Cuando la muerte espera por ti [Sessho&Kago]

Capitulo 13. Manchas Carmesí
- Lo Siento- Ni siquiera unas simples disculpas podrían calmar el vació que sentía ella en esos momentos.
Sesshomaru
Sobre el escritorio encontré un pequeña carta con mi nombre. La abrí con algo de curiosidad.
Sesshomaru
Viernes 2 de agosto.
Si lees esto seguro yo ya no me encuentro... aquí.
Esta mañana desperté con un gran dolor en pecho. Algo va a pasarme y yo... no quiero dejar sola a mi hermana.
Debo pedirte un favor.
Cuidala.
Nunca la dejes sola. Ella te quiere tanto como tu a ella.
PD. Deje un duplicado de las llaves para ti bajo la alfombra. Muchas Gracias.
Souta Higurashi.
Instintivamente tome el teléfono para llamarla. No atendía.
“Puede estar dormida pero quiero asegurarme”
No me moleste en volver a llamar para tomar las llaves y dirigirme a su departamento.
Llegué diez minutos mas tarde. Toque varias beses la puerta y al igual que antes... tan solo el aire me escuchó.
Revise bajo la alfombra que mostraba un gran “Bienvenidos” encontré una pequeña llave.
Las luces estaban apagadas. Excepto una. El baño.
Pequeñas manchas carmesí esparcidas por el lugar alarmaron. La mezcla de olores metálicos y salinos atraparon mis sentidos.
Rápidamente me acerqué.
Las marcas en el suelo crecían en tamaño.
“¡Demonios que hiciste Kagome!”
La figura de la chica se encontraba se mi-acostada junto a la ducha. Junto a ella una larga daga teñida de rojo.
Observe su frágil cuerpo. Blanco como la cal. Las muñecas mutiladas bajo la sangre que ahora crecía en un gran charco a su alrededor. La ropa profanada por aquel maldito color.
No tenía mucho tiempo.
-Tu... Que hiciste ¡¿Por que lo hiciste?!
- Por... que debía... hacerlo.
Tome su moribundo cuerpo en brazos.
-¿Por que...?
- Por que sino tu debías hacerlo.
-¿Yo?
-Si... Eres muy misteriosos ¿Sabes? Por eso... me gustas.
Eso era lo último que esperaba oír.
- Por eso te... amo- Con una sonrisa sus ojos chocolate se apagaron.
Algo en mi interior se rompió. Derramándose en una pequeña y fina lágrima hasta aquel cuerpo si vida que en mis brazos reposaba.
- Yo también te amo... Kagome.

Capitulo 14. La leyenda del Dios sin amor.
- Yo también te amo... Kagome.

 

Capitulo 14. La leyenda del Dios sin amor.
- Yo también te amo... Kagome.
Kagome
La obscuridad atrapó mi mente y alma.
Me undí en una profunda noche. Dejando que la Luna Menguante fuera mi guiá.
Sentí como mi cuerpo caía a causa de la gravedad. Mientras en un instante me undia al siguiente me encontraba en un campo de blancas rosas.
En el centro de este la figura de un hombre sostenía en alto el cuerpo de una muchacha tomado desde el cuello.
La joven se desmayo por la falta de oxigeno. El aún la sostenía.
Lentamente me acerque a las figuras. Al instante los reconocí.
El hombre de ojos como la sangre y cabello como la profunda noche sin estrellas. Bestia un largo abrigo negro.
La muchacha de cabellos chocolates y grandes ojos color avellana, bajo un simple y hermoso quimono color naranja.
El gruñido de una bestia enfurecida se esparció por el lugar.
El crepúsculo tomó su lugar en el árido cielo. La naturaleza tubo un drástico cambio. El tiempo se detuvo, cuando el joven peli-plata llegó.
- Rin- Fue lo único que se escucho de los labios del perfecto ser. Aunque difícilmente se distinguió de un nuevo gruñido.
La imagen completa del inhumano rostro tomo posesión de mi mente.
“ Sesshomaru”
- ¿Sabes?- La voz de las pesadillas se unió al rostro de mi muerte. Naraku apretó mas la presión sobre el débil cuerpo de Rin. Su rostro antes pálido ahora blanco como la nieve – Ya es tarde.
Con una sonrisa de triunfo arrojó en inerte cuerpo de la chica contra una árbol. No volvió a levantarse.
Sesshomaru ya a su lado la tomó en brazos.
- Que hiciste !
- Voy a contarte una historia. La leyenda del Dios que no amó a sus criaturas.
En la era de los Dioses la paz gobernaba el mundo.
Aunque su poder era absoluto no les alcanzo. Decidieron crear una nueva especie para poder ser venerados. Los humanos surgieron.
Los hermanos dioses los amaban por naturaleza.
Todos excepto uno.
Los sentimientos de los humanos corrompieron al Dios. En secreto el odio y aborrecimiento de este ser provocó el inicio de las guerras.
Tras un siglo de luchas otra especie nació.
Los Yukai.
Aunque su misión fue ayudar con el fin de las guerras la constante influencia del Dios comenzó otra.
Sus hermanos al enterarse de tal acto decidieron castigarle. Convirtiéndolo en la criatura mas débil. Su propia creación. Aquella que nunca logró amar.
Las últimas palabras dichas al Dios sellaron su epitafio sabiendo que quizás nunca se realizaran.
La prueba de algo que el nunca sintió seria su exterminio.
Tokijin se desenfundó mientras el cuerpo del hombre de ojos carmesí fue atravesado por la espada. La sonrisa en su rostro creció.
Cuando la maldición con el cuerpo del Dios perezca.
El alma maldita se transformará en la muerte.
- Pudiste destruirme. Pero no le hiciste. Eres débil- Dejando atrás las últimas palabras el cuerpo se desintegro formando negras cenizas que se esparcieron en el viento.
La tristeza se reflejó en los ojos del Lord. En sus manos yacía el cuerpo sin vida de aquella que tantos años procuró.
- Rin... Mi pequeña Rin- Abrazó la inerte figura- Lo siento.
La negrura inundó el lugar.
El tiempo volvió a transcurrir con la salida del sol.
Un claro tomó el lugar del rosal. Un pequeño puente de cristal atravesaba el arrollo. En el centro la niña de mis sueños trenzaba una corona de flore.
A cada instante transcurrido la niña creció hasta convertirse en una hermosa joven que aun entrelazaba hábilmente los tallos de flores entre si, estos cambiaban constantemente de color y forma.
Me acerque a la muchacha que brindaba una gran sonrisa.
- Es hora de volver Kagome.
- No quiero volver. Si lo hago...
- El sacrificio mas grande fue realizado- Su gran sonrisa de lleno de dulzura conforme pasaban las palabras.
-¿Por que el sacrificio? Rin
- Por amor.
Elegantemente se levanto. Acercándose.
Fuertemente me abrazó.
- Dile a Sesshomaru que siempre lo ame- susurro las dulces palabras a mi oído- Dile a mi padre que aun lo amo.
Al soltarse una solitaria lágrima de alegría cayó por su rostro de porcelana mientras su cuerpo se desvanecía con la cálida briza.
La flores brillaron. La luz me invadió.
Cerré los ojos.
- Dile que al fin soy libre.
-Kagome...


Capitulo 15. El sacrificio mas grande
-Kagome...

 

Ya lo se, soy una mala persona. Hace mucho tiempo que no actualizo y no tengo escusas. En realidad si tengo una, perdi la hoja en la cual tenia el ultimo capitulo, pero no se preocupes al final solo estaba en el bolsillo de una campera.
Volviendo al tema, espero que les guste, este es el último capitulo. Y para que vean que no soy tan mala persona, dejare un prologo por una muerte que fue triste jaja volviendo, espero que les guste. Besos

Capitulo 15. El sacrificio mas grande

-Kagome...​

Sesshomaru​

_ Yo también te amo... Kagome
Tomé su inerte cuerpo acunándolo en brazos. Yo no lloraba. Pero las emociones no demostraban se resbalaron cayendo como una solitaria lagrima por mi rostro.
_ No de nuevo – Abrase su cuerpo que poco a poco se enfriaba – Lo siento.

Flash Back​

- Pudiste destruirme. Pero no le hiciste. Eres débil- Dejando atrás las últimas palabras el cuerpo se desintegro formando negras cenizas que se esparcieron en el viento.
La tristeza se reflejó en los ojos del Lord. En sus manos yacía el cuerpo sin vida de aquella que tantos años procuró.

Fin de Flash Back​

Deje cuidadosamente sobre el suelo su desangrado cuerpo ahora sabiendo lo que haría. Tome la daba bañada de su sangre cortándome el dedo anular.
“Esta vez no permitiré que ocurra de nuevo”
Dibuje sobre el suelo la “marca” de los dioses con cada gota de sangre que emanaba de mi dedo. La marca, que es enseñada a los Yukai apenas pueden controlarla.
Una nueva presencia se encontraba en la casa.
_ Eres débil- Susurro la nueva presencia. Un hombre de ojos carmín que enfocaban mi presencia con odio.
“No debo distraerme”
Cerré los ojos al tiempo que en mi mente se oyó una monótona voz.
_ “Diosa Midoriko”
“-Que es lo que deseas”
_ “Deseo su vida de vuelta”- Aquel ser de orbes carmesí de acercaron peligrosamente
“-Tiene un gran precio lo que deseas Sesshomaru”
_ “A cambio te daré mmi inmortalidad”- Respondí sin titubeos.
“-Es un alto precio ¿Estas seguro?”
_ “Mas que nunca”
“-Sabes lo que haces?
_ “Este es mi sacrificio. Mi mas grande sacrificio”- Ante aquellos susurros una luz color blanco mi invadió. Destruyendo a Naraku, atravesándolo, comenzando desde el lugar donde debería estar su corazón.
_ ¿Por qué lo haces?- Fueron sus susurros llenos de rencor.
Su pregunta resonó en mi mente. Clave la vista en sus ojos por última vez. Aquellos orbes carmín solo presentaban duda y temor.
“¿Por qué lo hago? … Si…”
_ Por… amor – Naraku clavo su vista en mi. Rojo contra dorado. Una sonrisa se instalo en sus labios.
_ Por… ella – Con la luz, su cuerpo se desvaneció comprendiendo en sus últimos momento por primera vez el amor. Profesado a través de alguien más.
Kagome volvió a respirar.
“-¿Sabes lo que eres ahora?”
_ Si…
“- Un Humano”
Lentamente me acerque al pequeño cuerpo de la azabache que abría nuevamente los ojos.
_ Hola pequeña – Susurre tomándola en brazos.
_ Hola – Apretó el agarre tomándome desde la nuca – Estoy cansada – Susurro a mi oído.
_ No es cierto – Comencé a reír. Ella era única. Me soltó al escuchar mi risa quedando frente a mi.
_ He creado un monstruo – Dijo seriamente.
Tome su mentón obligándola a mirarme.
_ Has salvado a la bestia.

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-6 Meses Después -​

_ Oye Sesshomaru- Baje la vista a la azabache que se encontraba entre mis brazos apoyando su cabeza en mi regazo. Una cortina de cabellos cubría parte de su rostro, con la mano corrí aquellas hebras de ébano que cubrían el camino a sus ojos - ¿Cuántos años tienes? – Pregunto con curiosidad.
Mi cuerpo se tenso notablemente ¿A que venia esa pregunta? Había transcurrido casi un año desde que me volví un humano, esa noche le conté quien o que era en realidad hasta ese momento. Cuando mencione la palabra “demonio” no obtuve la reacción que esperaba de gritos histéricos o parálisis temporal. Con sorpresa al pregunta, ella me explico que tubo una especie de “sueños” que antes no recordaba y que ahora tenían sentido.

Flash Back​

Debí haberle dicho otra cosa, cualquier otra cosa. Una rata, un murciélago o una araña quizás. Esas cosas no les gustan a las chicas ¿Cierto? En efecto, cualquier otra cosa en vez de “perro”. ¿Por qué le dije que fui un demonio perro?
Alce la vista- antes fija en el techo- para verla. Con dos manos en el rostro intentaba ocultar en vano, la risa que segundo después salió en carcajadas.
No pude evitar irritarme. Esa chica seria la perdición.
Al cabo de – varios- minutos dejo de “burlarse” de mi, para lanzarme una sonrisa pícara que me descoloco.
Antes de darme cuenta, mi espalda baja colisionó contra el suelo ante el nuevo peso. Kagome se encontraba prácticamente sobre mí riendo tontamente mientras con sus pequeños dedos intentaba hacerme “cosquillas”. De golpe me levante claramente enojado.
_ Ahora soy humano idiota – Le reproche mientras le daba un pequeño golpe en la frente- ¿Es que pensabas que movería la “para” como un perro?- Abrió la boca para habar pero antes de lograr hacerlo cubrí sus labios con mi mano que cubría la mitad de su rostro – Deja, no contestes. No te quiero escuchar- Quito mi mano con sus pequeños dedos.
_ Amargado – Hiso un puchero claramente decepcionada. La observe divertido, parecía un niño sin su juguete- Yo solo quería un perrito- Suspiro resignada – Eres un grosero – Dios no paraba de hablar. Una idea destello en mi mente. Le sonreí siniestramente cuando giro al verme – Oh, oh. Esa sonrisa la conozco- Intento alejarse pero era demasiado tarde al notar la pared detrás suyo, alzo las manos en gesto de inocencia. Me acerque sigilosamente a ella – No te enojes. Yo solo quería un perr… Ups.
Nuestras narices chocaron ante la cercanía.
_ Ya cállate – Intento protestar pero silencie sus criticas uniendo mis labios a los suyos. Eso fue lo que quise hacer desde aquel estúpido baile, al verla con el vestido, tan hermosa.
Separamos nuestros cuerpos por la falta de aire. Me sonrió para luego volver a besarnos, alzando sus brazos contra mi espalda, sus manos en mi nuca. Su corazón en mi corazón.
Dos cuerpos, una sola persona.
“Esta chica es una perdición”
Me separe de ella lentamente sin despegar la vista de sus ojos –… Mi perdición – Susurre a su oído.

Fin de Flash Back​

_ Oye ¿Me escuchas? – Parecía muy molesta al despertarme de aquel recuerdo - ¡Firulais!
Si. Ahora somos dos los que estamos molestos.
_ Te he dicho mil veces que no me llames “Firulais”, mocosa- ¿Es que soy un perro?
_ Fueron tan solo 63 veces, además tu me dices “mocosa” así que yo te diré como quiera… FI-RU-LA-IS.
Suspire. No podría con su maldito carácter.
_ Volviendo al tema ¿Cuántos años tienes?- Ella nunca olvida una maldita pregunta cuando espera algo.
_ ¿Por qué quieres saberlo?
_ ¿Curiosidad?
_ Tengo 23 años.
_ No, no. Antes
Ahora entendía su pregunta.
_ Sinceramente…
_ ¿Si? – Cuestiono emocionada.
_ No quieres saberlo- Le di una “radiante sonrisa”. Aunque ella parecía horrorizada.
_ ¿Entonces…?- Estiro la mano para tocar mi cabello que permanecía suelto - ¿Estas son… canas?
_ No. Pero se volverán verde si sigues pensando esas cosas – Ella comenzó a reír para luego incorporarse y quedar sentada a mi lado, apreciando mejor el atardecer. Aun al ser primavera, el parque en el que nos encontrábamos permanecía casi vacío.
Kagome estiro la mano para tomar un pequeño capullo que se escondía entre la maleza, extrañamente al ocultarse el sol, abrió sus pétalos dejando contemplar una simple pero hermosa flor. Aparentaba una pequeña rosa, aunque sus pétalos eran en el centro color dorado y mediante llegaban a las puntas se volvían plateados.
Aquella simple u hermosa flor, me recordó a una joven que con el tiempo quise olvidar. Aquella que sin pensarlo quise y procure como mi familia.
“… Rin… Mi pequeña Rin…”
Una idea destello en la mente de Kagome al ver esa flor. Me observo con los ojos perdidos y una sonrisa en el rostro mientras una solitaria lagrima se escapaba de su ojo.
_ ¿Sabes?- Susurro sin esperar respuesta – “Ella” te ama – La tristeza e incredulidad asomo en mis ojos – No estés triste – Dijo al tocar mi mejilla con una de sus manos – Ella ahora es libre. Ron es libre- Sentí una cálida briza tocar mi rostro.
Tome su mentón para acercarme a ella. Una persona a la que sin querer amo. Una persona que seria mi perdición y al mismo tiempo salvación. Una con la que soy libre.
Por que sin ella no se lo que soy. Por que no soy nada.
Bese sus dulces labio por nueva y no última vez. Esta tarde entendí tres cosas. Una, di mi inmortalidad a una humana y volvería a hacerlo. Por que ¿De que serviría vivir para siempre sin ella junto a mi?. Dos, me quede junto a ella, hasta el punto de amarla. Mataría y moriría por ella. Y tres, la amaría a pesar de todo. Aunque la muerte venga por mí.

...Fin...​

 

La verdad es que no se de donde salieron los angeles, pero quedo muy triste su muerte y que mas da.
Espero que les guste, besos


Epilogío

Las Alas de un Ángel​

_ ¿Eres consiente de lo que ocurrió Midoriko? – Cuestiono un joven de cabellos blanco y ojos color morado.
_ Si lo soy Hakudoshi ¿Por qué sigues observándolos?
_ Por nada especial. Solo me distraje ¿Crees que todo estará bien ahora? Me refiero a esos dos.
_ ¿A Sesshomaru y Kagome? Tú más que nadie deberías saberlo. Eres el Dios del Destino hermano. Además, “El” la protegerá.
_ Su Guardián, si lo se bien. Los ángeles guardianes. “Almas llenas de amor y bondad que deciden y cuidar a los demás” Pura basura.
_ No seas así hermano. Al fon y al cabo, tú decidiste ayudar a esas almas de mortales, una en particular.
_ Lo se, lo se. Vieja historia.

​

“En el fin de las guerras, el alma de un niño al morir,​

Se negó a rencarnar,​

Con el propósito de cuidar a su familia.​

Tal acto de amor y bondad, conmovió a los Dioses.​

El menor de los hermanos todopoderosos,​

Creador del Tiempo y guiador del Destino​

Decidió obsequiar uno de sus blancos cabellos al alma, que al tocarlo se volvió una blanca pluma,​

Con el propósito de cumplir su nueva misio, para que cumpla su trabajo y procure a un mortal​

El alma volviendo a su antigua forma de niño poseía dos grandes alas en su espalda, por la pluma del Dios​

Convirtiéndose en el primer Guardián Alado”​

_ Es hora- Aseguro el menor de los hermanos – Su Guardián fue elegido.
A lo lejos se escucharon pasos acercándose, un joven azabache vestido con un traje blanco se inclino ante los Dioses con los ojos cerrados.
_ El Ángel Guardián de la última Sacerdotisa. Protector de la última Higurashi – Hakudoshi le entrego una hebra de su blanca cabellera, que al tomarla se transformo en una blanca pluma que segundos después desapareció.
El joven azabache abrió los ojos al desaparecer la pluma, mostrando dos orbes zafiro. Con una sonrisa en el rostro, se inclino nuevamente ante los Dioses. Su cuerpo brillo cuando dos grandes alas asomaron por sus omóplatos.
El nuevo ángel sonrió mas abiertamente retirándose del lugar.
_ Lo dejamos en tus manos… Souta.