Creatividad exprés [actividad]

Peligroso es el sentimiento que siento por ti, peligrosa es está atracción. Yo sé que está mal y tú también lo sabes, entonces... ¿por qué no me detienes?

 

-¡Detienes esto ahora! -gritó, pero ella ya no le hacía caso, su dolor era más grande de lo que él logrará entender, llevaría a cabo su venganza aunque le costará la vida, pero también se debatía en querer perdonarlo ya que él fue su primer y más grande amigo, ¿qué hacer cuando la persona en la quién confías no es quién crees que es? Ella sabía que él no haría nada que la hiciera entristecer, pero el trabajo de asesino no hacía otra cosa que llevarlo a la desesperación, ella quería salvarlo pero era demasiado tarde, porque la herida que él provocó ya no tenía arregló...

 

Arreglo es lo que no tengo. Soy y seré siempre igual, no puedo ni quiero cambiar. Por eso mismo tampoco lo haré, si te gusta bien y sino también, de todas maneras yo seguiré con mi vida, contenta conmigo misma.

 

Misma cara, misma boca, mismos ojos, misma personalidad que tengo a mi lado todos los dias, sin embargo no me canso de ellos, erroneamente pensé de que sería cómo una rutina y tarde o temprano se torrnaría aburrido pero por suerte estaba equivocada...

 

-¿Equivocada yo? -exclamé con incredulidad
-Por favor no te hagas, sabes muy bien a que me refiero -respondió con ira en sus ojos.

¿Por qué decía esas cosas?, ¿qué hice para que me odiara de esa forma? No lo entiendo...
Los días pasaron y logré descubrir la razón de este error...

 

Error fue el que cometí al cruzar la calle sin mirar, estaba tan concentrada y emocionada en nuestra cita y no me dí cuenta... cómo precio de ese error ahora te cuido desde arriba, lo que más duele... es que nunca supiste que fue lo que me pasó...

 

Pasó la vida desperdiciando el dinero en fiestas, juegos y mujeres, nunca se preocupó del bienestar de su esposa e hijos, por esa misma razón ellos lo abandonaron a su suerte o al menos eso pensaba él después de darse cuenta del error que cometió...

 

Cometió tal atrosidad que ni el mismo se perdonó... cómo había sido capaz de matar a su propia esposa?, aquella persona a la que le daba su amor, en un segundo fue víctima de su locura, yacía en el suelo una mujer sin vida completamente ensangrentada y a su lado, el cadaver de un hombre que se había suicidado al darse cuenta de lo que había hecho...

 

-Hecho -afirmó el extraño y se fue sin cuestionar el encargo.

Guió sus pasos rumbo a un callejón solitario y cubierto de suciedad, la lluvia caía fuertemente pero eso no detendría su cometido, debía hacerlo ya que aunque no quisiera ya estaba hundido hasta más arriba del cuello en ello. Un ruido lo hizo levantar la cabeza de sus pensamientos, era su victima...

 

Victima localizada - Pensé al ver al abogado que por encargo debía asesinar.
Es una presa fácil - Dije en un tono de voz que solo yo escuché.
Las calles estaban vacías, puesto que ya era de noche, el viento soplaba moderadamente. Entre el asfalto se veía caminar a un adulto bien vestido, alumbrado vagamente por la luz de la luna, que pronto se convertiría en presa del asesinato más atróz...

 

Atroz emboscada la que me tendieron, pero de la cual rápidamente me recuperé, cumpliría mi encargó ya que para eso me pagan. Derribé a todos los que me rodearon hasta quedar de frente a frente del abogado.
-Te daré lo que quieras -dijo asustado.
Con una macabra sonrisa le respondí
-Quiero tu vida -disparé mi arma y luego la tristeza me volvió a sucumbir...

 

Sucumbir tu penosa alma en penosa tristeza no te servirá de nada, ya lo matastes, el encargo está hecho y todos felices... aunque no creo que la familia lo esté - Me dijo mi voz interior.
Me mandaron asesinarte por que ganastes en un juicio en el que el hijo de una pareja fue asesinado y el agresor, tú cliente salió impune, pero, no convierte a los padres en igual persona que el ascesino al mandarte matar? - Dije dialogando con el hombre que se encontraba en el piso luchando por su vida...

 

Vida que poco a poco comenzaba a extinguirse lentamente, el hombre en el piso intento arrastrarse pero ya era tarde un segundo balazo atravesaba su cráneo ahora el encargo estaba terminado.
Una amargura me invadió y me recordó la vez en que asesine a los padres de una importante amiga, aunque no supe sino después de unos días que ellos eran sus padres.
-Lo echo, echo esta y es solamente tu culpa, fue tu culpa por no averiguar bien los datos del encargo -atacó esa odiosa voz interior llamada consciencia...

 

Consciencia era la única voz que no quería escuchar, siempre diciéndome las cosas que no quería oír, no me molestaba escuchar a la gente suplicar por piedad o gritar de dolor mientra se desangraban, la única voz que me molesta es la srta. consciensia, si pudiera matarla ya lo hubiera hecho.
Bueno, mucho pensar me está retrasando para mi próxima víctima...

 

Víctima, que risa me daba esa palabra ¿a cuántos he matado ya? y lancé una estruendosa y tetrica carcajada al viento. Una mirada feroz y deseosa de sangre se poso en mis ojos, era hora. Camine un tanto deprisa, quería llegar pronto al próximo punto pero me detuvo una suave voz, ¿sería ella? Imposible, una débil esperanza sacudió mi alma, y encaminé mis pasos en esa dirección...

 

Dirección contraría a la de mi próxima víctima, pero no me importaba, aquella dulce voz, debía alcanzarla.
Camine y camine pero no la encontré, será que se asustó y huyó?, no, ella no es así, entonces es mi mente que me está jugando una mala pasada?, será que estoy empezando a escuchar su voz dentro de mi cabeza?, que me está pasando?...

 

Pasando el tiempo en mi cuarto, me acordé de cierta anécdota.
Tiempo atrás, conocí a un extraterrestre. El curioso ser solo comía pan de melón, así que decidí que podría tenerlo como mascota, que podría pasar como una mascota normal y corriente, ya que no era verde, ni tenía forma extraña, ni le envolvía una textura viscosa. Sólo era un habitante del planeta Fantasia (Es sin tilde, no es que me haya equivocado). Sabía hablar aunque tenía forma de ratón de laboratorio. Éso era lo único extraordinario. Y ya que había aterrizado cerca de mi casa, cerca de mí; y como yo ansiaba tener algo de lo que cuidar... La adopté. Fui tomando cariño a la pequeña, pues era hembra; y la llamé Nezumi. Pasaban los días y me encantaba verla correr en su rueda, hasta que cierta tarde de verano... La puse en una bola y la dejé por el jardín para que corriese. Fui a beber algo de agua, y cuando volví... Anonadada me quedé mientras observaba cómo la bola iba elevándose en el cielo, sin nada que yo pudiese hacer.
Hoy, no sé si es un sueño, o eso pasó de verdad... Pero lo que sí es verdad es que ya no me despiertan por las noches sus travesuras nocturnas, como roer la jaula, o correr en su rueda.

 

Rueda y rueda, sólo eso hace mi mente, ¿acaso no hay otra respuesta?, ¿por qué sigo volviendo a lo mismo? Te metiste en mi mente y corazón, te dije que te alejaras y no lo hiciste, ¿no ves que tu presencia me lastima?, ¿tal vez eso es lo que quieres? Lastimarme y luego seguir sin mirar atrás pero... mi mente regresa a esas palabras:

​

"Esa vez te lo dije, yo no bromeo"​

Y mi mente vuelve a rodar y sólo aparece una respuesta ante mí.

​

"Él me ama".​

 

''Ama y valora todo lo que tienes, por que el día que los pierdas, los extraniarás y ya no habrá vuelta atrás'' - Siempre me decias esa frase que mucha razón tiene, ¿porqué valoramos las cosas cuando ya no las tenemos, será que es porque notamos su auscencia, y es cuando no damos cuenta cuanto valen en realidad?...

 

Realidad de juegos y engaños, mi mente solo me causaba estragos. Su dulce voz se había disuelto en la oscuridad de la noche, una tierna mentira para apaciguar mi fatigada alma ¿pero qué podía hacer para lograr su perdón? Sólo quería verla una vez más, solo quería escuchar una vez más su voz, solo quería escuchar su dulce sonrisa...
La pesada lluvia no dejaba de cesar y los abrumadores recuerdos golpeaban una y otra vez mi cabeza haciéndome recordar todo el sufrimiento que le cause a ella por culpa de mis estúpidos actos...