Descendencia [Inu&Kago]

Hola a todos mis queridos lectores por favor disculpen mi retraso pero como premio por mi ausencia de tantos días les traigo Doble conti ¡Sí! DOBLE!!
así que disfruten.

Capítulo 11: Oscuras intenciones

Ese mismo día al anochecer la perversa rubia llevo sus cosas hasta la mansión Taisho para instalarse, se encontraba en la habitación que amablemente Aome le había brindado cuando de repente esta la llamo para que bajara.

— ¿Me llamo señora Aome?— pregunto inocentemente

—Sí Himiko quiero que conozcas a mi esposo, Inuyasha Taisho— dijo la pelinegra mientras el ojidorado se acercaba a ellas

—Es un gusto conocerla señorita Kurenai— dijo amablemente Inuyasha

—El gusto es mío señor Inuyasha todo mío— decía y al mismo tiempo pensaba la chica

—Eso era todo Himiko puedes retirarte— dijo Aome

—Sí señora Aome con permiso— dijo con voz casi de fastidio mientras se retiraba

— ¿Qué te parece la nana que contrate?— le pregunto la pelinegra a su esposo

—Me parece pues…confiable sí— contesto con una sonrisa

—Sí yo pienso lo mismo además se ve que es agradable—

—Lo importante es que cuide de nuestra Kahory—

—Sí tienes razón, vamos a dormir cariño— dijo la pelinegra tomando la mano de su esposo

Mientras tanto en la habitación de la rubia, se encontraba cambiándose para ponerse un camisón semi transparente, al mismo tiempo que pensaba maliciosamente.

—Mmm…Inuyasha eres mucho más apuesto y sexy de cerca, me gustas, mucho debo decir, creo que no estaría mal para mí disfrutar de ese hombre antes de deshacerme de él jaja— pensaba malignamente mientras se abrazaba a ella misma

—Buscaré la forma de hacer que Inuyasha entre en mi cama eso lo juro, ya deseo estar entre esos fuertes brazos y ver esa mirada de oro fundido mientras hacemos el amor de forma salvaje— seguía pensando mientras se acostaba en su cama con aquellos lascivos pensamientos

AL día siguiente Aome se preparaba para finalmente para abrir su soñada casa de modas, estaba realmente muy entusiasmada con la apertura de su sueño al igual que Sango que trabajaría con ella también.
Realmente el lugar era muy lindo, se encontraba casi al centro de la ciudad, tenía ventanales grandes de vidrio para exhibir los vestidos en maniquís de madera, por dentro tenía todo lo necesario para la manufactura de los vestidos, telas, hilos, encajes, etc.
Muchos de los espectadores que llegaron a la apertura del lugar tomaron fotografías y desearon mucha suerte a la pelinegra, que agradecía a todos los que la felicitaban.

— ¿Te gusta linda?— le pregunto Inuyasha a Aome

—Si es muy hermosa cariño gracias— dijo con mucha ilusión la pelinegra

—Realmente es fantástica— apunto Sango igual de sorprendida

Después de unos días la casa de Modas "Miko kawaii" ya se encontraba en total funcionamiento, Aome quién se encargaba de la manufactura de los vestidos con ayuda de otras costureras ya había hechos varios con la ayuda de Sango quién se encargaba del diseño de estos.
Todo marchaba perfecto para la Inuyasha y Aome sin embargo había una oscura sombra que rondaba su casa y sus vidas y que ellos no percibían en lo absoluto.

—Ay ya cállate mocosa impertinente ya sé que tienes hambre— decía con fastidio la rubia mientras la daba la leche que Aome le había dejado de ella misma para alimentarla

Himiko era una actriz muy buena en cuestión de fingir, siempre aparentaba enfrente de Aome e Inuyasha ser gentil y cariñosa con la niña incluso frente a los sirvientes sin embargo una vez que se encontraba sola la trataba mal y a veces ni si quiera la alimentaba bien y cuando la pequeña se enfermaba a causa de sus descuidos se excusaba diciendo que era normal que los bebés de enfermasen a esa edad.

—Esto es un verdadero fastidio, pero bueno todo sea por obtener esa jugosa fortuna de la preciada familia Taisho y sobre todo Inuyasha Taisho— pensaba maliciosamente la rubia

En ese momento el sonido de la puerta la saco de sus oscuros pensamientos mientras adoptaba una expresión dulce.

—Hola Himiko ya regresé— dijo la pelinegra entrando a la habitación

—Oh señora Aome ya regresó ¿Cómo le fue?— pregunto fingiendo inocencia

—Bien gracias, per dime ¿Qué tal se portó mi bebé?— le pregunto mientras se acercaba a ella para retirarle a la pequeña Kahory de sus brazos

—Por supuesto que bien señora esta niña es tan linda y tranquila que nunca da problemas— dijo mientras sonreía

—Ay qué bueno, ¿cómo estás mi pequeña? Mi amor te extrañé tanto— le decía dulcemente Aome a su bebé mientras la besaba tiernamente

De repente Inuyasha se adentró a la habitación haciendo que ambas mujeres voltearan de inmediato.

—Hola linda ya regresé, hola Himiko— dijo Inuyasha enseguida

—Buenas noche señor Inuyasha— contesto gentilmente la rubia sonriéndole muy coqueta

—Hola amor ¿cómo te fue?— le dijo Aome acercándose a él

—Bien amor ¿y a ti?— pregunto de igual manera

—Bien también, hoy nos pidieron un pedido de veinte vestidos para la casa de la duquesa Kiayori ¿Puedes creerlo?—

—Valla es increíble, me alegro por ti linda— dijo mientras juntaba fundía sus labios en un beso de amor con su bella esposa

La rubia los miraba con mirada llena de furia, odio y sobre todo celos crecían en su interior hacia Aome de solo ver aquellos pequeños actos de amor entre ellos, eso era siempre, cada vez que Aome e Inuyasha se besaban o abrazaban sentía que le hervía la sangre de los celos.

—Himiko ya puedes irte a descansar— musito Aome aún abrazada a su hombre

—Gracias señora Aome con su permiso— dijo entre dientes mientras se disponía a retirarse cuando entonces pregunto de repente

—Ah lo olvidaba, señora Aome usted sabe que mañana es mi día libre ¿podría dejarme salir a ver a mis familiares?— pregunto inocentemente

—Claro que si Himiko tu sabes que aquí tienes toda la libertad que desees— contesto Aome de forma amable

—Gracias señora Aome es usted muy buena, bien me retiro, buenas noches— dijo mientras abandonaba la habitación

—Buenas noches— respondieron al unísono Aome e Inuyasha

La furiosa rubia al llegar a su habitación, cerró la puerta de un portazo mientras se lanzaba a su cama.

— ¡Ay la odio, la odio!, ya estoy harta de que siempre lo esté besando y abrazando pienso que ya debo poner en acción mi primer plan: seducir a Inuyasha— pensaba mientras se disponía a dormir

 

Capítulo 12: Obsesión

A la mañana siguiente como bien había dicho la rubia, salió de la mansión Taisho aprovechando su día libre ya que tenía planeado hacer unas cosas ese día.
Mientras tanto Aome se disponía a disfrutar de su día libre también no sin antes presentarla a Sango a Himiko quién había venido de visita.

—Sango ella es Himiko Kurenai la nana de mi pequeña Kahory— dijo Aome presentándola a la castaña quién sin embargo la miró con algo de desconfianza

—Gusto en conocerla señora Sango— contesto la rubia

—El gusto es mío— contesto Sango

—Bien señora Aome ¿puedo irme? Hoy es mi día libre— dijo en tono inocente la perversa chica

—Oh claro que sí Himiko puedes irte— indico Aome amablemente

—Gracias con permiso— contesto mientras salía de la mansión

— ¿Y qué te parece?— pregunto enseguida Aome a la castaña quién aún miraba con algo de rareza a la rubia mientras se alejaba

—Pues bien…pero— decía con algo de desconfianza

— ¿Pero qué?— pregunto la pelinegra

—No sé pero…pensarás que estoy loca pero esa mujer no me da mucha confianza—

—Pero que dices si Himiko es una chica muy dulce y cuida muy bien de mi Kahory, además confío plenamente en ella— dijo Aome defendiéndola sin saber realmente como era aquella chica

—No lo sé pero…ay bueno no me hagas caso deben ser figuraciones mías, ven vamos afuera con tu bebé me muero por verla— decía Sango emocionada

—Je je está bien aunque no entiendo qué esperas tú para tener tus propios hijos— decía la pelinegra

—Ya se lo platique a Miroku y dice que está de acuerdo, y créeme que ya estamos “trabajando” muy duro en ello— decía con una sonrisa picara

—Conociéndote sí que lo que creo— contesto ella mientras reía

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En otra parte un joven pelinegro se encontraba sentado en la comodidad de su oficina mientras sus manos se encontraban levantando su barbilla en una posición pensativa y casi abrumante.

—Señor Kouga acaba de llegar la persona que esperaba— anunció el empleado

—Sí gracias Hiroto dile que pase por favor— le indicó enseguida

—Como diga señor—

Un momento después el sonido de la puerta se hizo presente para luego dejar ver pasar a un joven de cabellos naranjas y angelicales ojos esmeraldas el chico estaba ataviado con un una camisa color beige y con pantalón color café al igual que el saco y gorro del mismo color, sin embargo Kouga percibió algo extraño en aquel joven

—Buenos días señor Hakato soy Ayumo Mitsumoto me acaban de mandar para ser su nuevo asistente— dijo el muchacho

—Sí gracias por venir, por favor siéntese— le indicó

—Es la primera vez que trabajo en esto anteriormente trabajaba como secretario en una notaría pero aprendí muy bien el oficio de asistente así que solo indíqueme lo que debo hacer— le dijo el muchacho

—Todo está muy bien pero antes que nada…— decía el ojiazul cuando de repente se levantó de su asiento para dirigirse al joven e inmediatamente lo jaló del brazo algo violento levantándolo de su asiento

— ¡Pero qué le pasa por que…!— se quejó de inmediato cuando Kouga le arrebato el gorro de la cabeza haciendo que su verdadero cabello largo se soltara de inmediato

—Solo acepto que trabajen para mí con sinceridad…señorita— dijo mirándola a los ojos

—Y-Yo no pensé que se diese cuenta— dijo la chica algo nerviosa

—Créame que me di cuenta desde que la vi entrar por la puerta pero lo que no entiendo es ¿Por qué se vistió de hombre?— le pregunto

—Bien antes que nada mi verdadero nombre es Ayame Mitsumoto, decidí trabajar como asistente en una importante notaria de la ciudad sin embargo los dueños eran unos crueles machistas que de inmediato me dijeron que no era bien visto que una mujer trabajase y mucho menos como asistente así que no que me dieron el trabajo sin embargo yo no perdí las esperanzas así que decidí vestirme como hombre para conseguir el trabajo y lo logre fue que me llamaron para venir aquí pero ahora que me ha descubierto estaré de acuerdo si avisa a mis jefes lo que realmente soy— decía la chica desanimada

El joven ojiazul se quedó callado observándola, se dio cuenta que de verdad era muy bella a pesar de su varonil vestimenta.

—Eso no va a ser necesario, no me importa que sea mujer necesito una asistente y por lo que veo usted se ve bastante capaz así que está contratada— dijo seriamente mientras que la chica sonrió de inmediato

— ¡Oh gracias señor Hakato de verdad se lo agradezco!— dijo la chica feliz

—No estés muy contenta, como mi asistente deberás hacer bien tu trabajo entendiste— dijo fríamente

—Sí claro que si—

—Quiero que te encargues de algo importante, quiero que averigües en donde se encuentra trabajando una persona— dijo seriamente

—Por supuesto solo dígame que debo hacer— contesto ella decidida

—No ahora no te explicaré bien mañana, por ahora puedes irte pero debes presentarte mañana temprano— le indico

—Muy bien con permiso— decía para luego abandona el estudio

—Algo más antes de irte— le dijo de repente el pelinegro

—Sí dígame— contesto ella

—A partir de mañana vístete como debe ser no es necesario que uses más esa ropa puedes ser mi asistente y usar vestido— le dijo haciendo que la chica se sonrojara levemente

—Sí como usted diga con permiso— dijo la chica algo tímida mientras se retiraba

—Sé que tramas algo y te encontraré… Himiko— pensaba en ese momento

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Mientras tanto en otra parte, específicamente en casa de la perversa Himiko, esta se encontraba en unos de sus muchos encuentros pasionales con uno de sus amantes esta vez era Hakuza Toyo un “amigo” de ella sin embargo en esta ocasión era diferente, mientras lo hacía imaginaba plenamente que se encontraba no con Hakuza específicamente.

—Inuyasha al fin soy tuya— gemía en su mente mientras fantaseaba con el ojidorado, incluso podía imaginárselo arriba de ella besándola con locura

—Si hermosa yo sé que te gusta— musito el muchacho haciendo que se rompiera aquella fantasía y al mismo tiempo alboroto el humor de la rubia

—Ah te dije que no hablaras idiota lo echaste todo a perder— dijo ella empujándolo de encima de ella con fastidio

— ¡Oye nena que te pasa!— le contesto enojado

— ¡Ay ya lárgate no quiero verte!— le grito irritada

—Muy bien mejor para mí, eres una loca no sabes disfrutar nada ni sentir nada adiós, y más te vale que no vuelvas a buscarme para luego rechazarme— dijo mientras se vestía rápidamente y se iba dejando a la chica enojada sentada en la cama

—Maldita sea no puedo seguir así necesito estar con ese hombre o me voy a volver loca— pensaba con frustración mientras pasaba sus manos por su cabellera

Espero les guste las contis.
¡¡Saludos y sayonara!!;)

y aqui les dejo la portada y puedan conocer a la malvada Himiko