"Dolls"

re: "Dolls"

Jajajajajajaja xD bueeeh la verdad no me inspiré en ninguna serie para hacer este fic, fue espontánea se me ocurrió miestras hablaba con Gris xD y la verdad las chicas no son pretendientes de Ryoma son sus muñecas XDDDD lo querrar como un hermano pero nada más, juaz pronto ellas conocerán el amor ;)

 

re: "Dolls"

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~3~

~Desastre~​

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*+​

Una ráfaga de viento infranqueable azotó las canchas de tenis de la Seishun Gakuen, provocando que los cabellos de las perfectas mujeres danzaran con el viento haciéndolas ver más hermosas aún como un cuadro del Renacimiento en su máximo esplendor.
Los muchachos se habían quedado boquiabiertos, literalmente, tras escuchar las palabras de una de ellas “Nosotras somos las muñecas de Ryoma” aquellas palabras hicieron eco en los jóvenes que tuvieron que obligarse a menear su cabeza ante aquellos pensamientos que comenzaron a acosarlos de manera garrafal…
—¿Mu-muñecas de Ryoma? — cuestionó el ojivioleta quien había volteado sorprendido por aquellas palabras.
—O’chibi… — balbuceó en una voz tan débil el pelirrojo acróbata —. ¿Por qué dice que son tus muñecas?
Una risa burlona ahogó la quietud en la cual habían estado sumergidos hace unos momentos. Inui se había levantado riendo escandalosamente, todos al oírlo pensaron que se notaba más tétrico que de costumbre.
—Eso también debo anotarlo… — el muchacho recogió sus anteojos, los vislumbró a trasluz y los limpió cuidadosamente antes de volvérselos a poner, se los ajustó y seguidamente tomó su libreta para anotar algo que había estado espiando ya hace unas semanas.

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*+​

Había notado perfectamente que Echizen Júnior había estado extraño, se le veía nervioso últimamente, como que necesitado de algo, como que ido en sus pensamientos; era algo que sólo Inui Sadaharu podía haber observado en el pequeño prodigio, lo había estado investigando pero jamás, ni en sus peores pensamientos hubiese creído que Echizen Ryoma tuviese siete mujeres, hermosas y perfectas; y lo peor de todo era que las tenía sólo para él.
—Nunca pensé que Echizen sea tan desconsiderado con sus sempais, tener siete mujeres sólo para él — se había quejado Inui, pero sabía que algo no encajaba en todo esto.
—Eso responde a tu pregunta — la voz de May que destilaba toda su lujuria se dejó escuchar y se acercó sensualmente hacia el incauto capitán a quien lo rodeó por detrás para empezar a besar su cuello suavemente. Tezuka se había quedado estúpido ante aquello sin saber que hacer, no sabía como reaccionar o no quería reaccionar.
—¡Aléjate de él! ¡¡Es mío!! — se acercó violentamente una pelirroja dejando por fin a Ryoma Echizen tan sólo con Raven.
—No puede ser, ellas siempre tienen al más guapo — habló en una mueca la peligris soltando al fin la pierna de Ryoma.
—¡Te-Tezuka-buchou! — una muchacha, que recién llegaba, había gritado sorprendida por lo que acababa de ver… ¿Quiénes eran esas mujeres? ¿Quiénes?...
Todas levantaron su mirada hacia la muchacha recién llegada. Incluso Gen que ahora había empezado con el bento de Syusuke, quien generosamente se lo había dado. Sayu no fue la excepción, se acomodó en las piernas del Prodigio del Seigaku de manera que podía ver, con ojitos dormilones, a la recién llegada en un bostezo. Era de un cabello castaño oscuro, su piel era tersa y blanca, muy delicada, sus ojos pardos brillantes y soñadores. Sí, tenía una belleza, aunque no perfecta como las muñecas, pero belleza finalmente.
—¡Ay, por favor! Aquí vamos de nuevo — se expresó la peliazabache al ver como Raven se dirigía donde May y Hikaru, ignorando a la recién llegada.
—¿¡¡Qué se supone que pasa aquí!!? — gritó la mujer que había llegado. Tezuka, haciendo un esfuerzo sobrehumano, se soltó del fuerte agarre de la pelirroja y de la peliazul, para intentar reclamar algo pero... Raven había aparecido envolviéndolo por delante y él no podía contra tres, eso era imposible, tener que sacarse de encima a tres mujeres bellísimas… ¡Dios! No podía, después de todo era HOMBRE, y aunque lo aparentaba, NO era de piedra… no lo era.
—Rao-chan — Eiji se acercó a ella —. Ellas son las…
—No me interesa quienes sean ELLAS, se supone que deberían estar en SU entrenamiento y yo como la manager del equipo no permito esta clase de… no sé como llamarlo y que decepción Tezuka-buchou… ¡Qué decepción! — habló con pedantería, al sentir ORGULLO de ser la manager del equipo de tenis del Seigaku y a la vez alterada parándose como siempre segura, con las manos en la cintura.
—¿Quién es esta molestosa? — preguntó Gris frunciendo el ceño al escucharla gritar.
—¡¡Tú no te metas!! — le devolvió la castaña en un grito, un poco alterada.
—NO LE GRITAS A MI HERMANA — saltó Natsumi dispuesta a golpear a la manager del equipo.
Kawamura y Kaidoh tomaron a la rubia, uno de cada brazo, para evitar que golpeara a Rao. Gris revolvió sus ojos antes de acercarse a los mencionados, mientras que Natsu hacía todo lo posible para soltarse de los chicos: chilló, pataleó, jaloneó, sin resultado alguno y cuando estaba a punto de morder…
—Ustedes, suelten a mi hermana ¡Ahora! — Gris ordenó en una voz altiva.
—¡SUÉLTENME! —gritó Natsu alterada, llena de ira. Kawamura y Kaidoh dudaron.
—¡Tezuka-buchou!, haga algo rápido no pienso permitir el desorden en una práctica de tenis — expresó Rao demasiado enfada como para decir algo más, pero en respuesta obtuvo… silencio.
Estaba mirando a esas tres mujeres llena de… llena de algo… ¿De qué? Sí, eran celos, era ENVIDIA… Esas tres mujeres que empezaba a odiar por como estaban acariciando, besando, apapachando y quien sabe que más cosas a Tezuka Kunimitsu, su… ¿Cómo decirlo? El único hombre que le despertaba ese sentimiento sublime: Amor… y el muy insolente ni siquiera se estaba molestando en sacárselas de encima. Apretó sus puños en son de furia y su mirada se desvió hasta una de las bancas que lindaban las canchas de tenis… y ¿Qué era lo que sus hermosos ojos pardos estaban observando? “¿Quién está con Fuji-kun? ¿Quién?” Eso le provocó más rabia todavía. Fuji Syusuke, por su parte, era SU amigo y de nadie más… se llenó de AVARICIA… ¿Por qué no venía a apoyarla? ¿Por qué estaba con esa mujer? Esos eran los pensamientos de la castaña que parecía que pronto iba a estallar de la rabia que empezaba a sentir por dentro…

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*+​

Para esto, May, Hikaru y Raven estaban ahora encima de Tezuka que no sabía que hacer ante tremendo acoso.
—Ese aroma a… — May respiró tras el cuello de Tezuka mientras que en sus labios se formó una sutil sonrisa —. Hombre me excita, me dan ganas de hacerte mío.
—May, descarada, este hombre es mío, ¿Entendiste? Es Sólo MÍO — gritó Hikaru jalando a la peliazul de un brazo para alejarlo del capitán.
—Ellas siempre quieren al más guapo y sexy y a mi NUNCA me dan algo… son malas conmigo, ellas siempre tienen al mejor… ¿verdad que no te vas a ir con ellas? — la peligris habló con una voz que sonó dulce y engreída. Raven se abrazó al pecho del capitán quien ¡Por Dios! No sabía que hacer ante semejante tentación que tenía frente a sus ojos. Todo aquello que estaba observando con atención la manager le causó IRA… intentó romper una raqueta de tenis, la primera que había encontrado, curiosamente tenía una “E” en la empuñadura…

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*+​

Sayu, soltó un bostezo mientras seguía entre dormida y despierta hablando, conciente e inconcientemente con el Tensai del Seigaku.
—¿Siempre son así? — sonrió Syusuke mientras corría uno de los cabellos castaños de la muchacha para poder admirar mejor su belleza.
—Ahh~~ — soltó un bostezo Sayu antes de responder —. Sí~~, ya estoy acostumbrada~~~.
—Ya veo… — se sonrió aún más al notar que la muchacha se acurrucaba contra él.
—¿No tienes más de esos rollitos o como se llamen?, ¡¡están deliciosos!! — Gen empezó a buscar entre las cosas de Syusuke en busca de más y más y más comida.
—Sí pero…
Demasiado tarde, la muchacha pelirrosa había empezado a embutirse demasiado rápido los rollitos y no le había dado tiempo al castaño mencionarle que eran rollitos de sushi con wasabi y…
—Aahhhhh — un grito desesperado se escuchó en las canchas —. Ahhh ¿¡¡¡Qué demonios es esto!!!?…
Gen había sentido una nueva sensación, había conocido el sabor del picante que era desesperante y a la vez excitante. Syusuke sonrió burlonamente y Sayu dio un bostezo sin problemas. May, Hikaru y Raven no le prestaron atención por lo que siguieron en su disputa por Tezuka, mientras que Gris y Natsumi se apresuraron a mirar a la pelirrosa, quien rodaba por el suelo ante esa sensación que se le antojaba insoportable. Vueltas y vueltas daba rodando en la cancha de tenis, Eiji en un saltito perfecto, que entraba al top de sus mejores saltos, logró evitarla.
—¿QUÉ DEMONIOS LE DISTE A NUESTRA HERMANA? — gritó la rubia dispuesta a golpear a Syusuke, pero eso no sucedió porque nuevamente Kawamura y Kaidoh la agarraron de los brazos.
El aludido se sorprendió pero no se inmutó de donde estaba. Gris observaba como Gen tomaba bocanadas de aire desesperada y corría de aquí para allá demasiado excitada y hasta su rostro había tomado un tono rojizo. Momoshiro que había dejado de lloriquear por su almuerzo y que había regresado de su estado de shock, tras haber escuchado las palabras de May “Somos las muñecas de Ryoma”, también se había fijado en la muchacha pelirrosa que volvía a tirarse al suelo y rodaba y rodaba. La oportunidad de Inui se hizo presente y le acercó un vaso de alguno de los jugos que había preparado en esta oportunidad. Gen sin dudarlo se lo tomó de inmediato y…
—¡Oh, por Dios! Esto está… — nunca nadie supo que iba a decir porque la muchacha pelirrosa cayó al suelo inconciente… Todos se fijaron en ella y un silencio que pareció eterno ahogó el lugar… No habían pasado ni cinco minutos y lo que sucedió a continuación causó la sorpresa de todos —. Donde, donde, donde… ¿Dónde hay más de eso?… ¿Dónde? ¡Quiero más!
La pelirrosa se levantó de golpe, entre confundida y ansiosa, sus ojos buscaban con afán, algo que necesitaba en esos momentos…No, no era el jugo de Inui, Gen quería más de los rollitos de Sushi con wasabi, al tomar uno, se lo metió de inmediato a la boca con una mano y en la otra tenía un vaso del jugo de Inui súper mejorado, y entonces comía los rollitos de wasabi y los combinaba perfectamente con el jugo de Inui. Quién sabe que cosa saldría de esa mezcla, lo que sí era seguro es que Gen parecía disfrutar de aquello… pero lo recomendable era mejor no probarlo en casa.
—Interesante… esto lo anotaré también en mis datos — el típico personaje de los datos empezó con más de sus anotaciones.

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Rao no aguanto semejante situación, se sintió desesperada ¿Por qué esas mujeres besaban y ¡¡Desvestían a Tezuka!!? En su pelea por tener a Kunimitsu, May, Hikaru y Raven, habían comenzado a desvestir al capitán, le habían quitado su playera de titular y ahora se lo estaban arranchando… Rao estaba observando al capitán. Se había concentrado en sus bíceps y tríceps perfectos, sus hombros musculosos y muy bien diseñados en él, Rao tenía ganas de recorrer con un dedo sus pectorales y seguir bajando por ese abdomen bien formado y que daban ganas de dibujarlos con un dedo y sentir lo bien establecidos que estaban… Rao se lamió los labios inconcientemente, sin darse cuenta que se había llenado de LUJURIA.

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—Ryoma, vámonos de aquí — ordenó la peliazabache sumamente despreocupada.
—¿Por qué le ordenas a Echizen? — habló Momoshiro defendiendo al kouhai.
—Eso no es tu problema, insignificante — devolvió Gris mirándolo como cucaracha muy por debajo de ella.
—¿Qué me dijiste, Grisuchan? — Momo se enfurruñó de pronto y saltó dispuesto a enfrentar a la peliazabache.
—¿¡Cómo te atreves a dirigirme la palabra!? ¿Acaso no te has dado cuenta que eres un ser inferior a mi? — fue la contestación de esta.
—Por favor no peleen — interrumpió Eiji la discusión que empezaban a tener Gris y Momo, y ahora el pelirrojo fue quien recibió las miradas asesinas.
—¡¡TÚ NO TE METAS!! — le devolvieron los dos al unísono.

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Tezuka consiguió ponerse su polo nuevamente, ya no sabía que hacer para escapar de ellas, ahora entendía a Echizen perfectamente. Al igual que cualquiera, sentía los escalofríos y las ganas de quedarse y admirar la perfecta belleza de esas mujeres. Rao se sintió frustrada en esos momentos, no sabía que era lo que tenía que hacer para botar a todas esa mujeres que estaban arruinando totalmente su día, se sintió ansiosa, con deseos de… Metió su mano inmediatamente a su bolso y encontró ese apetitoso pan con salchicha, que no había comido en el almuerzo, y empezó a comer desesperadamente… GULA… la atrapó de inmediato.

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Natsu consiguió liberarse del fuerte agarre de Kawamura y Kaidoh, estampándole al primero un puñetazo directo a la nariz, logrando que esta sangrara inmediatamente y al segundo un perfecto codazo al estómago, sacándole por completo el aire. Finalmente los tomó de los cabellos y los azotó uno contra el otro para dejarlos tirados en el suelo totalmente inconcientes. Así se libró de aquella ira que la había inundado totalmente. Se sacudió las manos, mientras tratada de ubicar a Ryoma.
Echizen se había hartado por completo, todo se había convertido en un caos. Aprovechando que todos estaban concentrados en lo suyo y en vista de que la tierra no se abría y lo tragaba, guardó rápidamente sus raquetas en el raquetero y se los llevó al hombro, enfurruñado consiguió salirse de las canchas de tenis, deseando que esas mujeres se perdieran por allí y no le causaran más problemas, pero... ¿Sería buena idea irse y dejarlas?
—Está bien, me rindo — expresó Rao después de unos minutos. Se sentía inútil, sin saber que hacer para alejar a las muñecas de sus chicos, ella era la manager… ¿Por qué no le hacían caso? Cayó de rodillas al suelo haciendo puchero…

Rao cayó rendida, se acostó a un costado de la cancha, sumamente agotada, sin saber de que, si no había hecho absolutamente nada. Se acurrucó lo mejor que pudo y parpadeó varias veces mientras se perdía y aparecía la imagen de Tezuka tratando de liberarse de esas mujeres… sabía que podía ayudar, se le vino a la mente como alejar a esas mujeres, pero… sintió PEREZA.

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Inui permanecía en un costado tomando nota de todo lo que estaba observando, esas mujeres tenían algo, estaba seguro, pero no lo tenía claro, no sabía que… además que la belleza perfecta era estúpida, “nadie puede tener tanta belleza” se ajustó los anteojos antes de seguir anotando lo que su mente le mandaba escribir…
—Pero… ¿¡¡Qué pasa aquí!!? — llegó Sumire Ryuzaki y se había detenido con las manos en la cadera mirando preocupada e irritada la escena que se le presentaba en esos momentos.

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Rao para esos entonces había sentido el ORGULLO, la ENVIDIA, la AVARICIA, la IRA, la LUJURIA, la GULA y la PEREZA… Las muñecas de Ryoma habían causado ese efecto en aquella mujer, mas ella no lo sabía… tampoco sabía que había sido víctima de los Pecados Capitales… ¿Acaso la perfección hechas mujeres tenían cierto efecto en las mortales femeninas?
Las muñecas no sabían que consecuencias le traían sus actos, tampoco tenían muy en claro las palabras de la luna… Estaban inconcientes a todo el caos que estaban causando. Todo era nuevo y una sensación nueva.
Un nuevo suceso había acontecido en la vida de las muñecas, un nuevo problema o solución… muñecas a quien se les agotaba cada vez más el tiempo… la luna, un deseo, un sueño, un consuelo, ¿Qué más necesitaban?…

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*¡Sayonara minna ~~!*​

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**~ ӁĜ ~**​