Descendencia [Inu&Kago]

Hola a todos como lo prometí, aquí les dejo conti, corta espero no me maten jeje

Capítulo 16: La verdadera cara

Aquella mañana la bella pelinegra se preparaba para salir como a diaria lo hacía, se encontraba ataviada en un bello vestido color Guinda con bellas decoraciones de bordados en el corsé que ella misma había confeccionado, termino de peinar su sedoso cabello y después de un ligero maquillaje se vio una vez más en el espejo de su tocador antes de salir cuando de repente unos fuertes brazos la rodearon.

—Oh cariño me sorprendiste— musito la chica sonrojada

—Es que no pude evitarlo, te veías tan hermosa— dijo el pelinegro en su cuello estremeciéndola

El ojidorado comenzó a besar el cuello de la chica haciéndola temblar de deseo mientras sus manos se dirigían a su cintura lentamente.

—Inuyasha mi vida, espera creo que no es el mejor momento para…— decía entrecortadamente la pelinegra

— ¡Shh!...ni digas nada más amor, no creo que tenga nada de malo que llegues un poco tarde a tu trabajo o si— musito el muchacho siguiendo con el trabajo de besarla y acariciarla

—Señora Aome su carroza esta…lista— dijo una voz de repente mientras entraba sin permiso alguno a la habitación interrumpiéndolos

—Oh Himiko— dijo Aome de repente mientras se apartaba de forma un poco brusca de su marido

—Disculpen mi intromisión, solo quería avisarle que su carroza ya está lista señora Aome— se excusó la rubia

—Claro, gracias Himiko— dijo apenada la pelinegra

—Con su permiso— dijo tras cerrar la puerta
Ambos jóvenes la miraron irse con mirada seria.

—Sabes linda, me pregunto por qué Himiko siempre aparece en los momentos menos apropiados— musito el joven algo molesto

—Ay cariño no digas eso, además es tarde y tengo que irme, regreso más tarde, te amo— dijo la pelinegra dando un beso fugaz a su perplejo esposo

—Está bien linda, pero esta noche no te escaparás— le musito el ojidorado antes de verla salir

—Ok amor, nos vemos— dijo la chica por ultimo

—A propósito amor, hoy no iré a trabajar ya que no tengo muchos pendientes, trataré de descansar un poco, estos últimos días me eh sentido algo cansado— dijo el ojidorado

—Está bien cariño descansa— contesto la pelinegra antes de irse

Aome se adentró a su carroza mientras que Inuyasha se despedía de ella en la entrada de la casa, sin embargo notó algo extraño, Himiko quién se encontraba detrás de su esposo no dejaba de mirarlo, y esa mirada no era precisamente de respeto; la pelinegra frunció un poco el ceño pero no le dio mucha importancia, no por ahora al menos.

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Mientras tanto en la mansión Hakato, Ayame y Kouga se preparaban para salir, afortunadamente Ayame había descubierto que la ya famosa casa de modas de la ciudad “Kawaii Miko” era de nada más y nada menos de Aome, facilitándoles así el poder decirle de inmediato toda la verdad.

—Kouga ¿estás seguro que debemos hacerlo ya? Y qué tal si esa Himiko se entera y hace algo en contra del bebé de Aome— dijo la pelirroja mientras ambos subían a una carroza

—Si debemos hacerlo cuanto antes, Aome puede estar en peligro— musito el muchacho preocupado

—Veo que Aome es muy importante para ti— musito la chica

El ojiazul no contesto, solo dedico una mirada nostálgica hacia el horizonte mientras las riendas de los caballos eran lanzadas fuertemente acelerando el paso.
Mientras tanto Aome se encontraba terminando de coser junto con sus empleadas unos vestidos mientras platicaba con Sango.

—Sango tu panza esta enorme, creo que ya no deberías venir a trabajar en cualquier momento tu bebe puede nacer, es mejor que descanses— le dijo la pelinegra

—Ay no me digas eso Aome, es cierto parezco una vaca no sé cómo acepte embarazarme jeje no te preocupes Aome, ya estás hablando como Miroku, estoy bien de veras— contesto la castaña sonriendo

—Está bien, pero aún trata de cuidarte mucho amiga— le recomendó la pelinegra

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Mientras tanto en la mansión Taisho, el ojidorado se encontraba en su habitación cambiándose de ropa mientras una persona lo espiaba desde la puerta sin que el muchacho se diese cuenta.

—Inuyasha…eres tan hermoso, no sabes cuánto te deseo— musitaba Himiko quien no dejaba de mirarlo

La chica se retiró sigilosamente de la puerta al ver que el ojidorado se disponía a salir de la habitación

—Himiko, si mi mujer pregunta por mi dile que decidí salir por unos papeles del trabajo está bien— dijo el muchacho a la chica quién fingía salir de la habitación de la pequeña Kahory previamente

—Claro señor Inuyasha como usted diga, que le vaya bien— dijo la ojiverde sonriendo

—Gracias, nos vemos más tarde— contesto el muchacho mientras se retiraba

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Mientras tanto Kouga y Ayame llegaban hasta la casa de modas de Aome, quién se había vuelto muy popular en la ciudad.

—Llegamos— musito el ojiazul

— ¿Estás seguro de esto Kouga?— pregunto la chica

—Completamente, vamos— dijo muy seguro el ojiazul

Ambos jóvenes de dirigían hacia la entrada del exuberante lugar mientras unos nervios que el ojiazul consideraba estúpidos lo invadían, después de todo hacía casi 8 meses que Aome se había divorciado de él y que no la había vuelto a haber desde entonces.
El sonido de la campanilla de la puerta alerto a los empleados y por supuesto a la pelinegra quién volteo seguidamente ante aquel diario sonido.

—Disculpen busco a la señora Aome Higurashi— hablo el ojiazul de repente

— ¿Sí? Yo soy Aome quién…ah eres tu Kouga— dijo la chica seriamente mientras llegaba hasta el

—Hola Aome— musito el muchacho

—Hace ya mucho tiempo que deje mi apellido Higurashi, estoy casada ¿o ya se te olvido?— dijo la chica mirándolo seriamente

—Cómo olvidarlo si antes era conmigo con quien…ya no importa eh venido a hablar contigo seriamente, bien ella es Ayame Mitsumoto mi asistente personal— apunto el ojiazul

—Gusto en conocerte— dijo la pelirroja amablemente

—El gusto es mío— contesto la pelinegra de la misma forma

—Aome debemos hablar de algo importante— le dijo el ojiazul

— ¿Sobre qué?— pregunto intrigada la pelinegra

—Sobre Himiko Kurenai, tu nueva niñera— dijo seriamente Kouga haciendo que Aome frunciera el ceño extrañada

Espero les haya gustado, traere conti lo más pronto posible
¡¡Saludos y sayonara!! :)

 

Hola a todos disculpen la tardanza de veras, pero tuve algunos percances, sin más aquí les dejo conti.

Capítulo 17: Al acecho

Aome quedo extrañada ante lo dicho por el ojiazul previamente mientras lo miraba algo confundida.

— ¿Qué pasa con Himiko?— pregunto la pelinegra

—Podríamos hablar de esto en privado si no te importa— dijo el ojiazul de inmediato antes de continuar

—Muy bien, síganme— índico la chica mientras estos la seguían al interior del lugar hacia una oficina más al fondo

Aome tomo asiento delante del escritorio quedando de frente ante ambos jóvenes quienes con miradas interrogativas Kouga fue quién se decidió a hablar.

—Escucha Aome antes que nada sé que yo no tengo derecho a meterme en tu vida pero lo que debo decirte es muy importante, es sobre tu niñera Himiko— dijo seriamente

— ¿Qué es lo que quieren hablarme de ella?— pregunto la chica aún más confundida

—Necesito que confíes en mí Aome, esa mujer no es de fiar, es una mentirosa y una interesada; estoy seguro que planea algo en contra tuya y de tu hijo— le hablo mirándola seriamente

— ¿De qué hablas?— dijo exaltada Aome

—Conozco a Himiko desde hace tiempo, se cómo es y lo que más desea es el dinero— agregó en seguida

—No eso no es verdad, Himiko ha trabajado para mí durante cuatro meses y ella jamás ha hecho algo en contra de nosotros— contesto la chica de inmediato

—Porque está esperando el momento de hacerlo, estoy seguro que planea hacerles daño, créeme— dijo el ojiazul muy preocupado

—Entonces si eso es verdad, ¿Cómo es sabes eso de ella? ¿La conocías?— pregunto la joven

—Si ella…fue mi amante— musito con dificultad el ojiazul bajando la mirada

— ¿Tu amante? Eso significa que cuando estábamos casados tú y ella…— decía la chica con rencor

—Si sé que fui un estúpido al haberme enredado con ella pero eso ya no importa, ahora lo que importa es tu seguridad y la de tu hijo—

—Kouga no se realmente si pueda confiar en ti después de lo que me has dicho— contesto la chica

—Tienes que confiar en mi Aome, esa mujer es peligrosa, tienes que sacarla de tu casa lo antes posible—

—Mira Kouga, no puedo creer lo que me estás diciendo, vete por favor— dijo la pelinegra seriamente

El ojiazul miró a la pelinegra algo decepcionado para luego poner un rostro serio.

—Muy bien Aome si es lo que deseas, me iré, pero créeme estás en peligro con esa mujer, vámonos Ayame— dijo el ojiazul mientras salía con la pelirroja dejando algo confundida a la pelinegra

—Acaso ¿de verdad…? No puede ser, no Kouga debe estar equivocado, debe estarlo— pensaba la bella pelinegra en aquel momento

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Después unos días todo seguía normal en la vida de Aome e Inuyasha sin saber el mal que se encontraba al acecho en su propio hogar; mientras tanto la perversa Himiko se encontraba planeando perfectamente su plan para quedarse con la fortuna de los Taisho, sabía que ya tenía asegurada la confianza ciega de Aome y la de Inuyasha lo que desgraciadamente era un bono extra a su favor.

—Muy bien ya lo tengo todo planeado, no puedo seguir retrasando mis planes, una vez que mantenga a la estúpida de Aome fuera de mi alcance podré divertirme con mi querido Inuyasha— pensaba perversamente

Así a la mañana siguiente la malvada rubia puso en acción su primer jugada la cual era conseguir deshacerse de Aome lo cual ya había tenido previamente calculado como lo haría.

Al salir de su habitación la rubia se encontró de frente con Aome quién ya se encontraba lista para salir a su casa de modas como diario lo hacía, sin embargo esta vez la bella pelinegra sentía algo raro al estar cerca de la Himiko, era como un sentimiento inexplicable de desconfianza y a la vez rencor por lo dicho por Kouga anteriormente, sin embargo no podía culparla ya que después de todo gracias a ella había encontrado la felicidad con Inuyasha así que decidió dejar de lado los rencores del pasado y confiar en ella.

—Himiko hoy me llevaré a Kahory conmigo, así que por hoy descansarás de ella— le dijo Aome sorprendiendo a la rubia

—Perfecto… Oh valla señora Aome no me lo esperaba, bueno estoy segura que la pequeña Kahory no le dará ninguna molestia— dijo fingiendo la más dulce de las sonrisas

—Si gracias Himiko, ah algo más lo más probable es que hoy llegue más temprano de lo normal, quizá hasta antes de que llegue mi esposo así no estarás tan sola en la casa ya que hoy es el día libre de los empleados— anunció la bella pelinegra

—Si me alegro, la verdad me siento más contenta cuando usted y la pequeña Kahory están en casa— dijo en tono dulce

—Bien, nos vemos más tarde entonces— dijo Aome mientras se llevaba en brazos a la dulce Kahory

La rubia las miró irse con mirada perversa mientras una tétrica sonrisa se dibujaba en su rostro en aquel momento.

—Esto no podría ser más perfecto, esa estúpida solo me facilitó mis planes, muy bien solo debo esperar a que regrese y entonces podré deshacerme de ella— pensaba con malicia mientras se recostaba en el marco de la ventana

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Mientras tanto Aome llegaba a su trabajo junto con su pequeña Kahory quién se encontraba tranquila durmiendo.

—Hola a todas ya estoy aquí— anuncio la pelinegra a sus empleados que cordialmente la saludaron mientras se admiraban de la linda Kahory

—Amiga trajiste a tu nena, dios es tan hermosa— dijo entusiasmada Sango quién ya se encontraba de lo más desesperada por que su bebé naciera

—Si quise traerla hoy, ya que saldremos más temprano de lo normal quise dejar descansar a la pobre de Himiko que cuida a Kahory todos los días— dijo la joven mientras recostaba a la niña en un camastro especial para ella

—Bueno para eso le pagas ¿no?— dijo la castaña

—Pues sí pero creo que merece un rato de descanso, ella ha sido muy buena con mi niña, ha sido una gran niñera—

—Me dirás loca pero no puedo evitar sentir algo de desconfianza por esa mujer— reiteró Sango

—Entonces tú también piensas lo mismo de ella— dijo Aome seriamente

— ¿Yo también?— pregunto confundida la castaña

—Pues el día de ayer que saliste temprano, vino Kouga a hablar conmigo—

— ¿Y qué quería hablar contigo el idiota de tu ex-marido?— dijo Sango en tono burlón

—Pues vino a decirme algo extraño, dijo que tuviera cuidado con Himiko que no confiara en ella—

—Valla creo que no es un idiota después de todo, Aome creo que él tiene razón, no sé por qué pero ella no me da buena espina y si Kouga vino advertirte es por algo y por qué el tal vez la conoce desde antes— le dijo seriamente la castaña

—Pues el si la conocía muy bien, me confesó que fue su amante antes cuando estábamos casados—

— ¿Qué?, Aome no puede haber prueba más contundente, esa bruja destruyo tu matrimonio con Kouga no puedes seguir confiando en ella— dijo de forma alterada Sango

—Pero eso ya importa Sango o te olvidas que gracias a ella pude encontrar la felicidad con Inuyasha— reiteró la pelinegra

—Eso no cambia que quiera hacerte algo Aome, tal vez esté detrás de tu dinero o peor aún de tu marido—

—Estas paranoica Sango, además si todo lo que dices es verdad, ¿porque durante estos cinco meses no ha hecho nada en contra de nosotros?, no esas son puras imaginaciones tuyas— dijo segura Aome

—Por que como bien dice Kouga está esperando el mejor momento para hacerlo, haz caso lo que te digo amiga sácala de tu casa yo tengo mucho miedo que quiera hacerte algo a ti o a Kahory— dijo preocupada la castaña

—Sango deja de preocuparte no va a pasarnos nada, Himiko es una buena chica y a pesar de que se metió con mi ex-marido ella no le dijo a el que me obligara a acostarme con otro hombre, no eso solo fue cuestión de orgullo de parte de Kouga, así que el pasado es el pasado ahora me encuentro feliz y plena a lado de mi Inuyasha— decía con una sonrisa la pelinegra

—Como quieras, pero por favor cuídate mucho amiga— le dijo seriamente Sango

—Lo haré ¿contenta?— dijo la pelinegra sin preocupación alguna

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La mañana dio paso rápido al atardecer y precisamente Aome cerraba su casa de modas para dirigirse temprano a su hogar como previamente lo había dicho; al llegar la única que se encontraba en la mansión era Himiko ya que todos los empleados de la casa se encontraban en su día de descanso.

—Himiko ya regresé— anuncio Aome mientras entraba a la mansión

—Señora Aome me alegra que ya haya regresado, me tomé la libertad de preparar té para ambas, espero no le moleste— dijo la rubia

—Oh claro que no, vamos a la sala para tomarlo— dijo Aome mientras las dos se encaminaban a la sala

Aome tomo asiento en la sala mientras mantenía a Kahory en sus brazos ya dormida.

—Iré a traerlo no me tardo— dijo Himiko mientras se daba la vuelta al mismo tiempo que una sonrisa macabra se dibujaba en su rostro

Después de unos instantes vio venir a Himiko con las manos detrás de su espalda con una sonrisa malévola mientras la miraba con tal mirada que le heló la sangre a la pelinegra.

—Himiko ¿y el té? Creí que…— decía confundida Aome

—Sé lo que creíste, de verdad que eres tan predecible y tan estúpida al mismo tiempo— le escupió la rubia sin escrúpulos

— ¿Cómo me has dicho? Pero ¿Cómo te atreves a hablarme así?— dijo la pelinegra ofendida

—Te hablo como se me da la gana y más te vale que hagas lo que te diga si no quieres…— decía mientras sacaba de sus manos una escopeta con la que apunto de inmediato a Aome junto con la pequeña Kahory

—Irte al otro mundo junto con tu querida hija— a completo la rubia mientras la pelinegra la miraba aterrada

La perversa rubia con amenaza comenzó a atar a Aome de las manos mientras a la pequeña Kahory la recostaba en su camastro junto a Aome

—Pobre Kahory, eres una nena tan dulce lástima que tu vida acabe tan rápido— dijo de forma cruel mientras le acariciaba el rostro a la pequeña niña

— ¿P-Por qué haces esto, que te hemos hecho nosotros?— pregunto asustada Aome

—Lo único que has hecho es interponerte en mis planes, déjame contarte querida, primero por tu culpa Kouga termino conmigo y no pudimos quedarnos con la fortuna de su padre, el muy estúpido recobró la cordura y decidió cancelar lo que habíamos planeado al dejarte ir, así que decidí que la fortuna de los Taisho era demasiado atractiva como para dejarla pasar así que se me ocurrió entrar en sus vidas como niñera para que pudiera ganarme su confianza poco a poco y lo logré, sobre todo la tuya ja ja— dijo con malicia

—No puedo creer que haya sido tan estúpida al confiar en ti, todos tenían razón, y no quise escucharlos— dijo Aome con rencor

—Eso ya no importa, ahora lo único que sé es que dentro de poco tiempo llegará mi querido Inuyasha, ah ¿no te lo había dicho? Tu esposo me encanto desde la primera vez que lo vi y estoy segura que esta noche podremos divertirnos juntos, claro que antes tengo que deshacerme de ti pero eso lo haré después ahora necesito pasar tiempo a solas con mi amado Inuyasha— decía la rubia malévolamente mientras jalaba a Aome junto con Kahory hasta el ático de la mansión con amenazas

—Ustedes permanecerán aquí, así no me estorbarán con mi querido Inuyasha, ah no se preocupen los tres podrán reunirse en el otro mundo una vez que también me deshaga de él, lastima es tan apuesto pero bueno así es la vida, nos vemos ja ja ja — decía con maldad mientras se alejaba de Aome y cerraba la puerta con seguro dejando a Aome y a su pequeña solas

—Fui una estúpida, como pude creer en esa mujer, todos me advirtieron y simplemente no quise escucharlos, tengo miedo por mi niña y por Inuyasha, dios que va a hacer de nosotros— pensaba la bella pelinegra mientras las lágrimas caían de su rostro

Bueno espero les haya gustado, el final ya está muy cerca,
¡¡Saludos y sayonara!! :)