Microrrelato Destrucción.

Tengo muchísimo tiempo sin publicar algo, a pesar de que continué escribiendo en archivos de Word, en libretas o en las notas del celular.

Quienes hayan leído mi blog aunque sea por encima, sabrán que pasé por una temporada especialmente mala por causa de mis propias decisiones basadas en mi gran terquedad. Esto que vengo a publicar fue una de tantas cosas que escribí entonces (no recuerdo si en el proceso o cuando recién salí de ella). Quizás publique otras que encuentre por ahí, tal vez no. Todo depende de si considero que son demasiado personales.
No soy creativa con los títulos, por si no se notaba. (?)
Me disculpo si hay errores, nuevamente publiqué en la madrugada. #SorryNotSorry

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Destrucción



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Destrucción, eso era lo único que pasaba por su cabeza ahora. En su ausencia, los pensamientos se arremolinaban, rebotaban y se distorsionaban. Dolía, pensar dolía y despertaba en ella un profundo resentimiento, tanto con ella misma como con los demás. Con ella por depender así de otros; con los demás, por dejarla sabiendo lo que causaban.

Sí, tenía un miedo profundo a ser abandonada y cuando se sentía así la ira arremetía. Ya había cometido su acto de autodestrucción de la semana, posiblemente del mes o incluso el año; y ahora solo era capaz de pensar en acabar con todo lo relacionado, tomar las cartas, los dibujos, los libros que le recordaran todo aquello y rasgarlos, deshojarlos uno por uno y luego prenderle fuego a esa montaña de papeles, mientras fumaba un cigarrillo tras otro, en cadena, para luego dejar que las colillas y la cajetilla se consumieran por esas mismas llamas.

Se odiaba por sentir todo eso, principalmente ese resentimiento, porque a pesar de todo no había dejado de quererle, solo estaba hecha pedazos. Sentía que lo aborrecía por no poder odiarlo con todas sus fuerzas, porque le había dado todo y él lo había tirado al bote de la basura sin siquiera decir una palabra. Ella deseaba tener la fuerza para hacer lo mismo.