Long-fic de Inuyasha - Condenados [Sessho&Kago]

Condenados/ (Sesshomaru&Kagome)

CAPITULO 28. (Capítulo Final)



—Sesshomaru —lo llamo una vez que la paciencia se me ha agotado, provocando que el perturbador silencio que se había apodera de la habitación, desaparezca.

El youkai de ojos dorados parece ignorar mi llamado, pues su mirada sigue posada en el inmenso ventanal, captando su completa atención, pretendiendo como si yo no estuviese en la habitación, dándole más importancia al bosque que a mi presencia.

Un bufido de molestia escapa de mis labios, al instante que suspiro profundamente, intentando calmarme, y no perder la poca paciencia que poseía, aunque esta estaba en peligro de extinción.

—Si no tienes nada que decirme, ¿podrías irte? Realmente quiero descansar, no ha sido un buen día —le digo con ceño fruncido, llena de molestia y un poco exasperada.

—¿Cómo estas? —una pregunta ha pronunciado, para luego retirar su mirada del bosque y posarla en mí, mirándome con frialdad pero a la vez con cierta calidez.

Ahora yo soy su punto de atención.

Unos segundos me toma procesar su pregunta, en mi cara se puede reflejar el desconcierto y la sorpresa que él me ha ocasionado. Ciertamente me resultaba extraño escuchar ese tipo de preguntas de la boca de Sesshomaru, su actitud y personalidad hacían parecer que esa clase de interrogantes en el vocabulario del youkai no existían. Pero claramente me equivoque.

—Estoy bien, gracias —le respondí de manera segura y firme, pero también con cierta tranquilidad y sutileza.

Lo deseaba pero me era imposible, aquella fuerza que unía nuestras miradas parecía no tener enemigo alguno que pudiese destruirla. Sus orbes dorados posados sobre los marrones míos, me hacían estremecer por momentos, su intensa y firme mirada sobre parecía estar examinándome, intentando encontrar en los míos, algún indicio que le indicara que mis palabras eran falsas, pero claramente nada iba a encontrar, mis palabras eran claras y transparentes. Un nuevo silencio se planta en la habitación, pero esta vez no tengo la intención que dure tanto…

—Sesshomaru, si no tiene nada más que preguntarme, quiero de la mejor manera que te retires. Realmente quiero descansar —logrando con mucho esfuerzo apartar mi mirada de su presencia, giro mi cuerpo para abrirle la puerta y darle a entender que mis palabras son serias, pero estúpidamente me enredo con mis propios pies, perdiendo el equilibrio.

Por instinto un chillido escapa de mis labios, y cierro por inercia los ojos en espera del fuerte golpe que el suelo me iba a propinar, pero no, el golpe jamás llega. Unos brazos sujetan mi cintura con firmeza, poniéndome al instante de pie, evitando que mi cuerpo se estrelle de manera dolorosa con el duro suelo.

—Gracias —susurro una vez que mi cuerpo se encuentra junto a él, producto del fuerte agarre que ha ejercido en mi cintura.

—Hmp —es lo único que escapa de sus labios, para luego soltarme y por instinto yo me separo de él, con las mejillas enrojecidas levemente.

A pesar de que nuestros cuerpos ya no hacen contacto, mi nerviosismo no desaparece y la distancia que nos separa es mínima, a pocos centímetros nuestros rostros se encuentran y extrañamente ninguno de los dos da un paso atrás, o tiene la intención de alejarse.

Nuestras miradas están entrelazadas, mis mejillas están adornadas de ahora un intenso rojo, mi corazón late desenfrenadamente, mi respiración esta algo agitada, mis piernas tiemblan ligeramente y mis manos junto a mi cuerpo temblorosas están. Todo esto y mucho más lo provocaba la sola mirada de Sesshomaru.

Intimidada, sin escapatoria y derrotada me sentía. Algo tenía que hacer para romper aquel lazo invisible que unía nuestras miradas. Aunque algo confundida y extrañada estaba por la actitud de Sesshomaru, el quien dice odiarme me mira con serenidad y curiosidad, y en sus ojos se destella un cierto brillo, incapaz de descifrar.

—¿Qué quieres, Sesshomaru? —le pregunto, y en mi voz se puede notar el nerviosismo que en este momento poseía.

—A ti… —me susurra con un deje de posesividad en su voz.

Abrí los ojos de manera brusca, atónita y perpleja ante sus palabras, ahora me encontraba. Mi respiración y mi corazón se agitan a más no poder al ver claramente, como Sesshomaru lentamente empieza a romper la poca distancia que nos separa.

Solo escasos centímetros impiden que nuestros labios hagan contacto, escasos centímetros que yo misma me encargo de desaparecer. Un leve rose es el primer contacto que nuestros labios experimentan, y por instinto nuestros ojos se cierran lentamente, un extraño hormigueo se posesiona de mi ser, mientras los labios de Sesshomaru se unen con los míos.

Perdiendo la noción del tiempo y el control de mis emociones, mis brazos rodean su cuello, y una tenue corriente eléctrica baja por mi espina dorsal cuando las manos de Sesshomaru se posicionan de mi cintura. El sonrojo en mis mejillas aumenta e internamente la felicidad me invade, me era imposible no sentirme feliz en este momento, mis manos por momentos juega con el fino cabello de Sesshomaru, al instante que siento como una de sus manos se posa en mi mejilla, acariciándola levemente provocando que tan delicado beso, se profundice.

Por una inmensa falta de aire, de mi parte, nuestros labios se separan lentamente, incapaz me encuentro de abrir los ojos y caer en la realidad, temiendo esta sea dolorosa y deprimente, pero una tímida sonrisa se cuela en mis labios al sentir el suave respirar de Sesshomaru sobre mi rostro. Temerosa abro los ojos encontrándome con la intensa mirada de Sesshomaru sobre mí, nuevamente son simples y pocos centímetros lo que impide que nuestros labios se unan otra vez, en una suave caricia.

Mis ojos se cristalizan levemente, un inmenso miedo se ha posesionado de mí ser, ¿Por qué? ¿Por qué temo admitir y reconocer el gran amor que siento por Sesshomaru? Quizás porque temo no ser correspondida, si eso era, claro estaba, el, Sesshomaru un youkai orgulloso y frío, ¿podría estar enamorado de una simple humana? Dudaba de gran manera de una posible afirmación.

—¿Qué quieres, Sesshomaru?

—A ti…

Recuerdo mi pregunta y su clara respuesta, en ese momento sentí que sus palabras eran ciertas, verdaderas, entonces ¿Por qué seguir dudando? ¿Por qué no darme una oportunidad? Una sonrisa temerosa se asoma en mis labios, ¿Arriesgarme? Me pregunto internamente, meditando por unos segundos una respuesta, la que sería definitiva.

Si, correré el riesgo.

***

Lo podía sentir claramente, el nerviosismo y miedo que la humana estaba experimentado, perturbaba mis sentidos. Noto como su cabeza esta gacha, en un intento de esquivar mi mirada, pero también logro ver que su mirada esta clavada en un punto muerto del suelo, lo que me hace entender que ella esta divagando en sus pensamientos.

Solo escasos centímetros me separan de sus carnosos labios, e intento controlar el deseo por poseerlos, pero, ¿qué esta pasando conmigo? Mi actitud, mis pensamientos no estaban acorde con la razón, o mejor dicho, mi orgullo.

La humana esta haciendo estragos en mi interior, tiempo llevo luchando contra mis instintos, contra mi youkai interior, yo, el gran lord de las tierras del Oeste ¿Fijarme en una humana? Ridículo, pero cierto. Por primera vez tendré que dejar a un lado mi tan preciado orgullo, y ceder ante lo que la humana me ha hecho. Y así lo quería.

Padre, ahora comprendo cuando te enamoraste de una humana. Y quizás, este absurdo sentimiento no sea tan estúpido como pienso, quizás…

—Sesshomaru, ¿qué va a pasar con nosotros? —su tenue voz logra sacarme de mis pensamientos, haciendo que mi completa atención se centre en ella.

—¿A qué te refieres? Mi padre condeno nuestras vidas a estar juntos hasta el fin de nuestros días —le digo con serenidad.

—Lo sé, pero creo que nosotros debemos escoger si vamos a estar condenados a odiarnos o amarnos… —susurra con la cabeza gacha, intentando ocultar el suave rojo que adornan sus mejillas, pero un intento en vano, sus reacciones no pasan desapercibidas por mi.

—¿Tu qué escoges? —le pregunto al instante que levanto su cabeza con una de mis manos, para así mirarla fijamente y que ella corresponda mi mirada.

Sus ojos se abren con cierta sorpresa, y su cuerpo tiembla ligeramente ante mi delicado tacto. Un breve silencio se planta en la habitación a la espera de lo que será su respuesta.

—Yo… —hace una breve pausa, y un suspiro escapa de sus labios, logro ver como cierra sus ojos, intentando tranquilizar su acelerado corazón. —Prefiero estar condenada a amarte hasta el fin de mis días —murmura con voz baja al instante que sus ojos se abren lentamente, mirándome con determinación, el rubor en sus mejillas se intensifica y una sonrisa tímida se forma en sus labios.

Poso mi mano en su mejilla derecha, su respuesta fue una suave melodía para mis oídos, lo que ciertamente, anhelaba escuchar.

—Acepto —susurro contra sus labios, para luego unirlos en una suave caricia, significando que nuestra condena de amor, perdurará por siempre.

Fin.​

49.373 Palabras.​

28 Capítulos.​

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Oh *-* De verdad espero que les haya gustado el final de la historia, a mi me gusto mucho escribirlo. Disfruté escribir cada capítulo, los hacia con esfuerzo y amor :3

De verdad mil gracias por el apoyo, realmente no me lo esperaba, sus “me gustas” y comentarios me motivaban e inspiraban. Agradecida estoy con todos(as) ustedes *-* y también gracias a todos(as) mejoré mucho escribiendo, ¿algún consejo que quieran darme? Estoy abierta para aprender :3

Bueno, me despido :* No me queda más que agradecerles por el inmenso apoyo que me brindaron. Ah *-* Los quiero :3

Saludos y gracias <3