One-shot de Pokémon - Dawn

Dawn

Bueno mi historia esta vez se llamara Dawn en honor a nuestra última protagonista es una historia triste narrada por Ash:


DAWN:

CAPITULO 1:

Habían pasado 6 años ya desde mi último viaje, y, ya en mi casa, todos celebrábamos mi cumpleaños número 19, todos mis amigos estaban ahí: May, Max, Misty…….

Nos la pasamos súper en la fiesta, y luego, los chicos empezaron a irse.
Al terminar ya la fiesta, y estando solo en mi cuarto, tocó mi madre a la puerta y la dejé pasar.
Delia: Ash, te ha llegado esto.
Ash: ¿en serio? ¿Quién lo envía?
Delia: no lo se, no lo dice.
Ash: no te preocupes. En cuanto abrí el regalo, quedé maravillado al ver lo que había en él: ¡``un hermoso listón de oro``!
Debajo había una nota que decía:
``querido Ash:
Solo te escribo porque quiero que sepas que aunque no pude estar contigo en tu fiesta, siempre estaré contigo en tu corazón, y solo la muerte cortará el lazo que nos une.

DAWN.

No pude evitar el querer verla, así que fui a su casa al día siguiente, y nos pasamos toda la tarde juntos, de hecho, parecía como si nunca nos hubiésemos separado.
Esa noche luego de que llegamos del cine le di la despedida prometiéndole que volvería por ella esa noche, lo que yo no sabia, es que esa seria la ultima vez que la vería.

Capitulo 2:
Luego de dejar a Dawn en su casa, fui entonces a mi apartamento, allá me esperaban dos hombres de aspecto serio, corpulentos y con cara de tristeza.
Parados en la entrada ellos me explicaron que había un laboratorio de cosméticos el cual segregaba un gas que estaba enfermando y matando a humanos y pokemòn por la zona de la casa de Dawn, entonces me pidieron ayuda.
No pude negarme ante su petición pues no podía dejar que esas personas y pokemòn se murieran así que a la mañana siguiente partimos.
Vencíamos ya la mitad de la subida de la puerta cuando se ocultaba el sol. En los momentos en que mi ponyta tomaba un respiro, contemplé el paisaje, solo Dios y yo podremos expresarla grandeza de ese magnifico paraíso, me era incluso imposible el creer que allí se estuviera propagando una gas tan mortal.

Capitulo3:
Llame a Dawn para explicarle lo que pasaba pero ella no estaba en su casa. Cuando los señores me llevaron donde estaba el problema, no era hacer el mal el interés del dueño de la fabrica, y aunque dejaron de emitir ese gas aun me preocupaban los que ya estaban infectados
Pedimos permiso al alcalde para evacuar a los pokemòn infectados, y luego los llevamos al laboratorio el trabajo fue arduo pero satisfactorio.
Al día siguiente, sobre las 4 de la tarde, llegué a lo alto de una montaña, y observé hacia lo lejos de la colina de ese pueblo: estaba en hojas gemelas.
Mi corazón palpitaba aceleradamente como si presintiese que pronto iba a reclinarse sobre él la cabeza de Dawn, y mis oídos ansiaban recoger en el viento alguna voz perdida de ella.
Justo entonces llego Gary a traerme mi ponyta, y con cara de tristeza me dijo que Dawn estaba enferma a causa de ese gas.
Bajé entonces y me quedé maravillado ante tanta belleza de esa espléndida naturaleza.
``Quien creó esto -me dije- no puede destruir todavía a la más bella de las creaciones, lo ue el mismo ha querido que yo ame por encima de mi propia vida``
Y sofocaban en mi pecho los sollozos que querían ahogarme.

Capitulo 4:
Hube de reunir todo lo que de valor tenia para llamar a la puerta. El ama de llaves abrió. Entonces, recorrí el oscuro corredor.
Pocos pasos me había adelantado, cuando me sentí abrazado.
Dawn!, mi Dawn! –Exclamé- estrechando contra mi corazón aquella cabecita entregada a mis caricias.
No! No Dios! –dijo llorando-
Y despegándose de mi cuello, cayo sobre el sofá de la sala.
¡Era May! Vestida de negro, y la luna acababa de bañar su rostro lleno de lágrimas.
¿Dónde esta, pues? –grité-.
Hijo de mi alma dijo su madre Joanna, ¡en el cielo!
Algo como la fina hoja de un puñal acababa de clavarse en mi alma, faltó la luz a mis ojos y el aire a mi pecho.
¿Cómo pasó?- Pregunté a May-
May: Dawn y yo bajamos al lago, y luego de un rato sentí que ya era hora de regresar.
Estemos aquí un rato-me pidió Dawn- acercándose a las flores.
Dawn: dile a Ash que nunca dejo de florecer. Ahora sí, vámonos.
May: volvió a detenerse a la orilla de un arrollo, y, mirándome, apoyó su frente en mi pecho diciendo:
Dawn: ¡no quiero morirme sin volver a verlo aquí!
May: Dawn –le dije- ¿no te hará mal el aire de esta noche?
Dawn: ya nada puede hacerme mal….
May: ¿de què hablas?
Dawn: es que nadie sabe que voy a morirme –me respondió- abrazándome y llorando sobre mi hombro.
May: tú no te vas a morir.
Dawn: si, May voy a morir sin verlo de nuevo, nunca los síntomas fueron como lo que ahora siento, pero no estés triste. Dios ha dispuesto librar a Ash del dolor de verme como estoy, del trance de verme expirar. Estréchale por mi en tus brazos, dile que he luchado en vano por no abandonarlo, que me asusta mas la soledad que la muerte misma.
May: Dawn dejó de habla, luego, se fue a su cuarto, y en la mañana ya se había ido.
Capitulo 5:

Por la tarde, pase por el cementerio donde estaba la tumba de Dawn.
A la entrada, me detuve para contemplar una vez más aquellos recuerdos queridos. De las horas de felicidad que pasamos juntos. Solo podía quedarme con los recuerdos, y de Dawn: los dones que me dejo al borde de su tumba.
Atravesé por en medio de unos árboles y vi un pedestal blanco sobre el cual se alzaba una cruz blanca, en ella empecé a leer: Dawn…
¡Fue el terrible monólogo del alma ante la muerte, del corazón que la interroga, que le suplica, que le llora!
¡Que elocuente respuesta era la de aquella tumba, fría, muda y sorda, que mis brazos abrazaban y que mis lágrimas bañaban!
Me pare luego de dar a Dawn y a su sepulcro el ultimo adiós y…….
Partí luego, en busca de un sendero solitario, donde haría a las estrellas confidentes de aquel amor imperecedero, de aquel amor que solo se extinguiría conmigo y cuyo recuerdo ellas seguirán alumbrando en la eternidad.
Fin.