Microrrelato Diario ifantil

25 de Diciembre de 1972
Querido diario, hoy es un día normal y corriente, para mí. Hace poco ya perdí la ilusión y el entusiasmo por encontrarme en aquella pobre esquina algún regalo, ni si quiera un viejo árbol de navidad. Pero eso no importa, bastante tengo con este diario de hojas rotas y la mayoría quemadas, que bien no sé de donde papá y mamá sacaron la plata cuando no tenemos ni para comer. Pero yo estoy feliz, por suerte yo los tengo a ellos. No como mi amigo Diego, que hace menos de un año perdió a sus padres. A partir de aquel día no sé que ha sido de él, espero que esté bien.

La noche anterior no conseguí dormir porque escuché a mi padre gritar con su voz firme y rotunda que hacía que apenas se pudieran oír a los lejos los llantos de mi solitaria madre. Pero no me resulta algo extraño, esto lleva así desde que cumplí los siete años. ¡Qué tristes recuerdos! Cuando papá me encerraba en aquel cobertizo lleno de polvo, según él, era el lugar perfecto para que aprendiera a no llorar cuando mi madre lloraba y él le peleaba. Aunque, en verdad, tampoco es que ahora se me haga algo normal. Me da mucha pena oír a mi madre gritar de dolor, no hay día que papá no se enfade. No sé porque se enfada, mamá es muy fuerte y se tira todo el día limpiando la casa y cuidándome, a la pobre ya le falta tiempo incluso para fregar los cinco platos de la casa.

Siento que ya me tenga que ir despidiendo, pero siento como si este vaya a ser el último día que te escriba, diario. El lápiz se me está gastando y ya apenas puedo cogerlo para escribir bien. Me gustaría decir, por último, que hace días que no veo a mamá. Es inquietante, ¿qué le habrá pasado? Supongo que estará bien, pero me preocupa el no saber donde se encuentra ahora mismo. En fin, ¿qué puedo hacer yo si ya no me quedan apenas fuerzas ni para llegar al año que viene? Me pesa todo el cuerpo, a pesar de que no llego a pesar ni el mínimo de lo que tendría que pesar para mi edad.

Viene mi padre, probablemente me pegue por escribir.. él dice que no quiere que escriba, es una gripe. Yo de mayor quiero ser escritor, si al menos me diera tiempo para cumplir los 18...

Adiós mi querido diario y mi único compañero, espero poder escribirte en mi sueño eterno.

Siento no poner la fecha de hoy, solo quería decirte que papá me va a dar la oportunidad de abrazar el cuerpo de madre, y juntos nos hará un lugar muy cómodo de arena. ¡Incluso dice que nos pondrá una cruz que él mismo hará! ¿No es fantástico? Papá es muy bueno, se preocupa mucho por nosotros aunque no lo parezca. Me quedo sin sangre, ya no puedo seguir escrib..