Compañía Anhelada (Comedia Romántica)

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Sonia de Arnau, 31 Julio 2013.

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  1.  
    Marina

    Marina Usuario VIP Comentarista Top

    Tauro
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    Jajaja, esto se pone cada vez más interesante. Para comenzar, Víctor sí que puede llegar a ser un verdadero caballero y ya me consta que no solo con la chica que le gusta, en este caso Sol, quien me sorprendió con ese:

    ¿De verdad? Hasta este momento, tenía la impresión de que ella veía a Víctor como un simple busca problemas, y no sé de qué manera tomar la primera línea de pensamiento. El que en algún momento se haya preguntado lo que piensa Víctor... no sé. Tendré que esperar a ver qué pasa con estos dos... pero, ay, el rubio se ha visto involucrado en ese rollo de la moto. El salvador al rescate XD y... ¡se turbó considerablemente ante la fragilidad de Sara! ¿Será esta situación que vivieron ambos lo que le de a Sarita más puntos? No sé qué pensar. Ahí está Sol pregúntandose qué piensa Víctor y ahí está el rubio... salvando y pensando más de la cuenta en Sara, digo más de la cuenta porque se siente decepcionado de sí mismo por tratarla con cariño y amabilidad. Ha surgido un dilema, a que sí.

    Por otro lado, tenemos a Sean y... ¡Felicidades, Sean, para tí, sí que es un progreso decir una simple línea! Jajaja, y Karen fue muy comprensiva. A primera instancia descartó que el joven fuera un misógino o algo así y mira, hasta lo invitó a ir al parque para que le ayude con el entrenamiento de los pequeños. La pregunta es: ¿qué hará Sean? ¿Aceptará la invitación o su timidez se lo impedirá?

    Espero el siguiente para saber qué más pasará con todos ellos.
    Encantador capítulo.
    Abrazos.
     
  2.  
    DenimSol

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    Me encanta la trama y el argumento de la historia, ¡me los he tenido que leer seguidos por la intriga que me dejaba!
    Me encanta la situación en la que se pone Victor, el tener que ayudar a Sara pero luego arrepentirse porque no quiere nada con ella, ¡a ver si al final se acaba enamorando!
    Sean, me encanta, es tan adorable... *.* y hace boxeo, me parece genial y encantador.
    Derek, me encanta este nombre, parece un tipo corriente pero que sabe razonar, no como otros. Aunque no tenga la voz cantante del grupo siempre está de voz concienzuda. (Vale, esta palabra esta mal, pero no tengo tiempo de corregirla :P)
     
  3.  
    Yumiko Tenou

    Yumiko Tenou Entusiasta

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    Guau, cada vez hay mas intriga. Me encanto la conversacion de Victor y Sol, y mas en esta parte:

    Fue muy lindo. Karen se nota que tiene un caracter dulce y comprensivo, espero que Sean acepte ir :)
    Espero la continuacion, te felicito
     
  4.  
    Sonia de Arnau

    Sonia de Arnau Let's go home Comentarista empedernido

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    Compañía Anhelada (Comedia Romántica)
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    24
     
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    En la casa de la familia Duarte, en la habitación de Derek, tal como habían quedado anteriormente, Sol había asistido para darle sus clases de tutoría y aunque ella se mostraba normal, él se hallaba un tanto avergonzado. No tanto por el hecho de que Sol estuviera allí, sino porque su hermana, desde que atendió la puerta y supo que se trataba de una chica la que lo buscaba, lo tenía en su mira y no era una muy cómoda mirada; a pesar de que le explicó la razón por la estaba allí, parecía no calmar sus extraños pensamientos. Se hallaban frente al escritorio, ubicado al lado izquierdo de la puerta, ingresando luego y luego a la recámara. El inicio fue normal; se sentaron, tomaron libros y libretas, en tanto Sol explicaba. No obstante, estaba totalmente desconectado de las clases a domicilio; su mente divagaba, centrándose principalmente en el plan de Víctor.

    —¿Puedo hacerte una pregunta, Sol? —inquirió él, inseguro, después de unos quince minutos de lección.

    —Claro —respondió algo extrañada—. Para eso estoy aquí; para responder tus preguntas.

    —Sí, bueno, esta es un poco más personal.

    “Es demasiado personal”, pensó él con nerviosismo.

    Sol se tornó un poco desconfiada al principio, manteniendo una postura silente; no obstante, después asintió con la cabeza. Al fin y al cabo, lo conocía en general; era un buen chico.

    —Claro, pregunta.

    —¿Qué opinas de Víctor y Sean? —No se animó a hacerle la verdadera inquisición, así que tuvo que disfrazarla introduciendo a Sean también.

    Sol pareció meditarlo un poco, resultándole bastante fuera de lugar la pregunta, pues no era tan personal como creyó que sería. Colocó su mano sobre el hombro de él, en señal de apoyo.

    —Sí crees que son buenos amigos, sigue estando con ellos, Derek.

    Abatido a más no poder, Derek casi volvió el rostro al lado contrario de Sol. No había sido la respuesta que esperaba. Ella confundió el propósito de la interrogante; no buscaba consejo de orientación de amistad ni nada.

    “Lo siento, Víctor; hice lo que pude”.

    Y otra pregunta similar no se dio a partir de aquel momento, así que se vieron entrados en continuar con lo que Sol realmente había ido allí, así, la tarde trascurrió normal.

    CA

    Al día siguiente en la escuela, en el receso, en el árbol virolo, Derek había recibido dos mensajes; uno por parte de Sean y otro por parte de Víctor, diciendo que necesitaban encontrarse urgentemente allí. Y en el momento en el que arribó al lugar, donde ya estaban el rubio y el castaño, el primero explotó.

    —¡He cometido el acto heroico más grande de mi vida que viene siendo el más estúpido también! No sabes lo horrible que fue. Mis padres y sus padres ¡estuvieron felices!

    —No te entiendo, no te entiendo —le dijo Derek tratando de calmarlo—. Respira, respira y cuéntame con tranquilidad.

    —En ese momento no hubo… no hubo espacio personal, ¿sabes? —susurró, traumado.

    Derek miró a Sean y él le explicó todo lo que había pasado el día anterior con Sara.

    —¿Y tú? ¿Por qué estás tan emocionado? —le preguntó Derek a Sean y por un momento, Víctor dejó de lado su angustia para prestar atención al deportista.

    —Ayer por fin volví a entablar conversación con Karen, sabiendo cien por ciento que era chica —dijo tan alegre, que la misma dicha lo obligó a hacer una considerable pausa entre cada palabra.

    —¡Eso es lo mejor que ha sucedido! —exclamó Víctor contagiado de la felicidad y luego, dirigiéndose a Derek, cuestionó, deseando escuchar maravillosas noticias—: ¿Le dijiste? ¿Qué te dijo ella? ¿Le gusto o no le gusto?

    Derek se echó para atrás al sentir que tanto Britt como Montenegro se acercaban a él, cómplices en desear saber la respuesta, mirándolo tan penetrantemente que lo hizo sudar frío, pues estaban a punto de robarle a él su espacio personal.

    —¡Ah! Hice lo que pude, pero… pero…

    —No… No me digas eso, por favor —Las ilusiones de Víctor se vinieron abajo. Era demasiado sufrimiento para él; hizo algo terrible y no tenía buenas noticias. ¿Peor podía irle?

    Para Víctor y Derek, el ambiente se volvió tenso y apesadumbrado; el primero al verse succionado por la desdicha y el segundo a causa de su amigo. En contraste completo, Sean se hallaba alegre en su mundo. El receso terminó y las clases continuaron como debían ser.

    CA

    Derek caminaba por el centro comercial más famoso de la ciudad. Como típica hermana mayor abusadora que era, Ester se lo había llevado a fuerzas a acompañarla de compras; no tuvo el poder para negarse o quedarse en casa. Cuando se lo proponía, Ester podía ser verdaderamente aterradora. No obstante, como ella tardaba más de una hora, sin exagerar, en cada apartamento y negocio, ya fuera ropa, calzado o accesorios, decidió ir a pasear por su cuenta, en tanto ella terminaba de probarse lo que quería.

    Caminaba por los extensos pasillos de la construcción, viendo los diferentes establecimientos, pensando que quizás alguno llamara su atención. El lugar era tan concurrido como se esperaría, por lo que debía ser cuidadoso al andar para no chocar con otras personas. En esas estaba, cuando a lo lejos, visualizó un acto de vandalismo… en menor grado. Detalló que un tipo chocaba con una chica, la que le daba la espalda, haciendo que soltara su bolsa y al caer ésta al suelo, dejó escapar todo lo que su interior guardaba. El sujeto simplemente continuó recto, sin importarle lo que había hecho, ni prestar ayuda la joven, por lo que Derek, como buen ciudadano que era, se acercó para ayudarla a recoger sus pertenencias.

    —Permíteme.

    Se colocó frente a ella de cuclillas al tiempo de decir eso, captando su atención, por lo que levantó su mirada de sus cosas y clavó sus ojos en los de Derek. A él por un momento el corazón dejó de latirle al reconocerla; era Sara. Sus hermoso ojos azules, abiertos ante la sorpresa de ser ayudada por un desconocido, lo escrutaban con tanta curiosidad, que Derek sintió un pequeño escalofrío recorrer su espalda; sin embargo, no pudo apartar su mirada de ella. Era como cien veces más bonita a corta distancia que a larga, y su corazón, que se había detenido unos segundos, de pronto se vio en la necesidad de trabajar a una velocidad doble e incapaz de controlarlo, un sonrojó invadió su rostro.

    Volviendo a la razón, Derek continuó con su labor y la ayudó a conseguir todo lo que era suyo; también la ayudó a ponerse de pie.

    —Muchas gracias por la ayuda —le dijo ella, con una pequeña sonrisa.

    —No hay de qué.

    Y como una linda aparición, Sara simplemente siguió su camino. Derek se dio la vuelta para regresar a donde había dejado a Ester, cuando pudo distinguir, a un par de metros de él, un bultito rectangular; era un celular de tapa, de carátula rosa y no necesito ser un genio para saber que se trataba del de Sara. Lo recogió y buscó a la muchacha, esperando verla por entre la multitud y entregárselo, pero fue imposible, ya que se había perdido entre el mar de gente. Lo miró con aire pensativo. Era un objeto importante; debía volver a sus manos a como diera lugar.

    Una hora más tarde, ya se hallaba de vuelta a su hogar, cargando las bolsas de Ester. Tuvo que acomodarse todas en un brazo para poder sacar su celular y llamar a Víctor.

    —¿Qué pasa? —escuchó la voz de su amigo del otro lado de la línea.

    —¿Estás muy ocupado en este momento?

    —No. Estoy en mi cuarto, aburrido, ¿por qué? ¿Quieres salir conmigo, a una cita o qué? ¿Dónde nos vemos y a qué horas? —Su diversión se le contagió y no pudo evitar soltar una risilla.

    —En mi casa.

    —Oh, a ese nivel hemos llegado —dijo con broma, luego se tornó serio—. Ya voy para allá.

    Colgó. Luego de unos minutos, Derek y Ester arribaron a su casa y momentos después, se escuchó el timbre. Ester atendió el llamado encontrándose con el rubio.

    —Ah, Víctor. Pasa, espera en la sala mientras Derek sale del baño.

    Víctor se adentró a la morada y se dirigió a la habitación asignada, tomando asiento en el sillón grande.

    —¿Se te ofrece algo? ¿Agua, refresco, jugo? —ofreció ella.

    —No, gracias.

    Ester se sentó en el sillón anexo para hacerle compañía mientras su hermano se desocupaba, y sin rodeos, preguntó:

    —¿Tienes novia?

    —No, aún no.

    —Oh, ¿y no te llaman la atención las mayores?

    Víctor simplemente la miró sin saber qué responder, pero por demás incómodo. En eso, su salvador hizo acto de presencia.

    —Ah, mi querido Derek. Vamos, vamos, a tu habitación.

    Y levantándose prontamente, empujó a su amigo por el pasillo hasta su recámara, saliendo de tan extraña situación. A Derek le pareció rara su actitud, pero lo entendió un poco mejor cuando cerraron la puerta tras de sí y Víctor suspiró al tiempo de decir:

    —No ha cambiado nada —Víctor se sentó en la cama—. ¿Qué pasó? ¿Qué quieres decirme, mostrarme o lo que sea?

    Derek se rebuscó en el bolsillo trasero de su pantalón y sacó el celular de Sara.

    —¿Se lo puedes regresar a Sara, por favor?

    Víctor se echó para atrás un poco, impactado por las palabras de Derek, mirándolo, exigiendo una explicación. ¿Por qué tenía él el móvil de Sara? Derek comprendió su mirada.

    —Ah, es que me la encontré en el centro comercial. La ayudé a levantar unas cosas que se le cayeron y se le olvidó esto. No lo vio y yo tampoco en su momento, hasta después que la perdí de vista.

    —¿Te la encontraste? ¿Los dos se vieron? —inquirió, pero con un trasfondo de maquinación, pensando algo, planeando.

    Derek se asustó; conocía esa mirada. El rubio se levantó de la cama y caminado de un lado a otro unos momentos, en tanto sacudía su enhiesto dedo índice frente a él, exclamó:

    —Eso es… ¡Eso es bueno! Ese era el plan A. Que tú o Sean la enamorara; pero lo descarté porque, bueno, Sean obviamente nunca y tú… evidentemente eres muy normal. Pero ahora que se han visto, puede ser —Se acercó a él y le rodeó los hombros con su brazo—. Vamos por tu segundo encuentro. Tú le entregarás el teléfono.

    Agradecemos enormemente por los lectores y por los comentarios. Gracias.
     
    Última edición: 17 Febrero 2015
  5.  
    Marina

    Marina Usuario VIP Comentarista Top

    Tauro
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    Aaaah, más sorpresas. Jajaja, así que después de todo, Víctor ha recurrido al plan A, y es un plan que no me esperaba. Víctooooor, espero que sepa lo que hace. Y sigo sin saber qué pensar. El encuentro de Derek con Sara fue muy sorpresivo, pero más el cómo se sintió Derek. Eso de que se sonroje y que su corazón deje de latir para después palpitar con desenfreno... no sé.

    Wao, mis espectativas, parece ser, están equivocadas. Saco conclusiones con cada capítulo, pero me he perdido. No me queda más que seguir leyendo para ver a donde va esto, por cierto, estas partes me divirtieron mucho:

    Jojojojo, así que traumado, ¿eh? Si fue la cosa más linda que hizo.

    Y por su parte Derek... qué manera de fallar en su cometido de despertar el interés de Sol por Víctor.

    Espero la continuación. Quiero saber qué más sucederá con nuestros amigos.
    Abrazos.
     
  6.  
    DenimSol

    DenimSol You could beat the world you could beat the war

    Capricornio
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    Me encanta, aunque en esto capítulo Sean tuvo muy poco protagonismo :P. ¡Yo también estoy sacando mis conclusiones! ¿Acabara Victor enamorándose de Sara a la vez que Dereck y acabaran pegándose por ella? ¿Que pasara con Sean? ¿Conocerá a otra y dejara la dejara por ella? ¡Espero con ansia el siguiente capítulo!
     
  7.  
    Sonia de Arnau

    Sonia de Arnau Let's go home Comentarista empedernido

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    Dejando continuación, espero les guste :D Gracias por sus comentarios @DenimSol y @Marina.

    9

    Derek se hallaba frente a la enorme casa de los Sanz, preguntándose aún por qué había cedido. Recordó entonces la insana persistencia de Víctor, que consiguió persuadirlo; en realidad, creía que su amigo le había lavado el cerebro. Le había dicho que era una buena oportunidad para él y que además, Sara era bonita, cosa que no negaba; pero de verla por casualidad, a ir a buscarla, existía un gran trecho, ¿mas que podía hacer ya? Estaba allí ahora y no quería enfrentarse a Víctor si se enteraba que no había realizado el plan. Acercó su dedo tembloroso al timbre de la mansión, dispuesto a tocarlo, con los nervios a flor de piel. Lo que más lo perturbaba era que se trataba de alguien de la altura de Víctor. Cuando finalmente apretó el botón, el ama de llaves hizo su aparición.

    —¿Sí? ¿Qué se le ofrece?

    Derek tragó duro. Fácilmente podía entregarle el celular a la mujer, explicándole que era de Sara y que en un descuido lo había perdido, ¡pero no! Tenía que hablar con la chica cara a cara, frente a frete, si no, Víctor no lo perdonaría. Pensó en el plan del rubio, que había maquinado anteriormente. Si abría alguien diferente a Sara, debía preguntar por la señorita Sanz, si es que vivía allí, y en caso de que se rehusara, que insistiera diciendo que deseaba verla personalmente para asegurarse de que era la persona que buscaba.

    —¿Puedo hablar con la señorita Sanz?

    —¿De parte de quién?

    —Derek Duarte.

    —Permítame.

    La mujer se adentró a la casona una vez más y un espasmo de alivio sacudió a Derek; primera fase completada. La segunda consistía en que cuando llegara Sara, fingiera confortación y actuara como si encontrara a quien deseaba ver. Y eso fue exactamente lo que hizo cuando la vio.

    —¡Ah! Sí eres tú, me alegra saberlo. Toma, se te olvidó tu celular —dijo, extendiéndoselo.

    —Oh, gracias, lo buscaba —Ella lo tomó—. ¿Cómo diste con mi casa?

    —Eh… Ah, en medio del celular estaba una tarjeta del señor Frank Sanz y allí venía esta dirección; aupuse podría ser tuya, o por lo menos podría tener una referencia en cuanto a ti. De allí que quisiera entregártelo personalmente; quería asegurarme que eras tú la chica del otro día.

    Sara levantó la tapa del teléfono y efectivamente, la tarjeta personal de presentación de su padre estaba allí; no recordaba tener una, pero quizás se coló por allí entre sus cosas.

    —Otra vez, gracias por tomarte las molestias de venir hasta acá y dármelo, ¿Derek?

    —Así es y de nada. Por cierto, me gusta la calcomanía de Arco. Es mi personaje favorito de esa caricatura.

    —¿Oh, sí? A mí también me encanta. Me gusta su lealtad.

    —Es verdad. Un amigo leal vale por dos. Es una cualidad que a muchos nos falta cultivar.

    Y a partir de aquí, se inició una conversación que duró más tiempo del que ambos se percataron. En realidad, cuando el ama de llaves vio que estaban extendiéndose demasiado, invitó a Derek a entrar y tomar algo. Fue entonces que los dos se concientizaron y dieron fin a la plática, despidiéndose y tomando cada uno su camino.

    CA

    Al día siguiente, con su ocupada vida de siempre al ayudar en la limpieza y preparación de las instituciones escolares, Sean salió tarde otra vez, e iba a tomar uno de sus tantos trayectos para ir a casa, pero sus piernas lo llevaron a otro lugar al recordar a Karen. En efecto, en el parque aquel, se encontraba ella, practicando con los niños. La alegría que emanaba era palpable y contagiosa, pudo deducir. A pesar de que sabía que no era fácil lidiar con pequeños, ella parecía pasársela realmente bien; gozaba enseñar y amaba los niños, tanto o más que él. Se sentó en una de las tantas bancas para continuar contemplándola, y el tiempo corrió indetenible, aunque nada perceptible para él. No salió de su ensimismamiento hasta que vio a los adultos ocupar el parque, notando que los niños se despedían de ella, felices.

    Karen terminó de atender a cada uno de los infantes y cuando se vio libre de ellos, recorrió con su mirada todo el lugar, pasando por el equipo que yacía en el campo y que calentaba antes de iniciar su partido de práctica, para luego posar sus dorados orbes en la zona de espectadores, descubriendo a Sean. Sonrió al verlo y se encaminó a él con las manos en los bolsillos.

    —Así que decidiste venir un rato, ¿eh? —le dijo, sentándose a su lado. Él tan sólo asintió y apenas—. Bueno, me alegro, aunque creo que te hubieses divertido más si nos acompañabas en el juego, ¿no te parece?

    Sean volvió a asentir, lo suficientemente confiado como para no salir corriendo, mas con los nervios y timidez necesarios como para no mirarla directamente, hacer algún tipo de contacto físico, o procesar en su cabeza algo que decir. Sin embargo, a Karen no pareció importarle su actitud reservada y continuado con su atención en los jugadores, con una brillante mirada, continuó hablando.

    —Mi padre, antes de conseguir el puesto de jefe de la empresa, me enseñó todo cuanto pudo acerca del béisbol desde que era pequeña; ama el deporte y me inculcó ese amor a mí. De ello que practicara constantemente en la primaria, y en la secundaria me uní al equipo femenino de béisbol; fueron buenos años. Sin embargo, la preparatoria ya no contaba con un equipo en el que las chicas pudieran participar. Intenté crear uno yo misma, pero el apoyo era prácticamente ninguno, así que no pude hacer más. Duré dos años sin practicarlo hasta que estos niños me lo devolvieron este año. Admito que estoy algo oxidada, pero me esfuerzo por instruirlos de la mejor manera, al tiempo que yo misma lo disfruto.

    Para ese punto, Sean se mostraba bastante interesado y no pudo evitar mirarla más directamente unos momentos, antes de volver su visión al campo, tornándose pensativo. Ambos siguieron disfrutando del juego, una pequeñísima parte de él en silencio, ya que Karen se vio tan entrada en éste, que no se contuvo de aclamar a los participantes, apoyándolos al momento de batear, correr o atajar la pelota; incluso en algunas ocasiones se vio como árbitro al dar alusión a las bolas, faltas o strikes cometidos. Ante el enérgico entusiasmo de la muchacha, Sean se vio contagiado y no pudiendo abstenerse de callar un segundo más, también la acompañó en su algarabía y gritería, recreando un momento por demás placentero para ambos.

    La llegada del ocaso anaranjado anunciando la despedida del sol, también dio informe del fin del juego, y los deportistas comenzaron a alistarse para irse.

    —Quizás también deberíamos irnos; es tarde —comentó Karen.

    —Espera aquí —le pidió Sean en tanto se levantaba velozmente de la banca y se alejaba a paso veloz.

    Karen no logró articular ninguna palabra antes de que el castaño estuviera fuera de su alcance. Confundida, observó como él se acercaba al grupo de hombres y les decía algo. Transcurrieron unos minutos de conversación antes de que Sean regresara con ella.

    —Vamos —la invitó señalando a algunos de los sujetos que retomaban su posición en el diamante.

    —¿Eh? —Karen parpadeó más que extrañada.

    —No será un partido completo, pero los convencí para jugar una entrada amistosa con nosotros dentro del equipo.

    —¿Por qué? —inquirió, ladeado la cabeza, todavía impactada, aunque curiosa también.

    —Bueno, tal vez puedas recordar cómo era en la secundaria —respondió mirándola una palabra sí y otra no, cohibido.

    Los ojos de Karen se ensancharon a tal grado que lucieron más grandes de lo que eran, simplemente anonadada; sensación que le duró poco, ya que después, su expresión se llenó de ternura.

    —Gracias —agradeció, sonriente, cautivada por la dulzura de Sean.

    Sean asintió y luego se dirigió con los jugadores que ya los esperaban, con Karen detrás de él. La entrada dio inicio, así que muy llenos de vitalidad y emoción, los dos se acoplaron a sus puestos respectivos y gozaron de un buen partido entre amigos; los dos habían quedado en bandos opuestos, lo que simplemente hizo más emocionante las cosas. El joven de mirada verde se dio cuenta de que, a pesar de que Karen estaba oxidada, como ella misma había dicho, tenía muy bien infundadas las bases, sorprendiéndolo con sus buenos reflejos y su velocidad, la que aumentaba dada su altura de 1.71; los otros compañeros también se vieron asombrados de lo bien que se movía. Eso sí, todos se vieron sorprendidos por el rendimiento de Sean, quien como amo de los deportes, dio una excelente lucha.

    Al final, casi los dos equipos tenían la misma puntuación. A lo largo de la entrada había anotado dos carreras; en ese momento, el equipo de Karen atacaba y ella ocupaba un lugar en la segunda base, en tanto esperaba que uno de sus compañeros hiciera un buen golpe y le permitiera hacer la carrera que les daría la victoria; mas con dos outs, las cosas se complicaban. Expectante en su lugar como campocorto o parador en corto, que era el designado entre la segunda y la tercera base, Sean vio como el pitcher de su grupo lanzaba una bola con efecto que logró el cometido del primer strike. Se le entregó la bola y preparándose una vez más, volvió a lanzarla.

    El sonido del bate al golpear de lleno la bola hizo eco en oídos de todos, y casi que robando base, Karen se echó a correr como alma que se lleva el diablo. Sean no pudo hacer nada, pues la pelota pasó de su límite y se dirigió a los jardineros. La trayectoria de la bola fue cargada más hacia la izquierda, así que el jardinero de esa zona rápidamente se dirigió a ella, sin apartar su vista de ella, dispuesta a cojerla. Karen estaba escasos metros de la tercera base cuando la bola fue atajada, terminado el juego. La alegría por parte de los ganadores no se hizo esperar, acompañada de vítores de victoria; sin embargo, Karen también compartió esa dicha, pues se la había pasado muy bien; había vuelto a su mundo después de mucho tiempo y Sean, viéndola contenta, se sintió él mismo feliz.

    La sonrisa que no se había borrado del rostro de ninguno de los dos en todo el juego, ni siquiera se esfumó cuando éste terminó y despidiéndose de los amables hombres que compartieron su tiempo y utensilios, cada quien se retiró a su respectivo hogar, rememorando aquella tarde que jamás olvidarían.
     
    Última edición: 17 Febrero 2015
  8.  
    DenimSol

    DenimSol You could beat the world you could beat the war

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    *.* Sean me parece super tierno, ¡que gran corazón! Y la chica, que paciencia tiene, es del estilo de Sean totalmente. Tanto Sean como Dereck pasaron una gran tarde ese día, ¡me da que va a haber química entre las parejas de este capítulo! Aunque me gustaría saber que ha echo Victor este día en el que sus amigos lo han pasado tan bien. ¡Continuación pronto plis! :D
     
  9.  
    Milmel

    Milmel Con un sueño en el pecho que pronto florecerá

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    por fin pude leeme la hstoria completa. Que genial!!
    será cun cuarteto amoroso entre Dereck y Victor?
    o jugaran al quita pareja?
    jejejejeje
    que desgra el papá de Victor al venderlo de esa manera tan barata y cruel... bueno, aunque no fué barata, pero bueno...
     
  10.  
    Marina

    Marina Usuario VIP Comentarista Top

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    Jajaja, estoy de acuerdo con DenimSol, Sean es súper tierno. Ay que ver que tímido o no, hizo algo fantástico por Karen, quien al final del día obtuvo un bien merecido disfrute. Ah, igualmente me gustaría saber qué cosas hizo Víctor este día y en cuanto a Derek, me parece que hizo muy bien su papel de visitante y el hecho de que tanto él como Sara hubiesen perdido el tiempo en la plática, significa que la pasaron bien y si la pasaron bien, quiere decir que encontraron cosas en común XD.

    Ahora hay que esperar para ver qué va a suceder, algo que siempre digo, y si lo digo, es porque siempre me encuentro con una sorpresa en cada capítulo, como este partido de beisbol, por ejemplo, el que a pesar de haber sido narrado muy ligeramente, pude imaginarme esas pocas jugadas y logré emocionarme también, jaja.

    Nos vemos en el siguiente:
    Abrazos.
     
  11.  
    Nianimetal

    Nianimetal Una ermitaña en su cueva

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    Hola!!!!!!

    Aquí vengo a dejar mi comentario después de leer toda la historia!!!!

    Me encanta, me parece muy buena la idea de hacer que esos chicos tan peculiares y diferentes entre si busquen novia para el verano!!!!!!

    Derek es el típico chico normal, con una familia normal y con dos amigos que lo sacan de su monotonía, aunque mal estudiante, lo cual lo pone en una situación muy delicada, como el tener una tutora, sobre todo cuando esta tutora es el amor de uno de sus mejores amigos!!!!!

    Victor parecía ser algo controlador al principio, porque mandaba a sus amigos a hacer de todo con tal de encontrarles novias, pero realmente es un muy buen amigo, pero esta enamorado de Sol, que no le da ni la hora por mal portado. Ademas sus padres lo comprometieron con Sara en matrimonio sin decirle nada!!!!!!!

    Eso es obsoleto en esta época, los padres de el y los de ella están muy desubicados!!!!!!!!

    Sean es muy tierno y dulce, aunque no sabe como tratar a una chica, Karen es perfecta para el, deportista, comprensiva y paciente, parece una mama!!!!!!

    Sara se propuso conquistar a Victor, pero conoció a Derek y tienen cosas en común, claro que su prometido fue el que propicio el segundo encuentro, su plan funcionara????

    Ah, Ester es toda una interesada, mira que querer ser novia de Victor siendo menor que ella!!!!!!!

    Bueno, ya veremos como avanza todo!!!!!!
     
  12.  
    Sonia de Arnau

    Sonia de Arnau Let's go home Comentarista empedernido

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    Compañía Anhelada (Comedia Romántica)
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    Comedia Romántica
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    24
     
    Palabras:
    1971
    10

    Al día siguiente, por la tarde, Derek y Sol se hallaban en la habitación del joven, estudiando. El chico normal se mostraba mucho más concentrado en sus lecciones que la primera vez, lo que indudablemente lo alegraba no sólo a él, sino que a su tutora también al ver sus buenas respuestas. Derek deseó que las cosas continuaran de esa manera, pero después de cuarenta minutos desde que habían iniciado, su celular comenzó a sonar.

    —Lo lamento, permíteme —se excusó él y ante el asentimiento de ella, se levantó de la silla y se arrinconó del otro lado del cuarto, cubriendo su boca con la mano y hablar quedo—. ¿Diga?

    —¡Hey, Derek! Estoy aburrido, vamos al cine. Ya le hable Sean y nos veremos donde siempre.

    —No puedo ahora —susurró cubriéndose un poco más—. Estoy en medio del estudio…

    —¿Sol está allí? —La emoción se reflejó en la voz de Víctor—. ¡Eso es genial! Voy para allá; cancelaré con Sean.

    —No, espera… —El característico sonido del teléfono al ser colgado lo interrumpió; bajó la cabeza, abatido—. Oh, no.

    Volvió a su lugar a un lado de Sol.

    —¿Listo?

    —Sí —contestó no tan confiado.

    Toda la concentración que en un principio había tenido se fue a la borda al concentrar sus pensamientos en Víctor, pues iba a arruinar el momento entre él y Sol… profesionalmente hablando. Dicho y hecho, a los pocos minutos, el timbre se dejó oír y después la voz del rubio.

    —¡Derek, amigo mío!

    Se oyeron las pisadas atravesar el pasillo, hasta detenerse en la puerta, para que ésta se abriera de par en par.

    —¡Derek! —Víctor vio a los dos y se hizo el súper sorprendido—. ¡Oh, oh, lo siento! No sabía que estaban ocupados. Sólo quería traerle este pastel a mi querido amigo.

    Derek simplemente lo miró con vergüenza ajena; por otro lado, Sol lo miró con condescendencia. ¿Qué podía pensar? Eran buenos amigos y los amigos se visitaban mutuamente, aunque era obvio que no estudiarían ya.

    —Continuaremos mañana, Derek —le dijo mientras guardaba sus cosas—. Repasa lo que vimos hoy.

    Se levantó despidiéndose de ambos antes de salir del cuarto y Víctor iba a ir detrás de ella de no ser porque Derek lo detuvo, tomándolo por el hombro.

    —¿Qué haces, Víctor? —quiso saber, irritado porque su sesión de estudio se fue al caño; era importante.

    —Espera —le dijo con voz muy baja—, esta es una oportunidad que no desaprovecharé —Luego siguió, alzando la voz—. Ah, Derek, recordé que tengo algo más importante que hacer. Toma, nos vemos.

    Le entregó el pastel y casi salió corriendo de la casa cuando vio que Sol ya la había dejado por completo. Afuera, miró ambos lados para ubicarla y la descubrió varios metros alejada de él; se le acercó a grandes zancadas hasta colocarse a un lado de ella.

    —¿A dónde con tanta prisa? —inquirió, sonriente.

    —A mi casa.

    —¿Puedo acompañarte?

    —¿Por qué? —preguntó a su vez, extrañada.

    —No es de caballeros dejar que una dama ande sola por la calle.

    —No es la primera vez que voy por este camino y sola; además, es un barrio tranquilo y vivo cerca, así que realmente no necesito que me escolten.

    —Oh, entiendo.

    Sin embargo, Víctor no hizo ademán de alejarse de ella y conforme continuaban su camino, comenzó a sacar algún tipo de conversación para que el trayecto no resultara tan incómodo; ya fuera que apuntaba la belleza natural o hablara de los horarios del camión de la basura. En esas estaban, cuando un fuerte ladrido se escuchó, antes de que de la nada, un gran y fuerte perro bulldog, saliera de una casa, escapando de sus dueños, echándoseles encima en una veloz carrera. Ambos se asombraron ante lo improvisto de la situación; no obstante, la estupefacción fue por motivos diferentes. La de ella era porque le tenía una fobia de cuidado a los canes y la de él, porque sintió cómo Sol lo tomaba de la mano, tan sorpresivamente como el perro se le había aparecido, y lo jalaba para que corriera junto con ella.

    Obviamente que, dócil como paloma, Víctor se dejó llevar a dondequiera que se dirigieran. El animal continuó detrás de ellos a pesar de que los dos ya se habían alejado de su territorio. En eso, Sol distinguió una camioneta detenida en un alto y sin pensarlo mucho, porque sentía el perro la mordería en cualquier instante, se trepó en la cajuela junto con Víctor, viéndose a salvo de la mascota. Dado que la camioneta tenía cubierta la cajuela con una lona, tapando las aristas del cubo-rectángulo que formaba, salvo la de la entrada, el conductor no los pudo ver. Ninguno de los dos se había mantenido fuera de por propio mundo, por lo que no notaron que la camioneta seguía su curso; mas un fuerte olor a pastura fermentada trajo a Sol de vuelta a la realidad y miró por todos lados el lugar en el que se encontraban. No estaba ni cómoda, pues el toldo de lona era más pequeño de lo que parecía. Al fondo, estaban los paquetes de pastura a punto de volverse rastrojo. Abrió los ojos impactada.

    —¿Dónde estamos? —Miró al rubio con alerta—. ¿Por qué no me dijiste nada?

    Víctor no contestó y ni siquiera le devolvió la mirada, avergonzado. ¿Qué iba a decirle? ¿Que se emocionó tanto con su agarre que perdió la noción del entorno? ¿Que sentir su mano sobre la de él lo llevó al cielo? ¿Que su corazón, más que por la carrera, latió con frenesí dentro de su pecho por su tacto? Era evidente que no.

    De pronto, el conductor, demostrando ser un salvaje detrás del volante, dio una vuelta a la izquierda con la delicadeza digna de un tornado y prácticamente sin frenar; así que ellos se movieron con violencia de su sitio al no verse asegurados con cinturones ni nada, ocasionando que Sol cayera de lleno sobre el adinerado, quedando frente a frente y sin mucho espacio personal. El pulso de Sol incrementó al saberse en una situación tan comprometedora y el escarlata se apoderó de su rostro al descubrir que Víctor era muy agradable a la vista. En cambio, la situación le pareció tan magníficamente perfecta al rubio, como una de las típicas escenas románticas de las historias que leía por internet, que quedó absolutamente en blanco y su mente no pudo procesar pensamientos ni reacciones. Fue por ello que quien terminó por alejarse de él, luciendo muy abochornada, fue Sol; se colocó del otro extremo del ancho de la cajuela.

    —L-lo siento mucho —se disculpó, avergonzada—. Hay que llamar la atención del conductor para que se detenga.

    Se dirigió al fondo de la camioneta a gatas e intentó golpear el vidrio de la parte de atrás, pasando por entre la lona, pero como ésta estaba muy tensa y era gruesa, no logró ni tocarlo.

    —Es inútil —se dijo con desaliento procurando alejar la incomodidad de su ser—. Habrá que esperar a que se detenga por completo.

    —No, no, no —negó Víctor, saliendo de su ensoñación—. En un altito que haga, nos bajamos.

    Casi al instante, el automóvil se detuvo y fue la oportunidad que vio el rubio para descender, por lo que alzándose inclinado, se dirigió a la entrada y apenas iba a sacar un pie, cuando el automóvil volvió a arrancar, no tan suavemente, y se habría salido dándose tremendo golpe de no ser porque Sol reaccionó rápido y lo sujetó abrazándolo de la cintura, regresándolo al interior.

    —¿Eres tonto o qué tienes en la cabeza? —le preguntó realmente molesta porque había cometido una gran imprudencia—. Intentemos gritar.

    Así lo hicieron hasta que quedaron afónicos, mas parecía que no los escuchaban.

    —No funciona —observó él.

    —Eso parece. En esta ocasión lo mejor es esperar a que se detenga por completo.

    Se sumieron en un silencio lleno de aburrición conforme pasaron los minutos. Cansado de éste, Montenegro propuso lo primero que se le vino a la mente.

    —¿Y si jugamos a algo para entretenernos? ¿Qué tal al abecedario de animales? Yo digo uno cuyo nombre inicie con la letra a y luego tú la b y así sucesivamente.

    —Hm, está bien.

    —De acuerdo. Eh… abeja.

    —Burro.

    —Camello.

    —Delfín.

    —Eh… ¿Y qué tal van con la pintada? —Cambió de tema él, ya que no lo convenció el juego.

    —Lo haremos al final del curso porque si lo hacemos ahora, volverán a destrozarlo y sería volver a gastar innecesariamente. ¿Y ustedes? ¿Cómo va su clase con los preparativos?

    —Casual, tranquilo. El jefe de grupo se lo lleva al paso. Por cierto, cuando corriste hace rato, ¿es porque te asustan los perros a algo?

    —Sí. Cuando era pequeña, mi familia tenía una granjita de gallinas y pollitos. Un día, al vecino se le escapó su perro, se metió al corral y no sé si lo hizo a propósito o por jugar, pero mató a todas las gallinas y los pollitos; fue una carnicería bastante desagradable. Ahora cada vez que uno viene hacia mí, me imagino como uno de esos pollitos.

    —Es una pena. Yo nunca tuve mascotas. Mi hermano tiene unas tortugas, pero son ajenas a mí. Una se llama Claudio y la otra Martina y ambas son hembras. Es raro.

    Y con ese comentario, la hizo reír, aligerando el ambiente. Así, entre más pláticas divertidas y risas, llegaron hasta donde tenían que llegar, que eran las afueras de la ciudad, en un rancho anexo. Se bajaron de la camioneta, descubriendo con sorpresa y no, a un muy anciano conductor, quien también se asombró de verlos allí y después de las explicaciones, ambas partes se disculparon apropiadamente.

    —¿Necesitan otro aventón de regreso? —les preguntó el anciano, afable.

    —No, no se preocupe —se apresuró a negar Víctor para no incomodarlo; debía estar cansado y ya era tarde—. Yo puedo hablarle a alguien para que venga por nosotros.

    —Muy bien. Cuídense.

    De este modo, Víctor llamó a su chofer y minutos después, éste apareció y los llevó a la ciudad, dejado a Sol en su casa para luego ir directamente a la de Víctor, quien se hallaba reflejando dicha por cada poro de su ser, al ver pasado una tarde completa con su sol. Arribaron y en cuanto entró al recibidor, la sorpresa menos deseada lo recibió.

    —Buenas noches, Víctor —lo saludó Sara con una sonrisa tímida.

    Él frunció el ceño olvidando su anterior contento.

    —¿Qué haces aquí? —inquirió con frialdad, pensando pasarla de largo de plano.

    —Vine más temprano y me dijeron que no estabas, por lo que decidí esperarte. Quiero que me acompañes a cenar. En el patio trasero hay una mesa bajo las estrellas, con una vela en el centro, rosas en un vaso de cristal y un violinista. Quiero agradecerte apropiadamente lo que hiciste por mí el otro día al salvarme.

    Víctor iba a soltar un crudo y rotundo no, cuando la puerta se abrió y Frank Sanz penetró en el vestíbulo.

    —Víctor, hijo mío —lo saludó con alegría al verlo—. Me enteré de que salvaste a mi hija. Ese es un muy buen comienzo para un marido ejemplar, ¿sabes? Así que he planeado esta cena, para que ustedes dos estén solitos y se conozcan más. Un buen matrimonio inicia con buena conversación.

    Víctor se sintió entre la espada y la pared; acorralado, atrapado y hundido en la desesperación. ¿Ahora sí cómo iba a escaparse de esa? Vio una lucecita de salvación cuando el timbre se oyó.

    —Déjenme atiendo, déjenme atiendo —pidió ansioso y se dirigió a la puerta; todo con tal de respirar un momento.


    Me me culpen por la conversación que tubieron Víctor y Sol xD. Gracias por sus comentariós tan animadores @DenimSol @Milmel @Marina y @Nianimetal; grata sorpresa me lleve al verte aquí, me alegra :D
     
    Última edición: 17 Febrero 2015
  13.  
    Nianimetal

    Nianimetal Una ermitaña en su cueva

    Virgo
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    Oh, en este capítulo Víctor entró en acción para conquistar a su Sol!!!!!!

    Claro que no se iba a perder esa oportunidad!!!!!!

    Hasta dejó colgado a Sean para hacerlo!!!!!!

    Ahora Víctor sabe que Sol tiene algo parecido a la Cinofobia (miedo a los perros), pero no se hasta que punto!!!!!!

    El hermano de Víctor es raro: ponerles Claudio y Martina a sus tortugas, siendo hembras las dos?????

    Por cierto, mi papa se llama Víctor!!!!

    Es un poquito loco!!!!

    Quien salvo a Víctor de tener que cenar con Sara????'

    Bueno, lo leeré en el siguiente capítulo!!!!!

    Nos leemos!!!!!
     
  14.  
    Marina

    Marina Usuario VIP Comentarista Top

    Tauro
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    Jajajaja, qué gracioso capítulo. Primero porque ahí está Derek, bien concentrado en los estudios, absorbiendo todo cuanto Sol le está indicando y ¡ten! LLega Víctor a arruinar ese momento, para dejarlo solo con ese pastelillo que por cierto se me antojó, luego Víctor siguiendo a Sol, después ese perro... de apariencia feroz por cierto, al imaginarme la raza, para terminar en esa camioneta, hahaha, y a continuación esa vergonzasa invación de espacio personal, aunque contra voluntad, genial. Wow, finalmente tuvieron una... buena platica. El que Sol le confesara que le tenía temor a los perros fue algo muy profundo, jajaja, y pobrecita, qué gran trauma debe ser para ella el haber perdido a sus pollitos y gallinas de esa brutal manera. Mmmm, ese juego de palabras no me lo sabía, jeje, para mí que a Víctor no se le ocurrió otra palabra, por eso el cambio de tema, okey, no. Sí le aburrió el juego.

    ¿Y quién es el que toca? Se ha quedado intrigante, así que espero el siguiente capítulo. Por cierto, ojo con esas faltitas. Revisen el cap antes de publicarlo XD

    Las quiero XD
     
  15.  
    DenimSol

    DenimSol You could beat the world you could beat the war

    Capricornio
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    La verdad es que Victor me parece adorable!! La verdad estuvo bastante dulce con Sol y me encanto la parte en la que se quedó en blanco al sentir a Sol cerca, estuvo genial JAJAJA Aunque pobre el... No era capaz de imaginármelo así de tímido sabiendo lo desenvuelto que es. Aunque me gustaría saber quién toco al timbre... Huumm... Será Dereck?O acaso será Sean esperando una respuesta ante haberlo dejado plantado? Espero que lo continues pronto! :D
     
  16.  
    Nozomi Shiori

    Nozomi Shiori Iniciado

    Escorpión
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    Hola esta historia es muy buena jajaja que sorpresas ese Victor me imagino a Sol arrastrandolo hasta llegar a la camioneta xD pobre Dereck primero lo interrumpen en sus estudios y luego lo dejan si nada nomas con el pastelito u.u y Sean se habra ido con Karen?? e.e y quien salva a victor D: pobre de el que feo que lo quieran casar por la fuerza :/ ¡Genial, espero el sieguiente capitulo!
     
  17.  
    Sonia de Arnau

    Sonia de Arnau Let's go home Comentarista empedernido

    Leo
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    24
     
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    1714
    11

    Derek y Sean se encontraban frente a la gran puerta de la majestuosa mansión, preparándose mentalmente para tocarla. Sean había sido el de la idea, así que llamó a Derek para hacérselo saber y llevárselo consigo como buen amigo; esa era la razón por la que estaban allí, para calmar sus ansias de conocimiento.

    —Insisto en que no es buena idea —volvió a decir Derek, dudoso y sin atreverse a pulsar el timbre.

    —¿Por qué no? —preguntó Sean—. También te mueres de curiosidad por saber cómo es la casa de Víctor. No es justo que él sepa dónde y cómo vivimos cada uno de nosotros y que nosotros no sepamos dónde y cómo vive él.

    —¿Y si abre alguien de la servidumbre? —preguntó el pelinegro sin despojarse de la inseguridad.

    —¿Hay servidumbre? —Sean lo pensó un poco—. No importa, preguntamos por Víctor.

    Sean iba a tocar cuando Derek lo detuvo otra vez.

    —Espera, espera, ¿y si ni siquiera vive aquí?

    —¿Eh? Vamos, Derek, no pasa nada. Total, pedimos disculpas y nos vamos.

    Vio que el castaño dirigía su dedo al botón e iba a detenerlo de nuevo, preguntando ahora por si el rubio se molestaba ante la inesperada visita, ya que no fueron invitados; pero no logró hacerlo. Sean tocó y desde su lugar, consiguieron escuchar el fuerte ding-dong. Aguardaron escasos segundos, pensando que la servidumbre era muy eficiente por atenderlos tan rápido al ver que la puerta se abría; mas se sorprendieron al descubrir al mismísimo Víctor.

    —¿Chicos? —Su reacción fue por demás opuesta a la que imaginaron. Después de hacer a un lado el asombro, los ojos del adinerado brillaron con intensidad, inmensamente feliz—. ¡Chicos! ¡Oh, chicos! ¡Qué maravillosa sorpresa! Vamos, entren, entren. Llegaron en el momento preciso; la cena está por ser servida.

    Sean y Derek apenas tuvieron oportunidad de mirarse mutuamente, ya que casi al instante se vieron, literalmente hablando, arrastrados al interior de la mansión y postrados frente a los Sanz. Sara se asombró de ver a Derek, ya que lo conocía.

    —¿Derek? —preguntó como queriendo confirmar el nombre que conectaba con su rostro.

    —¡Ah! —exclamó Víctor haciéndose el sorprendido, aunque con una ligero son de picardía—. ¿Ya se conocen?

    —Sí, ya tenemos el placer —respondió Sara porque Derek no respondió nada, cayendo en cuenta lo que podría sobrevenirles.

    CA

    Nerviosismo, tensión e incomodidad, sobre todo ésta, era lo que reinaba sobre el ambiente aquella bella noche estrellada. Derek, Sean, Víctor y Sara se mantenía sentados frente a la mesa que lucía las hermosas rosas y era iluminada por la vela; todos en completo y devastador silencio. Para rematar, el violinista tocaba una melodía romántica, obviamente en total desacorde con la situación. En cuando Víctor les medio informó lo que pasaba al presentarlos como sus grandes camaradas frente a Frank y Sara, Sean y Derek supieron de inmediato que nada tenían que estar haciendo allí, y más claro les quedó al ver la mesa, pues evidentemente se trataba de una íntima cena para un par de tórtolos. Sin embargo, no pudieron escabullirse de las manos de Montenegro y los Sanz no tuvieron poder de objeción en las decisiones tomadas; después de todo, Víctor era el dueño de la casa; pero las cosas estaban para morirse.

    Mientras esperaban la cena, cada uno se mostraba incómodo en su lugar. Sean no apartaba sus vivaces ojos verdes del blanco mantel bordado con tela fina, como si se tratase de la cosa más interesante del mundo, sabiéndose en un momento muy inoportuno. Derek se removía inquieto y ansioso sobre su lugar, en tanto sus piernas oscilaban bajo la mesa, de arriba a abajo, zapateando el piso, nervioso e impaciente por salir de allí. Víctor, aunque se mostraba feliz, planeaba el siguiente movimiento que Derek debía hacer para aligerar el pesado ambiente. Sara se mantenía encogida sobre sus hombros, turbada, creyendo que definitivamente no había sido una buena ocasión para que sus amigos lo visitaran; esa noche la había pensado para ellos dos exclusivamente.

    La chica se ubicaba en un extremo de la mesa redonda y los jóvenes en el otro; quedando Víctor en medio, Sean a su izquierda y Derek a su derecha, muy pegados. El rubio le dio un ligero codazo a Derek para llamar su atención y cuando la consiguió, lo miró insinuante antes de mover su cabeza hacia donde Sara, repetidas veces. Derek entendió a la perfección lo que intentaba decirle.

    “Vamos, haz algo. ¡Conquístala!”

    “Estás loco”, le dijo a su vez con los ojos. “Esta es tu cena, no mía.”

    “Pero es tu chica, ¡vamos!”

    “¿Desde cuándo?”

    “Habla, rompe el silencio. Cuenta una anécdota, chistes, lo que sea; todo vale.”

    “Tú di algo, Víctor. Di algo como: ‘Ellos ya se van’.”

    “No. Los quiero aquí.”

    Habrían continuado con su debate mental de no ser porque en ese preciso momento, llegaron sus platos bien servidos. Esperando que con ello, las cosas se alivianaran un poco, todos comenzaron a comer, pero fue más difícil de lo que esperaron, pues la comida se les atoraba en la garganta al ver dónde y cómo estaban. Quien rompió finalmente el silencio, fue de quien menos se esperaría, Sean.

    —¡Qué buen plato de comida! ¿Dónde está el chef que quiero felicitarlo? Es lo mejor que he probado.

    —Oh, él está en la cocina —respondió rápidamente Víctor, haciendo el ademán de levantarse para decir “yo te llevo”, cuando Sean se esfumó de su vista en un parpadeo.

    Víctor se recargó en el respaldo de la silla, esforzándose por que un tic nervioso no se le presentara en el ojo. Enseguida, se escuchó el celular de Derek, quien velozmente lo cogió y miró el contacto, casi suspirando de alivio.

    —Ah, son mis padres. Debo comunicarme con ellos.

    Y sin esperar un segundo más, se levantó y se alejó de ellos, adentrándose en la mansión, dejándolos solos. Víctor miró a Sara directamente por primera vez en toda la velada, notando que ella tomaba su bolsa, se levantaba y le decía, ofendida:

    —No debí haber venido y esta cena no debió existir.

    Caminó alejándose de su prometido y también ingresó a la casona; estaba realmente dolida. Había detallado las acciones de los tres chicos, su contrariedad; pero sobre todo, había visto con claridad la desesperación de Víctor por no estar con ella a solas y eso la hería profundamente. Se sentía vilmente rechazada, indeseada. Lágrimas lucharon por salir de sus ojos, pero las retuvo.

    Derek estaba en el pasillo, cerca de la puerta que lo llevaría al patio trasero. Acababa de colgarle a sus padres, asegurándoles que ya regresaba a casa. Iba a dar el primer paso para salir de aquella casa del demonio, cuando vio pasar frente a sí a Sara y en su rostro pudo distinguir el sufrimiento que la embargaba. Sus ojos cristalinos a causa del llanto sin derramar y el que se mostraran empañados de tristeza y dolor, movió algo en su interior y un sentimiento de empatía surgió hacia ella. Sintió el tremendo deseo de ir y consolarla, pero no se creyó lo suficientemente capaz de conseguirlo, por lo que la dejó ir. Miró al lado contrario, descubriendo a Víctor, acerándosele con una sonrisa victoriosa, y otro sentimiento se apoderó de él al verlo de aquella manera: aversión. Con eso, la noche terminó.

    CA

    Al día siguiente, en la habitación del joven Duarte, éste se alistaba para asistir al instituto y en lugar de que se mostrara feliz de que una semana más de escuela terminara al ser viernes, su mente cavilaba en otros asuntos. La presión que ejercían sobre él los trámites para la graduación estaba pasando factura. Al ser miembro del grupo más desastroso de la escuela, las actividades parecían redoblarse con el mantenimiento del salón y todo eso. Además, las clases extracurriculares que tomaba con Sol también lo presionaban mucho; no podía perder el tiempo. Algo más acudió a sus memorias, al tiempo que salía para encaminarse al colegio.

    El tormentoso mohín de Sara que la noche pasada había apreciado, lo golpeó con ímpetu. El día anterior, Víctor lo había decepcionado de varias maneras; no sólo cuando lo privó de sus clases, la que necesitaba indudablemente, al interrumpirlos a él y Sol con semejante descaro, sino también porque los había metido a Sean y a él en una situación inadecuada y a propósito. Sin embargo, lo que más lo desilusionaba de la actitud del rubio, fue la manera tan bruta con la que trató a Sara; no se esforzó por disimular su descontento, no intentó explicarse amablemente, no usó tacto y la había hecho sufrir; fue un insensato insensible. La emoción de rechazo hacía su amigo volvió y deseó no verlo en todo el día.

    Las clases trascurrieron con normalidad al arribar a las instalaciones educativas y aunque en el receso tuvo que verse con Montenegro, quien se disculpó con él y Sean por el lío en el que los metió, al mismo tiempo que les agradecía porque lo salvaron, Derek se mantuvo mayormente silente y serio ante las palabras del rubio, demostrando así sus pocas ganas de hablar o estar con él. El día de escuela trascurrió normal para el pelinegro y procurando despejarse un momento al tomar su camino de regreso a casa, decidió desviarse a Las Fuentes y comprarse un helado. Algo bueno entre tantos caóticos pensamientos no haría nada malo a su salud.

    Arribó al establecimiento y dada la hora, que era en la que la mayoría de los colegios terminaban clases, la multitud de estudiantes llenaban el local, por lo que supo tendría que hacer fila para obtener su pedido. Al esperar, se concentró en recorrer todo el lugar y a algunos pasos de él, luciendo un tanto desorientada aunque pareciendo buscar algo o a alguien, la chica que casi toda la mañana había ocupado su cabeza se materializó frente a él, tan elegante y linda como siempre.

    —Sara.

    El nombre salió sin querer de sus labios y más alto de lo que hubiese deseado, pues escuchándolo, la susodicha dirigió su atención a él, chocando sus celestes con sus cafés.


    Gracias a nuestros fieles lectores xD Espero que les haya gustado. Solo quiero hacer una pregunta: ¿Cuál es su personaje favorito y porqué?
     
    Última edición: 17 Febrero 2015
  18.  
    Yumiko Tenou

    Yumiko Tenou Entusiasta

    Virgo
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    Hola, me ha encanado el capitulo y me sentí muy mal por Sara
    hay pobre :(. La historia esta muy buena sigue así. Con respecto a mi personaje favorito creo que es Sol, porque me encanta su personalidad, tan inteligente y tan modesta
     
  19.  
    Milmel

    Milmel Con un sueño en el pecho que pronto florecerá

    Capricornio
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    Pobre Sara, pero comprendo el accionar de Víctor, yo habría hecho lo mismo. Cuando no quiero algo pues, no quiero y punto! y si me obligan a aceptarlo, hago que se arrepientan hasta la médula de forzarme XD see, lo sé, soy malosa.
    Yo diría que mi personaje favorito es Víctor, se parece un poco a mi en muchos aspectos.
     
  20.  
    Marina

    Marina Usuario VIP Comentarista Top

    Tauro
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    Auch, que situación más horrible vivieron los chicos, tanto Sean, Derek, como Sara, porque desde mi perspectiva, ilustrada por lo que leí, aquí el único que pareció ser feliz ante tan bochornosa cena, fue Víctor y ahora, Derek siente esa clase de aversión hacia uno de sus mejores amigos. Espero que lo que ha pasado aquí no altere su amistad.

    ahora bien, el hecho de que Derek hubiese estado pensando en Sara todo el día, bueno, no sé qué pensar. De verdad parece que la tristeza de ella le ha podido mucho, así que espero seguir leyendo para ver cómo se desenvuelve todo este asunto.

    Mi personaje favorito es Víctor. Su personalidad es muy rica en cualidades e imperfecciones y eso me gusta porque no es el protagonista perfecto.

    Las quiero XD.
     
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