Drabble de Naruto - Despertar. [Naruto]

Autor: Temarii Juuzou.
Título: Despertar.
Tipo: Drabble.
Género: Acción, quizá un poco de tragedia.
Advertencias: AU.

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Despertar.

Cuando despertó fue todo un alivio. Ya no sentía que su pecho le apretaba, tampoco sentía el punzante dolor de sus órganos siendo atravesados por el metal de su auto. Se sentía libre y cansado, con los párpados adormilados y las palmas de sus manos cosquilludas.

Pero estaba bien, eso era lo importante.

Su mirada, pesada, viajó por todo el cuarto de hospital. En el había dos personas, mujeres, para ser exactos. Su vista estaba borrosa, así que tardó en darse cuenta de la corta y exótica cabellera rosa de su mejor amiga, Sakura y de la larga y hermosa cabellera azabache de su novia, Hinata. Lloraba, y Naruto tenía la necesidad de levantarse a consolarla, pedirle que parara, demostrarle que todo estaba bien. Entonces se levantó, aunque sus fuerzas sólo le dejaban sentarse, ya era algo. Sonrió como era costumbre y comenzó a gritonear.

—Hey, Hinata-chan, estoy bien, dattebayo!

—Cállate, por más que grites, ninguna te escuchara.

Con un pequeño sobresalto, Naruto giró su cabeza para mirar a quien sería su cuñado en unos meses, Neji Hyuga. Vestía un traje elegante y la culpabilidad inundó el alma del rubio al darse cuenta.

— ¡Neji, tu boda, seguro llegamos tarde por mi culpa! Jamás debí haber usado ese atajo...

—No habrá boda, Naruto, no seas estúpido. —El mayor de los Hyuga le fulminó con la mirada. Estaba serio, como siempre, pero en sus ojos, aparte de su frialdad correspondiente, se notaba una pequeña punzada de dolor.

¿Acaso Tenten se había echado para atrás? No, no podía ser eso. La joven de cabellos chocolates estaba tan enamorada del genio Hyuga que era imposible imaginar que se retractará del matrimonio, no en ese momento. Entonces ¿Por qué no habria boda?

Un sollozo le hizo girar su cara. Hinata aún lloraba, Tenten había entrado en la habitación y había corrido a abrazarla, la médico tan sólo las miraba con tristeza en sus ojos mientras se acercaba hasta donde él estaba. Colocó un manta sobre su cabeza.

—Hay, Naruto. Siempre tan estúpido e impulsivo... ni siquiera manejar sabias bien, idiota.

Entonces recordo: estaba camino a la boda de Neji, donde él se había ofrecido a llevarlo; a él se le había echo tarde, él había decidió tomar un atajo y acelerar para llegar rápido.

Los ruidos de llantas, el olor a gasolina, el ciervo en la carretera.

Todo estaba claro.

Había tratado de esquivar al animal y con ello logró salvarle la vida al ciervo, pero claro, todo tiene un precio y ese haba sido su vida. Pero... ¿& Neji?

Lo volteó a ver.

—Bienvenido a la vida de los fantasmas. Llevo tres días esperando a que te mueras.

La adrenalina en el momento del accidente no podía compararse al de ese instante, entrando a su eterno descanzo acompañado de Neji Hyuga. Al que, por cierto, él había matado.