Decepción [Neji & Tenten]

He regresado yo nuevamente, con la historia que habia prometido.
Ésta también es una serie de drabbles que había escrito hace mucho tiempo, y que me animo a subir en ésta página para no ser repetitiva con las historias que publico en FF.net, y sorprender de alguna forma a las lectoras.
Debo reconocer que no soy amante para nada del drama, pero ésta historia tiene algo que realmente me gusta mucho.
igualmente espero que sea de su agrado. Son un total de 16 drabbles, que ire publicando a medida que pueda saber si realmente les entusiasma la historia.
Repito, la historia está terminada desde hace muchísimo tiempo.
Para no aburrirlas más, les dejo el primer capítulo.

Cansancio

―Perdóname. Por favor tienes que perdonarme… ―rogó.

―No. No puedo hacerlo… ―la voz de la chica sonaba con una tranquilidad desbordante; una frialdad que llegaba a congelar. Su rostro reflejaba una seriedad nunca vista en ella―. Cásate, has tu vida, ten hijos, sé feliz… ya decidiste que no sería conmigo.

―¡Tienes que entender! ―rogó desesperado. En esos momentos olvidó que era el genio Hyūga.

― ¡No hay nada que entender! ―gritó furiosa―. Te casas en una semana con una mujer que ni siquiera conoces, y me lo dices ahora. Al menos tuviste la decencia de decirle a la estúpida con la que te revuelcas que te vas a casar con otra ―sus ojos amenazaban con estallar en lágrimas en cualquier momento. Tomó aire profundamente intentando serenarse, cerró los ojos conteniéndose y finalmente los abrió para enfocarnos en aquellos perlados que tanto daño le hacían―. No me pidas que entienda que el hombre que he amado durante cinco años se va a casar con otra… ―sin poder evitarlo más, algunas lágrimas empezaron a rodar por sus mejillas―. No me pidas que comprenda que jamás me amarás como yo te amo a ti; que sólo te acostabas conmigo porque caí fácilmente…

―Tenten… ―susurró él conmovido por las lágrimas llenas de dolor de la chica.

―Me cansé Neji ―sollozó ella―. Me cansé de amarte tanto a sabiendas de que nunca me amarías ―el Hyūga intentó acariciar su rostro, pero ella lo rechazó separándose unos pasos de él―. Tampoco me pidas que te perdone, porque no puedo perdonarte que hayas jugado conmigo y mis sentimientos, ya que fui yo quien te dejó hacerlo… ―se separó unos pasos más―. Ahora… sé feliz, cásate con esa desconocida. Pero olvídate de mí y de todo el amor que siento por ti…

Le sonrió tristemente con el rostro mojado por las lágrimas, mientras él la miraba sin ser capaz de decir nada. Dio media vuelta y emprendió la retirada.

―¡No entiendes! ―gritó viéndola alejarse―. ¡No entiendes nada! ¡Yo te amo!

Ella se detuvo a unos metros.

―Si me amaras… ―dijo sin voltear mirando el suelo―, te la jugarías para que existiera un nosotros.

Continuó su camino llorando silenciosamente mientras posaba una mano sobre su vientre. Fijó sus ojos en esa zona de su cuerpo, intentando asegurarle a la pequeña criatura en formación que todo estaría bien. Aunque no supiera cómo.

 

Regreso despúes de unos días de ausencia con la continuación de la historia.
Creo que ya no es considerada drabble puesto que cambie bastante el capítulo y me quedó un poco más largo, pero me gustó más como quedó ahora.
Además, les cuento enseguida que decidí cambiar la historia, es decir, más que nada el final. Les cuento que nuevamente (igual que en mi otra historia) terminaban separados, así que no quise eso y decidí cambiar el final, aunque conservando la idea general y la base de los capítulos que ya habia escritos.
Espero que les guste éste capítulo, y recuerden que sus comentarios me hacen muy feliz, pero que no sean spam, porque me da penita cuando los borran =(

Oposición.​

Lo que más esperaba en aquel momento era que un milagroso imprevisto acabara con todo.

Deseaba con todo su ser que ella apareciera y se opusiera a esa unión que odiaba; a gritos terminara con aquel compromiso que no quería cumplir, pero el cual era su obligación. Solamente de él.

Y aunque lo anhelara con su vida, no podía negarse a cumplirlo.

Fue entonces cuando la vio. Vio a la mujer que sería su esposa por el resto de su vida.

No podía negar que era hermosa, pero para él eso no era razón suficiente como para llegar a amarla.

Porque Neji Hyūga jamás podría amar a otra mujer que no fuera su amiga, su compañera de equipo, su amante; su Tenten.

En sus oídos sólo escuchaba un pitido molesto y de fondo el constante tronar de su corazón, el cual parecía estar a punto de explotar. Miraba a La Hokage quien dirigía la ceremonia, pero no era capaz de entender nada de lo que decía; ni siquiera era capaz de notar algo de lo que pasaba al su alrededor. Su rostro se mantenía imperturbable, pero sus pensamientos eran un completo caos, y temía que en cualquier instante ya no pudiese contenerse más.

El tiempo transcurrido era una agonía tortuosa, porque al no ser capaz de percibir nada, sentía que todo estaba ocurriendo en cámara lenta, lo cual no hacía más que intensificar su castigo. Quería creer que todo aquello era una terrible pesadilla de la cual no podía despertar por más que ansiaba hacerlo. O que al menos llegara Tenten a rescatarlo de aquel tormento.

Logró captar el momento en que Tsunade dejó de mover los labios, enfocando sus ojos color miel en la mujer que estaba junto a él. Sus oídos escucharon una palabra de aceptación, y Neji fue capaz de entender qué era lo que continuaba.

A continuación lo ojos de la Hokage se encontraron con los opalinos de él, y notó la rabia y tristeza que había en ellos al momento de repetir la misma pregunta que anteriormente le había hecho a la mujer con la cual debía casarse.

Sus labios fueron incapaces de separarse, porque era su cerebro el que no daba la orden de responder. El silencio se hizo presente y pudo percibir claramente la tensión que se formó en el salón. Finalmente y con una enorme opresión en su pecho, aceptó su condena de infelicidad.

Porque era su deber cumplir con la orden que le impartían los altos miembros de su clan.

Porque él era un cobarde que no fue capaz de negarse jamás a lo que le ordenaba su familia.

Porque estaba seguro que no era lo suficientemente fuerte como para forjar su propio destino.

Porque prefería ser eternamente infeliz antes de hacer algo por luchar por su felicidad.

Porque nunca luchó por un amor que sólo reconoció cuando ya había perdido.
Porque Tenten jamás lo perdonaría.

Y lo supo porque sus ojos acababan de encontrarse, y en ellos percibió el dolor y la enorme decepción que él le causaba a su portadora.

 

Pues bueno, ya que los comentarios en ésta página siempre andan lentos, trataré de no deprimirme por ello, y de igual forma les traigo la continuación, sólo porque la linda Haine me lo ha pedido, y porque quiero ir avanzandole rápido a ésta historia, para ver si así consigo un poquitín más de comentarios.
Para mis dos queridas comentaristas les digo que con éste capítulo se darán cuenta que las cosas se han complicado, bueno, en realidad con el anterior, y lo seguirán haciendo, pero espero sorprenderlas con lo que se irá desarrollando a partir de aquí, porque aunque todo se vea negro, ya les prometí que de alguna u otra forma quedarían juntos.

Oportunidad.​

Siempre había sido igual.

Los ojos opalinos de él la miraban con suficiencia; con arrogancia. Desde que lo conocía, él la consideraba como inferior.

Ni siquiera cuando Neji se inmiscuía sin permiso en su cama, podía desinflar un poco aquel enorme ego que poseía.

Porque sabía que ella jamás le diría algo para contradecirlo, ni tampoco para reventar la burbuja en la cual se refugiaba.

Y aunque Tenten sabía que el Hyūga era sólo apariencia, jamás había hecho algo por cambiarlo, porque estaba consciente que no lo lograría.

Neji era de aquellas personas que se cerraban en un solo pensamiento. Aunque estuviese completamente equivocado.

Nunca tuvo la oportunidad de percibir que él la viese como alguien diferente. Jamás pudo sentirse realmente querida, pero ella continuaba ahí, como una estúpida enamorada dispuesta a todo. Y eso dolía horrores.

Pero ya nunca más lo soportaría. De los errores se aprende, y para ella la experiencia era la mejor forma de entenderlo.

Ahora era todo diferente, porque ahora él ya ni siquiera se dignaba a mirarla.

Eran escasos los minutos que él había pasado a tan solo unos metros de donde ella se encontraba sentada. Vestido con un traje típico de aquellos que utilizaban los miembros importantes en el clan Hyūga. Con la mirada altiva como siempre, puesta al frente sin observar realmente a nadie, aunque lo contradictorio era que con aquellos ojos supuestamente lo podían ver todo, pero ella era significativamente inferior para dignarse a mirarla.

Y eso también dolía.

Pero lo que más dolía, era verlo caminar junto a aquella mujer, quien, sonriente, caminaba prendida de su brazo, demostrando con aquella soberbia sonrisa que era la esposa de uno de los miembros de clan más importante de Konoha.

Tenten continuaba sentada en la misma banca de aquel pequeño parque que se encontraba en la aldea de la hoja, con la vista fija en el mismo lugar en donde lo había visto pasar, torturándose con la visión de Neji junto a su esposa; con su estúpido anhelo de que él la mirase siquiera de reojo. Cosa que jamás ocurrió.

Nuevamente rectificó el hecho que había sido nadie en la vida del Hyūga. Que aquellas palabras dichas la última vez que hablaron fueron vacías, carentes de verdad, y sobre todo de un real sentimiento. Que había sido una completa idiota por idealizarlo.

Y eso agravaba más su dolor.

Porque le dolía que la ignorara con tanta facilidad, como si ella realmente fuera nadie.

Le dolía que la hubiese dejado como si ella no fuera importante. Le dolían sus mentiras, y aquel malsano amor que Neji le hacía creer.

Pero por sobre todo le dolía estar sola esperando un hijo de un hombre que se había casado con otra.

Acarició su vientre con delicadeza, sonriéndole tristemente. A penas y tenía poco más de tres meses de embarazo, aún le quedaba un poco de tiempo para inventar una escusa antes que fuera realmente notorio.

Y sufría aún más si era posible, porque realmente no sabía qué hacer.

―¿Por qué un kunouchi tan bella como tú está tan sola? ― cuestionó una voz varonil a su lado.

Enfocó su vista en su acompañante, y una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro.

Dolía lo que pensaba hacer, pero estaba desesperada aunque no quisiera aceptarlo.
Pero nunca más dolería.

 

Agradezco los comentarios de mis fieles lectoras xD y la nueva que se ha unido a está causa.
Sé que quedan muchas dudas sobre lo que está pasando, pero a medida que avancen los capítulos se irán aclarando, además, creo que ya con éste cap+itulo quedaran un par de cosas más claras, y paciencia... que las cosas sólo irán empeorando.
Sin más les dejo el siguiente capítulo, y si para mañana hay algunos comentarios, subo el siguiente, porque después me desapareceré por unos días, así que sin más, les dejo la continuación.

Verdad.​

Sus uñas se enterraron dolorosamente en la palma de sus manos. Fue capaz de oír el rechinido de sus dientes al apretarlos con fuerza descomunal. Sus ojos opalinos destellaron de rabia y los reprimidos instintos asesinos despertaron nuevamente.

Su mujer estaba en brazos de otro.

Y la rabia de pronto se vio invadida por un pequeño rastro de tristeza, y eso a él no le gustaba para nada. Porque se prometió a sí mismo reprimir cualquier tipo de sentimiento, pero la punzada en su pecho se hacía cada vez más insoportable.

Porque aquel que besaba con tanta delicadeza su cuello no era él, aquellas manos que acariciaban su piel por debajo de la camiseta no eran las de él. Los gemidos de Tenten no los provocaba él.

El dolor ganaba terreno al verla en aquel lugar; el sitio en donde ellos compartían. Su lugar, ahora era invadido por otro, y él era el único culpable.

―Tendremos que ponerle nombre ―escuchó hablar en susurros al marionetista de Suna ―. Será un ninja excepcional teniendo una madre como tú.

―Kankurou… ―gimió Tenten disfrutando de los besos que él regaba por su cuello, sin ser consciente del espectador que se ubicaba a tan sólo un par de metros ―. Por favor no me hagas sentir mal.

―No tienes porque ―habló claramente el chico, deteniendo su cometido ―. Tú nunca me mentiste; me dijiste desde un principio la verdad, y fui yo quien acepté estar contigo aun cuando estuvieses embarazada de otro.

Para Neji fue como si el mundo se detuviera exactamente en ese minuto.

Habían pasado poco más de dos meses desde que él se había casado, mismo tiempo desde que había hablado por última vez con la chica, y ahora se enteraba que ella estaba embarazada, y por sus propias palabras sabía que el ninja de la arena no era el padre.

Entonces ¿Quién?

El dolor se hizo considerable, casi intolerable y su intelecto por fin volvió a funcionar.

¿Acaso sería su castigo por ser un cobarde? ¿Por no luchar por su propia felicidad?

¿Acaso estaría destinado a ser infeliz de por vida, sólo por no ser lo suficientemente valiente como para enfrentar a su familia?

¿Sería acaso que Tenten pensaba no decírselo nunca?

Sus ojos captaron el momento en que ella se separaba entre risas de los brazos del marionetista, volteando su rostro bruscamente y encontrándose con él parado en frente.

Sus miradas se encontraron.

 

A raíz de los hermosos comentarios que me llegaron con el último capítulo, les dejo la continuación ya que cierta personita que no quiero nombrar pero que empieza con H y termina con AINE, dice estar muy desesperada por saber la continuación y que es muy poco la lectura, bueno... debo decir que normalmente escribo mucho ._. mis one shot son de 20 páginas aprox (las que me leen en FF.net sabrán) pero en esta historia quise hacerlos cortos, sólo para relatar lo preciso.
Sin más les dejo la conti

Lágrimas​

De su mente no podía sacar aquellos ojos.

Recordaba con angustia el momento en que lo vio parado frente a ella, y supo con sólo verlo a los ojos que él había escuchado todo.

Neji ya sabía que ella estaba embarazada, y era fácilmente deducible que él era el padre.

Abrazó con más fuerza la almohada, ahogando los fuertes sollozos que escapaban de su garganta. Las lágrimas no paraban de salir de sus ojos por más que lo intentaba, y es que el pesimismo nuevamente había ganado terreno. En realidad la batalla completa.

Aquella tarde, todo su plan se había ido a la mierda: Neji la había descubierto.

Hacia sólo un mes desde que había empezado a salir con Kankurou. No fue capaz de mentirle ni de usarlo, así que desde la primera noche de sexo le contó que estaba embarazada de otro, y que aquel hombre se había casado con otra.

Creyó que el shinobi de la arena la dejaría en ese mismo momento, pero grata fue su sorpresa al escucharlo decir que se quedaría con ella y la apoyaría en lo que más pudiese. Fue en ese mismo momento en que le pidió que si alguien llegase a preguntar, él se reconociera como el padre, al menos hasta que naciera y todos supieran la verdad. Kankurou aceptó.

Se ilusionó pensando en que Neji jamás sabría la verdad, que para cuando su vientre se hiciera notorio toda la aldea estaría al tanto de la relación que ella mantenía con el marionetista de Suna, sobre todo el Hyūga.

Nuevamente el recuerdo de aquellos ojos hizo brotar más lágrimas y sollozos reprimidos.

―Realmente lo amas mucho… ―comentó una voz a su lado―, como para sufrir de ésta manera porque él sabe la verdad.

Tenten se levantó sorprendida al reconocer la voz. Sus ojos hinchados y enrojecidos demoraron en enfocar a quien le hablaba.

―Tarde o temprano él iba a saberlo ―continuó Kankurou sentándose junto a ella.

―Pero yo no quería que supiera. Ansiaba que él jamás supiera la verdad ―sollozó ella derramando más lágrimas―. Por mi él se hubiese muerto sin saberlo…

―Tranquila… ―susurró el chico cobijándola entre sus brazos. Ella se aferró con fuerza, escondiendo el rostro en su pecho―. Todo estará bien. Recuerda que yo prometí estar contigo.

La castaña respondió con un sollozo más fuerte. Kankurou la abrazó con más ímpetu, acariciando con una de sus manos la cabeza de la chica, intentando consolarla.

Desde el balcón de la ventana un nuevo visitante veía la escena con rabia y dolor…

 

Sólo porque soy una niña buena, les dejaré dos capítulos cortitos ^^
Aunque la intención es atormentarlas un poquito, con éste capítulo se complican un poquito más las cosas.
Espero sus lindos comentarios, y que pasen un muy feliz año nuevo. Celebren mucho... yo lo haré =D

Clan​

El dolor se transformó en esperanza luego de analizar objetivamente lo ocurrido.

Encontró la escusa perfecta para terminar con todo. Halló la determinación que siempre le había faltado.

Su familia entendería. Estaba seguro que el clan Hyūga jamás dejaría a un miembro botado.

―Voy a ser padre ―comunicó seriamente a su tío durante la reunión que él había convocado. Su rostro inescrutable de siempre no demostraba ni un poco del nerviosismo que sentía.

―¿Tú esposa está embarazada? ―preguntó incrédulo el líder del Sōke.

―No ―respondió tajante―. Mi mujer está embarazada.

Una nueva punzada atacó su pecho. Él sabía que ella no era su mujer, pero quería creer que sí.

―Tenten… ―murmuró para sí mismo Hiashi Hyūga bajando la mirada.―. ¿Cuántos meses tiene? ―cuestionó nuevamente luego de permanecer unos instantes en silencio.

―Cuatro ―respondió Neji con confianza manteniéndole la mirada dura a su tío―, y como mi matrimonio sólo lleva dos meses, y mi esposa aún no ha engendrado un heredero, es necesario terminarlo y hacer a Tenten mi esposa y la madre de mi hijo.

―¡Por ningún motivo! ―exclamó el Hyūga mayor alzando prepotentemente la voz frente a su sobrino―. ¡Las decisiones del clan su irrevocables! Tú esposa es ella ―señaló a lo joven mujer que se encontraba en la sala intentando reprimir el llanto―. Los únicos herederos que tú nos darás serán con ella. Tú matrimonio no será disuelto bajo ningún motivo.

La rabia se apoderaba completamente de sus pensamientos en esos momentos. Sus ojos color perla destellaban ira contra el patriarca de la rama principal. No podía entender cómo su propio tío le decía todo aquello.

Cuando tomó la decisión de hablar a solas con el gemelo de su padre, creyó encontrar el apoyo que necesitaba para plantear su decisión al resto de la familia. Se había equivocado totalmente.

―¡Yo no la quiero! ―alzó la voz Neji olvidándose del protocolo de respeto que tenía―. La única mujer que amo es a Tenten, y la dejé porque ustedes me obligaron a hacerlo, pero ahora que sé que está esperando un hijo mío no puedo dejarla sola.

―¡Cállate! ―ordenó Hiashi violentamente. El joven Hyūga retrocedió visiblemente impactado por la reacción de su tío― Olvídate de ella. Olvídate del hijo que espera. Ese bastardo nunca nacerá, ¿Entiendes? Es un error que nosotros nos encargaremos de ocultar.

―¡Ni lo intentes! ―gritó Neji volviendo a ser invadido por la furia al escuchar al hombre hablar de esa manera―. Si ustedes hacen algo te juro que yo…

―¡Cállate! ―interrumpió el líder nuevamente― No olvides quién eres en ésta familia Neji. Recuerda que sólo perteneces a la rama secundaria y que con el sello que llevas en la frente puedo matarte ―los ojos del chico se abrieron impactados por la crudeza de las palabras de su propio tío―. Ahora retírate. Llévate a tu esposa a sus aposentos y olvídate de Tenten y su bastardo.

Neji se vio a sí mismo compungido y derrotado por las crueles palabras que el único hombre que pensó lo apoyaría, le había dicho. Tal cual él se lo ordenó, cogió a su esposa del brazo ayudándola a levantarse para retirarse de aquella sala. Ni siquiera se preocupó por las dolorosas lágrimas que ella derramaba, su mirada iba puesta al frente, consumido por el dolor, la tristeza y la rabia que sentía en ese momento.

Toda su determinación se había ido a la mierda con las palabras del gemelo de su padre. Jamás llegó a creer que él sería capaz de decirle algo así: lo trato como un esclavo que no era capaz de tomar sus propias decisiones.

―Ni una palabra de esto a nadie ―sentenció el mayor antes que el chico saliera junto a su esposa―. Ningún miembro de la familia debe enterarse que has engendrado un bastardo.

No obtuvo respuesta, sólo un último sollozo penoso de la mujer y el sonoro chocar de la puerta corrediza.

―Perdóname Neji. Perdóname ―susurró Hiashi tristemente cerrando los ojos cuando se encontró nuevamente solo―, perdóname tú también hermano… ―murmuró con melancolía mirando al cielo.
Era consciente que acaba de arruinarle la felicidad a su sobrino… una vez más.