Deslave

Deslave

Lo sé: el peor título en las historias de los fics xD Lo que es tener el cerebro completamente seco

Buehh... ése fic lo presenté en el concurso de One-shots sangrientos. Lo escribí como en dos horas, así que disculparán la vasca de escrito que están a punto de leer xD Como quiera, creo que me agradó mi calificación(:

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Deslave.
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Pláticas, bromas, risas… ¡Todo es tan divertido!
Al fin regresamos de nuestro espléndido viaje. Lo amé, en verdad lo amé. Miles de cosas buenas, geniales y entretenidas nos sucedieron; todos rebosamos de felicidad.

Zack maneja tranquilamente mientras que Marie ríe por el chiste que David nos cuenta. Ricky me tiene abrazada… ¡un ambiente perfecto!
La pasamos de lujo, es de lo mejor salir de viaje con tus mejores amigos a divertirte; desgraciadamente, aquello no nos duró mucho.

Lo último que pude divisar fue un montón de tierra cayendo sobre nosotros en la curva cerrada de aquel espeso bosque. Caímos... eso creo.
Ahora, Zack intenta controlar el auto; ¡pero no lo entiendo, íbamos bien! Completamente sobrios, tranquilos…
Entonces, ¿por qué?

Puedo ver claramente como Marie sale volando literalmente del auto, ¡le dije que se pusiera el cinturón de seguridad!
David intenta ayudar a Zack, pero todo es en vano; el carro no se puede controlar. Ricky me abraza con fuerza y de pronto… todo se vuelve negro.

No tengo noción del tiempo. No sé si han pasado diez minutos o diez horas, simplemente puedo decir que siento un peso sobrenatural sobre mí.
Intento abrir mis ojos, me duele hasta intentar hacerlo; y ya que logro hacerlo, veo a Ricky sobre de mí. Está lleno de sangre y me mira de manera débil.

—Shayla, ¿estás bien?

Su voz es demasiado entrecortada, apenas puedo entenderle. Puedo ver como su brazo izquierdo está completamente apresado entre los… ¿asientos? ¡Esperen! ¿Qué demonios pasó al final?

—Ricky… —le llamo mientras unas inadvertidas lágrimas salen por mis ojos. Varias gotas de sangre comienzan a bajar por su frente, cayendo en la punta de mi nariz— Estás… estás sangrando.

Es más que obvio, pero no puedo evitar quedar en shock. Él intenta moverse y dejarme un espacio libre para que yo pueda salir, pero siento un intenso dolor en mi pierna derecha; de seguro está prensada. Intento moverla y me sorprende ver que no es así. Entonces, comienzo a salir del auto poniendo mis mayores esfuerzos, aunque mi pierna está ‘bien’, me duele bastante.
Soy ayudada por Ricky y al cabo de varios minutos de lucha, logro salir completamente del carro; dándome cuenta de que nos encontramos en una depresión que forma parte del bosque y que, además, el carro está volcado.

Me doy cuenta que mi pierna está sangrando, pero le tomo poca importancia, ¡debo ayudar a mis amigos!
Primero, ayudo a Ricky a salir del auto removiendo varios vidrios rotos con mis manos ocasionándome cortaduras de bajo nivel y, de igual forma, luego de unos minutos más de arduo trabajo, mi novio logra salir con dificultad.

Ya que ambos estamos fuera, nos aproximamos a intentar ayudar a David, pero caemos en la cuenta de que no está dentro del auto; seguramente corrió con la misma suerte que Marie.

¡¿Por qué a mis amigos?!

Gritamos el nombre de David repetidas veces, pero nadie responde; no se oye absolutamente nada.
Vamos hacia el auto de nuevo: nos faltaba Zack.

Revisamos con extremo cuidado y logramos verlo apresado entre el asiento, con el vidrio del parabrisas roto en su cara, está sangrando demasiado.

Aquellas escalofriantes escenas me hacen sentirme muy desesperada e impotente. Pronto, me aferro a Ricky bastante atormentada y lloro en su pecho gritando los nombres de Zack, Marie y David.
De repente, él comienza a quejarse con disimulo de sus piernas y, sin quererlo, se tira frente a un árbol; quedando recargado en el tronco. Su gesto denotaba que sentía un gran e intenso dolor.

—¡Ricky! ¡Ricky, ¿estás bien?! —le pregunto aún llorando y agachándome junto con él.
—Sí… —responde entrecortadamente.

No, no está bien.

Rápido busco mi celular en la bolsa de mi pantalón; no sé cómo no recordé antes que lo traía. De seguro los nervios me lo impidieron.
Lo busco de forma desesperada y me encuentro con que está roto. La pantalla está completamente distorsionada; ¡maldito celular baratija!

Miro a mi novio y de la manera más tranquila que puedo, le pregunto por su celular, pero me dice que David lo traía, por lo que asumimos que había ido a dónde él: paradero desconocido.

El tormento se vuelve más evidente cuando nos damos cuenta de que la noche está por caer. ¿Qué demonios haríamos en la depresión de un bosque en el anochecer? Incomunicados, heridos… no faltaría mucho para que acompañáramos a nuestros amigos en la mejor vida.

Comienzan a oírse ruidos entre los árboles; puede ser un animal pequeño… o tal vez uno grande…
Mis temores aumentan y miro a Ricky, quien parece tener la misma expresión que yo.

—Escóndete —me ordena de manera autoritaria.
—Ricky, pero…
—¡Escóndete! —ahora lo exclama con mayor énfasis. Sé que por sus heridas, debe estar haciendo un gran esfuerzo.

También sé que quiere ayudar y ‘salvarme’, pero ¿dónde podría esconderme en un bosque?
Sólo arriba de un árbol; pero desgraciadamente, no tengo la fuerza suficiente para subir. Podría decir que ni siquiera camino rápido, si mi vida dependiera de ello.

Abrazo a Ricky con fuerza y acaricio su cabello de manera suave, él intenta repelerme tal vez para que vaya a buscar refugio, pero no pienso dejarlo solo.

—Lo que sea que vaya a pasar… quiero que me pase contigo, no sin ti —musito en su oído mientras un par de lágrimas vuelven a bajar por mis mejillas.
—Shayla… —suelta él sorprendido posicionando una de sus manos sobre mi cintura y haciendo que me siente junto a él.

Nos quedamos así por un buen rato, y los ruidos desaparecen. Seguro era algún animalito o algo indefenso; de lo contrario, nos hubiera atacado. Ahora todo comienza a volverse obscuro.

No tenemos conocimientos de supervivencia; ni siquiera sabemos bien cómo prender una maldita fogata, el único que lo sabía era Zack.
Sólo nos resta esperar a que alguien se dé cuenta del gran deslave /derrumbe que pasó por la tarde allá arriba y venga a rescatarnos.

Sí.
Es todo lo que podemos hacer.

La oscuridad se hace espesa y con eso, nuestros miedos crecen. Me aprenso más al cuerpo de mi novio y le repito que lo amo el mayor número de veces posibles, no vaya a ser que no se lo pueda decir después.

Por segunda ocasión, ruidos entre los arbustos comienzan a hacerse presentes; ahora estamos en peores condiciones: casi no hay luz y somos más débiles.
Si fuera algo amenazante, estoy segura que en cualquier momento nos atacará y de ahí sólo queda rezar por nuestras vidas.

Gruñidos opacan el poco silencio que quedaba en el bosque y unas pisadas colosales hacen retumbar la tierra.

—No hagas ruido —me pide Ricky mientras vuelve a abrazarme con mayor ímpetu.

Comienzo a sentir una imponente presencia entre nosotros. Los gruñidos se hacen más notorios y prontamente, la poca luz de la luna ilumina la enorme figura de un oso a escasos tres metros de nosotros.

Es enorme.
A simple vista, puedo decir que mide más o menos unos tres metros de pie y debía pesar más de cien kilos. No sé si exagero, pero tengo mucho miedo.
Un oso no se detendrá si se lo pido y mucho menos si lloro; sólo hará la muerte más dolorosa.

Ricky intenta esconderme posicionándose frente de mí, pero es inútil; el oso ya nos ha visto a ambos.

La criatura de pelaje oscuro se acerca de manera amenazante; se nota que está decidido a devorarnos.
Mi novio comienza a buscar una piedra o algo para darle al animal, pero sé que será inútil, ni una pistola podría parar a aquella bestia del bosque.

Al notar que no hay nada que le sirva, se hace para adelante y como acto suicida se abalanza contra el oso mientras me grita desesperadamente:

—¡Shayla!, ¡corre!

Ojalá pudiera hacerle caso del todo y correr, pero mi pierna derecha no me lo permite; está muy lesionada.

Me quedo inmóvil mientras veo cómo Ricky lucha contra aquella enorme criatura, quien prontamente abre sus fauces y encaja los feroces colmillos en el pecho de mi novio.
La escena me aterroriza y comienzo a llorar de forma desmesurada; ¡eso ha sido mi culpa!

Me percato de que un líquido oscuro sale de la prominente herida en el pecho de Ricky y me horrorizo más; sé que perderá mucha sangre.

El oso le ataca de nuevo y esta vez, directo a la cara. Lo último que escucho salir de la boca de mi novio es un estruendoso y escalofriante grito que me eriza la piel por completo.
Quiero gritar. Quiero gritar mi dolor, pero si él se ha sacrificado para salvarme; lo mejor será que me esconda. Debo apreciar lo que ha hecho por mí.

Me escondo debajo de un arbusto de los alrededores y veo cómo el oso me busca con insistencia, no sin antes devorar algo del suelo. Me pongo histérica en mi interior ¿ése sería… Ricky?

Cierro mis ojos fuertemente y las lágrimas salen de nuevo. No puedo interpretar el dolor que siento con nada.
Primero mis amigos, luego mi novio; de seguro la siguiente sería… yo.

Abrazo mis piernas y quedo como un huevo debajo de aquel arbusto que me ayuda a esconderme del feroz animal.
Pasa un rato y no oigo ningún ruido, pero decido no salir hasta pasado más tiempo; quién sabe y el oso aún esté por ahí.

No pasan ni diez minutos más, cuando siento una fuerte respiración tras de mí que me pone los pelos de punta. Un fuerte rugido se hace presente; sólo volteo y diviso unos enormes colmillos a escasos centímetros de mí.
Siento como si mi corazón se saliera del pecho y como último, observo las enormes fauces del oso devorando mi cabeza de manera rápida y dolorosa.


Sólo pude gritar. No hice nada…
¡Lo odio!

No pude luchar por mi vida.

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Pues... asdfasdfas xD

Se aceptan jitomatazos
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