de Inuyasha - Corazon encadenado (inuyashaxaome) (+17)

Hola mis fieles lectores quiero disculparme por el atraso de este fic pero como estuve en exámenes finales no tenía tiempo para actualizar, este fic esta prono a su fin así que disfruten de esta conti ya que falta muy poco para el esperado final

Capítulo 22: El escape, una esperanza

Mientras tanto, la señora Kaede bajaba del avión que la traería de regreso, ya en el aeropuerto internacional de Tokio una limusina la recogió para llevarla a la casa, lamentablemente ella no se imaginaba la noticia tan trágica que se llevaría al llegar allá.

—Estoy tan feliz de estar de regreso, ya quiero ver a mis hijos y por supuesto poder estar al lado de mi querida Aome en su maravilloso embarazo— pensaba alegremente la señora Kaede sin imaginar si quiera la terrible situación en la que me encontraba

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Mientras tanto Kikyo y yo planeábamos la forma de escapar de aquel horrible lugar, habíamos pensado en varias cosas pero no se nos ocurría nada, hasta que entonces se me ocurrió una idea.

—Kikyo tengo una idea— dije de inmediato

—Haber dime Aome— contesto Kikyo de inmediato

—Mira qué tal si finges desmayarte entonces cuando yo pida auxilio y esos tipos que cuidan la puerta vengan a nosotras, yo los patearé en donde más les duela y aprovechamos para escapar— dije sonriendo

—Suena bien, el problemas es que ambas estamos atadas de pies y manos— dijo Kikyo con tono desilusionado

—Ah ah, creo que eso no será problema— dije mientras le enseñaba mis manos libres

—Pero ¿cómo fue que te desataste?— pregunto sorprendida

—Pues que creo tengo un poco de habilidad con las manos jeje, en fin mira fingirás desmayarte claro ya estaremos desatadas, una vez que esos tipos se acerquen los golpearemos y saldremos—

—Sí el problema es que debe haber más guardias afuera— dijo Kikyo preocupada

—No te preocupes ya veremos la forma de esquivarlos— dije muy segura de mi misma

—Aome esto es muy peligroso, además en tu estado no es bueno que te arriesgues así— dijo Kikyo mirándome seriamente

Inmediatamente la abracé fuertemente a lo que ella quedo algo sorprendida, mientras me correspondía.

—Gracias por preocuparte por mí Kikyo, eres una buena persona y una buena amiga— dije mientras le sonreía

—De veras crees ¿Qué soy una buena persona?— pregunto la chica de tez pálida mientras sonreía

—Claro que sí, me eh dado cuenta que eres una chica muy linda y amable y me alegra que seas mi amiga— dijo Aome con una tierna sonrisa

—Gracias Aome yo también estoy muy contenta de que seas mi amiga y te prometo que saldremos de aquí— dijo Kikyo con sonrisa dulce

—Sí, ven voy a desatarte y después haremos lo del desmayo fingido está bien— dije mientras comenzaba a desatar los nudos de sus muñecas

—Muy bien— respondió Kikyo de inmediato

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Mientras tanto mi amado Inuyasha se encontraba muy desesperado por mi secuestro, había ido a la empresa de la señora Kaede para poder al menos obtener un indicio de donde podría estar Naraku ya que lo más probable era que ese había sido el último lugar en el que él había estado y quizá alguien podría saber dónde estaba.

Inuyasha se encontraba muy desesperado, un odio interminable había nacido en él hacia Naraku, de solo pensar que podría hacerme daño a mí y al mismo tiempo a nuestro bebé le hacía hervir la sangre de odio puro, estaba tan frustrado de no poder hacer nada para ayudarme que incluso unas lágrimas de odio resbalaron por sus ojos al sentirse inútil e impotente.

— ¡Maldita sea! ¿Dónde rayos estas maldito Naraku?— pensaba con frustración Inuyasha mientras limpiaba sus lágrimas amargas y salía de la empresa sin ningún indicio

—Ah valla Inuyasha no esperaba verte aquí— dijo una voz masculina muy conocida para mi amado

—Kouga no tengo tiempo de hablar contigo así que adiós— decía Inuyasha dispuesto a irse cuando el ojiazul le habló de repente

—Espera antes de que te vayas podrías decirle a Aome que mañana iré a verla para el asunto de su libro—

—Escucha Kouga, Aome ahora no puede atender a esas cosas, ella esta…indispuesta— dijo Inuyasha con voz muy llena de rencor

— ¿Acaso le paso algo a Aome?— pregunto Kouga preocupado

—Nada que te importe— respondió Inuyasha con molestia

—Todo lo que tenga que ver con Aome me interesa, así que dime ¿Le paso algo malo?— dijo con voz firme

—Ella fue…secuestrada— dijo Inuyasha difícilmente

— ¿Qué? Pero como fue que…— decía cuando Inuyasha lo interrumpió de repente

—No hay tiempo de explicaciones si de verdad quieres ayudar entonces ayúdame a buscar a un tipo llamado Naraku Hokoto, ese es el maldito que tiene Aome secuestrada—

— ¿Naraku Hokoto dices? A ese tipo lo conozco, era uno de los que trabajaban en una empresa de mis tíos, que después de un extraño fraude quedo en la ruina y él sospechosamente desapareció al poco tiempo de eso, lo que no entiendo es que tiene que ver contigo y mucho menos con Aome— dijo Kouga pensativo

—Ese imbécil se obsesiono con Aome y con quedarse con la empresa de mi madre, y ha hecho fraudes a otras empresas es un maldito ladrón— dijo Inuyasha con rencor

—Lo sabía él fue ese miserable que mando a la ruina la empresa de mis tíos— musito con igual rencor Kouga

—Entonces ¿vas a ayudarme o no?— pregunto Inuyasha mientras arqueaba una ceja

—Muy bien creo que lo mejor es avisar a la policía de el secuestro, así ello podrán buscarla por otros lados mientras tú y yo la buscamos por otro— propuso Kouga

—Bien— contesto Inuyasha accediendo

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Mientras tanto Sango muy angustiada le platico a Miroku lo ocurrido mientras este se preocupaba también.

—No puede ser, Inuyasha debe estar muy preocupado por la señorita Aome, pobre de ella no quiero ni imaginar lo que le deben estar haciendo— musito con odio Miroku mientras Sango lloraba

—Y todo es mi culpa, no pude hacer nada para ayudarla— decía Sango con voz desconsolada

—No digas eso amor, por supuesto que no fue tu culpa, no pienses así— decía Miroku mientras abrazaba a Sango tratando de consolarla mientras ella se aferraba a él

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Mientras tanto Kikyo y yo planeamos muy bien nuestro escape, fue entonces cuando decidimos hacerlo.

— ¿Lista Aome?— me dijo Kikyo

—Sí lista— dije segura

De repente fingí un grito de desesperación

— ¡Auxilio, vengan por favor!— dije fingiendo angustia mientras Kikyo yacía en el suelo fingiendo estar inconsciente
Y tal y como lo pensamos, el que cuidaba la entrada corrió hacia nosotras al escuchar mis gritos.

— ¿Qué le paso?— pregunto el sujeto

—No lo sé estaba bien hasta que de repente se desmayó— dije en seguida

Fue entonces que Kikyo supo que esa era la señal y rápidamente ella se incorporó y de un rápido movimiento golpeo al tipo en su parte baja tan fuerte que lo dejo inconsciente un momento.

— ¡Guau! ¿Dónde aprendiste eso?— dije sorprendida

—Pues fue el único movimiento que aprendí de mi única clase de auto-defensa a la que fui— contesto algo apenada

—Valla pues estuvo genial— dije sonriendo

—Bueno dejemos la plática para después y vámonos antes de despierte— dijo mientras nos levantábamos para correr pero desgraciadamente el guardia despertó en seguida y en cuanto nos disponíamos a salir el hombre me tomo del pie impidiéndome correr y al mismo tiempo tirándome de nuevo al suelo

— ¡Ay!— dije desesperada cuando caí al suelo

— ¡Aome!— grito Kikyo de inmediato

— ¡Vete Kikyo, escapa de aquí!— le grite

—Pero…— dijo dudosa

—No te preocupes por mí vete y dile a Inuyasha lo que paso ¡Escapa ya!— le grite aún más fuerte mientras aquel tipo no me soltaba

—Bien pero no te preocupes estarás bien— dijo Kikyo mientras corría fuera del cuarto

El hombre que me tenía sujeta de inmediato llamó a los demás hombres alertándolos del escape de Kikyo

—Que estúpidas tú amiga no ira a ninguna parte, ni tu tampoco— me dijo el tipo volviéndome a atar de las manos y pies y yo solo me limitaba a mirarlo con odio mientras pensaba

—Espero que Kikyo logre escapar—

Mientras tanto Kikyo había logrado salir de aquel cuartucho, permanecía detrás pared observando que los tipos de la salida no se encontraran allí, al ver que todos los hombres se dirigían a otra dirección adentro mismo de esa casa ella aprovecho para salir corriendo a la salida sin embargo uno de ellos la vio y rápidamente alerto a los otros.

— ¡Oigan miren allá va!— grito uno de los tipos mientras los otros volteaban

—Ay no me descubrieron— pensaba Kikyo mientras corría

— ¡Rápido no la dejen escapar síganla!— grito el tipo

Kikyo corrió fuera de la casa a todo lo que sus pies le dieron, sin embargo tras ella venían varios tipos y cuando de repente escucho que dijeron.

— ¡No podemos alcanzarla, dispárenle!— gritaron los tipos haciendo que Kikyo se asustara de inmediato

—Pero señor y si el jefe se enoja por matarla— pregunto un tipo

—No importa después de todo el jefe planea hacer eso con ambas vamos a quitarle ese peso de encima— dijo con risa malvada mientras lo demás comenzaban a dispararle a Kikyo y esta corría más y más tratando de esquivarlas.

De repente sintió una fuerte punzada de dolor en el costado y se dio cuenta que una bala la había alcanzado, sintió un fuerte mareo y después vio todo borroso hasta desplomarse en el suelo.

—Buen trabajo chicos— dijo el hombre satisfecho al ver en suelo a Kikyo

— ¿Vamos por ella señor?— pregunto el otro tipo

—No, déjenla de alimento para los buitres— dijo mientras todos regresaban de nuevo a donde me encontraba yo

Después de un rato Kikyo comenzó a moverse, aún con el horrible dolor se levantó y al ver que nadie estaba alrededor comenzó a caminar.

—Ah…T-Tengo que i-ir c-con Inuyasha, tengo q-que decirle donde esta Aome— musito débilmente mientras caminaba poco a poco

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Después der mucho buscar Inuyasha regresaba a la casa de la señora Kaede junto con Kouga muy decepcionados al no poder encontrar nada ni ningún indicio.

— ¡Maldita sea no encontramos nada! Me siento tan impotente— dijo Inuyasha con los puños cerrados

—Cálmate, ya la policía la está buscando también, lo mejor será que mañana vallamos de nuevo— dijo el ojiazul

De repente Inuyasha vio que el guardia de la entrada traía en sus brazos a una persona inconsciente.

—Joven Inuyasha esta chica llego hasta aquí preguntando por usted hasta que se desmayó, está muy mal herida—

— ¡Kikyo¡ — dijo Inuyasha rápidamente la tomo en sus brazos y la llevo a dentro de la casa

Ahora se encontraba recostada mientras Inuyasha que había llamado a Hiromi esperaban a fuera a que el doctor les dijera que tenía.
—Pero como fue que Kikyo está herida no entiendo— dijo la rubia confundida

—No lo sé, solo ella puede decírnoslo— dijo Inuyasha pensativo

De inmediato el doctor salió de la habitación hacia donde Inuyasha y Hiromi se encontraban.

—Ella ¿Estará bien doctor?— pregunto de inmediato Hiromi

—No se preocupe señorita, la muchacha estará bien, tuvo una herida de bala en una de sus costillas, pero afortunadamente no logro perforar ningún órgano, lo que si noté era que tenía leves heridas en sus muñecas como si hubiese estado atado de las manos—

—Gracias doctor, ¿podemos entrar a verla?— pregunto Inuyasha

—Sí ella está consciente por ahora, pero tiene que descansar y guardar reposo— le indico el doctor

—Claro doctor, yo me encargare de eso — contesto la joven rubia

Inuyasha se adentró a la habitación de Kikyo que se encontraba sentada en la cama casi tratando de levantarse.

—Kikyo ¿qué haces? Tú estás herida no puedes levantarte— dijo Inuyasha deteniéndola

—Inuyasha que bueno que pude llegar hasta aquí, escucha N-Naraku, Naraku tiene a Aome, tienes que ir a buscarla— dijo Kikyo apenas con palabras

—Lo sabía, maldito— dijo Inuyasha con odio

—El me secuestro y luego también secuestro a Aome, dijo que quería matarnos y a ti y a la señora Kaede para quedarse con su fortuna—

— ¿Sabes en donde las tenía secuestradas?— pregunto Inuyasha en seguida

—Sí lo sé— contesto Kikyo mirándolo seriamente mientras le decía el lugar de donde ella había escapado, ya que a pesar de todo aquel embrollo logro identificar en donde se encontraba

Espero les haya gustado y la siguiente conti la subiré lo más pronto posible
¡¡Saludos y sayonara¡¡;)

 

Hola a todos mis queridos lectores perdonen la demora sin más aquí la conti

Capítulo 23: El rescate y el fin de la maldad (1 parte)

Kikyo le dijo a Inuyasha la ubicación de donde había estado secuestrada junto con Aome, también los que les había dicho Naraku que planeaba hacerles.

—Muy bien espérame Aome iré a ahora mismo a rescatarte, Naraku maldito infeliz ya verás lo que te haré si algo malo le pasa a Aome— decía Inuyasha con rencor mientras salía de la habitación de Kikyo y esta le hablaba antes de irse

—Inuyasha ¡Espera!— dijo de repente Kikyo

— ¿Sí?—

—Ten cuidado— le dijo ella mirándolo fijamente

—Lo tendré gracias Kikyo, descansa— dijo Inuyasha mientras le sonreía levemente y salía casi corriendo de la habitación
Inuyasha salió a velocidad sobre natural de la mansión Karisawa sin embargo no sabía que ese preciso día la suerte no estaba de su lado.

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Desperté pesadamente, mis ojos me ardían demasiado ante la luz cegadora del día, comencé a mirar en donde me encontraba, era una habitación blanca, estaba vestida con un camisón verde claro y tenía vendas en mis manos, me di cuenta que era una habitación de hospital.

— ¿C-Como fue que llegue aquí?— pensé

De inmediato un doctor de cabellera castaña y una enfermera entraron a mi habitación.

—Oh señorita Higurashi veo que ya ha despertado— dijo el doctor

—Disculpe ¿Cómo fue que llegue aquí? ¿Acaso alguien me trajo?— pregunte consternada

—Señorita Higurashi antes hay algo que debemos decirle— dijo seriamente el doctor a lo que yo me preocupe

— ¿Qué pasa doctor?— pregunte

—Tiene que ser muy fuerte para lo que le voy a decir señorita Higurashi, debido a fuertes complicaciones usted perdió el bebé que esperaba— dijo de forma seria

Al escuchar aquello sentí que mi corazón se partía en mil pedazos, no pude evitar llorar amargamente, había perdido a mi bebé, a nuestro hijo de Inuyasha y mío.

—No…no eso no puede ser ¡Por favor dígame que no es cierto!— dije en llanto desesperado

—Lo siento mucho señorita Higurashi— dijo el doctor dolido

— ¡Porque, no mi bebé porque!— decía llorando con más fuerza

— ¡Ah!— desperté en seguida muy agitada mientras me incorporaba rápidamente

—S-Solo fue…una pesadilla, aún sigo en este horrible lugar dios ¿qué será de mí?… ¿qué será de mi bebé?—pensaba en ese momento mientras unas amargas lágrimas brotaban de mis ojos

En ese momento mi calvario se hizo más horrible al ver que aquel maldito se acercaba a mí con rostro maligno.

—Hola mi pequeña Aome— musito con voz fría mientras yo solo me limitaba a mirarlo con desprecio

—Mis muchachos me han dicho que intentaste escapar, y al parecer Kikyo lo logró sin embargo si fuera tú no tendría muchas esperanzas en ella—

— ¿Por qué dice eso?—pregunte con el ceño fruncido

—Pues por que lamentablemente tuvieron que dispararle cuando intentaba escapar realmente me ahorraron el trabajo de tener que matarla yo mismo— dijo de forma cínica

De inmediato sentí una enorme culpa y un enorme rencor en mi interior tanto que no pude evitar derramar unas lagrimas

—Kikyo no… ¡Eres un maldito desgraciado cómo pudiste te odio!— le grité con todas mis fuerzas y con todo mi odio

—Aome no me hables así me haces sentir mal además ahora que la tonta de Kikyo no está aquí puedo disfrutar más placenteramente— me dijo de forma pervertida mientras un horrible miedo y asco se apoderaban de mí en ese momento

—Oh Aome eres tan hermosa ahora entiendo por qué el idiota de Inuyasha se volvió loco por ti, al fin esta noche podré hacerte mía— musito en mi oído mientras me lamía la mejilla de forma repugnante que seguidamente yo ladee mi cara violentamente a pesar de tener las manos atadas

—No me toques maldito— dije mordazmente con asco evidente

— ¡Ya me harte Aome vas a ser mía te guste o no!— me grito mientras violentamente me tiraba al suelo y se colocaba encima de mi mientras acercaba su lasciva lengua a mi cuello yo al tenerlo encima mío comencé a moverme violentamente tratando inútilmente de quitármelo de encima

— ¡No suéltame no me toques ayúdenme por favor!— gritaba desesperada mientras lagrimas caían de mis ojos

—Es inútil que grites nadie podrá escucharte— musito mientras me tocaba las piernas bajando hasta mis muslos de forma mordaz y lasciva

— ¡No!— grite con dolor

— ¡Ya cállate de una maldita vez!— me dijo para luego bofetearme dejándome aturdida mientras pensaba

—No ¿porque a mí? Dios ¿realmente este maldito va a abusar de mí? ¿Realmente nadie podrá salvarme?...Inuyasha sálvame por favor sálvame— pensaba ahogada en aquel terrible sufrimiento

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Mientras tanto Inuyasha corría a toda velocidad a mi rescate, le había avisado a la policía la ubicación de Naraku quienes ya sabían los crímenes de este por la declaración de Kouga y de Kikyo así que estaban listos para aprenderlo y mandarlo a la cárcel.
Fue entonces que de repente paro en seco cayendo de rodillas para luego darse cuenta que su cabello cambiaba de blanco a negro, su divina mirada dorada a una ordinaria mirada castaña, sus orejas y colmillos desaparecían convirtiéndose en un humano.

—Maldita sea no recordaba que esta noche había luna nueva justo tenía que volverme humano en este momento será mejor correr más rápidamente…a veces pienso que es mejor ser hibrido que humano— pensó Inuyasha mientras a toda la velocidad humana que podía

Comenzó a divisar una casucha abandonada vigilada por varios guardias, se escondió tras un árbol para no ser visto.

—Ahí debe ser, maldito Naraku…Aome solo espérame voy por ti— pensó mi amado mientras se acercaba sigilosamente tras los árboles en medio de la oscuridad.

Aún se encontraba encima de mí, pataleaba sin cesar alentando sus asquerosas intenciones, él se dio cuenta y me tomó con más fuerza de los brazos y piernas dejándome indefensa, perdí toda esperanza de ser salvada, comenzaba a cerrar los ojos dándome por vencida cuando de repente.

— ¡Suéltala maldito infeliz!— grito con furia

Escuche su voz, la voz de mi amado Inuyasha. Había venido a salvarme, inmediatamente quito de encima mío a Naraku abalanzándose contra el con un golpe en el rostro dejándolo aturdido.

—Ponte detrás de mí Aome— me indico Inuyasha

—Sí— conteste nerviosa

—Valla el héroe viene a rescatar a su amada princesa, te veo algo raro ¿Qué le paso a tu cabello eh fenómeno?— dijo con burla limpiándose un hilo de sangre de su boca

—Eso no te importa maldito ¿Cómo te atreves a secuestrar a mi mujer y a tratar de abusar de ella? Voy a matarte infeliz— dijo Inuyasha con enojo

—No entiendo cómo pudiste entrar sin que mis guardias te vieran pero eso no importa acabaré contigo de una vez por todas idiota así no podrás interrumpirnos y podré conseguir tu apreciable fortuna— dijo con cinismo

—Llamas guardias a esos ineptos que escaparon al ver las luces de los policías—

—Cállate maldito arrogante te mataré de una vez— dijo Naraku yendo sobré Inuyasha

De inmediato los dos se abalanzaron a los golpes, mientras yo me limitaba a mirar aterrada, Inuyasha lo golpeaba pero por su condición humana los golpes que recibía lo hacían sangrar, de repente Naraku lo golpeo en el estómago dejándolo en el suelo y yo sentí que moría al verlo.

— ¡Inuyasha!— grité asustada

— ¡Vete Aome, escapa!— me dijo Inuyasha aún el suelo

Traté de salir pero al ver a Inuyasha en ese estado no me atreví a dejarlo con ese loco.

—Es hora de acabar esto de una vez por todas, saludos al otro mundo— dijo mientras apuntaba a Inuyasha con un arma en la frente, pero inmediatamente él se levantó y comenzó a forcejear con Naraku tratando de arrebatarle el arma cuando entonces un disparo se escuchó dejando en total silencio todo.

Miré aterrada a Inuyasha que aún permanecía de pie con Naraku encima, él había recibido el disparo en el forcejeo, Inuyasha lo soltó y este cayó al suelo.

—Inuyasha mi amor viviste— musite mientras me acercaba a él

—Claro que sí prince…— decía cuando el impacto de un disparo lo hizo callar dejándolo en el suelo

Naraku con el último aliento le disparo a Inuyasha cuando estaba de espaldas.

—Te irás conmigo al infierno— musito para luego morir

— ¡Inuyasha!— grite desesperada mientras lo incorporaba para acostarlo en mis piernas

Lo miré con lágrimas en mis ojos, su respiración era entrecortada, el disparo lo había recibido en la espalda, la bala que lo penetró era expansiva el orificio era pequeño pero el impacto se regó por todo el interior de su cuerpo, lloré más fuerte apegándolo más mí.

—N-No llores mi princesa no me gusta verte llorar— musitaba mientras acariciaba mi mejilla limpiando mis lagrimas

—Inuyasha resiste mi amor por favor resiste, saldremos de aquí te pondrás bien— dije entre sollozos

—Sabes que no es así princesa, s-solo quiero que sepas que eres lo más hermoso que me ha pasado en la vida, aún no puedo creer que una mujer tan bella como tú pudo haber amado a este monstruo que soy, te amo tanto mi princesa— me dijo con una semi sonrisa

—No digas eso Inuyasha tu no vas a morir, no puedes dejarme, no puedes dejar a nuestro bebé— dije mientras acercaba mi frente a la suya abrazándolo

—E-Eso es lo que más me duele, dejar a mi hijo y a ti, ah…ya no hay tiempo— me contesto con dolor

— ¡No, no Inuyasha no, por favor no mi amor!— grite con dolor mientras lloraba aún más

—Adiós… mí amada Aome…mi gran amor— musito en su último aliento

— ¡No!— grite desesperada

Lo sentí desfallecer en mis brazos, lloré con más fuerza gritando su nombre tratando inútilmente de despertarlo, pero era tarde mi amado Inuyasha había muerto por mí. Me quedé abrazándolo, allí llorando amargamente, mientras mi alma de partía en mil pedazos.

Espero no me maten por hacerla tan corta y mucho menos por la muerte de Inuyasha, la siguiente conti será más larga ya que es la segunda parte de este cap
¡¡Saludos y sayonara!!;)