Creer en las palabras que alguna vez me dijiste, ya no más. He madurado a tu lado, y ahora sé lo que no me conviene.
Aproxima sus brazos hacia mi por atrás, me abraza y mientras posa su barbilla sobre mi hombro, me susurra cuanto me ama y cuanto me necesita. Yo sonrió, sin que se de cuenta, con ironía, y acaricio sus brazos, sin que él sepa que yo lo se todo.
Todo sería diferente, si entendieramos que, a la primera persona que debemos complacer, es a nosotros mismos.
Solo paso a decirte, que me gustó mucho el uso de "caja" para referirte a que los miedos son sentimientos que nos encarcelan.