The Walking Dead Dolor compartido [Aaron + Michonne]

Temporalidad: Este relato se ambienta en algún momento de la temporada 10.
Para la actividad: "Parejas disparejas" de ManaWYsalm . Me han tocado Michonne y Aaron, pero dada la trayectoria amorosa de estos dos personajes, no vi adecuado hacer algo de amor romántico entre ellos dos, pero sí he hecho algo del tipo "amor". Espero que sea del disfrute de quien se anime a leerlo.

La noche había caído muy fría y Michonne se frotaba las manos para tratar de hacer que entrasen en calor. Montaba guardia noche sí y noche también. Sus dos pequeños se encontraban algo disconformes con ello, porque veían a su madre extremadamente agotada, pero ella tenía que velar por sus compañeros y sobretodo, por ellos.
—Todo sería tan fácil contigo aquí, Rick —pensó tratando de acallar el dolor que sentía en el pecho al pensar en él, en quién había perdido.
Mientras estaba sumida en sus pensamientos, escuchó un sonido a sus espaldas. En cuestión de segundos se levantó y alzó la katana por delante de sí, para enfrentarse a cualquier peligro que la acechase.
Aaron apareció con las manos en alto.
—¿Ahora es delito padecer de insomnio? Por favor, baja esa arma —dijo con una media sonrisa.
—Deberías estar dormido, mañana será un día largo, especialmente si Alpha decide atacarnos.
Michonne no tenía fuerzas ni para sonreír a su amigo. Pero haciéndole caso, baja su arma. Habían sido días duros, días de decisiones difíciles y estaba realmente cansada.
—Deja que tome el relevo de la guardia por ti. Aunque yo no duerma una noche, no va a pasar nada, Michonne. Pero tú ya llevas desvelándote demasiadas noches. Tienes que dormir.
Michonne se quedó mirando al vacío, pensativa. Lo cierto era que no quería ni tampoco podía dormir.
—Cada vez que cierro los ojos, Aaron... —dijo, con la voz entrecortada y no continuó, porque vio en los ojos de su amigo la respuesta que ojalá no tuviese que recibir.
Él la entendía perfectamente. También había perdido a la persona que más amaba.
—Cuando yo los cierro, puedo imaginarme que nada de esto ha ocurrido, si me centro lo suficiente incluso puedo sentirle a mi lado. ¿Sabes? —dice posando una de sus manos en el hombro de ella—. Que su recuerdo nos dé aliento y que nuestro dolor nos conceda la venganza, Michonne.
La chica puede ver perfectamente el dolor en los ojos de su amigo. Ambos habían perdido mucho, muchísimo y sobretodo, habían perdido cada cosa que dieron por hecha en cada momento de su vida y se habían dado cuenta de que el mundo es así de cruel. Que aunque todo pueda parecer hermoso, en un segundo tu vida puede dar un giro de ciento ochenta grados.
—Si te niegas a dejar la guardia, al menos tendré que acompañarte —dice el chico aproximándose para sentarse a su lado.
Cuando quiere darse cuenta, Aaron ha dado un paso en falso y se adelanta demasiado, precipitándose sin remedio hacia delante y cayendo encima de Michonne, ambos en el suelo. Se queda mirando fijamente aquellos profundos ojos de su amiga, realmente cautivadores, que demarcan por todo lo que ha pasado.
—Si me sigues mirando así me voy a enamorar, Aaron —dice Michonne riéndose.
La sangre acude automáticamente a las mejillas del chico, que se levanta rápidamente y empieza a reírse también de la situación.
—Lo siento Michonne, pero de los dos, siempre me atrajo más Rick que tú, no es nada personal.
Ambos se ríen del comentario y de aquella situación. Luego se sientan a montar guardia. Será una noche larga, pero la buena compañía la hará más llevadera.
—Qué bueno es tener amigos —dice Michonne.
—Así es.
Ambos se agarran de la mano un instante, dándose uno al otro la fuerza necesaria para aguantar.