Detras de la mascara...

Re: Detras de la mascara...

hola chicas!!

Paso rapido a decir que no estoy segura de poner conti por mañana ni pasado.

Espero poder ponerla el jueves (que es dia del trabajador, feriado wii! xD)

sep?

espero me esperen, y me sepan entender, mañana tengo evaluacion, y un trabajo práctico de quimica, y para el viernes... prefiero faltar!!

Mil disculpas!!

Kisses

 

Re: Detras de la mascara...

Hola chicas! todo bien?

Paso rapidito, hice una conti, no es lo de siempre, pero algo es algo...

Bueno...

Contesto todo mezcladito?


Shippo y Lin... a ver, como lo explico? bueno, ellos son como niños anormales, porque su mision sería cuidar de nuestros personajes favoritos (:P), y hacer que la historia siga su rumbo. Es por eso, ellos hasta el momento que no toque decir nada serían CASI normales.

Ok, Kagome es medio torpe, lo sé... hasta a mi me dan ganas de matarla!! Pero así es ella...

Y... Sesshoumaru... bueno, se canso, diganme si ustedes tratan de decir algo muchas veces, o lo dicen, y la otra persona no te cree, no te cree, no te cree, te vas a cansar!

Así que bueno.

Espero que eso sirva, ahora les traigo la conti!

Kisses

 

Re: Detras de la mascara...

[FONT=&quot]
Cap. 23: Plan en marcha



Los rayos del sol le molestaban, se tapó aún más con las blancas sábanas. Y repaso lo que tendría que hacer ese día… pero no hallaba nada importante como para levantarse. Entonces recordó los sucesos del día anterior, recordó a Shippo, a Lin, y a sus palabras… luego, por su mente, divagaron recuerdos de Sesshoumaru, de su Sesshoumaru… ¿Podría perdonarlo? Se preguntaba… pero era más importante aún ¿Lo acusaba de algo, realmente? ¿O lo quería tanto, como para exiliarlo de todas esas acusaciones que había hecho el día anterior? Aún no le quedaba claro.


“¡Akira!” Pensó como un rayo, se regañó a sí misma por olvidar ir a visitarla, pero es que no había tenido buenos momentos para hacerlo. Se paró y vistió. Se puso un vestido blanco largo, pero sin tocar el suelo, se ajustaba en su cintura, y era ceñido en la parte de los pechos. Tenía unos motivos de flores bordadas en un color blanco menos puro. Dejó su cabello suelto, no se vio al espejo, no era vanidosa.

- ¡Kagome! – Exclamó con dulzura y alegría el pequeño niño pelirrojo, al tiempo que saltaba a sus brazos.

- Buen día, Shippo. – Contestó recibiéndolo en sus brazos fríamente.

- ¿Qué te ocurre? – Preguntó preocupado.

- Ni creas que me olvidé de lo de ayer. – Contestó tajante. Le costaba hablarle así, pero era para que aprenda. “Oh, al diablo” – Ven, vamos a desayunar. – Le propuso, ahora, alegremente.

- ¡Claro! – Grito el pequeñín. – ¿Vamos a lo de la abuela Akira? – Preguntó emocionado.

Kagome solo suspiró… - Por supuesto. Vamos. – De todos modos iba a ir, ¿no?




- ¡Kagome, linda! ¡Qué alegría verte! Hacía bastante no pasabas por acá… Oh, Shippo, ¡qué grande que estás! – Exclamó mientras aupaba* al pequeño.

- ¡Abuela! – Gritaba alegre el pequeñín. Se bajó inmediatamente, al notar la presencia de otra señora, bastante mayor. – ¡Kaede! – gritó efusivamente, lanzándose a sus brazos – Las extrañé mucho. – Les informó.

- Ya, Shippo. Ven, vamos a jugar. – Propuso Kaede llevando al niño de la mano, dejando, así, solas a Kagome y a Akira.

- Kagome, ¿te ocurre algo? – Su voz sonaba preocupada.

- No, está todo bien. ¿Por qué lo dices? – Se extrañó por la reacción de Akira.

- Bueno, es que… para ser sinceras, me pareció raro que no te aparecieras por tanto tiempo, y además te ves algo… preocupada. ¿Puede ser? – Preguntó como si estuviese jugando a las adivinanzas.

- Jejeje –rió nerviosa- Solo… un… - no encontraba las palabras para decirlo, que a la vez no delatara lo que le ocurría – pequeño percance. – Terminó por completar la frase, algo que no se podía negar.

- Dime, ¿has visto a mi hijo? Él también tiene tiempo sin pasar por aquí. – Dijo en tono frío, aunque no se asemejaba, siquiera, al de Sesshoumaru, pensó. Luego, se reprochó mentalmente por pensar en él.

- Sí, lo he visto. – Contestó. – Pero no cruzamos palabras. – Mintió.

Akira cambió el gesto curioso que adornaba su rostro, y, en su lugar, apareció un gesto pícaro. Y a ello lo acompañaron un par de palabras…

- ¡Kagome! ¡No me quiero ni imaginar lo que habrán cruzado! – Rió al ver la expresión de Kagome, quien no se esperaba semejante cosa.

- ¡Akira! – Le regañó Kagome, con un tono apenado.

- Hay, linda, tú solo recuerda que él se casará dentro de poco… - sus palabras cesaron en seco, al notar que sus ojos habían perdido brillo al oír eso, y ahora, en vez de felicidad, delataban que ello no le agradaba, delataban tristeza. – Yo sé cuánto lo quieres. Aún no entiendo por qué no se lo dijiste… - Dijo más para ella misma que para Kagome.




- ¡Sango, vuelve! – Gritaba Miroku, mientras pretendía seguirla, mientras la aludida caminaba a grandes zancadas, evidentemente molesta.

A unos cuantos pasos de allí, Kikyo e Inuyasha reían por las acciones de los jóvenes, que, según ellos, actuaban como niños.

- ¡Miroku no cambiará jamás! – Rió Kikyo.

- No, pero pobre Sango, ¡es ella quien debe soportar sus mañas!

- Hay, mi amor… Dime… cuando le diremos a tus padres lo de… - dijo con cierto aire de misterio.

- No lo sé. ¿Qué te parece en la cena del viernes? Sería perfecto.

- Buena idea, amor. – Termino besándolo. – Aunque pensándolo bien, debemos invitar a Kagome, hace mucho que no la vemos y me gustaría que ella sepa de esto. – Inuyasha la interrumpía con uno y otro beso.

Un ruido los detuvo, era Miroku, quien intentaba llamar la atención de los jóvenes enamorados.

- Tal parece, Sango, que Miroku siempre te convence. – Rió Inuyasha, al verlos a ambos parados frente a ellos.

- Si, ¡pero que sepa que no se me olvida! – Eso, lo dijo mirando a Miroku muy enojada.

- ¿Qué paso? – Se oyó preguntar a Rin.

- Que… éste… éste… degenerado, pervertido, descarado, inútil, tarado, morboso…

- ¡Ya entendí! – La cortó Miroku.

- Ahh – dijo entendiendo - ¿paso lo de siempre? – Preguntó a Kikyo y a Inuyasha.

- Si, lo de siempre. – Rió Kikyo.

- Díganme, ¿Alguien ha visto a Sesshoumaru? Es que no lo veo hace días…

- ¡Seguramente ese idiota anda por ahí con alguien! – Dijo burlándose de su hermano, aprovechando que no estaba. De pronto, recibió un coscorrón en la cabeza.

- “Ese idiota” te ordena que vayas con tu padre. – Su tono de voz, como siempre, gélido, hizo que a todos les dé un escalofrío.

- ¡No eres quien para decirlo! – Se quejó Inuyasha

- Ahora. – Completó, a Inuyasha no le quedaba otra que obedecerle, ya que era su hermano mayor y no convenía hacerlo enojar, y eso, lo había comprobado…

- Sesshoumaru, tenemos que hablar. – Le informó Rin, a lo que no obtuvo respuesta, ya que Sesshoumaru se encaminaba a la biblioteca, donde lo esperaban su padre y su hermano.



- ¿Qué demonios querrá? – Preguntaba impaciente el hijo Taisho menor.

- Calma Inuyasha, tu hermano no hace reuniones por cosas que no valgan la pena. – Le intentó calmar el hombre de cabellera plateada, a su hijo.
La puerta se abrió, dando paso a la varonil figura de Sesshoumaru.

- ¿Qué querías? – Preguntó de mala gana, inmediatamente al entrar Sesshoumaru.

Sesshoumaru siquiera le contestó, se limitó a sentarse en un gran sillón, se acomodó y fijó la mirada sobre sus familiares, esa mirada fría, indiferente e intimidante, intimidante hasta para su propio padre.

- A lo que venía… Padre, – dijo mirándolo exclusivamente a él – en vista de que ya no eres tan joven como antes, que se aproxima una guerra y no estás en condiciones de sobrellevarla, me vi en derecho de exigir mi puesto en el trono.

- ¿Quién te crees? – Replicó Inuyasha – ¡Yo también merezco el trono! – Intentó, en vano, discutir, ya que Sesshoumaru hizo caso omiso de sus palabras.

Inu No Taisho, no sabía que contestar a su hijo. Era cierto, él no estaba en condiciones de sobrellevar una guerra… pero… ¡Un momento! ¡Qué guerra?

- Sesshoumaru, hijo, ¿De qué guerra hablas? Si estamos en paz con todos los pueblos vecinos. – Expuso.

- ¿Seguro que todos?

- ¡Padre! – Le llamó Inuyasha – ¡No es justo, yo merezco ser rey más que Sesshoumaru!

- Eso no es cierto, Inuyasha. Sesshoumaru por ser el mayor, tiene el derecho y la obligación de dirigir el pueblo cuando yo no esté. – Le explicó. - ¿Sesshoumaru, que ocurriría si no te entrego lo que pides? Realmente no estoy seguro de la guerra de la que hablas, y me parece totalmente ilógico.

Ante la mirada de burla de Inuyasha, y una mirada desaprobatoria de su padre, Sesshoumaru decidió contestar a la pregunta.

- Simple, si te vas a la guerra, morirás en manos del enemigo, y tu esposa corre peligro. – Dijo mirándolo fríamente.

- ¿Qué mamá qué? – Inuyasha no entendía nada. - ¿Por qué mamá correría peligro?

- ¿Y qué hay de Inuyasha? – Preguntó el hombre, que ya tenía sus cuantos años, en tono preocupado.

- Simple, él moriría.

- Inuyasha, vete afuera. – Le ordenó Inu No Taisho, temiendo lo que creía. Inuyasha obedeció sin replicar.

Al salir Inuyasha…

- ¿A qué quieres llegar? – Exigió saber Inu No.

- Ya lo sabes. Tú no eres apto para gobernar, y en vista de que ya tengo la edad suficiente, exijo mi puesto. Sabes que en cualquier momento le puede pasar algo a tu querida familia…

Inu No Taisho se había puesto pálido, de solo pensar en lo que Sesshoumaru era capaz de hacerles… Sabía que su hijo era frío y desinteresado por los demás, pero… ¿Se atrevería a asesinar a Izayoi y a su hermano? Eso era algo que tenía claro: Sesshoumaru no se atrevería.

- Lo siento Sesshoumaru. Pero no… aún no… - Dijo para dar la media vuelta y salir de la biblioteca.


El peli plateado quedó solo en la gran biblioteca, y rió para sus adentros. Él sabía que su padre rechazaría su propuesta, y era exactamente lo que esperaba. Era hora de tomar el control.


La puerta sonó, dos, tres leves golpes.

- Adelante. – Fue lo que necesitó la persona que lo “molestaba”, para entrar.

- Sessho, ¿Te ocurre algo? – Preguntó con voz dulce, mas no era la de antes. Aquella voz de… ¿enamorada? Tan cariñosa y ridícula, pensaba.

- ¿Por qué crees eso? – Le contestó, con una pregunta, en su habitual tono indiferente.

- Digo… ya que no te apareciste por días… Y dijeron que… - No se atrevía a terminar la frase.

- ¿Qué dijeron? – Su tono autoritario, intimidaba a quien sea.

- Sesshoumaru, ya que nos vamos a casar… ¿Me serás fiel por siempre, sin importar nada? – Preguntó rápido, tanto que poco se entendía.


Un ruido, otra vez la puerta. Kikyo apareció tras ella.

- Disculpen mi interrupción, pero Rin, los busca tu madre.

- Ok, gracias. – Respondió la pelinegra, saliendo tras Sesshoumaru y Kikyo.




- ¿Y qué creen que pueda hacer ahora? – Preguntó la de cabellos azabaches, a su amiga Ayame, quien las acompañaba, y a Akira. – Ya no sé si creerle… - Miraba hacia abajo, al suelo, como si éste le pueda dar una solución.

- Kag, ¿No probaste con creer lo que te dice? – Preguntó la pelirroja.

- Es que no puedo… no puedo… ¿Saben? Las dejo charlando. Ahora vuelvo. –Se excusó y salió de allí casi corriendo.

Ambas mujeres suspiraron…

- ¿Qué cree que ocurra con ellos? – Preguntó Ayame a la reina.

- Si siguen así… él se casará… y ella… bueno, no lo sé.

- Pero… ¡No es justo! Ella merece ser feliz.

- Si, lo merece. Pero ninguno de los dos conseguirá la felicidad si siguen así… - Dijo desaprobatoriamente, la mujer mayor.



Otra vez, todo le daba vueltas en la cabeza, no sabía que hacer: Si perdonarlo, si creerle, si dejarlo todo como estaba, si solucionar las cosas… Le dolía esa situación, ahora más que nunca, ya que esa era la situación que habían llevado por tanto tiempo. Y ahora que Bankotsu no estaba, ¿Qué hacer? ¿Podría creer que su mejor amigo, aquel que estuvo siempre con ella, pueda ser aquel que la traicionó? Que la traicionó, a ella y a sus padres, a los colegas de sus padres…


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* Aupar: tenerlo en brazos, de tenerlo upa.


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Espero les guste!

Y espero tener más tiempo! Veo si en la semana puedo traer otra conti , sep?

Musha suerte!

Kisses[/FONT]

 

Re: Detras de la mascara...

Hola a todas! Gracias por sus post!

Pasaba a decir, que las críticas CONSTRUCTIVAS las acepto con mucho gusto!

Así que si algo no les parece, o creen que puede mejorar, díganmelo, así sabré (o no xD) que hacer. ¿Si? Porque si ustedes no me dicen, yo no me doy cuenta.

Muchos kisses!

 

Re: Detras de la mascara...

SesshoKag: Holis! mmm, no lo dije, creo, en ningun momento, pero sí... o no :P No, en serio, lo es ^^ Aunque se vaya a casar con Rin xD

Yuna- Li: Si, pero dan TANTAS vueltas! Verás que no será necesario que nadie interrumpa, porque ellos solitos se encargan de arruinarse todo ¬¬

Ceresitaboni: ^^ me alegra que te guste! :P A mi tambien, en especial cuando se supone son "señoritas" ^^

Sunzure: Pues, tu pensamiento no está errado, pero verás que Kagome no piensa igual! Es un tanto dramática, lo se. Pero era necesario :P

Pan- Chan: mmm... si, pero no es un Sesshxkagxbank, es un Sessxkag. Aunque Bankotsu tenga que ver con Kagome, a ella lo que le duele, es que, como él siempre estuvo a su lado, le cuesta saber y asimilar que se va y la deja, y que él la traiciono.

Suri: Me alegra que te guste ^^ Y dejala criticar, ya que sus críticas me ayudaran a mejorar..

 

Re: Detras de la mascara...

Cap. 24: ¿Cancelar la boda?


[FONT=&quot]Al bajar, la señora Aikido los esperaba. Con un ademán, les indicó que se sienten. Rin obedeció, Sesshoumaru, en cambio, decidió quedarse parado. Sentada, también, estaba Izayoi.

- Bien, a lo que los llamaba. Ya está todo arreglado. Con Izayoi ya tenemos el vestido, traje, salón-iglesia, lista de invitados, y demás.

- El traje, es algo que escogeré yo mismo. – Informó tajante. – La lista de invitados, debemos escogerla nosotros, al igual que todo lo demás.

- Sesshoumaru, ¡no seas mal agradecido! – Le reprochó Izayoi.

Rin miró a Sesshoumaru un momento, luego a su madre, y, finalmente, a Izayoi…

- No quiero casarme. – Dijo en medio del silencio.

- Ya lo discutimos, te casarás quieras o no. – Sentenció su madre.

- Pero querida, ¿No amabas a Sesshoumaru? – Pregunta Izayoi confundida.

- Si, pero hasta que me di cuenta que mi amor era de otra persona… Lo siento Sesshoumaru, pero también sé que tú no me amas. Sé que no quieres casarte, pero… por no sé qué motivos lo harás… aún sabiendo que así no serás feliz.

- ¿Pero qué dices? – Preguntó muy molesta la Sra. Aikido. – Se van a casar, ¡y que no se diga más!

- Si, creo que es lo mejor. – Completó Izayoi.

- ¡Ustedes solo ven lo que es mejor para ustedes, no para nosotros!

- ¿Para esto me llamaron? – Su molestia era disimulada por un tono frío que les erizó la piel. – La boda será dentro de tres días. – Dijo parándose y marchándose. Rin se paró y lo siguió, lo tomó del brazo e intentó hacer que se dé la vuelta, pero no lo logró.

- Sesshoumaru, yo… amo a otra persona, ¡no me hagas esto! – Le pidió.

- Luego te puedes ir, si quieres. Pero la boda se llevará a cabo…

- Dime… ¿La amas? – Su pregunta tomó desprevenido a Sesshoumaru, aunque no lo demostró.

- ¿A quién?

- Vamos, no finjas. A Kagome.

- ¿Por qué lo dices?

- Bueno… no lo sé… solo creo que fue mi impresión. – Rió. - ¿La amas? – Insistió.

- No es tu asunto. – Contestó tajantemente.

- Claro que lo es. Vamos a casarnos, ¿lo recuerdas?

- Aún así, no es asunto tuyo. – Tras decir eso siguió caminando. Ella lo siguió.

- ¿Acaso pelearon, de nuevo? – Preguntó sin obtener respuesta. – Ya veo. Si me contestas puedo ayudarte con ella.- Propuso sonriente, el no le hizo caso.

Al notar que no lograría nada, se retiró. Volvió al salón, donde estaba su madre.

- Madre, ya lo he dicho: no me casaré. Debido a que eso significaría la infelicidad de ambos.

- Pero linda, – la llamó Izayoi – ¿no eras tú, quien decía amar a Sesshoumaru?

- Yo jamás he dicho tal cosa. O al menos retiro lo dicho, si en algún momento lo hubiese hecho. Yo lo quería mucho, sí, tanto que confundí las cosas. Pero hace poco, las cosas se aclararon para mí.

- No me interesa, Rin. Te casarás con Sesshoumaru quieras o no. – Sentenció su madre.

- ¿Y si es él, el que no quiere casarse?

- Eso lo dudo. – Contestaron ambas madres. Rin se retiró en silencio, ya sabía a quién acudir. De seguro él querría lo mejor para su hijo, y para ella; ya que era un hombre noble, a sus ojos.

Se encaminó hacia la biblioteca, donde suponía él estaría. Al estar frente a la gran puerta, la golpeó suavemente. Inmediatamente, pudo oír un “adelante”, que la invitaba a pasar. Abrió la puerta.

Caminó despacio, lentamente. Hasta estar frente al escritorio, tras el cual yacía Inu No Taisho, sentado en su sillón.

- ¿Necesitas algo? – Preguntó cortésmente.

- Sí, venía a hablar con usted, por el compromiso, que crearon su familia y la mía, entre Sesshoumaru y yo.

- Si, ¿Qué tiene de malo el compromiso? ¿Acaso ya no te quieres casar? [/FONT]
[FONT=&quot]
- Nada de eso, señor. Lo que ocurre es que si me caso, quiero que sea con otra persona.

- Ya veo, ¿tu madre qué opina sobre esto? ¿O aún no le dices?

- Claro que le dije, pero a ella no le interesa nuestra felicidad. Ella quiere que las cosas se hagan tal y como las dicta.

- ¿Sesshoumaru?

- Él… bueno, él si se quiere casar. Pero yo sé que no me ama, que no será feliz.

- Bien, bien. ¿Sabes por qué hace eso? – Le preguntó, sabiendo la respuesta.

- No, no lo sé.

- Yo te lo diré: él se quiere casar, porque así conseguirá el trono. Así llegaría más rápido a su objetivo.

- ¿Por qué querría Sesshoumaru hacer tal cosa? Si usted gobierna muy bien.

- Pues… esos son asuntos de él.

- Está bien. Entonces, ¿me tendré que casar de todos modos?

- No, si no quieres. Yo creo que alguien que tú conoces, te hará el favor. Aunque esa persona no lo sepa. – La consoló.

- Muchas gracias. – Dijo para inclinar un poco su cabeza, en agradecimiento, y retirarse.


“Debo buscarla” Pensó, mientras se dirigía al establo, donde estaba, también, uno de sus caballos. Lo montó y rápidamente se dirigió a las afueras del pueblo.


Inuyasha, Miroku, Kikyo y Sango, disfrutaban del día en un picnic. Aunque el día estaba un poco frío, era lindo, el atardecer se reflejaba en el lago, que estaba al lado de ellos.

- Claro, mi vida. Eso y todo lo que me pidas. – Le contestó a Kikyo.

- Hay, ya. ¡No se van a poner melosos, eh! – Rieron Sango y Miroku.

- Ya, ya. Tú, por celosa de que Miroku no te mima. – Se burló Kikyo.

- Y prefiero que no lo haga. – Se quejó.

- Eso se puede arreglar. – Una sonrisa morbosa apareció en el rostro de Miroku, mientras tocaba donde no debía. Pasados unos segundos, una sonora cachetada fue recibida por Miroku. La mano de Sango, ahora, estaba marcada en la mejilla de Miroku.

- Mejor déjalo así. – Repitió la castaña.

- ¿Cómo creen que la esté pasando Rin? – Preguntó el peli plateado, con su novia en sus brazos.

- ¿Por qué lo dices? – Preguntaron los demás presentes.

- Bueno, conociendo a Sesshoumaru, dudo que esté divirtiéndose.

- Depende de a qué te refieras con “divirtiéndose”. – Dijo Miroku con cara pervertida.

- Eres un… sexópata – Le reprochó Sango. Tanto Kikyo como Inuyasha, largaron una carcajada.

- ¿Esa palabra existe? – Cambió de tema, Miroku.

- No lo sé, pero ahora sí existe. – Sonrió contenta.



- Querida, no quería preguntar pero… ¿Cómo llevas lo de Kagura? – Preguntó bajo y suave.

- Bueno, verás que bastante bien.

- Me alegro, me alegro. – Sonrió.



Un suspiro se escapó del hombre de cabellos negros, tan largos que le llegaban a la cintura. En sus manos, un papel blanco, escrito. El mismo, le daba la noticia de que “su mujer” estaba presa bajo las manos de alguna persona. Debía averiguar quién era esa persona, aunque ya lo sospechaba…

- ¡La pagarás caro! Ésta, si que no la dejo pasar. Maldito, ¡maldito seas! – Maldijo fuertemente. – Pronto pagarás todo esto… - Reflexionó un momento. – Naraku, cálmate. – Se dijo para sí mismo. – Bien… primero los reyes, el príncipe Sesshoumaru debe de estar por tomar el trono. No se lo debo permitir… a menos que… sea él de quien me encargue. – Rió maliciosamente.



- Si, ahora que llegamos, ¿me dirás adónde iremos? – Preguntó confundida.

- Claro. – Sonrió. – Buscaremos a los chicos en su picnic. Pero no sin llevarnos a Sesshoumaru.

- ¿Sessh… Sesshoumaru? Paso. Ve tú, yo te espero aquí.

- ¡Vamos! No seas así. Yo, que te fui a buscar, y me rechazas la oferta.

- Rin, ya dije que no. No quiero ir, no si va él. – Repitió.

- ¿Por? – Dijo fingiendo inocencia.

- Porque… es un…

- ¿Hablando de mí a mis espaldas? – Esa voz varonil y ronca, la hizo estremecer. Mas no volteó. Rin, en cambio se retiró sin hacer ruido. [/FONT]

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Bueno, amigas mias. Lamento mucho, muchísimo esta gran demora, realmente no me di cuenta del tiempo que paso. Se que es cortita, pero trataré, en lo posible, de traer una conti en la semana. ¿Si?

Esperaré sus post y/o críticas, para saber si les gustó, o no. Que fue lo que no les gusto, a ver is puedo mejorar ^^.

Muchos kisses

 

Re: Detras de la mascara...


Saritz: jijiji, si. Pero verás que no solo se anima a decir cosas a sus espaldas. aunque su verdadera intencion, no era hablar de el a sus espaldas! Es que estaba molesta.

Sunzure: digamos que pasaba por ahí, Rin lo vio y bueno... xD Chismoso? neh! solo que... no le agrada que hablen de él si no está presente... (y si está tambien!! xD)

Yuna-Li: pasaba por ahi xD o... tiene habilidades de... rayos x? xD

LadyMary: jijiji, si a eso se lo llama perdonar! No sé cual de los dos es más artista que el otro!! jaja. Supongo que no siempre tiene que ser la niña timida.

 

Re: Detras de la mascara...

Cap. 25: Encerrados... otra vez.


[FONT=&quot]- ¿Por? – Dijo fingiendo inocencia.[/FONT]

[FONT=&quot]- Porque… es un…[/FONT]

[FONT=&quot]- ¿Hablando de mí a mis espaldas? – Esa voz varonil y ronca, la hizo estremecer. Mas no volteó. Rin, en cambio se retiró sin hacer ruido. – Termina, ahora, lo que ibas a decir.[/FONT]

[FONT=&quot]Kagome, sin inmutarse, aparentemente, se dio la vuelta. Lo miró a los ojos, mismos que la hipnotizaban. - ¿Quieres que termine? Está bien, terminaré: Es un idiota, un tarado sin remedio, un mentiroso, falso, hipócrita, cobarde… - Sus insultos fueron brutalmente parados, al, él, tomarla fuertemente de la muñeca, y, por si fuera poco, la acorraló contra un árbol. [/FONT]

[FONT=&quot]- Quiero que repitas lo que dijiste. – Habló a su oído.[/FONT]

[FONT=&quot]- ¿Eso quieres? ¡Bien! Mentiroso, hipócrita, cobarde… [/FONT]

[FONT=&quot]- Sigue, cariño. Que falta mucho para que logres lo que quieres.[/FONT]

[FONT=&quot]- ¿Y qué sabes de lo que yo quiero? – Se quejó, mientras intentaba escapar de su agarre. Él, estaba muy cerca suyo. [/FONT]

[FONT=&quot]- Claro que lo sé. Pero no me dirás que por esas nimiedades, que siquiera son ciertas, me odiarás por siempre. – Dijo con ironía. – Yo sé lo que quieres, lo que no. Lo que pretendes y lo que no vas a lograr. – Susurró al oído de Kagome, quien quería retroceder, pero el tronco del árbol se lo impedía. Tal acto, logró hacer que ella se estremezca, cosa que él noto. – ¿No me dirás que me tienes miedo?[/FONT]

[FONT=&quot]- ¿Por qué debería, yo, temerte? Además, si así fuese, tendría motivos suficientes. – Contestó escupiendo las palabras. - ¿Qué quieres? ¿Por qué me buscas? [/FONT]

[FONT=&quot]- Kagome, no te persigas. Yo no te busco. Tú, al contrario, dices no querer verme, pero te apareces por los lugares que yo habito. Ya estamos grandes para chiquilinadas, dejémonos de juegos. ¿A qué viniste?[/FONT]

[FONT=&quot]- No es mi culpa que tu estés donde yo voy. Además, yo no te llamé. – Se defendió. Intentando patearlo, sin éxito. - ¿Qué fue ese ruido? – Preguntó extrañada.[/FONT]
[FONT=&quot]- Shh.- La calló. [/FONT]

[FONT=&quot]- ¡No me calles! Y suéltame ya. – Gritó. [/FONT]

[FONT=&quot]- Te estoy diciendo que te calles. – Le murmuró. Ella, creyendo que algo ocurría, hizo caso. – Tonta. – Farfulló a su oído. – Siempre haces ruido cuando no debes.[/FONT]

[FONT=&quot]Tardó un par de segundos en recordar y reaccionar. – Te refieres a…[/FONT]

[FONT=&quot]- Precisamente.[/FONT]

[FONT=&quot]- ¡Vamos más al bosque! – Exclamó, mientras lo tomaba del brazo e intentaba correr, ya que Sesshoumaru estaba caminando. [/FONT]

[FONT=&quot]- Calma. Debes guardar la calma. Vi a alguien pasar, ahora has silencio, y deja que yo vaya al frente. – Terminó de decir, para colocarla detrás suyo. Kagome, tomó un brazo de Sesshoumaru, para poder seguirlo, se decía. [/FONT]

[FONT=&quot]Una sombra pasó por detrás de unos árboles, que se encontraban a espaldas de ambos jóvenes. [/FONT]

[FONT=&quot]- Empieza a anochecer, tengo frío. Volvamos. – Pidió.[/FONT]

[FONT=&quot]- No. [/FONT]

[FONT=&quot]- ¿Por qué? Si no nos hicieron nada hasta ahora, dudo que lo intenten. [/FONT]

[FONT=&quot]- Entra a la cueva. [/FONT]

[FONT=&quot]- No quiero. – Lo retó.[/FONT]

[FONT=&quot]- Muy bien, quédate afuera. – Contestó al tiempo que entraba en la cueva. – Ah, otra cosa: hay animales salvajes. – Al decir eso, Kagome entró rápidamente. [/FONT]

[FONT=&quot]- ¡Odio cuando no traigo más que una navaja encima! – Murmuró molesta.[/FONT]

[FONT=&quot]- Entonces deberías ser más precavida y guardar silencio. [/FONT]

[FONT=&quot]- ¡Por tu culpa estamos aquí! Es a ti a quien quieren asesinar, ¡no a mí! – Le culpó. [/FONT]

[FONT=&quot]- Sí, di lo que quieras. ¿No que estabas enojada? No te veo ni enojada, ni resentida, ni triste. Ya sé que lo único que haces, es fingir todo esto. Siquiera tú debes creerte tu acto. [/FONT]

[FONT=&quot]Kagome se acercó a él, y levantó la mano con fin de darle una cachetada. Él, ágil, la tomó por la cintura, y la hizo girar, quedando ella de espaldas a él, pero pegada a él. [/FONT]

[FONT=&quot]- Mira nena, si te ofende lo que digo, no escuches. Tan solo es la verdad. Si te quieres ir, ya sabes dónde está la entrada. Si te quieres quedar, no molestes. Duérmete. [/FONT]

[FONT=&quot]Sesshoumaru, había, ni bien entró en la cueva, prendido una fogata, ya que, al fondo de la cueva, había un lago, y hacía frío. [/FONT]

[FONT=&quot]La poca luz que había, ahora no existía. La entrada había sido tapada, una roca enorme, gigante, atravesaba la entrada. [/FONT]

[FONT=&quot]- ¡Genial! Lo único que faltaba. – Gritó con ironía.[/FONT]

[FONT=&quot]- ¡Te dije que guardes silencio! – Aún no la soltaba, sabía que si lo hacía ella intentaría golpearlo, cosa que no le permitiría.[/FONT]

[FONT=&quot]- Suéltame. A ver si por lo menos me puedo calentar cerca de la fogata. – Comentó. Pronto, otra idea cruzó por su mente, que la engañaba a menudo. Se ruborizó al pensar que Sesshoumaru y ella… [/FONT]

[FONT=&quot]- Estás colorada. – Se burló. Él estaba sentado, ya. Y ella, yacía ahí, parada.[/FONT]

[FONT=&quot]- ¡No molestes! – Exclamó, para luego sentarse en frente de Sesshoumaru, en la otra pared de la cueva. – Tengo frío. – Se quejó. Luego se tapó la boca, recordando el pensamiento pasado. “Tonta Kagome, ¿Por qué piensas en eso? De seguro el estar encerrada en una cueva te afecta.” Se criticó mentalmente. [/FONT]

[FONT=&quot]- Acércate a la fogata. – Ella no dijo más; se sentó a su lado, ya que él estaba cerca de la fogata. Y se quedó dormida. Al hacerlo, se apoyó sobre Sesshoumaru, para mantenerse sentada, y porque él emanaba calor. – Otra vez lo mismo. – Murmuró Sesshoumaru. La tomó entre sus brazos, recargándola por completo sobre él. Sonrió al pensar que a la mañana siguiente le echaría la culpa a ella de dormir sobre él. Al contacto con sus brazos, Kagome se aferró a él, como si temiese perderlo.[/FONT]

[FONT=&quot]- No… no te vayas. – Le pidió entre sueños.[/FONT]

[FONT=&quot]- ¿A quién le hablas? – Preguntó, sabía que las personas dormidas contestan desde el subconsciente.[/FONT]

[FONT=&quot]- …Sesshoumaru… - Respondió.[/FONT]

[FONT=&quot]- ¿Por qué no quieres que se vaya? [/FONT]

[FONT=&quot]Hubo silencio por un momento.[/FONT]

[FONT=&quot]- Porque no. - En su sueño, Sesshoumaru caminaba en dirección opuesta hacia ella. Todo estaba oscuro, y él se alejaba cada vez más. Un sentimiento de desasosiego invadió su corazón. Sus ojos se inundaron de lágrimas, no quería que se vaya, pero ¿por qué? Se preguntaba. Sentía que ya nunca lo vería, que ya no le podría hablar, que ya nunca estaría a su lado… [/FONT]

[FONT=&quot]- Por favor, vuelve. No me dejes. – Pedía en susurros casi inaudibles, mientras las lágrimas no dejaban de caer. [/FONT]

[FONT=&quot]- Shhh. – Intentó calmarla. – Todo estará bien. – Sintió su pecho mojarse, y que lo abrazaban con más firmeza. Que no lo querían soltar. Miró hacia abajo, y se encontró con Kagome despierta, abrazándolo. - ¿Qué ocurre? – Preguntó haciéndose el desentendido. [/FONT]

[FONT=&quot]Ella simplemente no contestó. Tan solo lo abrazó, lo abrazó y lloró. [/FONT]

[FONT=&quot]- Lo siento. – Se disculpó intentando separarse, para no mojarlo, pero le fue imposible. Algo le impedía irse, ¿era Sesshoumaru o… ella misma? Ambos, por su parte. [/FONT]

[FONT=&quot]- No tienes por qué disculparte. Tuviste una pesadilla, es común. [/FONT]

[FONT=&quot]- Gracias. – Contestó. Ahora que lo pensaba… ella no quería que él se fuera de su lado… - ¿Rin? – Cambió de tema, secándose las lágrimas. [/FONT]

[FONT=&quot]- No se quiere casar. [/FONT]

[FONT=&quot]- ¿¡Cómo!? – Exclamó confundida. – Oh… seguro lo dice por…[/FONT]

[FONT=&quot]- ¿Por…? – La invitó a seguir.[/FONT]

[FONT=&quot]- Jiji, en el fondo te preocupas por ella. Le quieres, ¿no es así? – Preguntó sonriente, cuando, en realidad, sin saberlo no le agradaba la idea.[/FONT]

[FONT=&quot]- No. Pero dejaste un espacio vacío. Y a tu segunda pregunta, tanto como a Kikyo. – Respondió con ironía. - ¿Es te alegra? – Murmuró seductoramente en su oído.[/FONT]

[FONT=&quot]- Lo decía por un amigo. Se llama Ginta, y está perdidamente enamorado de ella. Así que… dudo que ella se quiera casar.[/FONT]

[FONT=&quot]- ¿Ella…?[/FONT]

[FONT=&quot]- Si. Como habrás notado, por algo no se quiere casar… contigo.[/FONT]

[FONT=&quot]- Con eso, ¿qué insinúas? ¿No será que estás celosa? – La molestó. – Ya… ¿Ves? Te terminas, siempre, olvidando de un supuesto enojo. [/FONT]

[FONT=&quot]Kagome lo meditó un momento. – Lo siento. – Se disculpó en voz baja. [/FONT]

[FONT=&quot]- ¿Por?[/FONT]

[FONT=&quot]- Por las aberraciones de las que te acusé. [/FONT]

[FONT=&quot]- ¿Por qué cambias de opinión?[/FONT]

[FONT=&quot]- Porque tienes razón. Siempre termino perdonándote y volviéndome a enfadar, por algo que tu no hiciste. – Confesó. – Sí, tengo que decirte… que alguien me contó la verdad. [/FONT]

[FONT=&quot]- ¿Le creíste al resto y no a mí? – Se ofendió.[/FONT]

[FONT=&quot]- Lo siento. Estaba ciega, en ese momento. – Sesshoumaru no le contestó, sino que la soltó, para que se vaya. - ¿Estás enojado? – Preguntó inocentemente, picándole la mejilla con un dedo. [/FONT]

[FONT=&quot]- Ve. Es hora de dormir. – Le contestó en tono serio. [/FONT]

[FONT=&quot]- No me dormiré, no hasta que me contestes. [/FONT]

[FONT=&quot]- Hmph.- Bufó. – No te duermas. [/FONT]


[FONT=&quot]Un ruido sacó a Sesshoumaru de su molestia con Kagome. Se paró inmediatamente, en dirección al ruido. Kagome, se puso de pie, y de un gran salto, y con agilidad felina, quedó sobre una roca, en el techo, que poseía un agujero, como un asiento, o una cama, no estaba muy alta, pero allí no la verían.[/FONT]

[FONT=&quot]- Sube. – Le sugirió… mas él no contestó, ni tampoco subió. [/FONT]

[FONT=&quot]Una sombra se veía al fondo de la cueva, ya que el fuego iluminaba lo suficiente. Pequeños pasos casi inaudibles eran captados por el oído agudo de Sesshoumaru, mas Kagome también los oía… un secreto, que nadie quería revelar, algún día debía salir a la luz.[/FONT]

[FONT=&quot]Ahora, los pasos eran más audibles, más sonoros, pausados y tranquilos. Parecía ser que, quien se acercaba, estaba confiado. Pronto, un hombre de cabellos negros como la noche, y ojos tan rojos como la sangre apareció. [/FONT]

[FONT=&quot]“Naraku” pensó Kagome asqueada. [/FONT]

[FONT=&quot]- ¿Me extrañó, príncipe? – Preguntó con voz ronca y con un poco de malicia en su voz, mezclado con ironía. Mientras dejaba que las gotas de su ropa mojada caigan.[/FONT]

[FONT=&quot]- Lamento decirte que no. Así, que puedes retirarte en cuanto quieras. [/FONT]

[FONT=&quot]- Me alegra que me dé su autorización de irme, pero primero debo conseguir un par de respuestas. – Sesshoumaru lo miró fulminantemente. – Verá… alguien, de mi casa, ha desaparecido. Y tengo serias sospechas de que usted está en el medio. – Rió sarcásticamente.[/FONT]

[FONT=&quot]- No sé de qué hablas. – Aclaró paciente.[/FONT]

[FONT=&quot]- Bueno, quizá deba refrescarle la memoria. – Al tiempo que decía eso, sacó una espada de la funda que traía en su cintura. Luego, sacó una navaja, y lo apuntó. Kagome, quien aún, aparentemente, no era percibida por Naraku, no sabía si lanzarse sobre Naraku, ya que ella estaba, prácticamente, sobre él, o si esperar a ver qué hacia Sesshoumaru. Optó por esperar un momento.[/FONT]

[FONT=&quot]- Veo que no quieres decir nada. – De un momento a otro, la navaja ya no estaba en las manos de Naraku. Kagome, al ver eso, saltó sobre él, como un animal sobre su presa, causando que Naraku caiga al piso, llevándola a ella también. [/FONT]

[FONT=&quot]- Kagome, ¡no! – Exclamó Sesshoumaru, mientras se acercaba para alejarla de él. Naraku rió ante tal acto, pues eso se esperaba. Él, tomó la navaja que había dejado caer, en el amague de lanzarla, y con eso hirió en la pierna a Kagome. [/FONT]

[FONT=&quot]Kagome no pudo más que chillar del dolor. Se separó un poco de él, y sacó la navaja de su pierna, ocasionando que la sangre saliera rápida y fluidamente. Luego, intentó clavarla sobre el abdomen de Naraku, mas no lo consiguió, ya que él tenía más fuerza y la pudo detener. Luego, la golpeó fuertemente en la cabeza, para aturdirla, y la lanzó a un costado.[/FONT]

[FONT=&quot]- No sabemos nada sobre lo que buscas. – Le repitió.[/FONT]

[FONT=&quot]- Vaya, vaya. El príncipe que se está por casar, con una cualquiera. Y… quizá tu no, pero pregúntale a tu compañera. – Contestó. - ¿O debería decirle ninja? – Preguntó irónicamente. [/FONT]

[FONT=&quot]- Naraku, o te vas, o ella morirá. – Lo amenazó Kagome. [/FONT]

[FONT=&quot]- Dime dónde está, o te mataré, a ambos. Y a quienes más quieren. – Devolvió la amenaza.[/FONT]

[FONT=&quot]- Sé quién eres, donde vives, adónde vas o no y con quienes te relacionas. Si ella no aparece mañana a las doce, pobre de ti.[/FONT]

[FONT=&quot]- Que sea dentro de cuatro días. Si intentas algo, ella dejará de existir. – Intentó negociar.[/FONT]

[FONT=&quot]- Si la dejas en mal estado, por más leve que sea el rasguño que tenga, quédate segura de que no vivirás para contarlo. – Tras decir eso, se fue rápidamente, por donde llegó: el lago de la cueva. [/FONT]

[FONT=&quot]- ¿Estás bien? [/FONT]

[FONT=&quot]- Claro. Ahora ya sabemos por dónde salir. Vámonos. – Pidió.[/FONT]

[FONT=&quot]- Dudo que puedas caminar. [/FONT]

[FONT=&quot]- Sí, podre. No te preocupes por mí. [/FONT]

[FONT=&quot]Sesshoumaru caminó hacia el fondo de la cueva, donde todo estaba más oscuro y el lago marcaba el final del camino. Pero Kagome no lo seguía, algo le ocurría. Estaba apoyada contra una pared, ambos caminaban con cautela: no sabían qué podía haber en el suelo, o si Naraku se había ido, realmente. [/FONT]

[FONT=&quot]- Ven, te dije que no podrías caminar. – Le echó en cara. Se acercó a ella, y la cargó en brazos, ya que en su espalda no podría ir, ya que no podría sostenerse con las piernas. [/FONT]

[FONT=&quot]- ¿Qué haces? – Preguntó confundida y ruborizada.[/FONT]

[FONT=&quot]- Sacarnos de aquí. – Contestó. Al llegar al lago, se detuvo un momento. – Toma aire. – Le advirtió. Ella no alcanzó a tomar mucho aire, que se tuvo que aferrar a su cuello, para no soltarse, ya que estaban bajo el agua. Debían nadar por un túnel para salir de allí. Kagome le hizo señas de que no tenía oxígeno. Por eso, salieron un momento, antes de avanzar, para que ella tome aire suficiente. Así lo hizo. Sesshoumaru se sumergió otra vez, ella iba, ahora, tomada de sus hombros, así él podría avanzar más rápido.[/FONT]

[FONT=&quot]El agua estaba helada, y su herida no dejaba de sangrar. Una rama lastimó, aún más, su herida. Ella soltó el aire, en un grito de dolor. Faltaba poco, pero sin oxígeno no llegaría. Todo esto, no pasó desapercibido por Sesshoumaru, quien ya sabía qué hacer. Se dio la vuelta, rápidamente, y se acercó al rostro de Kagome. Posó sus labios sobre los de ella, y la obligó a abrirlos, cuando ella lo hizo, le dio un poco de aire. [/FONT]

[FONT=&quot]El contacto de los labios de él, con los suyos, la hizo estremecer. Eso la provocaba a besarlo, pero no era ni el momento, ni el lugar apropiado. Sintió que él retomaba su rumbo, para salir de allí. No había rastros de Naraku por ningún lado. [/FONT]

[FONT=&quot]Pronto, estuvieron afuera del lago, a sus orillas, en el bosque. Ambos estaban helados. [/FONT]

[FONT=&quot]- Sess… Sessh… Sessho… - No podía terminar de mencionarlo, estaba tiritando del frío. A Sesshoumaru ya se le había pasado, un poco. [/FONT]

[FONT=&quot]- Vamos. – La volvió a tomar en sus brazos. Su cuerpo estaba helado, parecía que tenía hipotermia. Debía calentarla rápido… pero… ¿cómo?[/FONT]


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Ok, chicas, acepto sugerencias de cómo quieren que le dé calor a Kagome. (Recuerden que se casa, eh!)

Espero les guste ^^

Y tambien espero que no me haya tardado mucho.

Bueno, eso. Mil kisses chicas!!