Devoradores de almas...

Cuenta la leyenda que cada cien generaciones nacen un selecto grupo de devoradores de almas cada uno de ellos con el solo propósito de convertirse en el mayor y absoluto regente del otro mundo aquel que se convertirá en el contenedor de todas las almas posibles en el universo y por tanto en el absoluto gobernante.

Los profetas dicen que el próximo grupo ya ha nacido personas normales que descubrirán poco a poco que pueden absorber almas para fortalecerse, obteniendo más fuerza, más destreza o inteligencia. El numero de devoradores por generación es casi incalculable pero no importa cuántos de ellos nazcan al final solo quedara uno.
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Primero que nada quiero destacar que esto sera un fic colectivo en el que necesitare a unas 3 personas mas, de preferencia un chico y dos chicas, esto iniciara esta noche y posiblemente tambien terminara esta noche, si desean participar en el proyecto deboradores de almas solo deben desde ahora y hasta las 9 de la noche hora de venezuela postear lo que seria la introduccion de su personaje y como se descubre como deborador de alma, YO escojere a las 3 personas que participaran activamente y los que no sean seleccionados pues... tambien apareceran pero no activamente.

Nota importante este fic se actualizara aproximadamente cada hora o cada hora y media... si leyeron bien cada 60 minutos o cada 90 minutos, asi que por favor si quieren verme explotar mis capacidad creativa al maximo y quieren participar de esto no duden en escribir una pequeña introduccion de como un personaje se descubriria deborador de almas y como se enteran de que son lo que son.

No espero muchas continuaciones y no esperen continuaciones demasiado largas, pero aun asi actualizare con un aporte nuevo cada hora o cada hora y media... saludos de antemano y disculpen mi ortografia ando en el trabajo y escribo bastante rapido...

 

¿Como diablos había hecho para meterse en esa situación? Apenas unas horas atrás seguía siendo un chico normal y ahora estaba frente a un reconocido matón del pueblo habiéndolo desafiado a muerte… Pero esto no es todo, también resulta ser que es una especie de elegido o salvador mundial, definitivamente algo que sobrepasa por mucho su nivel de “rarismo” para un día.

Pero contemos su historia desde el principio, el es Masutaro, pero todos le dicen Masu o Mat, su padre es japonés y madre americana así que es un sangre mezclada que vive en América, su padre era un arqueólogo muy tradicionalista de las creencias y enseñanzas japonesas mientras que su madre era una especie de friki que amaba todo lo relacionado con Japón, su historia de amor fue muy hermosa, pero no la tocaremos aquí (tiene partes muy prohibidas) pero en general y luego de algunos años de casarse, tuvieron al pequeño Mat, el pequeño niño de unos humildes metro con sesenta centímetros y cuerpo flacucho y pálido era básicamente el hazmerreir de la ciudad, no era atlético, no era fuerte, no era nada, aunque algo si había que reconocerle no era estúpido.

Hasta la fecha nadie había evitado a tantos bravucones como el, era una especie de genio para descubrir rutas y trazar mapas por los cuales podría evitar convertirse en victima de abusos o malos tratos por lo que en su vida nunca fue golpeado, pero si fue bastante perseguido asi que de alguna forma el joven Masutaro siempre fue muy buen corredor y estratega. Aunque obviamente la valentía era por lejos una de sus peores cualidades, jamás dejo a algún amigo o alguna chica en apuros (aunque su experiencia con chicas sea tan alta como lo es un grano de arena).

Si se preguntan como Masutaro llego a esta situación, pues es todo por causa de los devoradores de almas… Ellos son una especie de… como decirlo, “chamanes” que se apoderan de la esencia vital de los demás para su propio beneficio y que cada cien generaciones aparecen en este mundo para disputar una terrible y cruel batalla en la que solo uno de ellos será elegido como el máximo devorador y se convertirá en aquel que obtenga todas las almas del mundo, convirtiéndolo en algo así como un dios.

Hoy ha ocurrido el momento en el que los devoradores de almas son liberados una vez mas a este mundo, ese momento en el que el mar se teñirá de rojo y los cielos lloraran ante la oleada de muerte que se avecina. A todas estas seguramente se preguntaran ¿quien soy yo?… Pues, yo soy un devorador de almas, uno bastante peligroso pero quiero que esto quede en secreto para Masutaro, creo que el porque lo sabremos mas adelante, pero volviendo a nuestro pequeño, creo que es momento de retroceder unas horas para que entiendan mucho mejor porque esta en donde esta y porque le ocurre lo que le ocurre.

Una hora antes…

-¡Masutaro! Te he dicho hasta el cansancio que dejes de correr por los pasillos-

Gritaba aquel impotente sujeto de un metro ochenta de estatura, piel morena y cabello muy corto de complexión robusta, su voz era bastante grabe y dado su tono molesto resultaba como el rugido de alguna bestia salvaje

-Lo siento profesor Soudam, es solo que llevo prisa una chica me espera-

La ceja arqueada del profesor Soudam ante algo tan ironico y difícil de creer hacia sentir al pobre chico bastante mas incomodo de lo que normalmente aquel profesor lo hacia sentir, pero antes de que pudiera replicar algo aquella voz grabe muy similar a un rugido volvió a retumbar en los corredores del instituto.

-¿desde cuando es problema nuestro que tengas una cita? ¡Vas a acatar las reglas aunque tenga que arrancarte una oreja para que aprendas!-

Tras su regaño fue directo a sujetar al joven estudiante de una oreja obligándolo a entrar a un salón de clases mientras algunas quejas y berrinches por parte de Masutaro causaban mucho mas alboroto en el instituto, luego arrastrarlo al fin al salón de clases fue por fin liberado.

-Tus padres se pondrán muy felices, su pequeño Masutaro al fin tiene una cita-

Esta vez la voz del profesor era mas burlona y suave aunque seguía conservando su tono característico, cosa que a Masutaro no parecía agradarle demasiado por lo que ya estaba planeando como alejarse del salón, lo que fue casi instantáneamente frustrado por el sorpresivamente hábil profesor Soudam

-¡Le he dicho muchas veces que me llame Mat! No me agrada demasiado que todos sepan que me llamo Masutaro-

Esta vez fue una carcajada monstruosa y aterradora lo que respondió el profesor, tanta fue su risa que incluso tuvo que sentarse en el escritorio para poder descansar luego del comentario del chico.

- Te conozco desde que naciste pequeño Masutaro y voy a llamarte por ese nombre hasta que mueras-

La sonrisa en el rostro del profesor era cada vez mas molesta para el pequeño por lo que rápidamente replico sin pensarlo

-Sera hasta que tú mueras Josh, eres mucho más viejo que yo-

El imponente cuerpo del profesor se abalanzo salvajemente sobre el muchacho quien reacciono haciendo algunas fintas que tristemente para el fueron adivinadas por su profesor el cual lo sujeto con fuerza de su hombro y con su mano libre procedió sin clemencia a… acariciar el cabello de su alumno mientras reía desvergonzadamente.

-Siempre diciendo tonterías pequeño Masutaro, es obvio que un niño flacucho como tu no vivirá mas de sesenta años, mas sin embargo un hombre tan maravilloso como yo, es probable que sobrepase los cien-

La respuesta de Mat no se hizo esperar pero esta vez con algo de miedo en su voz pues aquel profesor era un amigo de su familia desde antes de que el naciera y por mas que intentara nunca había podido burlarlo, de hecho, jamar había si quiera conseguido ganarle en un juego de azar y era esta una de las principales razones por las cuales ese profesor se había ganado su respeto, cosa que los demás docentes del instituto no tenían.

-¡No soy un niño, tengo dieciséis años! Y usted no va a vivir cien años con sus locas costumbres seguramente morirá apenas supere los treinta años…-

La cara del profesor pasó de una risa loca a una divertida mueca de asombro la cual no tardo en hacer que Masutaro se carcajeara fuertemente al igual que su profesor.

-Acabas de darme solo seis años de vida, eres un terrible estudiante, pequeño Masutaro. Pero bueno ya te he retenido demasiado, debes irte o tu noviecita imaginaria se marchara-

La indignación de Masu había alcanzado niveles épicos pero antes de que pudiera abrir su boca unas extrañas hebras luminosas de un blanco muy pálido comenzaron a emanar de la puerta, por lo que lejos de insultar a su profesor y correr, su curiosidad se hizo mayor pues mientras mas atención ponía muchas mas de estas cosas podía ver.

-¿Pero que demonios son esas cosas luminosas?-

La cara de sombro del profesor Soudam no fue algo normal, de hecho tardo algunos segundos en responderle a su joven estudiante, no sin antes interrogarlo sobre si realmente podía ver lo que había señalado, la respuesta formativa lo dejo un tanto mas perplejo pero no habiendo otra explicación respondió de la forma mas directa y sincera que pudo.

-Es resplandor de alma, solo los devoradores de almas pueden verlas y apoderarse de ellas, no pensé que tu pudieses ser uno, tus padres seguramente estarán muy orgullosos de ti, me lo agradecerán mucho también. Seguro que ha sido la influencia de un profesor tan genial como yo que han despertado tus dotes de devorador-

La cara de Masutaro paso de perpleja a desconfiada en poco menos de unos segundos, imaginaba que su profesor lo estaba molestando como siempre y que se las había ingeniado para armar este teatro y burlarse mucho mas de el, los siguientes acontecimientos fueron muy rápidos, para el jovencito, una fuerte explosión sacudió el instituto, algo desorientado por la explosión y habiendo percibido la alteración en los “resplandores de almas” corrió con todas sus fuerzas, mas que por curiosidad fue por temor, aquellas luces pálidas de colores se arremolinaban y se dirigían todas en una dirección, esa en la cual lo estaría esperando aquella chica, pero al llegar al lugar del encuentro solo encontró los cuerpos desparramados de un sinfín de compañeros.

Miro a todas partes intentando reconocer a alguno o entender lo que ocurría mientras se apartaba de la vista del sujeto que “absorbía” todas las hebras de luz, desafortunadamente para el pequeño Masu el sujeto monstruosamente alto de unos dos metros y delgado como si se tratara de un enorme espantapájaros había captado su atención en el, el terror lo había invadido al punto de no poder moverse mientras su cabeza se llenaba de preguntas… ¿estarían muertos?, ¿seria el próximo en morir?, ¿Qué había ocurrido en este lugar?, ¿Qué era todo eso de devoradores de almas? Mientras mas y mas preguntas llegaban una fuerte voz lo hizo reaccionar.

-¡Es otro devorador de almas Masutaro! Si quieres que tus compañeros despierten debes vencerlo, lucha con todas tus fuerzas y no te preocupes mientras yo este aquí el no te matara-

La voz del profesor Soudam no fue para nada tranquilizadora, al contrario solo causo mas tensión al pobre muchacho mientras aquel sujeto ahora mas cerca miraba de forma asesina al pobre jovenzuelo que a penas y podía mantenerse en pie.

Y así llegamos al momento en el que inicie esta historia, Masutaro el recién descubierto devorador de almas contra un sujeto malvado y asesino… Creo que el podrá hacerlo… o eso espero… es probable que enviara al pobre chico a su muerte sin saberlo jajajaja…

 

El joven Masutaro nunca había sentido su cuerpo tan adolorido, había apenas despertado luego de una sorprendente noche de malestar e incomodidad, aun le costaba creer todo lo que había ocurrido, lo que en tan poco tiempo había vivido pero había algo excitante en todo esto, algo de lo que por fin podría sentirse orgulloso y esa pequeña revelación fue rápidamente interrumpida por su madre, quien se abalanzo sobre el chico que apenas tomaba conciencia plena de que se encontraba en su habitación y que su madre estaba aplastando su maltrecho cuerpo lo que le propicio una nueva oleada de dolor y malestar.

-¡Madre, no puedes entender que estoy lastimado!-

-Mi pequeño, pequeño Masu pudo haber muerto, estaba muy preocupada-

La voz de la madre del chico era obviamente de preocupación pero no podía evitar decirlo con algo de maternal burla, mientras de golpe una familiar voz firma y grave le helaba la sangre al chico y lo irritaba hasta los huesos

-No exageres Miliana, no importa lo que pasara el no hubiese muerto-

A penas y pudo terminar la frase cuando una encolerizada voz del chico en cama atormento a los presentes con sus estridentes gritos

-¡Todo esto es tú culpa, tú fuiste el que me puso en esa situación!-

Una vez mas las carcajadas del profesor retumbaron en los oídos del chico y esta vez se acerco a el dándole fuertes palmadas sobre su cabeza que parecían mas que palmadas fuertes golpes que hundían al muchacho mas y mas en la cama hasta el punto de hacerlo recostarse una vez mas para evitar mas palmadas.

-Es lo menos que podía hacer por ti pequeño, pero debes alegrarte estas vivo, deberías estarme agradecido…-

Pero en ese instante una nueva rabieta lleno de valor al pequeño Mat interrumpiendo a toda voz a su profesor.

-¿Agradecer? Me lanzo contra ese monstruo sin darme explicaciones, ¡en estos momento lo único que puedo sentir por usted es odio!-

La mirada de Josh se poso sobre el chico y luego sonrió una vez mas, esa era su habitual sonrisa, burlona y sarcástica algo malo iba a ocurrirle, podía sentirlo, así que preparo su cuerpo para las posibles reprimendas que recibiría, pero en su lugar solo escucho la voz del profesor Soudam una vez más.

-Como decía… Deberías estarme agradecido de que trajera conmigo a esta hermosa niña que ha estado tan preocupada por ti desde el incidente de ayer…-

Su sonrisa malévola se incrementaba mientras la cara de Masutaro pasaba de un blanco enfermo a un rojo muerte al ver como el profesor se hacia a un lado y le permitía ver a una compañera de clases, la chica en cuestión era de la misma estatura de Masu, con cabello castaño oscuro y ojos del mismo color, su piel era blanca casi tanto que el rubor de sus mejillas resultaba muy obvio para todos los presentes en la habitación por lo que una vez mas el amable y agraciado profesor se vio en la necesidad de tomar la palabra.

-Bien Miliana es momento de irnos, debemos dejar a estos chicos a solas, deben tener mucho de que hablar y no te preocupes Masutaro… Guardare su secreto-

Les dijo acompañando a la madre de Mat fuera de su habitación mientras esta sorprendida balbuceaba algo parecido a “mi bebe tiene un secreto con una chica, ya es un hombre…” mientras el profesor Soudam simplemente reía a carcajadas dejando solos a los chicos.

Pasaron poco mas de dos horas cuando la compañera de clases de Masu salió de su habitación, se le veía mas tranquila, sonriente y aunque la madre de Mat había estado husmeando en la habitación Soudam se había encargado de que los chicos pudieran hablar a solas, pero con la llegada del padre Masutaro era momento de retomar una importante conversación.

Los tres entraron en la habitación del chico que seguía en cama sin intenciones de poder levantarse o poder hacer algo más allá de descansar, el padre de Masu el señor Toramura traia consigo un libro bastante antiguo y con grabados extraños, Josh se lo paso a Masutaro sin esperar preguntas de su parte y este comenzó a leerlo lo que hizo que Toramura asintiera a su esposa, era la mas fiel evidencia de que era un devorador de almas ya no había nada mas que hacer y todo quedaría en manos de Soudam

-¿Qué significa esto de que somos peligroso?-

La mirada de Josh fue calmada aunque su cara parecía contener las risas, aun así se mantuvo serio y comenzó con la explicación de forma apacible.

-Lo que ocurrió ayer fue causa de un devorador de almas que sobrepaso su limite, si muerdes mas de lo que puedes masticar pueden ocurrirte cosas terribles-

La seriedad el profesor había superado lo anteriormente conocido, Josh se caracterizaba por ser un sujeto burlón y risueño era muy extraño verlo hablando de esta forma tan seria por lo que Masutaro se abstuvo de preguntar cualquier tontería.

-Ayer sobreviviste solo porque yo estuve allí Masu, si hubieses estado solo, toda la escuela incluyéndote estarían muertos, se que tienes muchas preguntas, pero este no es el momento para responderlas, descansa por ahora mañana cuando puedas ponerte de pie te mostrare lo que es realmente ser un devorador de almas y podrás comprender el enorme peligro en el que te encuentras ahora-

Luego de sus palabras su madre acaricio su rostro y su padre le dio una leve palmada en el hombro, para el era algo muy extraño pero al posar su mirada en el reloj había notado que eran pasadas las diez de la noche y que había perdido todo el día y que aun no entendía nada.

Con algo de dificultad se recostó una vez mas y callo profundamente dormido aunque algunos malos sueños comenzaron a aquejarlo esa noche, sueños que tal vez lo perseguirían por el resto de sus días.