Confundus – Entonces, los dejaste pasar, y ya –no era una pregunta. Era, sin efecto de duda, toda una reclamación. Raymond se alzó de hombros–. ¿Y quiénes eran? El vigía se rascó la frente por un momento, desconcertado. Las imágenes de una varita de madera y de tres hombres envueltos en antiquísimas túnicas negras, se habían esfumado hace tiempo de su mente. Diluido, al fin, en el ruido de fondo, Raymond recordó triunfal–: Rum, Parco y un tipo llamado Barry. * * *
Hechizo de primerizos porque ¿cómo recordaría aunque fuera parte de sus nombres si hubiera funcionado a la perfección? Yo ni le diría mi nombre real. O tal vez no lo hicieron... Al menos funcionó para lo que requerían. Muy bueno. Me hizo soltar la carcajada :D