Cuando el mundo dejó de esperar por mí.

Re: Cuando el mundo dejó de esperar por mí.

-Bueno chicos, estais sudando, ¿por que no os dais un baño?. -dijo mi madre mientras entrábamos en mi casa.
-Vale me apunto -dijo Hattori.
-Nosotros también -dijeron Akemi y Heiji al unísono.
-y nosotras.

Primero, como grandes caballeros que somos dejamos pasar a las chicas.
-¿Por qué no puedo estar yo ahí metido? -dijo Hattori en el pasillo.
-Buena pregunta.
-Eh, mirad se están desnudando -dijo el pequeño Heiji mirando por el espacio qúe había debajo de la puerta.
- ¡Eh!, eso no vale yo también quiero.-dijo Hattori.
- Eso está mal.
- Papá, mamá está quitándose la camiseta.
-¡Mi madre pa tú chica Kudo!.
-¡Dejar de mirar! -los saqué corrí hacia ellos para quitalos de ahí, pero se separaron agilmente y yo inevitablemente me estrellé contra la puerta abriéndola. Las chicas empezaron a taparse, pero le ví a Shiho más de lo que ella quería enseñar, no sé si me entendeis.

-Chi...chicas, esto no es lo que parece, todo tiene una explicación.
-¡Te voy a dar yo a tí una explica´ción pervertido -Ran me pegó una patada sacándome del baño y cerró la puerta.
-Kudo, ¿Viste a alguna en pelotas?.
-Si, a una -empecé a sangrar por la nariz.
-Te ha gustado pillén.
- rrrrrrrrggg, ¡por tú culpa Shiho y las demás piensan que soy un pervertido!
-Bueno, no te quejes que creo que a quien viste fue a Miyano.

Después de darnos un reconfortable baño todos pasamos al salón para poder cenar algo, y pr desgracia a las chicas no se les olvido el "pequeño" accidente que había ocurrido en el baño. Todas me miraban con cara de "cuando duermas por la noche te mataremos"

-¿Aún estai enfadadas?.
-No, un chico entra en el baño donde estámos todas bañandonos y alguna aún quitándose la ropa. -dijo Sonoko sarcástica.
- No seais así si no os ví a ninguna.
-¿y luego no me dijiste que viste más de lo que Miyano quería enseñar? -dijo Hattori.
-¡IDIOTA!, ¡CALLATE!.
-Parece mentira, pensaba que no eras de esos Kudo, realmente eres igual que Gin -ella salió corriendo con lágrimas en los ojos.

 

Re: Cuando el mundo dejó de esperar por mí.

-Espera Shiho -salí corriendo detrás de ella mientras e mi cabeza resonaba este frase: "Eres igual que Gin". Llegué a un balcón en el que se encontraba Shiho mirando al cielo.
-Hermana, ¿por que me has dejado sola? -una lágrima resbaló por su rostro.
-Shiho. -le dije suavemente -lo siento, no se muy bien lo que pasó y entiendo que no quieras dirigirme la palabra y no te culpo por eso. -ella seguía mirando al cielo como si yo no estuviera ahí. -en aquel momento tenía las hormonas sabe dios donde, creo que estaban bailando por el pasillo, yo no quería hacer eso, yo te respeto te pido perdón -me puse de rodillas en el suelo y con la cabeza en el frío azulejo de la terraza.
-Estás perdonado -una cálida mano de Shiho se desplazó hacia mi barbilla -levántate por favor. -me incorporé.
- ¿De verdad que me perdonas?.
- A ver que te parece. -me dió un beso corto y dulce en los labios.
- ¿Eso es un sí? 0////0
- ¿acaso quieres que lo repíta? -y se dirigió hacia dentro.
-Valla, creo que mis hormonas vuelven a estar bailando por el pasillo. -la seguí hacia dentro.
- Que ¿hubo reconciliación? -me pregutó Heiji por lo bajo.
- ¿Que si hubo? -me toqué los labios.
- ¡TE HA BESADO! -todos quedaron mirando a Hattori.
- 0////0 ¡Yo no he dicho nada de eso!
- Soy el gran detective de Osaka y alrededores ¿recuerdas?, mi olfacto es infalible.
-olfacto, ¿acaso eres un perro? -dijo Sonoko.
- Ja,ja,ja esa fue buena -rió sarcásticamente Heiji.

Siento que sea tan cortita, s que quiero alargar un poco la historia

 

Re: Cuando el mundo dejó de esperar por mí.

Ok, hay trato.

Todos fuimos a acostarnos, y me quedé en la habitación hablando con Hattotri...

-Heiji, voy a darle las buenas noches a Shiho, vuelvo ahora.
-¿No ireis a darle rienda suelta a vuestro amor?, si tienes otro hija ¿podrías ponerle Ran?.
-Imbecil, solo voy a darle un beso.
-De un beso a una acaricia de una acaricia a una sonrisa lujuriosa y de ahí a llamar a la cigueña.
-Bah, déjame.

Esperé en el pasillo a que Shiho quedase sola y entonces entré.

-¡Shinichi!, ¡me asustaste! -decía sentada en la cama un tentador camisón.
-Solo venía a darte las buenas noches. -le dí un beso en la frente, buenas noches mi pequeña Shiho. -y salí por la puerta de la misma forma que entré encóntrándome a Ran enfrente.
- Valla, si que vais rápido. -me miraba.
- No es lo que tú piensas, solo le dí las buenas noches.

Entré en mi habitación, me metí en mi cama sin hacerle caso a los disparates de Heiji y me puse a dormír. Al día siguiente una voz familiar y el cuerpo de alguién estaba sobre el mío despertándome.

-Shi...Shiho, ¿que haces aquí -le dije adormilado.
-Tú viniste ayer a darme las buenas noches y yo te doy a tí los buenos días -bajo su cara y me dió un beso.
- Boh, a eso le llamais beso, con más pasión. Y recordar, si quereis darle rienda suelta a vuestra pasión ento momento usar el condón.
-Hattotri -empecé a seguirlo por toda la habitación, mientras un diertida Shiho nos miraba.

 

Re: Cuando el mundo dejó de esperar por mí.

-Heiji, ¡mal hablado! Ven aquí.
-Lo siento papá, pero tengo derecho a la libertad de expresión, y la poesía es un arte. –seguí corriendo.
-Te voy a dar yo a ti una patada con arte y ya veras como no dices animaladas en una buena temporada
-Lo sieto papaito,
o me pegas despacito,
o le digo a la abuelita
esta pintoresca escenita.
-¡VEN AQUÍ HEIJI KUDO! –grité perdiendo los estribos mientras el niño se refugiaba en los brazos de shiho.
-Venga Shinichi, que solo es un niño y no sabe bien lo que deci, ¿verdad Heiji? –dijo en tono maternal colocándole bien el pelo.
-Eso mismo, solo soy un niño.
-Venga, vé con tu hermana a jugar, y portaros bien ¿si?.
-Si –asintió con la cabeza.

Ahora vamos con Akemi y Heiji (el pekerecho)...

-Ey, Akemi espérame, ¿a que jugamos?
-¿A papás y a mamás?
-Ok.
-Mira, tú vas a ser el padre de familia un empresario multimillonario, y yo una mujer ama de casa y preocupada por su familia.
-Está bien, empezamos.
-¡Hola cariño!, ¿Qué tall te fue el día?
-Muy bien tengo secretaría nueva. –dicia mientras hacía que se quitaba un corbata.
-Espero que esta no te tire los tejos.
-Tú eres la única mujer en mi vida. –la besó cuando llegamos Shiho y yo.
-¡Heiji, Akemi!, ¿¡Que haceis?¡, que sois hermanos –pregunté horrorizado.
-Jugar a papás y a mamás. –Contestó Akemi.
-Uf, y decía yo. –dijo Shiho –ves, no seas mal pensado Shinichi.