma rutina. Aquellas voces aún hacían eco en la casa. Puso la almohada sobre su cabeza cubriendo sus oídos, esperando ahogara lo que sucedía a su alrededor. Mala suerte, aún los seguía escuchado. Se incorporó furiosamente, al tiempo que golpeaba con fuerza la almohada sobre su cama. Se dirigió con paso decidido hacia su escritorio, el cual se encontraba a tan solo unos pasos. Jaló el cajón de madera donde se encontraba su analgésico. Sacó el objeto y lo aprisionó en su mano derecha, se acercó a la ventana ¿de verdad esa era la única forma que conocía para irse unos segundos de ese mundo, y callar las voces que se escuchaban alrededor? Suspiró profundamente. Con su dedo pulgar deslizó el pequeño trozo de plástico, que dejaba ver una afilada navaja. Dudó unos segundos, pero si con eso podía escapar, aunque fuese unos instantes de su tormentosa realidad, lo haría. Puso el filo sobre su antebrazo izquierdo, su corazón empezaba a latir más fuertemente, sintiendo cómo se le quería salir del pecho. Presionó más fuertemente la cuchilla, sin llegar a cortarse. Su corazón se alocó y ella poco a poco respiraba más dificultosamente, más que nada por la emoción que la embargaba. Sentía cómo su cuerpo se tensaba, y algunos indicios de dolor se hacían presentes. No le importó. Paseó la nuevamente el filo por su piel hasta que sentía cómo llegaba al clímax, se había cortado. Sus latidos estaban frenéticos, sentía unas corrientes eléctricas que recorrían su cuerpo. La sangre fluía de la piel morena, no mucho, pero sí lo suficiente para dejar rastros de ella. Cerró sus ojos, dejándose disfrutar libremente el doloroso placer. Su respiración poco a poco se acompasaba y la sensación del éxtasis poco a poco se desvanecía en la nada, dejando sólo el ardor de la herida. Pasó su dedo sobre la abertura de su piel, sintiendo una punzada que nuevamente le llenó de aquella embriagante sensación. Unos gritos la sacaron de su mundo, haciéndola recordar que todavía estaban sus padres llenando la casa con sus discusiones, maldita realidad. ~Gracias por leer~
