Una tontería que escribí hoy mientras charlaba con una amiga. Es la primera vez que subo un fic a esta página y también la primera vez que escribo uno en demasiado tiempo; pasé por un bloqueó mental desde el año pasado que me impidió hacer cualquier cosa creativa. Recientemente se ha comenzado a esfumar y siento que mi estéril cerebro vuelve a dar frutos (Temed mortales, temed.) Ya, en serio. Escribí esto sin mucha "inspiración" es solo que tenía que exorcizar esta idea de mi mente porque me viene molestando de hace ya un buen tiempo. No sé hasta a dónde me llevará pero espero que no sea un tormento tanto para ustedes como para mí. Por cierto, mi narrativa está bastante oxidada, espero recuperar calidad en las siguientes actualizaciones. ¡Vivo de la retroalimentación! Así que disparen, disparen y disparen sin piedad. Introducción Él yacía de pie, estoico, con los orbes ambarinos postrados de una forma fulminante sobre aquella mujer que, ufanamente, le devolvía la mirada con ojos de la misma coloración. Ojos terriblemente parecidos, pero más impíos en ella que en el hijo del gran terrateniente de los perros. Fue la primera en desviar la mirada, postrándola hacia el horizonte. —Sesshōmaru. — dijo, arrastrando las palabras con vehemencia como si saborease cada sílaba con lenta malicia. — ¿A qué debemos tu anticipado regreso?— preguntó, dejando reposar su mentón sobre la fría palma de su mano derecha, nuevamente desviando su mirada hacia su inexpresivo interlocutor en espera de su respuesta. Sin molestarse en responder a su pregunta, el joven amo de las tierras del oeste pasó de largo a la mujer que en su ausencia fungía de regente provisional. Detrás de él, su curioso sirviente con rostro de sapo saltó a los pies de aquella mujer de platinada cabellera, misma que le dirigió una mirada sobrecargada de desprecio. Jaken hizo una reverencia exagerada con una floritura del Nintōjō. — ¡Dama Inukimi! — chilló el pequeño demonio de la misma forma que hacía con su amo. — ¡A nombre del señor Sesshōmaru, le agradezco su incansable servicio a las tierras de la luna! — la dama simplemente se limitó a bufar exasperada ante tanta palabrería. ¿Cómo era posible que Sesshōmaru viajara con tan irritable compañero? ahora que lo pensaba, aquél pequeño yōkai no era su única compañía en sus constantes viajes por el Japón feudal. —Pequeño demonio. — exclamó ella en un tono cortante, arrebatando al otro violentamente de su labioso discurso. —Es Jaken, mi señora… Inukimi simplemente se limitó a endurecer un tanto más su penetrante mirada, a lo que el kappa respondió tragando saliva nerviosamente. —¿Dónde está la niña humana que viaja con él? — preguntó mientras giraba su rostro en dirección al sitio por donde Sesshōmaru había pasado anteriormente. En lo más profundo de su ser alberga la dulce esperanza de que finalmente se hubiese deshecho de ella; ante tal pensamiento, sonrío sombríamente para sí misma, aumentando un poco más la intimidación de Jaken. No fue necesario que el kappa respondiera a su pregunta, una estridente risa infantil se hizo presente como un relámpago. Cerca de la parte baja de la pagoda, específicamente en los jardines, un dragón de dos cabezas jugaba a corretear a cierta pequeña que de cuando en cuando se aferraba a uno de sus dos morros y éste la alzaba del piso sin ninguna dificultad. —Así que tuvo el descaro de traerla. —¿Mi señora? —A esa niña. — Inukimi se puso de pie con la velocidad de un rayo y se encaminó a la escalinata que conduce al jardín. El parecido de sus movimientos es aterradoramente similar al del señor Sesshōmaru, pensó Jaken para sí mismo. Inukimi continuó moviéndose como una aparición en dirección a la niña y al dragón, su rostro no era más que inexpresivo, pero ardía en su interior, un odio que para ella y su corazón era bien recibido e incluso familiar. ¿Cómo es posible que se atreviera a traer a esa mediocre humana a la casa de su familia? Se preguntaba para sí misma, aumentando su amargura con cada paso. Le haré un bien. Una sonrisa curvó sus labios, Rin le daba la espalda mientras seguía inmersa en su juego. Ya postrada detrás de ella, elevó la diestra en el aire y de sus afiladas garras manó el vapor tóxico, señal de un inminente golpe que sería fatal para la niña. —No te permitiré debilitarlo como hicieron con su padre. — espetó con cruda frialdad al mismo momento que impulsó su garras hacia el cuello de la niña, quien apenas y había podido dar media vuelta al escuchar su voz. —¡Sesshōmaru! — exclamó ella, con el brazo firmemente sostenido por el contrario del joven daiyōkai. Este se limitó a mirarla con la misma frialdad de siempre. Dirigió una simple mirada a Jaken con la que le ordenó llevar a Rin adentro. No fue hasta que ambos hubieran salido del campo visual cuando sus ojos volvieron a postrarse sobre los de aquella mujer. —Esto es totalmente nuevo.—dijo ella amargamente, librándose de su formidable agarre con un arrebato de su propio brazo. — nunca creí verte defender a una humana. — su faz se tornó más sombría al igual que su tono de voz — Sesshōmaru, te vuelves débil como tu padre. El formidable líder del recinto se dio media vuelta, alejándose de ella sin siquiera molestarse en volver su rostro para mirarla. —Jamás he sido débil, madre. No comenzaré a serlo ahora. No, no lo eres y espero no lo seas algún día. Pensó su madre, mientras se quedaba sóla en los jardínes del palacio.
Hola bueno soy la primera :) felicitaciones me encanto , apesar que no estabas muy inspirada me parecio muy interesante y creativo y expresas muy bien la forma como describes los sentimientos y pensamientos de los personajes es genial . Como se nota que a Sesshomaru no le gusta mucho su madre ; ) y rin bueno siempre con su Señor Sesshomaru , quiero saber que pasa despues ? espero ansiosa que lo sigas estare pendiente...
Mis ojitos brillan *-* Pocas son las veces que me permito ser fangirl, pero, como tengo que mejorar mi humor, tu has logrado que lo sea. Me encanta tu narración, las palabras que usas no solo envuelven sino que las considero exactas para estos personajes, tan elegantes, sí, elegantes. Creo que lo único que puedo mencionar en contra es que acá, por ejemplo: Ésa separación no debería ir por que habla la misma persona, pensé que era Rin, pero no, ¿es su madre cierto, quien dice su nombre? Mínimos errores como esos. Se me hace curioso que la mujer se muestre una pizca maternal, es decir, a su manera preocupándose por Sesshô de que quizás acabe como su padre, pero a la vez siendo egoísta, porque creo que sería una traición doble para ella. Un placer leerte, lo seguiré haciendo :3
Definitivamente, hermoso. ¿Qué puedo decir? Un texto muy bien hecho, con un léxico que suele leerse pocas veces por estos lares. Me encantó la forma en la que Sesshômaru se antepone a las afirmaciones de que es débil, aunque también fangirlée un poco cuando su madre iba a atacar a Rin para que "no lo debilitara como a su padre". No es que tenga algo en contra de la niña, pero esa acción habla del inmenso rencor que Inukimi le tiene a los humanos... De hecho, siempre me pregunté cómo había sido su relación con Inu no Taisho... Quién sabe. Ahora, yéndome a lo técnico, hay algunos errores (para nada graves) en este escrito. Principalmente en el uso de signos de puntuación ligado a uso de mayúsculas y minúsculas, y por supuesto en su colocación (la mayoría de estas fallas se encuentran en los diálogos). También hay errores de acentuación, pero son muy escasos. Algunos de coherencia, como: ¿No debería ser "No comenzaré a serlo ahora? Otro detalle aquí es que, como no hay acotación luego del diálogo, ya no es necesario el uso del guión largo al final de la oración. Además de los errores que te mencionó Kai Stavros, los que quedan ya son insignificantes. De todas maneras, si necesitas una revisión más detallada o necesitas ayuda, yo misma puedo ayudarte como beta-reader. En fin, sobra decir que me gustó mucho lo que escribiste. Prometes ser un buen autor (sí, autor no autora... ¿O me estoy confundiendo? Si es así, mil disculpas, para mí pareces un autor). Saludos. <3
¿Adivinen quién tuvo inspiración hoy? Gracias a todos los que dieron su opinión anteriormente, fue muy constructivo para mí. Bien, aquí hay una continuación un poquito más modesta, espero que la calidad sea mejor que ayer. Espero que si hay errores sean remarcados para que posteriormente los torture como es debido y yo pueda darme los respectivos azotes por las faltas cometidas. Kai: ¡Mil y un gracias por tu observación! Prometo que daré motivos para 'fangirlear' como Odín manda. Y sí, trato de mantener a Sessh y a su madre en torno a la personalidad que les dio Takahasi. ¡Un saludo! Capítulo 1 El atardecer se mostró moribundo ante el frío y vencedor crepúsculo. El disco solar hacía poco que había abandonado la cúpula celeste, que lentamente se iba vistiendo de negro con el oscuro manto estrellado de la noche; con la luna haciendo gala como principal símbolo de aquellas tierras bañadas por el naciente otoño. En cierto palacio, había celebración, un espectacular banquete para recibir de nuevo al errante joven amo de la nación de la luna. De aquí a allá, arriba y abajo, los criados revoloteaban como un enjambre perfectamente sincronizado. Esto maravilló a la pequeña Rin, a quien Jaken estaba ajustando el obi[1] de su mejor kimono, un regalo de su adorado amo. —Niña, estás hecha una cerdita. — Gruñó molesto Jaken, a quién no le agradaba en absoluto fungir de “niñero” de Rin. Pero mucho menos tratar de hacerla lucir presentable con su “maravilloso don” para estar desaliñada. El amo y la gran señora me harán pedazos si presento a Rin en estas condiciones. Pensó para sí mismo, tragando un poco de saliva. La pequeña tan solo se limitó a dejar escapar una infantil carcajada, dándose media vuelta velozmente para atrapar a Jaken entre sus bracitos. — ¡Gracias por preocuparse por mí, señor Jaken! — Exclamó con alegría, tomando al kappa por el brazo para literalmente llevarlo casi a rastras al centro del salón principal, donde tomó asiento a la derecha de Sesshōmaru. Rin y Jaken hicieron una reverencia en señal de respeto al resto de la concurrencia, que parecía haber sido sacada de una fábula fantástica. Los ojos castaños de la niña surcaron a la multitud, todos eran simplemente fascinantes, tanto que por un segundo creyó estar soñando sobre la espalda del dragón Ah-Un. Desde el regordete hombre de la barba verdosa, sostenida en múltiples trenzas; hasta la bella mujer dotada de un exuberante plumaje dorado. En verdad, era una vista de ensueño. El único punto negativo era La dama Inukimi, quién sentada a la izquierda de su hijo, lucía una expresión funesta desde la entrada de Jaken y Rin. —Señor Jaken. — Dijo entre susurros, tratando de llamar únicamente la atención del mencionado. — ¡Niña insolente! — Exclamó él, un poco más audible que su interlocutora. — Debes mostrar algo de respeto, no tenemos permitido hablar en presencia de los invitados de la familia gobernante. Es una grave falta de respeto. — Sus grandes ojos de sapo casi se salieron de sus órbitas cuando Sesshōmaru lo fulminó con la mirada. Como de costumbre, él terminaba siendo el chivo expiatorio. Un pequeño bufido de molestia escapó de entre sus labios de rana. —Rin, no más palabras. No debemos causar más problemas al amo. — Exclamó en murmullos, con la esperanza de ser escuchado tan solo por la niña. —Pero quería saber… — ¡Cállate! Inukimi encontró la oportunidad que estaba esperando. Elevó un brazo, lo que ocasionó que todos en el salón guardasen silencio, un silencio sepulcral que casi causó un infarto al pobre Jaken. Los fríos ojos de la dama de la luna se postraron sobre los de su hijo, a quién sonrió con evidente malicia. —Sesshōmaru. —Rompió el silencio, arrastrando las palabras con su habitual porte elegante. —no me importa cuánto aprecies a tu siervo y a tu… —sus ojos dorados se postraron sobre Rin con reafirmado desdén. —tan peculiar mascota. —Por vez primera, Rin se sintió directamente atacada. —No pueden comer con nuestros invitados. ¡Es una falta de respeto! Los murmullos estallaron entre los presentes, Jaken podía casi saborear la vergüenza tapándole la garganta. Él era tan solo un demonio menor presente entre demonios de elevado nivel, además, Inukimi tenía razón: Rin, por ser humana, no debía compartir mesa con ellos. A su pesar, Sesshōmaru tuvo que ceder ante la audaz observación de su madre. Por respeto tanto a ella como a sus invitados. Durante un par de segundos, la observó fríamente; ella parecía hallarse sumamente complacida por esa mirada. Finalmente, él asintió con un leve movimiento de su cabeza. —Zhí-guāng— llamó ella. Casi como por arte de magia apareció una figura espectral. De estatura prominente, aunque más bajo que Sesshōmaru por al menos una cabeza; cuerpo de complexión delicada, pero cubierto por un enorme yuanlingshan[2] de color azul marino con detalles de grullas impresos en los costados. Otro detalle era su cabellera de tono cobrizo recogida en una firme coleta, misma que descansaba sobre su hombro derecho. Esta persona era realmente curiosa comparada con el resto de los presentes. Tenía un rostro aniñado y pálido como la porcelana, por ese simple dato se podría decir que no pasaría de los diecisiete años, pero más que obvio era el hecho de que no era humano. El recién llegado se movió silenciosamente hacia la dama, reverenciándola al estar a escasos dos metros de ella. — ¿Sí, mi señora? — Preguntó con voz aflautada y sílabas prolongadas. Ahora que estaba más cerca, Jaken pudo observar que no se trataba de un simple criado. El traje de seda color azul marino, indicaba según sus conocimientos, que se trataba de un noble desterrado, falto de seguidores; más el detalle de un par de brazaletes de plata que demuestran sumisión a la familia de Sesshōmaru, pero en especial a la dama del palacio. —Por favor, acompaña al pequeño demonio y a la otra criatura a la cocina. Cerciórate que ella sea tratada como las otras doncellas del palacio. —Hizo una ligera pausa para observar a un levemente impresionado Sesshōmaru por el rabillo del ojo. —Después de todo, está bajo la tutela de mi hijo hasta que sea dada en matrimonio en alguno de nuestros feudos humanos. — Una vez más, sus labios se curvaron con una sonrisa belicosa. —Sus deseos son órdenes para mí. — Nuevamente, el jovencito hizo una reverencia a su ama e indicó a Jaken y Rin que le siguieran el paso con un leve movimiento de la cabeza. Ya que los tres hubieron abandonado el salón, el bullicio estalló de nuevo con estridencia entre los invitados de la casa. Rin no podía dejar de observar a su guía, era obvio que se trataba de un chico, uno bastante elegante en su opinión. Jaken notó su persistente mirada y le propinó zendo empellón en las costillas. Al alcanzar la cocina del palacio, una sala de enormes dimensiones abarrotada por decenas de criados; algunos corriendo con platos de delicioso aroma hacia el salón principal y otros sirviendo la cena para la servidumbre del palacio, constituida principalmente por demonios menores y uno que otro hombre humano. Zhí-guāng se detuvo abruptamente y una distraída rin impactó contra sus piernas. —Busquen ambos un lugar para sentarse. — Indicó con su voz musical pero de cierta forma monótona. Rin, antes de dejar pasar la oportunidad para conocer su nombre, tuvo la osadía de tomar y tirar de la manga de su yuanlingshan, lo que provocó que el otro le diera una leve bofetada. —Antes que nada, quiero aclarar a ambos que deben dirigirse a mí como “señor.” Les informo que cualquier otra forma de abordarme será ignorada y reprendida. ¿Entendido? — Jaken y Rin asintieron al mismo tiempo, la segunda sobando el punto donde había sido golpeada su mejilla. —Yo soy el mayordomo de la señora del palacio. Por ende vuestro superior. Jaken asintió rápidamente y asió a Rin por el brazo, halando de ella hasta un punto desocupado entre las mesillas de piso de los sirvientes, donde encontraron un plato de arroz cocido listo para degustarse. — ¡Qué chico tan grosero! —Exclamó bastante dolida la niña. Jaken tan solo le dio un pequeño pellizco en el brazo. —Rin, no seas testaruda. Tú y yo somos meros subordinados del señor Sesshōmaru. Ese joven, para nuestra mala suerte, tiene una influencia mayor que nosotros. — Jaken guardó silencio por unos segundos, meditando los acontecimientos recién sucedidos. Él no le quitará el ojo de encima a Rin por la tirria que mi señora Inukimi guarda a todas las mujeres humanas, será mejor que le ahorre molestias al señor Sesshōmaru y vigile con especial atención a Rin. Qué pésima es mi suerte. Pensó el Kappa mientras Rin jugueteaba felizmente con su comida. — ¡Niña insufrible, come de una buena vez! —Pero señor Jaken, no tengo tanta hambre. —Come te digo, no me causes más problemas, ¿sí? —Está bien, como usted quiera. ¡Qué aproveche! Jaken asintió. Sabía que no sería una estancia muy placentera, por lo que la partida de aquél lugar sería tan bien recibida como un buen trago de Sake en invierno. [1] Cinturón del kimono. [2] Túnica tradicional china confeccionada de seda. ↑ ¡Notas al pie de página! Siéntome "harto" útil.
Hola aqui otra vez de primera ;) me encanto el capitulo si que te inspirastes y cierto mejor que la introduccion en la forma como escribes buena descripicion de todo sobre los personajes , para ser tu primer ff es muy bueno . Sobre la ortografia no vi ningun error y sobre los signos no te digo mucho porque de eso no se casi pero la separaciom entre los pensamientos veo que esta bien y aparte soy nueva asi que menos se .Y si fue util las notas ya apuesto que muchos no sabian que significaban como yo :D . Ese Zhí-guāng como se atreve a pegarle a Rin cuando Sesshomaru se entere se va a molestar y la Madre se Sesshomaru me cae mal hacer que jaken y rin se vallan por ser "inferiores ". Bueno espero el proximo capitulo ansiosa ah y gracias por avisarme y espero que lo hagas la proxima
No puedo pronunciar el nombre del mayordomo ewe Ñem~ Lo de la cachetada me sorprendió, pero no la encuentro alarmante, algo ha de tener el joven chico/demonio. De nuevo, tu narración, las palabras elegantes y precisas me encantan, me hechizan. Seeh, esta niña ha aprendido a fangirlear con este Lord de las tierras del oeste, sinceramente, es culpa de Artemisa (? No encuentro que más detallar sobre el capítulo, simplemente quiero seguir leyendo. Iré por lo técnico si no te molesta~ En un párrafo has escrito Rin con la "r" en minúscula, error de dedo, lo sé. Y, repito lo que dijo mi esposA: Lo que quiere decir que, un diálogo nunca va a terminar con un guión :3 Siempre finalizará en un punto, o en su defecto, en un signo de interrogación o exclamación :3 Del resto, todo ha ido armoniosamente. Saludos~
Oh, anotadísimo. Y sí, la "R" en minúscula fue dedazo. Los errores han sido acorralados y propiamente incinerados. ¡Gracias por tu tiempo y apoyo!
Nee, estoy orgullosa de ti. Es asombroso lo bien que captas la esencia de los personajes. Es dificil tratar a un personaje como Inukimi, que tan poca cabida ha tenido en la serie (por desgracia) y que no decaiga en el OOC. esto se merece un millones de fan arts y de adaptaciones a comic, pero no me voy a precipitar y me quedo con los fan arts, que ya estoy metida en muchas cosas. Te quiero.
Trollolololololo, Continuación bastante chorra a mi parecer. Prometo algo de mejor calidad para el próximo post, Pero presiento que tardará un poco. ¡No me cuelguen! Como de costumbre: Si hay algún error, háganmelo saber, estaré agradecido. Capitulo 2 La neblina se hizo presente durante el transcurso de la noche entre los valles, tan solo las puntas de las montañas eran capaces de perfilar su sombra sobre la espesura de la misma, gracias a sus formidables alturas. Más allá, al horizonte, apenas y se podía apreciar un tenue clarecer en las lejanías. Todo indicaba a que sería un día frío y gris, de esos días que nos ofrece el gentil otoño a mediados de Octubre. En las faldas de aquella región montañosa, propiamente en las aldeas, el día laboral apenas comenzaba a dar marcha. Unos cuantos eran los campesinos que de sus hogares salían rumbo a los sembradíos parcialmente inundados de arroz. Pero, en el palacio, un singular dúo era el que hacía un par de horas, se hallaba contemplando el panorama bajo el cielo estrellado de oriente. Dentro de los terrenos de palacio, en la llamada residencia de la dama; una subdivisión[1] de la masiva edificación que conforma el palacio de la luna, Inu no Kami[2], yacía sobre una suerte de diván en su terraza personal. Ella miraba absorta a un punto no fijo en el firmamento; su larga cabellera, plateada como las estrellas en la oscuridad, caía sobre sus hombros libremente como un arroyo. Su mente se hallaba plagada de pensamientos tormentosos relacionados con su hijo y su nada placentero parecido a su difunto compañero. Al costado suyo, su fiel mayordomo corría un cepillo de cerdas doradas sobre uno de los caudales de su melena, silencioso y expectante como un leal sabueso a la espera de una orden. — ¿Él la ama? —rompió su silencio con una pregunta que se le antojó sumamente ponzoñosa, cual tomar un generoso trago de ajenjo. —No de la manera que usted piensa. — Respondió el contrario casi mecánicamente, aún con la mirada fija en la tarea de cepillar aquella abundante cabellera. —Pero a fin de cuentas la ama, ¿no? Con un suspiro profundo y prolongado, dejó el cepillo sobre su regazo. Ambas manos fueron colocadas una sobre cada hombro de la mujer, donde ejercieron una leve presión para apaciguarla un poco. —Sí, en efecto. —contestó. —Pero la mantiene en dentro de su corazón de la misma forma que un padre hace con su hija. — presente se hizo la duda en su ama, antes siquiera de de permitirle replicar, se apresuró a proseguir con su discurso. —Ya sé que la niña eventualmente madurará; de una forma rápida, además. Pero tengo un plan que no lastimará al joven amo, ni a su protegida. Para Inu no Kami, estas palabras fueron tan relajantes como un baño en las termas de la montaña. —No sabes cuán agradecida estoy de tener a mi servicio una mente tan viva como la tuya. —Lo que sea por la tranquilidad de vuestra merced, Saki. —Contestó el otro, quién inmediatamente apuntó al cielo para mostrar a su compañera la constelación china del dragón. Ella simplemente se limitó a sonreír a medio labio, siguiendo con la vista el delicado dedo índice de su interlocutor. o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o Entrada ya la mañana, casi perfilando al medio día, Sesshōmaru se encontraba en los jardines, vigilando a cierta niña que se encontraba bajo la sombra de un cerezo, jugando una partida de Go-moku[3] contra un no muy complacido Jaken. Con la alegría reflejada en el rostro de Rin, él no evitar que una leve sonrisa se esboce sobre sus labios; es solo que le resulta imposible que su dicha infantil no se manifieste reflejada en él tras todo ese tiempo junto a ella. Aunque la dicha no le duraría mucho, para su disgusto, el aroma del siervo personal de su madre se hizo evidente a una corta distancia y al parecer, venía directamente hacia ellos. ¿Qué demonios quiere? Se preguntó, clavando su mirada dorada sobre el pasillo que daba a los jardines. Zhí-guāng cruzó el umbral rumbo al jardín con suma tranquilidad. Para su sorpresa, Sesshōmaru se había plantado frente a él, imponente y bloqueándole la vista hacia dónde Rin y Jaken. El mozo chino simplemente sintió sus mejillas ruborizarse levemente ante la persistente mirada del otro, no en vano intentó ocultar dicho rubor bajo una prolongada reverencia. —Su madre solicita su presencia, Sesshōmaru-sama. —anunció con mera solemnidad, dando media vuelta al instante para dar la espalda a la vista del daiyōkai. —Por favor, le ruego no demore demasiado. —Rogó, internándose un segundo más tarde dentro del palacio. En su sitio, Sesshōmaru permaneció observando el lugar donde el mayordomo había desaparecido apenas unos segundos atrás, no hizo movimiento alguno hasta que se hubo percatado que su olor se había esfumado por completo, entonces prosiguió a marchar hasta los aposentos de su madre, ubicados en el ala norte del palacio. Cinco minutos más tarde, se encontraba en su destino, fuera del dormitorio de su progenitora. Una doncella se apresuró a abrir la puerta corrediza para permitirle acceso al mismo. Dentro, los lujos a los que su madre estaba acostumbrada saltaron a la vista, El sitio estaba plagado de pinturas y artesanías traídas de la China continental: Vasijas y enormes jarrones de porcelana fina, pergaminos con exquisitos grabados, etc. —Adelante, hijo mío. —Irrumpió la voz de Saki en el oscuro silencio de la habitación, ella estaba casi cubierta por un humo de olor dulce, pero empalagoso a gusto de Sesshōmaru. Frente a él, en el suelo, había una alfombra de grandes dimensiones con varios cojines acomodados por su extensión; sobre ella, Saki yacía fumando en una pipa de oro, casi engullida en su totalidad por un kimono incluso más grande que la alfombra. Con una floritura de la pipa, indicó a su vástago que se sentara donde le placiera. Él grácilmente recostó su figura sobre el costado derecho de su cuerpo, apoyando parte de su peso en un grupo de cojines. —Es menester que hablemos sobre esa niña que está bajo tu protección. —Exclamó la dama del palacio casi al instante de que su hijo hubiera encontrado una posición cómoda para su cuerpo. —Anteriormente mencioné que no deseaba compartir el tema contigo. ¿No te quedó claro? —Me queda lo suficientemente claro. —Contestó ella, impidiendo al otro replicar en protesta al alzar continuamente su tono de voz. —No sé a qué grado, ni me interesa saberlo, aprecies a esa mortal. Pero es inaceptable que ella viaje contigo. — —Explícate. —Sesshōmaru, no seas iluso. Es una niña después de todo, ella merece estar con humanos, corretear a otros niños mientras juega, ese patético yōkai que viaja contigo no está ni siquiera a la altura de otro humano. —Explicó a su hijo con un tono de voz un tanto más suavizado. —Es egoísta de tu parte privarla de la vida que un simple niño mortal merece. — Durante unos segundos meditó el impacto de las palabras de su madre. En cierta forma ella tenía razón, Rin no había tenido contacto con otros humanos más que con aquél chico que había sido controlado por Naraku. Dejó escapar entre sus labios un profundo suspiro y postró su mirada sobre la contraria. —¿Qué sugieres? —Tengo entendido que… tu hermano habita una aldea humana, ¿me equivoco? —Puso un especial énfasis despreciativo al nombrar al hanyō, producto de la infidelidad de su pareja con una humana. —Es posible que dejes a la niña bajo cuidado de alguien en esa aldea. No, no es posible: Es necesario. —Sus delicados ojos se entornaron amenazadoramente sobre el rostro del otro, mostrando así que sería imposible hacerla cambiar de opinión. —Lo pensaré. —Fue su única respuesta, por lo que consideró terminada la charla con su madre. Hizo una leve reverencia y se puso de pie, casi evitando mirarla a los ojos antes de salir. —Esto es por el bien de todos. —Exclamó Saki oportunamente antes que su hijo abandonase sus aposentos. —Esto. —Respondió él con su habitual tono de voz frío, arrastrando las palabras. —es por el bien de tu orgullo maltrecho. —Dicho y hecho, abandonó aquel sitio, dejando detrás a una levemente irritada Saki. [1] Lo de subdivisión es una libertad de autoría. Los únicos complejos divididos de tal manera son las fortalezas de los castillos germánicos y neogóticos. [2] Otra de las formas de llamar a la madre de Sesshōmaru, esta es más propiamente el nombre de su forma demoniaca. [3] Juego japonés parecido al tres en raya.
Bueno nee, no soy muy ducha en literatura asi que no veo errores, solo unos de caracter tipografico como... Pero vamos...se arregla y ya ~ Ains, ¿que decir? Ame al mordaz Sesshoumaru y a la discreta femme fatale que es Saki, tan sofisticada fumando de la pipa... Te quiero.
Oh vaya, realmente me gustó la continuación. Tu manera de narrar es muy elegante, si, elegante. Noté algo con los guiones: —Lo pensaré. — Fue su única respuesta, por lo que consideró terminada la charla con su madre. Hizo una leve reverencia y se puso de pie, casi evitando mirarla a los ojos antes de salir. *Bueno, que yo sepa cuando el narrador interviene el guión siempre debe de ir separado del diálogo y adherido a lo que se menciona después. Quedando así: —Lo pensaré. —Fue su única respuesta, por lo que consideró terminada la charla con su madre. Hizo una leve reverencia y se puso de pie, casi evitando mirarla a los ojos antes de salir. ¿Lo pensaré? Te voy a quemar Sesshomaru xD Ok, no. En realidad el capitulo te quedo impecable, aquello que te mencioné es algo mínimo. Me encanta esta historia, me tiene intrigada, espero la continuación con ansias, y espero que puedas avisarme :3 Saludos :*