Con esfuerzo se logran las cosas [Torneo]

Tumbado en el suelo de su habitación, Jack miraba el techo entre bostezos, nunca se habia parado a verlo. Jack era un chico un tanto perezoso, con el pelo corto y alborotado, tan vago que ni se peinaba, llevaba una camiseta a rayas de color azul y unos pantalones negro con los que alguna vez habia hecho deporte.

—Jack, es hora de irte al dentista—Dice la voz procedente del piso de abajo. Era su madre, quien al no obtener una respuesta sube a ver que pasa.

Abre la puerta y ve al chico tumbado con los ojos cerrados, en una postura tipica del chico y con ninguna intención de moverse. Se acerca a él, lo jala de la pierna y lo arrastra por las escaleras hasta la puerta de casa.

—Tienes 16 años ya, ponte las zapatillas y vamonos—Dice Sara, quien le miraba con cara de pocos amigos y vestida con un vestido rojo, unas chanclas de color azul y el pelo recogido por el calor.

—Ya voy—Contesta Jack bostezando y poniéndose las zapatillas.


La clinica les pilla cerca por lo que van andando, su madre por el camino no para de recordarle que pronto tendra los examenes finales, aunque no tenia muchas ilusiones que aprobara alguno, ella intentaba darle animos. Jack miraba a otro lado cuando su madre sacaba ese tema, al entrar a la consulta y esperar su turno la cosa no cambiaba mucho.

—Debes ser más responsable, como tu abuelo—Comenta su madre sacando una foto vieja y arrugada de su cartera para enseñarsela a su hijo. Jack la miraba, ya la habia visto muchas veces, él fue una persona muy importante por sus conocimientos sobre la medicina.

El dentista llama a Jack y le hace pasar. La verdad es que no se cepilla mucho los dientes y como consecuencia le han salido un par de caries. El hombre saca los instrumentos y se acerca a Jack mientras este ve con miedo lo que va a ocurrir.

Sara espera fuera, ojea una revista mientras de vez en cuando mira el reloj esperando que su hijo salga del dentista. Oye un ruido y voltea a ver, su hijo sale con cara de dolor y el moflete un poco hinchado debido a la operación.

—Ya esta, si se limpia más los dientes no creo que tenga que volver—Dice Sam, es un chico de unos 34 años y dentista desde siempre de Jack.

—Muchas gracias Sam, a ver si es verdad—Dice Sara acompañando a su hijo y despidiéndose del hombre.

El camino fue silencioso, no hablaban, el chico tenia un hinchazón y apenas podia abrir la boca. Nada más entrar en casa, su madre lo toma de la mano y lo lleva a una habitación donde solo entraba Sara. Jack observa su alrededor, era una pequeña capilla y en un estante unas fotos de su abuelo, unas flores y a cada lado una vela.

Su madre se sienta en un cojín y le indica a su hijo que se siente al lado suya. Obedece y se sienta, Sara se pone a rezar y da un par de palmadas.

—Tu abuelo, como bien sabes, fue muy popular por tener unos conocimientos de medicina magnificos. Pero, no sacaba muy buenas notas—Dice la mujer mirando la fotografía.


Jack no se creia lo que escuchaba, su abuelo, Tom no sacaba buenas notas y llegó a ser muy reconocido. Su madre entonces le revela el secreto.

—Fuerza de voluntad, tu abuelo era muy constante y logró gracias a eso llegar hasta donde llegó—Continua hablando mientras le da un sorbo a una pequeña taza que tiene siempre a mano cuando esta ahí.

—Pero...—Susurra ella entre lagrimas. —No le sirvierón para curarse a él mismo—Dice rompiendo a llorar.

Jack entonces se queda helado, se acerca a su madre y le da un abrazo. Esa historia le abrió los ojos al chico. Desde ese día se pusó a estudiar con constancia y incluso un poco de interes. Los examenes finales le salierón muy bien llegando a aprobar algunos con muy buena nota. Su madre sonreia al ver su esfuerzo, también veía que se limpiaba los dientes muy bien.

El chico llega a casa el último día y le enseña las notas, todas aprobadas. Su madre le da un abrazo, este levanta una y otra vez el papel de las notas con energia. Habia logrado aprobar todas.

—Soy como mi abuelo, no era muy buen estudiante pero era constante y tenia una gran fuerza de voluntad para ponerse—Dice Jack mirando incredulo las notas.

—¡Tonto!, tu abuelo era muy buen estudiante—Dice Sara dejando de saltar y mirando a su madre.

—¿Qué?—Pregunta sorprendido el chico.

—Te engañe y invente esa historia para que te esforzaras—Contesta ella mientras le guiña el ojo y saca la lengua.

Sara suelta una larga carcajada mientras Jack aún no se lo termina de creer y esta inmovil. A partir de ese día, el chico no confiaba mucho en su madre, pero eso sí, fue constante en sus estudios.


Fin.

Muchas gracias por leerlo, espero que haya sido de su agrado ^^.