Contrato Matrimonial (InuxAome)

Hola a todos perdón el retraso de mis fics pero es que estuve ausente por dos días y no había tenido tiempo de actualizar sin más aquí la conti que espero disfruten.

Capítulo 4: Boda de Cristal

Al día siguiente Inuyasha decidió visitar a Aome para que empezaran a conocerse mejor al menos antes de casarse, llego a la casa de los Higurashi cuando fue recibido por el mayordomo.

—Los señores Higurashi no se encuentran señor Taisho— le dijo el hombre al muchacho

—No los busco a ellos si no a la señorita Aome ¿Está ella en casa?— pregunto cordialmente

—Sí ahora le llamo, pase por favor puede esperar en la sala— le dijo mientras el pelinegro obedecía y se adentraba al interior de la casa

—Sí gracias— contesto mientras tomaba asiento en uno de los elegantes sillones, realmente era una propiedad muy hermosa y elegante

No tuvo que esperar mucho ya que enseguida vio divisar a la joven bajando de las escaleras con cara de fastidio

— ¿Qué es lo que quieres?— pregunto irritada

—Supongo que tus padres te hablaron del trato que hice con ellos— le dijo con seriedad

—Sí lo sé muy bien y de una vez que te digo eres un maldito degenerado— le escupió con enojo

— ¿Oye por qué me dices eso? Si no he hecho nada malo— contesto algo asustado ante el tono de voz desafiante de la pelinegra

— ¿Qué no has hecho nada malo? Te parece poco obligarme a casarme contigo cuando yo no siento nada por ti— dijo aún más enojada

El joven quedo mudo ante las palabras de la pelinegra, él sabía que eso era verdad, que ese matrimonio solo lo deseaba él y no ella.

—Aome vine a visitarte para que pudiéramos conocernos mejor y así…— decía el ojidorado cuando fue interrumpido por Aome

— ¿Y así qué? ¿Qué pudiera quererte? Déjame decirte esto de una vez, eso no pasará nunca, me casaré contigo tenlo por seguro pero jamás voy a amarte yo no puedo amar a ningún hombre—musito la pelinegra bajo su flequillo

— ¿Por qué dices eso? Si supieras lo feliz que me harías si llegaras a quererme— dijo el pelinegro mientras se acercaba a la joven

— ¿Por qué Inuyasha? ¿Por qué yo? Si soy una simple chica como cualquiera ¿Por qué exactamente yo?— dijo la chica casi llorando

—No lo sé, no tengo una respuesta exacta a esa pregunta, solo te puedo decir que desde que te vi me hipnotizaste por completo, tus bellos ojos…tus labios— decía el joven mientras tocaba la mejilla ahora sonrojada de la chica y pasaba sus dedos levemente pos sus labios rosas y temblorosos

Comenzó a cercarse a los labios de Aome con intención obvia de besarla sin embargo esta reacciono en seguida.

— ¡Eres un atrevido!— dijo ella mientras le plantaba una sonora bofetada

—Está bien lo siento, no quería ofenderte, valla que tienes la mano fuerte me dolió— dijo el ojidorado sobándose la mejilla

—Te lo merecías, acaso ¿piensas que las personas son como objetos que puedes comprar verdad?— le dijo ella enojada

—Claro que no es que…—

—Entonces ¿por qué me compraste?—

—Mira creo que esto es una pérdida de tiempo no debí haber venido— dijo el ojidorado molestándose

—Lo mismo pienso yo— contesto fastidiada

—Nos casaremos en una semana te guste o no— dijo mientras se retiraba de la casa

—Te odio…—pensaba la chica con lágrimas de rencor

&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&

Los días pasaron de repente, en ese tiempo la madre y la abuela de la pelinegra la habían llevado a probarse diversos vestidos de novia y decían lo bella que se veía vestida así sin embargo a la joven no le causaba emoción alguna lo único que deseaba era que ese día terminara.
Finalmente llegó el día de la boda, Aome se preparaba para partir a la notaría ya que decidieron que era mejor solo casarse por lo civil, mientras tanto Inuyasha también se vestía para irse cuando Miroku le hablo de repente.

—Valla veo que estás listo— dijo el ojiazul

—Sí solo que no puedo acomodarme esta maldita corbata— decía fastidiado el ojidorado mientras batallaba con aquella prenda

—Déjame ayudarte con eso— dijo al ver la lucha inútil del ojidorado

—Realmente odio vestirme de gala— decía con fastidio el ojidorado

—Ya lo noté, dime ¿Estás nervioso?— pregunto el ojiazul mientras acomodaba la corbata del pelinegro

—Por qué habría de estarlo— musito seriamente Inuyasha

—Oh vamos amigo ya sabes será la primera vez que pasarás la noche con una mujer— le dijo en tono pícaro

—Dudo que ella quiera que la toque— contesto el ojidorado en tono triste

— ¿Por qué lo dices?— pregunto intrigado

—Me odia Miroku, puedo verlo en sus ojos, creo que fue un error obligarla a casarse conmigo— dijo aún más desanimado

—Eso no lo puedes saber con seguridad, ya verás que con el tiempo llegara a quererte— le dijo con seguridad

—No lo sé, créeme que es lo que más quisiera— musito el pelinegro mientras miraba hacia la ventana

—Será mejor dejar la charla para después ahora tienes que ir a tu boda—

—Tienes razón vámonos—dijo el ojidorado saliendo de su casa en compañía del ojiazul

Al poco tiempo de que Inuyasha se presentó en la notaria Aome llego en compañía de sus padres, él quedo maravillado al verla entrar, lucía tan hermosa, su vestido era blanco sin mangas, él cuello era tipo V y dejaba ver parte de su espalda, llevaba el cabello recogido con decoraciones de flores en un lado y un maquillaje que a pesar de ser discreto resaltaba muy bien sus facciones; su padre la llevaba del brazo con orgullo y sonriente de entregar a su hija a un hombre de clase alta sin embargo Aome se encontraba seria y con la mirada perdida.

Inuyasha se había quedado embelesado mirándola así que de inmediato reacciono, el señor Higurashi le entrego la mano de la pelinegra quién la tomo de inmediato y la acerco a su lado para comenzar en breve la sesión de firmas.
El ojidorado miraba de reojo a la bella pelinegra quién se encontraba seria sin mirarlo, realmente se veía hermosa y él no podía evitar sentir esa atracción por ella. Finalmente llegó el momento de las firmas, primero firmaron los testigos, el de Inuyasha era su amigo Miroku y de Aome fue Sango Akashita su mejor amiga, quién de inmediato capto la atención de Miroku; después fue el turno de ellos, primero firmo Inuyasha quién después le cedió el bolígrafo a la pelinegra, ella lo tomo algo dudosa cosa que puso tenso y hasta nervioso al ojidorado ya que temía que ella al final decidiera no firmar sin embargo lo hizo.

—Bien una vez escritas las firmas por el poder que se me ha otorgado yo los declaro marido y mujer, puede besar a la novia— dijo el juez haciendo que ambos se sorprendieran, habían olvidado aquel pequeño detalle.

El joven miró a la pelinegra quién se encontraba seria y con la mirada perdida, era obvio que ella no deseaba besarlo, él lo entendió muy bien y se acercó a ella con intenciones de besar su frente para al menos dar a ver que realmente se querían sin embargo cuando se disponía a hacer aquello la chica lo miró seriamente y rápidamente unió sus labios con los del ojidorado lo que le sorprendió de repente, el beso fue fugaz pero claramente despertó el deseo en ambos aunque es ese momento ninguno lo aceptara.

La fiesta fue en el jardín principal de la mansión de Inuyasha, todos los invitados comentaban la hermosa pareja que formaban Inuyasha y Aome sin saber que realmente no eran una pareja que se casó con amor, la pelinegra se encontraba sentada en la mesa principal junto a Inuyasha sin embargo ninguno de los dos se decían palabra alguna, en ese momento llego hasta ellos Sango quién los felicito por su boda ignorando que en verdad aquello no era una boda feliz.

—Amiga felicidades, te deseo que seas muy feliz— dijo la castaña mientras abrazaba a la pelinegra

—Gracias amiga— contesto Aome con una pequeña sonrisa casi fingida

Al término de la fiesta todos los invitados se retiraron mientras que la nueva pareja se disponían a subir a su habitación.

—Me voy a cambiar si no te molesta podrías esperar a fuera— dijo con voz seria la pelinegra

—Si está bien— contesto algo desanimado

La chica entró a la habitación notando que era muy hermosa y espaciosa, la cama era matrimonial, tenía muy bellas decoraciones estilo francesas, lámparas de estilo fino en dos pequeños buros que se encontraban en ambos extremos de la cama y un armario bastante amplio; se dispuso a cambiarse, realmente el vestido había empezado a incomodarle bastante, finalmente quedo ataviada en un camisón color rosa pálido de tirantes y con escote algo pronunciado, largo hasta las rodillas y semitransparente, sin embargo encima se acomodó una bata del mismo color solo que la había dejado sin atar.

— ¿Puedo pasar?— pregunto de repente desde afuera el pelinegro

—Sí pasa— contesto fríamente ella

Al entrar pudo notar con más esplendor la belleza de aquella mujer con la ropa tan provocativa que llevaba puesta, ella notó de inmediato la forma en la que el ojidorado la miraba y ato las tiras de la bata en seguida dejando en encubierto su bella figura.

—Veo que ya has terminado de cambiarte— dijo algo serio ante lo hecho por la pelinegra

—Así es, valla que lo habías notado— dijo algo molesta al ver que el la miraba embelesado hace unos momentos

—Bien vamos a dormir entonces— dijo mientras se sentaba en la cama para deshacerse de los zapatos que ya lo incomodaban

—Inuyasha quiero pedirte algo— musito Aome

—Dime— contesto el sin mirarla

—Quiero pedirte que durmamos en cuartos separados— dijo ella haciendo que el mirara seriamente hacia el piso

—Bien como quieras, mañana le diré a los empleados que te preparen otra habitación…pero algo si te advierto Aome esto solo será temporal, eres mi esposa te guste o no— dijo seriamente tanto que Aome le sorprendió la forma en la que lo dijo

Después de eso los dos se recostaron en la cama, ella le dio la espalda y el hizo lo mismo, el ambiente se tornó tenso para ambos y el silencio no los favorecía, Inuyasha sentía tan cerca a la pelinegra que inevitablemente despertaba deseos en el de hacerla suya en ese momento, pero él sabía que ella no aceptaría y a pesar de que podía obligarla decidió contenerse.

—Dios tengo tantos deseos de tomarla en este momento pero…no puedo obligarla, no estaría bien— pensaba en ese momento el ojidorado

Inuyasha no pudo evitar acercar su mano al hombro de la chica para tocarla sin embargo notó que ella comenzó a temblar de miedo solo de que el la tocase, él lo entendió y retiro su mano de inmediato para luego disponerse a dormir, después de unos momentos Aome volteo hacia Inuyasha y notó que ya se encontraba dormido.

—Perdóname Inuyasha pero no puedo quererte…no puedo— pensaba la muchacha mientras también se disponía a dormir.

Espero les haya gustado.
¡¡Saludos y sayonara!!;)