Descendencia [Inu&Kago]

Mis amados y adoradisimos lectores, después de muchos (en realidad muchisimos meses de tardanza xD) les traigo conti, pronto subiré la siguiente, les agradezco de verdad su paciencia


Capítulo 18: Perversa seducción

Más tarde Inuyasha regresaba a su hogar, al entrar se sorprendió de no ver a su esposa en la sala o en algún lugar de la casa cuando ella le había dicho previamente que llegaría temprano.

—Señor Inuyasha, ¿Cómo le fue?— dijo de inmediato una voz femenina a espaldas del ojidorado

—Bien Himiko, gracias ¿y mi esposa?— pregunto mientras caminaba hacia su estudio y la rubia lo seguía

—Ah, la señora Aome fue a visitar a la señora Sango a su casa, se llevó a la pequeña Kahory con ella— dijo de forma fugaz como si hubiese tenido ya preparada su mentira que obviamente así era

—Valla que extraño, usualmente ella siempre me dice cuándo va salir— dijo Inuyasha en tono confundido

—Bueno debió habérselo comentado, ya sabe cómo somos a veces nosotras las mujeres de olvidadizas— dijo entre dulces y “hostigosas” risitas que dejaron al ojidorado sorprendido

—Si tienes razón, bueno estaré en el estudio un rato, por favor cuando mi esposa llegue me avisas— le dijo mientras se adentraba al sitio mencionado

—Claro no se preocupe— musito antes de que este entrara al estudio

La chica fastidiada por el hecho de tener que seguir siendo para él la niñera, la molestaba por completo, estaba más que dispuesta y haría todo lo necesario por acostarse con el ojidorado, así tuviera que rebajarse a humillar su dignidad.

—Mi esposa esto, mi esposa aquello… ¡Ay ya me tiene harta! Odio que este ella presente en su mente todo el tiempo, pero una vez que me deshaga de ti Aome, saldrás de la mente de todos los que te conocieron alguna vez— pensaba malévolamente la rubia


Después de un rato Himiko tomo la excusa de llevar un té a Inuyasha para acercarse a él, usaría todas las artimañas posibles para hacerlo caer en sus redes sin saber que el amor del ojidorado por Aome iba más allá de todo incluso de su perversa seducción.
La chica llegó hasta la puerta con el té en sus manos mientras tocaba ligeramente la puerta.

—Disculpa Inuyasha, te eh traído un poco de té espero no te moleste— dijo con tono dulce mientras se adentraba

—Claro que no Himiko, gracias— contesto el ojidorado esbozando una sonrisa amable

La rubia se encamino hasta el muchacho sin embargo esta vez tomo iniciativa y al dejar la taza en el escritorio, se posó frente a Inuyasha mirándolo fijamente mientras sus brazos los colocaba a los lados del ojidorado.

—Inuyasha no debemos contenernos más, ambos los deseamos— dijo en tono descarado mientras se acercaba al rostro del ojidorado y este se encontraba estático

—H-Himiko ¿de que estas hablando?— dijo Inuyasha sorprendido

—Siempre me has gustado Inuyasha, no sabes cuánto deseo estar contigo y estoy segura que tú también lo deseas— musito muy cerca de sus labios al mismo tiempo que se sentaba súbitamente en las piernas del muchacho sin permiso alguno

—E-Espera no, esto no está bien Himiko no— decía Inuyasha mientras trataba de alejar desesperadamente a la rubia de el

—Inuyasha vi cómo me miraste la vez anterior que te traje él té, me miraste con deseo, quiero consumir ese deseo contigo — susurro cerca de su oído mientras echaba sus brazos alrededor de su cuello incitándolo a besarla


El muchacho comenzó a sentir algo, una especie de deseo que lo estaba consumiendo e incluso incitándolo a tomarla en ese momento; Himiko estaba demasiado cerca de él, podía sentir sus pechos frotarse contra el suyo y sus labios a centímetros de los suyos, sin embargo una voz interior lo hizo reaccionar, una voz llamada Consciencia.


—No Himiko, yo no puedo hacer esto, no puedo hacerle esto a Aome, ella no lo merece— dijo el muchacho mientras empujaba levemente la chica para que esta se retirara de sus piernas

La rubia mostró un semblante de fastidio y odio mezclados en ese instante, para luego mostrar una sonrisa fingida.

—Si tienes razón Inuyasha, Aome es muy buena y no merece esto… ¡Aome siempre Aome, siempre tiene que ser ella!— dijo estallando en cólera

— ¿De qué estás hablando?— pregunto Inuyasha de inmediato

—Que idiota eres, Creo que después de todo tendré que acabar contigo sin haberte disfrutado— dijo inmediatamente que sacaba un arma pequeña de un buró cercano a ella que tenía guardada previamente

—No seas estúpida Himiko, no hagas esto, baja el arma— musito Inuyasha tratando de calmarla

—No tengo opción mi querido Inuyasha, adiós— dijo mientras jalaba del gatillo disparándole a Inuyasha en un parpadeo



Gracias por seguir este fic, significa mucho para mí :)

 

Mis nenes consentidos les traigo contiii


Capítulo 19 Final: El triunfo del amor (1 parte)


Himiko jaló del gatillo disparando el arma, Inuyasha en un parpadeo se aventó contra el extremo de la habitación esquivando la bala, mientras se abalanzaba rápidamente hacia la rubia arrancándole el arma de un zarpazo.


—Todo termino Himiko— dijo súbitamente Inuyasha mientras la acorralaba de los brazos dejándola sin escape


—Ja ja eso es lo que tú crees mi querido Inuyasha— rió cruelmente mientras Inuyasha la miró confundido


— ¿De qué estás hablando? Un momento… ¿Dónde están Aome y Kahory?— dijo en seguida mientras la encaraba aun sosteniéndola de los brazos


—Nunca podrás salvarlas ya que solo yo sé dónde están y sobre todo yo solo sé dónde está la llave, ambas se pudrirán encerradas ja ja— escupió con malicia mientras sonreía sádicamente


— ¡Maldita dime ahora mismo donde están o...!— decía con enorme furia

— ¿O que? ¿Acaso vas a golpear a una mujer?— dijo de forma retadora


— ¡Él tal vez el no pero yo sí!— dijo de repente una voz femenina


Y tras el sonido de aquella voz, Himiko recibió un fuerte puñetazo haciendo que callera al suelo, Inuyasha miró en seguida para ver de quién se trataba, era nada más y nada menos que Kouga Hakato en compañía de Ayame quién había sido quién golpeó de forma brutal a la malvada rubia dejándola semi-inconsciente.


—Como deseaba hacerlo— dijo con orgullo la peli naranja


—Kouga ¿Qué haces aquí?— pregunto sorprendido


— ¿Aome está bien?— pregunto el ojiazul antes que nada


— ¡Ríndanse inútiles no las encontraran!— bramo con furia mientras limpiaba la sangre de su boca tras el brutal golpe


Kouga mostró un rostro de furia mientras tomaba fuertemente de los brazos a Himiko levantándola con fuerza.


— ¡Más te vale que nos digas donde esta Aome y Kahory ahora mismo maldita bruja!— gritó con furia el ojiazul


—Nunca— musito con voz odiosa


Ayame entró en furia al ver el ambiente tenso pero sobre todo al ver la preocupación de Kouga y a la vez de Inuyasha, de una forma u otra el ojiazul se había convertido en alguien importante para ella; y con furia contenida abofeteo de nueva cuenta a la rubia en un sonido sonoro.


— ¡Habla ahora perra si no quieres que te muela a golpes!— dijo Ayame con furia


En ese momento la guardia de la policía apareció abriendo de un portazo la puerta alertando a todos, Kouga había sido quién llamó a la policía antes, tenía el presentimiento de que las cosas se pondrían feas y de una forma u otra acertó.


—Será mejor que no hagas las cosas más difíciles señorita, diga dónde está la señora Taisho o le ira peor— ordeno firmemente el jefe los guardias


La rubia se encontró atrapada y sin más confeso el escondite donde se encontraban Aome y la pequeña Kahory, Inuyasha al escuchar de inmediato se dirigió al sitio; la muy desgraciada las había encerrado en el ático de afuera de la mansión donde se guardaban las herramientas de jardinería, el miedo del ojidorado de encontrar a los dos más grandes amores de su vida en tales situaciones, le hacían sentir un miedo inimaginable.

Abrió rápidamente y entro de lleno encontrándose con algo que le hizo sentir que su corazón se detuviera, su Aome se encontraba recostada semi-inconsciente con su nena en brazos, el lugar era frío, así que ella había optado por brindarle su calor a la pequeña.
Inuyasha se acercó a toda velocidad hacia ellas, esperando que ellas estuviesen bien.


—Aome, amor por favor despierta— suplicaba Inuyasha tocando la mejilla de su esposa


—I-Inuyasha ¿q-que…?— decía entrecortadamente


—Aome mi vida estas bien, kahory está dormida— musito el ojidorado


—Si yo la mantuve cerca de mí para darle calor, pero Himiko ¡Esa maldita mujer fue la que...!— decía con furia


—Si amor lo sabemos, ella intento matarme pero logré esquivar la bala que ella me disparó, afortunadamente llego tu ex esposo Kouga con la guardia policiaca y pudieron obligarla a decir donde estaban, ahora ella pagara por lo que hizo—


—Kouga ¿el vino?— pregunto sorprendida


—Si yo…creo que lo eh juzgado mal, pero estoy muy contento de que ambas estén bien— contesto abrazando a la pelinegra


—Te equivocas Taisho en realidad parte de esto ha sido mi culpa— dijo el ojiazul llegando ellos


—Kouga— musito Ayame


—Yo conocía a Himiko desde antes, incluso habíamos planeando obtener la fortuna de mi padre por medio del hijo que Aome concibiese, pero me di cuenta que eso era algo horrible y que Aome no lo merecía, así que termine con ella pero su sed de ambición no se contuvo y Aome fue la afectada, de verdad lo siento— dijo mientras la bajaba la mirada


Aome se acercó a él y lo abrazó tiernamente al mismo tiempo que este sorprendía tras el acto.


—Ya no importa eso Kouga, te perdono— dijo la pelinegra mientras le daba una sonrisa


—Aome gracias— dijo el mientras también sonreía


—Sin rencores Hakato— dijo Inuyasha con la pequeña Kahory en sus brazos mientras extendía su mano hacia el ojiazul


—Por supuesto Taisho— dijo el entrelazando su mano en señal de amistad


—Ayame es hora de irnos— hablo el chico a la peli naranja


—Si— dijo ella sonriéndole dulcemente


Inuyasha y Aome vieron a ambos caminar hacia la salida de la mansión mientras los tres se fundían en un cálido abrazo familiar.




No me maten por hacerla tan corta, les traigo la ultima conti en dos o tres días, sayonara!! :)