One-shot de Naruto - Como hermanos (Sasuke ~ Sakura)

Tema en 'Fanfics Terminados de Naruto' iniciado por Leonhart, 8 Mayo 2011.

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    Leonhart

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    Escritor
    Título:
    Como hermanos (Sasuke ~ Sakura)
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1625
    Autor: Yakumo.
    Título: Como hermanos.
    Pareja: Sasuke ~ Sakura
    Tipo: One-shot.
    Cantidad de palabras: 1,565.
    Género: Angst/Drama.
    Clasificación: T.
    Advertencias: OoC y UA.


    Como hermanos

    Abres los ojos y te tocas el rostro sudoroso mientras te levantas de la cama. Suspiras de manera frágil pero pesada mientras fijas tu mirada verdosa al blanco piso, perdiéndola entre las pequeñas ranuras faltas de azulejo.
    Tus sueños han sido tormentosos; bastante. Sabes, estás bien segura de tu arrepentimiento por lo que has hecho, y te sientes mal; muy mal. ¿Acaso tu pesar es sincero? En sí jamás te notaste con ganas de retractarte de nada. De nada.

    Escuchas un movimiento tras de ti y quedas paralizada. Está ahí; sigue ahí.

    Te muerdes el labio inferior mientras tu respiración se acelera al ritmo de tu corazón. Sabes que erraste; erraste totalmente. Su lugar y el tuyo estaban bien definidos, entonces ¿cómo te atreviste a sobrepasar aquella línea impuesta por la propia relación?
    Le escuchas suspirar y sientes las sábanas moverse tras de ti. Luego llega el sonido del tronar de sus huesos y retumba dentro de tu cabeza. Entonces, su voz sustituye la presión anteriormente creada.

    —Sakura —susurra.

    Tu piel se eriza y tus músculos se tensan. ¿Por cuánto más podrás soportar aquella presión?

    —¿Qué pasó, Sakura?

    «¿Ah? ¡¿Qué haces?»
    «Shh… silencio.»
    «Pero, Sakura…»
    «No será nada malo. Lo prometo.»


    —¿Hm? —sueltas como haciendo que no escuchaste lo último. Él calla, tú sigues—. Nada.

    «Espera, Sakura. ¡Detente!»
    «Pero, ¿por qué?»
    «Me siento mal.»
    «Todo estará bien, tranquilízate.»


    Le observas mientras se talla la cabeza con insistencia y sonríes amargamente. Hace un intento por levantarse, mas de inmediato cae sobre la cama. Te alarmas sólo por dentro; no mueves ni un músculo.

    «¡Ah! No, Sakura…»
    «¿Por qué?»
    «Es que… ¡ah, mi labio!»
    «Lo lamento, lo haré más despacio…»


    —Perdón —dice enfocando su vista en ti—. No me siento muy bien.

    Muerdes tu labio inferior mientras observas el suelo. Los recuerdos de la noche anterior no te dejan nada tranquila y tu mente revuelta te juega más de una mala pasada. Te sientes culpable, miserable.

    —No importa —sonríes débil. Él apenas te escucha.

    «Y sus manos rozaron las mías. Por un solo momento pude saciar el deseo que tanto me carcomía, ése que había soñado con tanta insistencia. Su respuesta me tenía incrédula, jamás creí que cedería ante mis acciones, mucho menos que las continuaría. Él, tan cercano y lejano; él, tan prohibido y alcanzable; él, él, él…»

    —¿Estás bien, Sakura?

    Despiertas de la ensoñación aún con la mirada perdida, procurando asentarla en aquél que te mira preocupado y adormilado. Sonríes fingidamente, verlo en ése estado te causa un extraño mareo, una sensación de vacío en el fondo de tu alma. Te sientes tan culpable…

    —Sí. ¿Tú estás bien?

    «Prohibido, ¿se sentía tan bien? No tenía ni idea de lo que estaba haciendo, seguro ni sabía a quién demonios estaba besando. No, seguro ni lo tenía en cuenta. Él sólo sabía que tenía a una chica sobre su cuerpo, a alguien que se acorralaba entre la espada y la pared al poner en riesgo la relación sí o sí. La relación, los sentimientos; la confianza…»


    —Me duele la cabeza. No la soporto.
    —Resaca.

    Él asiente con una media sonrisa —un tanto débil, debes aceptar—. Piensas en repetir lo antes sucedido; te encanta verlo de esa forma.
    Se lleva hasta la orilla de la cama, tú sólo lo observas sin decir nada. Pisa el suelo con inseguridad y, deteniéndose sobre tu mesilla de noche, se para y camina hacia tu tocador, observándose en el espejo.

    «Toqué su pecho. Deslicé mi mano con suavidad y rudeza mientras él jugaba con mi cabello. El beso era exquisito, esa manera de poseerme ciertamente me volvía loca. Me susurró algo al oído cuando se separó de mí, mas no logré entenderle. El olor a alcohol en él era bastante fuerte; tanto, que me sentí inestable en el momento. ¿Qué estaba haciendo?»

    —Demonios, me veo tremendamente jodido.

    Su manera de hablarte con tanta confianza te hace sentir melancólica. Sabes bien que no dejaría que otra persona lo viera así mas que tú. Sabes que raramente dormiría con alguien de manera tan libre, sólo tú tienes esa… ¿prioridad?

    —No digas esas cosas.
    —Anda, Sakura. Sabes que es verdad… —se vuelve hacia ti y mira el entorno, deformando su rostro en una mueca entre divertida, entre confundida—. Por cierto, ¿qué demonios hago en tu habitación?

    Te mira con media sonrisa, esperando una respuesta. No es la primera vez que duerme ahí, contigo, a tu lado; mas nunca había sucedido aquello, lo de esa noche anterior.

    «Le mordí el labio. Él se quejó e intentó alejarme… pero no le hice caso. No lo dejé ir aún cuando él me lo demandaba, porque por un momento fue consciente de lo que sucedía, y quizás no fuese que no le agradara, pero… él no quería.»

    —Te quedaste dormido en las escaleras, ¿recuerdas?

    Él arquea una ceja y se rasca la sien por un momento, luego niega con la cabeza. Sonríes débil, sabes que le has mentido. Tú lo llevaste a tu habitación, tú cerraste la puerta; tú lo besaste desenfrenadamente, en contra de su bendita voluntad.

    —Ah, mierda… —silencia unos segundos—. ¿Y qué tal estuvo la fiesta? Al parecer me perdí bastante por el jodido alcohol.

    Sonríe irónico, tú le acompañas.

    «Me tiró sobre la cama, tomándome de la cintura con fuerza. Llevaba un rato besándolo sin recibir respuesta, mas pareció ceder finalmente. En ese instante me sentí libre, libre a su lado. Como un par de novios que se aman a escondidas, mientras están solos, como si esa chica que llenaba su mente no existiera, como si la única fuera yo, yo y nadie más.

    Ah, Sasuke…»


    —Lamento los inconvenientes, Sakura. Te juro que no pensé en ponerme…

    «Ebrio. Dejando todos esos inconvenientes que nos alejaban del lado. El título, esa barrera, no existía. Tampoco existía un posible romance en su cabeza; no existía su amiga, su confidente. No existía nada que nos separase…»


    —Olvídalo, está bien, Sasuke —interrumpes con una sonrisa de lado—. Tampoco quería dejarte así como así.

    Miras cómo se acerca a ti con una sonrisa tranquila en el rostro y se sienta a tu lado. Observa tus ojos verdes, atormentados e idos, y tuerce los labios ligeramente. Te conoce, te conoce bien y lo sabes. No tardará en cuestionarte algo, y tú, adelantándote, lo siseas poniendo tu dedo índice sobre sus labios; esos labios que con tanto cariño y devoción probaste, y jamás te cansarías de hacerlo.

    «Me tocó y lo toqué. Jamás había tenido esa experiencia y realmente no pensé tenerla, mucho menos con él. Sus manos entrelazándose las mías, rozando cada centímetro de mi cuerpo, mi piel, mis piernas. Le sentí tan mío y me sentí tan de él…»


    —¿Qué te sucede, Sakura? —dice retirando tu dedo de sus labios. Tú desvías la mirada, sabes que no podrás decirle la verdad nunca.
    —Nada, Sasuke. ¡Estoy bien!

    Esa sonrisa fingida no te va nada bien, pero logras tranquilizar la antes angustiada aura de él. Te observa un momento más y te sonríe de nueva cuenta. Recuerdas cómo te sonrió hace unas horas, con ese cariño tan fuera de una amistad, como si de verdad te correspondiera y fueran el uno para el otro.

    —Me alegra que estés bien.

    «Finalmente, ya por sus casi nulas fuerzas, se quedó dormido sobre mi pecho. No nos quitamos ni una prenda, cosa que ayudó bastante. Sonreí melancólica mientras besaba por última vez sus labios. Luego de ello, todo sería normal; como antes. Él sólo sería Sasuke Uchiha y yo sólo sería Sakura Haruno. Quizá sin mayor confianza y más tormento.»


    —Gracias…

    Se levanta con media sonrisa y peina su cabello negro con gracia y esa sensualidad nata que te hipnotiza por completo. Se sacude un poco la ropa para tentar su rostro y cabeza, tallándola con rapidez.

    —Creo que debo ir al baño —suelta de espaldas a ti. Tú sólo asientes, y entonces lo ves acercarse a ti.

    «Sasuke, yo…»
    «… ¿hm?»
    «Ah, p-perdón. ¿Te desperté?»
    «Hn… no»
    «L-lo siento, yo sólo quería d-decirte que…»
    «¿Ah?»
    «A-ah… gracias.»


    Se para a tu lado y tú lo observas melancólica. Desciende con media sonrisa plantando un tranquilo beso en tu frente. Tú te sorprendes y sientes como si fuego recorriera tu interior mientras agachas la mirada.

    —Gracias por esto, Sakura. No volveré a ponerme en ése estado; no quiero causarte problemas.

    «¿Gracias?»
    «Sí. Yo te… te…»
    «¿Qué, Sakura?»
    «Te… q-quiero, Sasuke.»

    —Está bien, no te preocupes.
    —Bueno, pasaré a tu baño, ¿está bien?
    —C-claro…

    Tu voz es débil. Él sale de la habitación, dejándote en tu mar de pensamientos, recuerdos y desilusiones. Terminas de remembrar esa plática a mitad de la madrugada, donde los dos hablaban bajito, muy bajito. Él sonriendo de medio lado aún borracho y tú… desnudando tus sentimientos aún cuando sabías que no iba a recordar nada.

    «¿En serio?»
    «¡S-sí!»
    «Hm… está bien, Sakura. También te quiero.»
    «¿E-enserio?»
    «Ajá. Eres como mi hermana.»
    «¿Hermana?»


    Las lágrimas se asoman por tus ojos mientras tomas tu cabeza entre tus manos, aún culpándote y atormentándote por sus coloquiales palabras.
    Contra su voluntad y orgullo te planteaste, lográndolo te reprochas ahora.

    «Sí. Somos…»


    —Nada —sueltas entre lágrimas de dolor mientras recuerdas ese gesto que hablaba más que las mismas palabras—. Sólo eso.

    Y en medio de la noche y su adormilamiento, recuerdas esas últimas palabras:

    «Hn. Somos como hermanos. ¿Verdad, Sakura?»​

    ---​

    Asdf...
    ...y, luego de pensar y pensarlo, publiqué.
     
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