Dama Blanca, los guardianes y los 10 Caballeros

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Estrella Solitaria, 31 Enero 2011.

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    Dama Blanca, los guardianes y los 10 Caballeros
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    54
     
    Palabras:
    1103
    Hola esta es mi primera historia, espero que sea de su agrado

    Ficha:
    Título: Dama Blanca, los guardianes y los diez Caballeros
    Tipo: Long fic
    Advertencias: escenas violentas a veces, pero no sangrientas.
    Género: Misterio- aventura -romance
    N° de palabras: se ira dando a conocer al final de cada capitulo

    1° Capítulo: Renace

    Cuenta la historia que de nuestra región se formaría un grupo de hombres y mujeres que nos defenderían de la amenaza que sólo ahora aparece como fantasma, pero que en poco tiempo se transformaría en un caos. Por ahora sólo transcurre normalmente mi vida.
    De esta historia se ha dicho mucho; esos hombres y mujeres nos protegerían desde el norte al sur, de este a oeste nos ayudarían, unos dicen que fue o será una treta del gobierno para calmar a la gente, que sólo es una leyenda dicen otros o que es mentira, pero yo les diré lo que ha sucedido en estos últimos años en la región de Tándares, del soberano Tekur el temido.
    Yo tengo 17 años y me llamo Marithza Sueljet.

    —¡Muchacha!— me grita Leonor ¡deja de pensar y ven aquí! --ella siempre me grita y yo solo le contesto tranquilamente —¡Sí ya voy! --tomó apresuradamente una cubeta con agua y me dirijo a la casa en la cual trabajo, soy huérfana desde siempre, me crié con una familia muy amable que me acogió y al cumplir trece años me tuve que marchar, ya que no había suficiente comida para todos. Tengo pocas amigas, conozco sólo el trabajo, soy solamente una campesina.


    —¡Limpia bien o si no te echaran a la calle, recuerda que eso de mi depende! -- me grita ella, aunque en eso tiene razón, es engreída sólo por ser la jefa de las sirvientas, pero si me voy no sabría qué hacer, a donde ir, ni a quién acudir y continúa gritándome:


    —¡Deja de estar en las nubes! —como si yo sólo fuera un estorbo, que únicamente sirvo para barrer, asear y limpiar. En esta casa siempre hay trabajo, esta casa demanda mucho esfuerzo, es casa de aristocracia que acomodada no siente la desazón del pueblo, ni la desventura de esta juventud.
    Al continuar aseando veo a Tamara y Annia, ellas trabajan conmigo y tienen mi edad, son a las que más conozco --¡Tamara, Annia ayúdenle a Marithza a fregar el piso!, ¡Vamos rápido niñas! —ahora les grita a ellas Leonor como siempre, ellas acuden rápidamente porque tampoco pueden rechazar el trabajo y me ayudan, un día como este las conocí y le pusimos el apodo de Grotilda a Leonor por su fealdad y por su forma mandona de llamar.
    —Qué bueno que se marcho ya —nos dice Annia mirando hacia todas partes.
    —Sí al fin, estar a sus ordenes es un suplicio — dice Tamara.
    —Es mejor que nos marchemos, ya terminamos —dice Annia con las ansias de poder descansar.
    — ¡Marchémonos Marithza, antes de que vuelva Grotilda y nos encargue más trabajo y continué molestando! --dijo Tamara.
    —Bueno, vamos —les contesté. Ambas se reían y nos marchamos de allí.


    Han pasado unos días y la historia antigua parece estar más cerca. Los rumores han recorrido muchos pueblos y lugares de Tándares. La maldad se hace cada día más presente, aunque aquí en la parte céntrica aún no nos ha sobrevenido lo peor, pero otras regiones han sido sitiadas y asoladas por un escuadrón llamado Margón y sólo los llamados Guardianes pueden detenerlos. Rumorean que en el norte de esta región los Margones han tomado el poder y no pararán hasta tomar todas las regiones del Reino del Rey Gregorio. Tekur pidió nuestra región para gobernar y por ser yerno del rey se la concedió.


    —¡Escucharon, escucharon! —nos dijo de repente Tamara.
    —¡Qué sucede! —decía Annia un poco asombrada
    —¡Han traído a los heridos del ejercito del norte. La gente no habla de otra cosa —nos ilustraba Tamara.
    —Pobre de ellos, pero por lo menos ellos lograron regresar —con mucha tristeza y resignación decía Annia.
    —Y dicen que la próxima región es esta— decía asustada Tamara.
    Yo no lo podía creer — ¡No pueden destruir nuestra región! — les dije
    —Por lo que se ve eso es algo inevitable y la historia antigua, ya es una realidad —dijo Annia.
    —¡Vengan conmigo, en la plaza de allí podremos enterarnos de más sucesos! —nos pedía Tamara.
    Muy a nuestro pesar esa realidad casi la podíamos palpar. Luego de ver esto nosotras nos dirigimos hacia esa plaza y también reclutaban gente para conformar un nuevo ejército, aunque yo pensaba que eso de nada serviría de todas maneras queríamos ayudar, por eso Tamara y Annia querían unirse, no sé si se aceptaran mujeres. Leímos el anuncio, pero especificaban que sólo la gente experimentada podía contribuir dejando fuera niños, ancianos, mujeres, lo que nos decepcionó, en nuestro corazón queríamos ser parte de esa historia.
    —¡Ya se nos ocurrirá algo que podamos hacer! —les dije para animarlas, por ahora debemos volver.
    —¡Sí, será mejor que volvamos antes de que Grotilda nos encuentre! —dijo rápido Tamara. Al recordar esto comenzamos a correr, pero entre calles un carruaje no me dijo seguir mientras mis amigas se alejaban creyendo que yo venía detrás de ellas.

    N° palabras: 817.
     
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    Cada vez los rumores se paseaban por las calles de Tándares, hasta ha ocupado lugares prestigiosos en las mesas de aristócratas y campesinos o más bien sirvientes. Tamara y Annia se enteraron por unas amigas que eran sirvientas de esto, además se enteraron de un tal Blacke y de varios escuadrones, de futuras batallas, lo que ha vuelto las calles en un caos por días y noches. Los que han creído que nuestra región sería exterminada se han ido a tierras lejanas, pero de esto será muy difícil escapar, en donde estén los atrapará.
    Los guardianes eran y son un misterio, se habla que ellos han librado muchas batallas y que aparecen sólo cuando la situación es urgente, se dice que estos dos escuadrones han tenido batallas siempre y que desde mucho que han sido enemigos, sólo que ahora los conocemos un poco más. Con rumores de una misión secreta que ocurría a espaldas de todos, los margones amenazan con vidas humanas.Tamara quería al igual que nosotras conocer a los guardianes, pero no sabíamos que hacer. Una noche escuchamos bombardeos, me desperté asustada tuve que irme con unas pocas cosas que tenía. Escape por la puerta todos huían despavoridos, muchos incendios y heridos, muertes, los margones combatiendo con guardianes a un lado de mí. Un margón quiso atacarme, pero un guardián me defendió, ante mi impresión, por primera vez veía una batalla así. Aquel hombre me alejo del peligro y me dijo que me fuera lo más rápidamente posible y me dejó en un lugar apartado, yo corrí, me oculte en los bosques cercanos, no supe nada de Tamara ni de Annia. No sabía qué hacer, así que acampé esa noche allí hasta que por la mañana estaba decidida a tomar un ferrocarril que me llevaría lejos de todo lo que conocí. Tándares estaba a medias destruida, menos de lo que yo pensaba y por lo que yo me entere los margones querían tomar el poder de mi región, algo planean de eso estoy segura, pero los guardianes nos han ayudado. Pocos han sobrevivido con todas estas batallas y muertes de tantos inocentes, aún pese a todos los guardianes han hecho todo lo posible, lo vi esa noche, desde esa hora desde que ese guardián me ayudó he querido darle las gracias. Por las ventanas del ferrocarril observo Tándares menos asolada de lo que pesé que sería y eso me alegra. En el ferrocarril reconozco gente, pero no a mis amigas, las extraño. Todos los rostros están asustados, los niños tratan de resistir y de guardar calma sin comprender lo que sucede y yo me pregunto sobre mi destino, ahora sólo los recuerdos pasan por mi mente camino a Hojaderal, un pueblito al sur de Tándares en su frontera con la región de Ánzures cubierta de valles y bosques frondosos.Una muchacha se me acerco y comenzamos a hablar, en ese ferrocarril que por un momento me sirvió de hogar. Ella era extraña, confió en mí rápidamente cuando en estos días no se puede confiar en nadie, me hablaba que su hogar al igual que el mío estaba destruido y me preguntó si tenía hogar al cual llegar, le conteste que no, que huía de las batallas que habían llegado. Nos hicimos amigas en pocos minutos, nos unió la tragedia aunque ella es muy alegre y dinámica hija única me contaba ella y que venía de un pueblito cercano al mío, pero no nos conocíamos, su nombre me decía es Carolina Nulret.


    N° palabras: 581

    Espero que les guste porque aún tengo mucha imaginación para continuar.....
     
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    1353
    Por las ventanas se veía las ciudades destrozadas, Tándares se ve más pequeña y todos se preguntan cuándo terminará.
    Al bajarnos del ferrocarril, ella me invitó a una casita pequeña, su casa, era modesta, pero era mejor que pasar la noche en la calle. Carolina tenía el anhelo de conocer a los guardianes, lo que me recordó a Tamara y me dijo que había encontrado una especie de collar con un hilo delgado y una piedra negra mediana que hacía notar su peso que ella guardo desde ese día.
    — Ese collar es muy extraño, lo encontré por entre las calles antes de venir aquí y no me gusta —me decía Carolina.
    — ¿Por qué?, en cambio a mi me encanta —le dije yo, pero me parecía extraño en cierta parte.
    — Me inspira miedo, no sé porque, si quieres guárdalo —extendiéndolo hacia mí mano Carolina me decía.
    — Está bien lo guardare en mi bolsillo —le dije y lo guarde con cuidado.
    Lo observe durante un tiempo y lo examiné, por atrás tenía una inscripción, pero no pude leerla, está en otro idioma que no comprendo y después de verla largo tiempo regresé a esta órbita y me dirigí a comprar en el mercado y la gente hablaba lo que me dio curiosidad, me acerque más y comentaban: “los guardianes libraron al reino de Lisasea”, se alegraban mientras los margones se han reducido aunque aún queda mucho que pelear.
    Se lo conté a Carolina y estaba muy feliz de escuchar que los misteriosos guardianes aún nos protegían.

    Unos días después los margones invadieron nuestra frontera y al enterarme trate de ocultarme, ya que estaba afuera de la casa y escondiéndome del peligro con los sentidos alertas llegué rápidamente, abrí la puerta y me llevé una gran sorpresa, un margón sostenía con su mano el cuello de Carolina y la alzaba por sobre el suelo.

    — Dame el collar del Caballero Negro —decía exigiéndomelo.
    — ¡Suéltala! — le dije con fuerza y agregue — ¡Yo lo tengo!, sí te refieres a esto —. Y le mostré el collar para que la dejara en paz.
    El margón la soltó y comencé a correr para alejarlo de la casa, él era inevitablemente más rápido que yo, así que decidí esconderme con el collar en mi mano, no quería en el fondo entregarle el collar.
    El margón me buscaba, no pensé que lo que tenía en mi mano fuera tan importante por eso me refugié en el bosque, en donde podría tratar de perderlo entre unos árboles.
    Ya anochecía y aún mi miedo continuaba en mí, me asomé y vi nada más ni nada menos que a un guardián combatiendo con el margón para que dejara en paz estos lugares y se marchara, combatían a una velocidad que nunca había visto y ambos tenían una habilidad increíble, pero luego de unos pocos minutos conocí al vencedor, al guardián que logro que ese margón se marchara. Eso me impresiono, pero no podía dejar de pensar en Carolina, si ella murió o no, en eso estaban mis pensamientos, pero volví a la realidad, volví a mirar y ya no estaba allí, me volví en mi y mire al frente y ahí estaba, me asusté al verlo de repente y puso la mano en mi boca y la retiro haciendo un gesto de que me mantuviera en silencio, me ayudo a levantarme del suelo en donde me caí de la impresión, estaba tan asombrada que no podía reaccionar.
    Luego me llevo a un supuesto lugar más tranquilo y m pregunto porque aquel margón me perseguía, me dijo que para él eso era importante. Aquel guardián vestía de traje negro y su mirada infundía respeto, su mirada era de un azul profundo y con la noche casi no se distinguía. Le pregunte quien era y él me respondió que un guardián que había perdido un objeto valioso. Pensé en seguida que podía ser el guardián dueño de aquel collar que Carolina me había dado, pero no pude decirle nada porque nos atacaron cinco margones que habían asistido a la batalla por llamada de su compañero derrotado, él me tomo del brazo y corrimos muy rápido para luego esconderme y me dijo que no me moviera de allí y apenas me escondió los cinco margones lo alcanzaron y lo vi combatiendo con ellos, era muy fuerte y veloz, pero un margón parecía conocerlo muy bien y se escapó mientras otro lo encaraba:

    — ¡Caballero Negro más vale que no te metas con nosotros o saldrás mal herido! —lo provocaban, pero él les decía que se fueran, de lo contrario serían derrotados y humillados en esta región,
    — ¡Vete Sogón o no saldrás vivo de aquí! —le amenazaba a aquel margón y fue lo último que le dijo.
    En una de sus manos me fije portaba un guante con pequeñas cuchillas filudas muy pequeñas con las que se defendió de los ataques, en un principio pensé que esas no serían efectivas, pero no por su tamaño no serían igual de eficaces y lo comprobé. Me trate de escapar de ahí aunque el guardián me dijo que no me moviera de allí, lentamente me fui, no quería dejarlo solo, pero me asuste mirando atrás. Caminé y caminé, creo que perdí el rumbo entre los árboles, no sé a dónde voy, sólo entre mis manos apretaba aquel collar extraño.
    Continúe caminando, pero sentí una mirada entre todos los árboles y una voz me dijo:
    --Creo haberte dicho que no te movieras de donde te deje --con un tono extraño de voz, me asustaba y agrego: —No te asustes que por ahora estamos seguros — y bajó de aquella rama del árbol en donde estaba escondido entre la noche con una capa en su espalda y continuo diciendo:
    —No te preocupes de los margones, no te molestaran más por ahora —dijo con un tono muy seguro.
    —Por fin porque tenía mucho miedo —le dije tratando de fingir el miedo que aún tenía tanto por lo que paso como por él también.
    — ¿Qué tienes que ver con ese margón que te ataco?, por lo que se veía le interesabas en cierto modo —me dijo de súbita manera.
    —Nada, sólo huía de él, sólo quería esto — trate de decirle tranquilamente y le mostré el collar con la piedra extraña y negra.
    — ¡Ese collar es mío muchacha! —me dijo un poco sorprendido
    — ¡Tú eres el guardián Caballero Negro! —le conteste — No fue mi intención yo no lo robé —le dije con un tono muy nervioso.

    N° palabras: 1081
    ¿Qué pasara con ese extraño guardián?? continuara...
     
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    Bueno a quien le interese leer esta historia, aquí dejo la continuación :)

    —Sí lo sé, tú nunca habrías podido quitármelo. Por lo menos no te lo quito ese margón, regrésamelo y lo habré olvidado —con tranquilidad esta vez me dijo
    Yo se lo regresé y él se lo colocó en su cuello y al olerlo dijo que tendría que hacer un gran esfuerzo por quitarle el sucio olor a margón que mis sentidos no percibieron.
    —Tienes que regresar a tu casa muchacha —me dijo
    —No tengo casa guardián, sólo vivía von una amiga que creo ha muerto — le respondí triste.
    —Lo siento, pero yo debo marcharme, gracias por cuidar el collar —me dijo lo primero en un tono medio y lo último en un susurro.
    — ¡Qué significa la inscripción de atrás, dime por favor! —le dije recordando aquello que deseaba saber devolviéndome de mi camino.
    — ¡Eso no te incumbe!,¡ ya vete!, por el lado norte saldrás pronto —me dijo un poco enfadado.
    — ¡Debiste pensar antes en eso, antes de perder tu preciado collar y antes de traer estas batallas a nuestra región! —le dije enojada también.
    A lo que él respondió que no entendería el porqué.
    Me marché y él también se fue como lo había visto venir, pensé que me ayudaría pero creo que la batalla ha enfriado su corazón, caminé hasta encontrar la casa de Carolina que aún estaba en pie, con los muebles revueltos en la casa, pero Carolina ya no estaba, no sé que habrá pasado y la tristeza e incertidumbre me inundaban pero el sueño me vencía y no me quedo otra opción que dormir allí.

    En otro lugar el Caballero Negro volvía hacia su base, la base de los guardianes que estaba oculta. Al llegar lo recibieron los comandantes guardianes Blacke y Relyell y el les explico que había podido encontrar su collar, les comento que una muchacha lo había encontrado y que lo había protegido de un margón, lo que sorprendió a ambos comandantes y los que estaban de acuerdo en algo: ambos sentían que aquella muchacha que se había mostrado tan valerosa debía pertenecer a los guardianes. Relyell opinaba que necesitaban más refuerzos guardianes porque a veces los enfrentamientos con los margones eran insostenibles a lo que ese caballero respondió:
    Será bajo tu responsabilidad, la muchacha tiene su carácter y no creo que esté capacitada, además de creer que nosotros somos la causa de estas desgracias con tono decidido.
    —Me haré responsable de entrenarla, pero tú deberás traerla, ya que tú la conoces —le ordeno Blacke.
    Así el Caballero Negro fue a traer a la muchacha a la que debían probar sus destrezas como guardiana, lo que no le agrado y no se mostro para nada animoso con la idea aquel guardián accedió.
    Él se dirigió a caballo hacia donde se había encontrado con la muchacha y la buscaba. Mientras ella dormía sin pensar lo que le esperaba el caballero recorría las calles del pueblo para encontrarla y para no despertar sospechas dejo su caballo al lado de un árbol el cual era muy obediente y según la mezcla del olor de la muchacha encontró la casa y logro entrar.

    Yo sentí ruidos, pero no me desperté de inmediato, él se acerco hacia mí observando mi rostro y me reconoció, me despertó y yo me asuste un poco porque había sentido su presencia.
    —No te asustes soy yo —me dijo en voz baja. A lo que le conteste un poco alterada.
    — ¡Qué haces aquí!, ¡yo no tengo nada tuyo! —un poco sorprendida también.
    — No vengo por eso. Levántate y vístete rápido, te espero afuera —me dijo en un tono de orden en la cual sólo debía obedecer.
    — Está bien —le dije, pero no sabía que necesitaba ni a donde nos dirigiríamos. Cerré la puerta de mi casa, no sé porque le obedezco y el apenas salí tomo mi brazo con firmeza y me llevo hasta su caballo, le pedí que me explicará que sucedía pero él sólo me subió al caballo, me pidió que me sujetará y luego de eso comenzó a explicarme cuando ya íbamos en la marcha del caballo.
    — Lo que sucede es que los comandantes guardianes Blacke y Relyell quieren saber si nos servirías como guardiana, ¿estarías dispuesta? —me dijo en tono un tanto molesto.
    —Ya me encuentro aquí, no tengo otra opción —le conteste.
    —Entonces siendo así, ¡sujétate fuerte porque iremos más rápido! —dijo entre la noche en la que sólo veía sus ojos.

    Después de un largo viaje llegamos, nos esperaban, me baje del caballo y el Caballero Negro me presento diciendo:
    — Esta es la muchacha que querían ver— en un tono no muy agradable.
    —Mi nombre es Marithza —les dije a lo que uno de ellos me respondió
    —Qué bueno que estas aquí. Yo soy Blacke primer comandante guardián, recibirás entrenamiento de mi parte. Mientras por ahora descansa, Relyell te llevará a tu cuarto—. Ante mi sorpresa era verdad, sería una guardiana.
    —Bienvenida me dijo Relyell amablemente y me condujo hacia mi cuarto y mientras lo seguía aquel guardián caballero parecía enojado conmigo, su mirada era cargosa, le molesta que yo esté aquí y dije en voz baja
    —Él me desprecia —a lo que me respondió Relyell que para mi sorpresa me escucho
    —No pienses eso, el tiene su carácter— decía con una sonrisa volteando a mirarme.
    Pensé en eso antes de dormir, pero ya no le di importancia, sólo recordaba que además el podía estar enfadado conmigo por preguntarle tantas cosas cuando veníamos hasta aquí, como el por qué de su vestidura negra y su mirada fría, por qué se ocultaba se esa manera, su nombre y tantas otras cosas, puede ser por eso. Sólo dormí un poco más y avanzo la mañana y al despertar pero no había nadie, ni ruidos por lo que salí a ver y al constatar que estaba sola creo que se fueron a combatir, ya que entre sueños escuché que los margones planeaban invadir otra región al este y para lo que ellos querían llamar al general Luccio o algo así. Por lo que espere a que llegaran, pero luego empecé a entrenar por mí sola y me fijé que el caballo de aquel guardián tampoco esta, pienso que debe ser una gran batalla.

    Poco tiempo después regresaron muy heridos, pero Blacke no volvió. Hablé con los guardianes de este grupo que son pocos, pero no supieron decirme.
    El Caballero Negro estaba alejado del grupo, pensativo, como en otro lugar, a veces creo que le molesta mi presencia, a lo que recordé que un guardián me dijo que aquel caballero luego se iría a los bosques, algo ha pasado y no desean decirme, claro como yo soy sólo una campesina y soy nueva en este lugar, debe ser algo importante. Por eso me fui a entrenar para no molestar a nadie, me dirigí lejos, pero tenía curiosidad y me senté en una roca pequeña pensando, cuando escuche una voz:
    — ¿Qué te ocurre? A ya sé debes tener curiosidad sobre lo que está pasando —me dijo el caballero guardián.
    — Sí tengo curiosidad, es cierto, pero no te preocupes en explicarme —le comente.
    —Entonces, ¿no quieres saber? —me dijo esperando a que me retractara de mi respuesta.
    — ¡Esta bien, dime! —le dije dejándome llevar por la curiosidad. El quería molestarme, pero aún mantenía la seriedad, me contaría lo que sucedía si yo le prometía no repetirlo a nadie, y lo prometí. Me habló acerca de un nuevo escuadrón, el escuadrón Noble, que vendrían pronto. Yo sólo escuchaba y me dijo que el comandante Blacke fue a buscarlos y luego de eso me entrenaría, pero nos interrumpieron, un guardián llamado Niriol llamaba al caballero, al encontrarlo le dijo que Blacke lo necesitaba, el le respondió que iría enseguida y yo los seguí, aunque el trataba librarse de mi evadiéndome. Así al llegar había mucha gente reunida y el comandante Blacke daba un discurso pidiéndonos que le diéramos la bienvenida al escuadrón Noble conformado por 10 guardianes, lo que me hizo dudar, aquellos diez no podrían vencer a todos los margones asesinos.

    N° palabras:1338

    ¿Qué sucederá con estos caballeros?? Así termina este primer capítulo...
    Continuara...
     
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    Como esta historia la tengo escrita desde hace un tiempo y como me he afanado en escribirla ajajaja, aquí dejo el siguiente capitulo!!! :)


    2°Capitulo: Los 10 Caballeros.
    Luego del discurso todos los guardianes se acercaron a recibirles, pero Relyell no me dejo acercarme, según su versión porque no me conocían y se podían extrañar que no portara el uniforme guardián entre otras cosas. Así que de poco pude enterarme y por la tarde comencé mi entrenamiento con el comandante Blacke, fue muy arduo para ser el primer día, pero el comandante me dijo que poseía de las cualidades guardianas, tenía aquel potencial que buscaba, pero estaba agotada, por eso luego de mi entrenamiento me dirigí a mi cuarto y antes de llegar observé al comandante Relyell con el grupo Noble, me quedé a escuchar, aunque ya era de noche sin que notaran mi presencia, sólo me asomé una vez y vi a los 10 guardianesEstando allí escuché que se llamaba de esa manera el grupo porque procedían de buenas familias, algunos eran caballeros de título noble, escuché cuando se presentaron con sus apodos de guardián porque aunque la mayoría se conocía al parecer había nuevos muchachos en el grupo. Así los conocí, sus apodos eran: el Caballero Dorado, Caballero Plateado, Caballero del Trueno, Caballero del Rayo, Caballero Malva, Caballero del Relámpago, Caballero de las Lianas Filudas o como el mismo dijo Bosque, Caballero del Fuego que Fluye y el Caballero Earth. Al contarlos sólo eran 9 lo que me extraño y escuchando más Relyell les dijo que el décimo guardián se convertiría en su comandante, el comandante más joven. Escuché sus voces sorprendidas, el décimo era nada más ni nada menos que el Caballero Negro, al escucharlo me sorprendí y me fui rápidamente a mí cuarto.
    Al otro día no pregunte nada ni me referí al tema para que no sospecharan, ya que se supone que yo no tenía que saber, bueno yo sé lo que se supone que el resto de ellos saben, sólo que al parecer nadie conoce ni sus nombres ni identidades.
    Paulina que es una guardiana como yo ahora, se convirtió en mi amiga y trató de explicarme. Ella me dijo que ellos ocultaban sus rostros e identidades no por vergüenza a que todos supieran que provenían de buenas familias y que estaban en el bando guardián, ya que en estos días los margones han engañado a los gobernantes de las regiones colocándose ellos en el papel de buenos y protectores.
    --Lo que tememos es que puedan engañar al rey Gregorio, que es quien controla esta región. Además ellos se ocultan para que los margones no puedan encontrarlos; ellos son los mejores guardianes, si ellos no pueden hacer algo nadie podrá. Tú ya al convertirte en una total guardiana debes ponerte un apodo, para protegerte de las averiguaciones de ellos -- me explicaba, pero me hizo recordar a aquella familia que me cuido, después de todo ellos son mi familia, debía protegerlos de igual forma.
    Ella continúo explicándome. —Yo me coloque el apodo de guardiana Vetrusca, del viento—. Mis dudas crecieron y mi curiosidad también, enseguida le pregunte en qué idioma estaba eso y sólo me contesto que era el idioma antiguo de los primeros guardianes. También le pregunté si ella conocía desde antes a los caballeros del grupo Noble y me contesto que sí los conocía bien, ellos habían venido algunas veces, según entendí que ellos aparecen cuando las situaciones se tornan difíciles.
    —Les conozco el apodo a todos ellos, entre los guardianes la mayoría se conoce, y algunas veces llegan a conocerse sus nombres, sólo entre nosotros —me dijo. Después me hablo de sus trajes negros, además de antifaces de capas negras y un género en los bordes de color de su apodo y que justamente por esto último ella los reconocía más fácilmente.
    Luego de esta conversación ella se fue a su práctica y yo a la mía porque el tiempo avanzaba y nos retrasaríamos. Dio la noche y yo me quedé pensando en las palabras de Paulina y en lo que escuché la noche anterior. Se me acerco alguien, pero estaba tan pensativa que no me di cuenta y estaba alejada de la base guardiana y sin pensando un margón me ataco por la espalda y yo me defendí hiriéndole con una cuchilla que tenía en mi bota. Lo herí en una pierna y él huyo por su herida luego de un forcejeo, no sólo él se vio lastimado porque yo también resulte herida y un poco ahogada por el forcejeo lo que me produjo un desmayo. Después desperté en mi cuarto con el comandante Relyell sentado en una silla y Paulina al lado de mi cama, ambos esperaban que despertara, traté de levantarme, pero me detuvieron y me dijeron que era mejor descansar por ahora, yo no deseaba descansar y cuando ellos se fueron me levanté y comprobé que estaba un poco aturdida por lo que me senté unos minutos en la cama. Pasadas unas horas el comandante Blacke me regaño por desobedecer marchándome tan lejos de la base y por no usar un silbato que él me había dado por si llegara a encontrarme en peligro. Me regaño mucho, pero creo que tiene razón fue mi culpa y me sentí triste, aunque Paulina trato de consolarme y pensando me vino a mi mente la duda sobre quien me había traído hasta aquí.
    — ¿Paulina quién me trajo a la base guardiana? —le pregunte con extrañeza.
    — El comandante Caballero Negro te encontró y te cargo hasta aquí. Cuando el llego todos nos asustamos mucho —me dijo ella feliz de que estuviera aún con vida, y quise ir a buscarlo para darle las gracias, por eso me fui a los bosques a agradecerle la bondad que había mostrado conmigo. Observe varios árboles y no lo vi a él vigilando como siempre, sólo luego de internarme un poco más en aquel bosque, pero esta vez sí con la precaución necesaria, pude encontrarlo.
    Sentí una presencia detrás de mí y al mirar estaba allí, observándome.
    — ¿Ya te sientes mejor? —me pregunto aquel guardián de la capa negra.
    — Sí Caballero Negro —le respondí mirándole a sus ojos temerarios.
    — ¿Quién te ataco? —me pregunto él con un poco de curiosidad.
    — Un margón me ataco por la espalda —le respondí recordando ese momento.
    — ¿Lograste verlo bien? —me pregunto mirándome fijamente.
    — No logre verle el rostro muy bien, el primer ataque fue a traición, ¿por qué? -- pregunte con la incógnita en la cara.
    — Porque portan insignias dependiendo del grupo que sean, y me interesaba saber cual de todas las rebeliones margones te había atacado —me dijo él, pero no tenía respuesta a esa pregunta importante.
    Él lucía un tanto preocupado y le di las gracias a lo que él me respondió
    — Qué rápido vuelan las noticias— dijo sorprendido.
    — Eso creo — le dije yo con menos ánimo por no saber cual grupo me había atacado.
    —Sólo pasaba por ahí, tuviste suerte muchacha, pero debiste llamar con el silbato que Blacke te dio no siempre contarás con la ayuda de otro guardián— me respondió con autoridad.
    —Lo siento, tendré más cuidado, aún me queda mucho que aprender y sé que no debería estar aquí —lo mire cabizbaja.
    — No digas eso, has demostrado que ser guardiana te queda muchachita —me dijo con una leve sonrisa en su rostro. Me alegró por un leve momento, pero lo empeoré todo. — Que buena noticia que te hayas convertido en comandante, te apuesto a que lo deseabas mucho —le dije con la mejor de las intenciones.
    — ¡Cómo lo supiste! —me dijo muy sorprendido y me sujeto de los brazos.
    — ¡Sólo lo escuche, pensé que todos los sabían! —le conteste un poco sorprendida y asustada.
    — ¡No todos lo saben y se supone que tu tampoco tenías que saberlo! —me dijo molesto y con su mirada fija en mis ojos y comenzamos una conversación que me hizo conocer otro lado de aquel guardián tan misterioso.
    — Porque siempre me excluyen de todo, ¡Estoy harta guardián! —le dije
    — No es eso, sólo que es muy peligroso que sepan los margones este secreto, sí llegan a saberlo antes de tiempo no van a ser tan fácil vencerlos y perderemos a muchos de nuestros aliados— me dijo ya más calmado.
    —Descuide que nadie se enterará comandante —le dije recordando quien era.
    — Cuando te conviertas en una total guardiana podrás compartir esto y muchas otras cosas con todos, sólo aguarda un tiempo más —me dijo consolándome tiernamente.
    Luego de escuchar todo eso me fui porque ya no quería molestarlo más, aunque estaba un poco enojada, quiero terminar mi entrenamiento pronto y me marche a acostarme, estaba todo muy callado.
    Al día siguiente seguí mi entrenamiento junto al comandante Blacke quien me dijo que estaba muy desconcentrada este día, pero que pese a eso me convertiría en una guardiana pronto, que fuera pensando en un apodo nuevo lo que me alegro el día.
    Averiguando con Cristina, la guardiana Águila pude saber muchas cosas sobre los 10 caballeros, algunas ya las sabía, pero la mayoría las desconocía. Como que la mayoría de los guardianes no usaban sus nombres muy comúnmente, sólo a veces se les conocía el rostro y sus nombres, que en servicio de batalla peleaban enmascarados, sólo los margones si logran saber sus identidades usan sus nombres para recordarles que hay toda una vida detrás de sus identidades secretas. Ella me recomendó no molestarles, ya que se estaban entrenando mucho, porque en estos días por algún motivo esta batalla ha cesado y las tretas continúan. También me contó que la mayoría de los guardianes han tenido vidas bastantes difíciles, no me dio detalles de esto y nos despedimos.

    N° palabras: 1595

    Continuara....

    También he hecho unos dibujos sobre algunos personajes, espero les gusten y me digan (en perfil esa es una idea que podría ser).
    http://foro.cemzoo.com/album.php?albumid=19839
     
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    Aquí traigo el siguiente capitulo de esta historia ... Gracias por leer

    3°Capitulo: La batalla Avanza

    Ya ha pasado unos meses, los guardianes han logrado contener a los margones gracias a la habilidad de espionaje y silencio de los 10 caballeros. Hoy me gradúe como guardiana, mi apodo es Dama Blanca, me he convertido en una guardiana muy fuerte y hábil según mi entrenador en poco tiempo. Aún a pesar de las estaciones del tiempo extraño mi tierra natal y a mis antiguas amigas. Soy buena en espada y dagas cortas, armas letales en mis manos y así espero poder hacer frente a los margones y tomar buenas decisiones. Me uní al fin a la batalla en la parte norte de la Región de Tándares, Onorit, allí derrote a muchos margones usando mis armas y también aprendí a usar el arco y fecha, pero en una oportunidad me acorralaron, no temí, confiaba en mis habilidades y en mi equipo, pude derrotarlo, me hirieron en un brazo solamente.


    Al llegar a la base me entere que los margones convencieron al gobernante Tekur de Tándares de entregar esta región al comandante margón Zéfiro y yo no iba a permitirlo, deseaba ir enseguida, pero Relyell me detuvo y me dijo que tuviera paciencia, yo no quería aguardar más tiempo porque no podía soportar que mi región fuera base margón. Fui a sacar algunas cosas de mi cuarto para llevármelas, pero el Caballero del Rayo Cedrick, según me dijo Paulina en otra ocasión.


    —No puedes irte tú sola, no podrás hacer nada —me dijo aquel guardián.
    — ¡Claro que puedo, no voy a permitir que mi región sea ocupada por margones! —le conteste con gran enojo.
    — ¡Comprende! Acaso ¿no confías en nosotros ni en nuestros comandantes Dama Blanca? —me dijo el razonando conmigo.
    — ¡Claro que confió en ustedes!, pero eso no viene al caso. Compréndeme tú mi región está siendo destruida y yo puedo ayudar —le dije muy triste.
    — Si te comprendo más de lo crees, pero no podrás sola —me insistió.
    — ¡Me voy guardián, despídeme de todos! —resolví en un arrebato, pero más allá me intercepto otro caballero que por las huinchas de color rojo en su capa pude identificarlo, se trataba del Caballero Fuego, Regen su nombre según pude enterarme quien también quería detenerme.


    — Te van a matar si vas sola, tenemos que ir todos —me dijo.
    — De esa manera nos descubrirán —le dije a ese caballero.
    — No nos descubrirán si actuamos con inteligencia Dama Blanca. Piensa, Blacke no te entreno para que murieras tan fácilmente —me decía.
    Entonces debemos de actuar rápidamente —resolví más tranquila.

    Lograron convencerme, me quede y al otro día nos organizamos, el Caballero Negro lideraría el ataque silencioso del espionaje junto con los demás caballeros, Paulina, Cristina, Blacke y yo que aún estaba aprendiendo seríamos arqueros.
    Mientras el comandante Relyell organizó a las tropas del escuadrón Sombra de Niebla y llamó al general Luccio y a las tropas del este, el escuadrón Luciérnaga. Así todo parecía listo y nos alistamos, además se nos añadió el escuadrón Estrella del Sur. De esta manera nos dirigimos hacia Tándares, acampamos y algunos de los caballeros se dividieron en varias direcciones y me tope con el comandante Caballero Negro, sin quererlo y oímos voces, al instante el me cubrió con su capa negra y me acerco a él, escondiéndonos entre las sombras, en silencio esperamos siendo aquellas voces de margones armados y mientras vigilaban conversaban tanto del jefe de ellos el margón Zéfiro, como de convencer u obligar al Rey Gregorio a cooperar y tomar de una buena vez esta mi región y convertirse en un nuevo monarca que gobernaría en una época de terror. Deseaba exterminarlos iba a sacar mis dagas, pero el Caballero Negro no me lo permitió, me dijo que no era pertinente y al irse ellos me soltó.


    — ¿Qué te sucede?, pudimos haberlos exterminado en un segundo —le reclame
    — No te metas en problemas, a veces es mejor escuchar primero, aún te falta aprender mucho muchachita. Escucha lo más posible yo me iré a la batalla a avisar a todos que esta situación se ha tornado más difícil de lo que es —me dijo.


    Yo decidí ir con él, y así nos movilizamos rápidamente hasta llegar a los muros de Tándares, quién lo diría que yo nacida en esta región la protegería hasta con mi vida. Es la operación más arriesgada que he visto y que me ha tocado participar. Se ha derramado sangre en las armas, pero nosotros no lo deseamos así, pero los margones no ceden a irse y devolver la tranquilidad a esta región.


    Comenzó la batalla, pero nos reservamos al escuadrón Estrella del Sur como refuerzo. Nos protegíamos las espaldas y el comandante Caballero Negro se dirigió luego hacia donde se encontraba el gobernante Tekur que estaba siendo manipulado por margones, está siendo utilizado, por más que trato de racionalizar sin decirle a los demás comandantes él no le escuchó.

    Mientras yo estaba pendiente de esta situación junto a los demás caballeros, ocultos sin levantar sospecha, esperando la oportunidad de hacer historia. Margones presentaron armas en un combate inminente, nosotros nos unimos a este que estaba muy cerca de donde nos encontrábamos, combatíamos adentro de la residencia del gobernante Tekur. Afuera la batalla también continuaba, arreciaba, nosotros adentro hacíamos lo nuestro, eran muy fuertes.

    De repente me percaté, miré y me di cuenta de que el Caballero Negro cubría al gobernante Tekur del ataque del margón Zéfiro que había aparecido, pensé que lo perderíamos, pero su feroz ataque se desvió un poco, el pudo matarle pero no lo hizo sólo lastimo al guardián en una costilla y pierna derechas. El Caballero Malva retiró a Tekur quedando nuestro comandante a merced de ese margón, pero no le dejaríamos irse, lancé mis cuchillas clavándose en ambas manos, lo que le impidió atacarlo, pero aquel margón juro regresar.


    Por ahora lo peor había pasado, Tándares era territorio guardián, los demás guardianes retiraron al comandante en malas condiciones, mientras afuera todo era victoria y celebración. Acampamos, todos estaban tan cansados, pelearon como nunca, aunque me preocupa la salud del comandante, estaba inquieta, fui a dar un paseo y todos sanaban sus heridas y reconocí a unas personas, a mis amigas que hace meses no veía, a Tamara, Annia y para gran sorpresa a Carolina también, nos abrazamos y lo primero que les pregunté fue como se conocieron y me respondieron en un sonido:


    — ¡Por los guardianes!—, me dijeron que eran parte del Escuadrón Estrella del Sur, que ellas tres eran las llamadas Damas Plateadas lo que me dio una gran alegría.
    —Lo bueno es que vencimos —me dijo Tamara con una gran sonrisa.
    — Otro día con más tiempo te contaremos todo lo que ha sucedido desde la última vez que nos vimos —dijo Annia anhelando que llegara ese día pronto.
    — Gracias por librarme de ese margón que me suspendió en el aire —me dijo Carolina con lágrimas en sus ojos.


    — Esta victoria se nos haría más completa si el comandante Caballero Negro no estuviera herido —decía Tamara recordando el dolor del comandante.
    — Espero que esas heridas no sean tan graves —decía Annia deseando lo mejor al noble guardián.
    — Él saldrá bien, librado de esto —dijo Carolina tratando de alentarnos.
    — Al fin Tándares vuelve a ser nuestro —les dije yo.
    — Yo me entere de que el margón Zéfiro ha sido uno de los grandes enemigos de los guardianes que ellos no han podido vencer —dijo Annia con seriedad.
    — Y que el Caballero Negro es su más grande enemigo. No me preguntes porque, pero es así --le interrumpió Tamara.


    —También hay algo oculto, algo escondido además, ya que escuché rumores sobre una renuncia del un tiempo atrás —dijo Annia mirándome.
    —Eso lo veremos con el tiempo —les dije yo para que dejaran de pensar.
    —Bueno ya es hora de dormir vayan a su escuadrón mañana seguiremos hablando —agregue yo.
    Buenas noches me dijeron ellas y así nos despedimos. Dormí muy feliz por haber podido verlas de nuevo.


    Por la mañana Blacke me ordeno quedarme por sí el comandante Caballero Negro se agravaba, mientras el iría a una pequeña batalla que se había levantado junto a otros guardianes contra algunos pocos margones y los que no fueron a esa batalla Relyell les mando prepararse y entrenar más. Aún queda ayudar al rey Gregorio, eso está en mis pensamientos mientras ordeno mis cosas por lo que no me di cuenta cuando el comandante estaba levantado atrás de mí observando el lugar, arreglándose la camisa y los puños de ella por lo que le dije:


    —Usted no se puede levantar está muy herido comandante— le recordé tratando de hacerle desistir.
    —Descuida ya estoy mejor —me dijo el preocupado y pensativo.
    — Eso es mentira comandante, usted aún no se recupera del todo y debe descansar —le dije porque no podía creer que él se encontrara bien después de tantas batallas.
    — Haré todo lo posible para que los margones no maten al rey Gregorio — respondió. Después de todo en eso estaban sus pensamientos.


    —Yo creo que está siendo injusto, acaso no confía en nosotros comandante —le dije enojada.
    — Eso no es cierto, confió en mí escuadrón y en todos los guardianes, pero Zéfiro busca matarme a mí — me dijo lo que me impresiono en cierto modo y a la vez no podía comprender sus palabras.
    -- Pero él nos quiere matar a todos- le dije recordandole el odio que aquel sentía por nosotros.
    -- No, en este caso no, él está haciendo todo esto para provocarme -- me dijo. Y así mis dudas crecían más aún.
    -- Porque haría el eso -- sólo pude decirle y me disculpe por meterme en asuntos que no me corresponden, pero él me dijo:
    -- Esta bien te explicaré, pero no lo repitas a ninguna persona, me escuchaste bien -- a lo que yo asentí con la cabeza.


    -- Amo la región de Tándares, me alegra haberla librado de los margones. Crecí en sus calles hasta los 10 años, cuando me entere que era de buena familia y de buena posición tanto económica como social, por eso es que Zéfiro me odia -- me dijo con su rostro triste que se remonto a años pasados, pero entendí menos que antes.


    -- Otro día te explicaré con más detalles. A, por cierto, mi nombre es Dereck Dasturian -- me dijo lo que me respondió a la pregunta que le hice una vez hace ya tiempo.
    -- Porqué me cuentas todo esto, ¿Qué piensas hacer? -- le dije intrigada.


    -- No intentes detenerme, no podrás. ¡Iré a derrotar a Zéfiro! -- me dijo muy decidido, aunque eso le podría costar la vida.
    -- ¡No podrás vencerle solo! -- le grite, pero él no quiso escucharme, se marchó. ¿Qué hare ahora? me pregunto, además no puedo olvidarme de su rostro y de su voz. Blacke me va a regañar mucho por dejarle ir, aunque trate de seguirle no pude alcanzarlo es demasiado rápido.


    Al llegar los comandantes y mis amigas con el pequeño grupo de guardianes un poco cansados, me preguntaron por aquel comandante que se marchó a la batalla contra Zéfiro y al saber que él se había marchado como ya pensaba me regañaron bastante, el que más me regaño fue Blacke, pero mis amigas me animaron, diciéndome que le seguiríamos el rastro.

    Luego Blacke me llamó para que le explicara, así que le explique lo que pensaba hacer el comandante, derrotar a Zéfiro y terminar con esto, pero el comandante Blacke dijo que no podíamos hacer nada porque Zéfiro a mandado tropas hacia el oeste de Tándares poniendo en riesgo la vida de los aldeanos que no han podido irse de ese lugar y que debían ir a detenerles, ya no había nada que hacer, pero mis amigas al igual que yo no nos daríamos por vencidas.


    –No te preocupes Blacke, junto a las Damas Plateadas y cuatro de los Caballeros iremos a ayudar al comandante -- le dije decidida al igual que mis amigos. Así Blacke le ordenó al Caballero del Fuego, Rayo, Dorado y Plateado que nos acompañaran, rápidamente se ejecutó todo esto, y nos pusimos en camino entre los bosques.


    Regen, el Caballero del Fuego me dijo que tenían conflictos desde hace mucho tiempo, pero aún no entiendo porque. Mis amigas estaban a mi lado y yo aun me sentía culpable. Así nos dirigimos rápidamente, quería entrar en la fortaleza margón, pero Richard el Caballero Dorado me dijo que no me adelantara, que había que esperar un tiempo, porque Dorado y Carolina atacaron a los guardias sigilosamente y nos introducimos. Desde abajo se veía la cima destruida y convertida sólo en un cuadrilátero de pelea y ahí estaban Zéfiro, el rey Gregorio en una jaula y el Caballero Negro, peleamos contra los margones de los pisos posteriores, para mi sorpresa eran muchos.


    Las Damas Plateadas se quedaron en el segundo piso a combatir; dos Caballeros se quedaron en el cuarto piso, los caballeros del Fuego, Plateado y yo avanzamos hasta el sexto piso en el que se encontraban el Caballero Negro y Zéfiro los que se decían cosas extrañas y el Rey que estaba en una jaula al que el Caballero Fuego trato de sacarlo, pero los margones que llegaron lo detuvieron. El comandante guardián y margón hablaban mientras peleaban y aprovechando el conflicto trate yo misma de sacar al rey Gregorio de esa jaula, los margones trataron de impedirlo, pero Dorado me ayudo y luego de combatir bastante logramos librarnos de ellos trancando la puerta grande que daba a esa parte de la fortaleza, impidiéndoles el paso y sacar al rey.
    Luego le pedí a Dorado y Plateado que se lo llevaran por otro pasadizo libre de enemigos, mientras yo me quede como refuerzo del comandante Dereck y herí a Zéfiro con mis cuchillas en una de sus manos luego me aleje y escuche un poco lo que se decían. Zéfiro le decía a Dereck que por su culpa su padre no le había dejado tierras, que si él no hubiera nacido su heredad seria completa y recibiría todo lo que por derecho le correspondía, y el Caballero Negro le decía que él nunca había pedido nada de lo que ahora tenía, que él era feliz con el cariño que recibía de su madre, pero Zéfiro no quería escuchar.


    -- Mi madre era guardiana y yo era feliz a su lado, tú nunca fuiste feliz, ya que tu madre era una margón-le decía aquel noble guardián.
    --Tú me quitaste el cariño de mi padre y no sabes todo lo que tuve que sufrir para encontrarlo y encontrarte a ti para destruirte -- le decía muy enojado y para probártelo ¡la voy a matar a ella! --apuntándome a mí, y con su extremada rapidez llego al frente de mí, me sujeto siendo dueño de mi voluntad y me lanzo al vacio, el comandante corrió hacia mí y logró sujetar mi mano ante mis gritos desesperados, yo colgaba de su mano y tenía miedo mientras Zéfiro decía:


    –Pobre de ti que tienes un corazón bueno, ¿La dejaras morir?, te pesara en la conciencia -- se burlaba y el comandante Dereck me decía:


    – Tranquila te subiré --. Aunque Zéfiro se burlaba estaba herido de tanta contienda entre ellos dos. El logro subirme y me dijo que me alejara y no volviera pero yo no quería hacer eso por lo que me quede en el pasillo y no me fui.
    –Eso sólo me prueba lo cobarde que te has vuelto con los años Zéfiro --le dijo el muy enojado.
    – Te ataque en donde más te duele, en tu corazón, ya que nunca dejarías morir a un guardián -- le decía con tono burlesco. Dereck se le abalanzo encima inmovilizándolo.


    – De una vez por todas tienes que escucharme, ahora más que nunca tenemos que estar unidos, más enfrentamientos se acercan, pero no entre nuestros escuadrones -- le decía mientras el forcejeaba y logro lanzarle lejos y en ese momento una gran piedra se aprestaba a caerle a Zéfiro, ya que la fortaleza estaba sufriendo muchos ataques y se desmoronaba, pero Dereck uso su extrema rapidez y lanzándose a él logro que esquivaran ambos esa roca lo que dejo una cara de asombro en Zéfiro.
    – Nunca te dejaría morir -- le dijo Dereck y se desmayo de cansancio.
    Ambos tenían muchas heridas, me percate de eso y acudí a levantar al comandante mientras Zéfiro sólo miraba. Los guardianes lograron entre todos empujar la puerta y la abrieron, Relyell al ver todo esto tomo prisionero a Zéfiro por la orden del Rey Gregorio.


    Exhausto estaba nuestro comandante pero luego de su desmayo con una sonrisa en su boca me dijo que porque lo había desobedecido en venir aquí y traer a los demás, yo le respondí que teníamos que irnos rápido, ya que la fortaleza se desmoronaba muy rápido.

    La batalla que había ocurrido al oeste de la región de Tándares dio como vencedores a los guardianes al igual que nuestra batalla, ya que al tomar prisionero a Zéfiro los margones se rindieron. Al ganar, todos mis compañeros se trasladaron fuera de esa fortaleza y yo acompañaba al comandante y lo ayudaba a caminar, la batalla lo dejo extremadamente agotado, me costaba sostenerlo, pero al escuchar los gritos de victoria se animó a reaccionar más. Relyell lo cargo más por mí, porque a mí me alzaron unos guardianes para celebrar la victoria. Blacke al ver la rendición de los margones les mando retirarse y dejar en paz estas regiones.

    Al tomar prisionero a Zéfiro los margones presentaron a su segundo comandante que quedo en reemplazo y él les dijo a Blacke y Relyell que se retirarían a un lugar apartado y que de su parte no vendría ningún ataque más.


    Luego de curar las heridas de mi cuerpo volví a Tándares y con mis amigas ayudamos a reconstruirla. Blacke y Relyell se quedaron en la base y fueron a visitar a sus parientes, el Caballero Negro se recuperó y observe como le daba su piedra extraña a Blacke, le dijo que si volvían a necesitarlo lo llamará y así todos los caballeros volvieron a sus lugares de origen hasta otro encuentro. Por ahora sigo mi vida en Tándares sin olvidar mi vida de guardiana.

    N° palabras: 3045

    ¿Qué nuevos peligros enfrentaran??? Continuara....
     
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    Estos guardianes ya han pasado por mucho, pero aún les queda muchas aventuras!! Aquí les dejo el cuarto capitulo :)

    4° Capitulo : Un nuevo peligro

    Han pasado unos meses y Blacke hablaba con Relyell sobre una nueva amenaza mucho más terrible que la anterior, planeaban volver a llamar a los guardianes, pero antes se marcharon al reino de Cequirk para averiguar y junto a este reino estaba el reino de Canela en donde vive el Caballero Negro que hace unas noches no podía dormir bien, se despertaba asustado al igual que todos los guardianes.
    Annia, Tamara, Carolina y yo vivimos juntas en Tándares, nosotras también teníamos malos sueños, no sé que estará pasando, pero me preocupa. En otros lugares también tenían malos sueños que los despertaban ¿qué pasará?
    Por la mañana me decidí ir a bosque junto a Annia a encontrar a algún guardián que nos diera una respuesta, pero nada, ni un solo llamado, nada.

    El Caballero Negro, Dereck en su reino de Canela se preguntaba también que sucedía cuando miraba la luna y la noche.
    —Vete a dormir —le dijo su padre para que descansara y aunque no quería dormir soñó muy extrañamente y un sonido lo alerto al igual que a nosotras, a los caballeros y a todo guardián, sin dudarlo Blacke nos necesitaba otra vez.

    Nos vestimos rápidamente, antes de irnos Relyell nos dio trajes nuevos y las chicas me contaron cómo es que se conocieron y lo que paso desde la última vez cuando comenzaron nuestras batallas con los margones hasta que nos convertimos en guardianas, me lo contaron brevemente cuando nos dirigíamos hacia donde se escuchaba el sonido. Carolina me contó que luego de que engañara al margón y yo me fuera a los bosques, me dijo que el Caballero Dorado la había llevado cargando hacia el grupo Estrella del Sur donde la ayudaron y le prestaron ayuda, así que estaba muy agradecida con él y con los guardianes. Annia por su parte fue atacada por los margones y la acorralaron, el Caballero del Trueno la ayudó y la dirigió hacia el grupo Luciérnaga mientras que Tamara logró escapar y se mezcló entre los guardianes del grupo Estrella del Sur donde se encapricho con la idea de ser guardiana por admiración al Caballero Earth.

    Al llegar el Caballero Negro venía en camino mientras Relyell estaba preocupado y en su rostro denotaba aquello además de una leve tristeza, también estaba Paulina y Cristina. Blacke dijo que no nos explicaría lo que sucedía hasta que el Caballero Negro y Luccio general de las Luciérnaga llegaran. Tardaron en llegar, no sé que les habrá demorado, pero llegaron al fin luego de una hora y diez minutos. Se excusaron diciendo que existía una gran distancia que demoro la llegada, y luego de eso Blacke comenzó a explicarnos:


    — Una gran amenaza se acerca y tiene de aliado a un rey malévolo llamado Augusto, desconocemos su propósito aún, pero sospechamos que quiere convertirse en el monarca supremo derrocando a los cinco mayores reyes. Ahora necesitamos de mucha preparación y concentración para vencer, entrenen mucho —.


    Todos los caballeros estaban muy preocupados y mis amigas también. Observé como Blacke les devolvía sus medallones a los caballeros, quería observar otra vez la inscripción de aquella piedra, pero no pude verla bien. Mis amigas más que concentrarse en la batalla, estaban concentradas en los caballeros y yo me alejé a entrenar en estos nuevos territorios del reino de Cequirk a unos kilómetros del reino de Canela.
    Cuando escuché hablando al general Luccio racione que el Caballero Negro, no podría haberse tardado tanto en llegar, nos mintió pensé, pero porqué, ya que Cequirk y Canela son reinos vecinos aunque se encontraran a distancia.

    Mejor me concentré en entrenar, hasta el atardecer entrené y luego me senté a descansar un tiempo, pero lo único que no descansaba en mí eran mis pensamientos y por eso luego fui a dar un paseo y me percaté de la presencia de nuestro comandante noble entrenando, ha mejorado bastante se ve fácilmente que la práctica hace al maestro, por lo a menudo que práctica, eso pensaba al verle, pero me marché porque no quería molestarle y así volví al campamento.


    La noche fue tranquila y al amanecer comimos algunos alimentos, pero la preocupación no se iba del rostro del Caballero Negro, el que luego abandonó de repente su comida y se retiró a los árboles, lo que fue extraño nadie se percató, pero yo lo seguí porque quería saber que sucedía, y a una distancia prudente le observaba, pero él noto mi presencia y se molesto un poco.


    — ¿Hace cuanto tiempo me vigilas? — me dijo en un tono un poco agresivo, a lo que no le pude contestar me sorprendió y descendió de sus pensamientos y de donde estaba.
    — ¿Qué le preocupa comandante? — pregunte con la mejor de mis intenciones, a lo que me respondió:
    — Es mejor que te vayas y me dejes solo, y llévate esto -— me dijo poniendo en mi mano su piedra extraña y agrego:
    — Llévaselo a Blacke — entre las sombras de su corazón se escondía su tristeza. Eso significaría que nos dejaría y se lo pregunte a lo que él me respondió que eso era probable.
    — ¡No lo haré, no le entregare su piedra al comandante!, ¡debe existir una buena explicación caballero y quiero que me la diga!— le respondí molesta, lo que se que en cierta parte le sorprendió, pero me respondió tranquilamente y con tristeza.


    — Sí continúo como guardián pondré en peligro a todos incluyendo al reino de Canela— a lo que le comprendí menos y más preguntas quería decirle.
    — ¿Tiene relación con su retraso comandante? — dije de un arrebato de lo que mis pensamientos me gritaban.
    — Eres muy perceptiva Dama Blanca — me respondió ocultándome su rostro.
    — No nos deje, el escuadrón Noble lo necesita — le recordé, aunque sospecho que él ha pensado en todo y una extraño desolación sentí en mi corazón.
    — Ellos sabrán que hacer e igual tú, que te has convertido en una de las mejores guardianas. Desde el día en que te saque de Tándares que lo sé--me dijo aún con tristeza.


    — No, todo es gracias a aquel guardián que me salvó de un margón cuando salí de casa y le estoy muy agradecida -— le dije recordando mis inicios como aprendiz, en el que descubrí que aquel caballero que me había salvado era él, eso me importaba, pero más aún me importaba la razón que lo impulsaba a dejarnos, por eso le devolví su piedra que puso en mi mano y le dije que si quería renunciar a los guardianes, lo hiciera él mismo y le pregunté porque el reino de Canela corría peligro, nuestra conversación fue larga y en ella me explicó que su padre era el rey de aquella tierra, de la tierra hermosa de Canela y que era uno de los cinco mayores reyes y me di cuenta que él podía conocer a nuestro enemigo y que no lo quería revelar para librar del peligro a esa tierra. Al comienzo pensé que era egoísta, pero luego pensé que también tenía el derecho a proteger a su familia y que también deseaba librarnos a nosotros de ese peligro.


    Luego regresamos al campamento y el pidió hablar con Blacke y yo me fui a descansar, pero luego creo que alguien oyó la conversación de ellos porque ni siquiera había descendido el sol y ya sabía la gran parte del dialogo de ellos dos por las corrientes del viento en nuestro campamento. Por eso me entere y les contaré, pero no se lo digan a nadie.
    Dereck le explico la situación a Blacke, uso las mismas palabras que conmigo y aquel segundo comandante le respondió que si quería dejarnos lo hiciera, pero Relyell tuvo una mejor idea; que él como guardián fuera a cuidar ese reino a lo que ese noble caballero estuvo de acuerdo y se marchó al día siguiente.

    Blacke les mandó repartirse a los guardianes entre los cinco mayores reinos y también conocí los nombres de los demás reinos que eran Solnistic del rey Alrean; Lismectium al mando del rey Ambrosio; Caplion de su rey Germán y Proment del rey Víctor, serían dos caballeros por cada reinos, a lo que Paulina me dio aviso. Todas estas regiones sufrían peligro de un enemigo del cual no sabíamos su nombre, así que nos repartieron y a mí me mandaron a Solnistic que estaba al suroeste de Tándares y a mis amigas a diferentes lugares, para poder proteger estos reinos, Paulina esta aquí conmigo.

    Ya han pasado unos días y el Caballero Negro estaba pensativo mirando y vigilando su reino, intranquilo e inquieto. A Dereck Regen lo acompaña y establecen una plática en la cual Regen le pregunta
    — ¿Qué sabes de nuestros enemigos que los demás no sabemos? — y continúa preguntando
    — ¿Porqué quisiste alejarte de nosotros? — son preguntan que le son necesarias, a lo que Dereck le responde
    — Se llaman Celeyantes — en forma determinada y súbita.
    — ¿Quiénes? — le dice Regen.
    — Nuestros adversarios — le dice Dereck secamente, cuando pensando y recordando le dice a Regen que ordene a todos los guardianes reunirse a las afueras del reino de Canela a lo que Regen le obedece y lo ejecuta rápidamente esparciendo la noticia a todos los guardianes.

    Me encontraba hablando con Paulina cuando nos ordenaron acudir, así que nos dirigimos sigilosamente a donde nos fue indicado.

    N° palabras: 1548.

    Continuara...
     
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    Dama Blanca, los guardianes y los 10 Caballeros
    Género:
    Aventura
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    54
     
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    Y continuando con esta historia, para los interesados les dejo el siguiente capitulo, gracias por leer :)

    5° Capítulo: Ataque de un pasado

    Se encontraba el comandante Caballero Negro, había gran conmoción y ruido, se dirigió a nosotros diciendo:


    -- Guardianes es cierto que había tomado la decisión de renunciar, pero tengan calma porque no lo haré. Tengo algunas noticias de nuestros enemigos, su nombre es el Escuadrón Celeyante los que hace once años invadieron los cinco reinos y los destruyeron sobre todo al reino de Canela, pero fueron derrotados, expulsados y juraron vengarse. Sé que podrá parecer una batalla que sólo tenía que ver conmigo, pero no lo hagan por mí, sino que por todas esas personas que cuentan con ustedes, espero contar con su apoyo, sé que será difícil--. Y luego de este discurso un guardián interrumpió:
    --¡Qué viva el Príncipe Comandante Noble Caballero Negro!-- a lo que respondimos
    -- ¡Qué viva!-- lo que significaba nuestro apoyo. Nuestro comandante estaba muy feliz y todos nosotros también.


    Luego de este gran discurso nos mandaron volver a cada uno al reino determinado, yo volví a Solnistic con Paulina a continuar vigilando las actividades en este reino y así pasaron cuatro días, en los que nuestro comandante noble hablo más detenidamente con los comandantes Blacke y Relyell, les contó acerca de una carta celeyante amenazando al rey de Canela, su padre y les explico que esa era la causa de retraso aquella vez en Cequirk. Les habló de esto para ponerlos en alerta y decidió dirigirse a cada reino para ver cómo iban. Primero se dirigió a Proment, bella tierra al sur de Tándares donde su rey Víctor lo recibió y conversaron sobre su pueblo el que el observo minuciosamente y hablo con los dos caballeros encargados de cuidar este reino, el Caballero Dorado y el Caballero Plateado quienes le dieron su informe que no registraban avances de movimientos en ataque. En seguida sin haber nada más se dirigió rápidamente a Solnistic que se encontraba al lado este de Proment y lo recibieron los dos caballeros encargados Malva y Earth que les entregaron los informes y decían:


    —¡Todo en orden mi comandante! — firmemente.
    —Me pasearé por Solnistic haber si encuentro alguna pista— les dijo con la incertidumbre de no saber lo que presentía.

    Mientras yo me encontraba entrenando lejos del grupo y no note que el comandante me estaba observando y se preguntaba quién sería por eso se acerco a mí y me dijo
    —Así que eras tú. Te has vuelto más fuerte desde la última vez que nos vimos—lo que le sorprendió
    — Comandante —le dije anonadada.
    —Sólo pasaba por aquí, casi no te reconozco— me dijo con una sonrisa en su boca.
    — La situación se ha vuelto muy difícil comandante— le dije yo.
    — Eso es cierto, en eso tienes razón- lo que aterrizo sus pensamientos.
    — ¿Ya has escuchado de los celeyantes? —me pregunto intranquilo.


    — Sólo escuche lo que usted dijo— le respondí no entendiéndolo
    — No me refiero a eso. Es que ellos después de atacar los cinco reinos, atacaron Tándares, ¿lo recuerdas? —me dijo lo que removió mis recuerdos bloqueados de la niñez.
    — ¿Celeyante?, creo que ellos mataron a mis padres —le dije con mucha tristeza.
    — Lo lamento, no lo sabía, a mi madre también la mataron ellos, ella era una guardiana y la persiguieron hasta Tándares y le dieron muerte, por eso me marché a Canela luego de unos días bajo la tutela de mi padre— removiendo sus recuerdos también.


    — Claro tienes razón, pero yo era pequeña y no lo recordaba bien— con tristeza recordaba.
    — Aunque la mataron no pudieron derrocar a los cinco reyes, por eso juraron vengarse y también porque unos guardianes que nos protegieron mataron a su comandante— me explicaba también con tristeza.
    Yo le dije que sería difícil vencerlos, pero él me explico que era posible
    — Marithza, pensé que ahora me tendrías más confianza, pero es al revés —me dijo mirándome fijamente. Yo no sabía que responderle, no sabía porque no podía tratarle diferente.
    —Reconozco que en un principio no me agradabas del todo, porque sabía que serías una muy buena guardiana y no quería reconocerlo —me dijo acordándose de hechos pasados.
    — Entonces está bien que te llamé por tu apodo de guardián —le dije sonriéndole. A lo que asintió en afirmación.
    —Sólo me asalta una duda ¿Cómo has sabido que era el escuadrón celeyante nuestro enemigo? —le pregunte esperando que su respuesta me alejara de mi duda.
    — Reconocí su insignia, aquella se me quedo grabada para siempre en mi mente y después recibió mi reino una carta amenazando a mi padre que provenía de su parte —me dijo pensando.
    —Entonces por eso te demoraste más en llegar aquella vez a Cequirk —le dije acordándome de esa antigua duda que aun rondaba mi mente.
    Luego me ofreció ver su piedra extraña no sé por qué y le pregunte qué significaba el grabado que tenía atrás.


    — Significa El Noble o La Nobleza en idioma celeyante según cuentan, pero no creas que yo tengo sangre Celeyante —me dijo primero tranquilo pero luego sobresaltado.
    — Mi madre huyo con esta piedra al espiar y enterarse de la importancia que significaba, se la llevo al bosque de Tándares, pero me la encargo a mí, me dijo que no me separara de ella. Así por buscar esta piedra se desencadenaron tantos conflictos y batallas. Te juró que cuando mataron a mi madre y conocí a mi padre, lo odie y nunca le rebele nada de esta piedra —me dijo con mucha tristeza en sus ojos. Yo no sabía que decirle para consolarlo, y retomo lo que me decía con determinación.
    — Ellos me están buscando hace tiempo, pero eso no es lo peor. Lo peor es que el que sabe más sobre eso esto mi medio hermano Zéfiro —me confesó. No podía creerlo aquel margón era el medio hermano de nuestro comandante.


    — Pero no puede ser. Además ¿piensas en sacarlo de la custodia guardiana? Es muy peligroso —le aconseje yo, pero él estaba decidido, para él eso era lo mejor.
    — No te preocupes estaré bien. Le haré una visita en esa prisión, no sé que consiga, pero lo intentaré —resolvió sin miramientos.
    — Es mejor que le digas al comandante Blacke— trataba de aconsejarle.
    — ¡Para eso soy comandante, haré lo que pueda! —me dijo sin querer escucharme más.

    Él se fue rápidamente y yo me fui a nuestro campamento, le conté parte de la historia a Paulina, pero sólo lo menos relevante y yo sólo me preguntaba que haría el Caballero Negro, lo vi tan decidido, pero me despertó de mis pensamientos la voz de Paulina llamándome.
    — ¡Dama Blanca! —lo que me asustó.
    — ¡Qué sucede!, ¿nos atacan? —le dije yo un poco asustada, pero ella me respondió que no había peligro, que quería preguntarme sobre el Caballero Malva y que no tenía porque estar tan nerviosa, pero no sabía que decirle porque no conocía mucho de él a lo que me respondió.
    —Cierto, ¿cómo me vas a responder, si en tu mente sólo te preocupas de nuestro comandante? —me insinúo.


    — ¡No es cierto!, ¡estoy concentrada en la misión! —le respondí, a lo que ella no me creyó.
    — Eso ni tú te lo crees, no sé para que lo niegas, tienen muchas cosas en común. Sé ve que te interesa. Ambos comparten temperamento fuerte, los dos aman la región de Tándares, ¡qué más quieres! —me dijo ella, lo que trajo a mi mente muchos prejuicios. Eso sería imposible. Primero yo soy una campesina y él un príncipe, pensaba mientras las palabras de Paulina retumbaban en mi mente.
    — ¡Ambos son guardianes! —continuaba diciendo.
    — ¡Él es nuestro comandante! — respondí sin querer escuchar lo que ella me decía.
    — Debemos de concentrarnos en la misión —y diciendo esto me marché.

    Blacke habló con Relyell y meditaron una estrategia para vencer a los celeyentes.
    —Antes —decía Relyell —teníamos refuerzos y una princesa guardiana, pero esa descendencia se perdió y corrieron rumores de la nueva aparición de ese linaje…-— pero Blacke decía
    — Ahora contamos con los diez caballeros y eso es lo que más me preocupa. Además me preocupa el collar de Dereck-- la preocupación rondaba por las mentes de ambos comandantes.
    — Tú sabes que el Caballero Negro nunca ha querido hablar de eso --
    — Va a tener que explicarnos muchas cosas, pero ahora eso no es lo más importante, sino encontrar una estrategia para vencerlos —decía Blacke.


    — No te olvides de Espejo, el comandante de los Celeyantes, aunque hace once años que no nos vemos —dijo Relyell recordando tantos años.
    Continuaban su conversación largo tiempo cuando pasé por fuera de su tienda y escuché cuando un guardián gritaba:


    — ¡Se ha escapado Zéfiro de prisión! Y ambos comandante se pusieron de pie
    —¡Otro problema más! —dijo Blacke apesadumbrado.

    N° palabras: 1443

    ¿Qué sucederá esta nueva vez?? continuara...
     
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    ¿Qué tramara esta nueva amenaza?... Gracias por leer.


    Yo me pasmé, pensé enseguida que el Caballero Negro era el culpable de aquello. Mientras en un lugar alejado, en la prisión se encontraba el Caballero Negro con Zéfiro:


    — ¿A qué has venido? —le dijo Zéfiro con molestia.
    — A hacerte una pequeña visita. ¿Tú conoces a los Celeyantes?, te pregunto porque ellos amenazaron a nuestro padre —le informo el guardián noble.
    — ¿Qué estás diciendo Dereck? —dijo el margón Zéfiro sorprendido.
    — Ellos mataron a nuestras madres, juraron vengarse de nuestro reino—le dijo Dereck tratando de convencerle.
    — Así que el favorito de papá necesita de mi ayuda —le dijo burlándose Zéfiro.
    — Es algo parecido, reconozco que necesito tu ayuda después de todo aunque no lo quieras eres mi hermano —le dijo el comandante guardián.


    — Medios hermanos, recuérdalo. Además todo comenzó por tu madre, si ella no le hubiera robado aquella piedra a los celeyantes nada hubiera pasado —le dijo enojado Zéfiro.
    — Te refieres a esta —le dijo Dereck mostrándole la piedra noble. Lo que impresionó mucho a aquel margón.
    — Pero… los celeyentes no podían tocarla, ya que sus corazones se ennegrecieron y se pervirtieron y sólo alguien de corazón bueno podía tenerla— le explico Zéfiro a Dereck.
    —Es decir que si mi corazón se hubiera ennegrecido, ¿me habría muerto? —le grito el comandante.


    — Exactamente lo que has dicho Dereck, pero no te preocupes, ya no te moriste aunque aun puede pasar — le dijo tranquilamente y agrego — ¿alguien más sabe que estas aquí? —.
    — Sólo una guardiana. Ella es muy buena guardiana —dijo Dereck sin pensarlo
    — Así, entonces entiendes muy bien de quien habló ¿cierto hermano? —le dijo Zéfiro en tono de burla con las manos colgando hacia afuera de su reja prisión percatándose de que Dereck hablaba para sí en voz alta.


    — Ya sabía que hablabas de Dama Blanca — agrego el margón.
    — Déjate de niñerías. ¿Nos ayudaras Zéfiro?, yo sé que me odias, pero hazlo por nuestro padre y por tu madre que la asesinaron. Te ofrezco hasta el reino de Canela —le dijo a su hermano.
    — Oferta tentadora hermanito, pero Canela es tuya, yo después hablaré con mi padre —le dijo Zéfiro pensando en lo que su hermano le ofrecía.
    — Pensé que la prisión te amargaría más hermano —le dijo Dereck.
    — Creo que aún te odio un poco, pero sé que no tienes nada que ver con esto. Tú sabes que no me simpatizan los guardianes, pero haré una excepción —le dijo Zéfiro con una sonrisa en los labios.
    — Al fin has recapacitado hermano — le dijo muy alegre aquel guardián.
    — Pero… ¿Blacke y Relyell? — dijo Zéfiro
    — Espero que no se sorprendan mucho, tratare de explicarles —dijo Dereck recordando que aún eso era de preocuparse.
    — Esos dos se van a escandalizar mucho hermano, no creo que los convenzas— le decía resignado Zéfiro.
    — Es mejor que nos vayamos ahora — le dijo Dereck sacándolo de esa prisión con la condición de ayudarles y lo envolvió con una manta negra.

    Ellos se marcharon hasta Solnistic en donde se encontraban Blacke y Relyell. Ambos estaban muy preocupados por la escapada de Zéfiro y la amenaza latente de los celeyantes, y al llegar el Caballero Negro junto a Zéfiro todos los guardianes se alejaban al verlo.

    Ellos pasaron al frente de mi, Dereck se detuvo y me preguntó si estaba Blacke y Relyell, yo le respondí que sí aún no perdiendo el miedo que significaba recordar a Zéfiro, el cual también se detuvo.
    — No has cambiado en nada Dama Blanca, pero has crecido un poco. Cambia ese semblante que no te haré daño —me dijo pasando su mano en mi cabeza y paso a la tienda junto a su hermano ante la sorpresa de los comandante que se encontraban adentro de su tienda y antes de que se cerrara la cortina de entrada, yo me aleje, ellos necesitaban privacidad, me fui a seguir practicando y me propuse entrenar mis ataques hasta la tarde y no me entere de nada hasta que el mismo Zéfiro llego a mi lugar de entrenamiento lo que me asusto.


    — Te has hecho más fuerte Dama Blanca —me dijo en su tono fastidioso
    — ¿Zéfiro qué haces aquí? —le respondí a aquel margón en alerta.
    — Esperando que Dereck termine de calmar a esos dos escandalosos de Blacke y Relyell. Menos mal que no estaba el desesperante de Luccio —me dijo burlándose.
    — ¿Nos ayudarás? — dudosamente le pregunte.
    —Tengo una deuda con ustedes, además Dereck no me dejara ir — y agrego
    — Tú le agradas a mi hermano, pensé que era por tu fuerza, pero creo que es por lo ¡preguntona que eres! — me dijo riéndose.


    — Lo lamento, pero creo que seguiré con mi práctica — molesta le dije.
    — Peleas igual a Dereck, seguro que él te entreno —me dijo inspeccionándome
    — Estas en lo incorrecto, a mi me entreno Blacke — le respondí ariscamente.
    —Entonces lo has observado mucho muchacha —trató de inquietarme.
    —Él es el mejor guardián, sólo trato de aprender —le dije. A lo que él me miro extrañado.
    — Los ayudaré sólo por mi padre —me dijo con rostro cabizbajo.
    — Yo sé que Dereck y tú son hermanos de padre, pero pensé que nos odiabas—le dije.
    — Sí en un principio era así, pero Dereck corre mucho peligro, más que mi padre, esa piedra puede matarlo y los celeyantes también. Verdaderamente él es el único que puede ayudar y vencer a los celeyantes. Sí su corazón se ennegrece no habrá quien nos ayude. Es como si el pasado volviera a nosotros a enfrentarnos otra vez, buscando una revancha muchachita —me explico aquel que yo pensaba que era insensible.


    — Pero…. —alcancé a decir yo.
    — Aún no termino, tú eres muy extraña. Estoy seguro que tuviste contacto con aquella piedra —me dijo mirándome fijamente
    — Sí eso es cierto la tuve unos días hace tiempo —le dije sin importancia.
    — Entonces los celeyantes también te buscaran —me dijo seriamente.
    — Entonces me iré lejos para despistarlos —le aseguré y estaba dispuesta a hacerlo en ese mismo momento cuando él me detuvo.
    — No es buena idea —me dijo y me llevo al campamento de regreso y pude observar como Dereck se nos acercaba, Zéfiro me soltó ante mis jalones y pasó por mi lado, pero no quise mirarlo, aunque Zéfiro dijo que era una mala idea marcharme, me iré pero pienso en eso detenidamente porque sería irresponsable de mi parte abandonarlos, por lo que pensaré en otra solución.


    Mientras Dereck habla con Zéfiro y le pregunta que me ha dicho o que me molesto buscando razón a mi mirada, el le respondió que me dijo acerca de la piedra lo que molestó mucho a Dereck.
    — ¡Que has hecho? —le dice muy enojado, pero Zéfiro se escapa de la situación preguntándole.
    — Mejor dime como te fue con esos revoltosos hermano, ¿aceptaron mi ayuda?— pregunta que no lo desvió del tema.
    — La quieres alejar verdad —volvió al contra ataque Dereck molesto.
    — No, yo no tengo esas intenciones, sólo le dije porque consideré que ella es importante para ti— le dijo tratando de calmarlo y agrego:
    — Los celeyantes también la buscaran, se que la quieres, pero eso pone en riesgo esta misión —le dijo a su hermano por primera vez importándole lo que fuera a ocurrir.
    — Eso lo solucionaremos otro día —le dijo enojado.


    — Pero no me has dicho que dijeron Blacke y Relyell —le dijo calmándole.
    —Ellos aceptaron tu ayuda muy a su pesar —le dijo aún enojado, pero más calmado. Zéfiro pensaba que ese disgusto fue peligroso porque su corazón debía de permanecer intacto y que no había servido en nada todo ese enojo que paso por lo que se sentía culpable.


    Por la mañana el comandante me buscaba y Zéfiro a él, nos encontramos los tres. Dereck estaba molesto con Zéfiro, pero yo le dije que era cierto todo lo él me explico, lo que hizo recapacitar al comandante y así también le expliqué que mi decisión sólo había sido un arrebato y que no me iría. Arreglado todo el comandante se marcho a los bosques a vigilar, pero Zéfiro continuaba preocupado por Dereck, lo que me hizo entender el amor de hermanos que existía aún a pesar del rencor que una vez había existido entre estos hermanos.
    Él sabía que su hermano continuaba enojado, yo quería hablar con el comandante, pero Zéfiro me detuvo moviendo su cabeza en negación.

    Pasaron unos días y los celeyantes nos atacaran y para eso estamos alerta. A nuestro comandante algo le molesta y tengo curiosidad de saber que le sucede, mientras pienso si es aún por la conversación de hace unos días cuando comenzaron los ataques que me despertaron de mis recuerdos. Primero comenzaron en Proment y Solnistic en donde me encuentro, nos separamos en dos grupos para poder defendernos mejor aunque ellos eran muy fuertes, yo me quede con el grupo de arqueros lanzando flechas cuidando nuestro fuerte y luego avancé individualmente cuando escuche a dos celeyantes escondidos y decían que las órdenes eran encontrar al noble y a su collar, buscaban al comandante y no permitiría que le hicieran daño, por eso los intercepte y los amarré para que no huyeran y se los encargue a la guardia para que los hicieran hablar más y revelar sus demás planes.

    Luego avancé abriéndome paso con mis flechas y mis cuchillas hasta encontrar a su líder el cuál era mucho más fuerte que sus súbditos y a pesar de eso me enfrenté a él, pero ni podía escapar de sus ataques, mucho menos contrarrestarlos cuando de un paso a otro yo ya estaba en el suelo con su espada en mi cuello listo para aniquilarme, iba a morir eso era inminente, cerré los ojos, pero sentí que alguien me ayudaba, abrí los ojos y era Zéfiro, quien desvió su espada hiriéndole su brazo derecho. Luego sonó un sonido agudo y ese celeyante me dijo que por ahora me había salvado, que en otra oportunidad nos volveríamos a ver las caras.

    — Te salvaste por poco Dama Blanca —me dijo Zéfiro quien acudió en mi rescate.
    — Gracias por ayudarme. Debemos encontrar a Dereck, lo van a matar— le dije
    — Sí tienes razón, debemos encontrarle antes de que esos celeyantes lo encuentren primero —me dijo él a toda prisa.
    — Yo iré por él, tú sigue defendiendo y si puedes ve a sanarte el brazo —le dije dirigiéndome en la dirección contraria con las armas en mis manos.

    Fui en su búsqueda y él estaba en medio de los celeyantes peleando y eran muchos, me uní a él para ayudarlo y luego de que abrimos paso le saque de allí con dirección a un escondite rápidamente por lo que le explique que un celeyante estaba buscando al "Noble", y él se sorprendió al escucharme y decidió que era mejor reagruparnos en nuestro campamento en donde al llegar Zéfiro le dijo que esa piedra que tenía debía ser entregada a su dueño verdadero o romperla, pero el comandante sólo le pregunto:


    — ¿Qué te sucedió en tu brazo? —porque no conocía a ninguna persona que hubiera podido herirlo en batalla, a lo que yo le explique que el me había ayudado cuando me enfrente al comandante Espejo de los celeyantes.


    Él se exalto y me dijo que eso había sido muy irresponsable de mi parte, lo que le produjo una puntada en el pecho lo que hizo crecer nuestra preocupación, lo llevamos rápidamente a la tienda de Cristina en donde recibiría atención médica y ella también nos dijo que el collar de Dereck lo estaba rechazando convirtiendo sus enojos en energía oscura que era redirigida a su cuerpo y que había que llevarla lejos de aquí, yo me sentí muy culpable y salí de esa tienda.


    — Todo fue mi culpa —me decía muy triste a lo que Zéfiro salió de la tienda y me detuvo.
    — No es tu culpa, mi hermano sólo se preocupa por ti, le importas mucho Dama Blanca, no sabes cuánto, sólo tú le puedes devolver su corazón intacto— me dijo aunque no sé el por qué de esa actitud, lo que sí es cierto es que debo ayudarle.
    —Por eso trataré de no enojarlo fuertemente, pero aún lo buscan —le dije a Zéfiro. Terminado de decir esto Dereck se levantó, según nuestro comandante él ya se sentía mejor y también nos dijo que él sabía hace tiempo que esa piedra algún día dejaría de ser suya y lo rechazaría y que estaba preparado para morir dignamente como comandante guardián.
    — Sí me pasará algo ¿tú te encargarías de Canela y de mi padre? —le pregunto a su hermano el que le respondió.
    — No te sucederá nada malo y podrás seguir reinando en Canela— con seguridad le miro.

    Nos teníamos que trasladar y volvernos a dividir para poder defender Caplion y Lismectium que hasta ellas había llegado este combate. Zéfiro sabía que Espejo era demasiado fuerte como para vencerlo el mismo, todos debíamos de apoyarles y yo también deseaba colaborar. Los generales celeyantes eran muy fuertes hasta para los caballeros era difícil la situación.

    Nuestro comandante Caballero Negro se marchó a Caplion y yo a Lismectium en donde me encontré con mis tres amigas otra vez, Las Damas Plateadas, Carolina una de ellas estaba herida y trate de con una tela sujetarle el brazo en una especie de venda que improvisé, las demás estaban bien y me decían que sus técnicas de espionaje habían mejorado y señalaron algo sobre el noble, me indicaban que todo esto era una treta para llegar hasta el rey de Canela para matarlo y terminar con su venganza, yo deseaba decírselo a Dereck, pero era algo imprudente y el Caballero Earth junto al Caballero Relámpago y el Caballero del Fuego me detuvieron.


    — Esta situación no le ayuda en nada a nuestro comandante, envenenaría más su corazón y eso podría causar un completo rechazó de parte de esa piedra que le costara la vida al comandante —me explicó el Caballero Earth. Lo que produjo un gran susto en mí.


    En Proment se encontraba Zéfiro tratando de convencer al comandante de desistir de atacar a Espejo en esas condiciones, pero Dereck testarudamente se dirigió a su reino no importándole morir, no sabiendo que aquello era una trampa para sepultarlo en ese mismo lugar, pero Espejo no se había enterado de que el rey, padre de Dereck y Zéfiro se había marchado por órdenes de sus hijos hacia un reino lejano que le prestó acogida mientras pasaba todo esto.


    Los guardianes trataban de proteger a las personas también, las evacuaron de los lugares con más alto riesgo, aunque ellos estaban muy cansados, ya que no daban tregua los celeyantes. Las Damas Plateadas, mis tres amigas me acompañaron a Canela, los Caballeros Earth y Relámpago fueron hacia Proment a derrotar a los refuerzos, al no poder hacer nada ante la posible muerte de nuestro comandante pensaba en las palabras de Blacke acerca de la descendencia de la última princesa guardiana que desapareció hace muchos años ante un ataque posiblemente margón y celeyantes juntos, pero Blacke y Relyell me contaron que ellos sabían de una descendencia de aquella mujer que se unió a un rey y tuvieron una hija, pero ¿cómo encontrarla para que Dereck no muera? Regen también oyó las palabras de Blacke y a los caballeros cuando estaban en el reino de Ámbar.


    — Esa historia se parece mucho a la vida de una princesa que conocí —me dijo aunque no estaba seguro de que fuera así decidió ir a buscarla, su nombre es Sinced, fue a buscarla lo más rápido posible para poder ayudar al comandante.

    – Nada perderé si no es ella —me dijo antes de marcharse y me pidió que fuera de refuerzo al reino de Canela, – Zéfiro y el comandante te necesitan- fue lo último que me dijo. Ya todo puesto de acuerdo, mis amigas me acompañaron, pero antes ellas fueron a buscar al general Luccio para preparar un contraataque a la amenaza Celeyante por si algo salía mal en Canela.


    Regen, Caballero del Fuego se dirigió rápidamente hacia la región del Ámbar a encontrar a la princesa Sinced para saber si aquella era la dueña heredera de la piedra que tiene la inscripción de noble atrás y no tardo mucho en llegar ante la sorpresa de muchos de los aldeanos que al verlo pensaron que habrían nuevos ataques y lo vieron atravesar hasta el palacio en donde lo recibió el rey preguntándole si existía una nueva amenaza, pero Regen le explicó que su visita no era por eso, sólo que el venía a preguntarles algo lo que le sorprendió al rey.
    —Sólo querías saber si su hija es heredera de una piedra—
    El rey no entendía nada, pero se dio a entender cuando observó a la princesa y ella lo observó a él.


    Regen les explicó la situación de los cinco reinos y en particular de Canela.
    Ella le dijo que su madre que había muerto le contó una historia sobre los celeyantes y que ella había buscado por todas partes aquella piedra, pero le dijo que esa piedra no pertenecía a sus manos, que sólo su madre había sido su guarda por un tiempo, por eso se pensaba que su procedencia era guardiana, lo que complicó más a Regen quién le preguntó si ella sabía alguna forma de controlarla porque ahora su guarda era su comandante y que lo estaba matando. Ella le prometió ayudarle y Regen le prometió al rey traer a su hija sana y salva y después de un tiempo ellos se dirigían hacia Canela.

    N° palabras: 2905

    ¿Qué sucederá con la piedra Noble?... Continuara
     
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  10.  
    Angel X

    Angel X Iniciado

    Piscis
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    Me a gustado mucho esta historia, tienes algunos errores de acentuación, puedo decir que me gusta tu estilo de narración y espero que mejores la descripción de los personajes porque no se comprende muy bien.
    Bueno espero la conti.
    Atte: Ángel X
     
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  11.  
    surisesshy

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    Escorpión
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    Me dejaste intrigadísima la primera temporada me gustó un montón, pero la segunda está mas interesante, pues ya hay pareja, claro, claro, nuestra preciosa dama blanca con el caballero negro (ironico no, blanco y negro) me gustará saber como avanzará esta pareja y si abrá un trio amoroso con el hermano del Caballero Negro.

    Aún así me intriga mucho todo eso de la princesa, espero y sea ella la que le pueda ayudar y que deroten al malvado ese, yo esperaba que fuera La Dama Blanca quien curara su corazoncito, pero me tendré que conformar con eso, me dejaste muy curiosa y yo que tengo complejo de gato, miauuuu.

    Me gustó mucho, siguela pronto y quero amor, beys.
     
  12.  
    Estrella Solitaria

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    Gracias a Ángel X y a Suri por leer y comentar, ya que me han incentivado a mejorar y continuar ;) Aquí traigo la continuación de esta historia, disfrútenla!!! :)

    El Caballero Negro se encontraba frente a frente con Espejo en su propio reino, él lo enfrentaba con gran habilidad y le decía que sin el dueño de la piedra nada lo podría detener y aún más encontrándose en esas circunstancias tan incómodas.
    Yo entré y Zéfiro estaba mal herido tendido en el suelo, había cubierto a Dereck de un ataque fulminante, con su resistencia margona que era más fuerte que la de su hermano, logrando así sobrevivir aunque con graves heridas, no sin antes aclarar la situación, aquel comandante celeyante era nada más ni nada menos que su tío, hermano de su padre, que al ser tan rebelde y alejado de su familia habría decidido irse y no lo habían vuelto a ver, aquello hace unos doce años.
    —Veo que me recuerdas muy bien — le dijo a Zéfiro que estaba aun en el suelo
    — Aunque yo era un niño me acuerdo muy bien de ti tío Damián — le dijo Zéfiro.
    — ¿Cómo tú un líder margón estas ayudando a un guardián, sobre todo a tu odioso hermano? — le pregunto Espejo
    — Los tiempos han cambiado tío y Dereck me necesita — le contestó
    — Es cierto, como pude olvidarme de tu rostro, ¡tú fuiste quien mato a mi madre! — le dijo el Caballero Negro. Lo que me impresionó mucho
    — ¡No puede ser!, ¿en qué te has convertido Espejo? Tú que trataste de alejarme de mi familia para vengarte, ¡sólo me utilizaste! — le dijo Zéfiro recordando su total influencia que lo llevo a odiar a Dereck y hasta tratar de matarlo.
    — ¡Reconozcan su derrota guardián y margón! — les dijo soltando una risotada
    — ¡No aún! —intervine junto a las Damas Plateada y añadí — ¡hasta que me maten tú no ganarás! — desafiante en nuestra actitud.
    — Eso será trabajo fácil— nos dijo y en rapidez se acerco a nosotras listo para atacar.
    — Pelea con nosotras también — dijeron mis amigas al ver que me atacaría hasta matarme.
    — Para mí es un placer— les dijo desafiante.
    — Tengan cuidado con sus armas, ahora todo depende de ustedes — nos dijo Zéfiro cuando la piedra remordía de gemidos a nuestro comandante y Zéfiro aún yacía en el suelo con una pierna posiblemente quebrada.

    Teníamos una larga pelea y no cesaba, parecía no estar cansado. Mientras nosotras estábamos cansadas, para Espejo era como un juego y mientras combatíamos él mando a sus tropas a interceptar a Regen y a la Princesa Sinced, pero para su sorpresa los caballeros Malva, Relámpago y Earth los derrotaron acudiendo en su ayuda. Mientras que en los demás reinos mis demás compañeros habían dado espectacular batalla, sólo en una ocasión los celeyantes casi nos ganan. Los cuatro reinos estaban librados, menos uno que era el reino de Canela. Camino a ese reino se reunieron con los caballeros, todos menos el Caballero Negro despejaban el camino para que llegara tanto Regen como la princesa Sinced. Dereck cada vez se debilitaba más, mis ataques no le hacían nada a Espejo, junto a mis amigas tratábamos pero nos superaba en fuerza, me tomo fuertemente del cuello cuando ya nuestra derrota se veía cercana, me lanzó al suelo, sangre un poco, pero no me daría por vencida porque dependía de nosotras. Hasta que sin darme cuenta Espejo aplico su mejor técnica usándose el mismo como un espejo y lo dirigió hacia Dereck copiando la forma y técnica del comandante lo que no dejaba de impresionarme aunque sólo era un espejismo no lo podía creer, tenía la misma forma de pelear y me vi desprevenida a esta situación cuando el lanzo una de las armas, me roso, pero menos mal que no me daño.
    —No te confíes Dama Blanca — me dijo el comandante en su dolor y que no era él, aunque lo pareciera bastante, que encontrará su debilidad me dijo en un susurro.
    —Todos saben que tú eres la que mejor conoce las técnicas de Dereck, sin lugar a dudas sólo tú puedes encontrarle la debilidad — me dijo Zéfiro, lo que molesto a Espejo quien le propino una patada. Al verlo traté con las últimas fuerzas que me quedaban y en el intento de distraerlo logré herirle su tobillo izquierdo, su falla de soporte del cuerpo, pensé en un segundo, pero aún era difícil de vencer, al verle era como si el mismo Caballero Negro me desafiará y me confundía a veces lo que me hacia recordar que él era Espejo solamente. En ese justo momento aparecieron los nueve caballeros con la princesa Sinced, mientras Blacke, Relyell, Luccio y los demás aún combatían a las afueras de Canela, en su esfuerzo por salvarla.

    Sinced corrió hacia el comandante para retirarle la piedra con mucho cuidado, el Caballero de las lianas y el Caballero Dorado ayudaron a ponerse de pie a Zéfiro que estaba muy lastimado y el Caballero Plateado me ayudo a ponerme de pie también y además ayudaron a ponerse de pie a mis amigas, pero para que sacaran a los más heridos había que entretener a Espejo de lo que se encargaron el Caballero del Fuego, Trueno y Rayo cuando aquel malvado celeyante aún tenía la forma del comandante.
    La princesa reconoció la piedra, pero no pudo tomarla porque esa piedra la rechazó, ¿qué haríamos ya que ella no era la verdadera dueña?. Ante eso entonces el comandante se dijo:
    — Si Dama Blanca lo hirió en el pie izquierdo, yo descubriré mi propia falla — y se puso de pie con sus últimas fuerzas y la princesa le grito que apuntará con la piedra que había absorbido el mal al punto débil de esa forma lo destruiría, pero él no podía controlarla, nadie podía por lo que decidí tomarla mientras el comandante afirmaba que lo derrotaría aunque le costara su propia vida y luego de luchar una vez más contra aquel celeyante, ambos apuntando a su punto débil con aquella piedra, le lanzamos el más feroz ataque de nuestras manos que yo haya visto y reveló su verdadero color oculto de hace tanto tiempo.
    El falso Caballero Negro, es decir Espejo fue derrotado, pero a pesar de todos los esfuerzos perdimos a varios guardianes en batalla, pero gracias a todo esto hemos podido lograr la victoria, pero aún en mi mente pienso ¿quién podrá ser el verdadero dueño?, porque estábamos seguros de que era ella. Después de esto Dereck se descompenso desmayándose y lo llevaron al campamento en donde Cristina sano a todos los guardianes heridos y a Zéfiro también.

    Luego de tanto tiempo comenzaron las reconstrucciones de estos reinos para que volvieran a brillar. El Caballero Negro nos agradeció mucho y su padre volvió a regir en Canela, a Zéfiro le dieron el reino que le correspondía de herencia a su nombre, en el cual él sería el regidor y lo nombró el Reino de Zafiro.
    La piedra noble estuvo en manos de la princesa un tiempo, pero luego ella se lo entregó de nuevo al Caballero Negro con el desafió de que encontrará al verdadero dueño y que así él le daría un mejor uso siendo su guarda un tiempo más y Regen se quedo junto a ella como su guardián en el reino del Ámbar.
    Cada caballero regresó a su región a evitar delincuencia menor y a descansar, el comandante Blacke dijo que nos merecíamos un largo tiempo de descanso y si algo pasaba nos volvería a llamar, nos dejo invitados a la ciudadela guardiana la Ciudadela Imperial, muy lejos de mi natal Tándares, pero aún así pensaba en ir. Las Damas Plateadas se marcharon a descansar regresando con sus familias que al fin habían logrado encontrar y yo me marché a una región más apacible para vivir y que fuera más pequeña como lo es Nifrum, ese es ahora mi hogar y creo que queda más cerca de la Ciudadela Imperial.

    Han pasado tantas cosas en tan pocos meses desde que me convertí en guardiana, en lo que han pasado ocho meses, aún soy novata, pero daré lo mejor de mí.

    N° palabras: 1324

    Así termina este quinto capítulo de la vida de Dama Blanca y la segunda temporada. ¿Qué nuevos desafíos enfrentaran y que nuevos amigos y enemigos vendrán?. Continuara...
     
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    Cortica pero buena, la seguna temporada me ha prendado.
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    No te apresures que aun les queda mucha historia sobre todo a esa pareja XD
     
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    Cortica pero buena, la seguna temporada me ha prendado.
    Pero no hubo el romance que yo tanto esperaba T.T, pero todavia queda una tercera temporada (esperanzada) gomen, soy chica y me gusta mucho el moe, jeje.
    Balla suerte tiene el pobre Caballero Negro con su familia, primero su medio hermano y después su tío, quien fue el que mató a su madre, solo por una piedra que ni él sabia si podia controlar, pero me alegra que Zefiro se ha reconciliado con su medio hermano y que halla tenido lo que merece de herencia.

    Ahora la paz vuelve otra vez, pero ¿Será definitiva? ¿Que otras aventuras les esperaran a nuestros caballeros? como siempre, esto em deja intrigada, ya quiero saber que más pasará y que nuevo enemigo vendrá, espero y ahora no se meta el primo al desquite, pues dudo que Espejo no tenga hijos.

    En espera de tu próxima temporada me despido, beys. n.n
     
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    Título:
    Dama Blanca, los guardianes y los 10 Caballeros
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    54
     
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    3170
    Aquí empieza la tercera temporada Gracias a los interesados en leer:)

    6°Capitulo : Un nuevo guardián aparece

    Quiero volver a la Ciudadela Imperial, pero no sé cómo llegar, por ahora aún disfruto de nuestro descanso y ya ha pasado el tiempo desde que vivo aquí y la gente de este pueblo ya me conoce, pero nadie sabe que soy una guardiana, ese es mi gran secreto. Pienso que en otro lugar lejos de aquí esta nuestro comandante aún recuperándose, espero que este bien.


    En Canela está el rey que ama a su pueblo y es un buen regidor y el Príncipe Dereck, el quiere ir a visitar a Zéfiro a su nuevo reino de llamado Zafiro, pero el rey no quiere que su hijo menor vaya, ya que aún se está recuperando y pienso en que he visto su rostro muy pocas veces como para reconocerlo del todo sin su traje de guardián. El rey finalmente accede y le da su permiso para marcharse y se va en su caballo café imponente llamado Candado.


    Zéfiro se ha convertido en un regidor muy bueno, se ha olvidado ya del odio y del rencor tanto a su padre como a su hermano. Él no sabe de la visita de su hermano, ya que el príncipe Dereck se detuvo en el pueblo a conocerlo y a observarlo y pasada unas horas el llegó a su palacio y Zéfiro lo recibió con los brazos abiertos y lo hizo pasar hacia el salón, conversaron bastante y Zéfiro quería saber si Dereck ya había reconocido su especial trato hacia Dama Blanca, o como el mismo le pregunto a su hermano.


    — ¿Ya le juraste tu amor a Dama Blanca? — pero eso no había pasado. Zéfiro le decía como consejero y hermano que no la dejara, que podría llegar cualquier otro a quien le interesara y fuera más decidido, pero Dereck le decía que él pensaba que ella no lo quería de esa manera y no quiso escuchar más a Zéfiro interrumpiéndole diciendo:

    — Ese tema ya lo resolveré más adelante — y Zéfiro al ver su molestia no insistió más.
    Fueron a cabalgar a los alrededores y se dedicaron a hablar de su reino del que esperaba grandes riquezas para su reino y su pueblo, de sus cosechas, minas de hierro y oro. También hablaron sobre los guardianes que por lo visto no habían vuelto a llamarlos y volvió a reconfirmar su ayuda ante cualquier adversidad.
    — Como has cambiado hermano — le decía Dereck que al notarlo se había sorprendido, al recordar todo lo que habían vivido.


    — Estoy para ayudarles aunque en mi esencia siga siendo margón — dijo Zéfiro que no se había fijado que su hermano aún portaba la piedra de la nobleza y se asombró al percatarse de eso.
    — Descuida no corro riesgo al tenerla hermano, la princesa me enseño a controlarla, ahora sólo sirve para escuchar mejor el sonido de la llamada guardiana — le dijo su hermano al notar que se preocupaba. Zéfiro se asombraba más con las palabras de su hermano y Dereck también le explico que sólo la portaba para encontrar a su verdadero dueño, pero Zéfiro no podía evitar acordarse de toda la amenaza que había provocado esa piedra y aún más al saber que Dereck quería tanto esa piedra como para no dejarla, pero Dereck le aclaró que había sido la misma quien se la había entregado para darle este mejor uso.


    Mientras esto sucede yo me encargo de asear mi nueva casa y tengo la ilusión de volver a la Ciudadela Imperial, quería viajar a algún reino en donde estuviera algún caballero o guardián que me indicara como llegar porque aquella base guardiana sólo la conocí en batalla y nunca pude disfrutarla, pensé en Canela, pero no quería interrumpir la recuperación del Caballero Negro. Me preguntaba si existía la posibilidad que aquí en este pueblo de Nifrum encontraría a algún guardián, pero esa idea fue fugaz.


    Me dirigí a un bosque de este sector y los llamé fuertemente, sin recibir respuesta, pero pensé que el reino aliado de Cequirk podía existir la posibilidad de encontrar alguna pista y emprendí ese viaje con lo que había ahorrado en este tiempo de algunos trabajos que realicé en una casa, por eso he descubierto que desde ese momento mi vida sólo ha tenido unos pocos descansos, pero mi nuevo objetivo es llegar a la Ciudadela Imperial, es mi anhelo. Así que decidí en camino a mi viaje ir al punto más cercano que era el reino de Ámbar en donde podía encontrar a Regen, el Caballero del Fuego y me dirigí rápidamente a ese lugar. Al llegar me dirigí al palacio de la princesa Sinced en donde me detuvieron los guardias reales, les dije que conocía a la princesa, pero no me dejaron acceder porque no me creyeron y ante mis gritos ella salió aunque le recomendaban que no lo hiciera, ella me recibió y me pregunto:


    — ¿Quién eres tú y que buscas en mi reino? — dijo ella tranquilamente
    — Soy Dama Blanca, su majestad, nos conocimos en la batalla contra los celeyantes — le contesté
    — Es cierto, tú eres la valiente que ayudó al comandante guardián Caballero Negro- dijo ella admirada.
    — ¿Qué deseas de mi reino? — me preguntó un poco preocupada.
    — Deseo ver al Caballero Regen, necesito hablar con él — le dije y me invitó a pasar hasta el jardín posterior me guió ya que Regen estaba ocupado practicando prepararse ante cualquier peligro. Lo interrumpí preguntándole cómo llegar a la Ciudadela Imperial.
    — Déjate guiar por tu instinto — me recomendó. Todo real guardián puede encontrar esta nuestra ciudadela, no te preocupes, la encontrarás— añadió él e hizo un dibujo, yo le agradecí y me marché.

    El primer punto era un lugar llamado Nébius y tomando ese camino debía cruzar un puente, menos mal que existía porque el río era caudaloso y torrentoso, el puente era largo y antiguo elevado por sobre esas aguas, por eso evitaba mirar a bajo. Luego llegue sin problemas al pueblo en donde para su gente era normal atravesar ese puente. Este pueblo estaba entre dos ríos por lo que contaba con dos puentes iguales elevado igual que el anterior por sobre las aguas. Sólo me detuve un momento en ese pueblo, en donde me reabastecí. Luego al continuar pensaba si este puente pudiera hablar me indicaría el camino, pero no es así y me siento perdida.

    El último punto señalado era un bosque que seguí después de ese río, pero el sol no me acompaño más, oscureció y dormí bajo la silueta de dos árboles, mi viaje ha demorado más de lo que pensaba, pensé que llegaría en un día, pero han pasado tres días.


    Mi mente descansó pese al frió del lugar y ya a la mañana siguiente estaba preparada para continuar mi viaje luego de comer algunas frutas cuando detrás de mí sonaron unos pasos casi imperceptibles a mi oído, enseguida articulé una patada hacia atrás, mi pierna quedo casi en su cara y me disculpe enseguida, porque era el comandante Caballero Negro, como príncipe claro, no como guardián. Él se asombró de que haya escuchado sus pasos y una vez más me dijo que había mejorado bastante.


    — ¿Cómo ha sabido que me encontraba en estas tierras? — le pregunté y también le pregunté si acaso ya se había recuperado y si ya habían cicatrizado sus heridas. Él me dijo que Regen le había enviado una carta con un mensajero informándole de todo, porque él era el que mejor conocía la ruta hacia la Ciudadela Imperial y si yo quería ante mi interés él podía llevarme si yo lo deseaba, yo le respondí que me las podía arreglar por mi sola, pero él no me dejo e insistió en acompañarme, que no me preocupara de sus heridas que estaban sanas por completo. Entonces me acompañó aún en contra de mi voluntad como en un principio, pero eso ya era de menor importancia.
    El príncipe Dereck me señaló el siguiente lugar, pero me indico que esas tierras eran de unos rebeldes que desde hace unos años dominaban el lugar, teníamos que ser muy silenciosos para no despertar sospechas y que por eso cuando me llevo la primera vez habíamos rodeado ese lugar.

    Caminamos sigilosamente a través de los arbustos y atravesamos hasta el siguiente pueblo sin novedad alguna, este pueblo se llama Crisolm, aquel era muy colorido, tranquilo y yo siempre preguntaba cuando llegaríamos porque ya me estaba cansando bastante, pero él se veía muy feliz, despreocupado y alegre, seguro que conocía tantos lugares y se sentía bien fuera de su reino.


    Al cabo de pocos días atravesando pequeños pueblos aledaños, caminos peligrosos y muy poco transitados, oscuros bosques y otros peligros llegamos a un lugar muy simple sólo con unos pocos árboles y unas piedras de diversos tamaños acomodadas como sin importancia a una lado, el presiono una de ellas
    — Caballero Negro — dijo y se corrió una pared invisible por la maleza del lugar esta era una de las cuatro entradas a la base guardiana, esta era la entrada oeste, yo estaba muy asombrada, después de esa pared continuaba un túnel iba a entrar, pero él me detuvo con su brazo y me dijo que lo tenía que seguir al mismo compás.
    — Primero es un paso largo, ten cuidado al pisar hay trampas por todos lados, luego pisa a la izquierda y abajo, agáchate rueda o unas flechas te atravesaran. Derecha y salto — me decía todo esto luego de entrar, le seguí el compas que me decía al momento en que lo pronunciaba y vi fuego detrás de mí las trampas eran impresionantes.


    — Por eso muy pocas veces bien por esta ruta, la mayoría viene por el norte sobre todo cuando nos reunimos ante batallas— me explicaba burlándose de que escogiera esta ruta.

    — Claro quien estaría tan loco como para volver a entrar por aquí — le dije entre risas mientras esquivaba las trampas de este túnel.
    — Al suelo o te quemaras, paso corto atrás, paso largo adelante, el último salto—me dijo y llegamos cansados, pero todo eso había sido emocionante.


    Al llegar, me sorprendí de que saliéramos con vida, pero lo que estaba al otro lado era increíble, casas en los árboles con sogas y escaleras cubiertas de ramas, flores de colores en la cual viven algunos guardianes que no tienen hogar, era la entrada oeste y no la conocía.
    Dereck me miró como si yo fuera una niña viendo algo nuevo y precioso y así era, estaba asombrada. Ahí estaba Blacke quien me miro asombrado de que pudiera llegar y más aún de la presencia del comandante noble quien se suponía debería estar descansando para sanar sus heridas y reponer fuerzas en el reino de Canela.


    Mientras yo me divertía conociendo el lugar, Blacke hablaba con Dereck, el lugar era precioso para unas vacaciones pensaba yo, así que decidí quedarme unos días si Blacke me autorizaba. Me paseaba por todos los alrededores, conversé con unos guardianes que se quedaron aquí, estaba muy feliz.


    Blacke conversaba con Dereck acerca de los posibles peligros y que para eso habían traído a otro guardián llamado Capa Blanca el cual era muy fuerte, lo que hizo enojar a Dereck con esa decisión, porque consideraba que con los diez caballeros bastaba, Blacke le dijo que la vez anterior había existido muchas complicaciones para derrotar a los enemigos, escuché esto al acercarme a la tienda en donde se discutían los planes a seguir y al poco tiempo de escuchar esto me toco el hombro un guardián.
    — Una chica tan linda no debe escuchar las conversaciones de los comandantes —me dijo él galantemente.
    — ¿Quién eres tú? —le pregunte segura de que no lo conocía, lo que le extraño.
    — Me llaman Capa Blanca, me han llamado para ayudarles. Observé que estas bajo la compañía de uno de los comandantes, debes ser alguien importante — me dijo muy cerca lo que me incomodaba.
    — Te equivocas, sólo soy una guardiana que ha pedido que le mostraran como llegar a la Ciudadela Imperial — le dije tratando de alejarle, pero él pareció no creerme.


    Adentro se escuchaba la negativa del Caballero Negro a la llegada de Capa Blanca, pero Blacke le dijo que ya era tarde porque él ya estaba aquí lo que hizo enojar mucho a Dereck
    — ¡Debiste habérmelo consultado antes, toda decisión importante siempre es consultado por todos los comandantes! — le decía él enojado. Blacke trataba de apaciguarle y hacerle entender el propósito que él tenía.
    — Él nos va a ayudar porque si necesitamos ayuda-— explicaba él tratando de razonar.


    Luego de un tiempo de discusión terminó por aceptarlo, aunque salió de esa tienda enojado y se topo con nosotros que estábamos afuera de la tienda, me mando adentro a hablar con Blacke porque él se lo había pedido. Mientras Capa Blanca y el comandante discutían. Capa Blanca le explicaba que no lo reemplazaría como comandante, pero al Caballero Negro eso no le importaba, él no lo quería cerca, Capa Blanca le dijo que había venido para quedarse. Yo mientras tanto hablaba con Blacke quien me preguntaba sobre lo que deseaba hacer, si pensaba quedarme o sobre cuál era el motivo de mi visita, a lo que le respondí que deseaba quedarme por un tiempo y continuar admirando la Ciudadela Imperial a lo que Blacke me lo permitió.


    Al salir de esa tienda aquellos dos guardianes continuaban discutiendo, el comandante le decía una vez más que no lo necesitaban que se devolviera de donde había venido, pero Capa Blanca no quería regresar, ya que sólo había estado presente en la batalla con los margones y tampoco con los celeyantes, quería una revancha, de repente se escuchó algo de su boca que enfureció hasta más no poder al comandante.


    — ¡Tú que portas el grado de comandante, y tú mismo te glorias, llevaste a tu escuadrón a una batalla que era sólo tuya!, Zéfiro medio hermano tuyo y Espejo hermano de tu padre. ¡Qué clase de guardián eres! — pero el comandante sólo respondió.
    — ¡Piensa lo que quieras, a mi no me interesa la opinión de un guardián como tú que les habla dulce a todas las jovencitas y descuida su labor! — decía restregándole lo que él pensaba desde que lo conoció.


    Yo no me podía quedar ajena a esta discusión y le aclare a ese guardián que el comandante nos había preguntado a todos si deseábamos participar en esa batalla y que todos estuvimos de acuerdo, lo que impresionó a ese nuevo guardián, pero el Caballero Negro no deseaba estar frente de él ni un minuto más y me dijo que si deseaba quedarme que me quedará, intente detenerlo, pero no pude.

    N° palabras: 2422.
    Continuara...
     
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    :)

    Dereck se alejó rápidamente y al llegar a su reino estaba su gran amigo de la infancia, Steven, aquel era muy maduro para ser un muchacho de veinte y dos años, él era quien ayudaba a Dereck a tomar buenas decisiones, ayudaba también a calmar sus enojos cuando nadie podía lograrlo, sin duda era uno de los grandes amigos que el príncipe tenía. Dereck le explico todo lo que paso, pero Steven no podía entender cuál era el problema real, parecía ser un conflicto sin razón, pero el problema continuaba de todas formas, Steven termino por concluir que pasaba, Dereck estaba celoso de Capa Blanca y se lo dijo claramente, él lo negó, no tenía nada que envidiarle le decía, pero Steven lo entendía aunque no sabía qué tipo de envidia era, pero eran celos, celos de algo que Dereck no quería pronunciar.


    Pasaron los días yo aún estoy en la Ciudadela Imperial, me voy mañana a Nifrum, Capa Blanca aún está molesto con el Caballero Negro, pero también galantea con todas las muchachas que ve, aunque aquí esa faceta ya se la conocen y hablaba con Blacke, me gustaría que arreglaran sus problemas, por eso fui a hablar con Capa Blanca para saber si podía obtener alguna pista, él me dijo que era problema de Dereck no suyo, él pensaba que podía ser porque el comandante podía pensar que le quitaría atribuciones de comandante, aunque no estaba seguro del todo.


    — No lo sé, estaba muy molesto como para que se tratara de eso preciosa— me explicaba galanteando como siempre.
    — Además tienes que reconocer que le irritaste demasiado. El tiene razón en que estas tratando de conquistarlas a todas — le dije y mirando el tiempo me despedí de ese guardián.
    — Ya te vas y ni siquiera pude conocerte lo suficiente preciosa — me dijo apenado de no poder seguir coqueteando conmigo.
    —Ya habrá otro momento, adiós Capa Blanca — le dije para alejarme del.

    Me marché de allí y para evitar las trampas Blacke oprimió un botón de piedra y me explicó que de este lado si podía evitar las trampas, pero del otro lado de este túnel tenía que encontrar a otro guardián para poder entrar por este lado oeste. Dicho esto oprimió aquella piedra y desactivo todas las trampas pudiendo de este modo pasar sin ningún riesgo, les di las gracias y me fui rumbo a Nifrum, siguiendo el mismo camino.


    En Nifrum estaban proclamando un edicto de parte del rey Gustavo V, quien era propietario de esta tierra también , una nueva ley pensé, pero al acercarme me percaté que daban a conocer un nuevo peligro en las regiones cercanas, entonces me di cuenta que en el tiempo que yo me había marchado había reinado el terror en las zonas cercanas y me sentía culpable, decían que era tan peligroso que no querían ver a ningún héroe por esos lugares, al igual como paso en Tándares, pero yo sabía que debía ir.

    Mientras tanto, en el reino de Canela el Caballero Negro estaba planeando visitar a todos los caballeros, porque en el fondo presentía un nuevo ataque que se acercaba, pero al llegar a cada reino todos decían lo mismo.
    — Todo está bien y sin novedad comandante — y al regresar a su reino el presentimiento era más fuerte, su padre le pidió de favor ir con él hacia el reino del rey Gustavo, Amsed en el cuál se reunían de todos los lugares para discutir qué hacer ante este nuevo problema en el que de hecho Nifrum era el núcleo de información. Me entere de esto cuando me topé con él, iba en un carruaje proporcionado por aquel rey y pidió al cochero que se acercara a mí, iba con su amigo y su padre, me dijo que nos veríamos pronto y siguió en su carruaje, al ver su rostro lo note preocupado que decidí buscarlo en los pueblos cercanos, pero no di con él.


    Después por la tarde me enteré que todos los reyes convocados estaban en una reunión oficial, en la que supuse que estaría el rey y Dereck y así fue. Él fue quien se encargo de que nos viéramos, pero a mi sorpresa estaban todos los caballeros, nuestro comandante nos explicó de que se había tratado la reunión a la que Regen también había asistido en compañía del rey y conocía tan bien como Dereck los temas que se habían tratado, una amenaza de nuevo, pero estaba vez teníamos que proteger a las personas de todos estos reinos cercanos, alguien no nos quería cerca, pero ¿quién será ahora? esa era la pregunta clave y ¿por qué querrá hacerle daño a las personas de estos alrededores?, todo estaba sin respuesta y fue por un largo tiempo.


    Nos dijeron que Blacke y Relyell estaba por llegar, yo no sabía qué hacer, ya que Nifrum estaba en medio de todo esto, mi hogar otra vez en alto riesgo, pero estaba vez sea quien sea no permitiré que eso pase. Los caballeros también estaban muy preocupados, me dieron a entender que los reinos de las piedras preciosas tenían problemas y entre ellos estaba el reino del Ámbar, de la princesa Sinced, el reino del Rubí también, reino de Esmeralda, Topacio, de Perlas, Diamante y Circonio todo esto por una fuerza extraña y desconocida.


    Unos días después de esto empaque mis cosas, ya que esa era la zona de alto riesgo y nos echaron a todos obligándome una vez más a irme del lugar precioso que había encontrado y estaba triste, el guardián Neblas a quien conocí en Nifrum me guió de nuevo a la Ciudadela Imperial, pero esta vez por la entrada norte y hay dejé mis objetos de más valor e inmediatamente me dirigí a la convocatoria para saber los avances logrados. Capa Blanca también estaba allí, pero no impidió su enojo contra el Caballero Negro su participación en la batalla. Me percaté que Blacke y Relyell estaban presentes, ellos dieron sus informes de investigación, mientras yo me encontraba a lo lejos y aún así quería participar de eso y darme por enterada, trate de espiar y recibí una noticia, si existían aquellos enemigos eran el doble de fuerte que los celeyantes, su nombre eran los Gargermentis una antigua tribu rebelde que había sido atrapada por los antiguos guardianes y que querían la revancha, me entere al escuchar a uno de ellos, también tienen enemigos por todas partes, pero son aparentemente menos en número por eso no los enfrentan, ellos poseen espías por toda la región y supongo que ya conocen de nuestros movimientos, no podía ir con los guardianes sabiendo hasta su ubicación y que podía hacer algo, me dirigí a donde la pista de nuestros enemigos me llevaba.


    Los guardianes me esperaban y ya se preocupaban, Blacke le mandó a Dereck buscarme, pero me marché rápidamente hasta las afueras de este pueblo, los observé y obtuve datos, pero me sorprendieron los espías de ellos y me llevaron hasta su general Rútin, él me amarro de manos y pies me apuntaba con su espada, pero algo lo hizo desistir de matarme.


    — Me servirás para mandarles un mensaje, si sales viva de aquí—, me miro amenazante. Le pregunté por qué hacia esto y él me respondió que era la revancha tan anhelada de él y sus antepasados, que por culpa de los guardianes perdieron sus tierras. Querían venganza eso estaba claro, además me dijo algo grave, su comandante supremo era el que había tratado con los margones y celeyantes al darse cuenta que los guardianes eran su enemigo en común manejándolos a su antojo, sobre todo para matar al comandante Caballero Negro para probar que él era el mejor y que había recompensa para aquel gargermentis que le trajera su cabeza.

    Todo esto me impactó cuando él se retiro trate de zafarme, pude sacar una cuchilla de mi bota y corté la cuerda, combatí con los gargenmentis hasta derrotarlos y me escape, sólo con una flecha en el brazo que me alcanzó, caí fuera de sus territorios al suelo y me desmayé. Sólo escuchaba voces a lo lejos, creo que era el Caballero Earth diciendo que me había encontrado y lo siguiente que escuché fue al Caballero Negro tratando de hacerme reaccionar, pero no podía, él me tomo en brazos ya estaba muy herida según lo que me dijeron tenía pulso débil.

    Cuando desperté estaba en una habitación desconocida, escuchaba voces detrás de la puerta, era Blacke que decía que ellos también podían quedarse, que se había puesto de acuerdo con los organizadores de la reunión, había habitaciones de sobra, que no se preocuparan y en un momento todos se fueron de la puerta y todo quedo en silencio, yo me sentía mejor, pero me dolía la cabeza, además del brazo que ya no tenía la flecha. Alguien abrió la puerta y entro, miré y era el comandante noble que estaba muy enojado, me dijo fuertemente.


    — ¿Por qué no me dijiste que pensabas hacer?, ¿acaso ya no confías en mí y en los guardianes? ¡Tenías que haberme avisado! — me reclamo él, yo le quería dar a entender que esos datos los había obtenido unos minutos antes de nuestra reunión y que no pude darle aviso, él me escucho, pero me dijo.
    — ¡Sin embargo lo que hiciste ha sido una gran irresponsabilidad, no te das cuenta que corriste un gran peligro! — me regañaba el comandante.


    Se marchó después de decirme eso, no pude decirle que querían su cabeza, que lo estaban buscando y matando gente por saber quién era él. Blacke lo observó salir muy enojado y entro a conversar conmigo, a él pude decirle lo que quería decirle al comandante noble, me dijo extrañado que no podía creer que esa tribu que se había dado por desaparecida ahora quisiera la revancha. Fue a buscar al Caballero Negro, yo a pesar de todo lo seguí y los dos lo buscamos, mis heridas estaban mejor y afuera estaba la piedra de la nobleza en el suelo.

    Yo me sorprendí mucho ya que él nunca se separa de esa piedra, sólo una vez lo hizo y de eso ya hace mucho tiempo, estaba sorprendida. Me dijo Blacke que no pensaba que lo haría, él había dejado a los guardianes entregándonos esa piedra, Steven también estaba preocupado por lo que nos dijo que se había comportado muy extraño.


    — Me dijo que ya no confiaban en él, que confiaran mejor en Capa Blanca—. En ese momento mi corazón se entristeció, tenía que encontrarlo, podrían matarlo, no nos podía dejar, sin él los caballeros y todos perdemos organización, coordinación y a un gran guardián. Le pedí a Blacke dejarme ir a buscarlo antes de que alguien se enterara de la recompensa que pesaba sobre su cabeza, él me concedió su permiso luego de alistarme con mis cuchillas, arco y que lo observé, mirada fría otra vez, ya que hace tiempo era más tierna su mirada la que ahora extraño, seguro es por su enojo conmigo pensé.

    Yo lo miraba, él ignoraba mi presencia hasta que nuestras miradas se toparon, su voz sonó como estruendo preguntándome que hacia ahí y yo respondiéndole que venía para que regresara y que no desconfiaba de él, pero él no quería escucharme sonaba lejano y distante, sabía que estaba enojado conmigo, le dije cuanto lo necesitábamos.

    — Regresaré por la mañana — me dijo aquel noble comandante, entonces se fue en dirección de Zafiro y yo al palacio de reunión y allí le comunique a Blacke lo que sucedió, para suerte de todos nosotros nadie había advertido la ausencia del comandante, pero Blacke aclaró en seguida que él estaba en una misión para encontrar más pistas.
    —Lo que sabemos es que buscan a una campesina, por un objetivo desconocido aún para nosotros, quieren venganza, Rútin ha vuelto a atormentar a la gente, los reinos de las piedras preciosas están en riesgo. Regen debe estar atento en el reino del Ámbar — nos explicaba él poniéndonos en alerta.

    Mientras sucedía esto Dereck enfurecido entraba en el palacio de su hermano, Zéfiro desconcertado preguntaba qué había sucedido y en su mente no encontraba respuesta para esa expresión de su hermano, Dereck le contestaba
    — Se te hace conocido el nombre de Rútin — dijo muy molesto.
    — Tratamos con él, pero no conocimos a su comandante y los pocos que tuvieron ese placer están muertos en la batalla entre margones y guardianes— terminó su hermano. Esto tranquilizó a Dereck quien se lo llevo a tirones para que nos ayudara, sólo le dio el tiempo para decirle a su consejero que dieran aviso a su padre y se hiciera responsable por unos días de Zafiro.

    Regen estaba vigilante en el reino de Ámbar mientras yo explicaba lo que había oído de la boca de aquel gargenmentis asqueroso. Dereck entró con Zéfiro mientras hablaba, él nos explicó sus tratos de parte margón como celeyante hacia los gargenmentis, de lo conveniente que había resultado el odio entre familia de lo cual se aprovecha aquel aparente inteligente comandante desconocido. No sé que podremos hacer, lo que sé es que este nuevo peligro incluye a las personas inocentes, devastaran nuestras tierras como se supone que lo han hecho los antiguos guardianes. Dereck recibió informes de la vigilancia continua de Regen lo que era un punto a nuestro favor.
    — Tú y yo aún tenemos mucho de qué hablar, así que no te vayas Zéfiro— le dijo seriamente, su mirada fría aún me indicaba su enojo, concentración e indiferencia, como remontándose al pasado, a ese pasado teñido de sangre. Quería saber el núcleo de sus sentimientos, pero sentí que inmiscuirme en sus asuntos era demasiado, miraba un punto fijo mientras pensaba esto.
    — Ven Dama Blanca— me dijo el Caballero Trueno.
    — Blacke llamará a Relyell junto al escuadrón Sombra Alumbrante, ya que su especialidad es el camuflaje — me explicaba cuando recordé que Dereck nos dijo que confiáramos en el guardián Capa Blanca mientras no estaba él, eso nos dejo pasmados y más cuando Capa Blanca respondió:
    — A sus órdenes comandante — no lo podíamos creer.
    Por fin se ha arreglado esa situación y no nos dimos cuenta como se volvieron por así decirlo amigos. Steven también nos contribuiría con sus análisis y estrategias. Está pasando el tiempo y todos los antiguos enemigos están regresando en sangre de guerra ¿qué podrá pasar?, por eso preparamos una estrategia muy certera que creo no fallara.


    Aún defendemos a todos los pueblos, rescaté a unas niñas de un gargenmentis, luchamos en plenas calles contra ellos, estoy preocupada del comandante, buscan su cabeza. Nos dividimos buscando a la persona que ellos quieren encontrar, Steven piensa que si nos anticipamos no sólo podremos cuidar a él o la muchacha o muchacho sino desbaratar sus planes de venganza. Me entere que el General Luccio también se hará presente en esta batalla, los informes de avance enviados del escuadrón Sombra Alumbrante son pocos, pero los gargenmentis han actuado con brutalidad, sus ataques se han potenciado en batalla estamos.


    Me dirigí hacia el reino de Diamante, el Caballero Negro se marchó a Topacio por eso de él no sabemos nada mientras que en Diamante la situación está muy difícil aunque me entere que en este reino se ha concentrado un grupo de guardianes que no están registrados como nuestro, pero que de todas maneras nos ayudan.


    Los gargenmentis buscan a una niña, siguiendo algunas pistas me dirigí hasta aquí en donde a sangre fría han atacado a la gente y he tratado de hacer todo lo posible junto a Paulina y algunos de los caballeros como el de las lianas filudas que todos preferimos llamarle Bosque, Dorado y Plateado. Relyell está cerca de este reino combatiendo también junto a Luccio. Blacke está en Topacio y el resto de los guardianes se han dividido, esta vez nos superan en número y si no hacemos algo pronto nos vencerán y mataran sin compasión no dejando ni rastro ni huella que alguna vez existimos.


    El Caballero Dorado me dijo que posiblemente buscaban un cristal que puede llamar a un ejército que ha estado oculto para su beneficio y así poder vencerlos de una buena vez, eso me da vueltas en la cabeza. Me fui hacia el oeste del reino del reino de Diamante, le combatí en las mismas calles para defender a las personas. Hace unos instantes bombardearon estos alrededores, una madre y su hija estaban siendo atacadas, me apresuré a ayudarlas lanzando mis cuchillas que fueron muy certeras, las alejé del peligro agudo que se vive como una crisis civil.

    Al alejarme a las afueras observé a una niña llorando, tenía heridas por todo el cuerpo y sangraba, aquella muchacha no sobrepasaba los trece años, era indefensa cual bebe recién nacido, me acerqué a ella, pero presenta mucha hostilidad al observar mejor me percate de un cuerpo sin vida a su lado de un gargenmentis, al alejarse me mostro un cuchillo pequeño amenazante, estaba muy confundida, le di a entender que no quería hacerle daño y al comprobar eso me abrazó llorando y desconsolada.

    Luego de calmarla un tiempo le sané y desinfecte sus heridas con un estuche que me dio Cristina hace un tiempo el que siempre traigo conmigo, la niña me contó de su desafortunada vida en este reino y otras cuantas cosas que me parecieron sorprendentes, también depositó su confianza en mí al saber que era una guardiana, toda presurosa me extendió sobre mis manos un cristal verde brillante y me dio instrucciones de cuidarlo mucho y defenderlo con mi vida, ya que de eso dependía nuestra victoria y se alejó corriendo al sentir cerca aun gargenmentis.

    Me dirigí hacia una base pequeña instaurada hace poco y el Caballero Bosque junto con Vetrusca que se había unido a la batalla junto a Cristina, quien conocía de hierbas medicinales de todo tipo lo cual nos servía de todos los puntos previstos. Escuchaban de los informes entregados por el Caballero Plateado en el cual la derrota en Circonio y la victoria en Topacio nos tensionaban. Mis amigas habían sido vistas en Rubí y Regen todavía defendía el reino del Ámbar, las batallas eran muy grandes también en Esmeralda se encontraba Luccio y Relyell, en Perlas los guardianes del escuadrón Estrella del Sur hacían lo suyo, Steven permaneció en el palacio, Zéfiro estaba junto a su hermano, los caballeros del Rayo y del Trueno ambos hermanos gemelos idénticos del cual sólo se diferenciaban en algunos detalles que sólo el Caballero Negro distinguía, ellos ayudaban en todos lados con su alegría y agilidad, también El Caballero Malva les ayudaba y yo aún pensativa y sin reaccionar por aquella niña extraña y ese cristal.

    N° palabras: 3107.

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    surisesshy

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    Wiiiii, que bueno está la tercera temporada.
    Ummmmm, el Caballero Negro está celoso, pero el muy torpe todavia no se da cuenta o no quiere aceptar sus sentimientos hacia Dama Blanca, ella tampoco se da cuenta y a este paso tardarán mucho en haserlo, con tantas guerras interrumpiendolos, espero y pronto hagan pareja.
    Huy, ya tenemos a un enamorón, espero y no nos salga como el maestro Rochi XD.
    Me gustó mucho este capi, espero la conti pronto amiga y que sea ese cristal la solución de todos sus males, beys.
     
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    Bueno en especial traigo la continuación a Suri que se ha tomado la molestia de leer y comentar y también para todos los interesados :) Disfrutenla!!!

    Pasados unos días Relyell y Luccio volvieron a Diamante junto a nosotros y yo me dirigí a las afueras a buscar a la muchacha, un gargenmentis me atacó pero pude reaccionar a tiempo esquivando su ataque y derribándolo, su objetivo no era yo sino aquella muchacha que había visto el otro día, la defendí y con agilidad derroté al oponente que sólo me resultó con unos pocos roces en los brazos, pero ella estaba a salvo le dije que esa área no era segura y que el cristal no estaba seguro estando conmigo por lo que se lo entregue y la llevé a la base instalada un poco lejos del palacio de reunión, en donde se encontraban llegando de Esmeralda Luccio y Relyell y al ver a éste último ella se alegro mucho y corrió a abrazarlo, lo que me sorprendió. Vetrusca junto a las demás nos quedamos mirando aquel acto inesperado, supuse que ellos se conocían y lo confirmó enseguida Relyell al decirle:


    — ¡Sobrina! — lo cual me sorprendió aún más a todos. Después de eso Relyell nos explicó a petición de la mayoría que aquella muchacha se llamaba Aníss, su madre había muerto, de ella era aquel cristal verde que ahora pertenecía a la hija. Relyell se hizo cargo de Aníss desde aquel momento, pero la mantuvo oculta para evitar los peligros hasta ahora.
    — ¿Confías en mi? — le decía Relyell a Aníss y ante la afirmación de ella le dijo:
    — Entonces dime que sucede — y para entenderle mejor ellos se dirigieron afuera y creo que le contó todo por la expresión de su rostro al volver.


    Relyell me pidió de favor llevarla al palacio por su protección, mientras el daba órdenes y organizaba otras cosas la llevé hasta el palacio y de entrada me tope con el Caballero Negro y Zéfiro conversando con Steven. Zéfiro se dirigió a la base, pero el comandante noble me quedó mirando junto a la muchacha fijamente como queriendo decir algo sin poder hacerlo.


    La niña me jaló del brazo hacia adentro del palacio mientras el comandante también se dirigió hacia la base. Le expliqué a Steven que cuidara a Aníss quien portaba el cristal verde, pero que extrañamente había llegado a mi bolsillo al darme cuenta más tarde, no pude alcanzar a saber de los avances que traían el comandante y Zéfiro, porque Aníss quiso hablar con migo en su habitación la que era muy grande y llena de adornos y lujos.


    —Como tú me ayudaste tengo que contarte el secreto que guardo— comenzó diciéndome y agrego —Este cristal es preciado tanto por su hermosura como por su poder destructivo y eso le da las cualidades precisas para que aquel gargenmentis lo desee, ya que con aquel cristal puede matar al Caballero Negro como también destruir a los reinos y a los guardianes y así poder enseñorearse de toda esta parte sur. No pueden permitirlo, por eso debes ayudarme— me explico y me pidió aquella muchachita. Ante mi rostro de sorpresa le prometí que le ayudaría y también me dijo que con ese cristal podíamos destruir a los gargenmentis. Por lo que me dirigí rápidamente a la base que se había establecido y al llegar ya no estaban Vetrusca ni el Caballero Dorado a lo que supuse que los mandaron a combatir en otros reinos.


    Por lo que hable con Blacke y con Relyell para contarles y lo tomaron muy en consideración y me contaron que un plan ya se estaba ejecutando y a la tarde
    detuvimos a los gargenmentis al mando de Rútin cerca del reino de Diamante, él sabía que el cristal estaba aquí por lo que traté de que no lo vieran ya que cuando termino Aníss de explicarme su secreto me entrego el cristal.


    Más allá el combate se extendió hasta los bosques y en una mala pisada me caí al piso y me trate de defender con la espada de mi enemigo, al vencerlo me persiguieron tres más y estaba herido mi pie al caer, el cristal estaba en el suelo sin darme cuenta, ni menos cuando ya en un segundo lo poseía uno de los que me habían seguido. Aunque no permaneció por mucho en sus manos gracias a la ayuda del Caballero Negro quien intervino justo a tiempo atrapando con mis cuchillas al que me había quitado el cristal y con una doble patada lo derroté, el cristal que estaba en el suelo fue recogido por el comandante y me pregunto:


    — ¿Cómo llego ese cristal a tus manos? — mirándolo decía y agrego
    — Acaso ¿no sabes el riesgo que significa que esa pieza tan valiosa caiga en manos enemigas? — yo no pude contestarle, porque me dejo muy sorprendida, estaba él molesto porque me puse en peligro y cuando pensaba esto él me lo devolvió en mis manos y se alejo esperando que lo siguiera, pero al tratar de caminar no pude por mi pie lastimado, el comandante no se percató o fingió no hacerlo. Al llegar a un punto intermedio entre la base y el palacio de pie estaba Aníss creo que esperándonos, logré caminar hasta allí con mucha dificultad y observé como el comandante le hizo una reverencia ante mi asombro escuché su conversación.


    — Me descubriste — le dijo Aníss con voz suave le decía al comandante
    — Traté de no hacerlo, pero pude reconocerla de inmediato princesa — le dijo él.


    Sólo observé y le devolví su cristal a ella, mi pie no podía más y termine sentándome en el suelo, Aníss se acercó y me preguntó que me pasaba me toco el tobillo y sólo di un gemido por lo que me ayudó a ponerme de pie y ella le pidió al comandante que me ayudara a llegar al palacio ante mi rostro de vergüenza , él mudo le obedeció y así mirándome profundamente me ayudo a llegar y después de apoyarme en él y cojear bastante Cristina me vendó con una tela mi pie y todos esperaban mi recuperación.

    Steven me contaba todo lo que ocurría mientras yo descansaba el pie y al cabo de unos días se marcharon junto a Blacke a derrotar a Rútin con quien añoraba la fama de ser él quien habría de derrotar y obtener la cabeza del Caballero Negro en signo de victoria.
    Blacke informaba de los avances, también de los reportes del escuadrón Sombra Alumbrante que revelaban la ubicación de Rútin que estaba en Rubí y al momento de saberlo todos se dirigieron a ese reino viendo muertes por todos lados.


    Cuando lo encontraron Blacke lo enfrentó, pero el Caballero Negro lo detuvo y ya en esos momentos mi pie estaba mucho mejor y junto a Steven y Aníss nos dirigimos a Rubí por decisión de la muchacha, pasamos muchas adversidades por lo que escondimos a Aníss y tome la decisión de ir sola para dejar al cuidado de Steven a esa niña tan importante y así pude advertir de una trampa tendida por Rútin que consistía en cables casi invisibles a la vista de lo tan delgados y transparentes que al ser jalados abriría trampas en el suelo y al ser tan filudos causaría más de una muerte y al percatarme crucé mis manos apunte con mis cuchillas pequeñas y las envié hacia los dos gargenmentis que tenían sujetas las cuerdas, las mismas cuchillas que a la vez cortaron los hilos más peligrosos y filudos, la trampa había sido desarticulada y ya no correrían peligro, mis cuchillas estaban ensartadas en los cuerpos de los gargenmentis enemigos.


    Rútin no perdió su carácter aceptó el combate con Blacke al cual derrotó sin ninguna herida, todos atacaron a la vez, pero no pudieron hacer mucho.
    El Caballero Negro le propuso su cabeza y el cristal, ya que si su comandante supremo deseaba su cabeza que regalo mejor que estarlo acompañado del cristal, él accedió sin vacilación y así comenzó el combate. Aquello me angustio en gran manera y Aníss me miraba y depositaba el cristal en mis manos

    —No dejes que él muera, se que lo amas. No permitas que lo dañen— me dijo en voz baja ante mi asombro que me paralizo.
    Rútin era fuerte pero su comandante mucho más, uso todo a su alrededor hasta que con su látigo lo enredo de pies azotándolo contra el piso, pero él no se quedo atrás con su espada combatió de igual a igual con el comandante, la batalla era difícil ninguno de los dos cedía y yo no podía interferir y estaban agotados luego de tanta batalla, él cayó al piso finalmente. El comandante Caballero Negro se dirigió victorioso hacia los demás cuando el trato de herirlo por la espalda diciéndole
    — Aún el combate no ha terminado, no hasta que le lleve tu cabeza a mi comandante — le dijo Rútin no aceptando su derrota.
    — Para mí ya terminó. Tienes heridas internas, sino te retiras morirás —dijo nuestro comandante noble con Rutín corriendo directo a derrotarle cuando un brillo salió del cristal.
    — Prefiero morir que vivir con vergüenza e indiferencia de no haber podido derrotarte — dejo Rútin cuando aun corría para degollar al comandante.


    Aquel Rútin no se retiro del combate, falleciendo tanto por las heridas internas bastante graves que el comandante le advirtió tanto por el brillo que directamente le dio en el corazón, no sin antes decir algo que a todos nos desconcertó.
    —Aunque yo pierda nunca encontraras al que encerró Espejo— en su última carcajada.
    Vencimos al general Rútin en Rubí ante la alegría de todos y sobre todo de Aníss que había podido ayudar junto al cristal. Esto pasará a la historia de nuestros pueblos, pero aún no podíamos cantar victoria, los demás reinos necesitaban ayuda y lo que él dijo preocupo mucho a nuestro comandante.
    Yo me junte con ellos aunque aún resentida del tobillo.
    Steven se llevó a Aníss al palacio y nosotros nos dividimos una vez más, pero no por mucho tiempo, ya que luego de unos días la figura de un hombre muy corpulento, feroz e incontrolable muy hábil con la espada y con cualquier arma causaba estragos en el reino de Esmeralda. Era sin lugar a dudas aquel comandante supremo de Rútin que hasta ese entonces pensábamos inexistente, pero a percatarnos de la no retirada de los gargenmentis supusimos que habíamos ganado una batalla, pero aún no la guerra.
    Todos nos enfrentamos a él, con ataques de todo tipo, continuos y toda clase de armas para llamar su atención, pero ya nuestro comandante noble estaba muy cansado para pelear más, nos contribuyó Capa Blanca que aunque se había convertido en el galán de la Ciudadela nos ayudó al igual que Luccio quien en su nivel era muy respetado, ambos nos ayudaron muchísimo hasta que unidos todos lo lográramos. Mi preocupación había alcanzado niveles estratosféricos y sin pensarlo lancé mis cuchillas que cayeron a sus brazos, pero sólo le hicieron unos rasguños.

    Luccio y sus golpes al rostro y los caballeros con sus lianas, rayos, relámpagos, ataques terrestres para desestabilizarlo y golpes múltiples del comandante no lograban hacer nada contra aquel casi invencible y al aburrirse de nuestra intervención con uno de sus gigantes brazos nos golpeo a todos derribándonos en un segundo, sólo dejando al comandante.


    — ¡Esta batalla sólo es entre tú y yo. Hoy morirás y exhibiré tu cabeza reclamando mi poderío y dando a conocer que yo el gran comandante supremo Gargenmentis derroto al invencible Caballero Negro! — grito a carcajadas aquel gigante venerado por su pueblo mientras la mayoría de mis compañeros estaban inconscientes y yo también en el suelo un poco mareada aun miraba a Dereck y recordaba el gran cariño que le he tenido, no deseaba perderlo, por eso con mis últimas fuerzas me puse de pie y tome el cristal que había rodado hacia mi lado y como aquel malvado combatía con el comandante y este esquivaba sus ataques sin percatarse de mi presencia, me coloque a su espalda y llame su atención para que nuestro comandante se salvara no importando que me sucediera después.


    — ¡Hey tú, el gigante, mira lo que tengo en mis manos! — le grite ante el rostro de impresión de Dereck quien me gritaba que no lo hiciera.
    Aquel gigante me vio y puso una gran cara de enojo cuando vio aquel cristal que tanto deseaba comenzando a perseguirme, pero yo no podía reaccionar ya no tenía fuerzas y comencé a decir las palabras que Aníss me dijo para que aquel cristal volviera a brillar aunque me destruyera a mi también, pero eran muchas y aquel se acercaba a gran velocidad aquel caballero se precipito a mí y con gran fuerza lanzo aquel cristal de mis manos cuando ya empezaba a brillar explotándole en pleno rostro a aquel malvado mientras él me cubrió de la explosión que había sido a muy corta distancia evitándome la muerte mientras los demás frenaban a los refuerzos que acudían en la ayuda de aquel malvado y los demás guardianes lograron disipar los últimos peligros de esa acechante amenaza mientras los demás levantaban a mis compañeros que aun yacían heridos más no muertos.
    —Sabes que fue una gran estupidez lo que has hecho — me dijo con una sonrisa y agrego —Gracias por salvarme besando mis labios para nunca más olvidarlo. Pudiendo así derrotar a tan grave amenaza aunque dejándonos bastantes heridos Cristina y Paulina corrieron a auxiliarnos curando nuestras heridas ante las lágrimas de Aníss que vio todo y que estaba sumamente preocupada.

    Luego de tanta batalla Relyell nos pidió llevar a la princesa Aníss de vuelta a su reino de Diamante victoriosos con regresar la paz.
    Nos pidió a mí y al comandante llevarle para así poder irnos antes y descansar más, los dos heridos la llevamos, aún me dolía el pie, pero no era sólo eso sino múltiples cortes en mis piernas y muchos golpes que a veces no resistía, pero no me quejo estoy bien y eso es lo que importa, salimos victoriosos una vez más que mejor remedio, aunque aquel cristal fue destruido.

    Estaban agotados y pienso que se merecen unas largas vacaciones, estamos exhaustos por pelear para defender a la gente que muchas veces nos critica diciendo que traemos la destrucción de pueblo en pueblo y que muchas veces creen que nosotros traemos la sangre y el dolor cuando lo único que hacemos es proteger aún a pesar de nuestras vidas, en eso pienso cuando voy camino a palacio acompañándoles y también en lo que quiso decir Rutín.

    Luego atardeció y encendimos una fogata, Aníss nos conto otro de sus secretos a ambos. Nos explico que si aquella bola de cristal verde se usaba como explosivo volvía a aparecer así que no teníamos de que preocuparnos y que ella lo había guardado y luego de decir eso al parecer se durmió porque todo esto la había dejado muy cansada y ante la tranquilidad al fin podía descansar, se durmió enseguida, el Caballero Negro la cubrió con su capa y se paseaba pensando que yo dormía, por lo que se veía él estaba muy intranquilo y a pesar de su cansado estado no descansaba, algo le sucede eso es seguro, acomodé a Aníss y me levanté de su lado suavemente para no despertarla y él ya no estaba por lo que le busque.

    Caminé más allá y me senté en un tronco de un árbol caído a masajearme el tobillo herido, me sentía observada, era el comandante mirándome desde la rama del árbol en el que descansaba a su sombra Aníss, él bajó de la rama en la cual estaba a mis espaldas y me dijo:
    — Hasta cuando pensabas esconderme tú dolor Dama Blanca—
    —No es nada, ya estoy mejor— le contesté, pero él no me creyó, al parecer sólo creyó que el cansancio de mi pie me provocaba la cojera no una torcedura profunda, retiró los vendajes, molió unas hierbas que llevaba y coloco un pañuelo que saco de su bolsillo junto con la infusión de hierbas y me colocó la venda muy dulcemente por lo que le agradecí y me dijo que no le gustaba que le mintiera y que nuevamente me agradecía lo que había hecho por él, yo no le pude contestar porque me hipnotizo su mirada y recordaba aquel beso que él pensó que yo no sentí por la casi inconsciencia en la que me había encontrado y mientras el curaba mi herida ambos nos mirábamos, parecía que siempre estaba pendiente de mí aunque yo no lo notara y ahora que me tiene en su mundo flotando me di cuenta que siempre me esta protegiendo, es digno de llamarse comandante y luego de que él me curara el tobillo retire mi mirada y él seguía mirándome, pero luego se incomodo y la retiro prosiguiendo en lo que estaba haciendo y recordé lo triste que estaba por ver a Nifrum destruido, aquello me recordó lo pasado en Tándares ya hace mucho y el mismo me dijo que no entendía a que se había referido Rutín con sus palabras y eso también le preocupaba.

    Aníss despertó al amanecer yo sólo dormí unas horas y continuo pensando en la mirada de Dereck que al fin relució tierna aunque él estaba un poco distante y por lo que noté al hablarme estaba como siempre gentil y noble preocupado por sus compañeros guardianes.


    Luego llegamos al reino de Diamante, caminaba junto a Aníss y el comandante noble caminaba delante de nosotras, quitando arbustos y malezas que obstruían la vista para poder pasar hacia aquel reino y cerca de él nos detuvo, observé todo estaba en ruinas ante nuestro gran asombro y espanto. Aníss no podía creer lo que sus ojos estaban viendo, también la embargaba una angustia de no saber en donde se encontraba su padre, gritaba y quería acercarse, pero la sostuve.
    A lo lejos se escuchaban gritos pidiendo ayuda, los que correspondían a una muchacha, nos dirigimos pero no vimos a la persona, ella estaba oculta entre unas piedras, su atacante había querido sepultarla en ese lugar.

    El Caballero Negro reconoció su voz y trato de quitar las piedras presurosamente y le ayudamos, aquella muchacha casi muerta era una guardiana de apodo Purpurina, estaba muy herida por lo que de mi estuche saque algodón y unas hierbas, medicinas que me ayudaron a controlar una infección y desinfectar sus heridas y por eso nos devolvimos al bosque, nada más podíamos hacer allí. En nuestro auxilio acudió Blacke ya más recuperado, Odrick el Caballero Malva y Luck el Caballero Earth, ellos cargaron a Purpurina y todos nos dirigimos hacia las afueras de Nifrum donde armaron otra base más improvisada de emergencia y Cristina se encargó de cuidar y ayudar a Purpurina mientras Relyell llevaría a vivir unos meses a Aníss a la Ciudadela Imperial y yo también me dirigiría allá, pero esperábamos juntarnos todos antes de volver.


    Le había comentado al comandante mi posible alejamiento de los guardianes, algo inesperado, pero quería renunciar, esto lo preocupo mucho, tanto que eso me obligo a mezclarme entre la muchedumbre para irme a ver por última vez a Nifrum. Creo que Blacke se dio cuenta porque le hizo una seña al Caballero Negro de no seguirme, aunque él temió que me fuera para siempre en ese cariño que no queríamos reconocer y que habíamos logrado y me siguió ante su desobediencia a Blacke, sentía sus pasos ligeros y cuando llegué a Nifrum me detuve ante el impacto de ver como se encontraba, en ese estado de devastación y mis ojos se llenaron de lágrimas, pero continúe caminando. El comandante me alcanzó y me dio su apoyo con su mano en mi espalda y sus palabras:


    — Has hecho todo lo que estuvo a tu alcance, no te pidas más— me dijo consolándome.
    — No se preocupe comandante, iré a buscar mis pertenencias que deje en la Ciudadela Imperial y regresaré a Tándares. No renunciaré, no permitiré que ellos me vuelvan a entristecer — le dije apenada pero convencida de que así sería, él me miró y me ofreció acompañarme, pero no se lo permití, sus últimas palabras fueron que todo no estaba dicho, que sospechaba que algo sucedía en Tándares, lo presentía por lo que me pidió de favor encargarme de eso, sólo si estaba a mi alcance mientras que él regresaría a Canela junto a su padre, Zéfiro y Steven.
    Fui por mis pertenencias y regresé a Tándares y a la distancia podía verlos reunidos algunos muy heridos y con vendajes.

    Aunque habíamos logrado la victoria ante este pequeño grupo que aliándose con otros pueblos nos habían deseado la muerte y a pesar de todo aún me preocupan las palabras de Rutín ¿a que se habrá referido? y además¿ qué será lo que presiente Dereck?

    N° palabras: 3445.

    Continuara...
     
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    Estrella Solitaria

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    7° Capitulo: Susurros Desertores

    Al regresar a Tándares a mi antigua casa, recordaba todo lo pasado a la entrada en el umbral de la puerta mientras abría corriendo se acercó una jovencita pidiéndome que la escuchara y la invité a pasar adentro me decía:
    — ¿Marithza estabas en Nifrum? — me preguntó curiosamente.
    — Sí, pero ¿por qué? —le pregunte extrañada por aquella pregunta.
    — Es que yo también estaba en ese pueblo, pero me regresé antes porque un gargenmentis mato a mi madre — me dijo muy apenada, pero aún no acababa de reponerme de aquel impacto cuando me dijo
    — Debe ser muy arriesgado ser guardiana — a lo que sólo le dije — Si debe ser — conteste. Esta niña sabe algo que no me quiere decir pensaba, estaba en Nifrum y eso era más que sospechoso. Luego de mucho hablar lo que no podía explicarme todavía era para que me buscaba, trataba de sacarle información hasta que no soporté más y me lo dijo ella sabía que yo era una guardiana a lo que le hice callar de inmediato, alguien podía escuchar, me dijo que me había reconocido en Nifrum, pero que no había estado segura y no lo considero importante hasta que me volvió a ver. Luego me pregunto si le ayudaría ante mi sorpresa
    — ¿En qué quieres que te ayude? — le pregunte y me respondió entregándome un libro pequeño que había encontrado entre las ruinas del norte de Tándares que aún no se habían repuesto de las antiguas batallas, pero la voluntad de la gente era grande y construían de poco en poco
    — Este librito cuenta la vida de una persona, están escritos los hechos cotidianos de una mujer y nombra a los guardianes —. Ella pensó que al descubrirme que en fin yo era una guardiana podía contar conmigo, en tanta confusión ni siquiera le había preguntado su nombre, a lo que me contesto enseguida
    — Mi nombre es Pieiry Dezant y tengo diez años. Tengo sólo de pariente a una prima llamada Ofelia —. Pieiry me dio su librito y me pidió de favor que la dejara acompañarme, de hecho íbamos las dos, aunque primero supuse que esto era demasiado importante y por eso el príncipe Dereck me había encargado averiguar y me dirigí con Pieiry hacia el reino de Canela por varios días. Pieiry quería conocer a los guardianes, estaba muy entusiasmada.

    Caminamos una larga distancia, pero al presentarme en el reino los guardias cerraron el paso, aunque les indiqué que debía hablar con el príncipe, pero no escucharon razones al verme campesina y sin importancia por lo que nos fuimos de esas puertas de guardias, pero no del pueblo del reino de Canela, esa visita era muy urgente. Lo volveríamos a intentar más tarde, de lo cual no hubo necesidad porque Steven le avisó al príncipe de nuestra llegada a lo que él regaño a los guardias por no informarle y él fue a buscarnos. Nosotras estábamos comiendo algo al lado de una fuente de agua cuando él llego y Pieiry casi se cae adentro de la fuente por la sorpresa de verle, la sostuve porque por poco cae.
    — No te sorprendas, es el príncipe Dereck — le dije aunque claro yo no estaba asombrada porque ya lo conozco, pero para ella más sorprendente era que yo una simple campesina hablara con la realeza
    — ¿Qué sucede? — nos dijo él anonadado de que fuera a buscarle y mirándome profundamente.
    — Junto a esta muchacha encontramos creo, el misterio de Tándares —le dije a Dereck ante su asombro aunque no estaba segura de que lo fuera.
    — Intentamos entrar a su palacio, pero no pudimos lograrlo por los guardias— le dijo Pieiry.
    —Vengan conmigo en el palacio me contaras más— dijo Dereck, pero estaba extraño, su conducta no era la misma.

    Él nos llevo al palacio de Canela con Pieiry cada vez más sorprendida y yo también.
    Al ingresar en el cielo estaba pintado, era increíble, cuadros de los pintores más famosos de la época en las paredes, yo también estaba asombrada, nunca había entrado a un palacio tan hermoso como este. Nos dijo que éramos bienvenidas y le dijo a Pieiry que podía jugar en donde quisiera y ella se fue a pasear por todos lados.
    Mientras tanto él me pidió sentarme y mostrarle aquel libro en un tono muy serio y extraño, no sin antes advertirle que estaba en otro idioma a lo que él me explico que Blacke y Relyell podían leer esos signos solamente.
    Lo hojeamos, aquel diario suponemos de vida, por los números de fechas aunque podría ser otra cosa.
    Cuando a lo lejos observé a una mujer pidiendo entrar a palacio aún pese a la negación de Steven, tenía un gran vestido hermoso y ella estaba enojada.
    Dereck la reconoció al voltearse y por su expresión no deseaba verla y levantándose asombrado de su visita me miro con tristeza mientras ella se acerco enojada me miró pero no me tomo en cuenta, lo tomó del brazo y lo alejó a unos metros más allá en donde tuvieran un poco de privacidad, aunque hasta donde yo estaba se escuchaba su voz.

    Pieiry me dijo que pasó por afuera del jardín al salón y miro por la ventana y escuchó que ella le reprochó que él fuera un guardián, y la voz subió tanto que yo también escuché, le dijo que cuando se casaran él debería dejar de ser un guardián para poder cumplir con su obligación de esposo y de rey a lo que él se opuso rotundamente.
    — ¡Entiéndelo bien yo nunca voy a dejar de ser un guardián! —le dijo enojado y así discutieron un tiempo.
    Mientras tanto Steven se acerco y me contaba que la mujer de allí dentro era la prometida de Dereck, desde que eran niños y su nombre es Fernanda Lacremura. Me contaba que el padre de Dereck lo comprometió sin su consentimiento, pero que ella al enterarse de que el príncipe era un guardián lo está obligando a deshacerse de nosotros, es muy brusca y tosca en su actuar me explicaba Steven.
    —Ni siquiera yo la soporto— agregó
    —Pienso que esto nos afectará mucho, porque si él se va estaríamos en más dificultades-—le dije para que no se notara mi evidente tristeza por saber quién era ella realmente.
    — Él no peleará la siguiente batalla Marithza —decía Steven.
    — Entonces no lo molestaré más. Steven me iré con Pieiry, que no nos siga, no quiero causarle más problemas con su novia — le expliqué muy molesta y triste aquello me había impactado, me puse de pie y tome del brazo a Pieiry y nos marchamos para no molestar más, aunque ella había quedado encantada con este reino, nos llevamos aquel libro y nos dirigimos a la Ciudadela Imperial, ya que Blacke o Relyell podían leer este antiguo idioma que nos serviría para poder comprender más mientras en el camino varias lágrimas brotaron de mis ojos, no pensaba que aquella noticia me impactaría tanto ¿su prometida?, claro era de esperar como pude pensar que un príncipe de tanto prestigio se interesara en una campesina insignificante como yo.

    Al llegar a aquel túnel después de pasar por el reino de Cequirk hacia el este en un lugar oculto recordé la primera vez que vine y lo que me costó poder entrar. También esta vez me costo, ya que llevo a Pieiry, tuve que hacer lo mismo que el Caballero Negro hizo conmigo contar los pasos y seguir la difícil combinación que a veces creo no lograr y aunque nos costó un poco llegar lo logramos recordando aún con tristeza a ese guardián de mirada profunda.

    Una vez adentro, Blacke nos recibió muy sorprendido porque comprobó que unos rumores acerca de que llevábamos el libro era verdad a lo que me mando entregárselo de inmediato, yo me sorprendí de aquella actitud de parte del comandante Blacke hacia mí, sin embargo Relyell lo pudo contener, actitud que me extraño mucho. Hoy todos habían tenido actitudes extrañas, sobre todo Dereck en quien pienso con una tristeza que me remuerde el alma, pero aun a pesar de eso debo continuar.
    Luego de calmadas la situación le presenté a Pieiry y les conté lo sucedido. Relyell en un lugar más alejado me dijo que él lo podía leer, todo esto era muy extraño. Lo tomó de mis manos y lo leyó, decía:

    Mi nombre es Luisa Veltrened. Al leer esto Relyell se quedo mudo y pasmado, y me pidió que le dijera otra vez en donde lo habíamos encontrado y le volví a responder que lo encontramos en Nifrum.
    — Entonces no está muerta — dijo Blacke y se marchó sorprendido. Relyell nos explico que sucedía porque por lo menos yo no entiendo nada.
    — Luisa era el gran amor de Blacke a los veinte años, se querían mucho, pero el enemigo se enteró de esto y termino asesinándola para poder dejar débil a Blacke, eso por lo menos es lo que sabemos nosotros— nos dijo.
    — Yo no sabía nada de esto— dije a Relyell impresionada.
    — Blacke está muy mal al enterarse de la noticia— me dijo.

    Relyell nos explico que el reino que nombraba el libro de Luisa era Asqueber a unos kilómetros de aquí, él estaba extrañado, hace diez años que no sabían nada de ella, pero no entiendo como esto llegó a Nifrum. Entonces ¿existe la posibilidad de que este viva?, tendremos que descubrirlo.

    Le pedí a Relyell que no le pronunciará nada de esto a Dereck porque sabía que nos buscaría porque no quería verlo ni que él tuviera más problemas con su familia, pero Relyell no estaba seguro de lograrlo porque el Caballero Negro era muy persistente y él no quería mentirle, pero le convencí de todas formas.
    Así que nos marchamos a Asqueber, al reino mencionado por Luisa.
    Pieiry me dijo que su prima Ofelia vivía en el pueblo de este reino que es grande y muy habitado. Al este nos marchamos y luego de caminar mucho un señor pasó con una carreta y le pedimos que nos llevara hacia ese pueblo así que llegamos antes de lo previsto.
    Al llegar le agradecimos mucho a aquel hombre que nos trajo y Pieiry corrió entre la gente para encontrar a su prima, pero no era fácil entre tanta gente y ya estábamos cansadas de este viaje, además atardecía cuando observamos a una muchacha que se había cruzado en el camino de un arrogante chico, ella había caído al suelo mientras él le gritaba
    — ¡Ten más cuidado campesina! — humillándola
    — Lo siento — le decía ella muy despacio desde el suelo.
    No pude resistir e intervine, traté de levantarla y le grite a ese majadero que la dejara en paz. Él se marchó muy enfadado y la gente que pasaba me miraba y murmuraban de mí. Ella me dio las gracias y Pieiry la reconoció, se abrazaron, aquella muchacha era la prima que estábamos buscando, Ofelia.

    Muy gustosa de nuestra compañía nos invitó a pasar a su casa y me explicó que ese joven al que le había gritado era el príncipe de Asqueber, Ricardo de Corun, no lo podía creer y tan insolente que había sido, aunque no me arrepiento, él no tenía por qué haberle gritado a Ofelia la que me dijo que él siempre tiene problemas con los aldeanos y con ella también. Pieiry me presentó con Ofelia diciendo que era una amiga y así nos conocimos y permitió que nos quedáramos por unos días.
    La acompañamos al mercado, a asear la casa en fin también le servimos de compañía lo que me distraía de la gran tristeza que tenía en el corazón.
    Por la tarde decidí contarle lo que en verdad sucedía y la razón por la cual habíamos venido a este pueblo, le explique que era guardiana y le hable un poco del libro que encontró Pieiry. Para mi sorpresa Ofelia no estaba tan sorprendida como pensaba y al preguntarle por qué ella me conto que hace unos años ellos habían ayudado a esta región incluyendo al pueblo de Asqueber de la amenaza de los Vecertes.

    Mientras tanto el Caballero Negro se había marchado de Canela, él se dirigió a la Ciudadela Imperial y le preguntó a Relyell que sabía de nosotras, aunque él no quería decirle lo averiguó de todas formas por un pañuelo que sin querer se me quedó en la ruta hacia acá cuando secaba mis lágrimas. Él me descubrió y en la tarde tocó a la puerta imprevistamente, Ofelia abrió la puerta y preguntó a quien buscaba, Pieiry se percató que era el príncipe Dereck, se acerco y me lo dijo. Me dirigí a la puerta salí y la cerré, él me mostro el pañuelo ante mi pregunta.
    —-¿Cómo nos encontraste? — y así lo entendí y me dijo que no podía dejarlo fuera de estas nuevas circunstancias, que él iba a disfrutar todo lo que más pudiera hasta que lo obligaran a casarse y al escuchar estas palabras mi rostro de tristeza era evidente, él sujeto mi mentón con su mano y se disponía a besarme cuando Ofelia salió y le dijo que era bienvenido, ante mi sorpresa había salido justo para evitar que me involucrara más con él, mientras alguien nos observaba de lejos y fue a dar aviso al palacio de la llegada del príncipe del reino de Canela y el rey al enterarse dio órdenes a su hijo el príncipe Ricardo para que fuera a buscarle.
    Mientras nosotros hablábamos él llego y le preguntó que estaba haciendo con unas campesinas, él improviso diciendo que le serviríamos de guía y que después de eso iría a dar los respectivos saludos a la realeza local, aunque Ricardo lo miro extraño, no sé si le habrá creído, pero aún así logro despistarlo, se despidió de nosotras y se fue junto al príncipe Ricardo. Ofelia estaba pálida, anonadada y entramos en la casa.
    — También es un guardián — le dijo Pieiry a su prima Ofelia
    —La astucia de él nos ha librado — dijo ella asombrada por lo que pasaba, tantas personas importantes en su propia casa, no lo podía creer.
    —Él vino a buscarme ya que necesitamos a alguien que conozca el idioma de este libro— trataba de explicarle a Ofelia tragándome mi dolor.
    — Pensé que por habernos encontrado con él nos apresarían — me dijo con miedo y añadió —tú rostro de tristeza te delata, te ha partido el corazón, no es así — dijo seriamente y tratando de endulzar su voz a lo que asentí con la cabeza porque no podía hablar de la tristeza que tenía.
    Mientras nosotros hablábamos él llego y le preguntó que estaba haciendo con unas campesinas, él improviso diciendo que le serviríamos de guía y que después de eso iría a dar los respectivos saludos a la realeza local, aunque Ricardo lo miro extraño, no sé si le habrá creído, pero aún así logro despistarlo, se despidió de nosotras y se fue junto al príncipe Ricardo. Ofelia estaba pálida, anonadada y entramos en la casa.
    — También es un guardián — le dijo Pieiry a su prima Ofelia
    —La astucia de él nos ha librado — dijo ella asombrada por lo que pasaba, tantas personas importantes en su propia casa, no lo podía creer.
    —Él vino a buscarme ya que necesitamos a alguien que conozca el idioma de este libro— trataba de explicarle a Ofelia tragándome mi dolor.
    — Pensé que por habernos encontrado con él nos apresarían — me dijo con miedo y añadió —tú rostro de tristeza te delata, te ha partido el corazón, no es así — dijo seriamente y tratando de endulzar su voz a lo que asentí con la cabeza porque no podía hablar de la tristeza que tenía.

    Mientras tanto el príncipe Ricardo hablaba con Dereck y llegaron al palacio en donde lo recibieron con todos los honores y el rey le pregunto por qué no se había ido a presentar a su llegada a lo que él le respondió que se había entretenido con lo hermoso del pueblo, el rey también le pregunto:
    — ¿Cuál es el motivo de su visita? — y a esto Ricardo lo miraba atentamente esperando un momento en falso para descubrirle, pero él dijo:
    — Hay noticias de que existen fuerzas enemigas que ponen en riesgo la paz que hasta ahora se ha mantenido y puede ameritar que la presencia de los guardianes se haga efectiva — hablaba muy en serio.
    — ¡No es posible!, ¿aquí en mi región?, ¡créame que no estaba enterado! —dijo aquel rey muy desconcertado y alterado.
    — Necesito que alguien de su entera confianza que sepa guiarme y me acompañe mañana para hacer algunas averiguaciones — dijo Dereck seriamente.
    — Claro, mi hijo irá con usted mañana— dijo muy complacido el rey aunque al príncipe no le pareció y así se hizo luego de mañana el sol afloro y se dispusieron en acción a caminar por las calles del pueblo hasta que Ricardo le señalo diciendo:
    — ¿Por quién me tomas guardián? — seriamente
    — Por alguien que conoce quien soy y que podría ayudarme— dijo Dereck.
    — ¿Tú ya sabes que te conozco? — sorprendido le dijo sin dejar de caminar.
    — Claro, yo desde un principio aunque estaba inseguro, pero cuando vi tu mirada pendiente, fija y atenta, como si ya me conocieras te recordé —le dijo
    — Caballero Negro, ¿es cierto lo que le has dicho a mi padre? — le pregunto en voz baja.
    — Sí aquello es cierto — dijo sin vacilación
    — Es lo mismo que sucedió cuando nos ayudaste y nos sacaste del incendio del ala oeste del palacio por los ataques del escuadrón Vecerte — dijo Ricardo recordando el caos que una vez se propago en Asqueber.
    — Eso ya hace años, no pensé que recordaras y que te acordaras de mí y de los guardianes— dijo sinceramente el comandante noble.
    — Como no lo recordaré si eso hizo la diferencia entre estar vivo o muerto— dijo recordando aquellos años.
    —Ahora necesitamos ayuda — le confesó Dereck algo preocupado.

    Luego de decir esto fueron a buscarnos. Ofelia estaba incómoda y extrañada de hablar con tanta confianza con gente de la realeza, pero todos nos dirigimos en distintas direcciones preguntando a la gente más anciana si podían leer este libro olvidándome por este momento de mi tristeza. Preguntamos mucho tiempo a todas las personas que encontramos y ya por el atardecer estábamos exhaustos. El príncipe Ricardo se marchó al palacio junto al príncipe Dereck, ya que el rey le había extendido una invitación de quedarse cuanto tiempo fuera necesario, pero una tarde alguien toco la puerta, era un anciano que me dijo que él podía leer el libro que teníamos, lo que nos alegro mucho.
    Ofelia lo atendió en la casa fue sin previo aviso su llegada que no podía reaccionar. Pieiry le mostro el libro y pensábamos que estaba todo listo y que al fin de tanto tiempo Blacke se encontraría de nuevo con Luisa. Yo me quede en casa mientras Ofelia fue a buscar a los dos príncipes que vigilaban el poblado, corriendo fue y los encontró. Dereck estaba contento por esta noticia así que se fue rápidamente a la casa de Ofelia, ella también hizo lo mismo, pero Ricardo la detuvo quería hablar con ella, Ofelia le ofreció una disculpa por mí en esa ocasión en que ambos se habían topado.
    —No es eso — le decía él y agrego — Yo soy el que debo disculparme por mi conducta tan reprobable — se disculpaba ante ella sinceramente.
    — No se disculpe su majestad, eso fue mi culpa — dijo ella tranquilamente.

    Después de decir esto se dirigieron a la casa y Ricardo estaba sorprendido de lo que escuchaba. Aquel hombre anciano se llamaba Rawin y nos contó que los rumores de ese idioma antiguo se habían esparcido hasta sus oídos y por su puesto él quería ayudarnos, además estaba enterado que algunos de nosotros éramos guardianes.
    — Sino lo hubieran sido, no habría venido — dijo el anciano extraño.
    Yo estaba sorprendida de todo lo que conocía de nosotros, sin duda podía ser una ayuda, pero era un desconocido, él se dio cuenta que yo dudaba y me dijo
    — ¿No confías en mí guardiana?, si es así por qué no aflojas tus cuchillas —.
    Me atacó de un momento a otro, lo evadí lo que me obligo a sacar mis armas, di una vuelta hacia atrás sosteniéndome en mis mano al suelo, sin darme cuenta él me hizo dar una exhibición de golpes y saltos. Cuando finalmente me dijo que podía descuidar, que él había sido un antiguo guardián del grupo defensor Caverna hace muchos años yo estaba sobre la mesa dispuesta a atacar.
    — Sólo estaba probando tus habilidades. No me has decepcionado — me dijo Rawin y luego de ver que éramos dignos guardianes nos comenzó a ayudar tomando el libro y empezó a traducir:

    …..Luego de ser atrapada por los Vecertes, me llevaron cautiva a un lugar protegido por espinas muy grandes, rocas, bosques y acantilados, sólo me han dejado este libro para poder desquitarme. Extraño a Blacke, mi gran amor, pensé que él vendría a rescatarme, pero no ha venido, ¿le habrá sucedido algo?, este es el pensamiento que siempre ronda mi mente.
    Hemos pasado por muchos pueblos y he estado amordazada y amarrada para que no grite sólo cuando no viajamos estoy en una cárcel…..

    — ¿Por qué te detienes? — pregunto Pieiry
    — Alguien se acerca — presintiendo con sus instintos guardianes dijo Rawin.
    El príncipe Ricardo abrió la puerta, pero no encontró a nadie lo que inquieto a Dereck quien fue a investigar los alrededores, recordando que una vez Espejo había enviado a alguien para matarlo y aún recordaba su rostro, pero nada era falsa alarma pensamos.
    Rawin decidió no seguir leyendo ese párrafo, hasta que continúo leyendo unas hojas más allá desde medio y final, pero faltaba la última página lo que hizo que nos desesperáramos, pero Rawin guardo calma y antes de las últimas páginas decía:
    …..No hemos parado de viajar, no sé cómo no me han encontrado, han pasado tantos años y no me han matado, puede ser que me quieran torturar todo este viaje amordazada, pero no lamento haber conocido a tantos guardianes amigos de Blacke ni a él mismo, aún lo espero. Su rescate me sabe a libertad….

    Rawin se salto unas páginas, estaba buscando su núcleo la parte central de todo lo que ha pasado lo que realmente importaba ¿en dónde estaba ella? Al ver nuestros rostros temiendo lo peor en vez de leerlo nos conto, leyó unas páginas en voz baja, había pasado por Nifrum y yo no supe cómo pudo ser, estuve ahí. Dereck estaba impaciente y preocupado.
    — Debió pasar mientras combatíamos con los celeyantes o con los gargenmentis — dijo él examinando la situación.
    — ¿En dónde estará la última página? — preguntaba Pieiry.
    — ¿Cómo habrá llegado a Nifrum este libro? — dijo Ofelia pensando detenidamente sin encontrar respuesta.
    — Mañana partiremos al segundo pueblo que indica el libro — les dije a todos y cuando dormían le pedí una vez más a Dereck que se marchara para que no tuviera más problemas con Fernanda que después de todo sería pronto su esposa y él me miraba con tristeza igual que yo a él, flotando de nuevo en su mirada profunda y en la mañana él ya había partido junto a Rawin, lo que me tomo por sorpresa y tristeza así que le pedí a Ofelia que junto a Pieiry se marcharan pronto que allí me esperaran mientras yo me dirigía a la Ciudadela Imperial en busca de pistas, ya que Rawin conoce a Blacke y Relyell y puede ser que haya decidido ir a saludar, pero nunca pensé que Dereck se marchara, creo que debe seguir su destino y dejarme a mí con el mío aunque me duela el corazón.
    Al llegar sorprendí a Rawin jugando ajedrez con Blacke y me dirigí hacia ellos
    — No me mires así— me dijo Rawin defendiéndose y agrego — quería aprovechar la oportunidad de ver a viejos amigos y compartir con ellos —me decía él.
    —Estamos en una peligrosa misión — le recordé yo con evidente disgusto.
    — Dereck me lo sugirió — me dijo Rawin aun defendiéndose y sorprendiéndome.
    — Entonces quédense los dos aquí, que Ofelia, Pieiry y yo nos encargaremos de esto— le dije enojada y dando media vuelta para marcharme.
    — Eso no hace falta — me interrumpió el Caballero Negro que apareció de repente y agrego — Blacke viene con nosotros —me aclaro con voz firme y decidida.
    —Pensé que estarías en Canela — le dije un poco sorprendida de espaldas a él.
    — Claro que no pensaría en dejar de ayudarte— termino diciendo el comandante mirándome con cariño flotando de nuevo en las nubes.
    — ¿Nos vamos? —pregunto Rawin poniéndose de pie aterrizando nuestros sentimientos.
    — Como deseen — les dije yo resignada, pero aun triste y enojada.

    Nos marchamos, ahora somos más guardianes, desconozco la razón por la cual Dereck vino aquí, pero sea cual sea no deja de molestarme su resolución, su novia Fernanda es una fiera no lo va a dejar hasta conseguir lo que quiere y él lo sabe aunque me gustaría poder hacer algo, pero no sé qué y mientras pienso eso aun estoy enojada y triste, pero no lo demuestro del todo, aunque si me mantengo adelantada en mis pasos y sin hablar con ninguno de ellos, hasta que cayó la noche y acampamos entre árboles, tendí una cama de hojas alejada y sin desearle mal ni bien a nadie. Al observar estaban todos durmiendo, pero no me fije en el Caballero Negro que duerme en las ramas de los árboles, siempre vigilando.
    Avanzada la noche me desperté luego de un sueño que parecía más bien un recuerdo, pero muy borroso y lejano, eso me quitó el sueño y desee volver a dormir, pero el impacto de aquel sueño sumado a la tristeza me desconcentro de todo intento, decidí mejor pasear para calmarme tal vez eso podía funcionar, pero camine bastante y más escalofríos sentía en el cuerpo, deseaba llorar y lamentarme por algo que no sabía cómo explicar, me senté en un tronco puesto de forma horizontal por algún rayo o sólo por la antigüedad de sus raíces y al ver me sentía desconsolada, mirando la luna llena y me encontré mucho tiempo con la brisa que recorría mi cuerpo, el viento se hacía más frio al pasar las horas y de un momento a otro sentí una protección al viento en mi espalda, una vez más aquel caballero coloco su capa negra en mi espalda y se sentó a mi lado.
    —Lamento despertarte de tu sueño —le dije triste y sin mirarlo.
    — No te preocupes, no dormía y vine porque no te vi en tu cama de hojas. ¿Por qué lloras Marithza? — al fin dijo con una voz suave mirando mis ojos, pero no quise responderle eso.
    — Por nada ve a dormir — solamente le dije con la confusión y la tristeza esquivando su mirada
    — Esta helando aquí. Soy tu comandante así que confía en mí — a lo que me arrojó a sus brazos la tristeza y él me consoló mientras pensaba que nunca creí que podía tener confianza en él ya que me molestaba mucho y no nos llevábamos tan bien y a la vez era muy frío, pero eso sólo había sido en un principio porque después un gran cariño había nacido en mi pero ante él no lo podía reconocer. Pude llorar todo lo que desconocía y él no me detuvo, también reconoció que parte de mi tristeza era su culpa por haberme besado sabiendo que estaba comprometido, también que como hombre tenía que haberme dicho sobre Fernanda y acaricio mi cabello, pero al darme cuenta de que ya era mucho tiempo me aparte de él y le pedí que me disculpara, me seque las lágrimas de mi rostro mientras Dereck me decía que no le gustaba verme llorando y que tenía que explicarle el por qué de mis lágrimas, aunque ya sabíamos la parte principal había más cosas que ambos no sabíamos. Volví a sentarme en el tronco con su capa en mi espalda y le conté sobre mi sueño o recuerdo y al escucharme el recordaba la batalla que nos une hasta hoy, la llegada de los celeyantes a Tándares, aquel era un recuerdo borroso que desde niña me atormentaba y entendió la otra razón de mis lágrimas además me dijo que tratara de calmarme y me traslado de nuevo a mi cama de hojas y también le reconocí que me había dolido su compromiso con Fernanda mientras sé que a ambos nos duele eso y él se traslado a su árbol.

    Amaneció y nos levantamos para continuar, pasamos por varios pueblos y llegamos a reunirnos con Ofelia y Pieiry quienes ya habían encontrado información de lo que pudo traducir Rawin, encontraron un lugar en donde quedarse y les pedí que se encargaran de Rawin. Nosotros volvimos al bosque a acampar y a no llamar la atención en donde nuevamente le pregunté al Caballero Negro el por qué de su decisión de haber ido a la Ciudadela Imperial y me contestó que era la mejor decisión, ya que Blacke era quien debía librar a Luisa después de tanto tiempo.
    — ¿No te parece que está bien que después de tanto esperar ella sea rescatada por el amor de Blacke?, lo que me dejo pensando y agrego —si te hubiera sucedido algo como eso, no dejaría que otro tomara el privilegio de salvarte— con una sonrisa cariñosa en su rostro.
    — Claro… —solamente pude contentar, atónita me dejaba con sus palabras.
    — Por eso le pedí que nos acompañara, aprovechando que Rawin quería venir — me explicaba serenamente.
    —Entonces sólo tenemos que seguir — le dije al comandante saliéndome de las palabras que me había dicho a lo que el asintió y me comento que habían encontrado una pista de parte de Blacke y Rawin.
    — ¿Cuál? — le respondí y me explico que ambos coincidieron en la insignia de los secuestradores la que era de un color amarillo con negro, pero yo no entendía que significaba eso.
    — Significa que son unos muy antiguos enemigos — me aclaro él a lo que no me sorprendió en cierta manera.
    — ¿Cuántos enemigos han tenido hasta ahora? — pregunte con la interrogante en la cara, porque hasta ahora ya van muchos.
    — Más de los que podrías contar, pero esa insignia sólo la tiene un grupo. Los Vecertes o desertores, ya que en el tiempo en que se llevaron a Luisa yo había recibido el entrenamiento de guardián, dos años después que supiera que soy hijo del rey de Canela, de lo que recuerdo yo tenía doce años y la conocía muy poco, en ese tiempo era un niño el doble de rebelde que ahora. Blacke deseaba casarse con Luisa, pero el enemigo se entero y aunque en esa época nosotros luchábamos con los margones, es muy extraño, esa insignia no le pertenece a ningún otro grupo que a los Vecertes — recordó el comandante noble.
    —Puede ser que ellos se aliaran secretamente — le dije tratando de descifrar.
    — Bueno, mañana por la mañana podremos averiguar más — dijo él.
    Esa noche Dereck estaba recordando algo, porque me acerque a él y no percibió mi presencia pero con la sospecha de que aquellos desertores podrían volver en un futuro no muy lejano con esa sospecha estaba mi mente y la mente de Dereck quien al hablarme me dijo que estaba recordando al muchacho que una vez trato de matarlo por encargo de Espejo y como Rutín había mencionado a una persona capturada por él, pensaba que podía ser aquel muchacho.
    Blacke quería encontrarla lo más rápido, él había buscado una pista por diez años y esta era la oportunidad que había buscado desde que volvió a enterarse que ella no estaba muerta sino más bien secuestrada, por eso al enterarse de esta nueva noticia quiso acompañarnos de inmediato, aun la ama de eso estoy segura.
    Al llegar del bosque a la casa en donde estaba Pieiry y Ofelia fuimos a recorrer aquel pueblo que podría ofrecernos más pistas según lo que indicaba el diario de Luisa, que Blacke miraba con tristeza y esperanza a la vez. El diario nombraba varias partes del pueblo, sin duda eran los Vecertes. Descubrimos una antigua base con su signo, un poco oculto por las hierbas altas, pero estaba ahí. Describía tan bien el lugar que sin duda ella había estado prisionera en aquel lugar. Blacke estaba ansioso de verla, pero no encontramos nada, por lo menos el enemigo estaba identificado, Blacke quería buscarla apresuradamente, pero necesitábamos las últimas páginas que no teníamos para descubrirlo todo, el ansia nos rodeaba y el peligro también.

    Ya hemos recorrido bastante sin encontrar nada, sólo aparecen pistas y más pistas. Nos dirigiremos a Torniss otro poblado, pero esta vez al sureste de donde nos encontrábamos y para llegar hay que atravesar por un puente esta zona está llena de ríos, pasaríamos de uno en uno aunque nos tomara todo el día, porque no podíamos perder a ninguno. La primera en pasar fue Pieiry, unos peldaños de madera cayeron al rio y aunque con mucho temor logro llegar al otro lado y así Rawin y Ofelia, pero cuando ellos pasaron unos enemigos nos atacaron, ellos reconocieron a Blacke y al Caballero Negro, pero no a mí lo que me pareció extraño, pero para favorable para mi.
    Me quede al final y corrimos por el puente como pudimos, su líder corto el puente con su machete y su carcajada, sentí que el mundo se me iba. Blacke logro saltar y llegar al otro lado, el Caballero Negro lanzo su látigo a un árbol, me miro y tomo mi mano con mucha fuerza y logre sujetarme de él, al colgar del látigo sus arqueros nos cubrían con flechas, él me balanceo y me dijo que al llegar me iba a soltar para que llegara al otro lado y así estaría a salvo, pero ¿qué pasara con él?, me soltó y las muchachas me sujetaron ayudándome a llegar, mientras Blacke y Rawin ayudaron a llegar a Dereck, vi que el recibía flechas y que estaría muy grave ante lo que mi corazón dio un gran salto de susto, pero unos extraños nos ayudaron de entre las alturas del follaje de los árboles deteniendo las flechas con un contraataque de ejercito de lanzas, cuchillas y más flechas apaciguando a los enemigos, pero escondido entre los árboles no pudimos darle las gracias, yéndose sin siquiera presentarse. Pensamos que ambos bandos eran enemigos independientes de nuestras batallas aunque no estábamos seguros.
    Dereck sangraba, después de todo si lo hirieron, tratamos de retirarle la flecha, pero ésta se había internado en lo más profundo de su pierna derecha, lo ayudamos a caminar más allá, pero luego sobrevino una fiebre que nos preocupaba sobre todo a mí y con mi estuche de medicinas que siempre llevo en mi cintura desinfecte sus heridas con unas hierbas mezcladas, pero era una herida complicada. Rawin y Blacke lo cargaron y nosotras nos adelantamos al pueblo a pedir ayuda. Uno de los campesinos nos dijo de algún tipo de medico que podría ayudarnos, rápidamente nos dirigimos a él y con sutileza nos introdujo adentro, retiro la flecha con mucha fuerza lo que produjo que Dereck se retorciera y se desmayara, lo que me impacto mucho, creí por el momento que aquel médico lo había adormecido demasiado con alcohol o que había muerto acarreando mi tristeza, luego le coció la herida y nos mando irnos de ese cuarto, él necesitaba descansar.
    Él medico nos dijo que se recuperaría si descansaba y guardaba reposo. Blacke aunque preocupado por Dereck me dijo que ellos seguirían y que yo me quedara a acompañarlo hasta que se recuperara y que luego de eso veríamos que pasaba. Se marcharon rápidamente así que no tuve nada más que decir y sólo me quedó acatar, me quede con Dereck mientras dormía. Aquel medico me dejo acompañarle, ya que ese lugar no era su casa sino una especie de enfermería antigua. Se bajo la fiebre y mi preocupación también, pero aun en mi mente rondaba la pregunta sobre quién sería el que nos ayudo, ¿será aliado o sólo buscaba recompensa?, no lo sabíamos.
    Él despertó por la mañana un poco mareado y le ardía la pierna y me pregunto en qué lugar nos encontrábamos pero no pude contestar, yo no podía contestar sabía que se enojaría conmigo por dejarlos ir, pero él insistía.
    — ¡A dónde se fueron! — en tono enojado y malhumorado.
    — Me dijo Blacke que me quedara y te llevara a la Ciudadela Imperial, ellos continuaron— le dije calmadamente.
    — No puede ser ¿Cómo me dejaron aquí? — decía Dereck adolorido.
    — Yo no pude hacer nada — le explique.
    —Claro que pudiste, debiste dejarme aquí y continuar — en tono frío me dijo queriéndome alejar de él para que fuera feliz sin la tristeza que él me producía.
    — ¡Yo no haría tal cosa porque tú me ayudaste cuando lo necesite! — le grite además de querer gritarle que lo quería.
    — ¡Vamos sigámosles!, aun no están tan lejos — dijo adolorido poniéndose de pie.
    — Por favor Dereck reconsidéralo- le propuse, pero él no me escuchaba.
    — Soy tu comandante, aunque sea por eso obedéceme — me pidió
    — Está bien, pero tu herida tomara tiempo en sanar —explicaba para que reconsiderara, pero sabía que mi consejo no lo tomaría. Se vendo la herida y apoyándose en mí salimos.

    N° palabras: 6194.

    También tengo algunos dibujos que ire subiendo espero les guste!!
    http://foro.cemzoo.com/album.php?albumid=19839

    Continuara...
     
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