Self-insert Disculpa.

Tema en 'Literatura experimental' iniciado por Zireael, 24 Octubre 2017.

  1.  
    Zireael

    Zireael Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Escritora
    Título:
    Disculpa.
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    563
    Para el reto final de Serpientes y Escaleras. Trama: noche de luna llena. Objeto: tumba.

    Nuevamente, lazado a Cielo Nocturno. Esta creo que sí requiere un poquito más de contexto, pues menciona hechos de la trama central. Aún así, creo que basta con leer El Creador. La necia me llaman.
    Chotacabras: ave nocturna, también conocida como atajacaminos, cuyeo (en Costa Rica), gallinaciegas, anidan en el suelo y su plumaje se confunde con la hojarasca. Usé el nombre más común que se le da internacionalmente.







    Disculpa







    Algunos murciélagos volaban alrededor de los postes de alumbrado público, se les veía pasar, atrapando a los insectos atraídos por la luz. A los alrededores, por los matorrales, a veces era audible el canto de los chotacabras.

    Odiaba los cementerios, desde que tenía memoria los había odiado. Me daban escalofríos, más que porque fueran lugares llenos de retos humanos, era porque se trataba sitios cargados de tristeza. Era tanta que podía sentirse, pesaba.

    No tenía idea realmente de por qué me había atrevido a venir a esa hora, aunque no fuese tan tarde había anochecido y además me había colado como si fuese una delincuente. Era una estupidez. La luz de los postes y la de la luna llena alargaba las sombras, les daba un aspecto terrible, espectral. Deseaba salir huyendo, si era sincera, claro que lo deseaba pero sentía la obligación de acercarme a ese lugar de vez en cuando.

    Mi mirada se desvió a casi el final del cementerio, un rayo de luz amarillenta alcanzaba a iluminar una cruz torcida, rodeada de mala hierba. Nunca la había visto antes.
    Caminé movida por una fuerza desconocida, que pudo más que mi miedo y que cualquier atisbo de lógica. Me acerqué, evitando tropezar con mis propios pies y me agaché para retirar la maleza. Al leer la placa, se me heló el cuerpo y tuve que apoyarme en la cruz para no caer de cara al suelo.


    —Perdón. —Logré murmurar antes de ser incapaz de contener las lágrimas.


    Desconocía quién había hecho esa suerte de tumba y por qué no me lo había comentado, porque sabía que bajo tierra no había restos que le correspondieran, pero alguno de mis familiares debió haberse tomado la molestia en algún momento. La placa tenía los nombres de mis padres.

    Una tras otra, las tumbas iban sumándose a la lista, contra mi voluntad y la de cualquiera, pero fui consciente en ese momento, que a pesar de eso, había deseado que un individuo muriera, una de las personas que más había querido. Aunque ya había recibido la vista de la muerte, lo más bajo de mi ser exigía lo mismo para quien me había hecho tanto daño aunque decía amarme. Sentía que me disculpaba con la memoria de mis padres por no haber podido salvarlos, por no haberles agradecido todo su esfuerzo. Pero en ese momento, siendo bañada por la luz de la luna y presa de un llanto silencioso, sabía que me disculpaba específicamente con la memoria de mi madre, por el tipo de persona despreciable en el que me había convertido debido al sufrimiento emocional por el que había pasado, me disculpaba por haber deseado la muerte de Volkov y seguirla deseando.
     
    Última edición: 24 Octubre 2017
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