Como agua y aceite...

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Florentina, 23 Mayo 2010.

  1.  
    Florentina

    Florentina Usuario común

    Aries
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    Como agua y aceite...
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    Como agua y aceite...

    Este es un fic de un desafio que acepté... espero y Solsti quede satisfecha... lo prometido es deuda y aqui está mi pago...

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    Capitulo 1: Encuentro…


    En toda empresa hay empresarios, en toda familia existen desacuerdos, y en toda historia suele haber una tragedia, así es la vida y a pesar de todo siempre será impredecible pero ¿Qué sería de ella si no lo fuera?

    Esta historia trata de un amor que, como en tantos otros casos, tiene impedimentos, algo que sin duda es el mejor sazón de toda historia. Comenzaremos hablando de ella.

    Lilia era una hermosa joven, demasiado inteligente, amable y graciosa, pero con un temperamento difícil de tolerar. Una joven de 16 escasos años, hija de una familia de clase alta pero con espíritu independiente. Siempre le gustó ganarse su propio dinero y trabajar para sí misma, lo cual no le agradaba a su familia.

    Trabajaba a escondidas de sus padres a sabiendas de cómo terminarían por actuar. Era una importante empresaria en una compañía en donde se desarrollan programas computacionales de renombre mundial. De tez blanca y estatura promedio solía pasar inadvertida, pero conocedora del prestigio de su familia trabajaba usando un alias, así que todos la conocían por Laura, un nombre bastante común.

    Como todos los días Lilia iba a la escuela donde sus perfectas calificaciones eran el fruto de tan brillante y joven mente. De ahí pasaba a regresar a su casa en donde comía con sus padres para después ir a su lugar de trabajo. Sus padres, Marco y Angélica, solían pensar que su hija acudía a talleres de estudios, en donde repasaba las materias que llevaba en el colegio, todo con el fin de mantener su promedio.

    Al llegar a la empresa la joven iba hasta una oficina que le había sido asignada, la mayor parte del tiempo estar ahí era una tarea monótona que terminaba por fastidiar. Lilia debía atender a personas informándoles porque les convenía adquirir algún producto con la compañía, o porque era conveniente que se hicieran inversionistas de tan maravilloso lugar de desarrollo tecnológico.

    Cuando había entrado a trabajar en aquel lugar todo había sido… aburrido. No había representado problema alguno el falsificar los papeles para pasar como mayor de edad y mucho menos convencer al director de contratarla.
    Hacerse pasar por alguien mayor fue simplemente pan comido.

    Sin embrago había conocido a alguien. Un joven de 19 años llamado Kevin, casi tan brillante como nuestra chica, había fijado su atención en la recién llegada. La había pretendido por más de dos meses y, al descubrir el fraude de su falsa identidad, juró no decir nada, por lo que ella aceptó ser su “novia” en señal de agradecimiento, y él aceptó seguir la farsa frente sus padres, fingiendo ser un compañero de estudios más.

    Kevin era el tipo de joven denominado como “galán”. Alto, delgado, de tez blanca, cabello marrón y de ojos color miel. Demasiado atractivo dirían algunas, pero no Lilia quien solo lo veía como alguien a quien le pagaba un favor, uno demasiado grande.

    Hablando del joven que cambiaria la vida de Lilia no podemos decir mucho. Un chico de 18 años, inmaduro, torpe, impulsivo, optimista hasta el punto de lo exagerado y, a pesar de todo, noble.

    Su nombre Omar. Bien parecido pero no atractivo. Ojos y cabello negro, tez morena apiñonada y estatura alta. Uno más del montón, como cualquiera diría. No muy inteligente, por el contrario, bastante ignorante.

    Su padre no era muy adinerado, pero tampoco vivían en la pobreza. Su madre había fallecido y tenía un hermano de 12 años a quien solía cuidar.

    Aquel día, el día en que todo cambiaría no había indicio alguno que advirtiera tal calamidad. Un lunes del mes de Marzo.

    Lilia se encontraba trabajando en su lugar, no tenía mucho de haber llegado y se encontraba escombrando su escritorio. Estaba en canclillas con el cabello largo y color chocolate colgando a los lados mientras, en un intento de no perder el equilibrio, sostenía unos papeles con la mano derecha y recogía unos del suelo con la izquierda.
    Escuchó que alguien llamaba a la puerta.

    -Adelante. – gritó mientras se ponía de pie y colocaba los papeles sobre el escritorio.

    Acto seguido la puerta se abrió y asomó la cabeza una joven de 20 años de cabello corto color rojizo que miraba a Lilia.

    -Laura… - decía mientras entraba y abría la puerta para dejar entrar a un joven. – Te traigo a este joven quien quiere ser un inversionista.

    -Claro Marta. – respondía Lilia mientras tomaba asiento y le sonreía a la pelirroja.

    -Pase. – invitaba Marta al chico.

    El joven pasó al interior de aquella oficina observando el lugar. El chico parecía atontado y sus ropas no lo ayudaban. Unos jeans desgastados y una camisa arrugada, no era la mejor de las presentaciones, pero, habían peores y Lilia lo sabía.


    -Mucho gusto, me llamo Laura Soriano, espero poder ayudarlo. Tome asiento. – invitó la joven al chico que parecía desconfiar de ella.


    El joven pelinegro se sentó en la silla disponible y miró a su alrededor.


    -Soy Omar Sánchez, mire, estoy aquí porque me gustaría ser inversionista en este lugar. – pronunció al cabo de unos minutos.


    -Muy bien joven Sánchez, espero que podamos llegar a un acuerdo. – sonrió Lilia mirando al joven.


    -Disculpe señorita Soriano… ¿podría darse prisa? Es que vengo de a rápido. – soltó el joven sin pensar, algo que nunca debías de hacer frente a Lilia.


    Ésta no tuvo más que contenerse. Apretó el puño y agachó la mirada. Unos segundos después miró al joven nuevamente.


    -Claro… no hay problema, será rápido. – suspiró. - ¿Gusta un café mientras? – ofreció sin dejar de sonreír, lo cual no era buena señal.


    -Claro… - respondió Omar con gesto de resignación.


    Lilia mandó a llamar a un hombre que solía trabajar llevando algunas cosas a los empresarios. Le pidió un par de tazas con café y al cabo de unos minutos el pedido estaba hecho.


    El café estaba listo y los documentos para hacer al joven Omar un inversionista de la compañía igual. Había trabajado en silencio y, cuando todo estaba listo solo le preguntó al pelinegro el monto total de la inversión que haría.


    -Pues… me parece que serán $100. 000 – dijo mientras tomaba de la taza de café que tenía en las manos.


    -Bien… ¿Cuándo los depositará? – continuó Lilia mientras tecleaba en su computadora.


    -Los traigo conmigo. – soltó el chico mirando el suelo.


    -¿Qué? No cree que sería mejor dejarlo en casa y después hacer el depósito en un banco. – Lilia estaba perdiendo los estribos, tal parecía que aquel joven era un irresponsable, o un idiota.


    -No, es más sencillo así… - dijo el chico en tono tranquilo.


    “Imprímelo y ya” pensó Lilia para sí. Todo acabaría bien si no decía nada que ofendiera al cliente.


    Imprimió todo y se levantó de su lugar para explicarle los términos del acuerdo al cliente. Este, al igual que Lilia se puso de pie y miro el documento.


    Lilia explicó todo con lujo de detalle y al finalizar miró al chico para preguntarle:


    -¿Alguna duda?


    -Pues… - comenzó Omar. – Sinceramente como que no le entendí mucho.


    En ese instante la paciencia de Lilia estaba a punto de agotarse. Suspiró y apretó la quijada para evitar decir algo inapropiado y volvió a explicar lo del contrato al joven que le sacaba de quicio.


    -¿Ahora si entendió?


    -Pues… más o menos… a decir verdad yo no sé nada de esto…


    Lilia volvió a controlarse, era incapaz de hacer algo en contra de un cliente, pero este le pedía a gritos una grosería.


    -Mire, todo está en orden, solo falta que firme para que pueda ser inversionista de la compañía. Tendrá grandes remuneraciones económicas que le dejaran conforme. – musitó a duras penas.


    -Eso está mejor, así si nos entendemos. – decía el muchacho mientras tomaba un bolígrafo de tinta negra, pero, al querer hacerlo tiró el bote que Lilia usaba para guardar todo aquello.


    El problema no fue tirar el bote sino que, al hacerlo, el pequeño y pesado objeto le pegó a la taza de café que Lilia tenía para si misma en el escritorio con tal fuerza que ésta terminó por voltearse, vaciando el contenido en las piernas de Lilia.


    -¡DEBERIA FIJARSE! – gritó Lilia hecha una furia.


    -Oiga, no fue mi culpa, ¿a quién se le ocurre dejar la taza así en el escritorio? Fue su culpa. – respondió igualmente gritando.


    -¿Qué? – volvió a gritar la chica, empezando así una guerra verbal.

    Todo aquello se escuchaba por todos lados en el piso del edificio. Lilia no podía contenerse, y Omar mucho menos. Al cabo de unos instantes entró al lugar Kevin.

    -¿Qué pasa mi amor? – preguntó el chico mientras llegaba al lado de Lilia.

    -NADA… - gritaba la chica hecha una furia. – Lo que sucede es que este… muchacho me tiró el café en cima.

    -No… - respondía Omar en defensa propia. – Lo que sucede es que aquí la “licenciada” no sabe como mantener en orden su escritorio, lo que sucedió fue por causa de sus descuidos.

    -¿MIS DESCUIDOS? – aquella pelea comenzaba a hacer insoportable el ambiente. –Fue usted el que no se fijó…

    -Laura… cariño… tranquila… - musitaba Kevin mientras intentaba hacerla a un lado para que no pasaran a mayores las cosas, algo que terminó por dar efecto.

    Lilia respiraba profundo e intentaba calmarse, todo era algo que había salido mal, intentaba convencerse de ello. Al cabo de 10 minutos su furia estaba un poco más calmada, por lo que se limitó a decirle al joven inversionista que regresará al dia siguiente por lo del contrato, cosa que dejo bastante inconforme al chico.

    -Pero… - estaba a punto de reprochar cuando se encontró con la mirada asesina de Lilia, la cual lo hizo cambiar de parecer. – Cre-creo que si regreso mañana… - murmuró en voz alta y en tono condescendiente.

    Omar salió de aquel lugar impresionado por el carácter de aquella chica, impresionado y realmente aterrado… “Que genio…” pensaba el chico “Asi nunca conseguirá marido”

    Lilia, por su parte, ya se había quedado sola en su oficina e intentaba calmarse haciendo una de sus actividades favoritas: dibujar. Algo en lo que era realmente buena, pero que nadie sabía que hacía, nadie excepto su mejor amiga.

    Continuará…
    ______________________________________________________________________________________

    Primer capi... lean plis, opinene pis...

    Atte:
    IO xD
     
  2.  
    Solsti

    Solsti Usuario común

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    Escritora
    Re: Como agua y aceite...

    Hola! Gracias por postear el fic, esta muy lindo y errores casi ni ví... Espero ver la conti pronto y Beshito0os!!
     
  3.  
    Mikeiry

    Mikeiry Entusiasta

    Leo
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    Escritora
    Re: Como agua y aceite...

    que divertido me cae bn tu historia :) xD la verdad se me hixo corta pero los cambios de nombre me confundieron en un principio pero ya lo domine!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! xD espero la continuacion pronto :)
     

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