Corazón solitario.

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Cygnus, 25 Mayo 2011.

  1.  
    OnixTymime

    OnixTymime Made of stone

    Piscis
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    Hola Cygnus ^^
    Bueno, por fin voy a poder seguir algo que escribes, aunque estaba pendiente de Destinos Vinculados, pero llevas un mes sin publicarlo aquí (mal hecho xD)
    Como ya te había comentado antes, me gusta mucho tu forma de escribir, es realmente agradable y fresco leer algo escrito por ti. Sencillamente, me encanta ^^. Y como te he dicho, me gusta también porque aprendo de ti.
    Después de esto, sabrás que no hay ningún detalle técnico que comentarte, todo está genial ^^. Solo que en el segundo capítulo te comiste un punto y seguido, pero como estaba tan concentrada se me olvidó anotarlo *fail*. Y lo otro es que esta frase me confundió un poco:

    Lo tuve que leer un par de veces para entender que era más intenso de lo normal. Quizás quisiste decir "sentía con mucha más intensidad mi acostumbrada debilidad anémica" o está bien puesto y yo me estoy enredando sola xD

    Ahora, se me hace extraño que dos ingleses quieran adoptar a una niña extranjera. Y si es una historia trágica, me pregunto si la razón de adoptarla no es para tenerla como hija o no sé... Hay algo que me huele mal ahí... Asi que publica pronto para poder comprobar si es así xD

    Saludos Cygnus, nos estamos leyendo ^^

    Pokiu!
     
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  2.  
    Verloren Sadasto

    Verloren Sadasto Entusiasta

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    Wow, sigues sin decepcionar. La historia me parece que está un poco lenta, pero lo respeto si ese es el ritmo que le quieres dar. Hasta el momento no encuentro un error. Felicidades, y seguiré pendiente (lento pero seguro, amigo).
    Saludos.
     
  3.  
    Thithalia

    Thithalia Usuario común

    Aries
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    Cygnus! sorry por no comentar, hace ya unos días lo leí, pero no me dio tiempo a comentarte el capitulo (que por cierto esta muy interesante) narras con mucha melancolía la vida de la pequeña Laura. ¿Que querrán los ingleses con la pequeña? Es extraño que busquen una extranjera como "Hija" pero si fuera algo malo ¿Por que la dama se encariñaría con ella? Solo fachada... No se xD me emociona la historia. Continuala pronto ;)
    PD: Es la segunda vez que leo el capi xD
     
  4.  
    Cygnus

    Cygnus Maestre Usuario VIP Comentarista destacado

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    Hola!
    El día de hoy vengo con un nuevo capítulo, muchas gracias a todos los que se actualizaron con el segundo, y aquí van las respuestas personales a sus comentarios (claro, se las merecen, yo atiendo todos los comentarios):

    Ayi: Pues muchas gracias por leer, y sí, de cualquier modo lo entiendo xD ¿Cuál error será el que te refieres? Si me dices así no puedo corregirlo : ( Bueno, espero descubrirlo después. ¡Y que te guste mucho este capítulo que viene!

    Cydeles: ¡Muchas gracias por llegar y leer un fic que ya está empezado! Wow. De verdad te lo agradezco. Qué beno que te haya gustado la historia como para seguirla, espero no decepcionarte con los capítulos que vienen.

    Betzy: ¡Tú, con tus amplios comentarios que siempre me fascinan! Dices siempre como una interpretación del capítulo, y sí, bastante acertada, vas comprendiéndolo todo muy bien. Seguro, lo de llamarlos padres será algo difícil y gradual, pero las cosas resultan diferentes a como todos creen. ¿Que la esperanza sea la muerte? Aww, aún no vamos tan trágicos. ¡Estamos empezando! Gracias, gracias, ¡aprecio enormemente tus comentarios!

    April: Llegaste tarde, noooo!!! xD Bueno, tarde pero seguro, no te preocupes! Qué bueno que estés siguiendo el fic, y sí, mi objetivo es hacerte chillar!! xDD Ya verás cómo voy a lograrlo. Espero que llegues primero que nadie!

    Bettle: Jaja, ¿de verdad lo dices? Ö xDD Pues eres algo sensible a este tipo de relatos. Espero que continúes por aquí, aprecio bastante el tiempo que le dedicas a la lectura de mi fic ^^ ¿Y de verdad entrevistaste al bombero? Lol.

    Ónix: Llegó Steelix!! =D Qué bueno que hayas abierto un pequeño espacio para venir a leerme por acá, amiga ^^ Jajaja, DV nadie lo lee, por eso no lo voy a actualizar! xD Además es un relato viejo, necesito cosas nuevas. Eso ya quedó para la historia en CP xD En fin, muchas gracias por tus comentarios, son demasiado halagadores : ) Seguro viste el error que me nombró Ayi, pero quién sabe cuál sea, así no lo puedo corregir... La frase está un poco revoltosa, tienes razón. Frustraría a una mente tan enredada como la tuya (?) xD Conforme vaya avanzando el relato te darás cuenta de muchas cosas, y de lo mucho que cambian las situaciones iniciales. Gracias!!!

    Verloren: Muchas gracias por continuar por acá! Sé del poco tiempo que tienes y aprecio bastante que te tomes un tiempecito para leerme ^^ El ritmo va lento porque no es un fic de 5 capítulos, tendrá más pero no sé cuántos. Espero que te guste mucho este cap. ¡Nos vemos!

    Coneja: ¡Dos veces leyendo el capítulo, qué aguante! xD Todos se duermen a la primera vez xD Qué bueno que te haya gustado, y no te preocupes, acá espero tu comentario seas la primera o la última. Otra que sospecha de los ingleses, eh? Bueno, ya sabrás conforme sigas leyendo. ¡Muchísimas gracias!

    ______

    Capítulo 3!!

    3.

    Recuerdo el viaje en mar y me imagino una eternidad. No hubo otro momento en mi vida en la que haya pasado más incertidumbres como el tiempo en el que estuvimos embarcados, con la monotonía del mar por delante. No podría describir la mezcla de emociones que me allanaban, pero de cierto modo, me sonaban extremistas: pasaban de la tristeza, la melancolía y el llanto, a la alegría más pura que puede experimentar el ser humano, con toda una vida nueva por delante. Pero cada ola que destrozaba el barco a su andar era un trozo de mí que dejaba abandonado en mi hermosa tierra; cada una representaba una situación diferente, implasmable. Aquélla me evocaba recuerdos de la sonrisa afable de la señora Lucía; la otra me imprimía a mi mente a mi amiguita Luisa, y una más traía la imagen del viejo orfanato. Durante el primer tramo de océano que fue recorrido, hube de permanecer como adherida al barandal de la borda, observando con un nudo en la garganta cómo desaparecía la tierra, cómo se fundía con el mar; en fin, cómo lentamente se ahogaba en la sempiterna superficie azul, y yo con el lamento en mis labios tremulantes. ¡Adiós, México, adiós! ¡Espero que algún día pueda volver a encontrarte, a redescubrirte!

    Las molestias comenzaban desde la navegación, junto con los problemas que seriamente me achacaron, lo que me hizo sentir insegura de mi destino en más de una ocasión. Toda la tripulación, exceptuándome, era europea, y hablaban un inglés sofisticado que no alcanzaba a comprender, ni la más mínima palabra, a pesar de que Madame Briester había intentado acostumbrarme a su lenguaje durante los días pasados. Todos parecían tener mucha prisa en sus labores, y corrían de un lado a otro, dando vueltas por la cubierta. No tenía idea hacia dónde iban, pero definitivamente, ninguna de esas personas tenía la intención de escapar de su destino. Aparentemente, todos sabían muy bien hacia dónde iban, hacia las tierras inglesas. Seguro por mi baja estatura, a todos los veía como gigantes, de pelo rubio y miradas atroces que me pulverizaban.

    Recuerdo muy bien sus actitudes extrañas. Una vez, estando sola en la cubierta, y mientras admiraba los nudos del muelle por la noche, sentí que algo me empujaba violentamente. Aún rodaba por el suelo cuando escuché farfullar a un marinero de ronca voz lo que seguramente eran groserías inglesas.

    Me incorporé de un salto, y vi un rostro inmenso y ajeno a la lástima, que me miraba de reojo mientras arreglaba las cuerdas que, supuestamente, yo había desacomodado con tan sólo verlas. Mis ojos me temblaban involuntariamente al enfrentarme a aquel sujeto gigantesco que me había golpeado sin miramientos, con torpe rudeza, sólo porque vio que una débil niña le estorbaba en su área de trabajo. Por supuesto que nunca fue mi intención hacer enojar a nadie, sólo paseaba por las diversas regiones del barco con curiosidad infantil, nada más. Al imaginarme lo que ese hombre podría hacer conmigo en su irracional enojo, intenté disculparme enseguida con rudimentarios modales, que me había enseñado la señora Lucía tiempo atrás.

    —Lo… lo lamento, señor, yo sólo estaba… —comencé con mucha pena.

    Enseguida escuché las risas y burlas de tres hombres que se hallaban recargados en la oscuridad, tras el sujeto que me había empujado, y cuyas presencias yo no había advertido. Bebían ron de tragos largos, y sus carcajadas parecían dignas de lunáticos. Yo me puse roja de vergüenza primero, después pálida del miedo. Me encontraba indefensa ante un montón de toscos marineros alcoholizados que me tenían por centro de diversión.

    Uno de los que bebían se me acercó lentamente, separándose del grupo de compañeros, tambaleándose al andar, y cuando estuvo frente a mí, se inclinó levemente, apoyando sus manos en las rodillas, de modo que su rostro quedó a mi altura. Su cara estaba marcada por hondas arrugas, y a su sonrisa le faltaban dos dientes frontales. Yo retrocedí instintivamente por el repulsivo miedo que me infiltró, pero mi espalda tocaba ya el barandal.

    —¿Mexicana? —preguntó socarronamente, en un horrible español.

    Todos sus compañeros al instante dejaron escapar sonoras carcajadas, incluso el que me había empujado. Yo estaba lívida y temblando: quería correr, irme a mi cabina, atrancar la puerta tras de mí y nunca salir, escondiéndome bajo la cobija de mi cama durante el resto de la travesía.

    —¿Mexicana? —me volvió a repetir, en un tono supuestamente más gracioso que redobló las risas de los demás marineros.

    Mientras su aliento a alcohol me mareaba, casi haciéndome vomitar, pensé que quizá era lo único que ese hombre sabía decir en español. Yo no hallaba la forma de escapar, me tenía acorralada entre él y la borda. Su rostro cada vez estaba más cerca del mío, podía sentir su fétida respiración.

    —¿Sí, mexicana? ¿Sí, mexicana? —insistió el terrible hombre, y en un acto violento e incomprensible, me jaló de los cabellos hasta hacerme precipitar al suelo.

    Sentí que mi corazón iba a estallar, que se iba a reventar en mil pedazos mientras mi boca ya besaba amargamente el suelo laminado. Mantenía mis ojos bien abiertos, sintiendo las horribles pulsaciones en tomo mi cuerpo. ¿Por qué me hacían aquello los marineros ingleses?

    Luego vino lo peor. Los compañeros del hombre se acercaron a mi cuerpo y comenzaron a escupirlo entre carcajadas, repitiendo todos la misma palabra entre cantos burlescos.

    —Mexicana, mexicana, mexicana.

    Con infinito asco, sentí la saliva caliente de uno de ellos en mi mejilla, y poco me faltó para soltar una lágrima ante tremenda humillación por mi raza. No quería gritar, por miedo a que me fueran a dañar entre todos. En el momento no llegué a comprender su manera de actuar, sólo los odié con toda mi alma, y en cuanto sentí que se apartaban un poco de mí, me levanté como un resorte y salí corriendo, primero no importándome dónde. En el fondo, buscaba mi camarote, pero en realidad, mi cerebro estaba ofuscado. ¿Dónde estaba la señora Briester, es decir, mi madre? ¡Quería contarle todo lo que me habían hecho!

    Al final, con mi mente despejada, regresé a mi habitación. Sin embargo, al entrar, me percaté que en ella no estaba mi nueva madre. Hube de lavarme, desganada, y cambiarme de ropa, porque los escupitajos fueron crueles y sumamente humillantes. Nadie jamás me había tratado de una forma parecida anteriormente.

    Aquel fue sólo el primer día, que me sirvió para colocarme en guardia contra los marineros violentos y malvados. Aparentemente, mi raza les causaba la mayor de las gracias, de modo que evité volverme a presentar ante alguno de ellos de ahí en adelante, a no ser que fuera acompañado por mi nueva madre.

    No obstante, he de decir que Madame Briester cada vez tenía menos tiempo para mí, durante el transcurso de la navegación. Algo sucedía entre ella y yo, algo nos separaba, que al principio era poco perceptible, pero que se fue intensificando con el inevitable paso del tiempo. Nunca dejaba de acariciarme el cabello negro y enmarañado, mientras me decía cosas lindas al oído, pero algo me hacía pensar que realizaba estas conductas en secreto, principalmente ocultándose de mi padre. Cada vez que su recia presencia aparecía en nuestro recinto, mi madre jalaba de mi brazo para alejarme de su mirada furiosa. Yo no entendía lo que estaba pasando, y el idioma era un gran impedimento para preguntarle. Madame Briester no tenía un español conversacional, a diferencia de su esposo, que sí lo poseía.

    Tenía amplias razones para creer que mi nuevo padre no me quería. Siempre que aparecía por donde él se hallaba, me miraba con fuego, como queriéndome matar. De cualquier modo, yo siempre me sentía incómoda en su presencia y procuraba evitarlo. Ni siquiera quería escucharme cuando lo localizaba para contarle sobre algún problema, como creo que todo hijo hace con sus padres.

    Nunca olvidaré cuando fui a contarle la conducta de un marinero el último día de la travesía. Aquella vez, yo estaba apoyada en el barandal, viendo cómo las tierras se acercaban cada vez más a nuestro barco, a punto de llegar, cuando de pronto un hombre desconocido se me acercó por atrás, y con un tono meloso, comenzó a decirme.

    —¿Mexicana?

    Asentí rápidamente y quise echarme a correr, víctima del miedo, pero el marinero ya tenía prensadas mis muñecas queriendo evitar que escapara. Me hablaba por lo bajo, como intentando convencerme con palabras dulces que me quedara.

    —Mexicana… —seguía susurrando.

    Cerré los ojos con sufrimiento cuando sus horrendas manos comenzaron a acariciarme por los brazos, por la espalda, por mi pecho. Recuerdo el temblor que sacudió mi cuerpo cuando pensé, acertadamente, que lo que aquél hombre me estaba haciendo no era en lo absoluto correcto, y gracias a mi cuerpecito menudo y escurridizo, logré escabullirme por debajo de sus brazos y correr largamente hasta llegar a mi camarote.

    Ahí adentro estaba el señor Briester. Quise contarle sobre el problema, acusando al marinero de haberme tocado insanamente, y mientras le relataba, me calló enseguida con una mirada fulminante.

    —¿Crees que soy tu consejero? Vete de aquí, criatura. No me molestes más, estoy ocupado. Largo— espetó, helándome la sangre, y luego añadió—. Los niños son tan odiosos, ¿cuándo dejarán de inventar cosas?

    Tragué saliva y salí de la habitación con el corazón palpitándome terriblemente. No me tenían acostumbrada a esa clase de regaños y de gritos, a pesar de que la Señora Lucía era relativamente estricta. ¿Por qué mi nuevo padre era tan malo conmigo?

    Afortunadamente pronto llegaríamos y las cosas cambiarían. ¡No más marineros odiosos y rudos!

    Por esa tarde, no tuve más que hacer que sentarme en las escaleras metálicas y llorar amargamente por mi suerte.

    ____________

    Saludos, y gracias de antemano!
     
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  5.  
    lunabetz

    lunabetz Usuario VIP

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    ¡Madre mía! Aún me cuesta trabajo creer que haya gente así, pero es la cruel realidad ni modos ¬¬
    En este capítulo ya noté que comenzó el trauma mental (ntc, sólo un poco xDD).
    ¿Hacernos llorar? Todavía no, más bien este capítulo me dio repulsión, la manera que se dieron esos acontecimientos, tristes y desde luego, asquerosos, ¿les dio miedo? Así es la vida, nos has hecho saber lo que ocurre con la discriminación, no nada más con los mexicanos, si no en la humanidad entera, entre familias, entre hermanos, todo eso; desafortunadamente ocurre y hasta peor que aquí, lo cual veremos más adelante.
    Y una pequeña confesión, viví engañada todo este tiempo creyendo que el lugar de donde salieron Laura y sus nuevos padres fue de otro continente (¬¬ debo prestar más atención a los detalles).
    No sé qué les haría a esos degenerados por tratar así a una niña indefensa, pero supongo que con eso no podré hacer cambiar cosas más crueles que ocurren en otros lugares ¬¬
    Y ese padre que tiene, no soy nadie para juzgar, pero ¿querían ua hija no? ¿Por qué se empeñan en dejarla sufrir? ¿Por orgullo, por el qué dirán? ¿por qué no se dieron cuenta de lo que tenían hasta demasiado tarde?
    Estuvo intenso y me sumergí en la lectura, la disfruté *U*, hacía mucho que no disfrutaba una lectura :D
    Saludos, avísame del próximo capítulo n.n

    "Una rosa de espinas, una gota de sangre... bello aroma, exquisito dolor... eterna agonía..."
     
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  6.  
    Erzabeth

    Erzabeth Fanático

    Tauro
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    ¡Chin!, alguien se me adelanto en contestar Cygnus =) (De nuevo)
    Bien, entrando al tema:
    Wow, eso es discriminación, pero como dice Lunabetz, la discriminación ocurre en todas partes :/
    En fin, (como me gusta decir ^en fin^, xD) que ASQUEROSO eso que estaba según asiendo el señor ¨Revisándola ¨, por Dios ¡Eso se llama violación!
    Créeme, que yo estaba apunto de hacer una historia IDENTICA a la tuya, para un concurso… ni modo, me ganaste la idea xD (concurso de la escuela)
     
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  7.  
    Alexlector

    Alexlector Entusiasta

    Aries
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    WOW !! este capitulo me ha gustado mucho, de los tres es mi preferido, puesto que representa la indiscrimación hacia las personas y lo que sentimos al momento que lo hacen. Muy buen escrito ! me habia perdido el cap 2 y me gustó mucho esta parte
    ¿Ironia? Pues como te digo, esta historia me imagino que tendra ratos para llorar y otros para reirse. espero con ganas la continuación.

    PD: pues no se si sea yo nomas, pero en el 2do capitulo me confundí mucho puesto que están muy pegados los párrafos por lo menos a mí me cansó la vista.
     
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  8.  
    Kasumii

    Kasumii Lysandre♥

    Capricornio
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    Vaya que continuacion!!
    Sí, discriminación en todas partes, afortunadamente yo no eh pasado por eso, me quede asombrada, que mal que en la vida no todo es bueno (bueno comprenden).
    Me clave mucho en la historia, espero y sea uno de tus objetivos porque si es asi muy buen trabajo :D
    Que ..... mala onda del señor, ¿que tipo de persona es asi? Ash, se que mucha, pero me desesperan, y me enojo y aaaah! Pero muy buen capi, y nada de decepcionarme, más bien me impresionas cada vez más.
    Siguela...yo se lo que te digo ><
     
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  9.  
    Death kiss

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    Cyg *-* Pos, la palabra asco es la que más se asemeja a lo que estoy sintiendo ahora, al principio solo fue repulsión, luego asco y finalmente, rabia. No lo sé, me parece que ésta mujer no quería tener hijos propios por la crueldad de su marido con los niños, pero sigue pareciéndome injusto que decidiera adoptar a una niña mexicana siendo consciente del aborrecimiento "especial" que siente el hombre por esta "raza". Ya ves que me metí dentro de la historia demasiado, tanto que quiero matar a todos esos tripulantes, haciendo una pausa especial en el hombre desquiciado que acosaba a la criatura :_( pobrecita. Me gusta mucho la manera de narrar, de describir y por su puesto el preámbulo de la historia, más real imposible. !Felicitaciones!.

    Cyg por allí vi, en el primer párrafo, que colocaste "casa" donde debería ir "cada", es un error de dedo, la -s- está peligrosamente cerca de la -d- LOL.
     
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  10.  
    OmedChan

    OmedChan Entusiasta

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    Ho Dios, va comenzar el calvario de la niña. Y puede que sea un trauma hasta la juventud.

    Desgraciadamente el racismo siempre ha existido y niños han sufrido mediante los mayores que sin corazón los maltratan como si de animalitos se tratara.

    Algo turbio ha de a ver en el señor, el de no querer a la niña. Pero lo raro de esto ¿Por qué una mexicana?, si pudieron adoptar alguien de su misma raza.
    Bueno e igual esperare el desarrollo de esta historia.

    Tu redacción es muy fácil de entender.

    ¡Saludos ninio!, gracias por invitarme.
     
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  11.  
    Verloren Sadasto

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    En definitiva, este ha sido mi capítulo favorito hasta el momento. Has planteado y descrito de manera perfecta una triste situación, al grado de tenerme al filo del asiento, queriendo saber qué harían esos marineros. No tengo nada que decir, excepto que vas muy bien, y que espero con ansias la continuación, ahora que comienzo a entender la profundidad de la historia.
    Saludos.
     
  12.  
    OnixTymime

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    A mi me huele a chamusquina!
    Insisto que la nilña sufrirá demasiado, es muy extraño que dos ingleses hayan decidido adoptar a una mexicana, y si no se molestan en estar pendientes de ella durante el viaje, conociendo los prejuicios de la gente y lo que le sucedería con marineros borrachos por ahí... Pues simplemente es muy extraño. Insisto en que estos señores no la adoptaron por querer hijos D:
    Pero para eso tendré que esperar el siguiente capítulo, ya me da cosita el destino de la pequeñita ;A;
    No tengo nada que decirte sobre detalles técnicos, este capítulo quedó súper -w-
    Espero el siguiente con ansias =D

    Pokiu!
     
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  13.  
    Tarsis

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    Hola amigo!!!! Lamento la tardanza tanto en leer como en comentar, pero tenía el perfil saturado de spam! Pero no importa, tarde, pero aquí estoy, no me cansaré de decirtelo una y otra vez, amo la forma en que describes, tan precisa y detallada, de una forma poética y elegante, me gustaron ambos capítulos, y mi menmte aún giro en torno a ellos mientras escribo esto, de verdad me han encantado, pobre niña, me imagino lo que debe sentir al notar el desprecio de sus padres, entonces, ¿Para qué la adoptaron ah? Bueno, no puedo hacer más que impacientarme por leer el próximo capítulo. Un beso! y avísame! :*
     
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  14.  
    Cygnus

    Cygnus Maestre Usuario VIP Comentarista destacado

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    Hola!
    He vuelto con otro capítulo, disculpen la tardanza, no tenía mucha inspiración...
    Primero, los comentarios:

    Lunabetz: Muchas gracias por haber leído mi capítulo, sin duda tus comentarios son de alta calidad y los aprecio bastante!! Jajaja, el trauma mental? Pues sí, comienza, comienza, pero luego va a intensificarse.
    Así es, existen esa clase de personas pero sobre todo esas situaciones, por terribles que parezcan, y bueno, no es nada fuera del otro mundo que simplemente las narre.
    Ya verás cuál es la actitud de los padres al respecto, poco a poco se irá desenvolviendo la crónica, no te me desesperes xDD
    Gracias por tu comentario tan genial!

    Abril: Ya sabes que no importa quién comente primero -.- A todos los comentarios los aprecio mucho. ¿Me vas a plagiar la idea para tu concurso? Malvada! Ok, no, ya pasó el concurso y no entraste ^^ Y cuidado con los marineros violadores, tú no te dejes!! =D

    Alex Lector: Me da gusto que fuera de tu agrado el capítulo, y que te hayas actualizado. De acuerdo, tomaré en cuenta tu recomendación, voy a separar los párrafos. Gracias ^^

    Cydeles: Gracias por tus comentarios tan alentadores. Todos hemos pasado alguna vez por algún tipo de discriminación aunque no te des cuenta, sólo que esta vez fue mucho más acentuada que lo normal. Lástima que estas cosas existan en la vida. Wow! Te clavaste con la historia? Entonces estoy logrando lo que me propuse =D :$ Gracias ^^

    Cachetes de durazno: Gracias por tu comentario! Luego sé que no tienes tiempo pero igual aprecio mucho que hayas podido pasar por acá y leerlo ^^ Sí, es aborrecible lo que hace la gente y la discriminación tan terrible por la que muchos tienen que pasar, sobre todo en esos tiempos, con la conciencia muy cerrada y eso… Gracias por tus comentarios alentadores, me da gusto que todos digan que sí logro sumergirlos en la historia. Espero que continúes :*

    Omed: ¡Hey! Me sonó muy poético tu comentario jajjaja. Muchas gracias, y pronto irás viendo el porqué de las cosas, así como se irán desenredando los problemas… Sólo no dejes de seguir el fic, por favor! =D

    Verloren: Muchas gracias, amigo! Había abandonado por un tiempo el fic porque, sinceramente, no tenía idea de cómo continuarlo, pero ya me llegó la inspiración. Prometo ir colocando situaciones cada vez más interesantes que mantengan a la expectativa a los lectores. Muchas gracias nuevamente.

    Ónix: ¿Que te huele a qué?? Jajajaja. Bueno, entiendo tus expresiones al final xD Muchas gracias por tus comentarios, me animan a seguir adelante; sí, se ve que la niña tendrá problemas en un futuro y eso te lo garantizo, sólo que poco a poco irás viendo cómo se desenvuelven los próximos acontecimientos. Ya veremos cuál es la verdadera actitud del padre y todo eso ^^ Gracias! (y por lo de ayer también, ¡no acabé de agradecerte! Nos vemos pronto por ahí).

    Génesis: ¡Yay! Estás aquí al fin, recuperadita de tu enfermedad, qué gusto me da =D Pues muchísimas gracias por tus halagos, no sé si todo sea como dices pero si a ti te gusta no me queda más que agradecerte inmensamente! Aquí continúa la vida de la pequeña por su nueva ciudad. Espero que te guste el capítulo. =D

    ___________

    Ahora sí, va el capítulo 4! No es que sea extenso, es que Alex me pidió que le diera espacios entre párrafos y, bueno, aquí lo tienen menos confuso!

    Capítulo 4.

    Fue más que un placer arribar a las nuevas tierras. Cuando lo hicimos, de pronto sentí cómo mis penas se volatizaban, se dirigían a territorios siderales, quién sabe a dónde, sólo lejos de mí. Me sorprendí incluso que una débil sonrisa insistiera tanto en esbozarse sobre mi lánguido rostro. ¡Vaya! Era olvidarme de todo lo sucedido, de los pasos que había dado hasta el momento, para dar vuelta a una hoja más de mi vida, comenzar algo nuevo… ¿cómo sabría lo que me esperaba?

    No puedo aún desvanecer de mis recuerdos el momento tan ansiado en el que las olas dejaron de mecer nuestro barco. Había pasado tiempo considerable. Sólo me asomaba por el barandal, incrédula de que ya estuviera en un lugar tan lejano al que siempre viví, fue algo tan maravilloso, único. No era que pareciera un paraíso, pero por lo menos eran paisajes que nunca me habría imaginado de quedarme en mis tierras, escuchando las fantasiosas historias de la señora Lucía.

    ¡Me desvanecía de la vista de los rudos marineros! Yo volteaba a mi alrededor con miedo, queriendo ser invisible ante cualquiera de esos malvados de malos tratos, que se encontraban por todos lados a bordo, ocupándose en cosas que no entendía. Mi cuerpo menudo se escurrió por entre ciertas cajas de utilidad incierta, y en varias zancadas ya adelantaba a mis padres por la rampa, reclamándoles tácitamente una prisa que no concedían, por estar sumergidos en ese mundo de los adultos que trata de trámites y dinero.

    —¡Laura! ¡Detente ahora mismo! —escuché que bramaba mi padre, con esa terrible voz que en más de una ocasión ya me había estremecido, desde la cubierta, mientras se desesperaba en negociar con rapidez con un hombre de amplio y ridículo mostacho rubio.

    No hice el más mínimo caso, presa del recuerdo tormentoso de los marineros, y continué corriendo a tierra firme, hacia zonas empedradas, evadiendo personas que me gritaban cosas que no entendía.

    De pronto, me topé con una muchedumbre abrumada por el tiempo y por la prisa. Me angustié al hallarme de pronto ante un mar de gente desconocida y demasiado seria que caminaban con sus preocupaciones merodeando en sus mentes.

    Me hallé encerrada enseguida: las olas de personas me rodearon y me tragaron. Volteé hacia todos lados y no veía más que murallas andantes de hombres y mujeres caminando por el muelle, marineros arrastrando bultos y otros aullando palabras incomprensibles.

    ¡Jamás en mi pequeño pueblo había visto tantas personas congregadas! ¡Y eso era sólo parte de lo que me esperaría! Me sorprendí a primera instancia, mas luego el miedo tomo posesión de mi ser, aguijoneándome insistentemente el estómago. ¡No debía perderme entre la muchedumbre de la vista de mis nuevos adoptantes!

    —¿Mamá? —exclamé—. ¡Mamá! ¡Mamá!, ¿dónde estás?

    De eso, sólo recuerdo que la muchedumbre se hizo más y más intensa. Aparentemente, todos los pasajeros del transatlántico comenzaban a descender, y yo me extraviaba más en ese mundo en el que jamás creí hallarme.

    Pasó largo rato hasta que mi padre pudo escuchar mis gritos. Yo corría y corría sin dirección aparente, empujando a la gente, haciéndolos gruñir con mi brusquedad para abrirme paso entre ellos. De repente, sentí una opresión en mi brazo derecho, y un brusco jalón.

    —¡Niña tonta! —graznó mi terrible padre—. ¿Qué demonios crees que estás haciendo?

    Al estar frente a frente con ese hombre, demasiado elegante pero con ojos chispeantes, no pude menos que estremecerme, y de pronto sentí cómo mi corazón tomaba velocidades fogosas y violentas.

    —¿Es que eres una bebita como para que tengamos que estarte cuidando todo el tiempo? —reclamó nuevamente mi padre, cada vez con más ímpetus—. No quiero que tan pronto te conviertas en un desagrado para nosotros. ¿Entendiste?

    Enseguida, después de que dijo esa frase tan cruenta para mí, llegó corriendo Madame Briester, tomándose los holanes de su vestido para evitar que éste arrastrara contra las piedras en su carrera.

    —¡Robert! —escuché que exclamaba, y luego soltó una frase que, en ese momento, me resultó incomprensible—. What are you scolding her?

    Luego me miró con infinita ternura y un alivio en su mirada, y me tendió una mano temblorosa.

    —Laura —me dijo.

    Yo la miré lentamente a ella, luego alterné la mirada para posarla tímidamente en el rostro de mi padre, bajándola después a su cuello, donde ostentaba un simpático lazo negro. Evitaba mirarle los ojos, porque siempre me comía con ellos.

    —Nadie te estaba regañando, Laura. No finjas. Sólo te dije lo que no debías hacer —agregó él, reduciendo el volumen de su voz, en un intento de que su mujer no se enojara.

    Yo recuerdo haber tomado la mano de mi hermosa madre, y haber ignorado su última frase.

    El trayecto fue interesante, pero aparte de ese incidente, ningún otro nos llegó a turbar. Tuvimos que tomar una calesita que nos llevó hacia la estación muy lentamente. Era de proporciones reducidas en su interior, por lo que tuve que achicar aún más mi persona y apretarme un poco contra mi nueva madre en el asiento. Era muy dulce, correspondía a mi cariño incipiente. No he olvidado su aroma a rosas, ni su brazo que me rodeó durante todo el trayecto muy suavemente, ocultándome parcialmente de su enorme marido.

    Yo comenzaba a entender que no era muy del agrado del señor Briester. O por lo menos, él no sabía exteriorizar muy bien su aprecio por alguien, porque de cualquier manera, aparte de los clásicos gestos de un caballero, nunca lo vi dándole muestras de amor a su esposa. Por aquellos años, aquella impresión que me causó ese ser tan frío llegó a turbarme, estando acostumbrada a que en el orfanato a todos se nos tratara siempre con calidez. Pero pasado el tiempo, creo comprenderlo mejor. No era más que un hombre ahogado en la política de su país. En su corazón no había mucho lugar para adorar a alguien.

    Durante el viaje, el brazo protector de mi nueva madre me protegió, como un escudo, de las miradas gélidas de mi padre. Ella silbaba una canción por lo bajo, en un extraño intento por arrullarme quizá, porque jamás lo logró. ¡Cómo poder olvidar sus graciosos bucles dorados que se escurrían por debajo de su sombrerito azul! Realmente Madame Briester era una mujer muy hermosa y, si el alma del señor hubiera sido más humana, él también habría resultado un hombre guapo. Sobrio pero guapo.

    La estación de tren no estaba muy lejos. Duramos aún un rato afuera, en el andén, mientras mi padre negociaba el costo de los boletos. No entendía por qué todo el mundo se portaba tan amable con él. En aquella época, yo hubiera opinado que la gente de la Gran Bretaña era muy buena. Ahora diría que sólo eran unos hipócritas. Pero ésa es otra cuestión.

    Hasta la noche fue que pudimos instalarnos en el vagón correspondiente y esperar a que los enormes motores de la máquina de vapor comenzaran a funcionar de verdad. Yo estaba anonadada, era la primera vez que me subía a una de esas cosas, y casi me muero del susto cuando puse un pie sobre su suelo y sentí que algo de pronto trepidó.

    —Es por la caldera, tonta. No lo entenderías, mejor súbete y déjate de miedos infantiles —susurró mi padre.

    El ruido desapareció y gracias a ello, y a la frase tajante que me obligó a tranquilizarme, pude subirme sin armar un alboroto.

    Parece que habían elegido un lugar privilegiado para nosotros, con una cabina especial. Había hermosos tapices por el piso, las paredes y hasta el techo, y los sillones, frente a frente, resultaron amplios y cómodos. Además tenía una ventanilla directa que conectaba con el exterior. Estábamos en una máquina inmensa, en un verdadero caballo gigantesco de metal. ¡Nunca me imaginé una de estas cosas en mi pequeño pueblo!

    Me abatió esa mirada de lumbre. Yo ya no podía con los nervios que me estaban devorando por dentro, como un lobo que devora lentamente a su presa. Esta vez, dada la posición de los sillones, nos encontrábamos el uno frente al otro.

    Mi madre primero me había dedicado algunas palabras en tono empalagoso y mal español, luego se recargó en la ventanilla para dedicarse a dormitar. Yo no tenía mucho sueño. Habían sido, no obstante, muchas emociones en un solo día, y aunque yo era una niña frágil y frecuentemente cansina, esta vez simplemente la angustia por el destino no auxiliaba a azuzar el sueño.

    Para evitar ver la mirada álgida de mi padre, me esforzaba por asomarme por la ventana y disfrutar del paisaje nocturno tan inusual. Había campos inmensos, completamente despoblados en algunas zonas, en donde imperaban árboles de cualquier forma en lomas que de pronto se alzaban y luego se sumergían.

    Pronto llegamos a una zona más o menos urbanizada, en donde comencé a detectar mayor vida fuera de la máquina de vapor. Había muchas personas por las calles, la mayoría de ellas vestidas igualmente de un modo elegante y fastidioso para mi vista. Aposté a que pronto llegaríamos a la estación en donde habríamos de arribar.

    Pero aunque hicimos la parada en la estación, mi padre me indicó que no era el momento de descender. Tendríamos que llegar hasta la ciudad de Londres, que sería mi nuevo hogar. Así que me preparé para continuar sentada en esos sillones demasiado esponjosos, y volver a dedicarme a ver pasar el mundo frente a mis ojos.

    No era cosa sencilla estarse quieta. En realidad, aunque siempre fui una niña seria, tenía mis lapsos de inquietudes, y en más de una ocasión la terrible criada del orfanato, Martina, tuvo que dejarme castigada de salir al patio por las tardes debido a mi comportamiento díscolo.

    Pero esos habían sido otros tiempos. Últimamente solía portarme bien y no había motivo para que mi bondadosa educadora me reprendiera. Ante Ramiro, siempre fui el ejemplo. Mientras pegaba mi nariz a la ventanilla, recordaba cuántas veces le mencionaba mi nombre. “¡Deberías aprender a Laura, que es tan seria y bien portada!”. Y luego comenzaba a ruborizarme enfrente de todos mis compañeritos, porque tampoco me gustaba que me exhibieran de esa manera por un comportamiento del cual no me esforzaba por mantener. Simplemente, yo era así.

    Esos árboles que pasaban rápidamente… todo… ¡nada se parecía a lo que yo solía ver en mi México, mientras me mantenía en mi lugar favorito de mi hogar, en la ventana! Allá, en donde sólo alcanzaba a ver un camino empedrado y frecuentemente polvoriento… ¡sin duda mi paisaje favorito! ¿Cuándo volvería a verlo?

    Una punzada de dolor sacudió mi estómago. Pero no era dolor físico, era un dolor espiritual. Era cierto, ¿cuándo volvería a mi antiguo hogar? Todo el tiempo había presupuesto que llegaría un día en que regresaría, ¿pero cuándo? Ya estaba muy lejos, no había vuelta de hoja. Era cierto, jamás regresaría a México, tendría que quedarme para siempre en la ciudad de los ingleses. ¡Sí, para siempre!

    ¡Ramiro, Camila, Armando… Luisa! ¿Cómo la estarían pasando en aquellos momentos? Fueron instantes de melancolía los que pasé durante el trayecto nocturno en la máquina de vapor, con mi madre que dormitaba y mi padre que mantenía en ocasiones la cabeza agachada, fingiendo que leía un libro viejo mientras me miraba de soslayo. Muy pocas cosas del presente me interesaban en esos momentos, que parecían horas. Toda mi atención estaba centrada en lo que había sucedido, en lo que no volvería a ser. Ahora, no quedaba más remedio que comenzar una nueva vida en terrenos hostiles para mí.

    El dolor terminó abrumándome, y con lágrimas que acabaron por secarse en mis pestañas, caí rendida; el sueño me había vencido.

    Cuando desperté, habíamos llegado a nuestro destino final.



    Gracias!!!!!!
     
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    lunabetz

    lunabetz Usuario VIP

    Cáncer
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    Por fin después de un largo tiempo, nos traes el capítulo xD, bueno, he de decirlo, pero corto u_u
    Primero que nada, sé que cuando se te va la inspiración aunque quieras escribir no puedes porque no te entregas completamente al texto, u_u pero me alegra saber que sigues escribiendo.
    Ahora, pasando al texto, realmente fue muy corto, pero igual dice muchas cosas.
    No sé, me pareció que el padre quiere deshacerse de ella. Cuando estaban en el muelle toda la gente se le llevaba y siendo ella tan indefensa no podía hacer nada para evitar toda esa corriente de gente desconocida. Pero es por sue esposa que esa niña sigue con ellos, o al menos eso creo yo, además de que tengo mis dudas respecto a ese padre ¬¬
    Y de verdad es difícil dejar un lugar en especial porque sabes que es el más querido para ti porque fue donde naciste y donde están los tuyos. Ese viaje que ella acaba de empezar, (cuando van a Londres) dice muchas cosas, me pregunto si ese el destino de Laura, llegar a sufrir en un mundo totalmente desconocido para ella, o si es que ella al transcurrir el tiempo tomará la decisón de marcharse y vivir independientemente, en lo cual veo, tmabién tendrá que enfrentarse a muchas cosas. No todos tienen una vida de reyes.
    Y sin embargo, Laurita está rodeada de placeres y beneficios materiales de sus padres en estos momentos, algo muy falso como ella suele expresar en un lenguaje más inocente ...

    ...Así que me preparé para continuar sentada en esos sillones demasiado esponjosos, y volver a dedicarme a ver pasar el mundo frente a mis ojos...

    Esa frase me gustó mucho y tiene un enorme significado :) sin duda no sé muy bien cómo interpretarla, pero sé que es Laura la que está en esa situación en esos momentos y que espera lo que le deparé preparada y lista para lo que sea n.n
    Saludos y gracias por la invitación n.n
    P.D. Disculpa si es muy largo u.u
     
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    OnixTymime

    OnixTymime Made of stone

    Piscis
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    ¡Hola Cyg! Fu, disculpa la tardanza, leí el capítulo y le marqué el "Me gusta" pero no te comenté, no tenía ánimos en ese momento de hacer comentarios.
    ¿Qué puedo decirte? Me dejó en ascuas este capítulo, las emociones de la pequeña y todo lo que experimenta en su nuevo hogar están bien hechas. Me gustó ese detalle de que se perdiera en la multitud unos instantes.
    La actitud del padre me hace pensar si alguna vez la llegará a querer mucho, hay personas que al principio desprecian a alguien y al final resulta que sentían afecto. Pero me hace dudar demasiado esto porque me da a entender que la señora fallece, no estoy muy clara del destino del señor, pero probablemente, como no parece muy a gusto con la adopción apenas muere su esposa la lanza a la calle... O podría ser que por el dolor de perder a su esposa caiga en una depresión que lo haga perder todo y a Laura se la llevan...
    Me obligas a hacer conjeturas, ¡te odio!.. pero es entretenido xD
    Espero pronto el siguiente capítulo ^^

    Pokiu!
     
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    Kasumii

    Kasumii Lysandre♥

    Capricornio
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    ¡Cygnus! Me alegra ver el capítulo C: Ya lo había leído pero creo que la platica en el Face era una indirecta de "comenta" >,< En fin...
    Creo que ahí era Why ("Porque") en lugar de What ("Que"). Hubo algunas partes donde no me pareció correcta la puntuación.
    Que difícil ah de ser para Laura no regresar a su país. Y yo sigo insistiendo, que mala onda del padre, realmente cruel al llamarla tonta! Me gustó el capítulo, por más ¿triste? que sea. Y no me había dado cuenta de esto:
    Cierto, entonces corrijo: Me alegra no haberlo notado (?) puede ser...
    Sigue así, la historia es interesante y tu un buen escritor. Besos!


     
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