De Julietas y mayúsculas.

OMG, este es el regalo navidoso para Selenezca AmorA *-* No creo que te guste, en realidad, ni sé porque escribí esto xD Pero es una porquería con mucho amoooor *---------------------*

Aquí va:

De Julietas y mayúsculas.​

¾Me marea ¾se quejó Julieta mientras escuchaba los ensordeceros ruidos de los platos al chocar, liberando mayúsculas por doquier.

El pollito amarillo al frente de ella se corrió un poco la corbata alrededor de su cuello, mientras se quitaba unos pelos amarillos de su frente. Julietita sintió un poco de pena por el pollo, esa corbata de veía molesta.

¾Entonces… ¿demasiado puta para su gusto?
¾Demasiado para mi salud mental ¾corrigió mientras se colocaba las manos en los oídos.

Lo peor, era que su musa bicha seguía tocando y tocando, liberando mayúsculas docenarias. Julieta Julietita se fue para atrás y cayó el suelo, mientras los pollitos amarillitos alrededor de su silla le daban una vuelta, en fila, como una marcha militar amarillenta.

De pronto el aire comenzó a hacerse muy espeso y casi podía saborearlo, tenía un sabor dulce, casi empalagoso, como los elefantes rosados que parecían saltar en su visión. Todo estaba más calmo hasta que las mayúsculas salieron en fila, danzando alrededor de su cerebro cerebros; parecían bailar, la danza del sol. Ugh, cada vez hacía más calor y el aire se volvió húmedo, las mayúsculas sonreían mientras la pobre Julietita sentía cada vez más como se freía.

¾Che, che, deja de tocar ¾se quejó de nuevo mientras los pollitos la alzaban y la sentaban de nuevo.
¾ ¿Está bien señorita Julietosa? ¾preguntó el pollo regordete.
¾ ¿Vos que crees? ¾respondió sarcásticamente.
¾Bien, ya tengo la solución a su problema putoso.
¾ ¿Cuál es?
¾Cambiar de musa ¾y sonrió, mientras otros cabellos caían de su cabeza, Julieta creía que el pollo estaba quedando calvo.
¾ ¿Donde firmo? ¾respondió inmediatamente mientras sentía como el mareo pasaba.
¾Oh, lo siento señorita Julieta, pero me acaban de informar que la garantía de musas no existe ¾informó mientras la hilera de pollitos en su oreja se caía como fichas de domino.

La musa sonrió y tocó más fuerte, mientras las mayúsculas volvieron verdosa a la pobre Julietita. El pollito bajó y quedó en la pura corbata, mientras se retiraba, dejando a la pobre Julietosa con un buen dolor de musa.

Y colorín colorado, este cuento se ha puteado.​

Carita feliz.​

:::::::::::
Lo sé, lo sé, no es digno de ti ToT