Detrás de la ventana.

Detrás de la ventana​

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Cansada, sin poder conciliar el sueño y harta de sí misma, giró su cuerpo hacia el otro lado de la cama. Apenas si podía sentir los dedos de sus manos que acercaba por momentos hacia sus labios congelados, dándoles calor, frotando sus palmas. Sudaba frío y había estado temblando toda la miserable noche.​

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El frío era normal en invierno, además de que mientras más tarde fuera la hora, más frío podía haber.​

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Intentó cubrirse con la frazada hasta la cabeza, pero lo único que conseguiría era aire viciado allí debajo. Salió descubriendo su rostro por uno de los costados, tomó su almohada y se la implantó en la cara. También… ¿acaso quería ahogarse a sí misma?​

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Finalmente se durmió. Su lenta respiración delataba la tranquilidad de su sueño.​

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Un leve sonido del impacto delicado de un cristal y algo más se escuchó en la habitación. No logró despertarla del profundo abismo de su sueño; se escuchaba como un ruido más del montón.​

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Segunda vez, dos toques contra el cristal empañado; como si alguien llamara.​

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Tercera vez; tres, cuatro… cinco veces se escuchó. Lo había logrado, ella había oído los delicados golpes contra el cristal. Alzó su mirada hacia su reloj frunciendo el ceño. Con sus ojos entreabiertos dio un vistazo a su cuarto mientras se sentaba en medio de la cama.​

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Cuarta vez; clavó sus orbes en la ventana.​

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Un grito ahogado salió de su ser, acompañada del desconcierto de sus ojos cubiertos por lágrimas danzantes que recorrían sus mejillas.​

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Hasta hoy, no se sabe qué sucedió realmente en ese cuarto. Esa linda niña que no podía volar al mundo de los sueños, ahora es parte de las personas desaparecidas en el mundo.​

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Sus padres, hermanos y conocidos la buscan por cielo y tierra, con la diminuta esperanza de volver a verla; pero estoy segura de que no está aquí.​

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Ahora… la única pregunta que quedaría suelta es, ¿Cómo puede ser que yo sepa algo sobre esa niña antes de desaparecer, si ella estaba sola en su cuarto…?​

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Pues, porque yo fui quien la visitó esa noche detrás de la ventana; la que escribió “Bye-Bye” sobre el cristal empañado… y la que apareció robándole su alma, al mirarla a los ojos.​

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De ahora en más, se cuidadoso. Puede que casualmente te visite a ti también esta misma noche, escriba algo en tu ventana o disfrute el verte dormir plácidamente.​

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Cierra tus ojos, relájate e intenta dormir, porque si yo contemplo tus ojos dilatados… caerás en mi mundo.​

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Bye-Bye​

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Sé que se podría mejorar, pero ya no se me ocurre cómo.

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Todo lo que quieran decirme, lo recibiré con gusto C: Gracias por leer!​

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