Dolor de muñeca

Dolor de muñeca​

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Sentada frente a la mesita de noche, observo como mis piernas tiemblan pero como soy de juguete no siento dolor. Sonrió al verte sonreír con cada juego que inventas para mí incluso si son falsos sentimientos que das para esta muñeca, mi alma aún fiel sigue siendo para ti. Das dos golpes a mi pecho dejando salir de mis labios un grito de dolor pero me lo soporto porque una muñeca no siente nada de ese sentimiento.Veo como te diviertes con tus otras muñecas y ciento un dolor vacio en mi pecho, pero me detengo ya que soy tu muñeca que no siente ningún dolor ni sentimiento soy más bien un juguete de tus pasatiempos por el que tú rompes y juegas día y noche sin ningún remordimiento.

Te burlas de mi cuerpo pero trato de ignorar eso, más bien ciento caer de mis ojos aquella lágrima que no deja de resbalar mis mejillas, trato de limpiarlas con un disimulo pero no deja de caer, así que pienso en tus falsas palabras cuando dices que sólo soy tu única mujer, y sonrío fríamente soñando en el día de tu muerte. Porqué pienso que una muñeca no llora si no que ríe falsamente para personas como tú. Me tomas de los pies para separar mis piernas y dejar llevar mis movimientos juntos con tus golpes por cada sensación. Después de que te marchas cada mañana miro mi reflejo en el espejo y detallo un moretón, pero me lo oculto con el maquillaje, ya que las muñecas no llevan moretón.

Llegas a la casa y me gritas sin pasión con un golpe en el rostro y “¡eres sólo una muñeca!” sin compasión, te sientas en la cama para tocar mi cuerpo pero tu mirada ya no es la misma, ya que me tomas con repulsión y me desnudas sin dolor para estar dentro de tu muñeca con harto placer y dejar a tu muñeca sola en esa cama semidesnuda con moretones nuevamente y sufrimiento por cada parte de mi cuerpo.

— “Soy sólo una muñeca” —Digo mirando mi rostro acabado y marchitado— debo dejar que él juegue con mi cuerpo para no apartarme de él ni un segundo —Me murmuro sin dejar a un lado aquellos dolores que me provocaste..

Luego de sentir, el dolor de ser humillada trato de salir de la habitación, pero observo a mí dueño sentado con otra muñeca, Yo de la confusión tomo un cuchillo y se lo incrusto a esa perra muñeca en el corazón sin ninguna compasión. Luego te miro fijamente a los ojos con el cuchillo en mano y en cada dedo el lindo aroma de venganza.

—Soy tu muñeca y no ciento dolor— Dije — Serás mi muñeco que no vivirá de amor — Terminé de decir para darte un puñal dos veces en su bello corazón.

Observo tu cuerpo en el suelo como un verdadero muñeco ya sin corazón, pero siento caer en mi un dolor inmenso y unas lágrimas que no paran de caer por mis mejillas, aún sabiendo que soy tu muñeca seré fiel a tus juego incluso si ya estás muerto, ya que una muñeca no siente dolor si su dueño ama aunque sea con repulsión.