Mini-rol Diamond pool [Gakkou Roleplay]

Mientras los chicos pensaban distraje la vista por la ventanilla y a lo largo del bus, compensando los giros y cambios de velocidad del transporte con mi propio cuerpo. La primera en darme su respuesta fue Emi, lucía bastante convencida de su elección y esbocé una sonrisa ligera, deslizando la mirada a Aleck. Música... Era un número grande, pero ¿cuál, exactamente? El chico escogió a Noelle, y la aclaración de que debía ser con el doblaje inglés me arrancó una risa.

—La Noelle superior, definitivamente —convine, relajando el semblante, y puse a trabajar mi neurona—. Muy bien, es un número grande. Música me gusta pero igual disfruto más Educación Física, y esa Noelle tiene un lugar especial en mi corazón, así que... ¿nueve?

 

Anna se tomó su tiempo para sopesar nuestras respuestas, incluso presentándonos en voz alta la justificación que le daba al número elegido en base a nuestras elecciones. Me sonreí un poco cuando dijo que sería un número alto, y aunque hice lo posible porque mis reacciones no fuesen demasiado obvias, al final no pude evitar que una ligera mueca de decepción se me plantase en el rostro cuando dio su respuesta final.

—¡Uy, casi! Era ocho~ Te has quedado muy cerca, así que... ¿te mereces un medio premio? —cuestioné, tras haberme llevado el dedo índice a la comisura del labio en un gesto pensativo, y le dediqué una sonrisilla traviesa antes de dar una palmadita de nada que atrajese la atención de ambos—. ¡Puedes pensarlo de camino!

Entre una cosa y otra, nos distrajimos lo suficiente como para que el viaje llegara a su final sin mucho percance; el autobús paró en la entrada del parque acuático y nosotros nos bajamos del mismo, junto al resto de pasajeros. Era todavía lo suficientemente temprano como para que el sitio no estuviese a reventar, aunque ya había una fila considerable formándose. Por suerte, no tuvimos que estar demasiado tiempo haciendo la misma y, una vez compramos nuestros boletos, nos adentramos en el lugar.

>>Yo voy a tener que entrar a los vestidores... —les dije después de un rato, al haber visto uno de los vestidores en cuestión a nuestro lado mientras caminábamos—. Uhm, ¿me acompañas, Annie? O podemos volver a encontrarnos en algún punto dentro de un ratillo.

 

Podía hacerme medio la indiferente y que el juego era lo que era: un entretenimiento casual; pero tras recibir sus pistas, exprimir mi cerebro y arriesgar, realmente habría preferido ganar. Ni modo, era competitiva. Saber que había errado me plasmó la decepción en el rostro y me quedé enfrascada ahí, incluso si Emi me había ofrecido medio premio y todo el rollo.

—Pero ¿qué es nueve, entonces? —insistí, muy seria—. Si Música es ocho y Educación física es diez, ¿qué sería nueve?

Con toda la tontería acabamos llegando a nuestro destino. El parque era enorme y ya desde afuera se notaba el tamaño de ciertas instalaciones, como las torres y los toboganes más altos. La fila de gente también estaba larguísima. En algún momento miré a Aleck de soslayo y creí notar la impaciencia que lo carcomía por dentro, pero no dije nada y me tragué la gracia. Yo también tendía a ser ansiosa, pero el chico me ganaba por goleada y al lado suyo ¿me neutralizaba un poco? ¿Algo así?

El clima dentro del parque era lo que uno esperaría del clima de un parque acuático: la gente iba y venía, conversaban, se oían las risas de los niños y los chapuzones a lo lejos; también el silbato inevitable de los guardavidas. Las personas solían ponerse muy tontas en el agua, ni modo. Emi mencionó que pasaría a los vestidores y asentí ante su ofrecimiento; llevaba la bikini debajo de la ropa pero me daba lo mismo acompañarla. Me enganché de su brazo y comencé a caminar.

—¡Ten mucho cuidado con lo que compras! —amenacé a Aleck, con el torso completamente orientado en su dirección—. ¡Mira que tengo todo el día para vengarme!

Ya en los vestidores, Emi fue a cambiarse y yo dejé el bolso sobre una mesada para quitarme la camiseta de tirantes, quedando sólo con el short de jean. Me arreglé la coleta, maté el tiempo en el móvil y la recibí de regreso con una sonrisa.

—¿Lista~? —canturreé, volviendo a buscar su brazo para salir en busca de Aleck.

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ya tenía esta imagen en mi board de outfits de Anna así que no me maté con la elección de bikini JAJAJA

 

De manera algo predecible, a Annie no le hizo mucha gracia haber fallado en el juego, y su pregunta hizo que me llevase el dedo índice a la comisura de los labios, en un gesto pensativo que, de todos modo, deshice rápidamente al encogerme de hombros junto a una risilla ligera. Había dicho Música porque sabía que le gustaba menos que Educación Física y bastante más que las demás, a decir verdad; quería decir, ¿había alguna otra asignatura que a Anna le gustase lo suficiente para darle un ocho? ¡No lo sabía! Quizás luego podría preguntarle, ¡ya por curiosidad!

—No sé, ¿el receso, quizás? —acabé por comentar, en un tono de voz liviano.

Sea como fuere, el asunto acabó diluyéndose cuando nos bajamos del bus para poder hacer la fila correspondiente. Una vez estuvimos dentro, le dije a Anna que me acompañara a los vestidores y ella aceptó, al mismo tiempo que Aleck se ofreció a comprarnos las bebidas mientras tanto; se lo agradecí con una sonrisa, antes de irnos a nuestro objetivo. La verdad era que yo también llevaba el traje de baño por debajo del vestido, pero eso no quitaba que me diera un poco de vergüenza quitármelo cuando hubiera tantísima gente a nuestro alrededor, y por eso había preferido hacerlo ahí. Con todo eso quería decir que tardé muy poco con todo el asunto, por lo que me reuní con Anna apenas un par de minutos después.

Asentí con la cabeza cuando la chica me recibió de vuelta y sonreí al sentir su brazo enganchándose del mío, simplemente contenta por poder estar ahí junto a ella. ¡Y Aleck también, claro! Solo era que Anna y yo... bueno, realmente disfrutaba muchísimo cada vez que nos veíamos fuera de la academia.

>>¿Y bien? —pregunté hacia el chico cuando lo encontramos, sin perder la sonrisa en ningún momento—. ¿Qué nos trajiste~?

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este es el bañador de la emiliana uwu

 

Cuando Emi apareció del interior de los vestidores le dediqué un vistazo de arriba abajo, bastante concienzudo, y regresé a sus ojos con una sonrisilla entre divertida y satisfecha. No dije una palabra, dudé que fuera necesario, y me enganché de su brazo y salimos al exterior como si nada. Además de ser bonita Emi era muy femenina, bastante más que yo, y había acabado acostumbrándome a buscarle las cosquillas con esa clase de gestos que, a ciencia cierta, no eran mentira. Sí pensaba que el bañador le quedaba pintadito y que parecía una muñequita, pero modularlo de forma tal que me permitiera molestarla era también parte de mis hobbies.

Afuera nos encontramos con Aleck, quien repartió las bebidas muy diligentemente. Recibí la malteada de fresa con una sonrisilla y jugueteé con el sorbete antes de llevármelo a los labios mientras lo escuchaba, por completo ajena al lío mental que mi tontería le había causado a la pobre criatura. Quería decir, lo de la carta a la policía no lo interpreté como señal de nada, si Aleck soltaba diez pavadas por segundo.

—Gracias~ —le dije a la pasada cuando ya se estaba yendo a los vestidores.

Seguí moviendo el sorbete, batiendo el contenido del vaso y demás, cuando enfoqué mi atención en Emily.

—¿Adónde vamos primero, entonces?

 

El repaso que Anna me hizo con la mirada no me pasó para nada desapercibido, y por supuesto que el gesto provocó que la cara se me pusiese como un tomate maduro al sentirlo. Me sentí algo cohibida, también halagada, y al final los nervios me impidieron comentar nada al respecto, simplemente dejándome llevar por ella del brazo mientras notaba que una pequeña sonrisa de emoción se abría paso en mi rostro.

Para cuando salimos de los vestidores, gran parte de la vergüenza se había evaporado, por lo que pude recibir a Aleck con la naturalidad suficiente para que no notase nada (aunque siendo Aleck, dudaba que aquel fuera el caso alguna vez). Nos entregó nuestras respectivas bebidas, justo antes de excusarse con alguna tontería nueva y salir corriendo hacia los vestidores masculinos; la escena me sacó una risilla ligera, que consiguió hacer desaparecer cualquier resabio de tensión que me hubiera quedado, y le di un sorbo a mi batido mientras escuchaba la pregunta de Anna.

—Pues... deberíamos buscar un sitio para dejar nuestras cosas, supongo. Uhm... —murmuré, dirigiendo la vista hacia la extensión del parque para ponerme a buscar un buen lugar en el mismo, colocándome la mano sobre los ojos para añadirle un poco de teatro al asunto—. Hemos llegado pronto, así que todavía hay un montón de sitio, por lo que veo. Estaría bien que pilláramos un sitio cerca de la piscina de olas, donde las palmeras... podemos ir ahí, por ejemplo.

Con la tontería, había acabado poniéndome de puntillas para intentar ver mejor la escena, así que tuve que dejarme caer sobre mis talones una vez terminé la investigación. Me giré para volver a mirar a Anna, sonriéndole con la pajita cerca de los labios, y no pude evitar pasear la vista por su figura en el proceso, notando un nuevo rubor alcanzándome las mejillas por el atrevimiento.

>>Estás muy guapa, Annie, por cierto...