Contrato Matrimonial (InuxAome)

Hola a todos perdón el retraso es que eh estado ocupada estos días y por favor no me maten por dejarla tan corta, sin más aquí la conti

Capítulo 5: Vida de casados

Al Día siguiente la bella pelinegra se levantó al sentir los primeros rayos de sol iluminando su rostro para luego darse cuenta que su ahora esposo ya se había levantado previamente, se cambió de ropa y al salir de la habitación se encontró con una empleada en el pasillo que de inmediato le dijo.

—Disculpe señora Aome pero su esposo le dejo esta nota— dijo la mujer mientras le entregaba la nota a la muchacha

—Gracias— contesto ella amablemente mientras tomaba el papel en sus manos

“Fui a trabajar y decidí no despertarte, tus cosas están en la habitación continua, como lo prometí dormiremos en cuartos separados temporalmente, sin embargo espero que no olvides lo que te dije anoche”

—No te preocupes que ya lo tengo claro— dijo con fastidio la chica mientras tiraba el papel en la basura

—Señora Aome ¿Desea desayunar?— pregunto la empleada de la cocina

—No tengo hambre— contesto fríamente la chica

Mientras tanto en la empresa del pelinegro, este se encontraba conversando de negocios con Miroku, sin embargo su mente se encontraba en otra parte.

—Bueno este mes las acciones subieron un cuatro por ciento y…Inuyasha ¿Inuyasha me estas escuchando?— le dijo de repente algo molesto el ojiazul

— ¿Eh? ¿Dijiste algo?— le contesto el ojidorado reaccionando

— ¿En qué tanto piensas? Has estado distraído toda la mañana y tú no eres así— dijo el muchacho en tono preocupado

—Disculpa es solo que estaba pensando en Aome— musito el muchacho con algo de tristeza en sus palabras

—Así que tienes problemas con ella—

—Si pero ¿es normal cuando es el primer día de casados no? Además me escupió en la cara que no me quiere valla ni si quiera soporta que duerma a su lado, me pidió que durmiéramos en cuartos separados y no tuve otra opción que aceptar— contesto en tono triste y desganado

— ¿De verdad? Valla es extraño casi nunca te pasa algo así, me refiero a que ninguna mujer te ha rechazado antes después de todo siguen mucho—

—Si pero ella es diferente, eso fue lo que me atrajo de ella sin embargo no soporto esta situación, ¿Qué crees que deba hacer?— pregunto el ojidorado

—Bueno créeme que yo no soy el más indicado para dar consejos pero yo te sugiero que tengas paciencia con ella, trata de acercártele pero poco a poco, ya sabes irte ganando su confianza, vela conquistando pero dale tiempo recuerda que ella aún no se acostumbra a ti— le sugiero su amigo dejando al ojidorado pensativo

—No puedo creer que diga esto pero tienes razón y eso que tú eres un mujeriego de primera— dijo Inuyasha con la ceja alzada

—Tal vez pero eso no me quita que sea un caballero— contesto riendo el ojiazul

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Después de un largo día de trabajo el joven pelinegro regresaba a su hogar cuando fue recibido por su mayordomo en la entrada

—Joven Inuyasha ¿Cómo estuvo su día?— pregunto al muchacho

—Normal Hideki ¿alguna novedad? ¿Y mi esposa como esta?— pregunto el ojidorado mientras se adentraba en la casa

—Bueno es solo que la señora Aome no ha querido comer y ha estado en su habitación todo el día—

—Gracias Hideki iré a verla— contesto el ojidorado mientras subía las escaleras rumbo a la habitación de su joven esposa

Al llegar a la puerta toco suavemente pero al no escuchar respuesta de su esposa decidió entrar

—Aome— musito el muchacho

—Déjame sola por favor— dijo ella con voz rencorosa

—Por favor Aome debemos hablar— pidió el muchacho

—Está bien— contesto ella resignada

—Me han dicho que no has comido en todo el día ¿te sientes mal?— pregunto preocupado el pelinegro

—Lo único que me hace sentir mal es estar aquí y mucho más tener que soportarte— dijo ella en tono de enfado

— ¿Por qué eres así conmigo? Yo no te eh hecho nada malo, no sabes lo mal que me siento que no podamos llevarnos bien— contesto en tono triste

—Eso debiste pensarlo antes de obligarme a casarme contigo— contesto ella de inmediato

—Sabes creo que tienes razón yo…no debí obligarte a esto, es que yo siempre eh estado solo, desde muy pequeño perdí a mi madre y luego a mi padre, la soledad ha sido mi única acompañante y es por eso que deseaba tenerte a mi lado pero creo que fue un error Aome, perdóname, descansa— dijo el muchacho retirándose de la habitación de la chica dejándola confundida

La muchacha vio marcharse a su esposo mientras una sensación de miseria y arrepentimiento la invadía sin saber por qué.

—Inuyasha…— musito la chica mientras miraba hacia la ventana de su habitación

Espero no me maten por lo corta que esta pero es que eh estado algo ocupada, el próximo cap lo traeré en dos o tres días
¡Saludos y sayonara!;)

 

Hola mis amados lectores, disculpen de verdad mi tardanza pero ultimamente eh estado demasiado ocupada con las escuela ya que estoy en periodo de exámenes, bueno sin más aqui les dejo la conti, que espero disfruten.

Capítulo 6: Un nuevo sentimiento

Los días pasaban lenta y agobiantemente para el joven matrimonio, aunque no habían peleado previamente los dos aún se encontraban algo distanciados, hablaban solo lo necesario y eso de alguna manera le dolía al ojidorado ya que se había resignado a que Aome no lo amaría.

Ahora se encontraban desayunando en el comedor sin decir palabra alguna, ese silencio incomodo era algo raro ya que por lo regular conversaban unas cuantas palabras sin embargo ahora se encontraban callados, sumisos en pensamientos propios que de alguna manera se sincronizaban.

—Me alegra que has comido bien estos días, temía que te enfermaras— dijo el pelinegro rompiendo aquel silencio

—No deberías preocuparte tanto por mí— contesto la chica desviando la mirada

—Pues te guste o no me preocupas Aome— le dijo seriamente

Un breve silencio volvió a reinar el lugar, que pronto fue interrumpido por la bella pelinegra

—Inuyasha si no te molesta, me gustaría visitar hoy a mi abuela ya que mis padres se encuentran de viaje y ella se encuentra muy sola— comento la chica

—Claro sabes que puedes salir a donde desees, dile a Kido que te lleve y cuídate— dijo el joven pelinegro mientras se levantaba de la mesa

—Inuyasha ¡espera!—grito la muchacha llamando la atención del ojidorado

— ¿Sí?— musito el joven mirándola

—Gracias…de verdad— contesto la chica dedicándole una bella y encantadora sonrisa

No podía creer lo que sus bellos orbes dorados estaban viendo, era la primera vez que ella le dedicaba una sonrisa como esa, tan llena de dulzura y calidez, calidez que incluso el mismo podía percibir en ese momento.

—Regresaré más tarde— dijo el muchacho mientras se retiraba del comedor

De repente la bella pelinegra sintió algo en su interior una rara felicidad la invadió ante su acción previa, realmente había nacido de su alma el haberle sonreído de esa forma a su esposo, acaso ¿estaba empezando a sentir algo por Inuyasha?

— ¿Qué estoy pensando?, será mejor que me apresure para irme— se dijo la muchacha para sí misma mientras también abandonaba el comedor

Después de haberse preparado para salir la chica subió al auto del chofer Kido y se dirigieron a la entrada de su antiguo hogar donde pronto fue recibida por Kaede su abuela paterna.

—Hola abuela vine a visitarte— musito la chica al ver a la mujer llegar

—Aome querida, me alegro que hayas venido— dijo la anciana felizmente la anciana mientras la estrechaba en sus brazos

— ¿Cómo te has sentido abuela?— pregunto la chica de inmediato

—Bien querida, ya estoy mejor gracias— contesto la anciana mientras ambas mujeres tomaban asiento en la sala

—Me alegra saberlo, disculpa que no haya venido antes pero— decía la pelinegra cuando su abuela hablo de repente

—No te preocupes querida se bien que ya eres una mujer casada y tienes otras obligaciones— comento la anciana

—No, Inuyasha me deja salir a donde deseo, él ha sido muy bueno conmigo— musito la chica levemente sonrojada

La anciana se percató del comportamiento de su nieta, su mirada se había vuelto serena y tierna, casi ilusionada, algo había cambiado en su mirar y ella se había dado cuenta de ello.

—Y hablando de el dime ¿Cómo han van las cosas con Inuyasha querida?— pregunto la anciana mientras miraba atentamente a la bella pelinegra

—Pues bien, ya no hemos peleado como antes, la verdad es que me eh acostumbrado a su compañía— dijo la chica con mirada baja

— ¿Sucede algo querida?— pregunto al ver a la chica algo acongojada

—Abuela…es que tengo miedo— susurro la chica

— ¿Miedo de que querida?—

—Es que tengo miedo de sentir esto, un sentimiento inexplicable que me late en el corazón cada vez que estoy cerca de Inuyasha, tengo miedo de…— decía la joven cuando

—Miedo a que te hayas enamorado de tu esposo ¿no es así?— a completo la anciana mirando a su nieta mientras ella le dirigía una mirada afirmativa

—Pero yo hice una promesa, que no volvería a amar a ningún hombre nunca— musito la joven

—Querida al corazón no se puede mandar por más promesas que hagas— dijo Kaede

—Pero abuela yo…— decía cuando su abuela la tomo de las mejillas tiernamente para luego decirle

—Aome date una oportunidad de amar y de que te amen, estoy segura que tu esposo te ama y le duele tu rechazo—

—Yo…lo intentaré abuela, intentaré quererlo— dijo la chica tímidamente

Después de una larga charla con su abuela, la bella pelinegra regresaba a su hogar, mientras sus pensamientos no dejaban de recordar las palabas que su abuela le había mencionada aquella tarde.

—Miedo a que te hayas enamorado de tu esposo ¿no es así?—…

—Yo… ¿enamorada de Inuyasha?— pensó la joven

—Aome date una oportunidad de amar y de que te amen, estoy segura que tu esposo te ama y le duele tu rechazo—

— ¿Una nueva oportunidad de amar? No yo…me siento tan confundida— susurro la chica para ella misma mientras una lágrima resbalaba por su mejilla mientras su corazón palpitaba fuertemente

Sentimientos y pensamientos nuevos rondaban ahora su mente, realmente negaría ¿aquel sentimiento que había nacido en ella?, después de todo aquel oscuro pasado aún se encontraba presente, aquella vez en que su corazón amo de verdad y fue roto en mil pedazos dejándolo sin vida.

En el siguiente cap escribiré sobre el pasado amor de Aome, bueno que esten bien.
¡¡Saludos y sayonara!! :)

 

Hola a todos mis queridas lectores y lectoras, de verdad disculpen la tardanza pero tuve algunos problemillas tecnicos, de salud y personales, pero ya volvi "al rodeo" así que aqui les traigo conti, en dos dias subo conti de mi otro fic "Descendencia"

Capítulo 7: Recuerdos de un Amor olvidado

Después de llegar de la casa de su abuela la pelinegra decidió por recostarse un rato, se sentía confundida, nuevos sentimientos la abrumaban ahora, mientras recuerdos del pasado volvían a su mente como si fuese un cortometraje de imágenes en cadena.

—Recuerdo muy aquel día, el día en que te conocí— musito la chica mientras su mente de adentraba en un mar infinito de recuerdos

“Era una tarde soleada, de esas tardes que deseas pasar a la sombra de un frondoso árbol viendo las nubes pasar, y así estaba yo precisamente bajo un árbol mirando el cielo mientras las nubes pasaban velozmente, me había escapado de mi casa para estar un rato sola, estaba harta de todo el día escuchar a mi madre de sus compras y a mi padre de sus grandes negocios; realmente deseaba que mi vida fuese normal por eso a veces me escapaba de casa con ayuda de mi abuela. El dulce lago del parque brillaba de forma casi mágica al mismo tiempo que varios niños nadaban en el divirtiéndose, de pronto los gritos desesperados de una niña llegaron hasta mis oídos alertándome de inmediato.

— ¡Auxilillo, ayúdenme!— gritaba un pequeña niña pelirroja mientras trataba inútilmente de mantenerse a flote en el lago

Instintivamente corrí para ayudarla mientras me arrojaba a agua, comencé a nadar hasta ella para sacarla.

—No te preocupes nena, todo está bien, apóyate de mí— le dije para que no se preocupara y dejara de patalear

Pero entonces cuando estaba por salir del lago con la pequeña en brazos sentí que uno de mis pies se había atorado con una rama en el fondo haciendo que yo también comenzase a hundirme con la niña lo que me preocupo de inmediato, comencé a patalear tratando de zafarme pero no resultaba, el miedo se apodero de mí en ese instante, perdí toda esperanza de vivir fue entonces que sentí como unos brazos nos sacaban a ambas del agua con gran fuerza; después de unos instantes la pequeña y yo nos encontrábamos fuera del agua en la orilla del lago.

— ¿Se encuentran bien?— me pregunto de repente una voz masculina

Fue entonces que me encontré con un apuesto de joven de castaña cabellera y ojos azules que me miraban con preocupación, no pude evitar sonrojarme levemente al mirarlo.

—A-Ah sí estoy bien gracias, ¿y la pequeña?— pregunte en seguida

—Ah no se preocupe la niña está bien, fue muy valiente de su parte haber tratado de salvarla— me dijo aquel desconocido

—Sí gracias, no podía dejar que le pasara nada si podía hacer algo, aunque fue alguien más quien termino salvándonos— dije sonriendo mientras aquel joven me sonreía

—Gracias señorita por haberme salvado— me dijo la pequeña que había intentado salvar

—Oh no te preocupes pequeña, además en realidad a quién debes a gradecer este joven, él fue quién nos salvó a ambas—

—Gracias señor por salvarnos— musito la pequeña temblando levemente a causa de la humedad de sus ropas

—No te preocupes pequeña, ten cuidado la próxima vez ¿de acuerdo?— dijo el joven mientras acariciaba la cabeza de la niña

—Sí gracias, adiós señorita, adiós señor— contesto la pequeña mientras se iba corriendo hacia su mamá

—Gracias por lo que hizo por mí y por la pequeña— dije algo apenada

— ¿Qué te parece si nos hablamos de tu? Soy Houjo Hinakata gusto en conocerte— me dijo mientras extendía su brazo hacia mi

—Bien, soy Aome Higurashi, el gusto es mío— conteste esbozando una sonrisa

—Eras tan perfecto Houjo, pero tuviste que herirme de esa manera— pensaba la chica al salir de sus recuerdos previos

La chica se levantó de su cama en dirección a la salida, cuando escucho unos pasos dirigirse hacia la entrada de su habitación.

—Inuyasha— musito la chica al abrir la puerta y encontrarlo frente a ella

—Aome, ¿te encuentras bien? Me dijeron que has estado en tu habitación toda la tarde— dijo preocupado el ojidorado

—Si no te preocupes, estoy bien— dijo sonriendo levemente

—Bien, más tarde baja para cenar ¿está bien?— dijo el muchacho preocupado

—Si yo más tarde bajo lo prometo— dijo la chica sonriéndole una vez más
El pelinegro se acercó a ella prudentemente para luego besar tiernamente la frente de la chica dejando un leve sonrojo en ella a tal acto.

El corazón de Aome latió fuertemente ante lo hecho por su esposo, tal vez ese sentimiento que estaba empezando a crecer en su corazón por él tal vez realmente era amor, sin embargo sentía miedo de reconocerlo, muy en el fondo aún su corazón mantenía la herida que aquel amor del pasado le había dejado.

Esa noche Aome salió a tomar un poco de aire a uno de los balcones de la casa después de cenar, le gustaba mucho salir allí y mirar el hermoso brillo de la luna bañando su rostro.

—Que hermosa esta la luna esta noche ¿no crees?— murmuro Inuyasha llegando con ella

—Si tienes razón, parece casi mágica— contesto la pelinegra mirando al cielo

—Recuerdo que cuando era niño mi padre me traía a este balcón a observar la luna, me contaba que la luna y el sol eran amantes a los que habían separado las envidias de los dioses, pero entonces uno de ellos el cual era el más bondadoso al ver el sufrimiento de ambos decidió apiadarse de ellos y entonces creo el eclipse así ambos podrían unirse cada seis años— dijo el ojidorado mirando al cielo también

— ¿De verdad? Que bella historia— musito la joven

— ¿Jamás habías escuchado de ella?— pregunto el pelinegro

—No, mis padres nunca me contaban historias, ellos casi no tenían tiempo para mí, se la pasaban ocupados en sus frívolas vidas, mi abuela era la que siempre me acompañaba— decía la chica con tristeza

—Bueno al menos aún tienes a tus padres contigo— musito el muchacho

—A veces pienso que nunca me han querido, que no les importo, para serte sincera jamás me eh sentido realmente querida, la única que siempre me ha demostrado cariño ha sido mi abuela por eso la quiero mucho— dijo Aome desviando la mirada

—No digas eso, no pienses que nadie te quiere porque no es así— le reiteró el joven mientras se acercaba a la chica

—Una vez estuve enamorada de alguien que creí que me quería de verdad y solo termine herida— musito mientras unas lágrimas se escapaban de sus bellos ojos cafés

— ¿Esa es la razón por la cual dices no poder amar a nadie?— pregunto el ojidorado

—Así es, creí en las palabras de un hombre que solo me engaño, es por eso que comencé a odiar a todos los hombres— decía la chica con rencor en sus palabras

—Entonces ese tipo no supo valorarte, no pudo ver lo que realmente eres, una persona bella, dulce y sobre todo hermosa— le dijo el ojidorado estremeciéndola

Aome se sonrojo tanto que tuvo que ocultar su rostro ante su esposo, de pronto el pelinegro comenzó a acariciar dulcemente la mejilla de la chica mientras esta se dejaba llevar por aquel suave tacto sin embargo de inmediato reacciono apenada.

—Ah…yo será mejor que me valla a acostar, estoy un poco cansada— dijo con timidez la joven

—Si tienes razón, que descanses— musito el muchacho con una pequeña sonrisa

—Buenas noches— dijo antes de entrar a su habitación

La dura realidad era que al joven ojidorado le dolía el rechazo de la pelinegra, y por eso mismo estaba dispuesto a resignarse a que ella jamás lo amaría.

Mientras tanto la joven entró a su habitación con un suspiro ahogado en sus labios, un inexplicable remordimiento la invadía en aquel momento, no sabía porque sentía tanta culpa al rechazar el cariño de Inuyasha cuando sabía perfectamente que estaba empezando a sentir algo por él, un sentimiento cálido había comenzado a envolver su herido corazón y ese preciso sentimiento había sido creado por el ojidorado a base del cariño que siempre trataba de demostrarle a ella; en medio de pensamientos la joven cedió ante el sueño y cayó en un profundo sueño.

Espero les haya gustado.
¡¡Saludos y sayonara!! :)