Descontrol

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Circe, 18 Agosto 2010.

  1.  
    Circe

    Circe Usuario popular

    Leo
    Miembro desde:
    8 Febrero 2010
    Mensajes:
    534
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Descontrol
    Total de capítulos:
    6
     
    Palabras:
    611
    Descontrol

    Aca les dejo un long-fic original que vengo haciendo desde hace un tiempo.
    Espero que les guste y espero sus comentarios n_n
    Aqui les dejo el prologo =)

    Descontrol:


    Prologo

    Tres gotas de sangre cayeron en el suelo. Lentamente e inconsciente las vi, o mejor dicho sentí. Su olor, su sabor, la satisfacción de sentirla fluir por mi garganta, recobrar la fuerza y la lucidez. Perdí el control, otra vez. Desde que tengo memoria me pasa esto. Me descontrolo por la sed, horrible, que como fuego que trepa en forma de una garra hasta el fondo de la garganta, dejando un rastro del horrendo e insoportable fuego en mí.

    Con mis sentidos agudizados lo más posible me doy cuenta de que hay algo que mueve en los arbustos. Instantáneamente me protejo a mí misma. Dejo caer mi víctima, una niña esta vez, y me pongo en guardia. Lo veo... es un chico. No uno cualquiera, uno distinto. Sé que es distinto, hay algo en sus ojos, en sus gestos, en su forma de moverse, de desplazarse que me lo dice. Quiero correr, escaparme de eso que está ahí parado pero no puedo moverme, no me controlo. En realidad no sé lo que hago. Es peligroso ese hombre pero quiero acercarme a él igual. El primer paso lo hace el. Camina lentamente hacia mí.

    Yo sigo tan quieta como una estatua. Habla con una voz grave y seductora:

    –¿Que hace una chica tan bonita como tú en un lugar así?

    No respondo, no puedo; quiero gritar, hacer algo pero no puedo, estoy paralizada. Sigo sin saber lo que hago. Hipnotizada por su mirada me siento, inquieta y desconfiada. Sé que no va a hacerme nada que me perjudique pero tengo la intuición de que él es malo para mí. Se sigue acercándose a mí.

    –¿Cómo te llamas? –Pregunta amablemente o fingiendo amabilidad. Si está fingiendo lo hace demasiado bien.

    No respondo. Me mira a los ojos, aun en la oscuridad absoluta logro distinguir que son de un azul oscuro casi negro.

    –Desde ahora te llamaras Noche. –Anuncio, no me pidió opinión pero no estaba lo suficiente despierta como para darme cuenta de lo que él me decía o hacía, ni siquiera sabía que hacia yo.

    Sigo sin poder articular una palabra. No recuerdo nada, ni como es hablar. El desconocido se acerca más a mí. Solo es un poco mayor a mí. Parece de unos diecinueve años más o menos.

    –Yo soy Sombra, desde ahora iremos juntos, como la noche y la sombra.

    No digo nada solo sonrió. No sé por qué pero me paro y me pongo a su altura.

    –De acuerdo. –Susurro en su oído aunque sé que no es necesario.

    Ahora solo estamos a unos centímetros. Lo siento en mí ser aunque lo acabo de conocer. Siento que es un viejo amigo, que lo conozco de toda la vida; un peligroso y mortal amigo.

    Se acerca a mi garganta, bebe de mi sangre delicadamente. Me siento mareada pero no me importa, valía por sentir que mi sangre corre junto a la de él. Luego deja descubierto su cuello. Toscamente bebo de su sangre. La más deliciosa que había probado en toda mi vida. Ahora siempre voy a estar junto a Sombra, quiera o no, siempre va a estar junto a mí en sangre y yo junto a la de él. Luego todo se volvió negro y más oscuro todavía. Me desmaye.
     
  2.  
    Kotono

    Kotono Fanático

    Virgo
    Miembro desde:
    19 Julio 2006
    Mensajes:
    1,069
    Re: Descontrol

    Historia de vampiros? owo

    No entendi ni "pio" x'D. A lo que veo ambos son lo mismo, y sienten una atraccion rara y a causa de eso decidieron estar juntos por siempre...
    Si, muy interesante. Me provoca cierta emocion que hagan un circulo tan hermetico *-* <3

    Coloca pronto la siguiente parte :3
     
  3.  
    Circe

    Circe Usuario popular

    Leo
    Miembro desde:
    8 Febrero 2010
    Mensajes:
    534
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Descontrol
    Total de capítulos:
    6
     
    Palabras:
    1266
    Re: Descontrol

    Hola! Bueno pues, primero que todo gracias a los que leyeron el prologo, en especial a inariamy y Kotono que comentaron n_n Aviso que los capítulos de este fic son cortitos pero los subire, mas seguido para compensar a las lectoras =) Sin mas les dejo el primer capitulo ^^


    Capítulo 1 “Conversación”

    Así empezó todo. Por un descuido mío, por no haber comprobado la presencia de “otros” como yo en la zona.

    Ya hay demasiadas victimas en esta área, me voy a tener que ir. La gente de este lugar se está dando cuenta de la falta de personas, niños y ancianos especialmente, ya que son más fáciles de atrapar y más inconscientes; lo que me da ventaja cuando pierdo el control porque mis instintos de supervivencia me controlan. Más que toda la sed. Por eso me vuelvo bastante descuidada. Que lastima tener que irme, tan ricas y fáciles eran las víctimas.

    No me causaba ninguna emoción cazarlos. ¿Por qué seria así? No los conozco, y ellos no me quieren ni me aceptan aunque yo no desee ser así, un monstruo que destruye sus vidas. Yo no elegí esto, esto me eligió a mí. No voy a ser como esos estúpidos que esperan cambiar milagrosamente o que no aceptan lo que son y no son capaces de probar la sangre por culpa. No niego lo que soy y nunca lo voy a hacer. Soy lo que soy me guste o no. Mejor aceptarlo, es lo único que puedo hacer.

    Ahora tengo un compañero, Sombra. Por primera vez no voy a estar sola y conozco, de verdad, a alguien de mi especie. Es muy extraño estar acompañada, es una sensación diferente totalmente nueva para mí. Ya que nunca, nunca en mi corta vida y luego muerte estuve acompañada.

    ¿A dónde vamos? –Le pregunte a mi acompañante.

    A cualquier lugar. –Me respondió sin mirarme a los ojos. Era la tercera noche de nuestro viaje y ya tenía hambre. Nunca respondía directamente a mis preguntas, parecía evitar hablar conmigo.

    Bueno... ¿cuándo vamos a comer algo? –Pregunte hambrienta aunque intentaba disimularlo.

    Ya bebimos antes de ayer. –Me indico, cortando la conversación; o por lo menos intentándolo.

    No sangre. –Replique–. Comida de verdad.

    Esa es comida de verdad. –Me contradijo.

    Algo que llene el estómago, comida de humanos. –Aclare, no me entendía en nada.

    ¿Por qué sigues comiendo “comida de verdad” si no te sirve para nada?

    Por costumbre, no lo sé. ¿Tú no? –Inquirí.

    No, no tengo esas costumbres. –Me comento, Sombra parecía ser el ejemplo perfecto para nuestra raza, no guardaba emoción alguna por los humanos y no tenía ninguna costumbre humana, no sentía lastima por matar. Igual que yo.

    Ahh. –conteste y luego agregue–.Deberías hacerlo son muy ricas aunque no funcionen en este organismo.

    Gruño y no me contesto. Luego de un rato dijo:

    Hablas mucho para haber estado sola tantos años.

    No me pregunto, solo afirmo.

    Por eso mismo, pase mucho tiempo sola y sin hablar con nadie, bueno, salvo con mis victimas pero no está bueno hablar con la comida. –Le explique intentando animar la conversación con un poco de humor.

    Se rió, fue un sonido raro, como forzado y tosco pero dulce.

    ¿Hablas con tus víctimas? –Pregunto claramente asombrado.

    Si, hace más divertido el juego. –Conteste.

    Ahh. – Dijo pensativo.

    Igual solo lo hago cuando no pierdo el control. –Añadí, intentando ver si él me podía ayudar a ser más experta en la caza, no me gusta mi inexperiencia. Se notaba que Sombra tiene muy claras las cosas en cuanto a las caza y a no perder los nervios.

    ¿Lo pierdes seguido?

    Más o menos, antes era mucho más, creo. La verdad no estoy segura, porque luego no me acuerdo de nada. –Admití con vergüenza, sin intentar ocultarla.

    Ahh. –Me contesta pensativo y continua–. Pero ya hace muchos años que te convertiste, generalmente los, digamos, “los que tienen más experiencia” no les pasa eso casi nunca. –Concluye intentando buscar una razón a mi comportamiento.

    Ahh. –Me quede pensando en lo que dijo y luego respondí –. ¿Y tú como sabes que yo formo parte de esta especie desde hace muchos años?

    Mmm, no lo sé, ¿intuición? –Me dice con una sonrisa mirándome a los ojos por primera vez desde nuestro primer encuentro.

    Me quedo callada perdida en su mirada, esos ojos azules, esa sonrisa...

    Fin del capitulo 1

    Espero que les guste ^^

    Kotono: Jeje pues soy algo complicada xD mas adelante se aclaran las cosas y comienzan los problemas =D por ahora se estan conociendo n_n Espero que te guste el primer capitulo ^^ Gracias por leerlo y comentar

    Inariamy: Te entiendo amiga, a mi me pasa lo mismo xD no sabia que estabas enferma (otra vez) espero que estes mejor =) pues en este no puse la pareja porque no conocen los personajes y porque aun no esta del todo definida. Gracias por apoyarme, por leerlos y por comentar ^^ PD: No me olvido de los otros fics pero es que este ya lo tenia escrito y no podia evitar subirlo xD Ya vere que hago cn los otros xD

    Muchas gracias por leer mi fic =)
     
  4.  
    Kotono

    Kotono Fanático

    Virgo
    Miembro desde:
    19 Julio 2006
    Mensajes:
    1,069
    Re: Descontrol

    Una conversacion perturbadora xD

    Extrañamente me enamore de Sombra, es tan misterioso como la historia en si. Lo que me parecio genial, fue que Noche aun tuviera costumbres humanas, la hace de cierta forma diferente a los de su raza :3

    Coloca la otra rapido >.>

    PD: Todos los Fanfics e historias se van a Fanfictionlandia o.o
     
  5.  
    inariamy

    inariamy Usuario común

    Sagitario
    Miembro desde:
    22 Mayo 2008
    Mensajes:
    428
    Pluma de
    Escritora
    Re: Descontrol

    Hola amiga!

    pues antes que nada ¡que hermosa continuacion!, me ha facinado, mucho, mucho, si, aunque es un poco corto eso te lo paso, por que estuvo genial, jejeje, y me muero de curiosisdad por saber quienes son los personajes y claro las parejas jajaja, espero que sea sesshomaru y kagome o bueno es tu ff, jajaja yo solo puedo comentar jajaja, ha pues me voy por que ya termine, me ha encantado es muy interesante, nos vemos amiga.

    ina-chan ^^
     
  6.  
    Circe

    Circe Usuario popular

    Leo
    Miembro desde:
    8 Febrero 2010
    Mensajes:
    534
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Descontrol
    Total de capítulos:
    6
     
    Palabras:
    1452
    Re: Descontrol

    Capítulo 2 “Sed”


    Me desperté a la noche siguiente en una cueva, Sombra no está conmigo pero supe que dormimos juntos ya que no hay suficiente espacio para que este muy lejos. La cueva es estrecha y sombría. Me pregunte por que Sombra la había elegido, seguramente había cuevas más amplias por la zona.

    Como ya es de noche me atrevo a salir, cautelosa. Nunca probé si se me es posible salir a la luz del día, no sé por qué; supongo que por las creencias populares que dicen que si alguien como yo sale al sol se convierte en cenizas o algo parecido. Me duele la cabeza y no recuerdo que paso anoche después de mi corta conversación con Sombra. Me toco la garganta, cuello que me arde. Ya tengo sed, es mejor saciarla antes de que me descontrole. Salgo a buscar alguna víctima.

    Salgo y veo un bosque frondoso y espeso; obviamente con muchos animales. No se me antoja ningún animal. La verdad quiero algún humano. Olfateo olor a sudor humano. No se la ubicación pero es de un macho que tiene un olor distinto, más atrayente que el de la gente común.

    Espero que no se me entregue fácil, que luche para hacer todo más divertido y largo. –pensé, animada.

    Seguí registrando el bosque. Primero por el este, luego por el oeste. No encontré a nadie. Busque en el norte del bosque y luego al sur. Nada.

    Decepcionada me encamine hacia a la cueva. Oí un ruido, voces. Varias, cuatro si no me equivoco. Dos masculinas y dos femeninas. Olí y descubrí que estaban comiendo algún animal asado. También descubrí que no estaba el olor del macho que había sentido al principio de la noche. Me alegro el hecho de que después de todo no regresaría con el estómago vacío. Quizás hasta pruebe lo que sea que estén cocinando. Para hacer las cosas más entretenidas quizás hable con ellos como una humana perdida, común y corriente. Sí, eso será divertido.

    Avanzando silenciosamente me acerque y los puede ver. Acerté en número y en género, eran cuatro; dos hombres y dos mujeres. Estaban bailando y cantando frente a un fuego. Me dio envidia ya que nunca podría hacer eso y ni siquiera en mi vida pasada lo hice, aunque en realidad no recuerdo nada.

    Se me quito el hambre por verlos así de felices y despreocupados. No podía arruinarles así la vida; destrozarles la vida ya que no sobrevivirían. Cuando me disponía a ir, estaba tan confundida que rompí una ramita, por así decirlo. En realidad estaba caminando sin ver y me apoye en un tronco y lo partí a la mitad. Tal fue el ruido que todos los humanos que estaban cantando y riendo hace un momento se preocuparon y se alarmaron. No los vi, pero sentí el olor a sudor y me di cuenta de que estaban inquietos. Es fácil sentir las emociones humanas según su olor o movimientos. Me parecía gracioso de que justo cuando me estoy yendo percibieran el peligro que en vez de atacarlos se estaba alejando para no destruirlos. Tanto que me reí entre dientes pero por suerte no me escucharon, eso empeoraría las cosas. Parecía que no se animaban a venir ya que intentaron quedarse quietos, estaban dudando. Luego de unos minutos los dos hombres salieron a buscar que fue lo que hizo ese ruido mientras que las mujeres se metieron en unas de las carpas. Intente esconderme pero con la presión no pude hacerlo. Al poco tiempo me vieron.

    ¿Qué haces allí? –Me pregunto un hombre, estaba nervioso y asombrado.

    Nunca había visto a un hombre tan de cerca, bueno, uno que esté vivo. Tenía los ojos color avellana, su pelo era marrón oscuro. Era alto y atlético con una piel bronceada.

    Ehh, me perdí. –Improvise sin saber si me creerían o no. Pareció que si ya que sus caras reflejaron asombro y preocupación pero no por peligro sino por mi seguridad. Era extraño sentir que alguien quería que este bien y más si es un humano sabiendo que yo soy una cazadora. Nunca nadie siento eso por mí, menos una persona ya que yo siempre los cazaba y nunca sobrevivían. Igualmente ellos no saben que son. ¿Cómo saberlo? Yo aparentaba ser una humana pero como algún humano dijo las “apariencias engañan”.

    ¿Estás sola? –Me pregunto el otro hombre. Este era parecido al otro. Alto, fuerte y atlético.

    Ojos del mismo color y pelo rubio oscuro. Era más bajo que el primer macho humano. Parecía más comprensivo que el otro hombre. Tarde en responder por cuidado de no mencionar a Sombra.

    Sí. –Mentí –. Iba con un grupo de gente, mi familia, de viaje.

    Ahh. –Dijo el más alto–. ¿dónde están ahora?

    No sé, –Dije automáticamente–, me perdí.

    ¿Cómo te llamas? –Dijo el otro hombre.

    Noche. –Dije sin pensar; segundos después comprendí mi error.

    ¿Noche? –Preguntaron los dos al unís ohmio.

    Emm, no. –Mentí rápidamente–. Noche es mi apodo, me llamo Luz. –Dije pensando en la ironía, ya que es lo opuesto a mí.

    Ahh, bueno. –Dijo el alto–. Qué raro ¿no? Justo lo contrario a tu nombre, tu apodo.

    Si, bueno, nunca me gusto mi nombre. –Dije al hombre desconfiado–. y siempre me encanto la noche.

    Bueno, bueno. –Dijo el otro humano para despejar un poco la tensión –. yo soy Alex y este es mi hermano José.

    Bueno, mucho gusto. –Dije forzando una sonrisa. Hace mucho que no sonreía de verdad, solo cuando atrapaba una deliciosa presa que en verdad deseaba y no estaba desbocada.

    Vamos al campamento que nos están esperando. –Dijo José mirando a todos lados, parecían haber olvidado que venían a hacer acá y eso no les agradaba.

    Sin decir una palabra avanzamos. El campamento consistía en tres carpas, en una estaban las mujeres que había escuchado antes. En el centro del espacio había un fuego con el que me quede hipnotizada, sus colores, tantos reunidos en una maravilla cotidiana que puede destruir en poco tiempo. No parece capas arrasar con todo a su camino pero tiene la capacidad suficiente para propagarse y destrozar todo. Pensé en el parecido a mí, o a los de mi especie; no parecemos peligrosos, al contrario, cautivamos a los humanos con nuestro encanto y si lo hacemos con cuidado, ellos son capaces de entregarse solos a nosotros. Como estaba meditando no escuche el grito de Alex que por supuesto me sobresalto.

    ¡Micaela! ¡Tamara! Vengan, no hay peligro. –Grito anunciando.

    ¿En serio? –Pregunto una voz temblorosa.

    ¿Qué paso? –Pregunto otra más desconfiada que otra cosa.
     
  7.  
    Circe

    Circe Usuario popular

    Leo
    Miembro desde:
    8 Febrero 2010
    Mensajes:
    534
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Descontrol
    Total de capítulos:
    6
     
    Palabras:
    1374
    Re: Descontrol

    Capítulo 3 “preguntas”

    Luego salió una pelirroja de ojos negros, baja y flaca. Su piel pálida contrastaba con sus ojos oscuros. Era hermosa, sus fracciones delicadas competían con las de la otra mujer. Ella era una alta, pelo rubio casi castaño y de ojos celestes. Su tez oliváceo la hacían lo opuesto a la otra humana. No tenían nada en común.

    La pelirroja salí corriendo a abrazar a José y la rubia a Alex; parecían ser parejas. En ningún momento me percibieron aun cuando yo me quede en medio de las dos parejas enamoradas. Me sentí incomoda y por un momento pensé en escabullirme pero las mujeres detectaron mis movimiento por lo cual me quede paralizada. Debían tener veinticinco años ambas mujeres y veinte y pico ambos hombres. Aunque ya sabían que estaba allí, siguieron abrazando a sus respectivas parejas durante otros cinco minutos más.

    ¿Quién es aquella muchacha? –Pregunto la rubia mirándome de reojo.

    Se llama Luz. –Contesto Alex sin decirles mi apodo–. Estaba perdida y la trajimos aquí.

    Ahh. –Dijeron ambas.

    Vengan, sentémonos alrededor del fuego para calentarnos, el frió que hace. –Dijo José.

    Apenas nos sentamos y empezaron a preguntarme cosas.

    ¿De dónde eres?

    ¿Cuántos años tienes?

    ¿Estás sola?

    ¿Necesitas algo?

    ¿A dónde vas?

    ¿Dónde vives?

    ¿Hace cuánto estas perdida?

    De tantas preguntas no pude contestar ninguna. Alex vio mi confusión y pidió a todos silencio y que me pregunten las cosas una por una.

    ¿De dónde eres? –Me pregunto la rubia.

    De un pueblo humilde. –Conteste secamente evitando dar nombres.

    ¿Y qué paso con el pueblo? –Me pregunto la otra humana.

    Se quemó y huyeron todos. –No era del todo mentira ya que mi pueblo se quemó en uno de mis días en los que perdía el control al principio de mi transformación. ¿O fue antes? Ya ni se.

    Ahh que triste. – Respondió la misma.

    Por un momento nadie dijo nada. Luego Alex me pregunto:

    ¿Tienes hambre?

    Sí. –Le dije yo, tenía hambre de todo, más de sangre pero alguna comida me vendría bien por el momento.

    Bueno, ahora te traigo. –Dijo el amablemente, es el que mejor me trataba aunque no sabía quién o qué era yo. Todo cambiaria si supiera lo que quería hacerles y lo peligrosa que soy.

    Cuando volvió me trajo un pedazo de ciervo, que por suerte no estaba del todo cocido.

    Disculpa, Luz pero no lo pudimos terminar de asar por el ruido que nos sobresaltó. – Me mintió José ya que no estaban cocinando cuando llegue, sino que estaban cantando y bailando. Supuse que la carne era de algunos días pero la verdad no me importaba nada con el hambre que tenía. En ningún momento utilizaron mi “apodo”, no debía gustarles deduje.

    No importa. –Dije yo –. Está bien.

    ¿Dónde vives ahora? –Me pregunto la pelirroja.

    En ningún lugar, estamos buscando alguno. –Tarde un poco en contestar porque no quería equivocarme. No confiaba en ellos, me preguntaban muchas cosas.

    ¿Cuántos años tienes? –Me pregunto Joaquín cambiando de tema, por suerte.

    diecisiete. –Respondí aunque de verdad no sabía cuántos años tenía exactamente.

    Ahh. –Respondió el.

    ¿Y tú cómo te llamas? –Le pregunte a la rubia.

    Micaela. –Respondió.

    ¿Tú? –Pregunte a la otra humana.

    Tamara.

    Ahh.

    ¿Cuántos años tienes Alex?

    Veintisiete. –Me respondió.

    ¿Y tú José?

    Veintiocho.

    ¿Micaela?

    Veintisiete.

    ¿Tamara?

    Veintiséis.

    Ahh. – Dije, aunque eran fáciles de adivinar sus edades –. ¿Están juntos? Pregunte en general.

    Sí. No –se escucharon al mismo tiempo.

    Sí. –Dijo Alex finalmente –.Tamara con migo y José con Micaela.

    Ahh. –Dije fingiendo sorpresa aunque era obvio.

    ¿Porque están de campamento? –Pregunte inocentemente –. He oído rumores sobre monstruos en estos bosques.

    ¡Jajá! –Rieron todos.

    ¿Monstruos? ¿Acá? No imposible. Venimos siempre y nunca escuchamos algo parecido. –Señalo José.

    Me parece que es algo nuevo, algo de ahora. –Comente asintiendo.

    No creo, yo no creo en esas cosas. –Manifestaron todos.

    Ahh. – Respondí –. ¿Qué cosas serían? Pregunte fingiendo inocencia.

    Y bueno, nos, hombres lobos, unicornios, vampiros, duendes, dragones, esas cosas. –Dijo Micaela, parece que fingí bien la inocencia.

    Ahh. –Dije yo –. Yo sí creo.

    ¿Ah sí? –Me dijo Tamara.

    Sí. –Afirme decidida –. ¿Quién sabe?
     
  8.  
    Circe

    Circe Usuario popular

    Leo
    Miembro desde:
    8 Febrero 2010
    Mensajes:
    534
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Descontrol
    Total de capítulos:
    6
     
    Palabras:
    1741
    Re: Descontrol

    Capítulo 4 “Cuidado”

    No entendieron mis palabras ni el doble sentido que tenían pero no tuvieron tiempo para contestar porque de la carpa más pequeña salí un chico muy hermoso, de pelo rubio y ojos negros que resaltan en su piel perfecta. Debía tener solo seis años y parecía inocente... Su olor despertó el hambre que se había tranquilizado pero que ahora me incitaba a matarlos a todos solo para beber la sangre del niño. Solo para sentir su delicada piel debajo de mis colmillos y sentir el placer de desgarrar su garganta, de dejar sin sangre su cuerpo. Lentamente mis colmillos se agrandaron y afilaron. No sabía que podía llegar a hacer, no quería matarlos pero...

    ¿Alex? ¿José? –Pregunto en un susurro con vos somnolienta. Me distrajo de mis pensamientos por un minuto mientras escuchaba su conversación con sus hermanos, suponía. Dios, me encantaba ese chico, olía demasiado bien y por la sed no podía pensar muy bien. Tenía un aroma delicioso y estaba lleno de vida. Lo que quería como cena en ves del ciervo.

    ¿Qué pasa Dante? –Contesto Alex con voz cansada.

    ¡Sofía me molesta y no me deja dormir! –Declaro en contra de la sobrina de Micaela que también había ido de campamento junto a ellos.

    Dante, es muy tarde. – Dijo José con aires de padre –. Acóstate e intenta dormir que ya casi amanece.

    La palabra “amanecer” me altero completamente. ¿Tanto tiempo había pasado? Me tenía que ir apresuradamente por que no serían buenas las consecuencias, aunque no sé cuáles serían las consecuencias. Pero, el problema era... ¿cómo irme? No quería matar a todos los humanos, me caían bien pero ¡tenía que irme urgente y rápidamente! El amanecer ayudo a decidirme y conseguí aclarar las ideas, me tengo que ir ya.

    Mientras ellos seguían en su disputa familiar yo me escabullí entre los árboles en dirección a la cueva. Pensaba que Sombra me mataría por haberme ido sin esperarlo o avisarle pero bueno no tenía otra opción, tenía mucha hambre. Por suerte soy muy sigilosa y ningún humano me vio o se dio cuenta que me había ido.

    A medio camino empezaron a gritar “Luz, Luz” pero por supuesto, nadie les respondió. Al rato se cansaron de gritar y se acostaron, o al menos eso esperaba.

    Llegue a la cueva bien y desee no haberme ido así, sola y sin informar pero durante mi larga existencia en esta especie siempre estuve sola y nadie me cuido o se hizo cargo de mí, ¿cómo podía pretender alguien que de repente yo me acoplara a sus reglas? Esperaba que yo solo estuviera exagerando y que Sombra no fuera así.

    En la cueva pensé en el destino de los humanos, esperaba que mañana, de día, se marcharan del bosque, que fueran felices y no tener que verlos nunca más.

    Ya estaba cansada y casi amanecía cuando me acosté. Justo en ese momento llego Sombra. Estaba nerviosa porque no lo conocía y ni sabía lo que haría, solo llevamos juntos cuatro noches.

    Ahh, hola. Le dije dudando y nerviosa.

    No me respondió solo asintió.

    ¿Todo bien? –Pregunte ya más ansiosa y agitada.

    Si, normal. –Me respondió calmado. Nunca me mostraba sus emociones; era muy reservado.

    Ahh. –Dije, ya estaba más tranquila. Parecía no importarle el hecho de haberme ido.

    Saliste ¿no?

    Emm, sí. –Dije otra vez alterada–. Di una vuelta por el bosque.

    Ahh, yo también. –Me comento.

    Ahh. –Ya no sabía cómo reaccionar.

    ¿Viste a los humanos que están acampando?

    Emm, nos. ¿Cuáles? –Dije intentando ganar tiempo. Estaba tratando mantener la calma pero no estaba segura de lo que pasaría con esos humanos si Sombra los encontraba o si yo perdía el control.

    La pareja. –Dijo, yo suspire de alivio –. Son un macho y una hembra. Eran tres, con otro macho pero... estaba solo en el bosque. Quizás pudo perderse o encontrarse conmigo.

    Ahh, no importa. –Dije más tranquila– ¿Qué hiciste? ¿Tomaste toda su sangre?

    Si y no era muy deliciosa, creo que estaba enfermo o algo parecido.

    Ahh, bueno. –Dije y le conté–. Yo no tome nada de sangre humana desde hace cuatro días.

    Sí, es verdad. –Admitió y luego me propuso –. ¿Qué te parece si mañana a la noche los visitamos?

    Me parece excelente. –Conteste y luego replique quejándome–. ¿Pero qué hago hasta entonces?

    Mmm, no sé. –Dijo con una sonrisa insinuante –. Quizás haya algo que yo pueda hacer para ayudarte.

    ¿A si? –Pregunte fingiendo ingenuidad–. ¿Qué cosa?

    Cierra los ojos. –Ordeno.

    Obedecí. Lentamente succiono de mi sangre. Me sentí ligeramente mareada; no me acostumbraba todavía.

    Cuando realizábamos un intercambio de sangre nos alimentábamos pero no podíamos vivir solo de esto, necesitamos sangre humana y fresca. La mayoría de las veces era solo por placer, casi nunca por necesidad. Era un pacto entre nosotros, yo no podía beber de ningún otro y él lo mismo. Igual yo no podría beber de otro macho de nuestra especie ya que no conocía a ningún otro. Me gustaba el pacto, me hacía sentir segura con él y me daba fuerzas, un poco de su propia fuerza. Así, estábamos conectados.

    Lentamente, me estaba gustando estar con Sombra a pesar de mi primera impresión, él no es ningún peligro para mí, al contrario es como mi salvación; me salvo de mi soledad. Me estaba enamorando del aunque no lo conocía casi nada.

    Luego me mostró su garganta, aun se notaba los agujeros que le había dejado en el la noche que nos conocimos. Estos eran toscos, muy distintos a los tuyos que casi ni se notaban. Otra vez bebí de él, mejor que la otra vez. Me sentí un poco mareada pero disfrute de su sangre muy deliciosa pero con un gusto raro.

    Es curiosa, hoy tu sangre tiene un gusto distinto y raro. –comente, esta vez no perdí la conciencia, mejoraba cada vez.

    Debe ser por el humano. –Dijo con una mueca–. Debía de haber algo en su sangre.


    ¡Jajá! –Me reí más por su mueca que por lo que dijo, el me acompaño con su risa. Esta vez era distinta, más relajada y melodiosa. La verdad era que yo me había olvidado de la risa y necesitaba reírme, me gusto reírme con Sombra.

    Bueno, mejor nos acostamos a descansar. –dijo Sombra luego de un rato de silencio mientras nos mirábamos uno al otro.

    Si, mejor. –Dije sonriéndole –. Así mañana nos alimentamos temprano. Luego, ¿nos vamos o vamos a quedarnos más tiempo?

    Nos vamos luego de alimentarnos, ¿sí?

    Sí. – Ahora estaba de mejor humor, más relajada y feliz.

    Después me acomode a un lado de la estrecha cueva. Mientras hablábamos nos habíamos acercado. Sombra se puso al lado mío para dormir. Lentamente me acerco a su cuerpo. Me beso en la garganta, de donde había bebido y dormimos abrazados. Su brazo era mi almohada y el otro me rodeaba la cintura. Me sentía rara durmiendo así de cerca del pero bueno, después de todo él es mi compañero y durante la eternidad estaremos juntos así que debía acostumbrarme. Luego de unos minutos escuche el leve ronquido de mi acompañante, era tranquilo y lentamente mi respiración se acoplo a la de él. Luego me dormí plácidamente. Pensé en que siempre estaríamos juntos o eso esperaba yo.

    Espero q les guste ii sus comentarios.

    Sayonara!
     
  9.  
    Circe

    Circe Usuario popular

    Leo
    Miembro desde:
    8 Febrero 2010
    Mensajes:
    534
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Descontrol
    Total de capítulos:
    6
     
    Palabras:
    2029
    Re: Descontrol

    Capítulo 5 “Algunas explicaciones y caza”

    El día siguiente fue relativamente normal. Me enseño a cazar con más eficacia y rapidez. Sombra también me enseño como morder mejor; antes lo hacía brutalmente y siempre se notaba mucho. Luego de que me enseñara lo empecé a hacer con más delicadeza y se notaban menos. Eso era bueno porque si queríamos quedarnos mucho tiempo en un lugar; en ese caso no debíamos dar pistas de nuestra existencia.

    No vi a los humanos luego. Supongo que pensaron que algo (o alguien) me atrapo o alguna cosa parecida. Seguramente se fueron asustados y a la mañana siguiente. Estoy contenta ya que ahora no corren peligro, o por lo menos con Sombra y con migo. Estoy un poco decepcionada, una parte de mi quería saborear al niño, Dante. Tenía muy buen olor y me gustaba. Durante poco tiempo pensé en el por qué después estaba haciendo planes futuros con Sombra de lo que podíamos hacer.

    Nos estábamos conociendo pero nunca hablábamos del pasado, solo del presente y del futuro. Igual muchas cosas de mi no hay para decir. De mi vida no me acuerdo nada, y hasta encontrarme con Sombra mi existencia fue salvaje e incierta; hacia cualquier cosa.

    Luego de haber saciado nuestra sed, no tan intensa luego de que bebimos ayer a la noche, nos preparamos para irnos. Iríamos al sur, porque más al norte hace demasiado calor y el día es demasiado largo. Marchamos con sigilo y velocidad; me estaba acostumbrando a su paso.

    Yo era más ligera y corría más deprisa. Él era más fuerte que yo, era musculoso y atlético, ahora que me daba cuenta y que lo miraba bien. El pelo fino y liso, color negro azabache, sus ojos eran de color azul ultramar, aunque a veces parecen más oscuros. Era más alto que yo y parece tener mucha experiencia entre los vampiros.

    Esa es la palabra que buscaba desde hace días: Vampiros. Eso soy, un vampiro. No exactamente como los describen las leyendas, el ajo no me hace nada, no puedo mirarme en espejos aunque si en el reflejo del agua, no puedo transformarme en un murciélagos, puedo percibir el frió y el calor igual que la gente pero en un menor grado y no es necesario que duerma en un ataúd.

    Lo que sí, tengo más fuerza y rapidez que un humano común. Puedo oír y ver mucho mejor. Creo que el día no me hace nada, es la luz solar. Me quema la piel pero sé que se puede evitar aunque no le pregunte a Sombra como. Mi piel es más pálida, suave y resistente que la de los humanos, creo.

    Lo más cierto en las leyendas sobre vampiros es que tenemos que beber sangre humana pero también podemos beber la sangre vampírica. La humana nos fortalece y sin ella creo que te morís. No es necesario matar a las personas de quien bebemos pero es más conveniente y ahorras energías porque si no tienes que estar intentando borrarles la mente ya que es un desperdicio. Podemos mandarnos mensajes mentales, sentir las emociones humanas y las animales también.

    Los animales huyen de nosotros por que perciben que somos peligrosos para ellos; reaccionan distinto que los humanos. Estos, al contrario, se sienten atraídos a nosotros. Creo que me gusta ser un vampiro, en realidad no puedo compararlo por qué no recuerdo como es la vida humana, pero sí sé que es demasiado corta. Nosotros tenemos toda la eternidad y la eterna juventud. No sé si nos podemos reproducir entre nosotros y no estoy segura de cómo pasamos de ser humanos corrientes a vampiros casi invencibles. La luz del sol nos quema, pero no nos mata del todo. No sé qué es lo que nos mata pero estoy segura de que no una estaca de madera.

    Sombra entro en la cueva en la que estábamos parando. No había gente cerca y la sed me estaba matando, lenta y dolorosamente. A Sombra le pasaba lo mismo, nos alimentábamos mutuamente pero no nos servirá por mucho tiempo más, necesitamos sangre. El líquido vital color rojo.

    ¿Y Sombra? –Pregunte impaciente – ¿encontraste algún humano cerca?

    Sí. –Respondió por suerte.

    ¡El suplicio ha acabado! –pensé animada.

    Está a unos kilómetros de aquí –siguió diciendo– si nos apuramos llegamos, se están yendo, creo.

    Entonces... ¿qué estamos esperando? –Pregunte energética, me alegraba que pronto recobraría fuerzas, quiero aprender muchas cosas pero la sed es lo único que ocupa mi mente–. Andando.

    Nos pusimos en marcha, los humanos se dirigían al este. Decidimos que luego de atacarlos nos iríamos a otro lugar con más gente. La sed era una desdicha que se podía evitar.

    Ya se podía sentir su olor en el aire, me pareció el olor más delicioso de toda mi vida. De tanta ansiedad y prisa corría mucho más rápido de lo normal. Sombra se dio cuenta de que eso nos podía perjudicar pero no intento gritar porque alertaría a los humanos. Simplemente me dejo correr. Seguía corriendo y el olor se hacía más intenso, pude sentir la llovizna sobre mi cuerpo y como se desvanecía debido a mi acaloramiento. Casi no sentía el agua en mi piel.

    La sed me estaba descontrolando, no me había dado cuenta. Por eso no podía pensar en otra cosa y ahora aunque intentara parar no podía alejarme de ese olor, del olor a ese líquido vital color escarlata. Ya podía vislumbrar el campamento de la pareja.

    Como Sombra había dicho, eran dos, un macho y una hembra. Los dos de mediana edad y estaba guardando sus cosas para partir al amanecer. Me escondí detrás de unos arbustos y los observe. Estaban acurrucados frente al fuego, sin pensar en preocupaciones o en otra cosa que no sea ellos dos.

    Los miraba sin ver, mi mente estaba cerrada y no entraba ninguna información. Los rodee para conseguir el mejor ángulo de ataque. Decidí que sería a la derecha de ellos, detrás de su carpa. Mientras me acomoda para el tan esperado ataque, sentí la presencia calculadora y silenciosa de Sombra. Me observaba actuar, la primera vez que me perdía el control junto a él. No estaba del todo desconectada, todavía estaba la razón escondida entre la sed de sangre.

    Mire de reojo a mi acompañante quien clavo la vista en la hembra y decidí que el macho seria para mí. Sombra asintió y se encamino discretamente y en silencio hacia el lado más cercano de la hembra; yo hice lo mismo. Mientras avanzaba pise una ramita pero por suerte o no la escucharon o no le prestaron atención.

    Asentí automáticamente marcando el inicio de mi ataque. Fue taciturno mi ataque, la pareja parecía hipnotizada, solo se miraban a los ojos entre los dos. Como si supieran que les llegaba la muerte, se besaron y se despidieron por última vez. Luego la mujer cerró los ojos y el macho la estrecho más hacia el cerrando los ojos también. La escena hubiera suavizado a cualquiera menos a un cazador. Lo más importante era que dejaron sus gargantas al descubierto. Estábamos casi encima de ellos cuando suspiraron y abrieron los ojos de golpe. No era mi impresión, los enamorados estaban hipnotizados y por alguna razón dejaron de estarlo.

    Empezaron a sentir miedo. La mujer comenzó a llorar y el hombre a intentar consolarla aunque sabía que todo había terminado. Que no tenían oportunidad de sobrevivir, ni aunque se defendieran. Ambos estaban rezando por sus almas.

    Nosotros seguíamos avanzando, llegue a estar a centímetros del hombre cuando sentí su aroma, no era el más delicioso que había olido en mi vida pero así me pareció.

    Me arrodille y perfore la piel del hombre. Lentamente las punzadas del hambre desaparecían. Desaparecieron por completo pero yo seguí bebiendo del hombre. Cada vez sentía mas poder y sentía que volvía a recuperar el control de mi misma. Cuando termine no había quedado ni una gota de sangre. Sombra había hecho lo mismo con su presa. A pesar de la terrible muerte la enamorada pareja tenía una expresión de paz en su rostro, como si siempre hubiesen sabido como seria su muerte y como si ya hubieran hecho todo lo deseado en vida.

    Me dio una punzada de celos que pronto se desvaneció para concentrarse en Sombra. Él estaba revisando la carpa, encontró un colchón inflable y unas mantas, junto a una estufa y a algunos restos de comida. Recogió el colchón y las mantas.

    ¿Para qué es eso? –Pregunte, tenía la idea de que a Sombra no le gustaban las cosas humanas y eso me desconcertaba.

    Para dormir. – Me explico con impaciencia.

    Ahh. –Exclame entendiendo – ¿Ahora a dónde vamos?

    Creo que por acá hay un pequeño pueblo junto a un bosque. –Me contó sin mirarme–. Nos podemos quedar ahí durante un tiempo, agregar las cosas, aclarar tus dudas y seguir para el sur.

    Bueno, me parece bien. –conteste aunque no entendí todo.

    Caminamos en silencio. Sombra cargaba con el colchón y un par de mantas. No nos apresuramos porque nadie nos seguía y recién a la mañana siguiente o quizás luego descubrirían el asesinato.

    Nos metimos por el bosque pues faltaba poco para el amanecer. Encontramos una cueva al este del bosque, bien oculta y lejos de todo ser vivo. Esta cueva estaba tapada por unos árboles y arbustos. Era bastante baja y no era muy amplia. Lo beneficioso de esa cueva era su ubicación y el hecho de no estar iluminada. Cuando entramos a la cueva sombra dejo en el medio el colchón.

    Apenas entramos me sentí intranquila. No entendía lo que pretendía Sombra, no había dormido juntos desde la noche en que conocí a esa familia de humanos y no habíamos hablado con confianza desde esa noche. Prácticamente no se me acercaba, era muy callado, pensativo y reservado.
     

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso