de Inuyasha - Damned [InuYasha X Kagome]

Re: Damned [InuYasha X Kagome]

Hi!!!
Wooo cuanta gente ya a posteado xD, bueno yo vengo a explicar una cosilla
que Belahome no entendio (realmente deberia haberlo explicado mejor fallo mio)
vamos a ver cuando Inuyasha "murio" quedo encerrado dentro del libro y entonces una niña encontro el libro
la niña al escribir en el hizo que inuyasha pudiese enterarse de los detalles mas escabrosos de
la "tragedia".
Por cierto no le deis mucha importancia a ciertas frases del fic ^^ por que no todo es lo que parece.
Y la version oficial de la tragedia de Inuyasha y Kikyo es que ella murio desangrada y el por congelacion basicamente,
eso si no dire si fue verdad o mentira puede ser que solo fuera como digo la version oficial y esta muchas veces no tiene
nada que ver con la realidad.
bueno si les surgen mas dudas o no entendieron algo digamme ^^ ok? bss!!

 

Hi!!!
Bueno aqui traigo el gran final, aun quedara el epilogo claro esta asi que hay algunas cosas por aclarar pero son tonterias, bueno mas o menos, quiero advertirles que soy muy mala haciendo finales (en el instituto cuando hay que hacer cuentos siempre me pasa igual pierdo por el final T-T) asi que no me maten demasiado, espero que me digan que les a parecido ^^ y ya ire poniendo agradecimientos en otro post cuando posteen, beuno espero que les guste (lo dudo) y muchas gracias por haber leido Damned!!


las letras subrayadas son los pensamientos mas importantes de Kagome.


Capitulo 15:


La anciana Kaede, me dio tres días para poder pensármelo mejor, por si me arrepentía pero yo ya había tomado una decisión, no pensaba abandonar a Inuyasha, le amaba demasiado.
No me rendiría.

-Kagome vuelves a estar en las nubes.

Miré a Inuyasha sonriendo, intentando no levantar sospechas, había decidido que cualquier cosa que yo decidiera hacer seria en secreto, nadie de mi entorno se enteraría y menos el.
No pensaba perderle.

-Si, lo siento, es que aún estoy un poco…
-Deja de pensar en ello-me dijo como leyéndome la mente-
-Si.

Sonreí de la forma más convincente que pude, pero llevaba días mintiéndole, esa misma tarde me iría a casa de la señora Kaede, y allí contactaría con el alma de Kikyo. Nunca me gustaron los fantasmas la verdad pero podía sacrificarme por el, después de todo ¿qué me propia hacer un fantasma?, además eso no era nada con tal de obtener respuestas.
Quería salvarle.

-Inuyasha, puedo hacerte una pregunta.
-Claro.
-¿Tu alguna vez has amado?

El silencio se produjo entre los dos, hubiera podido jurar que el dejo de respirar y que me miro asustado, pero eso solo por un segundo, cuando parpadee le vi tranquilo y sereno, como siempre.

-No.

Su respuesta tajante hizo que se me helase la sangre, le había preguntado si el había amado, pero esa pregunta también tenia otra encadenada, es decir que si el sabia que es amar, su respuesta quería decir que no me amaba…que solo le gustaba de forma carnal, entonces estaba apunto de sacrificarme si hacia falta por un hombre que no me amaba, pero después de todo no me sentí demasiado disgustada, por que amar es darlo todo por le ser amado y no ser egoísta, desearle lo mejor, y ayudarle sin esperar nada a cambio, no le pensaba abandonar por mucho que me doliera que no me amase.

-Ah…-le dije a modo de respuesta intentando que no se notara mi decepción y el dolor de mi corazón –
-¿Te ocurre algo?
-No nada…
-No me mientas.
-Déjame Inuyasha no me ocurre nada-salí de casa sin mirar ni siquiera la hora, por un momento pensé que si seguía cerca de el cambiaria de opinión y me volvería egoísta, pero eso lo decía mi mente y yo solo le hacia caso a mi corazón.

Fui lo más despacio posible, no quería llegar tan pronto, había quedado en ir sobre las seis y no eran ni las cinco y media y ya estaba frente a la casa, lo mejor sería quedarme fuera la media hora que quedaba.

-¿Kagome?
-Eh…-levante la mirada que había estado fijada en el suelo durante mi razonamiento sobre la educación y sobre la puntualidad-
-¿Qué haces qui fuera?
-Señora Kaede…esto yo, es que-no sabia como explicarle-
-Da igual entra ya hija, no pensé que llegaras tan…pronto-me dijo amablemente-
-Lo siento-le dije algo roja por la vergüenza-
-No pasa nada Kagome, no hay ningún problema.

Sonreí a modo de agradecimiento y la seguí mientras entrábamos en la casa, me condujo hasta una habitación y me dijo que esperara un momento que iba a por algo de té antes de empezar con el plan.
El plan, el maldito plan, nunca mejor dicho, estaba asustada, muy asustada, no sabía como iba a ser mi encuentro con Kikyo pero agradable seguro que no, eso lo presentía.

-Ya estoy aquí.

Me sobresalte al oír a la anciana, pero sonreí intentando parecer tranquila, cosa que no resulto.

-Querida se que estas muy asustada, pero que Inuyasha no se de cuenta no significa que yo sea igual de tonta y torpe que el.
-Yo…la verdad no se ni que pensar ni que hacer.
-¿No vas a hablar con Kikyo?
-Eso si lo voy a hacer, pero me refiero a que no se que hacer con Inuyasha.
-¿Le amas cierto?

No dije nada pero sin darme cuenta dejé que cayeran algunas lágrimas de mis ojos, ¿cuándo me había puesto a llorar?

-Yo…si le amo con toda mi alma, quizás demasiado.
-El amor consigue que cometamos locuras.
-Lo se, yo estoy apunto de cometer una, y quizás la peor de todas pero ya se sabe que el amor es para los tontos.
-Si solos los tontos se enamoran.
-Soy idiota…-susurré secándome las lágrimas-pero no tengo remedio.
-Puedes pensar que eres idiota, pero también valiente, hay que serlo para hacer lo que tu estas apunto de hacer.

Sonreí tristemente, ¿valiente yo?, no lo era, quería salvar a Inuyasha por que le amaba pero también por que no quería quedarme sola, egoísta, soy una egoísta.

-¿Estas preparada?

Asentí con la cabeza y vi como ella me daba una taza del té que había traído, el cual yo aún no había probado y sacaba de un cajón un papel algo arrugado y amarillento.

-¿Eso que es?
-¿Esto? Un simple papel –me dijo sonriendo- anda bébete el té antes de empezar te sentará bien.

Asentí con la cabeza y me bebí el té ya algo frío de un trago, pero cuando lo sentí caer por la garganta pensé que me había equivocado ese té era como fuego, además de que tenia un sabor francamente asqueroso, mire a Kaede y entonces lo entendí no era solo té lo que me había dado, pero cuando me propuse preguntarle me fue imposible, caí dormida en el sofá, lo ultimo que vi antes de cerrar los ojos fue a Kaede leer algo que no pude entender.


Abrí los ojos lentamente, no estaba tumbada en el sofá donde se suponía que había caído dormida, estaba en un prado, un prado que se me hacia familiar, me levante torpemente aun algo desorientada, mire a mi alrededor, las flores los olores, el lugar en si se me hacia muy familiar.

-¿Dónde estoy?-susurré al viento como esperando que el me diese la respuesta-
-Estas en el lugar de paso entre la vida y la muerte.

Me sobresalté al escuchar que alguien me respondía, creí que estaba sola, me gire lentamente y miré a la mujer que estaba ante mi, era ella.
Inconfundible.
Con el cabello largo negro suelto dejando que el viento lo meciera, sentada en la hierba mirándome con esos ojos tan fríos que poseía, rodeados de unas espesas pestañas, la tez era muy blanquecina quizás mas que la mía, llevaba un traje blanco que se ajustaba bajo el pecho y luego caía alrededor de ella, entre sus manos tenia varias flores, dándole un toque de inocencia, pero yo sabia que ella no era inocente, algo me lo decía, tal vez fue su gesto al levantarse, o sus ojos al inspeccionarme lo que me hizo dar a entender de que yo no le gustaba.
Por un segundo tuve miedo.

-Tú eres…
-Kikyo Takasima, vaya parece que te he dejado sin habla verdad Kagome Higurashi, y eso que se suponía que sabías que ibas a verme.
-Yo, no sabia que seria así, un momento me has dicho que estoy en un lugar de paso entre la vida y la muerte eso quiere decir que estoy…
-¿Medio muerta? No querida –me dijo soltando lo de querida con asco- estas viva pero digamos que si permaneces mucho aquí acabaras muerta. Yo estoy aquí por tu culpa, se supone que me has llamado, ¿qué quieres?
-Quiero salvarle.
-¿Y piensas qué yo te ayudare?
-No pero deseo respuestas.
-Y yo deseo que el sufra.
-¿Por qué?

La miré desafiante no pensaba dejarme intimidar por esa mujer, la intimidaría yo si haría falta.

-Porque fue un maldito cabrón que me engaño no con una sino con todas las muchachas del pueblo, y encima cuando yo pensaba perdonárselo todo olvidando cada rumor que había escuchado y cada cosa que había presenciado, me vuelve a engañar el día antes de mi boda, cuando fui a buscarle me lo encontré tan feliz con dos muchachas que mira por donde eran mis criadas, pero al parecer también le servían a el de otros modos.

Me quedé callada y analicé las palabras lo más tranquila que pude, realmente Inuyasha había sido un verdadero idiota, por un lado el se merecía lo que le estaba pasando, pero por otro no le podía abandonar, el había cambiado.

-Y ahora que te he dicho todo esto, vete. No pienso ayudarte, el seguirá sufriendo, siendo utilizado.
-¿Utilizado?
-¿Acaso no lo has entendido Higurashi? Yo le maldije con un simple objetivo, que sufriera que se sintiese utilizado, de la misma forma que me sentí yo, por que el me utilizo me uso como si no fuese mas que una muñeca sin alma, se revolcó con medio sector femenino del pueblo y encima cuando le pille aquella noche…ni una disculpa simplemente se río y me dijo un ¿Qué esperabas, que solo me acostara contigo?

La miré horrorizada, estaba temblando, sentí mis manos temblar, era como si estuviera viviendo lo que ella paso, como si pudiese sentir su odio y su rencor.

-Inuyasha no será feliz, no hasta que yo lo sea, y nunca podré serlo-me dijo con la voz cargada de odio-
-Siento mucho lo que te ocurrió con el pero Inuyasha a cambiado ahora es…
-¿Qué a cambiado dices? ¿Acaso el te ha dado algún indicio que te quiera de otra forma que no sea en su cama? ¿Alguna vez te a dicho un te amo?


No respondí ninguna de sus preguntas, ella tenia razón, el no amaba solo jugaba.

-Y bien Kagome Higurashi ¿después de todo esto pretendes seguir ayudándole?
-Si.

Me miró sorprendida, no había pensado y mucho menos dudado de mi respuesta, había sido automática, no tenia nada de que arrepentirme.

-¿Por qué?
-Porque aunque el no me ame y solo juegue conmigo, yo le amo demasiado para no ayudarle, Daria mi propia vida por el si hiciese falta, con tal de que el estuviese bien.

Vi como ella suspiraba como si estuviese cansada de la conversación y de todo lo que conllevaba esta.

-Intente asustarte hace unos meses pero veo que no resulto ¿cierto?
-¿Cómo?
-Cuando llegaste a este pueblo hace unos meses tuviste un sueño.

Me quede callada intentando recordarlo, era cierto, aquel sueño…

Flash back

-Si ese es Sota, nuestro nuevo hogar-le dijo mi padre a mi hermano mientras en mi mente resonaba una frase que no iba a salir de mis labios… ¿Por cuanto tiempo será nuestro hogar?...me recosté mejor y cerré los ojos aun faltaba una hora para llegar y con tantos pensamientos pesimistas me dolía la cabeza…lo ultimo que recordé antes de dormirme fue el letrero de la carretera en el que ponía Azawuchi a 84 kilómetros…

¿Donde estoy?…es lo que me preguntaba mientras miraba a mi alrededor estaba en un prado con muchas flores sentada en el suelo con un vestido demasiado bonito para que yo lo llevara, mi cabello negro estaba adornado con algunos pétalos y el vestido verde contrastaba muy bien con mi pálida piel, me levante del suelo y mire a mi alrededor, no había nadie…ni se oían a los pájaros cantar…estaba sola…de pronto mire el cielo este se estaba oscureciendo, todo se volvió negro solo alcance a ver unos ojos dorados…

-¡¡Hermana!!-fue el grito que me saco de mi sueño, estaba empapada de sudor y sota me miraba algo preocupado-


Fin flash back.

-Ya se de que me suena este lugar es el mismo que el de aquella vez.
-Así es, intente asustarte pero no pude, despertases demasiado rápido, si no seguramente en este momento no tendríamos esta conversación Higurashi. De todas las mujeres que han tenido el libro de Inuyasha tu has sido la que mas dolores de cabeza me a causado, la que mas a confiado en el, y la única que no le a utilizado.
-¿Utilizado?
-Podrías haber usado la voz de mandato para que te dijera todo lo que tu quieres saber, pero en cambio no lo hiciste, la maldición Kagome la hice con un solo objetivo, que se sintiese como me sentí yo, hasta que llegara el momento que aprendiese a amar.
-Kikyo si alguna vez le has amado, si por un momento le has querido con todo tu corazón, por favor ayúdame a salvarle, te lo suplico.

La miré con los ojos llenos de lagrimas, suplicando por que ella entrase en razón, me dolía el pecho, no sabia cuanto tiempo llevaba en esa frontera entre dos mundos, pero estaba segura de que me quedaba poco tiempo si quería salir viva de allí.

-Esta bien, simplemente pídele lo que tu corazón más desee algo con lo que sientas que serias feliz, la persona más feliz del mundo.

Cerré los ojos para meditar sus palabras, algo con lo que fuera la persona mas feliz del mundo, solo había una cosa que me haría feliz, solo una.

-Parece que lo sabes ¿no?
-Si, lo se, ya se cual es mi mayor deseo, aquel que me haría feliz, el único.
-Muy bien pues debes pedírselo pero sin la voz de mandato
-Eso quiere decir que no he de decir su nombre seguido de la orden ¿cierto?
-Así es.

La sonreí, sentía que todo iba a salir bien, que por fin el seria libre.

-¿Puedo hacerte una ultima pregunta Kikyo?
-Si pero rápido estoy cansada de hablar-me dijo con un tono gélido-
-¿Por qué un libro?

Ella me entendió sin necesitar hacerle la pregunta completa, que habría sido ¿Por qué le encerrases dentro de un libro y no en otro lugar?

-Por que fue lo primero que se me ocurrió y lo único que tenia a mano.
-¿A mano?
-Era mi diario. Inuyasha ha tenido que convivir con mis más grandes inquietudes durante todo este tiempo, todos mis pensamientos plasmados en esas hojas no le habrán dejado en paz eso seguro.

Pensé por un segundo que Kikyo fue en vida cruel y que lo seguía siendo, pero no pensaba decírselo para hacerla enfadar, en ese momento lo único que quería era largarme de ese lugar para ir donde Inuyasha y decirle mi deseo.

-Gracias Kikyo Takasima, gracias de corazón.
-Vete antes de que me arrepienta.

La sonreí como despedida y no se como lo hice pero desaparecí.

-Ingenua…-susurró Kikyo- de verdad piensa que la estoy ayudando…-el hermoso prado comenzó a marchitarse, y el cielo se nublo- Inuyasha murió conmigo aquel día, lo único que queda de el es su espíritu, y no creo que dure mucho junto a ti Kagome Higurashi, no pienso quedarme sola en el infierno. En cuanto se lo digas el acaba aquí abajo junto conmigo, por que no conoces la maldición completa, el será libre cuando aprenda a amar, pero nunca lo dirá. No sabes lo peligrosas que son las palabras Te Amo.


Me desperté en casa de Kaede, tumbada en el sofá, me dolía el cuello y la cabeza me daba vueltas, pero ya sabia como salvarle, y no quería perder tiempo, me levanté de golpe y sonreí a la anciana Kaede, la cual me miro extrañada, pero antes de que pudiese decirme algo, había salido corriendo diciendo un simple adiós, sin mirar si me dejaba algo atrás, quería llegar a casa y hacerle saber mi deseo.

Entré en mi casa de la misma forma de la que salí de casa de Kaede asustando a mi familia, pero no hice caso simplemente cogí a Inuyasha del brazo y el sin entenderme se vio obligado a salir del salón donde había estado viendo una película con mis padres y se dejo llevar hasta mi cuarto.

-¿Kagome te pasa algo? Estas rara ¿qué mosca te pico?-me dijo mientras yo bloqueaba la puerta de mi cuarto poniendo la mesita de noche y varios libros y cajas-
-Inuyasha lo e descubierto se cual es mi mayor deseo-le dije feliz, el me miró impresionado como si no se lo esperase ni creyese.
-¿Y cuál es?

Me sonrojé notablemente, y comencé a balbucear cosas sin sentido mientras me sentaba en la cama y el cogía una silla y se sentaba en ella al revés, es decir con el torso pegado al respaldo de la silla, le miré de arriba abajo, recordando la primera vez que le vi, y el susto que me llevé, en ese momento creí que era una alucinación, pero ninguna alucinación tendría esos músculos, ni ese trasero…vale Inuyasha estaba buenísimo, peor no sabia que me había echo enamorarme de el, tal vez fuese que parecía que yo le importara, quizás también tuvieron que ver sus besos y sus abrazos, cada momento que ambos pasamos juntos.

-Yo…-sonrojada intentaba idear una forma de decírselo-
-Kagome no estarás pensando en cosas de mayores ¿verdad?

Me sonrojé aún más de lo que estaba y le mire mal, era un pervertido.

-No no te voy a dar ese gusto.
-Que pena-me dijo recorriéndome con la mirada- no pondría objeciones si me lo dieses.
-Inuyasha estoy intentando hablar de cosas serias.
-Lo siento –me dijo sonriéndome y volviendo a tener un semblante serio-¿Cuál es tu mayor deseo Kagome?
-Yo, quiero…que me digas que me amas aunque realmente no lo sientas, pero seria realmente feliz si me lo dijeses, para mi seria algo…increíble-sonrojada con los ojos llenos de lagrimas termine de hablar, estaba llorando porque sabía que el nunca diría las palabras con un sentimiento verdadero, pero tenia derecho a soñar ¿no?
Le mire valiéndome de las pocas fuerzas que tenia, sus ojos estaban opacos, parecía estar pensando, con miedo acerque mi mano a su mejilla y la rocé levemente, el fijo sus ojos en mi y me cogió de la muñeca haciendo que me acercara a el, consiguiendo robarme un beso.

-Inuy…-no podía hablar sus labios estaban sobre los míos, exigentes, avasalladores, haciendo que me estremeciera por cada vez que el rozaba su mano contra mi mejilla, besándome con desesperación, como si el mundo fuera a acabar en unos momentos, y eso fuera lo ultimo que hacía.
Se separó de mis labios, no sin antes darme algún que otro beso lleno de ¿Dolor? ¿Tristeza? no lo entendía.

-Kagome –me llamó-
-¿Si?
-Pienso decirte esas palabras por que las siento, nunca las diría sin sentimiento alguno, cuando te conocí pensé que en poco tiempo volvería al libro, y me encontraría solo de nuevo. Pero mientras pasaba el tiempo me di cuenta de que eras especial, intentabas ayudarme realmente, y cuando quise darme cuenta era muy tarde…
-¿Tarde?
-Si tarde, no podía evitarlo, me siento como un egoísta, entré en tu vida sin pedir permiso y estoy apunto de salir de ella casi sin decirte adiós.
-Lo dices como si…
-Shh –puso un dedo sobre mis labios haciendo así que me callara- sabes Kagome, no pienso ponerme romántico ni ninguna cosa así, los dos sabemos que no es mi estilo ni mi forma de ser, no se me da bien la verdad, soy un bruto y un idiota, así que no esperes nada romántico de mi parte.

Le sonreí, no quería que fuese romántico, no hacia falta, pues sabia de sobra que el no era así.

-Pero quiero decirte algo, después de haber estado tantos años encerrado en el libro obedeciendo ordenes de mujeres caprichosas que solo pensaban en ellas mismas, tu has sido la única que le a dado luz a mi asquerosa existencia, porque solo tengo que agradecerle una cosa a Kikyo y es que gracias a ella te he podido conocer.
-Inuyasha lo dices como si fueras a…
-Kagome Higurashi espero que te grabes estas palabras en tu mente por que nunca mas podré decírtelas, ¿me entiendes? Nunca más.

Le miré sin comprenderle que quería decir con todo eso, ni que el fuese a desaparecer, o tal vez era que cuando fuera libre se iría y me dejaría sola…
Por un momento pensé en obligarle a quedarse a mi lado.

-Inuyasha no entiendo por que me estas diciendo todo esto.
-Por que es parte de la maldición, no puedo amarte tanto como me gustaría Kagome, porque a pesar de todas las veces que nos hemos peleado y todo lo demás, me alegro de haberte conocido Kagome, porque realmente…

Le mire o era mi imaginación o Inuyasha estaba volviéndose cada vez mas pálido…

-Inu…Inuyasha
-Alégrate Kagome Higurashi eres la única mujer a la que he amado realmente, y eso te digo que es todo un honor.

Desapareció…

Ni siquiera pestañee, pero cuando levanté la mirada de mi regazo donde había estado posada hasta que el me dijo que me amaba, no le vi, había desaparecido, en el lugar donde había estado el estaba el libro, lo abrí esperando verlo en blanco salvo por mis anotaciones, esperando que el me habría tomado el pelo, pero el libro estaba escrito, y conteniendo las lágrimas leí la ultima pagina.

- Te amo…-leí y los ojos se me llenaron de lagrimas, Kikyo dijo que había sido su diario, pero si eso era cierto por que diablos ponía Inuyasha Taisho como firma y bajo esta estaba la fecha actual-no…Inuyasha no…

Comencé a leer algunos párrafos salteados, juraría que el libro era algo mas gordo que antes, mis lagrimas mojaban las paginas, la tinta se corría, es como si estuviera recién escrito, en las páginas estaban escritos cada uno de los momentos que pase con Inuyasha, pero… también estaban cada uno de los pensamientos de el, seguí llorando al leer que el se había enamorado de mi mucho antes de que yo me diese cuenta de que le amaba, mis ojos se encontraron con un párrafo que hablaba sobre un día que le pregunté por la maldición, mi sangre se quedo congelada de golpe.

-Como podría decirle que nunca la diré que la amo y ella no puede decírmelo a mi, ojala hubiera podido yo matar a Kikyo con mis propias manos, esa maldita perra que me quito desde mi libertad hasta cualquier sentimiento de felicidad-terminé de leer el pequeño párrafo con las lagrimas cayéndome por las mejillas, sabia lo que todo esto significaba, Inuyasha había estado muerto desde el principio, pero yo le acaba de perder para siempre.

FIN​

No me peguen :D bss!!Posteen!! repu si kieren :silbar: