de Inuyasha - Corazon encadenado (inuyashaxaome) (+17)

Hola a todos mis fieles lectores, les traigo la segunda parte del capitulo anterior, es corta pero el próximo cap ya es el final así que será más largo les explicaré bien en la siguiente conti.

Capítulo 24: El rescate y el fin de la maldad (2 parte)

Lloraba sin cesar, mis lágrimas caían sobre el hermoso rostro pálido y sin vida de mi amado, lo abrazaba hacia mí no quería separarme de él.

—No mi amor… ¿porque? Por qué te fuiste, que no entiendes que sin ti mi vida ya no tiene sentido, ¡Vuelve por favor!— dije con dolor y lagrimas

De repente una luz cegadora ilumino el cuarto, de aquella luz comenzó a brotar una figura femenina, era una mujer madura pero muy hermosa de largo cabello negro y ataviada con un antiguo kimono japonés en sus manos traía una pequeña perla color rosa pálido que brillaba también.

— ¿Quién es usted?— pregunte al verla

—Hola querida mi nombre es Izayoi y soy la madre de Inuyasha, esta es la perla de Shikon que ha permanecido a nuestra familia desde hace muchas generaciones, cuando la dejé en este mundo hace 21 años un humano de oscuro corazón la encontró sin embargo la perla sabía que él no merecía poseerla y fue por eso que apareció frente a mí, sé que en este mundo su poder es inútil sin embargo puede conceder el deseo de un verdadero corazón puro— dijo mientras me entregaba aquella misteriosa perla

—Inuyasha me hablo de esta perla…él deseaba encontrarla para convertirse en humano pero ahora el…esta— decía mientras lloraba de nuevo

—La perla concederá el deseo que realmente desea tu corazón, tú sabes lo que debes hacer querida— me dijo ella mirándome fijamente para luego desvanecerse en aquella luz

Me quede observando aquel objeto aún brillaba en la palma de mi mano, la acerque a mi pecho mientras la empuñaba en mis manos y con todo el deseo de mi alma pedí…

—Deseo que mí amado Inuyasha reviva, quiero que esté a mi lado eso es lo único que deseo y nada más— dije desde el fondo de mi corazón

En ese momento la perla se elevó de mis manos y noté que el cuerpo de Inuyasha comenzaba a brillar, su herida comenzó a cerrarse y la sangre se desvaneció, sus ojos lentamente comenzaron a abrirse dejándome ver de nuevo su mirada y una sonrisa de dibujo en mis labios al ver que estaba vivo, mi amado Inuyasha estaba vivo.

—Hola hermosa— musito él mirándome feliz

— ¡I-Inuyasha mi amor estas vivo!— grite de felicidad mientras lo abrazaba y él me abrazaba también

—Mi princesa jamás te dejaré ya todo acabo al fin— me dijo el tiernamente

—Sí mi amor— dije feliz

De repente nos percatamos que la perla aún permanecía suspendida en el aire mientras comenzaba a desmoronarse lentamente.

— ¿Esa es la perla de Shikon no es así? Fue la que me devolvió la vida— dijo Inuyasha mirando como la perla de desvanecía

—Así es, tu madre apareció frente a mí y me dijo que esta perla podía cumplir el deseo de un corazón puro, así que yo desee que revivieras y la perla lo cumplió, creo que solo permanecía en este mundo para conceder un deseo más—

De repente la perla desapreció por completo dejando tras de sí una luz cegadora que enseguida se desvaneció.

—Lástima que no pude pedirle a la perla convertirme en humano— dijo Inuyasha desanimado

—Inuyasha eso ya no importa yo te amo como eres no me importa lo que los demás piensen, tú eres hermoso y perfecto así, yo no quería que cambiaras— dije feliz mientras él se acercaba a mí besándome tiernamente

—Tienes razón hermosa, será mejor irnos de este asqueroso lugar— me dijo el mientras nos levantábamos

La luz del día se presentó iluminando todo para luego darnos cuenta que mi amado Inuyasha cerraba sus ojos mientras su cabello cambiaba de negro a blanco, sus orejas se hacían presentes y su mirada castaña cambiaba a una magnifica mirada dorada.

—Inuyasha este eres tu realmente amor— dije mientras me apoyaba en su hombro

—Así es hermosa, vámonos a casa— dijo mi amado mientras salíamos

Pronto la policía llego al lugar, Inuyasha habló con ellos explicándoles lo ocurrido, mi secuestro, la muerte de Naraku, y los fraudes cometidos por él y que la causa de su muerte había sido por defensa propia, Inuyasha decidió llevarme al médico para revisarme que estuviera bien aunque yo le había pedido que no lo hiciera ya que yo me encontraba bien.

Mientras tanto en la señora Kaede había llegado a la casa grande donde se encontró con Hiromi cuidando de Kikyo quién aún se encontraba débil por la herida de bala, está se molestó de inmediato de ver a Kikyo allí después de lo que le había hecho a Inuyasha sin embargo está le explico todo hasta el punto de mi secuestro y la verdadera cara de Naraku, por alguna razón la señora Kaede le creyó y pudieron limar asperezas lo que fue un alivio para Kikyo, una vez aclarado todo Inuyasha y yo regresamos a la casa mientras la señora Kaede nos recibió con un abrazo de alivio de saber que ambos estábamos bien, no quisimos decirle la versión original de lo que había pasado para no preocuparla.

Después de dos semanas todo ya estaba más tranquilo, Kikyo se había recuperado de su herida y ese mismo día estaba por despedirse de nosotros.

—Bueno yo quería decirles que gracias…gracias por todo a los dos— dijo Kikyo junto a Hiromi

— ¿A dónde irás?— pregunte

—Pues primero que nada necesito saldar una cuenta pendiente que tengo— respondió seriamente

—Eso no va ser necesario— dijo Inuyasha de inmediato sorprendiendo a Kikyo

— ¿Por qué lo dices?— pregunto ella algo confundida

—Porque ya he pagado la deuda que tenías con esa mujer llamada Subasaki— dijo Inuyasha sonriendo

— ¿P-Pero como fue que…?—

—Yo se lo dije Kikyo, cuando aún estabas débil por tu herida les comente a Inuyasha y Aome sobre esa deuda que tenías con Subasaki y que por ella era que no podías vivir en paz así que Inuyasha decidió pagarle a esa mujer para que no tuvieras que hacerlo tú— contesto la rubia mientras le sonreía a Kikyo quién seguían sin creerlo

—Yo…yo no sé qué decir ¡Oh gracias, muchas gracias!— dijo mientras abrazaba a Inuyasha

—No al contrario soy yo quién debe agradecerte, si no hubiera sido por ti no hubiera podido encontrar a Aome, ahora estamos a mano— dijo Inuyasha mirándola fijamente

—Sí gracias Inuyasha— respondió Kikyo

Después de unos días, nuestras vidas habían regresado a la normalidad, fue entonces que Kikyo se presentó en la casa de la señora Kaede para despedirse de nosotros y agradecernos.

—Bien yo venía despedirme, me iré del país para así comenzar una nueva vida y olvidar los malos recuerdos y claro recordar los buenos, Aome gracias por confiar en mí y por ser mi amiga aunque fuera por poco tiempo— dijo ella sonriéndome mientras yo la abrazaba y ella se sorprendía algo apenada

—Kikyo eres una gran persona, en el poco tiempo que te conocí pude darme cuenta que eres muy buena y que tienes un gran corazón ya que gracias a ti Inuyasha pudo salvarme a pesar de estar herida, tú siempre serás mi amiga nunca lo olvides— dije mientras nos separábamos

—Inuyasha yo…también quiero agradecerte, por creer en mí por todo, jamás tendré como pagarte lo que has hecho por mí—

—No te preocupes Kikyo, te deseo toda la suerte del mundo y que seas muy feliz te lo mereces— dijo Inuyasha mientras abrazaba también a Kikyo

—Gracias, bueno espero verlos pronto y por supuesto espero poder conocer a ese bebé que viene en camino— dijo Kikyo sonriendo

—Claro que sí Kikyo ven cuando quieras— conteste sonriendo

—Bien entonces hasta pronto, les deseo que sean muy felices— dijo para luego irse

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Unos meses después, Sango y yo habíamos estado planeando nuestras bodas, queríamos que casarnos las dos juntas y los muchachos estaban de acuerdo, ahora nos encontrábamos viendo unas revistas de vestidos de novia muy entusiasmadas y a la vez nerviosas, la boda la haríamos después de tener a mi bebé ya que realmente no deseaba casarme con esta enorme panza.

—Increíble que hayan pasado ya nueve meses, la verdad es que si es algo increíble después de todo lo que pasamos— dije a Sango

—Sí la verdad es que fue algo muy traumático lo que te paso— dijo Sango enseguida

—Sí pero ahora estoy segura de que Inuyasha y yo seremos muy felices con nuestro bebé— dije feliz

—Sí amiga eso espero— contesto Sango dándome un abrazo

—Ay…me duele un poco el vientre ay— me quejé mientras me tambaleaba

— ¿Aome estás bien?— me pregunto Sango en seguida

—No ah me duele mucho, c-creo que ya es hora— dije entre quejidos

—Ay por dios bien, siéntate aquí mientras yo llamo a Inuyasha para que nos lleve el hospital está bien, no te muevas— dijo Sango mientras llamaba por teléfono a Inuyasha que en esos momentos se encontraba en la empresa Karisawa con la señora Kaede

Espero les haya gustado, el próximo es el esperado final.
¡¡Saludos y sayonara!!;)

 

Hola a todos mis queridos lectores, disculpen mi enorme retraso les contaré, mi modem tuvo problemas y tuve que llevarlo a reparación y otra fue que desgraciadamente me enferme de gastritis (especificamente de la vesicula) según los doctores la tengo inflamada y no puedo comer casi nada y casi no camino ya que me obstruye un poco al respirar; espero puedadn entender la situación en la que estoy sin embargo eso no me impidió seguir mis fics y aqui les traigo el esperado final de Corazón Encadenado espero lo disfruten.

Capítulo especial 25: Una vida juntos (Final)

Sango esperaba nerviosa a que una vez por todas Inuyasha contestara el teléfono ya que mis dolores aumentaban a cada momento.

— ¿Diga?— contesto Inuyasha por fin

—Inuyasha dios que bueno que ya contestas, Aome está mal creo que ya va a tener al bebé— dijo Sango en tono de preocupación

— ¿Q-Que dices? Bien espérenme ahora mismo voy para allá— dijo Inuyasha colgando el teléfono de inmediato

— ¿Pasa algo malo hijo?— le pregunto la señora Kaede enseguida

—Es Aome ya ha llegado el momento— dijo Inuyasha poniéndose su chaqueta

— ¿Te refieres a que ya va a nacer el bebé?— pregunto la señora Kaede

—Sí eso parece, me adelantaré madre, después te avisaré a que hospital fuimos está bien, nos vemos— dijo para luego salir a toda prisa de la oficina de su madre

—Qué alegría mi primer nieto— musito para sí misma la señora Kaede con felicidad

Mientras tanto en la casa, Sango trataba de mantenerme tranquila hasta que llegase Inuyasha lo cual gracias al cielo fue en seguida.

— ¡Sango! ¿Aome está bien?— dijo enseguida Inuyasha llegando con nosotros

—N-No te preocupes amor sabíamos que este momento llegaría muy pronto— dije con voz dolida

—Dice que le duele mucho debemos llevarla al hospital— apunto Sango en seguida

—Podría llevarla más rápido con mis poderes pero sería peligroso para ella, vamos al auto, vamos linda te ayudaré a levantarte— dijo Inuyasha mientras me ayudaba a caminar y nos dirigíamos a su auto que nos esperaba afuera.
El camino al hospital se me hizo eterno, los dolores aumentaban a cada segundo y yo trataba de ser fuerte por mi bebé, después de un camino interminable para mí al fin llegamos al hospital, de inmediato unos enfermeros me llevaron en una camilla hacia un cuarto donde enseguida me cambiaron para llevarme a la sala de parto.

— ¿Doctor cómo está mi mujer?— pregunto Inuyasha al doctor

—No se preocupe, la señora Aome ha entrado a labor de parto en este momento, por ahora deben esperar, discúlpenme debo estar en el quirófano— dijo el doctor mientras se retiraba y Sango e Inuyasha se quedaron en la sala de espera

Mientras adentro de la sala de parto, el doctor me pedía que fuera fuerte mientras trataba con todas mis fuerzas de pujar.

— ¡Vamos Aome solo un poco más ya viene, tu puedes!— decía el doctor en ese momento

Aquel terrible dolor no cesaba sin embargo no me di por vencida y de inmediato puje con todas mis fuerzas que casi se me iba el aliento, fue entonces que el milagro se hizo presente pude escuchar el llanto de mi bebé en ese momento.

—Felicidades Aome es un hermoso y sano varón— me dijo el doctor mientras yo sonreía de felicidad de saber que era madre de un hermoso hijo sin embargo estaba tan agotada que me dormí en ese momento

Mientras afuera Inuyasha y Sango esperaban desesperados a que les dijeran algo sobre mí, de repente salió el doctor e Inuyasha inmediatamente le preguntó.

—Doctor dígame ¿Cómo esta Aome? ¿Y él bebe? ¿Está bien?— preguntaba desesperado

—Tranquilícese joven su esposa está bien y también su hijo—

— ¿Hijo? Entonces ¿Es un varón?— pregunto el emocionado

—Así es, fue un sano y hermoso varón de un peculiar color de cabello aunque ya veo de donde lo saco— dijo el doctor viendo la cabellera de Inuyasha

—Que felicidad— dijo Sango

— ¿Puedo entrar a verlos?— pregunto emocionado

—Por ahora no, mandaré a una enfermera a visarle cuando pueda entrar con su permiso— dijo el doctor retirándose

— ¿Puedes creerlo Sango? Soy padre— decía emocionado Inuyasha

—Sí estoy muy feliz por ambos—

Después de un rato una enfermera salió para decirle a Inuyasha que ya podía pasar a verme, al entrar me vio recostada en la cama con un pequeño bulto en mis brazos.

—Hola— dijo Inuyasha entrando

—Hola amor, ven, ven a conocer a nuestro hijo— dije

Inuyasha se acercó hasta mí, para luego fijar su mirada en nuestro hijo, sus diminutos cabellos eran blancos y sus ojos eran dorados como los de su padre.

—Aome es hermoso— musito mi amado

—Sí ¿quieres cargarlo?— le pregunte

—Sí— dijo mientras se lo daba cuidadosamente

—Sabes pensé que el sacaría ya sabes…tus orejas— dije divertida

—Tienes razón es extraño ¿no? Tal vez cuando lo engendramos yo era humano—

—Sí es cierto solo heredo tu color de cabellos y tus hermosos ojos dorados, Inuyasha soy tan feliz te amo— dije mientras me besaba tiernamente

—Y yo a ti ¿Y qué nombre le pondremos a nuestro hijo?— pregunto Inuyasha

—Mmm… ¿Qué te parece Kaoru?— le propuse

—Me gusta…Kaoru Taisho se oye genial— dijo Inuyasha sonriéndole a nuestro bebé

Tres meses pasaron de repente, en ese tiempo nuestras vidas y la de los demás también habían cambiado bastante, Inuyasha había decidido especializarse como artista y organizó una galería de hermosas pinturas y las personas lo admiraban por su trabajo, claro que también ayudaba a la señora Kaede en la empresa. Kouga conoció a una hermosa joven llamada Ayame y se hicieron novios yo estaba feliz por él ya que era un buen amigo y se merecía ser feliz, Kikyo nos envió una carta diciéndonos que estaba bien que le iba muy bien como modelo y que había conocido a un joven llamado Houjo y se habían enamorado y estaba feliz, claro que pregunto por nosotros y por nuestro hijo también y le conteste que viniera a visitarnos cuando pudiera. Sango y Miroku también estaban felices por sus gemelas Kidomi y Hitomi quienes tenían apenas un mes de vida.
Y en cuanto a mí, con mi segundo libro publicado me encontraba contenta conmigo misma por mi trabajo; Sango y yo estábamos planeando todo para nuestra boda, habíamos visto varias revistas de vestidos de novia, decoraciones y demás, estábamos tan emocionadas y felices al mismo tiempo de poder realizar nuestra boda juntas.
Inuyasha y Miroku también se habían ido a mandar a hacer sus trajes de novios con el mejor sastre de la ciudad, aunque los dos como siempre fastidiados por los contantes piquetes de las agujas del sastre, en serio que los dos son un par de bebés.
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Finalmente llegó el día tan esperada para ambas, el día nuestra boda, estaba todo preparado para nuestra gran fiesta, los sirvientes habían arreglado el salón principal con hermosas decoraciones al igual que el jardín, todo estaba tan bello y lleno de vida, me sentía tan feliz y dichosa de al fin poder unir formalmente mi vida con mi amado Inuyasha; habíamos decidido casarnos solo por lo civil ya que no necesitábamos casarnos por la iglesia para demostrar que nos amábamos.
Ahora Sango y yo nos encontrábamos alistándonos para nuestra maravillosa boda, el vestido que yo había elegido era de cuello V con mangas cortas y encaje en estos, el corsé tenía unas flores bordadas y era color beige al igual que la falda, el de Sango también era bellísimo el cuello del corsé era en forma de U con decoraciones de pedrería en el frente y con ligeros encajes en la falda y era color hueso; habíamos decidido no casarnos de blanco ya que en realidad las mujeres que se casaban de blanco era porque son “doncellas” como se decía antes y definitivamente Sango y yo ya no lo éramos.
Mientras tanto Inuyasha y Miroku también se preparaban con los hermosos trajes que les había confeccionado el sastre “con mucho trabajo” definitivamente, pero había valido la pena, Inuyasha se veía tan apuesto, tan guapo, su traje era negro de corbata color azul marino y con una pequeña rosa blanca en el bolsillo, el de Miroku era exactamente igual solo que color cromo y la corbata rojo vino, realmente ambos se veían apuestos.

—Aome ya estamos listas, nuestros futuros esposos al parecer también ya lo están— dijo Sango

—Sí solo terminaré de vestir a mi pequeño Kaoru y nos vamos— dije mientras terminaba de vestir a mi niño

—Sí yo ya eh vestido a mis pequeñas ¿No es así mis princesas?— les decía con ternura Sango a las dos mientras reían graciosamente

—Sí se ven tan preciosas, realmente será un día mágico— dije ilusionada

Cuando bajamos las escaleras vimos a bajo a nuestros amados esperándonos, se veían tan bellos ahí, al bajar les entregamos nuestros bebés a nuestras respectivas niñeras mientras nos encaminábamos al auto.

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Mientras tanto un avión aterrizaba en el aeropuerto de Tokio, mientras una bella mujer de cabellos negros y piel blanca bajaba en compañía de un atractivo joven.

—Con que aquí es Tokio es bonito el lugar Kikyo— musito el joven castaño

—Sí amor aquí es donde nací, pero solo vine para la boda de mi amiga después nos regresaremos recuerda que mi trabajo es en Londres— contesto la bella pelinegra

—Sí donde eres la más bella modelo de todas— le contesto tiernamente su joven pareja

—Oh Houjo mi amor eres tan tierno— dijo al mismo tiempo que se daban un tierno beso

—Bueno cariño es mejor irnos rápido necesito estar en esa boda, según la invitación que Aome mando la ceremonia civil será en una hora así que debemos apurarnos—

—Sí vámonos— contesto Houjo

Después de un rato nos encontrábamos ya en la notaria civil donde algunas personas invitadas estaban presentes ya que la mayoría se encontraba en la casa de la señora Kaede, lo que no sabíamos es que alguien especial también nos acompañaba.
Primero fue el turno de Sango y Miroku de firmar después fue el nuestro, estaba tan feliz al igual que Sango, al finalizar las firmas el juez dijo.

—Por el poder que se me ha conferido yo los declaro marido y mujer, pueden besar a las bellas novias—

Nuestros ahora esposos obedecieron e Inuyasha me beso tiernamente mientras Sango y Miroku hacían lo mismo.
Después de algunas felicitaciones nos encaminábamos a la salida cuando de repente una chica nos habló.

—Bueno ¿y a nosotros no nos van a saludar?— nos preguntó de repente una chica

— ¡Kikyo!— dijimos al unísono todos

—Hola Aome, hola Inuyasha ¿Cómo han estado?—

—Bien pero que bueno que has podido venir— dije mientras la abrazaba

—Hola Sango, Miroku disculpen que no los salude antes— dijo Kikyo

—No te preocupes Kikyo que bueno que hayas podido venir— dijo Sango de inmediato

—Sí estoy muy contenta de haber venido, quiero presentarles a mi novio Houjo Haruka— nos dijo Kikyo mientras nos presentaba aquel muchacho

—Es un gusto conocerlos— dijo el castaño

—El gusto es nuestro— dijimos Inuyasha y yo

—Bueno pero ¿dónde está tu bebé Aome? me muero por conocerlo— dijo Kikyo

—Oh él se quedó al cuidado de su niñera en la casa, pero vengan allá es la fiesta— dije mientras todos nos dirigíamos hacia la casa de la señora Kaede

La fiesta fue hermosa, nos la pasamos muy bien con todos nuestros amigos, Kikyo fue la que había quedado maravillado con mi hijo y con las hijas de Sango que incluso ya pensaba también ella en tener hijos.
Todo había sido maravilloso y perfecto, nuestras vidas marchaban a la perfección y yo me sentía muy contenta; lamentablemente después de la fiesta Kikyo tuvo que regresar a Londres donde trabajaba como una exitosa modelo junto con la asesoría de su novio Houjo, realmente la extrañaríamos pero estábamos seguros que ella se encontraba feliz y contenta allá.
Kouga por su parte también había asistido a la fiesta junto con su ahora novia Ayame Shioto una exitosa diseñadora de portadas de libros que Kouga conoció, después de todo él se había resignado a lo que sentía por mí lo cual fue un alivio ya que yo realmente deseaba que el encontrase a alguien y fuese feliz.
Al día siguiente de la fiesta acompañamos a Kikyo y a Houjo al aeropuerto de la ciudad.

—Bueno es hora de irnos, gracias querida Aome por invitarnos, me sentí muy contenta de convivir con ustedes— dijo Kikyo

—Al contrario gracias a ti por tomarte la molestia de venir hasta aquí— dije mientras le brindaba un amistoso abrazo

—Adiós mi lindo bebé— dijo Kikyo mientras besaba en la mejilla a nuestro Kaoru

—Que te vaya bien Kikyo— dijo Sango

—Gracias a todos y espero verlos pronto hasta luego— decía Kikyo mientras ella y houjo subían al avión para luego despegar

—Espero que podamos verla pronto— musite mientras veíamos el avión en el aire

—Ya verás que si amor— dijo mi amado mientras me abrazaba
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Y así pasaron diez años, nuestras vidas estaban plenas y felices, la señora Kaede se encontraba muy contenta con sus dos nietos Kaoru nuestro hijo de ahora diez años y nuestra hija Soury de cinco años, ella también era muy hermosa, solo que era más parecida a mí ya que su cabello era negro y sus ojos chocolate como los míos, Inuyasha y yo habíamos hablado mucho antes de encargarla, decidimos que lo mejor era que ella también fuese humana como Kaoru por el bien de ambos sin embargo yo no estaba muy conforme con eso a pesar de que ambos estaban conscientes de que su padre era diferente y no les importaba en lo absoluto, pero finalmente acepté.
Esporádicamente Kikyo venía a visitarnos, ya que su trabajo como modelo la mantenía ocupada, claro ahora se encontraba contenta con la hija que había tenido con Houjo a la que habían puesto Sayumi.
Miroku y Sango estaban muy contentos con sus gemelas, incluso Sango ya esperaba a su tercer hijo con paciencia y cariño, lo que fue una noticia grata para ambos y para nosotros también.
Y precisamente hoy Soury cumplía cinco años y le habíamos celebrado una fiesta de cumpleaños con todos sus amigos.

—Muy bien cariño apaga las velitas— le dije a mi pequeña mientras obedecía y las apagaba con un pequeño soplido

—Mamá, papá ¿Puedo ir a jugar?— pregunto

—Claro que sí hija anda ve y diviértete— le dijo Inuyasha mientras la abrazaba para luego dejarla ir

Después de la fiesta Inuyasha y yo caminamos por el jardín, hacía tiempo que no platicábamos solos, desde que nuestros hijos llegaron a nuestras vidas casi no teníamos tiempo para ambos, sin embargo sabíamos lo mucho que nos amábamos y amábamos a nuestros hijos.

—Inuyasha mi amor, soy tan feliz, tan dichosa, tengo unos hijos hermosos, un esposo maravilloso, una familia, la familia que siempre soñé tener— decía mientras nos abrazábamos con ternura mirando el hermoso cielo bañado de estrellas

—Yo también me siento feliz Aome, jamás pensé que fuese a hacer tan dichoso como lo soy ahora, tú fuiste como una luz en mi vida, liberaste mi corazón que se encontraba encadenado, me has dado la mayor felicidad al darme a nuestros hijos, pero sobre todo me has dado tu amor que curó todas mis heridas, Te amo tanto Aome— me dijo con dulzura mientras se acercaba a mis labios

—También Te amo mi amado Inuyasha— dije mientras unían mis labios con él un apasionado beso

La vida la construye uno mismo, a base de decisiones y de sentimientos verdaderos, Inuyasha y yo habíamos vivido sumidos en la soledad, resignándonos a no ser amados, sin embargo hubo un sentimiento en ambos que siempre fue más fuerte y que siempre será el sentimiento más fuerte en todo el mundo y ese es El Amor, porque el amor siempre podrá vencer todo si lo alimentamos cada día este crecerá convirtiéndose en un arma que jamás nadie podrá vencer a pesar de las adversidades y de los sentimientos oscuros, porque el amor es la razón de todo y de todos y eso siempre lo tendremos presente.

FIN​

Espero les haya gustado nos vemos pronto en mis siguiente fics.
¡¡Saludos y sayonara!!;)

Esta es la portada del fic espero les guste (Tienen permiso de robarla si lo desean jeje) ​