Destino arreglado (Misty x Ash x May x Drew)

Re: Destino arreglado (Misty x Ash x May x Drew)

¡Hola amados lectores/as!!!
Traigo la esperada y atrasada conti, es que estuve con examenes y anduve con poca inspiracion...
para ser franca, este capi quedo mas corto de lo que esperaba, pero realmente queria postear algo antes de que se cerrara el fic por falta de actividad
ademas, queria contarles que si son amantes del Rocketshipping, estan invitados a mi nuevo fic, que es un Rocketshipping algo... particular:
http://fanficslandia.com/showthread.php?t=220456
y les añado que incluiré en este fic al Ikarishipping tambien
y tal vez Rocketshipping :D
ahora si, basta de chachara! al fic!!

Capitulo 4​

Todos los presentes giraron hacia la puerta. Se encontraba parada una chica sonriente, la segunda hija del clan Rocket, de radiante sonrisa blanca, cabello rosa chicle largo hasta debajo de sus caderas, ojos azules como el firmamento, y vestía una remera verde de “Kosuiko” que combinaba con un bonito jean de “Rapsodia”. Y es que Solidad tenía buena mano para todo lo referido a la ropa.


—¡Solidad! —gritó Molly con felicidad, corriendo a abrazar a su hermana mayor.

—¿Cómo has estado, Molly? —sonrió la joven de hebras rosadas, recibiendo a la pequeña en sus brazos. Su madre se acercó a abrazarla también.

—Supongo que ya sabes como son las mañanas en esta casa —rió Delia.

—Me he desacostumbrado un poco, supongo —la secundó Solidad con una risita.


Los demás hermanos también se acercaron a la recién llegada, olvidando por un momento sus conflictos. Todos comenzaron a preguntarle por Francia, por sus tías, por sus primos… y en eso comenzaron a oirse voces, mejor dicho, gritos, de afuera.


—¡Mel, ayuda con las valijas! —gritaban dos voces masculinas desde la entrada.


Una joven entró a la mansión Rocket sin más. Era bonita, su pelo castaño iba atado en dos coletas hacia los lados, en un estilo similar al de Casey, ojos tan claros como el agua y una figura esbelta y delgada. Vestía un vestido blanco corto de “Forever XXI” que llegaba hasta sus rodillas y traía una cartera rayada de blanco y negro como una zebra. Llevaba puestos anteojos de sol, los cuales se quitó para mirar hacia atrás, en dirección a quienes habían hablado.


—Ese es trabajo de los hombres, no de una dama —y acompañó sus palabras con un guiño de su ojo derecho.


Ahora, entraron los dueños de esas dos voces masculinas. Eran dos muchachos, uno muy alto y otro bastante más bajo, y ambos cargaban varias valijas de colores varios que dejaron allí en la entrada. El alto tenía cabello púrpura casi tan largo como el de Solidad y orbes verde aguamarina. Tenía una apariencia extraña, vestía chupines amarillos bien apretados y una camisa verde de mangas cortas. El otro era bastante atractivo. Tenía cabello verde y parecía brillar, era sencillamente hermoso, sus ojos también eran verdes, e incluso sus pantalones cortos eran verdes, parecía ser su color favorito. También portaba una remera blanca y una chaqueta negra en su mano.


—¡Melody! —la reconoció Misty, y corrió a abrazarla.

—¡Drew! —lo identificó Ash al más bajo, y lo abrazó súbitamente.

—Osea, ¿hello? ¿Nadie me va a saludar? —preguntó, atónito, el muchacho de cabello púrpura.

—A tí también te extrañé, Harley —rió Ash, cazándolo por el cuello y también con la otra mano teniendo a Drew.

—Ay, ya lo sabía, era un chiste corazón de melón —rió Harley.

—Oh Solidad, olvide decirte —recordó Delia repentinamente— Tu cuarto es ahora de Sam y Agatha, espero no te moleste dormir en el cuarto vacío junto al mío.

—No te preocupes mamá, estaré bien allí —sonrió la susodicha, luego miró a sus tres acompañantes— Tía Fantina me pidió que los cuidara mientras estuvieran aquí, tendrán que quedarse aquí con nosotros, ¿pero dónde?

—Puedo hacerle lugar a Harley y Drew en mi cuarto —sugirió el azabache, mirando esperanzado a su madre.

—De acuerdo, le diré a James que vaya a comprar más colchones —accedió la madre de los Rocket.

—Si hay un cuarto libre junto al tuyo, ¿por qué no mandar a Misty también ahí? —intervino Giselle con recelo, y señaló los mechones de cabello negro en la mano de la colorada— ¡Intentó asesinarme!

—Dedícate al drama —sugirió la pelirroja por lo bajo.

—Ya basta de caprichos, jovencita —la retó Delia, enfadada por primera vez. Sólo dos cosas la hacían enojar: que sus hijos le mintieran y que se encapricharan— Es más, tu cuarto es tan espacioso que creo que Casey y Melody estarán muy cómodas allí. ¿Por qué no van a desempacar todo? Deben estar cansados todos del largo vuelo.

—¡Buena idea! —accedieron los tres recién llegados al unísono. Giselle se sintió desfallecer ante las ideas de su madre.






Un poco más tarde, Giovanni acompañaba a varios sirvientes que preparaban todo el almuerzo al aire libre. Se trataba de una gran parrillada en el jardín de la mansión.

Era verde y lleno de césped como todos los jardínes traseros, pero el triple de grande. Serían por lo menos tres mil metros de largo, pero al parecer era mucho más. Había arboles de todo tipo, Delia era una aficionada de la jardinería y había plantado, con ayuda de un paisajista, todas las plantas habidas y por haber, desde limoneros hasta jacarandás. Al fondo, había un pequeño estanque atravesado por una pequeña cabina blanca techada abierta, o un “kiosco” como le decían en algunos lugares. Contaba también con un banquito de madera de roble importado, pintado de blanco para que combinara con el kiosco.

Era mucha la comida, ya que, aún sin contar a los seis Petalburgo, eran un total de diesiseis personas, eso si además contaban a Reggie y Maylene eran unas diesiocho personas, y con los invitados eran veinticuatro. ¡Eso era demasiada gente! Lo más práctico le pareció una gran parrilla donde les prepararan hamburguesas, que además le encantaban a su hijo Ash.

El hombre giró hacia su derecha para observar su mansión. Se veía imponente e intimidante, tal y como a él le gustaba. “Ahora… sólo queda mantenerlo así.” Se decía Giovanni para sus adentros. “Y todo depende de tí, Ash…”





Dentro de la mansión, Casey y Melody ya habían desempacado e instalado todo en el cuarto de Giselle, para horror de esta. Ella simplemente se fue a hacer quien sabe que cosa, resignada, y las dos chicas se quedaron hablando con Misty.

—Que bueno que llegaron, chicas, yo sola contra Giselle no podía —suspiró la pelirroja.

—No le prestes atención, sabes como es —aconsejó Melody— Háblanos de tí, ha pasado muchi tiempo desde que te vi, Misty. ¿Algún chico en tu vida?

—¡N… no! —exclamó la susodicha, con su rostro tan rojo como su cabello— No hay ningún chico en mi vida por ahora.

—Dijiste por ahora, ya es un comienzo —indicó la castaña.

—Oigan chicas, ¿creen que debería apostar a los Lakers? —interrumpió Casey, que estaba analizando su fixture del torneo de baseball en su nueva cama con sábanas violetas.

—No se ni quienes son —confesó Melody, y Misty asintió con la cabeza, indicando que ella tampoco lo sabía. Ambas luego rieron de la interrupción de Casey.

—¿Y tú, Melody? ¿Qué es de tu vida amorosa? —interrogó la Oak, regresando a la antigua conversación.

—Oh, nada especial —dijo ella sin darle mucha importancia— Conocí un chico, se llamaba Harrison, pero no era para mí. Así que sigo siendo una soltera codiciada —Le guiñó un ojo y ambas rieron.

—Oh, lo había olvidado, ¿y tu hermana Carol? —recordó entonces la joven de irises verdes.

—Se quedó en Francia con mamá y la tía Cynthia —reveló la prima de Ash— Consiguió un empleo en el Mar Mediterráneo con su amiga Maren, creo que allí se quedará a vivir.

—Ya veo —murmuró algo apenada la pelirroja. Carol era buena para dar consejos, a diferencia de Melody, que aunque era muy buena amiga tendía a ser algo burlona.






Mientras tanto, en otro rincón de la mansión, Drew y Harley se habían instalado en el cuarto de Ash, aunque la amplia variedad de ropa del más alto era difícil de acomodar.

—Traes más ropa que Melody —comentó Drew con pesadez.

—Bueno, discúlpame por tener sentido de la moda —se ofendió Harley, buscando lugar para su vestimenta en el armario— Al menos yo no uso la misma chaqueta todos los días.

—Ni yo, tengo dos —le corrigió el joven de cabello verde— El hecho de que sean exactamente iguales no cambia nada

—Chicos, acabo de hablar con Giovanni —informó Gary, ingresando súbitamente a la habitación. Los tres lo miraron con intriga, indicándole que prosiguiera— Tendremos un almuerzo al aire libre, donde conoceremos a la familia Petalburgo.

—Oh, ya veo —se apenó Ash. Sus dos primos se miraron, ya ambos habían oído la noticia de parte de Solidad, que fue informada por su padre.

—No te preocupes Ash, a lo mejor no es tan mala —lo animó Drew.

—Eso no lo sabrás hasta que no la conozcas —opinó el muchacho de cabello púrpura con desdén, luego se arrepintió de sus palabras e intentó corregirse— Quiero decir… si no la conoces… no sabrás…

—Ya entendí —sintetizó el Rocket con simplicidad— Tengo una idea, mejor cambiemos de tema, ¿cómo van las cosas allá en Francia?

—No podrían estar mejor —relató Harley con entusiasmo— Hay espectáculos mejores incluso que los de Broadway, tiendas de ropa de todo tipo, salidas nocturnas que no olvidas jamás… excepto en el caso de Drew, claro está.

—¿De qué hablas? —se intrigó Gary.

—Bueno, cuando uno es tan bajito como Drew, a veces no lo dejan entrar a los boliches, y él se queda afuera — relató él antes de estallar en carcajadas. Drew enrojeció violentamente, avergonzado, mientras Gary y Ash luchaban por aguantar la risa.

—¡No soy tan pequeño! —se defendió el hermano de Harley con ímpetu.

—Claro, y las vacas vuelan —ironizó el joven de irises aguamarina, burlón.

—Ash, Gary, esta es la parte donde me defienden —soltó Drew, furioso.

—Perdón, es que en cierto punto tiene razón —reconoció el Oak.

—Drew, ya que estás más cerca del suelo, ¿no me alcanzas aquel papel? —pidió el muchacho azabache, y los tres desternillaron de la risa. Harley se agarraba el estómago, como si le doliera reír tanto.

—Digan lo que quieran —rezongó el joven de cabello verde, y abandonó la habitación con aire ofendido.

—Era sólo un chiste —repuso el Rocket.

—Sí Drew, tampoco te lo tomes así —dijo Gary— Oigan, miren, ha llegado una limosina.


Los tres se abalanzaron sobre el ventanal del cuarto, mirando a la entrada de la mansión Rocket. Era cierto, había una larga limosina color blanco pálido como la nieve estacionada en la entrada. Cuando se abrió la puerta trasera y estaba por descender alguien, una voz los llamó desde el umbral de la puerta, sobresaltandolos y devolviéndolos al plano terrestre.


—Chicos, salgan al jardín, pronto la comida esta lista —dijo Giselle desde la puerta— Son órdenes de papá.

—Vamos, antes de que se enoje —sugirió Ash, y todos abandonaron la habitación, olvidándose de lo que sucedía afuera.


Fuera de la mansión, descendió de la limusina una joven de cabello azulino. Dawn salió del auto y estiró sus brazos, como si hubiera estado dentro por mucho tiempo. Luego, salieron su madre y May, y de la fila de adelante salieron Max, Brock, y el padre de la familia.

Dawn suspiró, mirando a su hermana. Ese día, la joven portaba su pañoleta verde, y su vestuario consistía en un vestido blanco de 47 Street, corto hasta sus rodillas y de un estilo bien playero, casual y fresco, ya que era un día caluroso, y además calzaba unas chatitas blancas de Converse. Su madre le había discutido su elección de vestimenta, pero había logrado, como siempre, convencerla con el tiempo. Dawn tampoco iba tan elegante que digamos, una remera blanca con un gran beso rosa estampado en el medio, con las palabras “Love me” en color rojo debajo, y una pollera celeste de Rapsodia, demasiado corta según su padre.


—May, he oído que Misty Oak también esta viviendo con los Rocket —recordó entonces Caroline, mirando a la susodicha.

—¿De veras? —se interesó la Petalburgo, volteando para ver a su progenitora mientras caminaban hacia la entrada de la mansión, y ella asintió con la cabeza.

—Así que al menos no seran todas caras desconocidas —intentó alegrarla su madre.

—¿Quién es Misty? —le preguntó Brock a su hermana, pero Dawn respondió en su lugar.

—Misty es una vieja amiga mía y de May —informó la muchacha de cabello azulino— Las tres solíamos ir al mismo jardín de infantes, y eramos muy amigas.

—Hace años que no la veo, espero que siga bien —sonrió May, a sabiendas de que al menos encontraría una amiga dentro de la mansión, mientras tocaba el timbre.



Dentro de la mansión, el joven de cabellos y ojos color césped descendía rápidamente las escaleras, refunfuñando por lo bajo insultos hacia sus “amigos”. En eso, oyó el timbre de la puerta principal. Planeaba inicialmente salir al jardín, pero al ver que nadie atendía a los recién llegados, él mismo se acercó a la entrada y abrió la gran puerta principal.

Lo que Drew vio, lo dejó perplejo por unos instantes. Una muchacha de extraordinaria belleza, con su bonita cara mirándolo de arriba abajo, como inspeccionándolo, tanto con curiosidad como con confusión. Eventualmente, él salió de su estupor para preguntar por la identidad de la joven.


—Soy May —se presentó la chica de la pañoleta verde rápidamente. El resto de su familia entonces se le acercó, emergiendo de quien sabe donde.

—Hola joven, soy Norman Petalburgo —habló el susodicho.

—Ah, los Petalburgo, Giovanni esta en el jardín, pasen, por aquí —comprendió Drew, haciéndose a un lado y guiándolos hacia dicho lugar.


Al rato de que Drew y los Petalburgo dejaron el recibidor en dirección al jardín, bajaron las escaleras Ash, Gary, Harley y Giselle, y se cruzaron con Paul, Ritchie y Tracey, que partían hacia el jardín, víctimas del hambre.


—Que rápido pasa el tiempo, ya es mediodía —comentó Tracey.

—Supongo que tienes razón, muero de hambre —la secundó el joven de cabello azabache, y nuevamente entonces tocaron el timbre— Que raro, James no atendió. Iré yo.


En el umbral de la puerta, se encontró a un hombre joven, cabello largo color púrpura atado en una coleta baja, orbes color negro, bastante alto y con una amplia sonrisa de oreja a oreja. Lo acompañaba una mujer de aproximadamente la misma edad, su piel era nívea y blanca como la nieve, su cabello era rosado y estaba arreglado hacia los lados, y sus irises eran del mismo color que su pelo. Se trataba del mayor de los hermanos Rocket, Reggie Rocket, en compañía de su esposa, Maylene Sumono de Rocket.


—¡Reggie! ¡Maylene! ¡Tiempo sin verlos! —sonrió Ash al hacerlos pasar.

—Igualmente, ¿cómo va todo Ash? —preguntó su hermano mayor, mientras los demás se acercaban.




Al mismo tiempo que Reggie se ponía al día con su hermano mayor, en el jardín, dos criadas se encargaban de que la mesa estuviera perfecta, platos, cubiertos, servilletas, y todo lo demás en su lugar. Jessie, por su parte, hablaba con su jefe un tanto alejada de la mesa, recibiendo órdenes de como tratar a los invitados, luego la pelirroja se marchó junto con James. Delia estaba sentada en la mesa, en compañía de Agatha, Misty, Melody y Casey, comentando sobre lo alta que era la temperatura de aquel día, alrededor de treinta grados.


—Siento como si el sol fuera a derretirme —comentó Agatha, sacando un abanico lila con flores blancas y abanicándose con él.

—No me sorprende, el verano se acerca —opinó, por su parte, la muchacha de cabellos rojizos.

—Oigan, ¿qué ese no es Drew? —intervino Melody, señalando a su hermano, que se acercaba acompañado de un grupo de seis personas.

—¡Tú! —exclamó Misty, poniéndose de pie súbitamente y señalando a la joven recién llegada.






Continuara…





¿Cual fue tu parte preferida?
¿Qué opinas del Ikarishipping (DawnxPaul)?
¿Crees que Drew es muy bajito? xD
¿A quién señalaba Misty al final del capi?
¿Dónde crees que dormirán May y Dawn? xD







Proximamente, en el capi 5:

-¡Paul desafía a Maylene!
-¡May y Ash se conocen!
-¡Dawn conoce a Paul! ¡La canción secreta!
-¡La mudanza de los Petalburgo!