Exterior Dojo de Kendo

Tema en 'Planta baja' iniciado por Yugen, 21 Abril 2020.

  1.  
    Zireael

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    Al final todo era un lío bastante grande, no tanto por su gravedad, si no por la cantidad de personas que involucraba. Que Altan, Anna, Kakeru, el padre de Al, yo misma y quién sabe qué más. Suponía que así eran las cosas a veces, que estábamos interconectados de formas que la gente ni siquiera imaginaba y los hilos que nos unían saltaban a la vista solo bajo ciertas condiciones. Por otro lado, reconocía que yo debía ser la menos afectada de todo el embrollo si lo veíamos desde afuera, los tres involucrados en el evento central eran otra moneda.

    Solo necesitaba tiempo para procesar el asunto que me involucraba a mí, eso era todo.

    Escuché el suspiro de Vero y supuse que estaría haciendo sus propias maquinaciones, había una parte de todo que no acababa de correspondernos, pero sabía el cariño que le tenía a Kakeru y yo misma le tenía afecto también. En el ir y venir de todo no debía haberla pasado bien en lo más mínimo y volví a pensar en el día del observatorio, en la supuesta insolación. Tan siquiera había podido estar con él y conversar, ya sonaba mejor que nada. No quería que ninguno la pasara mal, ¿pero qué podía en realidad hacer al respecto?

    Le solté la pregunta a Vero, una que sentí que solo podía hacerle a ella, y el desconcierto en su mirada me hizo pensar que tal vez solo me estaba haciendo un cacao mental con algo que no venía al caso, pero no era la primera vez que por ingenua algo me salía así. Por eso había tenido que aparecer Altan para que dejaran de molestarme en la escuela.

    Como fuese, a la pobre la atiborré de información, rebotó la palabra que yo había usado y asentí con la cabeza despacio, como aturdida, incluso yo entendía que había una diferencia en el uso de palabras. Por eso ahora también entendía que lo suyo con Anna iba más allá del simple gusto, porque había seguido la misma línea, no era cualquier cosa, era un sentimiento de verdad.

    En la verdad siempre existía cierta cuota de angustia.

    La cereza del pastel de mi monólogo fue lo del beso, por un segundo creí que tendría que levantar la quijada de Vero del suelo y sin darme cuenta hice lo mismo que con Erik, olvidé todo mi embrollo y me quedé atenta, por si tenía que desviar mis recursos mentales a ella. Se llevó la mano a los labios, consciente de su reacción, y me permití una sonrisa algo avergonzada. No había sido mi momento más brillante.

    Se levantó, seguí su recorrido con la vista y cuando me quitó el bento la dejé hacer, siquiera se me ocurrió poner resistencia, lo mismo cuando tomó mis manos. Lo que me pidió casi sonó a súplica y se me volvió a atascar algo en la garganta, bajé la mirada a nuestras manos, porque lo sabía. Sabía que Altan y yo no queríamos dejar de ser amigos por nada del mundo, que por eso él nunca se confesó hasta ahora y yo me había cubierto los ojos para no ver nada más.

    No me vi capaz de contestar, no sin que se me desarmara algo, así que solté una de mis manos con cuidado de las suyas y acaricié a Copito que había saltado a mi rodilla, como apoyando las palabras de Vero. Entonces estiré el índice, esperé para que se subiera y con mucho cuidado lo insté a acomodarse en mi coronilla, fue solo para poder apoyar las rodillas en el suelo y entonces envolver a Vero en un abrazo.

    Me había peinado, me había escuchado.

    No me dejaba sola.

    —Te quiero mucho, cielo —murmuré desde el refugio del abrazo y los ojos se me humedecieron sin permiso—. No sé qué vaya a pasar, solo sé que al menos ya se aclararon las cosas que se tenían que aclarar y el resto, supongo, es cuestión de tiempo. Tiempo en el que no estaré sola, te tengo a ti, todavía tengo a Al y a los demás. Soy muy feliz por haberlos conocido.

    Usé una mano para acariciarle el cabello, el manto de nieve, y le di las gracias en voz baja por escucharme, porque me sentía mejor luego de haberlo contado. Sabía que no debía quedarnos mucho de receso.

    —Sabes que espero noticias tuyas mañana —le dije al regresarle su espacio, ya el cristal de lágrimas se había disipado—. Creo que quedan unos minutitos de gloria, como parte de las gracias te puedo hacer algunas trenzas pequeñitas.


    me tomé licencias creativas con Copito porque así soy (???

    qué pedazo de viaje astral fue esta interacción JAJAJ sorry, Verito. Imagino que este es mi último post y por eso traté de ir acomodando todo hacia un cierre, aunque igual quedó medio atropellado. Fue un placer juntar a las lucecitas ♥
     
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