Cut Glass [Ino]

Tema en 'Fanfics Abandonados de Naruto' iniciado por Etsuko-chan, 28 Agosto 2010.

  1.  
    Etsuko-chan

    Etsuko-chan Usuario común

    Piscis
    Miembro desde:
    14 Mayo 2008
    Mensajes:
    316
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Cut Glass [Ino]
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    2658
    Cut Glass [Ino]

    Autor: Etsuko-chan
    Título: Cut Glass [Cristal tallado]
    Pareja/s: Ino/Shika
    Género: Drama/Comfort
    Clasificación: K+
    Tipo: One-Shot
    Sumary: Lo único que sabía con precisión, era que la princesa de hielo rota en la pista helada, había sido tallada nuevamente en cristal; hermosa, bella y resistente.

    Disclaimer: Los personajes de esta historia no me pertenecen, son de Masashi Kishimoto xD

    Cut Glass [Cristal Tallado]



    Tragué grueso. Sentía cómo mis piernas parecían haberse vuelto de gelatina, ya que, por mucho esfuerzo que pusiera en ello, no podía evitar que éstas temblaran con levedad como muestra corporal de mi actual estado emocional.

    Sí, Ino Yamanaka estaba, sencillamente, aterrorizada.

    Sentí como una figura se situaba a mis espaldas y se acercaba a mi cuerpo, poniendo sus manos en mis hombros y dándome un masaje que intentaba desatar el estrés de mi cuerpo. Cosa que obviamente no consiguió; además, mi mente estaba tan desconectada que ni siquiera pude reconocer quién era el que trataba de animarme.

    —Inhala. —Al oír la voz comprensiva y confiable de Kurenai en mi oído, no tuve otra reacción más que llenar de aire mis pulmones de forma tan exagerada que mi abdomen se contrajo hasta el extremo, a tal punto que dolía— Exhala. —De forma autómata liberé a mis pulmones de la presión mientras mi rostro mantenía aún la mueca de terror.

    —¿Puedo seguir inhalando y exhalando? —pregunté, cosa que logró sacar de los labios de mi maestra un leve intento de risa. Era normal que esto pasara, yo era de las personas que hacia exactamente lo que quería sin esperar la autorización ni vista buena de nadie.

    Al fin, mi cuerpo coordinó sus movimientos y di media vuelta, quedando de frente a mi instructora. Sentí como mis ojos ardían de forma alarmante ante la simple presencia de Kurenai; hasta compararme con una pequeña niña que ve a su madre después de haber sentido peligro y miedo, la cual no puede reprimir las lágrimas con el fin de escuchar unas palabras de consuelo.

    —Claro, Ino. Sólo tranquilízate —aconsejó con una sonrisa maternal en su rostro y sus ojos escarlatas mirándome fijamente. Qué fácil es decir: “tranquilízate”; pero estoy segura que si estuviese en mis zapatos no estaría diciendo semejante imposible. Era inevitable sentir nervios, sabía que los tendría; pero cuando lo pensaba me decía que estaba preparada.

    Que equivocada estaba.

    Ahora, deleitémonos con la rutina del nuevo talento de la prestigiosa academia Ice Dream que hace su debut el día de hoy. —Al escuchar el anuncio del comentarista, y mayormente al tener pleno conocimiento que se refería a mí, me quedé helada— ¡Démosle la bienvenida a la princesa del hielo: Ino Yamanaka!

    —¡Vas tú, Ino!— exclamó entusiasmada Kurenai, impulsándome con sus manos a dar media vuelta y volver mi vista al campo de hielo para luego empujarme hacia la pista— Quita esa cara de terror, tienes que lucir hermosa.

    Eso fue lo último que escuché de mi confiable maestra, porque me encontraba lejos de ella, deslizándome sobre la superficie helada que me daba la bienvenida. Mecánicamente lleve mi cuerpo cargado de adrenalina hasta el centro de la pista y me puse en la posición correcta para dar inicio a la rutina en la que había trabajado durante los últimos meses; pero sobretodo, la cual definiría el debut de una estrella ó el final de un fracasado.

    El desempeño que tuviese aquí, sería el determinante de mi futuro como patinadora artística. Era precisamente por ello, que sentía tanto miedo y desconfianza de mi propio conocimiento.

    Escuche el inicio de la melodía que marcaba mi danza y mis músculos se movieron por instinto siguiendo el ritmo del instrumental sonido, lento pero fuerte, haciendo que todos mis sentidos se estremecieran como si estuviese dentro de una montaña rusa.

    El patinaje sobre hielo, era mi propio parque de diversiones.

    Ésta superficie helada era más que cualquier otra cosa, mi sueño. Poder danzar y golpear las cuchillas de mis patines sobre el hielo era suficiente para hacerme la mujer más dichosa del mundo. Mover mis brazos y toda mi anatomía al ritmo de la música mientras me deslizaba sobre la superficie congelada, mi necesidad.

    Después de realizar un loop (1) de forma precisa, me dispuse a efectuar un Vals, (2) un salto que personalmente se me dificultaba bastante, pero que con mucho entrenamiento llegué a dominar; pero hubo un pequeño resquicio en mi movimiento. Caí sobre mi patín de manera errónea, haciendo que mi pie se tropezara y terminara de rodillas sobre el hielo.

    La melodía que danzaba dejo de llenar el espacio y en su lugar un tenso silencio se hizo presente; observé mis rodillas soportando el peso de mi cuerpo sobre la superficie congelada, mire mis manos rígidas, detallé los destellos plateados que adornaban mi vestido blanco, contemplé el mechón rubio de mi cabello sobre mi rostro. Pero sobretodo, sentí el frío del hielo atravesando mi cuerpo.

    El espantoso dolor viajando por cada centímetro de mi mente.

    Había fracasado; no era digna de ser llamada la princesa del hielo. Nunca jamás quería que alguien se atreviese a llamarme de esa manera.

    —¡Ino! —Escuché la voz de Kurenai, acercándose a mi posición cada vez más; pero yo no quería verla, no tenía la cara para contemplar el rostro de aquella que apoyó cada ilusión de mi corazón con respecto a ese día.

    Me levanté tan sorpresivamente que frené el arranque de mi instructora, que venía hacia mí a toda velocidad sobre sus patines; me giré hacia el público que estaba contemplando mi penosa presentación e hice una reverencia que, por poco, logra que vuelva a caer de rodillas al hielo.

    Luego de eso, patiné hasta la salida, me deshice de mis patines y corrí. Mis piernas se movían tan rápido que sentía el viento frío congelar mis mejillas, arreboladas de pura furia; mis pies con tan sólo las medias protegiéndoles, se estrellaban de frente en cada paso contra el piso duro y cuando por fin me vi en el exterior, contemplécon los ojos azules llenos de cálidas lágrimas como todo parecía ser una hermosa pista de hielo.

    Todo quería recordarme al amor de mi vida.

    —¡Ino! —gritó alguien en mi oído, una voz masculina que reconocería hasta en la entrada del infierno.

    —Piérdete, Shikamaru —dije, con los ánimos por los suelos y sin el común timbre de menosprecio que me aseguraba inyectarle a cada palabra que le dedicaba.

    —Que cálida —dijo en tono de burla tratando de apaciguar el ambiente homicida del lugar, cosa que no consiguió y seguramente no lograría por más que se esforzase—.Perdón, olvidaba que eres la princesa del hielo.

    —¡Cállate, imbécil! —grité airosamente. Sintiendo como la sangre en mis venas parecía querer desbordarse al igual que las lágrimas que ya se deslizaban por mis mejillas sonrosadas. No podía soportarlo, seguramente Shikamaru era inocente de lo que me acontecía en ese momento; pero desgraciadamente, él parecía ser la única persona disponible para deshacerme de la frustración.

    —Que problemático —murmuró para sí mismo mientras se llevaba las manos al bolsillo, sacaba un cigarro, lo encendía y se lo llevaba a los labios; para luego botar el humo lentamente mientras ponía los ojos en blanco.

    Graso error. Eso sólo era un estímulo para que cogiera ese veneno y se lo metiera por las narices, además quetenía el humor perfecto para hacerlo.

    Cuando me volví hacia él, con aire depresivo e intensas vibras homicidas, vi la expresión de terror en su rostro. Oh, sólo Dios sabe cuánto disfruté en un momento tan difícil como el que vivía entonces.

    —¡Eres el más grande idiota habido y por haber! —En esa frase desboqué toda la furia y decepción que cargaba mi cuerpo y luego de eso me lancé sobre él logrando tirarlo con fuerza sobre la fina capa de nieve que se extendía por todo el lugar mientras golpeaba su pecho con puños llenos de toda la agonía que carcomía mi espíritu— ¡Vienes aquí y no puedes dejar tu maldito veneno en casa! ¡¿Para qué viniste entonces?! ¡Sabías que te sentirías tan estresado que necesitarías esa maldita nicotina del demonio!

    Sentía como cada palabra que salía de mis labios perdía fuerza y voluntad; todo lo que decía no tenía nada que ver con lo que me atormentaba en ese momento, yo sólo quería escapar y olvidar lo vivido dentro del escenario. Podía saborear las saladas lágrimas que se escapan a borbotones de mis ojos azules que ardían desmesuradamente.

    Nunca me sentí tan miserable.

    —¡Cálmate, joder!

    Esas palabras cargadas con una fuerza nunca antes vista en Shikamaru, causaron el impacto suficiente para frenar mi oleada de insultos y pequeños golpes. Nunca pensé oírlo a él, precisamente a Shikamaru Nara, hablarme a mí –la ley absoluta- de esa manera tan fuerte.

    Tan intenso que no parecía ser él, ése no era mi Shikamaru.

    Entonces me sentí con el orgullo suficiente de dejar de lado los insultos y llorar; derramar toda la tristeza que contenía, tumbada sobre el pecho de Shikamaru y aún sintiendo el aroma del hielo que ambientaba el lugar.

    Cuando me ojos ya no podían soltar más llanto, levanté mi cabeza y me enderecé sobre el cuerpo de Shikamaru, quien se mantuvo en silencio escuchando el retumbar de mi lloro en sus oídos.

    —Lo siento —susurré, levantándome y limpiándome el salado líquido de mis mejillas con mis manos heladas.

    —Tú no eres la Ino que conozco. —Se limitó a murmurar Nara, mirándome con sus ojos negros escépticos, dudando que la mujer que se levantaba ante sus ojos era yo.

    —Tú no eres mi Shikamaru —contesté, logrando sacar de sus labios una pequeña risa llena de ironía. Volví mis ojos en su dirección y me deleité con su mirada llena de poderosa convicción, de valor y decisión; nunca pensé que él pudiese convertirse en un hombre así y tampoco pensé que me llegase a gustar tanto.

    —La Ino que conozco, no se derrumba tan fácil —continuó él, dándome la espalda y caminando hacia el interior del escenario donde pasé el momento más desalentador de mi vida.

    —¡Me caí haciendo la rutina, en medio de todos y decepcionando a mi publico! —grité ofuscada. ¿Qué podía saber él de mis sentimientos? Shikamaru no tenía ni sorda idea de qué significaba para una patinadora algo como ésto— ¡Para una artista algo como eso es el final!

    —Si te caíste, ¿por qué no te levantaste y continuaste con la rutina?—dijo, parando de repente su caminar y volviéndose levemente en mi dirección; yo no podía salir de mi estupor— Si fue en medio de todos, sonríe y discúlpate.

    —Cállate…—susurré sin fuerza, sintiendo como las lágrimas volvían a querer desbordarse por mis ojos, bajé la mirada tratando de ocultar este hecho; escuché los pasos de Shikamaru acercarse a mí.

    —Si los decepcionaste, dales el espectáculo más grande que sus ojos hayan visto —Su voz, con un tono de poderosa seguridad, llegó a mi corazón más rápido que cualquier palabra de aliento y miserable lástima. Levanté mi mirada nuevamente y miré su rostro cerca del mío y sus ojos negros taladrando mis pupilas, en busca de la Ino que él seguro conoce más que nadie.

    —Shikamaru. —Volví a murmurar, sin fuerza. Esperando encontrar toda la fortaleza que me hacía falta en él, quien nunca pensé llegar a necesitar con tanto ahinco como ahora.

    —¡Cuando es el final de tu vida artística sólo lo decides tú, Ino! —gritó, con más potencia que antes; mis labios dibujaron una sonrisa instantáneamente y mis orbes no podían despegarse de los suyos.

    ¿Exactamente cuándo Nara cambió ante mis ojos? No lo sé, pero, al Shikamaru que veo ahora, de verdad lo amo.

    —Gracias —dije, para luego abrazarme a él con fuerza; buscando la fuerza que me hace falta. La fortaleza que ahora me sobra—. Muchas gracias, Shikamaru.

    [FONT=&quot]
    —No hay de qué, lagrimitas —burló, sin esperar la terrible patada en su canilla derecha; bueno, no todo lo atractivo es para siempre, así que Shikamaru no podía ser la excepción. Suspiré y caminé con renovada expresión al interior del escenario, donde una pista y un público me esperan.

    —Que mujer problemática.

    —¡Cállate, pedazo del imbécil! —grité, al Shikamaru que iba cojeando y haciendo muecas de dolor a mis espaldas. Vaya que odio esa frase estúpida con la que sale cada cinco minutos; no puedo entender cómo rompió la magia de esa manera tan horrible.

    —Pro…

    —Dilo y te vuelvo a golpear —frené, con la plena convicción de girarme y vengarme por destruir mi momento especial.

    —Esa es la Ino que conozco —meditó en voz alta, levantando una ceja como si estuviese analizándome; mientras yo sentía la vena estallar en mi frente.

    —¡Y tu eres exactamente el mismo idiota que conocí a los cinco años!

    —Me alegro.

    ¿Por qué todo lo que dice me irrita? Joder, su serenidad es el defecto más grande que tiene; yo en verdad prefiero los hombres decididos y valientes. No sé qué paso, pero parece que el frío seguro está teniendo consecuencias positivas en Nara, a penas pase el invierno, volverá con la estupidez multiplicada.


    [/FONT] Pero lo único que sé con precisión, es que la princesa de hielo rota en la pista helada, ha sido tallada nuevamente en cristal. Hermosa, fuerte y resistente, de tal forma que el hielo no vuelva a quebrarla nunca jamás.


    Creo que el parrafo final es una explicacion contundente del titulo :) Igualmente, el OoC de Ino al principio de la historia es sencillamente por la presión sentimental que su rutina implicaba en ella, y me parece completamente normal, hasta para una chica como Ino, sentir nervios en un momento como este.

    Ahora, la explicacion de los saltos:
    [FONT=&quot]1.
    [/FONT] Loop: comienza con el patinador deslizándose hacia atrás, con la pierna que va a saltar hace un curvatura y coloca la otra pierna delante. Es un back spin (pirueta hacia atrás) pero en el aire.
    2. [FONT=&quot] Vals: el patinador empieza el salto hacia delante, salta, realiza una media vuelta en el aire y aterriza sobre el hielo.[/FONT]

    ¡Espero sus criticas!
     

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso