Cronicas de fuego

Espero que les guste, es un proyecto que llevaba un rato pensando, por partida doble, les dejo también un segundo fic por aquí.​

Capitulo 1: Caos​

Estaba sentado en la orilla de uno de los montes que se alzan en el lugar, sentía el viento del verano que provocaba que la flama de su cola se acrecentara agitándose como si quisiera alcanzarlo, él era Terry un Charmander, cuyo viaje estaba comenzar.

Sonreía mientras el sol dañaba su piel naranja y observando la majestuosidad y belleza del Valle Combre que se extendía hasta más allá del horizonte donde altivas surgen las misteriosas montañas Keelidas . Un paraíso mancillado, pues el equilibrio acaba de ser roto.

Un Pidgeot volaba erráticamente a él, en su interior sintió que algo iba mal, no sabía que esto era el principio del fin, algo más grande que cualquier cosa que se hubiera presentado antes en este mundo.

—¿Qué le pasa? —se preguntó a sí mismo el pokemon de fuego—¿¡Amigo estás bien!? —gritó.

De pronto el pobre pajarillo comenzó a descender en picada, Terry se lanzó hacia él para atraparlo.

—¡Aguarda, te atraparé! —exclamó mientras pegaba un salto.

Extendía sus pequeñas garras con la esperanza de alcanzarlo, pero justo en el instante en que iba a tocarlo con sus manos, se desvanecía, como si de pronto pasaran un borrador sobre una hoja de papel y el lienzo plasmado en ella.

Charmander veía atónito esta escena, sin embargo todavía no tocaba el piso un gigantesco Steelix emergía rugiendo balanceando su cabeza colérico lanzando un tempestuosa tormenta de arena la cual casi arroja a Charmander por la orilla del acantilado.

Sosteniéndose apenas con su garra, se levantaba de nuevo y escuchaba como los dientes de lo rocosa serpiente rechinaban mientras los arrastraba produciendo un ruido espantoso, la criatura luego se echaba hacia atrás arqueándose de manera violenta desvaneciéndose de igual manera antes de caer al piso.

—¿Qué…que es lo que está ocurriendo?... —se preguntaba el Charmander lleno de miedo.

Al alzar la mirada veía ahora como a un enjambre de Ninjasks surgían del bosque chocando unos con otros buscando huir despavoridos mientras uno a uno desaparecían.

Charmander corre hacia el bosque, recordaba que allí habitaban sus amigos, las personas que él quería: el anciano y demente, pero amigable Shitfry con sus historias llenas de magia y asombro que cautivaban a la mayoría hablando de increíbles hazañas que aseguraba realizó en su juventud ,su amigo Ellis un Pancham con el que había pasado tantas aventuras desde que llegó allí, Dwebble y sus trucos de magia, el grupo de Caterpies, el intrépido Rapidash y ella, Vivi, una Ralts que tendría más o menos su edad. Vivía con ella en su casa con su padre Gallade desde lo encontraron, habían estado creciendo juntos y eran buenos amigos.

Terry al llegar miró todo hecho un desastre, Aipoms corrían por los árboles, había un incendio a lo lejos que propagaba rápido, unos Squirtle buscaban encargarse de él pero uno a uno se desaparecían y no había nada más que hacer.

—¡Señor Shitfry tiene que venir conmigo! —exclamaba Terry mientras lo tomaba de sus hojas.

—Estoy viejo chico—decía tosiendo—esta lucha ya no es mía, tu siempre has tenido alma de aventurero y ha llegado el momento de pasarte la carga.

—Pero, pero…¿yo?..

—Tu amigo Ellis se llevó a muchos fuera del bosque creo que la carga oscura sólo está afectando esta área.

—¿¡Tú sabes lo que está ocurriendo aquí!?

—Creí que nunca llegaría, yo era uno de tantos que lo enfrentarían, pero tú lo harás en mi lugar—diciendo esto le entregaba algo envuelto en unas hojas que había surgido de él—no es momento de dudar chico, Pancham no pudo encontrar a Vivi, estaba por el río, deberías de ir a buscarla.

Estaba en una encrucijada, pero no debía temer si lo hacía todo acabaría mal, comenzó a correr hacia el río.

—¡Confió en ti chico!, ¡Lo lograras! —exclamó el viejo pokemon de hierba.

Charmander pensó entonces que tal vez todas aquellas historias que había contado alguna vez no eran sólo locuras, tal vez, sólo tal vez el viejo Shitfry había hecho todo eso y ahora le había dicho que era su turno.

Lo último que Terry pudo ver de él fue una sonrisa antes de desvanecerse. Charmander presionó sus ojos mientras dos lagrimas brotaban de sus ojos y eran arrastradas al viento, su hogar, el viejo que era su amigo, se habían ido.

—No le pasará lo mismo a Vivi, ¡la encontraré! —al decir esto, el fuego de su cola encendió más, adentrándose entre las flamas que consumían el bosque.

Estaba por perder las esperanzas, gritando y recorriendo cada fragmento de aquel lugar. Cegado un poco por el humo vio dibujarse a lo lejos una silueta que le pareció al instante familiar.

—Terry…—escuchó un murmullo que lo llamaba, era su voz.

Había un tronco sobre ella presionando su cuerpo de la cintura hacia abajo, el Charmander no tenía tiempo que perder, decidido rompió el tronco en dos con un zarpazo metálico la tomó y cargó en su hombro protegiéndola con su cuerpo inmune al fuego. Corrió lo más rápido que pudo hasta que todo lo que le parecía familiar quedó atrás, los árboles se hacían más pequeños y más distantes, el paisaje cambiaba conforme avanzaba ahora se encontraba en una llanura, en su camino pudo ver a cientos de pokemon desaparecer frente sus ojos, trató de advertir a muchos y vio como algunos lograban escapar, cuando el cansancio hizo que ya pudiera más, recostó a Vivi en el piso y él aún lado de ella, mirando las estrellas en el firmamento agitado, triste, pensativo y exhausto comenzó a cerrar sus ojos, tomó su mano, estaba por caer dormido cuando observó un colorido resplandor que envolvía sin saber si esto .

Continuara.

 

Bueno me tuve que replantear la idea para esta historia pues el archivo que tenía con lo que haría se me perdió, luego de mucho rememorar quiero creer que rescaté la mayoría así que es momento de continuar.

Capítulo 2: Un largo camino por recorrer.
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Una silueta en cuatro patas se paseaba lenta y taciturna aún lado de él, la luz que se proyectaba ante sus ojos se volvía cada vez más intensa cegándolo casi por completo, era una energía mística que parecía envolverlo como caudales de un arroyo que viaja lento.

Se sentía como el primer día de primavera, como la jovialidad de una mañana perfecta, como el primer resplandor que se ve en la vida, como un sueño increíble.

Charmander abrió los ojos y para su sorpresa se encontraba totalmente repuesto y descansado tuvo que sentirse dos veces para percatarse que era real con la punta de sus garras tomó su cola y se percató que nunca en su vida la flama de está había estado tan alta. Al levantar la mirada se encontró con Ralts cuya mirada asomándose por debajo de su pelo,estaba clavada en él demasiado cerca al levantarse por lo que hizo que nervioso cayera de espaldas y luego rodara colina abajo hasta topar con algo con fuerza.

—¡Terry! —exclamó la pequeña Ralts cubriéndose la boca con sus manos.

El rostro de Terry se puso como un tomate al percatarse de la escena que había hecho busco reincorporarse enseguida y con su garra se rasco la nuca fingiendo despreocupación.

— Estoy bien Vivi, no ocurre nada, es parte de unos ejercicios que hago al despertar—indicó el pokemon de fuego sonriendo.

Ralts aún lo miraba preocupada, fue hasta que sintió que el sol sobre él comenzaba a opacarse que entendió la causa de esto, un enorme Rhyperior bufaba detrás de él levantando sus garras hacia el Charmander bufando.

Este apenas alcanzó a dar un saltó cuando el Rhyperior destrozó medio piso levantándolo, el suelo tembló bajo sus pies y Terry terminó cayendo de bruces varios metros más adelante, se levantó corriendo dando trompicones, tomó la mano de Ralts que se había quedado paralizada y se dispuso a huir.

Antes que la criatura pudiera darles el primer golpe algo los intercepto, ambos pokemon solo pudieron ver un resplandor ultramarino engulléndolos, luego de unos metros se detuvo y antes de que salieran impulsados hacia adelante unas enormes garras los sujetaron.

—Ya se encuentra bien pequeños—dijo una voz femenina.

Terry y Vivi vieron hacia atrás y notaron que una gigantesca Snorlax los sujetaba—ese cascarrabias Rhyperior, no deben de ser por aquí, nadie se mete en su territorio, mi pequeño Fabián lo sabe.

Un pequeño Munchlax se asomó tímidamente por detrás de ella y los saludó. Ella los bajó y les dirigió una sonrisa.

—Bueno ya ha pasado todo, seguro que deben de tener algo de hambre —dijo la Snorlax.

Terry se disponía a mentir pues no quería causar más molestias pero su estómago se adelantó a dar respuesta con un gruñido

—Nos encantaría—dijo Ralts dándole después un codazo a Terry.

—Si sería grandioso.

—Pues andando entonces—señaló la pokemon.

Apenas dando unos pasos se encontraron una viña detrás de los árboles, la mayoría de los hogares estaban hechos de roca o se sumergían en las rocas, aunque no era ni un poco parecido, les hizo recordar a su hogar.

Ralts suspiró bajando la mirada, Charmander no pensó hasta ese momento en Gallande el padre de ella, puso su garra en su hombro y ella la miró esbozando una muy leve sonrisa.

— ¿Sabes que me dijo mi padre la última vez que lo vi? —preguntó Ralts tomando su mano.

Charmander se sorprendió al ver que sus pensamientos coincidían y negó con la cabeza.

—Dijo que si él no podía estar una vez conmigo, no se preocuparía pues tú me cuidarías—dijo Vivi mientras seguía caminando.

Terry exhaló y caminó con paso más firme, el padre de Vivi como el viejo Shiftry habían depositado toda su confianza en él, no podía fallarles.

— Solucionaremos todo esto—se acomodó entre sus hombros el paquete que le había dado el viejo seguro que allí dentro estaba la respuesta a esto— buscaremos a Ellis y entre los tres rescataremos a todos—declaró Terry sorprendido de la seguridad con la que había dicho esta.

El Munchlax que los miraba de cercas les sonrió.

Unas montañas comenzaron a crecer entre ellos, en ellas parecían vivir pokemon de mayor tamaño aunque la estructura era básicamente la misma.

— Es por haya pequeños—indicó la Snorlax señalando con su garra el orificio más grande de todos, cubierto con una gigantesca corteza de árbol en las que había labrado varios símbolos.

Unos metros antes de llegar varios Zubat surgieron de entre una grieta y Ralts como Charmander tuvieron que retroceder. Ella levantó la mirada y señaló un letrero que figuraba por encima de una ventanilla en la que un Crobat colgaba del techo.

—Una oficina de correos— musitaba Vivi.

—Últimamente tienen mucho trabajo, más que nada son volantes de desaparecidos…—explicó Snorlax.

El rostro de Munchlax se contrajo en ese momento.

—Solía jugar con un Tepig llamado Brandon, cerca de acantilado, hay unas aguas termales era muy popular, un Camerrrup fue el primero en desvanecerse, creí que escaparíamos de eso pero…bueno—sollozó— lo tenía sujeto del brazo...¿saben?....

—Es algo que está ocurriendo en todos lados entonces—dijo Charmander luego de un leve silencio.

—Imaginé que habían pasado por algo así, pero bueno, hasta que no se pueda hacer algo, no hay que pensar en eso, será lo mejor—dijo la señora. —Entren les prepararé algo bueno.

Los dos pokemon cruzaron el Umbral, por dentro la casa era fresca y acogedora, tenía algunos mueves e estilo rustico labrados en granito sorprendentemente cómodos y varios túneles que derivaban en varias habitaciones, sin embargo lo que más sorprendió a Terry y a Vivi fue un mural que se habría que abarcaba toda la pared derecha de la sala. Había al menos unos cincuenta pokemon dibujados en ella, todos de distintos tipos y tamaños, en ella estaba la pokemon que los había acogido en compañía de otro Snorlax más oscuro y de mayor tamaño, pero también se encontraban allí para su sorpresa el señor Shiftry y Gallade el padre de Vivi, seguro como humano creeras que los pokemon en general lucen muy similares por lo que pudieron haber visto a cualquier otro de la misma especie, pero sin embargo, como nosotros los humanos reconocemos y vemos diferencias entre nosotros así mismo lo hacen los pokemon y estaban seguros de lo que venían, la pregunta era. ¿Qué hacían allí? ¿Qué hacían todos reunidos en aquel mural debajo de aquel símbolo que parecían dos hojas entrelazadas?.


Continuara.