Crónica de un día en la vida de la esposa perfecta

Título: Crónica de un día en la vida de la esposa perfecta

Autor: Lola Himeko

Tipo: One-shot

Género: Romance (y cursilerías XD!)

Palabras: 942+título

Hey! Emm... ¡Holaaa! Mi nombre es Lola y este es mi primer original. Bueno, puede que no sea el primero que escribo pero es el primero que subo a esta página. Pueden considerarlo como el relato de una utopía empalagosa (yo creo que lo es) ¡Espero que les guste!

Crónica de un día en la vida de la esposa perfecta​

Seré la esposa perfecta.

Cada mañana al despertar me levantaré muy temprano. Me bañaré y vestiré, me haré una coleta y me pondré un hermoso delantal bordado por mí para ir a hacerte un rico desayuno, como a ti te gusta. Tú despertarás y me buscarás, dirás “mi amor” y me plantarás un beso en la mejilla. Entonces yo te abrazaré y te besaré. Te ayudaré a vestirte, te diré que te amo. Peinaré tu lacio cabello y ataré tu corbata. ¡Oh si! ¡Será genial!

Luego iré al cuarto de los niños y los despertaré cantándoles una canción. Entonces, cada uno me besará en la mejilla y me dirá “hola mamá” .Los bañaré y los vestiré y luego de desayunar nos iremos todos.

Tú conducirás. Abrirás la puerta del coche y la cerrarás para mí. Por supuesto, llevaremos primero a los niños (no queremos que lleguen tarde al colegio), y luego me llevarás a la oficina.

—Nos vemos en casa. —te diré mientras tomo mi bolso y me veo al espejo.

—Está bien —responderás—No tienes que arreglarte tanto, eres hermosa.

— ¿De veras?—preguntaré, con la mejor sonrisa que mi rostro pueda darle— ¡Gracias querido! Tan bello que eres, te amo.

En ese momento te daré un corto y tierno beso, pero tú me aguardarás y me sostendrás, me traerás de nuevo a ti y me besarás con pasión, con los ojos cerrados, sin respirar, diciéndome con ese beso cuanto me quieres y me amas y yo caeré rendida en lo cálido de tu amor. Entonces será: Te bajarás primero para abrirme la puerta del carro, yo diré”Oh no querido, no es necesario” pero tu insistirás. Te encanta tratarme como a una princesita.

Y ahí estaré, trabajaré toda la mañana: dibujaré nuevos planos, visitaré nuevos locales, hablaré con clientes, miraré a tu foto en mi escritorio. Todas pensarán “ella ‘ta aficia de su mario”; yo sonreiré y asentiré con la cabeza, todos saben que así es.

Entonces por fin me iré a casa a cocinar y lo haré con todo el amor del mundo: filete de mero al escabeche, moro de guandules con coco, ensalada mixta con aderezo francés… y ese rico quesillo que hace tiempo aprendí a hacer, la receta súper secreta de mi tía Maro que te hará comerte los dedos.

Llegarás con los niños justo a la una, cuando esté poniendo los platos sobre la mesa. Nos sentaremos todos a comer y hablaremos de cómo nos fue el día de hoy. Tú como siempre dirás:

—Bueno mi amor, te quedó excelente la comida ¿verdad muchachos?

— ¡Sí mami!—dirá Carlitos

— ¡Me encanta el pescado!—exclamará Manuelito

—El moro se podía comer solo—afirmará Pedrito

—Y la ensalada ni se diga, —dirá Pamelita— ¡te quedó muy buena mami!

— Mmm… me alegro, —diré al tiempo que recojo los platos— porque ahora les toca el postre.

Entonces les traeré el flan, que comerán encantados. Será el toque perfecto para culminar con la comida más agradable. Hasta que…

—Bueno mi amor, me tengo que ir —dirás mientras te limpias con la servilleta y abandonas la mesa—Sabes que dejé trabajo sin terminar y… si no entrego hoy tendré problemas.

—Está bien mi amor, vete tranquilo—le diré al tiempo que le quito una mancha de la camisa—Sabes que te quiero.

—Sí, lo sé—asentirás

Entonces me besarás y me dejarás saber lo afortunado que eres de tenerme, de amarme, de que sea tu esposa. Y yo te pediré que te marches antes de que no te pueda dejar ir.

Me iré yo también, recuerden que soy una mamá trabajadora. Solo fui a mi casa a cumplir con mis deberes de madre y esposa (muy gustosa por cierto) aunque de nuevo estaré de vuelta a las seis. Entonces será: Llegaré a casa, iré a la cocina, me colocaré un delantal y me dispondré a preparar masa para galletitas (de chocolate, como a los niños les gusta) las cortaré en forma de hombrecitos (hombrecitos de chocolate) y las llevaré al horno. Entonces recogeré todo y cuando horneen, llamaré a los niños para que vengan con los primos de casa de la abuela y todos disfrutaran las más sabrosas galletitas. ¡Seré tan feliz! Me sentiré la mejor madre del mundo.

Luego los bañaré y los cambiaré, con su ropa de dormir. Dejaré que jueguen un poco más o vean televisión, ¡lo que sea! pero al dar las nueve se irán todos a la cama. Les contaré el cuento de Hänsel y Gretel y caerán rendiditos. ¡Son unos niños muy obedientes! Jijiji

En ese mismo instante llegarás tú, cansado de trabajar, y dirás:

— ¡Oh querida! he tenido un día terrible

—¡Aaay! —bromearé—¿en serio mi amor?, ven ya te sirvo la cena.

Y te daré tostadas con chocolate o puré de papas con macarrones, que comerás rápidamente.

—Gracias querida, estoy satisfecho. —dirás— Sabes, cuando el jefe de la compañía revisó mi informe inmediatamente me llamó para felicitarme. Dijo que estaba muy bien hecho. Gracias por tus ideas tan geniales querida. ¿Querida?

Voltearás a todos lados y no me encontrarás. Entonces te dirigirás a nuestro cuarto, para encontrarme vestida con un lindo baby doll negro que me acabaré de comprar.

— ¿Decías algo cariño?— preguntaré con el tono más pícaro y sensual que encuentre

—No, no, —redundarás—no era nada importante.

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Al día siguiente todo será igual: levantarse temprano a las cinco de la mañana, preparar a los niños, hacer el desayuno, desayunar…

—Mami, papi, escuché unos ruidos anoche, ¿Que paso? –preguntará la nena

—Pues nada mi niña, tu papi y yo te hacíamos un hermanito.

Fin​

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Espero no haber sido muy empalagosa, ¿lo fui?​

Por fa déjenme saber qué les pareció, así me ayudan a mejorar​

ChaitOo​