[Desafío] Rosas Rojas.

Tema en 'Relatos' iniciado por sessxrin, 9 Agosto 2010.

  1.  
    sessxrin

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    [Desafío] Rosas Rojas.
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    [Desafío] Rosas Rojas.

    Este escrito es del desafìo de Sayuri Furimiya, espero te guste ;)

    Rosas Rojas.

    <<Nunca es más fuerte el amor que cuando se teme perderlo>>

    Los disparos sonaban secos y rítmicos, atravesando todo el campo, colándose en sus nuevos residentes; humanos inertes y con una vida predecible, terminadas en aquel desértico y espinoso campo.

    Y con el rifle sobre el monte, sintiendo el sudor caliente bajar por su frente, escuchando el ruido de la muerte atravesar el sol, sintió en su interior algo que hace mucho tiempo no había experimentado; aquella horrorosa sensación que lo ponía nervioso y molesto, triste:

    Nostalgia y el extrañar con todas tus fuerzas a alguien. Él había creído que eso había quedado enterrado junto con sus cartas de amor, con su perfume barato y sus rulos rubios. Pero no.

    Cuando dejó su país, de alguna extraña manera se alegró, pues ya no tendría que verla, no tendría que aguantar las horas interminables y aburridas frente a ella, sentada en el sofá, mirando uno que otro periódico.

    Su relación era un desastre y agradeció en con el alma haber sido reclutado, ya que no le importaba morir como muchos de sus compañeros lo harían, con tal de escapar de aquella tortuosa realidad, daría lo que fuera, con tal de darse un respiro de aquella vida afligida.

    Pero en aquel momento, cuando su vida pende de un hilo, la imagen de ella cruzando sus piernas, sonriéndole como cuando estaban enamorados, refulge como un brillo doloroso, confundiéndolo y causándole unas irremediables ganas de volver, de estrecharla y de sentir sus besos en la sien.

    Porque aun su amor estaba ahí, sino que nunca lo supo, porque estaba enterrado bajo la monotonía de lo fácil, de la vida perfecta.

    Las ganas de salir vivo aumentan, y con ellas el miedo y el terror de morir.

    Todo sea por sus hoyuelos, por su tono condescendiente, por sus manos al intentar masajearlo, por sus ojos verdes que brillaban para él, por su labial rojo, por su único olor, por ella.

    Cuando Luis sale vivo de milagro, una gran sonrisa surca su rostro, pues la va a ver y la va besar como nunca, le hará el amor con todo su amor y le regalará un buen ramo de rosas, pues nunca sintió tan miedo de perderla, como cuando estuvo a punto de perder su vida.


    María estuvo casi igual.
    Creía que todo sería más fácil, que él conseguirá otra mujer y ella un buen hombre que la deseara y la tomará e sus brazos por la noche; pero no fue así.

    Cuando quedó parada en la puerta, viéndolo partir, sintió como algo le estrechaba su corazón, asfixiándola sin remedio, pues la cruda realidad de perderlo se hizo fuerte, como las espinas en su pecho.

    Pasaba sus manos por la cama, por su ropa, por las fotos a blanco y negro, intentando recordar sus palabras, su voz varonil y profunda.

    Más no fue suficiente.
    Cada día era interminable, horas tortuosas que se pegaban a su piel, tatuándole un recuerdo lejano que nunca volvería, un cuento que nunca se iba a completar.


    La horrible noticia llegó. Ella estaba sentada en el sofá, con sus piernas cruzadas y también sus brazos; ya lo sabía, era predecible. No se movió, era como si su cuerpo ya estaba congelado hace mucho tiempo, ya estaba preparado para aquella noticia desolada.

    Una sola lágrima corrió su maquillaje, una sola, la ultima.


    Luis bajó del carruaje, contento, vestido con un traje de color café, el color que María había dicho un día que le quedaba mejor. Sin embargo sus pies quedaron estáticos en las escaleras de su casa, pues no era el ambiente que esperaba recibir.

    Entró y a él le pareció haber sentido antes aquella sensación de amargura y desesperanzadora. Luis la experimentó como nunca.

    Y cuando vio aquel negro ataúd en la sala, aquella en la que mantenían todos los días inmovibles, el ramo entre sus manos cayó, junto con la perfecta felicidad que había abrazado su cuerpo, dejándolo helado en el marco de su sala.

    Con las fuerzas que aún le quedaban, caminó (más bien se arrastró) hasta aquel cajón y cayó recostado en él, acariciándolo e intentando encontrar algún abismo de vida, aquella vida que antes iluminaba su piel pálida, sus ojos verdes.

    Pero ella estaba inmutable, fría, muerta.

    Se veía hermosa, como siempre, con la excepción de que ahora sólo era un cuerpo vacío e inerte, un cuerpo que no aguantó las ganas de vivir sin su amor, sin la vida de su existencia.

    Un cuerpo que se suicidó al no encontrar más motivo para vivir

    Y las rosas terminaron en aquel hueco, aquel agujero oscuro donde su cuento tuvo fin.
     
  2.  
    Sayuri UF

    Sayuri UF Entusiasta

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    Re: [Desafío] Rosas Rojas.

    Hola! ^^
    Perdona por no pasarme antes, siempre se me olvida D:!
    Me gusto muchísimo, principalmente la idea :llorar1: La supiste desarrollar muy bien y, siendo honesta, el final no me lo esperaba =D
    Creí que algo le había pasado al chico =S Pero quedé de 'WTF?!' cuando leí que la chica es la que murió -.-
    Sólo noté unas cuántas faltas de tildes (creo una xD!) y un dedazo por allí, pero aún así, amé la historia *-*
    ¡Muchísimas gracias! :rosa:

    Atte:
    Sayuri (algún día, Juliet =D)
     

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