Dear killer (SessRin)

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por RomAnce, 30 Diciembre 2010.

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    RomAnce

    RomAnce Soleanimetrix

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    Dear killer (SessRin)
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    *¡Hi! °-° ¡Como verán ya aparecí nuevamente para molestaros a vosotros mis lectores! xD
    *Pinkprincess: Cómo decirte que realmente aprecio mucho que aún sigas conmigo, a pesar de todo lo que tengas que hacer mi princesa.
    Espero que la demora haya valido y no entorpecido el trayecto de la narración…si…existen casos fortuitos fuera de nuestras manos y me tocó mí
    *Viki viki: gracias por pasarte a saludar, espero que cuando tengas tiempo no te pases por acá ¡TKMx3!
    *Arturs: hermano mío, gracias por el ‘review’, y yo que pensaba que te era suficiente con lo que te decía xD pero bueno, de todos modos te agradezco por pasarte.
    Visitas, gracias por la lectura.

    Capítulo #8
    “Trascendencia de sangre azul”

    <Recuerdos, absurdos recuerdos; acosadores de revivir experiencias buenas o malas, que brindan pasados gratos o martirizan y engañan…>

    Flashback…

    El basto jardín era apto para el regocijo de los infantiles juegos. Uno en especial intentaba estrenarlo ya, pero no solo. Sus ojos suplicantes añoraban ser atendidos ante la indiferencia de su compañero, que luego de interminables minutos de sollozos decidió por correr el riesgo de atender sus súplicas: Jugar con su hermano menor.

    Inu no Taisho, observaba peculiarmente la singular escena: “sus dos hijos,…” Sesshomaru miraba con curiosidad fingiendo indiferencia hacia su hermano Inuyasha; es comenzaba a dar vueltas alrededor de Él como si fuera su nuevo juguete.

    “Su sangre,…” En unos momentos Inuyasha corría como despavorido por todo el jardín, ocultándose y huyendo.
    Es que Sesshomaru se encontraba molesto, porque le jaló el cabello y le quitó su cuaderno.
    “Su descendencia,…” Después de vengarse el primogénito y recuperar lo que le pertenecía, esbozó una media sonrisa; su hermano había quedado atrapado en medio de dos árboles al intentar volver a huir.

    Sus dos hijos, su sangre, su descendencia.

    Aunque el último de ellos representaba la traición hacia su esposa; el medio hermano de Sesshomaru; Inuyasha.
    —“Traición…”
    Palabra demasiada compleja y grotesca, vivida continuamente por esta naturaleza; naturaleza humana. Aquellos infantes que ahora jugaban, indiferentes eran a tal palabra hiriente y de acción.
    Un mes, un mísero mes fue más que suficiente para que cayeran en confianza y estimarse. Inuyasha era el fruto de su amor con Izayoi Sungrey.

    — ¿Padre? ¿Ocurre algo?—Preguntó el primogénito al ver la expresión nostálgica en su señor padre.
    — ¡PÁ!—interrumpió el menor tirándose en sus brazos. Sesshomaru se molestó al ser ignorado por su señor padre, e hizo quitar a Inuyasha de los brazos de Inu no Taisho.
    El mayor se vio consternado y algo molesto por el cambio de actitud tan repentino de su hijo hacia el menor; pero luego corroboró sus intenciones en cuanto a castigarlo y regañarlo, en cuanto vio que éste lo sujetaba en brazos y lo reprochaba en cuanto a su actitud, supo que eran celos; celos por ignorarlo y prestarle mayor atención al menor.

    No ha ocurrido nada, hijo mío; Tranquilízate. —Musitó suavemente el padre mientras le regalaba una sonrisa.
    Sorpresivamente, Inu no Taisho agarró desprevenido al menor colocándolo en sus hombros, en tanto agarraba a un ido Sesshomaru con el brazo derecho acomodándolo a un costado; el menor se carcajeaba como loco al unísono con su padre, en tanto Sesshomaru reía no tan escandalosamente como los mencionados.

    De repente, un pequeño destello de luz inundó por breves segundos al peculiar trío, haciendo dirigir las miradas de los susodichos al causante de tal interrupción.

    — ¡Lo siento, pero era digna de ser inmortalizada!—Se disculpó una morena de vivaces ojos pardos y afable sonrisa.
    — ¡MÁ!
    — ¿Cómo está mi bebé?—Preguntó cargándolo y llenándolo de besos.
    — ¡Izayoi, me asustasteis! ¡avisa cuando vuelvas a hacer algo así!—mencionó El hombre sonriendo y jadeando mientras hacía un exagerado ademán con las manos colocándolas en su pecho.

    —Creo que hubiera arruinado la excelente imagen Inu no Taisho-sama
    —Oh! ¡Por favor Izayoi! ¡No me llames así que me haces sentir viejo!—Musitó, haciendo cara de perro apaleado.
    —Como digas Inu Taisho

    La morena dirigió su mirada al heredero mayor, el primogénito de su amor: Sesshomaru Taisho.

    —Sesshomaru-kun ¿Cómo estás?, me alegra poder verte otra vez. — Mencionó la mujer con simpatía y alegría, al saber lo bien, o mejor dicho, lo pasable que se llevaba con su medio hermano.
    —Bien, gracias.
    —Me alegra saberlo Sesshomaru-kun, ¿Inuyasha cómo te trató?—Preguntó con algo de nerviosismo la mujer.
    —Pasable. —Sonrió tenuemente, con un brillo en sus ojos al recordar las gracias del mencionado.
    —Gracias por soportarlo. —Acercó su mano a los claros cabellos, pero fue cortado abruptamente por una negativa.
    —No te atrevas a tocarlo mujer cualquiera.
    Mencionó una imponente mujer de demandante singularidad y belleza, mientras se dirigía a paso lento pero decidido, con aquellos tacón aguja de color vino que hacían aún más esbelta su figura y clase. Sus cabellos platinados de una sedosidad envidiable se mecían libre y burlonamente enfrente de la morena que le miraba impávida.
    Sus fríos ojos de color ámbar tan claro como los de su hijo, la taladraban cual cristal.
    La enigmática mujer era: La señora de las tierras del Oeste y de la mansión Taisho; la última descendiente de la dinastía Fénryl: Irasue Fénryl de Taisho.

    — ¿Ahora osas también ganarte el afecto de mí hijo?—Hablaron los dulces pero fríos labios carmín con sarcasmo. — Y no conforme con ello, vienes aquí a invadir mi familia y a destruirla. —Espetó con fastidio.

    —Irasue, deja…—Izayoi le hizo una señal al mayor para que callara.
    —Sólo he venido por mí hijo Sra. Taisho—Declaró evadiendo las acusaciones.
    —No te inmiscuyas con mi hijo; con Él no te servirán tus “afectos”, que si te sirven para con los otros, Mujer.
    Bufó Irasue, con una sonrisa maliciosa en sus finos labios.

    —Irasue Fénryl, es suficiente basta de tus sarcasmos ¡No enfrente de los niños, no enfrente de ellos! ¡Calla!—
    Declaró con seriedad El hombre con una dura mirada hacia su mujer.

    —Trabajo y no tengo necesidad de nada; si vengo es para que Inuyasha conozca a su padre y hermano. —se defendió. Irasue se en crispo. Inu Taisho tomó a Sesshomaru en brazos e intentó tomar también a Inuyasha para que evitaran ver esos espectáculos, pero Izayoi no lo dejo llevarse al menor; y explotó lo inevitable.

    — ¡Mi hijo no tiene necesidad de conocer bastardos, ni mucho menos mujerzuelas como tú, que se le meten en la cama a hombres casados para obtener beneficios a costas de engendros!—Declaró escupiendo veneno en su cara.

    — ¡Por lo menos mi hijo sí tiene una madre siempre a su disposición! ¡Y NO UNA FRÍA Y SIN AFECTO!

    La albina alzó su mano izquierda dispuesta a abofetearla por la cruda verdad que se negaba a aceptar. Izayoi frunció el ceño y alzó su mano para detener el trayecto de la certera bofetada, pero la masculina mano de Inu Taisho la detuvo antes.

    — ¡¿CÓMO TE ATREVES?!
    — ¡Basta Irasue!—Mencionó hastiado el hombre. —retírate por favor Izayoi. —mencionó sin determinarla.
    — ¡Suéltame!—Inu Taisho bajó la mano de su encolerizada mujer. — ¿Por qué? ¿POR QUÉ? ¡SE SUPONE QUE DEBES ESTAR DE MÍ LADO!—Reclamó dolida.
    —No así, no fuera de tus cabales además de hiriente. —Miro a sus hijos. —Luego hablamos Irasue. — le dio la espalda.

    — ¡PÁ! ¡SESSHI!— Chilló el pequeño en brazos de su madre intentando calmarlo.
    —Inuyasha…—Musitó débilmente, mientras intentaba dar unos torpes pasos para ir donde su medio hermano y calmarlo
    “La sangre llama…”
    Pero fue detenido abruptamente por su madre.
    —Ni se te ocurra, Sesshomaru. —Habló fríamente su madre entre tanto lo jalaba por lo hombros, para adentrarlo a la elegante mansión de estilo Gótico medieval con toque contemporáneo.

    <Recuerdos, absurdos recuerdos que quedan en el olvido, ya sean buenos o malos. La sangre llama…trascendencia de sangre azul de traiciones que quiebran el alma.>

    End of flashback…

    La sábana blanca que cubría el panorama extinta ya quedaba. El frío viento invernal declinó para dar lugar al cálido viento primaveral; en donde cuyas praderas que blanquecinas eran el verdor del vida a ellas fue devuelta, con el narcótico aroma de las flores que embelesan con fragancia eterna.
    Los árboles cual espectros eran, en primavera sus vivaces hojas renacían; con llevando con ellas sus frondosas ramas y el canto de amor y vida que en ellos vivían. La vida emanaba en ella, y sin duda los infantiles juegos.

    — Izayoi no te alejes demasiado, quédate cerca y no te metas en problemas—recalcó su madre dándole un balón rojo.
    — ¡Hi Mamá!—respondió eufórica tomando el balón y lanzándolo por los aires persiguiéndolo.

    *****************************************************

    En una elegante cocina de acabado moderno y elegante, despedía gratos aromas de manos que cocinaban con ímpetu.
    — ¡Amo, deme unos cinco minutos y ya termino!—Gritó el viejo a uno cuantos metros de Él. Genial…si no hubiese despedido a tal chef francés hace una semana por casi intoxicarlo con mariscos <del cual no sabía que era alérgico> y no se hubiese enfermado la vieja cocinera de la familia, no tendría que lidiar con los gritos de su emocionado servidor, que a pesar de todo, cocinaba bastante bien.

    —Jaken…—Lo llamó, acomodándose en tan larga e innecesaria mesa del comedor principal.
    — ¿Si mi amo?— Respondió corriendo cual chiquillo hacia Él.

    El joven hombre entreabrió sus finos labios para dar inicio a la extraña charla. —“¿Será realmente necesario?”—Se cuestionó. Pues una persona, menos de su calibre, entablaría una conversación de procedencia personal, ni mucho menos con la servidumbre y de semejante situación ocurrida hace dos años, tres meses y siete días ¡¿Cómo podía ser tan exacto y tener lo tener tan presente?!

    Recordó el trato innecesariamente cortante y muy hostil para con su “madre”, las directas verdades del Dr. Gensaii, y la agridulce despedida de su única amiga y confidente de su secreto como bastardo quita vidas, además de Jaken.

    —“¡Suficiente!” —se reprochó culpándose y maldiciendo entre dientes, en cuanto al querer revocar su decisión de borrarla irremediablemente, tanto a Rin como a Kaede pero; ¿Cómo ser tan cruel en no bridarse la oportunidad y el derecho de sentir, cuidar, amar y ser amado?
    —“Falacia subliminal, no he tenido la necesidad de tal y jamás la tendré.”
    — ¿Se-Sesshomaru-sama?—Lo llamó extrañado, al verlo concentrado en un punto muerto con la mirada fría y vacía y las facciones algo endurecidas; en términos sutiles: fastidiado y enojado.

    —Huele a quemado…—Apartó su concentración primera, para posar su nada simpática mirada en el aludido.
    — ¡MI PAY DE ZANAHORIA!—Chilló el viejo al darse cuenta del desafortunado acontecimiento. Luego de unos momentos volvió a gritar.

    — ¡AMOOOO BONITOO AUXILIOOO!!—Jaken no podía apagar el pay hecho fuego, que ahora se extendía por toda la cocina. Sesshomaru continuaba impávido, tomando pequeños sorbos de té de una tacita de porcelana.
    Luego de unos minutos que le parecieron más que agonizantes al viejo, salió calcinado como un caldero negro, en tanto sostenía un pesado extinguidor a su derecha, y en su izquierda el famoso ex-pay hecha una roca negra y mal oliente.

    —Torpe. —Le declaró con indiferencia, cerrando los ojos y dejando la tacita en la mesa.
    —Perdóneme por mi torpeza amo…—Musitó negro en hollín, saliéndole humo por su boca con cada palabra mientras le miraba con los ojos aguados, por toda la consternación. Se veía tan…infantil.

    Sin querer el sólo pensarlo se escapó una dulce y tenue sonrisa, en el blanquecino rostro del príncipe mayor.
    Jaken sintió morir con esa actitud no propia de su amado amo, y anonadado lo cuestionó.

    — ¡A-amo!, ¡¿m-me sonríe?!
    De la a nada, como se estaba haciendo costumbre; una extraña protuberancia roja del tamaño de un pepino se formó en el calcinado y calvo cuero cabelludo de Jaken. El viejo chilló sobándose el área afectada, espetando entre dientes la rebeldía de los hijos hacia los padres, y los abusos de los amos para con sus posesiones.

    *********************************************************

    — ¡Hola!—Habló Izayoi.
    — ¿Hm?
    — ¿Me la puedes pasar por favor?
    — ¿Yo?—Cuestionó la albina.
    — ¡Si tú! ¿Quién más?—Le sonrió grandemente.
    — ¿Esto?—Le extendió el balón rojo con la mirada azabache muy curiosa.
    — ¡Sí! ¡Es mi preferido, era de mi papá ahora es mío!—Habló la niña con suma emoción y alegría, contagiando a la pequeña desconocida.
    — ¡Oye! ¿Quieres jugar?—preguntó la morena, tirándole el balón.
    —¿Eh? Yo…—Vaciló un momento y miro a todos lados con expectación, al terminar su inspección sonrió a penas.
    —B-bien…

    En unos pocos instantes la albina corría como despavorida con su nueva amiga, en proceso constante donde el balón rojo era arrojado a su dueña luego a la extraña niña y así, hasta que se hizo bastante tarde.
    —Uh! ¡El balón se fue por allá!—Apuntó con el dedo índice hacia unos matorrales la de claros cabellos.
    — ¡Busquémosla!— miro el cielo en tonalidades naranjas y rojizas y el sol apunto de ocultarse. — ¡Ahora!
    La otra asintió y ambas desaparecieron en los matorrales. Kagome se entretuvo unos momentos luego de comprobar que jugaba con otra niña de su edad, pero luego de ver que se hacía demasiado tarde la comenzó a llamar a ambas.

    —Ya es muy tarde, está oscureciendo niñas por favor vengan. —Llamó Kagome en el lugar donde se encontraban hace unos minutos. Unos arbustos se movieron, llamando la atención de la madre. — Izayoi no es hora para que estés jugando a las escondidas con tu amiguita.

    Se aproximó rápidamente en donde captó el movimiento y se adentró en ellos buscándolas. A unos cuantos metros de la ya preocupada mujer se encontraban las traviesas chiquillas ocultándose; una más preocupada que la otra.
    —Kana, no creo que sea bueno seguir escondiéndose de mamá.
    —Tranquila, yo lo hago todo el tiempo con mi hermana no te preocupes, en unos momentos ya estamos con ella. — Le susurró en su oído, para que la que la madre no escuchara.

    — ¡Izayoi, pequeña rubia, no es hora de juegos!—Llamó considerablemente molesta por la desobediencia de su niña y la osadía de la otra por ni siquiera cooperar.
    Determinó ya la lobreguez de su entorno con los últimos rayos de sol ya cubriendo el grácil panorama.
    —Es hora de ir a casa. —Se encaminó donde escuchaba unos murmullos para descubrir el escondite de las infantes. — ¡Las encontré! Uh? ¿Izayoi, pequeña rubia? —Habló nerviosa Kagome buscando entre los pinos.

    —Es suficiente vámonos—Habló la morena a una distancia apenas visible de su madre.
    —Está bien.
    El trayecto que se habían trazado desde un principio se les hizo un laberinto, y sin querer se vieron extraviadas en medio de la oscuridad de aquellos pinos y matorrales, que daba la impresión de una película de terror del cual no tenía un buen fin.
    —Oh! No escucho a mamá…—Tartamudeó asustada Izayoi tomando con aprehensión el brazo de su amiga.
    —Ya está muy oscuro…—Habló Kana forzando el agarre.
    Sus pasos entornaron por un desconocido sendero, y de la a nada una luz incandescente las encegueció por breves momentos; sin previo fueron apresadas por unos fuertes brazos y lo único que pudieron hacer fue gritar antes de obligarlas a inhalar algo que las desmayó.

    — ¡¿Izayoi?!—Cuestionó corriendo como despavorida hacia donde había provenido el grito. — ¡Izayoi! —Llamó en medio del sendero donde estaban ellas, siendo enceguecida abruptamente de inmediato por un vehículo indeterminado y casi arrollada por la huida furtiva del mismo.
    Kagome sintió morir al darse cuenta de los hechos.

    — ¡IZAYOI!
    Gritaba detrás del inalcanzable vehículo que desaparecía en la oscuridad, en tanto sus piernas flaqueaban por el abrupto recorrido y caía desparramada en el suelo; lánguida, sucia y con hueco en el estómago, se irguió y siguió corriendo a tropezones detrás del ahora indeterminado vehículo.

    Su corazón bombeaba como desquiciado y su mente se hallaba entorpecida por lo abrupto de los hechos; su recorrido se fue disminuyendo hasta que se convirtió en una caminata sin rumbo, ni dirección.
    En medio del parque nuevamente se halló, los matorrales desgarraron su ropa en medio de los tropezones y caídas en la lobreguez de la noche, que para ella era la más densa de todas; se desplomó sin cuidado ni consideración en el pasto, su rostro se ensombreció y de sus ojos fluían lágrimas a cántaros. Su dolor interno era una bomba de tiempo, que en cualquier momento estallaría trayendo consecuencia devastadoras.

    Miro el cielo; la luna, la única testigo de lo acontecido, que para colmo de males no había nadie más que parte de su persona y la reina de plata; sin restricción gritó desgarrada por dentro, roncamente y jadeando por el fruto arrebatado de su ser.

    ****************************************************

    En medio de su soledad, sólo en compañía del monitor y los archivos, sintió un escalofrío y la consternación del mismo; era un presentimiento para nada bueno, y le extrañó. Apartó los papeles de su atención y los guardó en los archivos correspondientes; pasó su mano por sus claros cabellos y miro el reloj que indicaba diez minutos para las once de la noche.
    — ¡Rayos!—Golpeó la mesa fastidiado.

    Había quedado de acuerdo en buscar a su esposa e hija a las 6:00 p.m. Para ver a Kaede que estaba en Nueva York por unos compromisos religiosos y pasar a buscar a Rin, que se hallaba trabajando hace dos años en el mismo centro de salud que Kagome y que sin querer se había ganado por medio de su carisma y simpatía, la gracia y el corazón del cromañón hombre.

    — ¡Tiempo imperdonable!—Reclamó descaradamente el retraído hombre, tomando su chaleco marrón y su placa.
    —Que pase buena noche Detective Taisho—Se despidió con acento caribeño la secretaria.
    — ¡¿Por qué no me avisasteis del compromiso con mi familia Srta. Gyme?!—Le reclamó mirándola se soslayó.
    —Yo lo hice mi señor, pero usted me dijo que le informara a su esposa que estaría ocupado y eso hice.
    —Qué estúpido…—Masculló entre dientes Inuyasha, rascándose la nuca nerviosamente.

    —Qué muchacho tan olvidadizo. —Negó la piel morena, mientras recogía sus cosas para irse.

    Encendió el auto con presteza y en respuesta recibió un ronroneo de parte del deportivo escarlata. Se despidió y se disculpó con la vieja secretaria por la ventanilla del conductor por no llevarla a la casa hoy antes de salir despepitado quemando caucho por el camino.

    —“¡Maldición! Esto no me agrada para nada, ¿Qué ocurre?...”—Se cuestionó por la extraña opresión en su pecho.
    Presionó el acelerador y se escapó un horrible rechinido por la irracional velocidad que llevaba.

    *******************************************************

    El cielo era tan oscuro que la luna apenas se apreciaba; las estrellas se veían revueltas entre los nubarrones espesos del cielo nocturno; sin querer, para ella, era una por ésa noche una tela negra, tenebrosa y sin vida. Así de simple.
    — ¿Kaede-sama? ¿Se encuentra allí?—Cuestionó Sango al otro lado de la línea telefónica.
    —S-sí, sí estoy aquí mi querida. —Respondió no muy convencida de seguirle al corriente en la conversación.
    —Mi rectora, la noto distante y poco animada, podemos dejar esto luego, prefiero saber cómo está usted ¿Hay inconvenientes por allá?—Recalcó con soltura convencida en cuanto a sus palabras.

    —Cuánto me conoces mi pupila; ése chiquillo es tan olvidadizo como su padre, mi amado hijo…—Declaró dulcemente, pero con el disimulo perfecto del insuperable dolor de su pérdida al igual que su desaparecido hermano.

    —Iré a descansar, es tarde, Tú también ve a hacerlo porque si no te saldrán ojeras; mañana me sigues diciendo como está todo por allá.
    —Está bien Kaede-sama, usted también descanse. — cortó la línea telefónica teniendo en mente la imagen de su madre.

    *********************************************

    —Es extraño…—Musitó ida. —Siempre avisan. —Miró el celular por vigésima vez, al notar ni un mensaje.

    —Bueno, era de esperarse; Inuyasha siempre está ocupado y Kagome es muy comprensiva. —Sonrió razonando.

    Al notar hace horas la ya truncada salida, Rin se concentró en su ajetreante y motivacional trabajo hasta muy tarde en la noche y sin que ella pudiese evitarlo
    Le dio un escalofrío en la espina. No le gustaba estar sola. Miro expectante y con preocupación a todos lados; no podía descuidarse. Sacó el gas pimienta que tría en su cartera y lo sostuvo con aprehensión y entusiasmo.
    Desde la muerte de sus padres y el pequeño e inusual reencuentro con Sesshomaru, Todo se encontraba patas arriba en su vida.
    Era un imán de problemas.

    Además de aún sentirse destrozada por lo de sus progenitores y de continuar aun extrañamente deprimida, desde la tan singular y agridulce despedida, pero esperada por parte de aquel príncipe de hielo que representaba el enigmático hombre.
    Una presencia ajena la alertó y sin dudarlo se volteó presionando el contenido del espray en su mano.
    Una queja de una voz conocida la dejó recelosa, en tanto se inclinaba levemente con el amenazante espray hacia la desconocida persona.

    — ¡Vaya! ¡Sí que estás armada! —Declaró el hombre con ambas manos tapando su rostro.
    — ¡¿Doctor…?!—Balbuceó torpemente, soltando el “arma” instintivamente.

    El susodicho se reincorporó con una sonrisa ladina evidentemente divertido, que a Rin no le causo gracia para nada. ¡Ella había agredido a un superior! Y eso era simplemente imperdonable.
    —“De seguro me despedirá o quizás algo peor…”—Pensaba, en tanto se acercaba con evidente preocupación.

    El hombre la miro entre los dedos, al sentir el toque de Rin en su rostro su sonrisa se ensanchó ¡Qué chiquilla tan distraída!
    — ¡Perdóneme Dr. Youkai! ¡Yo pensé que…!
    —Está bien Srta. Rin, —Tomo su mano con delicadeza que estaba aún en su rostro. —no la despediré por ello ¿si piensa eso no? Además, lo hizo en defensa propia. —La miro con intensidad negando con la cabeza.

    Rin apartó su mano de la suya y le miro haciendo un infantil puchero con la boca evidentemente “ofendida”; se giró sobre sus talones mientras balbuceaba cosas incoherentes, algo como: Eso no es del todo cierto y otras tonterías entre tanto miraba el cielo nocturno divagando en sus pensamientos, según ella, esperando un transporte a esas horas de la noche.

    — ¿No cree que es un poco tarde para divagar Srta. Sweethangel?—Replicó el hombre detrás suyo.
    —Dr. Youkai, es…
    —por favor llámame por mi nombre, no soy tan viejo ¿No cree Srta.?—Le miro coquetamente. Rin se sintió compungida.
    —Le pediría lo mismo Byakuya-sam… ¡Byakuya!—Corrigió sonriendo nerviosamente.

    Un brillo de gracia se rebeló en la mirada celeste en similitud al hielo, pero tan cálido como el sol mismo, y lo comprendió. Sonrió para sus adentros.

    —Entendido, Rin; Pero no pensará que la dejaré aquí.
    Declaró con un dejo cómico que era más como una orden que una propuesta; es que la chiquilla comenzaba a caminar impasible y a paso decidido por aquel peatonal, agitando la mano en son de despedida.
    Sin previo se vio siendo jalada sin querer por el pelinegro, que la tomaba con cierta premura la mano izquierda y la guiaba hasta su auto. Rin lo miro con un signo de interrogación en el rostro, Él la miro de soslayo y volvió a negar.
    Evidentemente no lo había escuchado.

    —Qué chiquilla tan distraída…—Masculló entre dientes Byakuya.
    —Ah? ¿Qué dijo Byakuya-sama?
    —“Y otra vez el bendito ‘sama’ ”—Pensó algo hastiado.
    —Sólo Byakuya por favor; El ‘sama’ nunca ha sido de mi agrado, Rin. —Le recalcó parando en seco frente al auto.

    Su mirada se entornó hacia ella, esta vez algo dura y seria. Rin le miro confundida.

    —“Qué hombre tan inverosímil…”—pensó, en tanto esperaba a que dijese algo.
    —No es prudente que una señorita ande caminando por allí a tan altas horas de la noche. —Le reprochó paternalmente. Rin sintió un delicado agarre y se ruborizó. ¿No se había soltado de su mano? Byakuya la miro con un dejo de burla.
    —No es necesario, —Retiró su mano de la masculina con soltura y delicadeza. —que me cuide; soy mayor, ya no soy una niña. —Le sonrió.
    —Por lo menos déjeme ser un caballero Rin, permítame llevarla para sentirme tranquilo ¿sí?
    —“¿Tranquilo?”—Repitió para sus adentros la joven mujer.
    El hombre evadió su mutismo y replicó:
    —Últimamente eres todo un imán de problemas. —Sonrió encantadoramente al ver su cara de desconcierto.
    En respuesta, Rin le devolvió el mismo gesto.

    Qué obvia era, además de torpe. ¿Cómo lo supo? Bueno, a decir verdad sólo fue atacada sin motivos ni razones por unos asesinos sedientos de sangre, utilizada como carnada para tentar a Sesshomaru, casi violada…

    Ah! y el más reciente: tropezarse con unos perros con rabia que tuvo que salir como despavorida por obvias razones; todo, por no querer pagar pasaje, según ella: hay que ‘ahorrar’ y ‘hacer ejercicio es bueno para el corazón’ y despejar la mente de tanto estrés o simplemente de la realidad.

    ¿Era malo aquello? No realmente, pero en un caso tan peculiar como ella: Obvia terca y torpe, además de insensata ¿A quién se le ocurre en su sano juicio, caminar por los corredores peatonales de una ciudad casi desértica? Más bien fantasmal, que quién sabe de dónde alguien te ‘agarre’ y te hace daño o que en los peores de Los caso te matan.

    ¡Ja! Qué insensata e imprudente era.

    —“Quizás Sesshomaru saldría cual héroe como la última vez.”

    ¿Qué? ¿La volvería a rescatar cual damisela en peligro? Esas posibilidades eran muy nulas ahora en tal situación.

    —“Sesshomaru…”—Sonrió penosamente. —“¿Qué sería de Él?”

    Ella no debería preocuparse por Él, pues la ‘sacó’ de su vida, ¿No se suponía que no debería preocuparse, más que por sí misma? El burro hablando de orejas largas; sólo que esta vez de cuidados y preocupaciones.
    <Se tiró una risita baja de toque infantil>

    — ¿Qué te parece tan gracioso?—Preguntó con una ceja levantada encendiendo el automóvil.

    La chica parpadeó unos segundos y se acomodó el cinturón negando anonadada por su pequeño trance.
    El hombre la escrutaba de soslayo; Rin se avergonzó y balbuceó:
    —Oh! ¡Y-Yo, nada! ¡Sólo pensando tonterías!
    —Vaya tontería, tendría que ser una buena para hacerte reír así. —Bufó ahora con la mirada clavada en la vía.
    —Ejem! A la derecha, por favor. —Evadió, con la cara a un lado oprimiendo su vergüenza.
    —Que no te de pena, estamos entre conocidos. —Le habló cómico Byakuya, con un dejo socarrón y burlesco.

    Pobre Rin, parece que ese era un mal día para dar a conocer toda su torpeza. ¡Era demasiado obvia!
    Cada gesto era demasiado perceptible, eso la dejaba desubicada y en vergüenza; por un momento tuvo envidia de Sesshomaru.
    Es que el hombre era un témpano de hielo; tanto, que llegó a pensar una vez que el individuo fue creado exclusivamente con el propósito de ser una ‘máquina’ inteligente, sumamente calculadora e indiferente para con los sentimientos y emociones de los demás.
    En pocas palabras: El perfecto asesino despiadado y de sangre fría, sin remordimientos ni compasión, además para colmo de males endemoniadamente atractivo; que aún, si no tuviese armas, mataría con una sola mirada, y si no fuese suficiente <cosa que ella dudaba>, lo haría con monosílabos fríos e intimidatorios.

    — ¿Rin?
    —“Fríos e indiferentes…”
    — ¿Rin?
    —“Como le hería sus palabras, más que los golpes físicos: su indiferencia…”
    — ¡Rin!
    —Eh?
    Estaba tan metida en sus cavilaciones, que ni siquiera se dio cuenta que el auto yacía a un lado del corredor varado.
    — ¿Ya? ¡Ah! ¡Sí!, ¡Sí es aquí! ¡Gracias Byakuya-sama!
    —Mal de amores ¿cierto? —la acusó con una sonrisa socarrona en los labios; Rin dio un respingo mal contenido por la pregunta capciosa.
    — ¡¿De qué habla?! No, no, claro que…no. Es sólo que recordé una novela que tiene un final muy triste.
    De la cartera para nada pequeña que siempre traía consigo, sacó un libro negro con una hermosa impresión de una rosa blanca con unos vidrios rotos en su regazo; determinándolo bien, la rosa se veía algo impregnada en sangre; como, si estuviese sangrando.
    —Vaya, se ve…interesante—fue lo único que pudo acatar a decir al ver semejante libro.
    — ¡Y lo es! —sonrió tenuemente y aprovechando el trance dl hombre se bajó del auto, éste seguía en su mutismo.
    — ¡Hasta mañana Byakuya-sama! ¡Y muchas gracias de nuevo! —El hombre reaccionó con la vocecilla de la mujer algo infantil y antes de reclamarle por el título “sama” ya se encontraba a una distancia bastante considerable para que no lo escuchara.
    —Eres un caso…—miró su larga cabellera desaparecer por completo en la espesura de la noche hasta un departamento—Rin…

    ********************************************************

    El tiempo sana las heridas, ya sean físicas o las del alma
    Y
    En este caso no es la excepción
    ¿No puedes comprender Mi amado asesino?
    Es posible que no puedas o no quieras…
    Tus ojos están vedados…

    Continuará…

    **********************
    N/A:
    Ejem… ¿Qué les pareció?, bueno debí pasarme por acá el fin de semana pasado pero, le faltaba un parrafito.
    Este capítulo se dividirá en dos partes, pues está un poco largo para trascribir en la Lap’ xD
    Se les agradece la lectura, gracias por aún pasarse por aquí, nos vemos el próximo sábado (sie…sábado los domingos tengo que ir a la Uni. °-°)
    Espero no haberlos enredado, suelo ser un poco confusa; los próximos capítulos a partir del siguiente se volveras algo sádicos, más que todo sobrenaturales…
    Bueno, allí lo dejo…
    Basta de palabras, nos vemos en la próxima hasta entonces se despide su servidora: Claymore B.47 xD!!
     
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  2.  
    Viki

    Viki Guest

    Emn...
    :p!
    Cada cierto tiempo loka! :D
    Yo con la U y tu con el trabajo que te consume! :eek:
    aqui estoi y tu no.
    Lo de Byakuya (lo tube que pegar no se como se escribe :P) me dio risa, pobre chiquilla tan preocupada que estaba que no dejaba de decirle sana, no “sama” que es la cosa jajaja
    tan distraída como alguien por aquí :rolleyes:
    (L) no he dicho nda, de nda ;)
    y lo del viejo con el pai, jajaja yo creo que salió con quemaduras de tercer grado casi lo matas! :p
    y el asesino ese...¿Cuando será que le deje con lo mismo? ya parece un disco rayado con su venganza, oye! que mate al tipo/ tipa quiem sea y ya..ah verdad, no se sabe aun quien los mato :rolleyes:
    como tambien que por lo menos le de un besito a la chica ¡Oye nopuedes ser tan dura! no sabía muy bn de tus gustos agustiosos :p dale un treguecita por lo menos hey! :D
    Bueno ya escribí mucho tengo límites y estos son unos...no me gusta escribir :mad:
    jajajaja ya me voyyyy salu2
    atte: viki*
     
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  3.  
    pinkprincess

    pinkprincess Entusiasta

    Sagitario
    Miembro desde:
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    135
    Pluma de
    Escritora
    Cariiii!!!!! :D Por fin podré comentarte en este capi ^^ Hace que me lo lei, pero como ya te dije, la pagina va... bueno, mejor dicho.. no va! xD

    No me acuerdo muy bien del capi, solo recuerdo que... me encantó, como siempre :) Aunque si me acuerdo de una escenita que me mató de risa! xD La del spray pimienta al jefe! xD Entiendo que esté preocupada por su reciente conversión en imán de problemas... pero de ahí a rociar al jefe con spray pimienta! xD Y la pobre a demás casi se queda sin trabajo! xD Aunque eso solo se lo imagino ella :) Por cierto... también recuerdo un indice de elevado interés del jefecito por Rin... ¬¬ Que te vigilo! ¬¬ A ver lo que haces...

    Bueno, siento que sea taaan corto :( Prometo que en el siguiente te dejaré un trocito de Biblia para ti solita ;D Así que no te desesperes ^^ Nos vemos! :)
     
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  4.  
    RomAnce

    RomAnce Soleanimetrix

    Leo
    Miembro desde:
    12 Septiembre 2010
    Mensajes:
    215
    Pluma de
    Escritora
    ArrrGGhhh!! >//<
    Que me ginden del pezcueso! :eek: (?)
    Sorry! se me ha escapado publicar, no es que no he querido, es sólo que no he tenido tiempo además de las dificultades técnicas que se me han presentado...
    Bueno!
    *Viki: es un placer poder aún verte por acá, ya que ha estado un poco inactiva al igual que tú ¬¬ a diferenci a de publicarr...
    Bueno, lo del mode romance ya le falta poco un capítulo nada más y yap °-°
    Gracias, gracias por dejar tu comentario!
    *Pinkprincess: Bueno! pior es nada querida! x) LOOl! lo cortico de tu review es más que gratificante, y es mas´que un nada no crees? ;) gracias por aún seguir conmigo en serio! para la próxima prometo no escribir tanto y ser un poco más programada en cuanto a las publicaciones!
    Bueno! esto es todo por el momento! será hasta el siguiente fin de semana!
    se les quiere a todos! Bay!
     

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