Destino arreglado (Misty x Ash x May x Drew)

Destino arreglado (Misty x Ash x May x Drew)

Creo que este es una de mis mejores ideas en pokemon hasta ahora :) y creo que realmente les gustará si le dan una oportunidad.

Título: Destino arreglado
Autora: SatoKasuLove
Pareja: Misty x Ash x May x Drew (Les aclaro que el fic es Pokeshipping :o con el tiempo, incluiré Contestshipping, pero en cuanto lean entenderán el porque tarda en salir Drew)
Género: Romance/Drama
Tipo: Long-fic
Advertencias: UA

Destino Arreglado​

Capitulo 1​

El sol se retiraba lentamente en aquella interminable tarde de primavera. El joven miró el bello ocaso, como el anaranjado cielo gradualmente se tornaba más y más oscuro.

Suspiró. Él solía escaparse de las criadas, de los sirvientes, de todos para poder obtener algo de paz. Esa serenidad se la transmitía el atardecer, la hermosa puesta de sol le traía nostalgia por alguna razón que el muchacho desconocía.

Finalmente, la gran estrella que alumbraba el planeta de día se escondió en el horizonte, dejando a la luna para que la reemplazara, y un enorme puñado de estrellas para iluminar el camino de aquellos que lo necesitaran. Finalizado el crepúsculo y comenzada la noche, el chico se apartó de la ventana y cerró la misma firmemente.

Se volvió al espejo frente a él. Era un muchacho joven, de cabello negro azabache alborotado e irises del mismo color oscuro como la noche. No era ni tan alto ni tan bajo, poseía la altura y peso justo para su edad. Vestía una remera puramente negra y un pantalón azul como el agua. Se examinó un poco su aspecto, intentó arreglarse un poco el cabello pero le fue imposible. Entonces llamaron a la puerta y una criada ingresó.


—Joven amo Ash, es hora de la cena —le anunció la señorita.

—Enseguida bajo —le aseguró el susodicho.


La sirvienta se retiró. El joven le dedicó una mirada a la ventana de su habitación. Un par de pájaros zurcaron la oscura noche, en total libertad. Una libertad que el chico tanto añoraba.

Ash abandonó su cuarto y salió al pasillo principal. Giró a su derecha y caminó un poco hasta que llegó a la gran escalera principal de la mansión donde vivía. Descendió los escalones que lo separaban de la planta baja de la casa para encontrarse con sus dos progenitores, Giovanni Rocket y Delia Ketchum.

Giovanni era un hombre robusto y con un aire de hombre de clase alta. Su cabello negro iba peinado hacia atrás con elegancia, y sus ojos oscuros como los de Ash hacían juego con su pelo. Portaba un carísimo traje negro marca “Dolce & Gabbana”. Él era un distinguido empresario, director de la corporación Rocket, una empresa dueña básicamente de la mitad del país. Este hecho convertía a la familia Rocket en un clan multimillonario, y como tal vivían en una lujosa mansión en las afueras de Ciudad Azulona, considerada la mejor ciudad de Kanto, su país de residencia.

Junto a Giovanni, se encontraba su siempre sonriente esposa Delia. Ella era una mujer pacífica y despreocupada, que siempre actuaba como una verdadera mujer y ama de casa, pero ante todo se consideraba una madre y para ella sus hijos eran la prioridad. Además, se mantenía en perfecto estado para su edad, Su cabello era de un color café claro, lo llevaba sujeto con una coleta, y sus ojos del mismo color complementaban perfectamente con su radiante sonrisa para darle un aire jovial, haciendo que cada año pareciera más joven en lugar de envejecer. Llevaba puesto un vestido blanco largo hasta sus rodillas y strapless. Se veía hermosa.

Ash finalmente bajó al primer piso de la mansión Rocket y saludó a sus padres.


—¿Tan temprano cenamos? —se sorprendió el joven azabache, mirando a su padre.

—Así es, hoy tendremos visitas —le informó Giovanni— Delia, será mejor ir tomando asiento y esperarlos en la mesa.

—Sí, será lo mejor —coincidió ella— Además, tenemos algo importante que anunciar, pero quiero que ellos también estén.

—¿Algo importante? —preguntó el muchacho, intrigado.

—Lo sabrás a su momento, ahora vamos a la mesa —ordenó el hombre de la casa.


Giovanni se retiró en dirección al comedor y fue seguido por su hijo y su esposa, esta última sin dejar de preguntarle al chico si se había puesto sus calzoncillos limpios antes de bajar a cenar.

El recorrido no fue largo, la habitación a la izquierda de la escalera se encontraba el comedor. Era muy amplio, con una gran mesa de roble en el centro, el único mueble en el cuarto, y una puerta al fondo que daba a la cocina, la cual usaban los sirvientes para traer la comida. El resto de la familia se encontraba presente, por supuesto.

Paul, Ritchie, Giselle y Tracey eran el resto del clan Rocket, todos ellos hermanos y hermanas de Ash e hijos de Giovanni y Delia. Paul era un muchacho frío y algo obstinado, que se burlaba de su hermano Ash y frecuentemente peleaba con él. Su cabello era morado, un color muy extraño en verdad, y su vestimenta siempre se basaba en colores fríos como el negro o el azul oscuro.

Luego estaba Ritchie, un joven amable y confiable. Al igual que su madre, le gusta mucho sonreir, siempre se lo ve feliz por alguna razón. Es el mellizo de Ash, por lo que se llevan de maravillas. Sus ojos eran azules como el cielo, y su cabello era de un castaño más claro que el de su madre.

Giselle se encontraba sentada entre Paul y Ritchie. Competitiva y algo ambiciosa, Giselle puede ser muy mala cuando se lo propone, además es la más inteligente de los hermanos Rocket, por lo cual Giovanni le tiene mucho aprecio. Sin embargo, la chica tiene mucha bondad dentro de sí, pero esa bondad es opacada por su personalidad mandona y obstinada. Se considera a sí misma una verdadera belleza, y a decir verdad no se equivoca, es realmente hermosa. Su cabello lacio era oscuro y largo hasta un poco más abajo que su cadera, y sus ojos del mismo color brillaban cuando se le ocurría una de sus grandes ideas.

Por último, pero no por eso menos, se encontraba Tracey, un joven jovial y amable, que jamás podía decirle que no a nada ni a nadie. Él era un artista, y como tal, se dedicaba al arte. En contra de los deseos de su padre, Tracey dibujaba y pintaba, y, para ser francos, tenía mucho talento. Sus cuadros comenzaban a hacer ruido en el mundo artístico, y ahora lo iban a contratar para una exposición. Eso sí, debía conseguir primero el permiso de sus padres, tarea algo complicada a decir verdad. Su cabello era originalmente negro, pero por alguna razón quiso teñirselo de verde, y llevaba una banda naranja en su frente, y por suerte sus orbes negros combinaban bien con su nuevo color de cabello.


—Padre, nos has hecho esperar mucho —dijo Paul seca y formalmente, mientras su progenitor tomaba asiento en la cabecera.

—¿Cuál es aquel gran anuncio que iban a hacer? —preguntó la única hija mujer, mirando a su madre.

—Ya lo sabrás, hija —respondió Giovanni con impaciencia.

—Pero… —iba a replicar Ash, pero fue interrumpido por James, el mayordomo, que acababa de ingresar.

—Los invitados llegaron, jefe —anunció James, un hombre de corto cabello púrpura y ojos verdes como el césped.

—Hazlos pasar inmediatamente —le ordenó su jefe.

—Sí señor —James se retiró con una reverencia.


Al rato, emergieron por la puerta cuatro individuos. Se trataba de los Oak, una familia que había sido amiga de los Rocket por generaciones. Se componía por Samuel Oak, su esposa Agatha, y sus nietos Gary y Misty.

Samuel Oak era un hombre ya entrado en años, sus ojos eran de un color azul oscuro y su cabello gris ya presentaba un considerable número de canas. Muchos se refieren a él como el Profesor Oak, ya que es un distinguido científico y escritor, aunque actualmente ya esté retirado. Su esposa, Agatha, poseía cabello rubio, que cada día se volvía un poco más gris, para su horror, y unos orbes negros y opacos. Vestía un vestido negro hasta sus tobillos, parecía un vestido de luto en verdad.

Sus nietos en verdad eran mellizos, aunque Gary era unos segundos mayor que Misty. Él solía ser algo egocéntrico y arrogante, conocía a Ash desde pequeños y siempre habían sido rivales, Gary disfrutaba molestándolo. Pero desde hace un par de años, Gary cambió y maduró, ahora era un muchacho educado, inteligente y más respetuoso. Su más notable rasgo era lo atractivo que era, su cabello castaño desarreglado y sus ojos verdes se ganaban el corazón de varias chicas. Su más preciado objeto es un medallón, parecía el ying y el yang, pero era verde y amarillo en vez de negro y blanco.

Y finalmente estaba Misty Oak, una joven dulce y optimista, pero un poco mandona y se enoja con facilidad. Sus cambios de emociones suelen ser bastante bruscos y extremos. Al igual que Gary, conoce a Ash desde que eran niños y han sido siempre buenos amigos, de hecho podría decirse que ella era su mejor amiga. Su cabello anaranjado era largo hasta sus hombros, pero ella lo llevaba sujeto en una coleta hacia la derecha, y sus ojos eran verdes, y muy hermosos por cierto. Su más preciada poseción era un colgante con la forma de una gota de agua que su hermano le había dado.


—Buenas noches —saludó Giovanni a los recién llegados, y todos se pusieron de pie para saludar apropiadamente.

—Gracias por invitarnos Giovanni —le agradeció Oak luego de que todos se hubieran saludado y tomado asiento. El profesor se sentó en la cabecera opuesta al dueño de casa.

—Oh no, es un placer —le aseguró el aludido.

—Señor, la comida está lista —anunció una mujer repentinamente.


La ama de llaves entonces hizo acto de presencia. Ella era una mujer joven, de cabello rojizo increíblemente largo y une mirada severa. Respondía al nombre de Jessie, ella era quien había hablado. Hizo señas a la cocina y dos sirvientas trajeron los platillos. Habían cocinado un delicioso platillo extranjero.


—Huele delicioso, ¿tú lo preparaste, Delia? —curioseó Agatha, mirando a la mujer.

—No, hoy estaba cansada para cocinar —respondió Delia.

—Pero ya no debes cocinar mamá, deja que los sirvientes se encarguen —opinó su hija— Para eso se les paga, ¿no?


Giselle y Misty cruzaron sus miradas. Desde pequeñas que se odiaban, peleaban por cualquier cosa. Y es que eran tan distintas, que era inevitable que sus personalidades chocaran.


—Bueno, antes de comer debo hacer un anuncio —intervino Giovanni, poniéndose de pie y ganándose la atención de todos los presentes— Quiero decirles algo muy importante que creo todos deben saber ya que, como dije, es algo muy importante. Y concierne a mi hijo Ash…

—¿Qué sucede conmigo? —preguntó el joven azabache, mirando a todos lados sin comprender.

—Hijo, he tomado una decisión con respecto a tu futuro, a tu destino, y sé que será acertada —replicó el hombre— Hemos arreglado con la familia Petalburgo. En dos meses, tú te casarás.



Continuara…



¿Cómo crees que reaccionada Ash ante esta noticia?
¿No es esta una familia numerosa xD? (y eso que luego se suman miembros...)
¿Qué personajes crees que compongan la familia Petalburgo?
¿Quién te cae mejor, Misty o Giselle?

 

Re: Destino arreglado (Misty x Ash x May x Drew)

Bueno, ante nada gracias a todos y todas por dejarme sus comentarios, sus opiniones me ayudan a mejorar y tambien me ayudan a darle un rumbo a este fic que sea tambien aceptable por ustedes :)
Ok, ahora, quería contarles que me quedo más corto de lo que esperaba, pero espero aun asi lo disfruten y me dejen una opinion :D
Me despido!
Rocio




Nota: En caso que no recuerden, Agatha es de la Elite 4 en el anime, manga y los juegos, y Giselle aparece como estudiante del TEC pokemon en el episodio 9 de la primera temporada.

Capitulo 2​

Misty había estado tomando de su vaso de agua. Luego de que Giovanni habló, escupió todo el líquido de regreso al vaso, totalmente perpleja. Gary por poco y se caía de su silla, a Giselle sus ojos estaban por salirsele de las órbitas, Ritchie abrió los ojos como platos y Paul simplemente miró a Ash con una mueca burlona.


—¡¿Qué?! —exclamó Ash, poniéndose de pie tan bruscamente que tiró su silla al suelo.

—Siéntate —ordenó Giovanni en respuesta.

—No hasta que expliques que es toda esta tontería de que me voy a casar en dos meses, si ni novia tengo —discutió el muchacho.

—Ash, cálmate, ya nos van a explicar todo, ¿verdad? —comentó Ritchie, mirando al dueño de casa en busca de una explicación.

—Así es. Verás… —comenzó con su explicación el empresario— La familia Petalburgo es conocida por ser dueña de una de las empresas más poderosas de todo el mundo, y he arreglado con Norman que la mejor forma de afianzar nuestra relación es mediante una boda, tras la cual nuestras empresas se transformarán en una sola. Es por eso que tú, Ash, vas a casarte con su hija mayor, May, en dos meses si todo se da bien.

—¡¿Así nomás, sin conocerla?!

—No me levantes la voz muchacho, harás lo que se dijo y asunto terminado —vociferó Giovanni, visiblemente enojado.


Ash miró a todos en busca de una solución, alguien que le dijera que se trataba de una tonta broma o algo parecido. Pero todos estaban serios. El joven de cabello azabache se marchó rápidamente a su alcoba.


—Señor Giovanni, iré a buscarlo, con permiso —se excusó Misty y fue en busca de su amigo.

—Estos jóvenes de hoy —comentó Agatha con pesar, como intentando olvidar el asunto y mirando su comida— En mis tiempos, cuando a uno le decían algo, debía callarse y acatar las órdenes de los padres. Como han cambiado las cosas.

—Comentarios como esos son los que revelan tu edad —murmuró Sam Oak por lo bajo, su esposa lo miró llena de odio y todos los presentes rieron.

—Me siento mal por Ash, pero si no comemos la comida se enfriará —se preocupó Delia, mirando a su esposo.

—No te preocupes, ya vendrá, comencemos a cenar —opinó él, y así lo hicieron.












La pelirroja ingresó a la habitación que, sabía, pertenecía al joven Ash Rocket. Estaba algo desordenada, pero considerablemente ordenada si uno conoce a Ash. Ahora, ese chico despreocupado y un poco desprolijo yacía en su cama, acostado con su cara en dirección a la pared para que Misty no lo viera como estaba.


—Oye Ash, no te lo tomes tan mal —intentó animarlo la colorada— Tan sólo mira el lado positivo.

—¿Y cuál es ese lado positivo? —preguntó el chico con voz quebrada.

—Etto… eso es… no…

—¡Tan sólo dejame solo! —gritó el azabache.

—¡Tranquilízate y no me grites! —tronó la muchacha, luego añadió más calmada— Entiendo que no te guste para nada la idea, pero realmente no hay mucho que podamos hacer.


Ash se reincorporó y se sentó apropiadamente en la cama. La joven de irises verdes tomó asiento junto a él.


—¿Qué podamos? —repitió él sin comprender.

—Etto… quize decir que puedas hacer, y en lo que yo te pueda ayudar —se explicó ella nerviosamente.

—Oh, ya entiendo —comprendió Ash, y la chica dejó salir un suspiro de alivio bien disimulado— Pero es que Misty… yo no estoy listo para casarme.

—Lo sé, te conozco Ash, pero no creo que tengas muchas opciones —se lamentó ella— Y mejor bajemos antes de que tu padre realmente se moleste contigo.


La muchacha se puso de pie y le tendió su mano derecha al joven. Él dudó un momento, luego tomó la mano de la mujer y ambos salieron de la habitación.

En el primer piso, la cena estaba por acabarse cuando Misty y Ash volvieron a la mesa. Tracey le contaba a su madre sobre sus nuevos cuadros, y ella escuchaba interesada. A diferencia de su marido, Delia sí apoyaba la vocación de Tracey, aunque no estuvo de acuerdo con su nuevo color de cabello. Los demás o comían en silencio o hablaban entre sí de asuntos triviales. El regreso de Ash y Misty hizo que Giovanni nuevamente se pusiera de pie y fulminara a su hijo con la mirada, regresando así el antiguo silencio de cuando este último se marchó.


—Perdón por lo de recién —se disculpó el muchacho.

—Espero que recapacites y comprendas lo importante que es esto —dijo el hombre de cabello oscuro— Y ahora les informaré de dos cosas más.

—¿Todavía hay más? —se sorprendió Ritchie— ¿Acaso Giselle se va a casar también?

—Sí claro, como si hubiera alguien que pudiera soportarla —comentó Misty por lo bajo mientras se arrojaba una uva a la boca para saciar un poco su hambre, causando con su opinión risa en Ash y enojo en la morocha.

—Al menos mi cabello no le recuerda a uno de una fea zanahoria —replicó Giselle.

—¡¿Qué me dijiste?! —exclamó la pelirroja, mirándola con odio.

—Yo no te dije nada, pero si te sentiste identificada con mi comentario por algo será —opinó la joven Rocket con una sonrisa malévola que Misty contrarrestó con una mirada asesina.

—¡A callar! —tronó Giovanni, y ambas obedecieron— Primero les quiero anunciar que esta mañana hablé con su hermana mayor y ella volverá mañana por la noche.

—¡¿De verás?! —se emocionaron todos los chicos, a excepción, claro, de Paul.

—¿Solidad regresará? —preguntó Agatha— Ahora que lo recuerdo, no la he visto ni a ella ni al mayor de todos tus hijos, Reggie, ¿qué fue de ellos?

—Reggie se casó el año pasado —le informó Delia— Ahora vive junto con su esposa, Maylene. Es una mujer encantadora en verdad, cada tanto nos juntamos a tomar un poco de té, es una reconocidísima luchadora de karate.

—Hmp —rezongó Paul— Pues para ser una luchadora de karate, es muy débil.

—Oye, no hables así de Maylene —la defendió Ash.

—¿Y Solidad? —preguntó el profesor Oak para cambiar el asunto antes de que hubiera una pelea entre los hermanos.

—Ella viajó a Francia a visitar a su tías Cynthia y Fantina —le respondió Giovanni— Delia, ¿por qué tus hermanas se fueron a vivir tan lejos?

—Es que Fantina realmente nació en Francia y por eso adora ese lugar —admitió su esposa con una risita— Y Cynthia simplemente adora los helados de Francia.

—Bueno, el punto es que Solidad volverá mañana, pero no vuelve sola —prosiguió el dueño de casa— Sus primos vendrán con ella.

Ahora todos abrieron sus ojos como platos, y esta vez Paul incluído. ¿Sus primos también? ¿Y todos ellos se quedarían allí? ¡Realmente iba a ser increíble! ¡Y problemático!

—Etto… ¿dónde dormirán todos? —preguntó el artista de la familia.

—Yo no cedo mi cama por nada —objetó el chico de cabellos morados.

—Ya veremos, la casa es grande —objetó su padre con indiferencia— Pero eso no es todo. Los Oak también pasarán a vivir con nosotros por un tiempo…













—¡¿Qué yo voy a qué?! —tronó una voz femenina, entre sorprendida y furiosa.


La joven miró a todos sus familiares uno por uno. Fijó su mirada en su padre, luego en su madre, pasó por su hermano mayor, su hermana y finalmente su hermano menor. Todos ellos intercambiaban miradas de preocupación. “Ya todos los sabían…” concluyó ella.

May era una muchacha simple y bonita perteneciente a la aristocrática familia Petalburgo, que había sido dueña de una poderosa empresa por generaciones y generaciones. Ella era hermosa, sus orbes de un azul cristalino y su cabello castaño rompían corazones por doquier. Siempre llevaba una bandana en su cabello, por lo general usaba la roja que tenía en ese momento aunque por momentos la cambiaba por una pañoleta igual, pero verde.

Sus padres eran Norman y Caroline. Él era un hombre tranquilo y simpático, bastante joven para alguien de su cargo. Su cabello y ojos eran del mismo color, de un negro que le daba un aire elegante y majestuoso. Su esposa, Caroline, poseía un elegante porte de clase alta, siempre usaba vestidos de marcas caras como “Versace” y “Armani”. Sus ojos eran idénticos a los de sus dos hijas, azules como el cielo diurno, pero su cabellera era de un marrón un poco más oscuro que el de May, arreglado en dos coletas hacia los lados.

Luego estaban los tres hermanos de May, Brock, Dawn y Max. Brock era el mayor de los cuatro, un muchacho maduro y responsable pero también muy enamoradizo, y era conocido por ser un fiel creyente del amor a primera vista en múltiples ocaciones. Su piel es oscura, más oscura que la del resto de la familia, y sus ojos se permanecían siempre cerrados. Su cabello castaño oscuro era arreglado en picos y su vestimenta siempre variaba entre los colores verde, marrón y naranja.

Dawn era la hermana de May, un año menor que ella. Ambas eran muy unidas y grandes amigas. Dawn era una chica alegre, simpática y animada, con una adoración absoluta por la ropa, en especial vestidos. Literalmente, se cambiaba de vestuario mínimo dos veces por día. Sus ojos eran iguales a los de su hermana, y su cabello era de un azul cobalto. Siempre llevaba un gorro blanco sobre su cabeza.

Finalmente, estaba el pequeño Max, un jovencito estudioso y algo molesto pero puro y sincero en el fondo. Era un niño pequeño de unos siete años, con cabello azul muy oscuro y ojos marrones ocultos tras unos lentes cuadrados. Siempre se lo veía leyendo algún libro en la enorme biblioteca de su casa.


—May, hija, yo sé que es difícil —dijo Caroline, mirándola con una sonrisa comprensiva— Pero verás… es lo mejor para todos…

—¿Por qué? —preguntó sencillamente ella, mirando a su padre— ¿Por qué yo? ¿Qué sucedió?

—May… nuestra empresa esta al borde de la quiebra —reveló Norman, causando que las alarmadas miradas de sus otros tres hijos se clavaran en él como agujas— Nuestra única salida es este matrimonio, que unirá las industrias Rocket y Petalburgo, y con ello nos salvaremos.

—Es decir… que sin este matrimonio… —razonó la chica de la pañoleta roja lentamente.

—No tendremos ni para comer —admitió su progenitor con un dejo de verguenza— Hija, no sabes cuanto lo siento… pero…

—No te preocupes —le aseguró ella con una sonrisa— Lo haré. Haría lo que sea por ustedes —La joven se levantó de su asiento y se dispuso a retirarse.

—¿Te vas sin comer? —preguntó su madre, un tanto preocupada.

—Sí, no tengo mucha hambre —mintió la muchacha— Buen provecho.

—Oh... y mañana iremos a almorzar a casa de los Rocket —mencionó Caroline, al tiempo que su hija asentía en silencio con su cabeza.


La chica se retiró del comedor diario y se dirigió a su habitación. Una vez en ella, se arrojó sobre su cama, tomando un almohadón que se encontraba sobre la misma y ahogando su cara en él para gritar con todas sus fuerzas, por más que los gritos fueran sofocados por el almohadón le agradaba la sensación que sentía al gritar y liberarse de toda la culpa. ¿Por qué justo ahora… que lo había conocido a él?




Continuara…



¿Crees que Misty sienta algo por Ash ?
¿Apruebas el matrimonio de Reggie con Maylene?
¿Esperabas que la reacción de Ash fuese así? ¿Y la de May?
¡¿A quien a conocido May?!

 

Re: Destino arreglado (Misty x Ash x May x Drew)

Hola lectoras y lectores!!! Como andas?
Yo bien, les cuento que mañaana salgo para Porto Seguro, de viaje de egresados!! No puedo esperar :saltarin:
Iba a hacer esto mas largo, pero queria subir algo antes de irme xD
Les cuento que hasta ahora vieron tdo bastante serio... esq Giovanni los vuelve estrictos xD pero veran que habran momentos de comedia, planeo varios enfrentamientos entre Paul y Ash, entre Giselle y Misty, y voy a incluir Pewtershipping (Brock x Solidad) como una aprte cómica también :D
Bye!!
Rocio

Capitulo 3​

Comienza la convivencia​

Todos los Rocket abandonaron la mesa, ya finalizado tanto el discurso de Giovanni como la comida. Jessie comenzó a levantar los platos, con ayuda de otra criada joven, mientras Agatha y Delia se quedaban haciendo lo que hacen todas las señoras de la clase alta, contandose chismes.


—No sabes la verguenza que siento, Delia —contaba Agatha— Tener que renunciar a mi casa y depender de ustedes, no sabes lo que lamento las molestias.

—Pero si no es ninguna molestia, al contrario —sonrió Delia con franqueza— No hay ningún problema.

—Pero a lo que ha llegado la familia Oak —suspiró Agatha— De un día para el otro, de patitas en la calle. Esta gente no tiene respeto.

—Bueno, la gente que cobra impuestos no es muy paciente para recibir dinero —comentó la dueña de casa— Misty y Gary han sido muy fuertes, ¿verdad?

—Sí, de verdad me impresionan —aseveró la señora— Con todo lo que ha pasado. Primero muere mi hijo unos días antes de su nacimiento, y por si fuera poco, tras haberlos dado a luz, la muy maldita de mi nuera abandona a sus dos hijos. ¡Esa desgraciada!

—Ya pasó, y han hecho un buen trabajo criando a los mellizos —la consoló la Rocket— Ahora, lo importante es que ellos están bien, ¿verdad?

—Cierto —coincidió Agatha— Cambiando de tema, cuéntame más sobre el casamiento de Reggie.

—Bueno, al parecer conoció a esta chica, Maylene, cuando comenzó a ir al gimnasio Veilstone, que queda a cinco cuadras de acá —relató Delia con entusiasmo— Y bueno, evidentemente fue amor a primera vista, y le pidió su mano en matrimonio hace ya dos meses.

—Oh por Dios, ¡dos meses y yo ni enterada! —exclamó Agatha, horrorizada— Mañana mismo iré a comprarle un regalo de bodas, tal vez algo de oro…













—¡Ni loca! —rugió una voz femenina, pero de agudo el grito no tenía nada.

Giselle miraba con rabia a su padre. Lo conocía bien y lo respetaba, sabía que una decisión de él era indiscutible y que siempre tenía la última palabra, pero esto excedía todos los límites. No lo soportaría, ¡no lo toleraría!

—¡Ni loca esta chirusa comparte el cuarto conmigo! —exclamó la morocha, mirando despectivamente a la pelirroja.

—¡¿Cómo me dijiste?! —se defendió Misty, acercándose a la Rocket, pero Ritchie se interpuso en el camino.

—Basta Misty, no entres en su juego —susurró el castaño.

—Giselle, esto no se discute —ordenó Giovanni— No hay cuartos para todo el mundo, así que vas a tener que acostumbrarte.

—Acostumbrarse a dormir en el pasillo va a tener que hacer, porque no va a pasar —se negó ella, cruzándose de brazos— Mi cuarto es sólo mío.

—¡Tienes lugar para alojar a un pueblo entero! —comentó la colorada con rabia.


En parte era verdad. Giselle tenía la habitación más amplia de la casa, tan grande que entraban seis camas y aún sobraba lugar. Aunque tan sólo había dos ahora, una de dos plazas perteneciente a la joven Rocket y otra de una plaza, común con sábanas rojas y una almohada azul como el agua, destinada para Misty.

La recamara también contaba con un escritorio donde descansaba una computadora reluciente y nueva, y junto a ella había una pila de libros amontonados, la mayoría eran del colegio, pero sobre todos se encontraba uno negro particular, el favorito de Giselle, “Crepúsculo”. Además, a la derecha del escritorio había un televisor plasma pegado a la pared, cuyo control remoto estaba sobre el monitor del ordenador.


—Pero puede instalarse en alguna otra habitación —sugirió Giselle— Como el ático, o el sótano, o mejor aún, el jardín…

—Suficiente de bromas estúpidas —la calló su padre— Misty, adelante, entra e instálate. Y Giselle, a la primera queja, te mando a tí al jardín, ¿de acuerdo?

—Sí, papá —obedeció la joven a regañadientes, haciéndose a un lado.


Su padre se retiró hacia la cocina en busca de su esposa. Ritchie se marchó a su habitación. En el camino, se cruzó con Gary, que no encontraba el cuarto de Ash. Lo guió y luego se fue a descansar.

El joven Oak entró para encontrarlo tirado en su cama, mirando el techo con pesar. Se sentó en su propia cama y carraspeó, ganándose así la atención de su amigo. El azabache sonrió.


—¿Qué debo hacer, Gary? —preguntó Ash, sentándose apropiadamente.

—Bueno, podemos buscar quien es esta chica y ver que te parece —sugirió Gary, dirigiéndose a la computadora del Rocket— Si no podemos evitar el casamiento, al menos investigemos con que monstruo te casarás.


El muchacho estuvo de acuerdo y prendieron el ordenador. Tras una breve espera, ya que la máquina era nueva, lograron conectarse a internet y pusieron Google. Buscaron a la familia Petalburgo, y apareció todo el árbol genealógico completo. Fueron al fondo para encontrar que existian dos chicas Petalburgo, y la mayor, y por lo tanto prometida de Ash, era May Petalburgo. Ahora que ya sabían su nombre, Gary puso el buscador de imágenes, pero en ese instante golpearon la puerta.


—¿Quién es? —preguntó Ash, mientras su amigo apagaba el aparato.

—Soy yo —dijo la voz de Misty del otro lado de la puerta. Ash le abrió y ella entró a su recamara— Costó bastante, pero por fin me instalé en el cuarto de Giselle.

—Voy al baño —indicó su hermano, y se marchó, dejándolos solos.


Ash se puso de pie. Caminó hasta la ventana y la abrió, luego salió al techo. La chica sonrió y recordó aquellos momentos pasados en aquel resistente techo de la mansión, esas bellas memorias de una infancia que parecía haber sucedido hacia milenios. Eventualmente, lo siguió, y ambos se encontraron sobre la edificación, observando el deslumbrante espectáculo de estrellas sobre sus cabezas, acompañados por una brisa veraniega y una luna llena preciosa. Era un paisaje, simplemente, mágico.


—¿Problemas con Giselle? —preguntó el Rocket.

—Lo de siempre, nada a lo que no este acostumbrada —admitió la pelirroja, dirigiendo su mirada a las estrellas para luego añadir a modo de broma— ¿Problemas con tu esposa?

—No quiero ni pensarlo —suspiró él— Pero ya veré alguna forma de salvarme de esta.

—Ash, ya no pienses en más planes —le pidió Misty, sus ojos súbitamente se volvieron vidrosos— Ya no tiene caso. Lo único que queda es aceptar la realidad, tú te casarás y…

—Misty, ¿estás llorando? —se extrañó el azabache.


La colorada hundió su cara entre sus manos para que él no la viera llorar. No podía evitarlo, no quería verlo y no poder abrazarlo, no quería observarlo sin poder acariciarlo, no había nada más en ese mundo que deseara que no fuera besarlo…

“Maldición, Misty. ¡Piensa en otra cosa! Ya no hay nada más, lo único qu queda es rendirse” pensó ella con rabia, mordiéndose el labio inferior.


—Perdón, es que… —iba a explicar ella, pero no logró ni empezar.

—¿Se te metió algo en el ojo? —preguntó él inocentemente.

—Etto… sí, fue eso… —mintió la joven, levantando la cabeza y secándose con su propio brazo.

—Déjame ayudarte —se ofreció Ash— Mírame.


Así lo hizo ella. Elevó su vista hacia él para que pudiera examinar su ojo derecho, y para eso el muchacho se acercó a Misty. Se acerco bastante, tanto que podía sentir su respiración, como dejaba salir y entrar el aire agitada y nerviosamente, el mismo aire que al salir daba con de cuello de Ash, dándole una sensación de calor y… ¿placer?

Nunca antes había sentido algo como lo que sintió cuando tuvo a Misty tan cerca de él. Ash bajó su mirada del orbe derecho de la chica para dirigirla directamente al semblante dubitativo y algo triste de ella. Él secó una frágil lágrima de la mejilla izquierda de la Oak con su propia mano, mientras ella apenas si podía creer los escasos centímetros que separaban ambos pares de labios. Y cada vez eran menos…


—Ash, hijo —se escuchó la voz de Delia del otro lado de la puerta, mientras golpeaba la misma— ¿Dejaste lavando tus tu-ya-sabes-que abajo?


Esto alertó a los jovenes, que por poco y se cayeron del techo negro de la mansión. Él contestó un rápido sí antes de entrar a su recamara a las apuradas. Misty lo siguio al instante. Musitó un fugaz “Buenas noches” y se marchó. Aunque él no lo notó tanto, su cabello y su rostro tenían el mismo tono de rojo debido a su sonrojo.

Pasó la noche mirando el techo, ignorando por completo los comentarios negativos que Giselle soltaba cada tanto. Imaginaba que era ella a quien Ash esperaba en un altar de Paris frente a la torre Eiffel, y no a una completa desconocida, con una amplia sonrisa y con un caballo blanco... “Pero… tal vez ella es más linda… más coqueta… más grande… más… desarrollada en el área pectoral… ¡ya basta de ilusiones! Es hora de dormir, y luego tendré que hacer oídos sordos a mis sentimientos... no quiero, pero debo” se decía para sus adentros la colorada.















A la mañana siguiente, Paul bajaba a desayunar. Vestía una remera negra musculosa y unos shorts cortos azul cobalto, evidentemente con eso había dormido. A diferencia de sus hermanos, él era bastante puntual, aunque no se obsecionaba con el tiempo como a cierto conocido suyo…


—Buen día—sonrió Sam Oak desde la mesa de la cocina, el único otro madrugador de la casa.

—Buenos días —gruñó el joven de cabellos morados, sentándose y comenzando a untar mermelada en una tostada.

—Parece que a pesar de ser muchos, reina la paz en esta casa —sonrió el anciano, dándole un sorbo a su té de manzanilla.

—Hmp —“dijo” Paul con una de sus sonrisas irónicas, ya que una sonrisa sincera jamás se formaba en sus labios— Eso dices porque es temprano. Espera un rato.

—Por cierto, ayer no vi a todos tus hermanos —recordó Sam— Además de Solidad y Reggie, faltó Mol…

—No se donde estaba, pero seguro regresa hoy —interrumpió el Rocket— Giovan… es decir, mi padre organizará una gran comida por la visita de la familia Petalburgo, supongo que todos regresaran, incluyendo a Reggie.

—Tengo la impresión de que no apruebas el casamiento de tu hermano —intervino Oak— ¿Me equivoco?

—No es eso, sólo creo que ella es muy débil, es pura imágen —se defendió Paul— Yo hago karate hace mucho tiempo, he visto su técnica y es patética.

—Entonces, simplemente desafíala —propuso el hombre mayor— No hoy, por supuesto, pero ve con ella algún día y enfréntala. Tal vez eso te haga sentir mejor.











Mientras Paul desayunaba, el resto de los habitantes de la mansión Rocket amanecía tan lentamente que parecía que no despertarían más. Sólo había un problema, todos los jovenes, a excepción de Paul, se bañaban al despertar, pero la casa contaba con un solo baño.

En realidad, el baño era enorme por dentro. Muy amplio, tanto como un baño público. Contaba con dos lavabos, junto a ellos había un armario donde se guardaban cepillos de dientes, desodorantes y demás objetos. Había dos inodoros, separados por cuatro paredes como las de los baños públicos, pero sin nada escrito y de un color carmín que quedaba bien con los azulejos negros y blancos del toilette. También, al final del baño, se encontraban dos duchas con paredes transparentes que impedían ver a quien se duchaba, pero no había ninguna bañera, excepto por el jacuzzi en la recamara de Gionanni, pero solo él la usaba.

Tracey y Gary se duchaban, mientras Ash se impacientaba y les gritaba que salieran. Misty lo secundaba, con una voz tan potente que parecía un furioso hincha de fútbol. Giselle esperaba sentada en el suelo junto con una toalla rosa con sus iniciales, G.R., grabadas, pero al rato se aburrió y se puso a buscar algo en el armario junto a los lavabos. Ritchie, por su parte, se había cansado de esperar y bajó a desayunar. Delia Rocket apareció entonces para darle ropa interior limpia a sus hijos y dejo también un par de toallas limpias, luego se retiró.


—¡¿Quién se robó mi maquillaje?! —exclamó de pronto Giselle, captando la atención de todos.

—¿Realmente necesitas maquillaje? No vas a salir a ningún lado —objetó Misty con naturalidad.

—Como se nota que no sabes de hombres —le contestó la morocha.

—Es mejor que ser una comehombres —comentó la pelirroja.

—¡Ya sé! ¡Tú lo robaste! —la acusó la Rocket, señalándola acusadoramente con su dedo índice.

—¡¿Para que quiero yo tu maquillaje, loca?! —rugió Misty.

—¡Porque además de ser fea, eres pobre, y no lo puedes pagar! —chilló la otra chica.

—Ah no, yo la mato.


Y tras estas palabras, cazó a Giselle de sus largos cabellos negros y comenzó a jalar de ellos. La otra joven no se quedó atrás, aprovechó que la colorada no traía su coleta esa mañana, llegando su cabellera hasta sus hombros, y la atrapó del pelo, tirando de el cabello rojizo con rabia. Ash intentó separar a las dos jovenes, que parecían querer matarse, y con la ayuda de Gary y Tracey, que dejaron las duchas en ese momento, lo logró. Giselle se escabulló, mientras Misty suspiraba agitada.


—Ya estoy bien, estoy tranquila —dijo la Oak, respirando más serenamente— No me importa Giselle. No caeré en su juego. Soy más madura y no voy a hacerlo.


Los muchachos suspiraron, contentos de que la pelea había acabado, o eso pensaban, porque no contaban con la persistente ira que volvió a nacer en Misty…

—¡La mato! —vociferó ella, saliendo tras la morocha.









En el recibidor, Jessie había ido a abrir la puerta para recibir a una pequeña de alrededor de cinco años, con ondulado cabello color arena y ojos tan azules como el firmamento, que reflejaban una mirada inocente y curiosa. Llevaba un vestido de color azul oscuro con contrastes blancos atravesado por un lazo azul, y corrió a abrazar a Delia apenas la ama de llaves abrió la puerta.


—¡Mamá!

—Molly, hija, ya te extrañaba —sonrió la mujer, abrazando a la menor de sus hijas, la pequeña Molly.


La madre alzó la cabeza para dirigirla a una figuras que acababan de ingresar. Se trataba de un hombre mayor que Delia, con cabello castaño oscuro con varias canas, cejas pobladas y ojos oscuros. Vestía una camisa de un color amarillo chillón y un pantalón café de un tono bastante oscuro. Sonrió a la dueña de casa, quien resultaba ser su hermana menor.


—Ha sido una buena niña, gracias por permitirle quedarse con ustedes —sonrió Delia, acariciando las hebras color arena de Molly— ¿Cómo la pasaste, cariño?

—Fue nuy divertido, jugamos con el perro y muchas cosas más —relató la nena con una radiante sonrisa blanca.

—¿Tienen un perro? —se extrañó Delia— Creí que a tu esposa no le agradaban los animales, Spencer.

—Entei es un buen perro guardián —admitió Spencer— Es por eso que no le molesta a mi mujer. Delia, queria pedirte un favor antes de irme.

—Iré a mi habitación —dijo de inmediato Molly, dejándolos solos.

—Dime hermano —indicó Delia.

—Bueno, tengo que contarte algo —le anunció Spencer— Conseguimos trabajo nuevo, mi esposa y yo, y la paga es muy buena.

—¡Que bueno! —lo felicitó su hermana, regalándole una amplia sonrisa.

—Pero hay un problema, es en Madrid —añadió el hombre— Y tengo que pedirte si puedes cuidar de Casey.

—Lo hablaré con Giovanni —aseveró ella— Pero no habrá problema, yo me encargaré de convencerlo.

—Pero debo dejarla ya, tengo que salir para España ya —confesó su hermano mayor— ¿Puedo encargartela?

—No hay problema, cuidate mucho Spencer —y ambos hermanos se abrazaron.


El hombre abandonó la mansión Rocket, y al segundo entró una joven con dos valijas amarillas. Era Casey, la hija adoptiva de Spencer. Poseía cabello púrpura atado en dos coletas e irises avellana, además de tener una ferviente admiración por los deportes, el baseball en particular. Era fanática del baseball, no se perdía ni un partido. Su vestuario consistía en una remera puramente blanca y una pollera mini de corderoy color verde, de “47 Street”.


—Casey, que bueno es verte —le sonrió su tía.

—Tía Delia, gracias por dejarme quedarme con ustedes —agradeció Casey— Por cierto, me enteré que Misty también esta viviendo aquí, ¿dónde esta?


Como respuesta a su pregunta, apareció Giselle corriendo escaleras abajo. A los dos segundos, emergió Misty, que saltó varios escalones para saltarle encima a la morocha como una fiera al ataque y comenzar a pelear nuevamente con ella. Luego apareció Tracey, ya cambiado con un bermuda blanco y una polera verde, gritando que quien le habia sacado su cuaderno de bocetos. Paul llegó de la cocina, quejándose del ruido, y el artista fue a él, acusándolo de haberle quitado su cuaderno. Ambos discutían a los gritos, y apareció Gary, vestido con una camisa negra sin mangas de “Abercrombie & Fitch” y un bermuda de jean, acompañado por Ash, y ambos intentaron mediar las discuciones, pero solo resultaron gritando todos más fuerte, ellos dos incluidos. Ritchie bajó luego, ya que había aprovechado para bañarse mientras todos estaban en el recibidor, e intentó, sin éxito, calmar la situación.


—Que divertido —rió Casey, y en eso regresó Molly, esta vez en compañía de Sam Oak.

—Paul tenía razón, la paz termina pronto —murmuró Oak, esbozando una sonrisa.

—¿Así me van a recibir? —preguntó una voz femenina súbitamente a sus espaldas, desde la entrada.



Continuara…




¿Cuál fue tu parte favorita del capi?
¿Crees que Misty y Giselle puedan convivir en paz?
¿Ash sentirá algo por Misty? :confused:
Paul vs Maylene, ¿quién ganaría?
¿Quién llegó a la mansión al final?