—Ya no importa, pero es cierto... Nunca vas a estar solo... Mirá ahí, está Mitsuki, ¿No vas a ir con ella?
Salí de mis pensamientos bruscamente al sentir que una de las colas de Nitel me había dado por el brazo. —¿Que te ocurre?—le pregunte, ella solo señalo a Yair, quien se encontraba recostado en al nieve—Oh, no te había oído—dije antes de acercarme a donde estaba el.