Despedida.

Hola, vengo a hacerlo llorar (?), Nah, estaba molesta, así que hizo lo que mejor sabia hacer, escribir algo triste. También porque a Cygnus le dije que le daría algo en navidad, tarde pero seguro cisne princesa ;)


Mire por última vez a mi amiga, esto no me gustaba nada, no quería que se fuera. Las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos, no podía evitar sentirme miserable, llevaba toda mi vida con ella y ahora en un parpadeo debía decir adiós.

Caminé hasta ella con paso lento y desanimado, me habían dado unos minutos para despedirme, pero eso no era suficiente, quería tener todo el tiempo del mundo, congelar el reloj de arena para que los granos dejaran de caer y así ella no se marchase. Con los ojos llenos de lágrimas y una triste sonrisa me agache a su altura, las manos me sudaban y temblaban, coloque la izquierda sobre su cabeza, acariciándola con sumo cuidado, sus huesos debían doler demasiado.

—Marcee… no te vayas —dije entre lágrimas, no lograba hablar sin que se me cortase la voz —, me sentiré sola.

Levanto lentamente su cabeza mientras su cola comenzaba a moverse rítmicamente, se sentía feliz de verme, el corazón se me rompió en pedazos, al menos se iría con una sonrisa.

La poca cordura que me quedaba se esfumo. La abrace por el cuello mientras más lagrimas caían y empapaba su pelaje canoso. Apoye la nariz con la suya, al igual que en sus días de joven, se separó un poco para con ternura lamer mi pequeña nariz. Ningún perro lograría ganarse mi amor como ella lo había hecho.

—Niña —oí un llamado y sentí un peso sobre mi hombro —, se te acabo el tiempo.

— ¡No! —grite apretando mi agarre y volviendo a colocar la cabeza en su cuello mientras ella apoyaba la suya en mi hombro —. No quiero perder a mi mejor amiga.

Marcee seguía moviendo su cola, me aparte un poco manteniendo mi agarre. Hizo un gesto con la cabeza, como si me agradeciera. Levanto un poco más la cabeza y dio una pequeña lamida a mi mejilla.

—No, Marcee —la solté y me puse de pie —. Gracias a ti por quererme.

Continuo con el movimiento de su cola, seguía feliz, estaba feliz de saber que la quería.

Vi cuando la inyectaron, ya me sentía un poco mejor, pero volví a quebrarme al ver como su cola se detenía permanentemente.