Pruebas infalibles, todo indicando a un mismo resultado, el sudor frió en la frente el murmullo de los forenses a lo lejos, la vergüenza que le producía este hecho y ese temblor de impotencia en sus manos, se maldijo y maldijo para pista falsa que había seguido, rechinó los dientes pero giró la cabeza esperando aún tener tiempo para reparar el daño, pero era tarde. — West ¿tu?— cuestionó el detective volteando precipitadamente a su lado. Pero su compañero ya huía en un mercedes varias calles más haya de del edificio donde había ocurrido el crimen.